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El camino, La verdad y La vida – YO SOY – Parte 1.

Por Juan Algaba – www.plataformadinamis.com

Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Juan 14:6
Todos conocemos de sobra este texto del evangelio de Juan y seguramente te lo sabrás de memoria. Y lo
cierto es que estas frases guardan un inmenso significado y valor.

La situación contextual es que Jesús está viviendo sus últimas horas consciente de que Su momento
ya estaba cercano (Juan 13:1). En esta situación, Jesús, el Maestro por excelencia comienza a dar sus
últimos consejos y entonar sus últimas peticiones a Dios Padre. Cuando uno sabe que está a punto
de morir, escoge las palabras con mayor relevancia, no juega ni titubea con lo que va a decir, expresa
todo su corazón. Y Jesús se encontraba en este escenario dando ánimos a sus discípulos a tener
confianza, fe y esperanza en el cumplimiento de las promesas de Dios cuando de repente Tomás le
dice: “Señor, no sabemos a dónde vas ¿cómo pues sabremos el camino?” Y a Jesús no le queda más
remedio que morderse la lengua por la poca fe de Tomás (no así con Felipe poco después) y hablarle
el texto ya mencionado.

YO SOY.
Y lo primero que Jesús dice es: “YO SOY”. Estas palabras eran palabras sagradas de los judíos. Es
un eco de la expresión que Dios utilizó cuando Moisés le preguntó “¿Quién diré que me envía?” y le
respondió “Yo soy el que soy.” Ex. 3:14. Y de ahí se traduce el nombre Jehová. Un nombre santo y sagrado,
hasta el punto que cuando los escribas tenían que escribirlo en sus textos, tenían que hacer una serie de
rituales como lavarse el cuerpo entero, ofrecer sacrificios, utilizar una pluma nueva y ahora sí, podían escribir
el nombre.
Cada vez que Jesús decía “YO SOY”, estaba mostrando Su divinidad e identidad. Para cada necesidad
nuestra, Jesús muestra una parte de su identidad para suplirla con sus “Yo soy”.

Yo soy… el pan de vida (Juan 6:35), la luz del mundo (Juan 8:12 y 9:5), la puerta (Juan 10:7,9), el buen
pastor (Juan 10:11,14), la resurrección y vida (Juan 11:25), el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), la vid
verdadera (Juan 15:1,5), el alfa y la omega (Ap. 1:8). Cuando Jesús anda sobre el mar recuerda que dice: Yo
soy, no temáis. Y cuando es preguntado si era el Hijo de Dios, Él responde: Yo soy.

ÚNICO
Nota que Jesús no se refiere a sí mismo como un camino más, una medio verdad o una vida
cualquiera. Él hace una mención especial para cada comparación, Yo soy EL camino, LA verdad y LA
vida. Dando a entender que no existe otra manera humana de encontrar respuesta a las preguntas que
nos plantea la vida, conocer la verdad y alcanzar el propósito del ser humano. Él es único. No existe
otra opción, no da lugar a otro camino, otra verdad u otra vida.
Hay un dicho popular que dice: Todos los caminos conducen a Roma. Es un error monumental pensar que
cualquier forma nos sirve para alcanzar un destino. Nuestras decisiones tienen consecuencias que no se
pueden cambiar. Como un error es la corriente del “relativismo”, que nos presenta la inexistencia de una
verdad absoluta, midiéndolo todo en una escala de grises, sin blanco o negro. “Lo que es cierto para ti, no
necesariamente debe serlo para mí.” Y hoy en día el mundo se rige por este pensamiento. No existe una
verdad absoluta que rija el mundo y carácter humano. Por eso cada vez más la degradación del ser humano
es más evidente.

Durante toda su existencia, el ser humano ha estado buscando el sentido, propósito y verdad de la vida sin
encontrarlo, puesto que no se puede encontrar jamás si no tienes un encuentro con la fuente, JESÚS.

El gran problema del ser humano no es jugar con otras opciones, sino no querer reconocer la única opción al
camino, a la verdad y a la vida. “¿Qué es la verdad?” Fue una pregunta que Pilatos lanzó sin querer ver la
respuesta, pues la tenía delante de sí mismo, Jesús. Científicos están demostrando que la teoría del “big
bang” realmente no se produjo. Y están buscando otras fuentes de cómo empezó el universo conocido.
Algunos han expuesto que la teoría de la evolución es algo que no tiene ni pies ni cabeza, nunca mejor dicho.
Pero de ser así, no les quedaría otra opción que creer en que hay un ser superior que ha creado todo y por lo
tanto se deben de someter a sus principios y voluntad. Pero como desean vivir a su propia manera, deciden
creer lo imposible (la evolución) a creer la verdad absoluta de la creación y del Creador.

El ser humano tiene un hueco en su corazón del tamaño exacto de Jesús y nada ni nadie lo podrá llenar
nunca.
Ahora la pregunta es: ¿Cuánto es Jesús para mí mi único? ¿Es mi gran yo soy, mi todo y lo único que
necesito?
Pongámosle de moda en nuestras vidas. Una moda y estilo de vida que no caduca y los
demás quieran imitar y tener. Que sea tu todo, tu único, tu GRAN YO SOY. Vive cada día
mostrando al mundo que Él es quien es, porque es Único.

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