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El cuerpo utiliza la energía procedente de los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas
y el alcohol de la dieta, dicha energía queda atrapada en los enlaces químicos de los
alimentos y se libera al metabolizarlos.
La tasa metabólica basal o gasto energético basal se define como la cantidad mínima de
energía consumida que es compatible con la vida, es decir que refleja la cantidad de
energía que emplea un individuo durante 24 horas mientras se encuentra en reposo físico
y mental.
El efecto térmico de los alimentos hace referencia al aumento del gasto energético
asociado al consumo, la digestión y la absorción de los alimentos; representa
aproximadamente el 10% del gasto energético total.
Además del gasto energético en reposo y el efecto térmico de los alimentos, se consume
energía en las actividades, ya sean relacionadas con el ejercicio o bien dentro del trabajo
y los movimientos que se realizan a diario.
Para la estimación del gasto energético en reposo se utiliza la ecuación de Mifflin-St.
Jeor, que es la siguiente:
El gasto energético estimado en cuatro niveles se puede obtener mediante ecuaciones que
dependen de la edad, sexo entre otros parámetros.