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Agua y electrolitos

Este capítulo es muy importante puesto que el volumen, la composición y la distribución


de los líquidos corporales son sumamente relevantes en la función celular, además gracias
a ciertos mecanismos homeostáticos es posible equilibrar tanto la ingesta como pérdida
de agua, sin embargo así como existen procesos reguladores también coexisten los
patológicos secundarios a enfermedades, traumatismos, mal nutrición, entre otras,
provocando alteraciones en el equilibrio hídrico o electrolítico.

Se sabe que existe un porcentaje de agua diferente a lo largo del transcurso de nuestra
vida; es así que en el momento del nacimiento el agua supone entre el 75% y 85% del
peso corporal, en un adulto delgado representa del 60% al 70% mientras que en un adulto
obeso solo el 55% ya que por el hecho de contener más grasa poseen menos agua; por
ende el porcentaje de agua disminuye con la edad y la adiposidad.

La cantidad de agua también puede ser expresada en litros siendo 42 litros la cantidad de
agua en una persona promedio de 70 kg, sin embargo dicha cantidad es diferente para
cada persona puesto que difieren en el peso.

El agua está distribuida por compartimientos, en donde se habla de líquido intracelular y


extracelular, este último se divide en líquido intersticial y plasma sanguíneo. Además
existe otro pequeño compartimiento denominado líquido transcelular.

El agua intracelular es aquella contenida dentro de la célula y representa los dos tercios
del agua corporal total, es decir que de los 42 litros unos 28 representa el líquido
intracelular, siendo este valor variable de acuerdo el peso; representa el 40% del peso
corporal.

Por otra parte, el líquido extracelular corresponde al agua y a las distintas moléculas
presente en el plasma, la linfa, el líquido raquídeo y las secreciones, incluido el líquido
intersticial. Este compartimiento representa el 20% del peso corporal, es decir 14 litros
pudiendo variar en cada persona.

Para que exista un equilibrio hídrico debe existir una regulación hormonal, y esto sucede
gracias a la intervención de hormonas como la antidiurética o vasopresina que cuando la
osmolalidad sérica aumenta y la volemia disminuye, cumple la función de hacer que los
riñones retengan agua. Otra hormona importante es la aldosterona sintetizada en la corteza
suprarrenal que aumenta la secreción de potasio y de hidrogeniones, este último con el
fin de regular el equilibrio ácido-base.

Entre la ingesta y eliminación de agua debe existir un equilibrio, es así que el agua que
se ingiere como líquido y como parte de los alimentos se elimina por distintos
mecanismos.
Los ingresos de agua están representados por líquidos ingeridos con 2.100 ml/ día y del
metabolismo con 100 ml/día, sumando 2.300ml/ día.

De los 2.300 ml/día, aproximadamente 1.400 ml se eliminan por la orina, 100 ml por las
heces, 100 ml por el sudor, 350 ml por perdidas insensibles a través de la piel y por ultimo
350 ml a través de los pulmones.

Si no se ingiere cantidades necesarias de agua o se pierde excesivamente dicho líquido,


podría provocar deshidratación; esta puede ser leve o muy grave, incluso hasta provocar
la muerte, pero para poder conocer el grado de deshidratación se debe extraer el
porcentaje de peso corporal perdido.

Cuando la ingesta de agua es ineficiente o existe una pérdida de gran cantidad de agua,
existen procesos compensadores como el que realiza el riñón. Este órgano tendrá la
función de retener agua causando la eliminación de orina más concentrada; en tanto que
si se ingiere una cantidad excesiva de agua el riñón no retendrá agua, sino más bien la
eliminará dando como resultado una orina diluida.

Los signos de deshidratación incluyen cefalea, astenia, disminución del apetito, mareo,
escasa turgencia cutánea, signo del pliegue en la frente, orina concentrada, disminución
del débito urinario, entre otras.

Por otro lado, los electrolitos también son muy importantes para cumplir diferentes
funciones fisiológicas.

Los electrolitos son sustancias que cuando se disuelven en agua pueden disociarse en
iones tanto de carga positiva como de carga negativa. Además pueden ser sales
inorgánicas sencillas de calcio, potasio, entre otras, o también pueden ser sales orgánicas
complejas.

Los principales electrolitos extracelulares son el sodio, el calcio, el cloruro y el


bicarbonato, mientras que los principales electrolitos intracelulares son el potasio, el
magnesio y el fosfato.

Estos iones cumplen diversas funciones como por ejemplo, el calcio está presente en los
huesos pero fuera de estos tiene funciones como segundo mensajero. El sodio que es el
principal catión del líquido extracelular cumple funciones como regular el volumen
extracelular además de mantener la función neuromuscular y el mantenimiento del
equilibrio ácido-base.

Para nuestro organismo es muy importante mantener un adecuado equilibrio no solo


hídrico sino electrolítico también, puesto que si alguno se alterara provocara muchas
complicaciones en nuestro cuerpo.

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