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Juan Daniel Garcia Miranda

FIEBRE
El control de la temperatura corporal es una función del hipotálamo. Tanto de las neuronas de su
porción preóptica como las de la porción posterior reciben 2 tipos de señales: una procedente de
los termorreceptores de la piel y otra de la temperatura de la sangre que irriga la región.

Estos tipos de señales se integran en el centro termorre4gulador del hipotálamo para mantener la
temperatura normal (36.8 ± 0.4C°)

La fiebre es un aumento corporal que supera la variación diaria normal y se produce en


combinación con un incremento del punto de ajuste hipotalámico. Una vez que el punto de ajuste
hipotalámico se eleva, las neuronas del centro vasomotor se activan y comienzan la
vasoconstricción; esta se observa primero en las manos y los pies. Esta desviación de sangre de la
periferia hacia los órganos internos causa una disminución en la perdida de calor por la piel y hace
que el paciente sienta frio. En este momento puede presentarse temblor. La producción calórica
por mecanismos químicos por parte del hígado también contribuye a incrementar la temperatura
corporal.

Patogenia de la fiebre
 Pirogenos
o El termino pirogeno se usa para aludir a cualquier sustancia productora de fiebre.
o Los pirogenos exogenos proceden del entorno del exterior del paciente; casi todos
son microbianos, toxinas o microorganismos completos. Por ejemplo: la
endotoxina de tipo lipopolisacarido producida por todas las bacterias
gramnegativas.
o Las citocinas pirogenas son proteinas que regulan los procesos inmunitarios,
inflamatorios y hematopoyeticos. Dentro de las citocinas pirogenas destacan: IL-
1, IL-6, TNF, INF y el factor neutrotrofico ciliar.

HARRISON PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA 19ª EDICION


Juan Daniel Garcia Miranda

 Elevacion del punto de ajuste


o Los niveles de PGE2 ascienden en el tejido hipotalamico y en el tercer ventriculo
cerebral a causa de los pirogenos exogenos y las citocinas pirogenas.

Decision de tratar la fiebre


Casi todas las fiebres surgen en casos de infecciones que ceden por si solas, como las virosis
comunes. En dichos casos no esta contraindicado el uso de un antipiretico; no hay pruebas clinicas
de que tales farmacos retrasen la resolucion de las infecciones virales o bacterianas.
Sin embargo, en las infecciones bacterianas el hecho de no usar un antipiretico permite valorar la
eficacia de algun antibiotico particular, en especial en los casos de que no se haya logrado
identificar el microorganismo patogeno en cultivo.
Los objetivos del tratamiento de la fiebre consisten, en primer lugar, en bajar el punto de ajuste
hipotalámico que ha aumentado y, en segundo, facilitar la perdida de calor. La reducción de la
fiebre con antipiréticos favorece el alivio de otros síntomas generales como la cefalea, las mialgias
y artralgias.
El ácido acetilsalicílico y los AINES por vía oral reducen de manera eficaz la fiebre, pero pueden
dañar las plaquetas y el tubo digestivo. Por tanto, se prefiere el acetaminofeno como antipirético.
En los niños se debe utilizar acetaminofeno o ibuprofeno por vía oral por que el ácido
acetilsalicílico aumenta el riesgo de síndrome de Reye.

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