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SUJETOS Y SUBJETIVIDAD EN LA EDUCACIÓN

EDUCACIÓN POPULAR, SUBJETIVIDAD


Y SUJETOS SOCIALES

Alfonso Torres Carrillo


Profesor Asistente Universidad Pedagógica Nacional

Presentación sociales o hacer de los sectores o potenciar los saberes y las cul-
subalternos un sujeto histórico, turas populares, ampliar los ho-
Uno de los elementos constitutivos el ámbito de incidencia específi- rizontes de sentido, facilitar la
y rasgo definitorio de la educación co de la educación popular ha negociación cultural, formar ac-
popular ha sido el pretender con- sido y es la esfera subjetiva de titudes y valores ciudadanos,
tribuir a la construcción de los ac- individuos y colectivos sociales. potenciar la multiculturalidad y
tores que intervienen en sus pro- otras, referidas a lo que hoy
puestas, experiencias, proyectos Claro está que la referencia ex- involucramos en la esfera subje-
y programas educativos, a partir plícita a lo “subjetivo” es recien- tiva individual y social.
de la afectación de sus estructu- te; a lo largo de su construcción
ras y mediaciones cognitivas, discursiva, la Educación Popular Estos cambios de énfasis no son
valorativas y simbólicas. Ya sea ha acudido a otras expresiones casuales ni obedecen a simples
que la educación popular busque tales como concientizar, elevar el diferencias de lenguaje; expre-
fomentar procesos de participa- nivel de conciencia, formar pen- san la existencia de diferentes
ción social o de organización samiento crítico, ampliar el cono- paradigmas que han orientado la
popular, fortalecer movimientos cimiento de la realidad, rescatar EP y los metadiscursos e imagi-

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narios que han la influido. Y es de lo social; se hacía alusión a
que la EP no constituye una teo- aquellos aspectos visiblemente
ría cerrada o un cuerpo doctri- evidentes como las condiciones
nal homogéneo; como práctica materiales de existencia, las de-
social y “campo intelectual”, se terminaciones económicas y so-
alimenta simultáneamente de ciales, la institucionalidad política
varias fuentes culturales y aca- (Estado, partidos, organizacio-
démicas: imaginarios, valores y nes), así como las manifestacio-
experiencias sociales comparti- nes y expresiones materiales de
das, reflexiones sobre sus pro- la culturales más evidentes. Los
pias prácticas educativas, así aspectos afectivos, volitivos, las
como de teorías y debates pro- creencias y representaciones
venientes de otros campos aca- personales y colectivas eran vis-
démicos y culturales (TORRES, tas como “sentimentalismos” o
1996 y 1999). “subjetivismos” que distorsiona-
ban el conocimiento verdadero
Esta construcción permanente de la realidad; como obstáculos
de un discurso y de una identi- que deberían superarse.
dad de la Educación Popular
como corriente pedagógica críti- Sin embargo, durante la última
ca, ha estado siempre abierta a década fueron reconociéndose y
las influencias de los desarrollos cobrando importancia en las
de las disciplinas sociales y a las prácticas de educación popular
discusiones intelectuales con- dimensiones subjetivas de la ac-
temporáneas, en especial las ción social e individual; así por
provenientes del pensamiento de radigma clásico de las ciencias ejemplo, empezó a reivindicarse
izquierda (BOBBIO, 1995). Por sociales; tal paradigma supone el “mundo interior” de los suje-
tanto, no ha sido ajena a las epis- la existencia de una realidad so- tos, su experiencia vivencial más
temes, imaginarios, ideologías y cial determinada y totalmente in- allá de su conciencia y su razón
paradigmas dominantes en los dependiente de los sujetos; la (MEJÍA, 1998); también se reivin-
períodos y coyunturas históricas verdad en esta perspectiva, era dicaron elementos constitutivos
en las cuales ha transcurrido; la la correspondencia entre objeto de la identidad individual y colec-
Educación popular, al igual que y representación mental y la cien- tiva como el género, las sensi-
otras prácticas y discursos alter- cia, el conocimiento verdadero bilidades, creencias, saberes y
nativos como la investigación por excelencia. Esta perspectiva universos simbólicos; se recono-
participativa, la comunicación positivista de ver y conocer la ce la existencia de diferentes ló-
popular y las teologías progre- sociedad, se expresaba en afir- gicas y modos de producción del
sistas, ha sido permeada por los maciones comunes a la EDUCA- saber; se incorporan al discurso
paradigmas predominantes en CIÓN POPULAR como “hay que educativo las referencias a la
las ciencias sociales latinoame- partir de la realidad objetiva” y producción de sentidos de vida
ricanas de las últimas cuatro dé- “hay que alcanzar la concepción colectivos e individuales y se
cadas como han sido la teoría de científica de la sociedad”; lo que amplían los lenguajes para
la dependencia, el marxismo era una interpretación de lo so- expresarlo.
estructuralista y el pensamiento cial se asumía como verdad na-
gramsciano. tural e incuestionable.
1. Crisis del objetivismo y
Por ejemplo, el discurso funda- En consecuencia, el acento de reivindicación de la
cional de la Educación Popular las prácticas y discursos educa- subjetividad
estuvo marcado por la concep- tivo populares eran aquellos fac-
ción objetivista de la realidad y tores “objetivos” propios de la Esta referencia reiterativa de la
del conocimiento propia del pa- dimensión estructural y sistémica subjetividad en los discursos ac-

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tuales de la educación popular y logía, la sociología, la antropo- cluyen la ciencia y las culturas de
el trabajo social comprometido, logía de la ciencia, así como la las que formamos parte) adqui-
se enmarca dentro del campo psicología cognitiva y social y rimos formas de comprender y
más amplio de reflexiones y de- nuevos campos teóricos como participar, metáforas y paráme-
bates que en la actualidad se da los estudios de género y los es- tros, ejes cognitivos y destrezas
dentro de las ciencias sociales y tudios culturales parecen haber- específicas. La subjetividad y las
las humanidades. La prolifera- se pasado al lado del relativismo, relaciones sociales se organizan
ción de eventos académicos y el perspectivismo, el interpretati- en el trazado de esas metáforas,
publicaciones donde se destaca vismo y el constructivismo. de esos horizontes que generan
abiertamente la centralidad de la presuposiciones y expectativas,
“subjetividad” en la comprensión Realidad social, sujetos sociales, configurando creencias, episte-
de los procesos sociales con- relaciones y acciones sociales no mologías cotidianas y visiones de
temporáneos, así lo confirman1: se ven hoy como realidades “da- futuro” (FRIED, 1994: 16).
“Nuevos paradigmas: cultura y das”, sino como construcciones
subjetividad” (Moran, Prigogini, sociales históricas e intersubje- Del mismo modo, el conocimien-
Garzielfeld y otros) 1994, “¿Po- tivas, las cuales son percibidas to de la realidad social no es ja-
dremos vivir juntos?” (TOU- como objetivas mediante los pro- más su reflejo –“verdadero o
RAINE, 1997), “El regreso del cesos de internalización, sociali- distorsionado”–, sino una inter-
sujeto” (Jesús Ibáñez) 1996; zación cultural y por el lenguaje pretación, una construcción cul-
“Acerca de la producción de sub- que las nombra (BERGER y tural, una lectura desde las re-
jetividad” (Guattari, 1996); “Para LUCKMAN, 1976); “participando des de significado en las que
comprender la subjetividad” (Col- en las matrices sociales (que in- están inmersos sus observado-
mex, 1996); “Identidad, subjeti- res; la ciencia, al igual que otras
vidad y sentido en las socieda- formas de saber históricamente
des complejas” (Flacso, 1997), construidos, es un sistema cul-
“Subjetividad: umbrales del pensa- tural que ha valorado de diver-
miento social” (UNAM- Zemelman, sos modos –según la época y
1997) y “El sujeto: existencia y po- campo de conocimiento– las que
tencia” (UNAM-Zemelman, 1998), considera las fuentes y las es-
entre otros. trategias válidas de conocimien-
to (YEHUDA, 1984).
Y no es para menos. Frente al
reduccionismo objetivista y deter- Así, cuestiones vitales para la
minista que predominó en las Educación Popular como las re-
ciencias sociales, en las prácti- laciones sociales, políticas y de
cas políticas y educativas hasta género, la familia y otras institu-
hace unos años, el acento de ciones, así como las identidades
realidad se ha venido trasladan- regionales, étnicas y generacio-
do hacia el terreno subjetivo, su nales ya no se les ve como he-
complejidad y sus posibilidades; chos “naturales” sino como cons-
la veracidad, coherencia e inteli- trucciones culturales e históricas;
gibilidad que antes creíamos en- por tanto, atravesadas por los
contrar en el contexto social, en conflictos que atraviesan lo so-
el análisis correcto de la coyun- cial. La subjetividad, aparece
tura, en la ”realidad objetiva” o ahora como vector necesario en
en las “leyes sociales”, hoy se la comprensión de estas realida-
ven cuestionadas; la epistemo- des y no sólo como una deriva-
ción determinada por ellas; así
1
Si consideramos las publicaciones referi-
por ejemplo, las protestas, lu-
das culturas e identidades, la lista sería chas y resistencias sociales, en-
interminable. cuentran en las creencias, los

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imaginarios y representaciones pía, inconciencia y reflexión, de- terogéneo en el cual se enfren-
de sus protagonistas, un refe- seo y voluntad, dimensiones que tan diversas representaciones y
rente ineludible en su compren- le dan sentido y potencialidad a modos de ser joven, diversas cul-
sión. la historicidad social; para él, la turas juveniles difícilmente redu-
subjetividad nos remite a una cibles a una categorización única
Pero entonces, ¿qué estamos en- amplia gama de aspectos de la como muchas veces pretenden
tendiendo por subjetividad? Diver- vida social, ritmos temporales y quienes buscan controlarlos des-
sos autores están reivindicando escalas espaciales diferentes, de la ciencia o la política.
esta categoría por encontrarla desde los cuales se producen y
más amplia y de mayor potencial reproducen redes de relación En fin, la subjetividad, más que
analítico y emancipatorio que social más o menos delimitadas, un nuevo campo temático de la
otras como conciencia o ciuda- que desarrollan elementos cultu- investigación social, puede cons-
danía. (Felix Guattari, 1996: 42), rales distintivos a partir de los tituirse como un lugar metodoló-
la define como “el conjunto de cuales los individuos refuerzan gico desde el cual releer algunos
condiciones por las que instan- sus vínculos sociales internos y procesos, discursos y prácticas,
cias individuales o colectivas son construyen una identidad colec- constituyentes de identidades,
capaces de emerger como terri- tiva que tiende a ser contrastante relaciones y roles emergentes en
torio existencial sui referencial, con respecto a otras. las sociedades contemporáneas
en adyacencia o en relación con con un alto potencial emancipa-
una alteridad, a la vez subjetiva”. La subjetividad, además de ali- dor.
Por otro lado, Boaventura de mentar la institucionaldad social
Sousa (1994: 123) también des- y expresar las identidades colec-
taca la subjetividad como “espa- tivas emergentes, también es el 2. Los regresos del sujeto
cio de las diferencias individuales, terreno de producción de nuevos
de la autonomía y la libertad que sentidos de los social; como pla- La reivindicación de la subjetivi-
se levantan contra formas opre- no no totalmente subordinado a dad, nos conduce a otra concre-
sivas que van más allá de la pro- la determinación social, la sub- ción de lo social que aunque la
ducción y tocan lo personal, lo jetividad además de ser memo- involucra, va más allá de las iden-
social y lo cultural”. ria, conciencia y cultura, es una tidades colectivas: la de los su-
dimensión donde se cuece y se jetos sociales.
La categoría de subjetividad so- expresa lo incierto, lo inédito, lo
cial está estrechamente relacio- nuevo, lo posible y lo utópico. Luego de su parcial abandono
nada con los procesos cultura- por parte delas ciencias sociales
les de construcción de sentido y Por ello hay que considerarla, no bajo la influencia de las diferen-
de pertenencia e identificación como un lugar social o psicológi- tes versiones del estructualismo,
colectiva, dado que involucra un co delimitado, sino como un con- la categoría de sujeto (individual
conjunto de normas, valores, creen- tinuo, un proceso dinámico que y social) ha sido reivindicada de
cias, lenguajes y formas de apre- se cristaliza en concepciones, nuevo tanto por la epistemología
hender el mundo, conscientes e instituciones, colectivos y nexos (IBÁÑEZ, 1994) como por diver-
inconscientes, físicas, intelectua- sociales; pero a la manera de un sos enfoques de las ciencias so-
les, afectivas y eróticas, desde “magma”, la subjetividad vuelve ciales como la historia social y
los cuales los sujetos elaboran a desbordarlos, generando nue- cultural (THOMPSON, 1984 y
su experiencia existencial, sus vos aglutinadores sociales, nue- 1985, CHARTIER, 1996) y la so-
propios sentidos de vida. vas ideas y utopías, nuevos pro- ciología (TOURAINE, 1986 y
yectos que movilizan la acción 1997, BOURDIEU, 1990). La ca-
Uno de los intelectuales contem- humana frente a las limitaciones tegoría sujeto parece tener una
poráneos que más ha abordado y resistencia que les ofrece lo mayor amplitud y flexibilidad ana-
la problemática de la subjetivi- dado. Es el caso por ejemplo de lítica y práctica a otras como cla-
dad, el chileno Hugo Zemelman los jóvenes en las sociedades se, sujeto histórico o movimiento
(1996 y 1997) considera que en actuales; más que una definición social, propios de los paradigmas
ella se articulan memoria y uto- etérea, es un campo social he- “clásicos” de análisis social que

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Su correlato individual, el sujeto minados por las circunstancias,
personal, es la búsqueda em- la subjetividad y los sujetos so-
prendida por él mismo, de las ciales contribuyen a conformarlas
condiciones que le permitan ser y cambiarlas, a crear nuevos es-
actor de su propia historia. Para pacios y sentidos sociales: son
Touraine (1997: 66), “el sujeto es lugares de lo inédito, de lo nue-
el deseo del individuo de ser ac- vo, de lo que desde miradas “ob-
tor”; sólo existe si logra movilizar jetivas” sería imposible.
la memoria y la solidaridad, y
sobre todo al combatir, indignar- Si ello no fuera así, ¿Cómo pen-
se, esperar, inscribir su libertad sar los cambios individuales y
personal en las batallas sociales colectivos que vivimos en las ex-
y las liberaciones culturales; por periencias organizativas de base
ello, para el sociólogo francés no y en las Organizaciones No Gu-
es posible construir sujeto por bernamentales que las acompa-
fuera de la acción colectiva: “El ñan? ¿Cómo comprender la crea-
sujeto es voluntad, resistencia y tividad de los sectores populares
lucha... y no hay movimiento so- para sobrevivir y resistir políticas
cial al margen de la voluntad de y determinaciones adversas?
liberación del sujeto” (TOU- ¿Cómo entender la capacidad
asocian la acción y los actores RAINE, 1997: 85). de resistencia y de alegría de los
colectivos a la existencia de un pobres aún en condiciones so-
lugar o conflicto central que les En un sentido similar, para Ze- ciales de extrema pobreza?
otorga identidad y le confiere “a melman, un sujeto social es un
priori” un sentido histórico eman- nucleamiento colectivo que com-
cipador (LACLAU, 1987). partiendo una experiencia e iden- 2. Subjetividad y las
tidad colectivas despliega prác- redefiniciones de la
Frente a estas concepciones un ticas aglutinadoras (organizadas educación popular
tanto teleológicas de los actores o no) en torno a un proyecto, con-
sociales, la categoría de sujeto virtiéndose en fuerza capaz de Hecho esta breve reivindicación
social, busca expresar la multi- incidir en las decisiones sobre su del valor y significado que hoy
plicidad de esferas de la socie- propio destino y el de la socie- cobran los conceptos de subjeti-
dad donde se evidencian conflic- dad a la cual pertenece. En un vidad y sujeto social en las cien-
tos y posiciones de actuación sentido similar, para Emir Sader cias sociales contemporáneas,
social, las cuales no tienen una (1990: 36), “el sujeto es una co- veremos a continuación cómo ha
direccionalidad preestablecida. lectividad donde se elabora una venido incidiendo este “cambio
Entenderemos por “sujetos so- identidad y se organizan las prác- de paradignma” en las redefi-
ciales” a todos aquellos agrupa- ticas, a través de las cuales sus niciones que se vienen dando
mientos más delimitados y cohe- miembros pretenden defender dentro de los debates y prácti-
sionados que una población o sus intereses y expresar sus vo- cas educativo populares. Para
una colectividad; no todo grupo luntades, constituyéndose en ello, retomaremos cómo la incor-
social, así posea identidad, de- esas luchas”. poración de lo subjetivo afecta
viene en sujeto, en actor social; cada uno de los cinco rasgos
ser sujeto social implica una De este modo, subjetividad y definitorios o dimensiones que
construcción histórica que re- sujetos sociales son realidades conforman el “núcleo común” de
quiere de la existencia de una plurales y polifónicas, difícilmen- los discursos y las prácticas de
memoria, una experiencia y unos te atrapables por modelos de Educación Popular (TORRES,
imaginarios colectivos (identi- análisis monolíticos, iniciativas 1993 y 1996):
dad), de la elaboración de un políticas dogmáticas o propues-
proyecto (utopía) y de una “ca- tas metodológicas y educativas 1. Lectura crítica del orden so-
pacidad” para realizarlo. rígidas. A la vez que son deter- cial y del sistema educativo;

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2. Intencionalidad política eman- sonal, por pertenecer al nivel Como ya señaló en el numeral
cipadora; supraestructural de la sociedad, 1, una característica definitoria
ocupaban un lugar secundario de las ciencias sociales contem-
3. Contribución a la construc- en el análisis social o eran asu- poráneas es la centralidad que
ción de los sectores popula- midas como ideologías que ha- han venido otorgándole a la sub-
res como sujeto histórico; bía que develar y superar para jetividad y al cultura en la com-
lograr un conocimiento científico prensión de los hechos, relacio-
4. Actuación en el ámbito de la de la realidad. nes y conflictos sociales. Otrora
subjetividad de los sujetos patrimonio exclusivo de la psico-
educativos; Como el campo de acción de la logía y la antropología, lo subje-
Educación Popular era lo eviden- tivo y lo cultural permean hoy los
5. Propuestas metodológicas y temente politizable en el discur- estudios políticos, sociológicos,
pedagógicas dialógicas, parti- so fundacional, las referencias a históricos, literarios y comunica-
cipativas. la cultura tuvieron un tinte positi- cionales, además de ser defini-
vista al destacar aquellas mani- torios en campos como los estu-
festaciones artísticas y estéticas dios de género y en los cultural
2.1. Análisis social, que representaran lo “popular”: studies.
intencionalidad las representaciones de lo indí-
emancipadora y sujetos gena y el folclor campesino hibri- Desde las pespectivas semió-
de cambio dados con un arte realista que ticas de la cultura (GEERTZ,
denunciaba la explotación y la 1992; BOURDIEU, 1980 y 1988),
Pese a que en los primeros tra- opresión, a la vez que anuncia- la producción de sentido y el uni-
bajos de Paulo Freire se desta- ba la revolución y la emancipa- verso simbólico no son fenóme-
ca una posición abierta y crítica ción colectivas. nos marginales de la vida social
frente a la tensión entre lo obje- sino dimensiones que atraviesan
tivo y lo subjetivo de las prácti- transversalmente todos sus ór-
cas sociales y educativas, en el denes: la cultura está en la polí-
discurso fundacional de la Edu- tica, las relaciones sociales, la
cación Popular enfatizó su polo sexualidad, la religión, el arte, la
objetivo, en particular los aspec- vida cotidiana e incluso en las
tos estructurales de lo macro- prácticas económicas. La cultu-
social: sistema económico, social ra vehiculiza y legitima el poder,
y político, clases sociales, cam- posibilita los vínculos, orienta las
bio social, proyecto histórico, prácticas y los conflictos que
sujeto del cambio, etc. atraviesan toda colectividad; ex-
presada en lenguajes y saberes
Para la mirada clasista de la Edu- compartidos, cristalizada en mi-
cación Popular, existen inexora- tos y rituales, incorporada en los
bles leyes sociales que actúan artefactos, las prácticas y los
como “necesidades históricas” hábitos sociales, la cultura es
en torno a las cuales se constitu- considerada hoy, más que una
yen un sujeto histórico, la clase temática, un ángulo desde el cual
obrera (o la campesina) cuyas se puede abordar el conjunto de
luchas expresaban el sentido pro- la sociedad.
gresivo e irreversible de la histo-
ria; las dimensiones subjetivas de Esta importancia estratégica de
la práctica social eran vistas la cultura en el análisis social se
como epifenómenos determina- ha enriquecido por numerosos
dos “en última instancia” por las estudios y conceptualizaciones
estructuras económicas; cultura provenientes de diferentes dis-
y subjetividad y experiencia per- ciplinas y campos de estudio,

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cuyo abordaje supera los límites una forma de dominación que Así mismo, la Educación Popu-
de este artículo2. Bástenos se- permea todas las relaciones so- lar debe apoyar los procesos de
ñalar que corrientes como el ciales a través de la cultural; de construcción de identidad colec-
interaccionismo simbólico (Blu- este modo hacer política alterna- tiva y de cultura institucional; el
mer, Goffman, Garfinkel), el tiva, más que acumular fuerza reconocimiento del quiénes so-
construccionismo social (Elías, para una eventual “toma de po- mos y el qué queremos a nivel
Bourdieu) y la teoría de la es- der” o centrarse sólo en “incidir individual y colectivo, así como
tructuración (Giddens) son cada en las políticas públicas”, pasa de identificación y abordaje de
vez más influyentes en la inves- por el reconocimiento, de cons- las simbologías, las ritualidades,
tigación sociológica; que en los trucción y superación de las re- las diferencias y las asimetrías
estudios políticos y sobre la de- laciones y prácticas de domina- culturales que atraviesan los gru-
mocracia cobran relevancia los ción y exclusión que se dan en pos y organizaciones, también
estudios de cultura política y los diferentes espacios sociales deben ser objeto de los “análisis
subjetividad (Lechner, Guinsberg, y culturales donde actuamos. de realidad” tan frecuentes en la
1999); que en historia, la tradi- Educación Popular.
ción marxista inglesa (Hobs- La idea de sujetos de cambio y
bawm, Thompson, Rudé) y la el modo de realizarlo también se 2.2. Lo educativo y lo
actual generación de la Escuela ven afectadas; si reconocemos pedagógico
de los Annales (Vovelle, Le Goff, que las luchas, las resistencias,
Aries, Chartier) han dado un lu- las organizaciones y movimien- La manera de ver la educación y
gar central a la cultura en sus tos alternativos no se constitu- el trabajo pedagógico también se
estudios, así como en los estu- yen solamente por factores ob- ven afectados por esta relevan-
dios actuales sobre comunica- jetivos (pobreza, desempleo, cia de la perspectiva cultural en
ción en América Latina (García exclusión política...) sino tam- los análisis sociales. Los proyec-
Canclini, Martín Barbero, Brun- bién por procesos subjetivos (emo- tos educativos se asumen como
ner); que en estudios sobre gé- ciones, convicciones, creencias espacios intersubjetivos, como
nero, sobre juventud, identida- compartidas, valores, utopías...) y “iniciativas institucionales que
des y luchas étnicas y relaciones que no sólo son representados por organizan situaciones comunica-
interculturales, la cultura es im- la razón y las ideologías sino tam- tivas relacionando educadores y
prescindible. bién por los sentimientos y el cuer- educandos en torno a tareas y
po, no habría que magnificar un tiempos específicos” (MARTINIC,
Dentro de la Educación Popular, único sujeto de cambio que uni- 1995: 13); por tanto, el ámbito de
esta importancia de lo cultural en versalice todas las demandas y intervención de la EDUCACIÓN
el análisis social, ha permitido anhelos colectivos, ni creer que POPULAR es el simbólico: las
complejizar su lectura crítica de sólo mediante la “concienti- representaciones e imaginarios
la sociedad, en particular sus zación” se generan las solidari- que poseen las personas para
ideas sobre la política, el cambio dades, los compromisos y las dar sentido y orientar sus prác-
y los actores sociales. En cuan- místicas emancipatorias. ticas.
to a la política ya no se le ve
como una instancia delimitada a Además, si recordamos que las El logro de los propósitos políti-
las instituciones y aparatos es- experiencias organizativas y las cos y culturales de la EDUCACIÓN
tatales y partidistas, sino como movilizaciones populares son POPULAR pasa necesariamente
creadoras de nuevas subjetivi- por el cambio de las representa-
dades, el trabajo educativo debe ciones sociales de educandos y
posibilitar su reconocimiento crí- educadores, dado que estas
2
Un libro reciente, “Pensar las ciencias tico y lúdico y su potenciación. (Moscovisci, 1976) son interpre-
sociales. Reflexiones desde la cultura” Ello no debe verse como frag- taciones que gobiernan el mun-
coordinado por Rossana Reguillo y Raúl mentación que debilita la unidad do cotidiano, produciendo y re-
Fuentes (Iteso, Guadalajara, 1999) presen-
ta un panorama sobre la centralidad de lo
o las luchas, sino afirmación y produciendo creencias, normas
cultural en los estudios sociales en Améri- conjunción de diferencias y uto- y saberes legítimamente acepta-
ca Latina. pías que no restan sino suman. dos por individuos y colectivos.

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Así, la Educación Popular misma psicología cognitiva, la epistemo- de pensar diferentes, según
amplía su campo de acción más logía y las pedagogías críticas. las esferas y dominios de ac-
allá de la concientización, al en- Al poner el acento en las condi- ción en que se desenvuelven
sancharse a otras esferas como ciones culturales, sicológicas y (por ejemplo, pensamiento
las creencias, sensibilidades, de poder que posibilitan el apren- analítico formal e inteligencia
identificaciones y emotividades dizaje, las nuevas búsquedas emocional).
que dan cohesión los colectivos permiten, por un lado, el recono-
sociales y sentido a sus prácticas; cimiento de las situaciones y sa- 3. Admitir que las redes de sig-
estas dimensiones subjetivas beres previos de los sujetos, y nificación previas al proceso
pueden tener mayor capacidad por el otro, la conflictuación, educativo son limitadas y que
para transformar las microestruc- cuestionamiento o de construc- deben ensancharse y com-
turas cotidianas y locales opre- ción de aquellas condiciones, plejizarse al ser conflictuadas
sivas que la sola argumentación relaciones y modos de pensar por experiencias, cuestiona-
desde la razón analítica, tal como que obstaculizan la comprensión mientos y nuevas situaciones
el vivenciar y hacer reflexivas crítica del mundo y la emergen- de aprendizaje: aprendemos
otros modos de ser y relacionarse. cia de lo inédito, lo posible, en desde lo que sabemos (cono-
fin de la utopía. cimientos y cultura previos)
En cuanto a los contenidos de la pero también en contra lo que
Educación Popular, las relacio- Las llamadas pedagogías del diá- sabemos.
nes de género, las sensibilidades logo, negociación o interacción
y los sentidos de vida, así como cultural, han aportado algunos 4. El aprendizaje y por tanto la
otras dimensiones instituyentes criterios metodológicos que rei- educación son experiencias
de subjetividad, pueden ser asu- vindican y potencian la dimensión colectivas, así opere en pro-
midas como tema transversal de subjetiva y que pueden aportar cesos psicológicos individua-
sus programas. Para ello, la dis- a la construcción de una peda- les; aprendemos de y con
tinción que hacen algunos auto- gogía popular, como las siguien- otros: conversando, discutien-
res (MAGENDZO, 1996) entre tes (MARIÑO, 1996 y 2000): do, confrontando, negociando.
currículo manifiesto, currículo Las representaciones, nocio-
oculto y currículo nulo, pueden 1. Toda práctica educativa es un nes, conceptos, valores y ac-
ser de gran ayuda; entendido el proceso intersubjetivo, comu- titudes que tenemos sobre
currículo como lo que realmente nicativo y por tanto productor nosotros mismos, sobre los
aprende el educando a su paso de sentido; en ella entran en demás y sobre el mundo han
por una experiencia educativa, juego saberes, creencias, sido construidos socialmente
más allá de lo previsto por la ins- valores, representaciones e y su cambio sólo es posible
titución (curriculum manifiesto), imaginarios que son reprodu- en ambientes colectivos.
involucra las relaciones y pautas cidos, recreados o transfor-
culturales que vive en la institu- mados en la interacción en- 5 El aprendizaje es práctico y
ción (currículo oculto y también tre educador y educandos, ya reflexivo. Aprendemos ha-
lo que deja fuera, lo no nombra- sea en contexto escolarizados ciendo y reflexionando sobre
do o invisibilizado (currículo o no. lo que hacemos; pero este
nulo). “hacer” no sólo es empírico
2. Reconocer los saberes y mo- sino también mental, lógico y
A nivel metodológico y didáctico, dos de saber diferentes de los esa “reflexividad” no sólo se
la Educación Popular ha incor- sujetos educativos, los cuales realiza desde la lógica racio-
porado propuestas como el diá- van más allá de la dicotomía nal analítica, sino desde toda
logo de saberes (Martinic), la ne- saber popular-saber científi- la densidad de la cultura y la
gociación cultural (Mariño) y el co y están inmersos en los subjetividad de la que esta-
deconstructivismo crítico (Mejía), entramados de significación mos constituidos. Aprendemos
alimentadas por aportes prove- de sus ámbitos culturales; así desde la razón, pero también
nientes de la antropología y la mismo, dentro de cada indivi- desde el afecto, la intuición, el
sociología del conocimiento, la duo pueden coexistir modos deseo, etc

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Finalmente, estas pedagogías GUATTARI, Felix. Caosmosis. Buenos Torres, Alfonso. La educación popu-
permiten reconocer las identida- Aires: Ursula, 1997. lar: entre la esperanza y la in-
des singulares o comunes en jue- certidumbre . Bogotá: Cinde,
go, propiciando el compartir sus GUINSBERG, Enrique. “Proyectos, 1993.
biografías personales, generan- subjetividades e imaginarios en
do experiencias que pongan en Latinoamérica”. En Argumentos ————. Discursos, prácticas y
evidencia nuestros miedos, an- #s. 32/33. México: UMAM Xochi- actores de la Educación Popu-
helos, sueños y deseos, y per- milco, 1999. lar en Colombia. Bogotá: Univer-
mitiendo construir en común pro- sidad Pedagógica Nacional,
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Pedagogía y Saberes Nº 15 2000

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