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Hipertensión arterial

La hipertensión arterial, conocida como el suicida silencioso, está caracterizado por el


aumento de la presión arterial sistólica más de 140 mmHg y la presión arterial diastólica
más de 90 mmHg, siendo lo normal la presión arterial de 120/80 mmHg; se habla de
prehipertensión cuando los valores de la presión sistólica se encuentran entre 120-139
mmHg y la presión diastólica en valores comprendidos entre 80-89 mmHg.

Las causas de la hipertensión arterial pueden ser primarias o secundarias; las primeras
también llamadas idiopáticas no tienen alguna causa conocida atribuible, mientras que
entre las causas secundarias la más destacada se encuentra la hipertensión renovascular,
seguida de hiperaldosteronismo.

La Asociación Americana de Cardiología hace referencia que la presión sistólica normal


deber ser menor a 120 mmHg mientras que la diastólica deber ser menos de 80 mmHg;
la prehipertensión comprende rangos entre 120-129 de presión sistólica y 80 de presión
diastólica. La hipertensión arterial es dividida en dos estadios; el estadio I con valores de
presión sistólica en 130-139 mmHg y presión diastólica entre 80-89 mmHg y el estadio
II con valores de presión sistólica de 140 o más mmHg y presión diastólica de 90 o más
mmHg.

Dicha asociación, menciona que en la etapa I de la hipertensión arterial es necesario usar


fármacos antihipertensivos si existe riesgo cardiovascular, mientras que en la etapa II el
uso de fármacos antihipertensivos es obligatorio.

Los principales fármacos utilizados para el tratamiento de la hipertensión arterial son los
diuréticos, IECA y ARAII; sin embargo los diuréticos tienen muchos efectos adversos
como hipopotasemia, hiperglucemia, ginecomastia, entre otros; los IECA tienen como
efecto adverso tos y angioedema, es por esta razón que actualmente los más utilizados
son los ARAII por los menores efectos adversos que generan.

Si el paciente tiene valores de presión arterial sistólica entre 120 y 140 mmHg y este
cambia sus hábitos de vida como el tipo de alimentación o dejar la vida sedentaria, es
posible que no necesite medicación; mientras que si tiene valores mayores de 140 mmHg
la medicación es obligatoria.
La alimentación que se recomienda para los pacientes con hipertensión arterial es la
llamada dieta DASH; que consiste en consumir muchas verduras, frutas y productos
lácteos sin grasa o bajos en grasa, además debe incluir granos enteros, legumbres, semillas
nueces y aceites vegetales; se deberá reducir el consumo de sal, carnes rojas, bebidas
azucaradas y alcohólicas.

Se recomienda que despues de los 35 años de edad, se realice una prueba de esfuerzo, de
esta manera se valora el riesgo a padecer alguna patología cardiovascular.

Para el comprobar la existencia de hipertensión arterial en un paciente, es necesario que


se realice un ecocardiograma; también se puede realizar un mapeo cardiaco el cual evalúa
la presión arterial cada cierto tiempo durante las actividades cotidianas del individuo; si
despues de haber realizado este método se tiene dudas, se puede realizar la prueba de
esfuerzos.

Es necesario que cuando un paciente sea diagnosticado con hipertensión arterial, el


medico a cargo lo tenga en constante control; no obstante el paciente también debe llevar
un vigilancia rigurosa de su salud, debido a complicaciones que se pueden presentar, tal
como un accidente cerebrovascular. El paciente debe llevar una dieta estricta, ejercicio
regular y sobre todo cumplir estrictamente con la medicación recetada.

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