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Resumen
René Descartes hizo del racionalismo la base de la filosofía moderna al integrar en su universo
conceptual muchos nuevos descubrimientos científicos. Fundó el famoso método de dudar de
todo y buscar la certeza: “No puedo hacer nada más, hasta que haya aprendido con certeza
que no hay nada en el mundo que sea cierto” (Descartes, 1997; p. 139). Al analizar
comparativamente sus pensamientos provenientes de la mente y la información proveniente
del sistema sensorial, Descartes llegó a la conclusión de que el pensamiento es el único
atributo que le pertenece y que no puede separarse de él: “¿Qué hay del pensar? Encuentro
aquí que el pensamiento es un atributo que me pertenece; ella sola no puede ser separada de
mí. soy, existo, eso es cierto” (Descartes, 1997; p. 141). Eso significa que la única prueba de
nuestra existencia es el hecho de que pensamos y mediante el pensamiento adquirimos
conocimiento. En su famosa formulación “Cogito, ¡ergo sum!”, la mente y el cuerpo son como
dos mundos diferentes, y mientras las sensaciones corporales fallan en la prueba de
confiabilidad, el pensamiento demuestra ser la única característica confiable y cierta.
Finalmente, comenta: “Yo soy, sin embargo, una cosa real y realmente existo; pero que cosa
He respondido: una cosa que piensa” (Des-cartes, 1997; p. 142). Este dualismo de mente y
cuerpo tuvo un gran impacto en la ciencia, la filosofía y la educación en Europa, y más tarde en
América. Aún hoy, muchos autores consideran que el conocimiento es racional y se basa
únicamente en procesos mentales.
conocimiento. Mente y cuerpo no son dos realidades distintas sino una integrada que crea
toda la personalidad de las personas. “Para los japoneses, conocimiento significa sabiduría que
se adquiere desde la perspectiva de toda la personalidad. Esta orientación ha demostrado ser
la base para valorar la experiencia personal y física sobre la abstracción intelectual indirecta”
(Nonaka y Takeuchi, 1995; p. 29). Esta visión integrada se puede ver en la educación samurái,
donde la meditación interna se utilizó junto con el entrenamiento físico, y en las prácticas de
gestión del conocimiento desarrolladas dentro de las empresas japonesas, donde el foco está
en el conocimiento tácito que refleja el conocimiento directo de las mejores personas.
experiencia. Es interesante ver cómo Miyamoto Musashi, el legendario artista marcial japonés,
enfatiza en su famoso Libro de los cinco anillos la importancia de aprender con todo el cuerpo
el movimiento correcto durante una pelea (Kauf-man, 1994; p. 31): “ El movimiento apropiado
del cuerpo depende enteramente de la manera en que te comportas. Los pies llevan el cuerpo
y el cuerpo dirige los pies. Pise firmemente con el talón tocando el suelo primero y luego ruede
hacia adelante hasta la punta de su pie. Practica esto hasta que parezcas moverte sin
movimiento”.
• La condición de verdad. Requiere que si uno conoce una proposición, entonces esa
proposición debe ser verdadera. Si la proposición no es verdadera, entonces esa persona no
sabe lo que dice saber. La condición de verdad marca la diferencia entre opinión y
conocimiento.
• La condición de creencia. Esa condición exige que si uno conoce una proposición, entonces
crea esa proposición.
• La condición de justificación. Esa condición requiere una forma práctica de justificar que la
creencia que uno tiene es verdadera. Reuniendo estas condiciones para saber, se puede
concluir que “las condiciones necesarias y suficientes para saber que algo es el caso son
primero que lo que se dice saber sea verdadero, segundo que uno esté seguro de ello, y
tercero que uno debería tener el derecho a estar seguro” (Ayer, 2009; p. 13). El derecho a
estar seguro se puede ganar de diferentes maneras que dependen de la cultura y el contexto.
Estas condiciones generalmente se sintetizan en un formato lógico. Considerando que S es el
sujeto o el conocedor, y que P es la proposición que se supone que el sujeto sabe, se puede
escribir (Gettier, 2009; p. 14): S sabe que P si:
• P es verdadera,
• S cree que P, y
Sin embargo, Gettier (2009) construyó algunos contraejemplos para demostrar que esta
formulación no constituye una condición suficiente para que el sujeto S sepa que P ya que la
justificación podría no ser confiable. Una persona puede estar completamente justificada al
creer algo (es decir, P) que puede ser falso. En la literatura, este caso se conoce como el
“problema de Gettier” con respecto a la justificación. Lehrer (2009) introduce una cuarta
condición para resolver ese problema, pero es demasiado abstracta para discutirla aquí. Es
mucho más atractivo discutir cómo Nonaka y Takeuchi (1995) consideran el problema de la
justificación en la práctica, es decir, en una empresa.
Adoptando una visión integrada sobre la naturaleza del conocimiento, algunos autores
(Dombrowski et al. 2013) explican que existen tres tipos de conocimiento: a) conocimiento
experiencial; b) habilidades; yc) afirmaciones de conocimiento. Están interconectados, pero
tienen algunas características específicas propias.
Las afirmaciones de conocimiento son lo que sabemos, o creemos que sabemos. No sabemos
cuánto sabemos, ya que conocimiento significa tanto conocimiento explícito como
conocimiento tácito, lo que significa experiencia que existe en nuestra zona inconsciente y se
manifiesta especialmente como intuición. El conocimiento explícito es algo que aprendemos
en las escuelas y leyendo libros, o simplemente escuchando a algunos profesores o
disertantes. La pretensión de conocimiento es lo que enmarcamos de manera explícita
mediante el uso de un lenguaje natural o simbólico. Así, el lenguaje es un componente esencial
de la transformación de nuestra experiencia emocional y espiritual en conocimiento racional o
explícito. Con el conocimiento explícito estamos entrando en la zona de intercambio entre
conocimiento personal y compartido. “Debido a que las ideas se expresan en lenguaje, pueden
ser examinadas y discutido, cuestionado, evaluado, refutado o publicado y transmitido. Las
afirmaciones de conocimiento nos permiten aprender unos de otros y construir nuestro
conocimiento compartido” (Dombrowski et al., 2013; p. 44).
Las metáforas son similares a las analogías que crean comparaciones entre un objeto o
concepto conocido y uno menos conocido. Nos permiten mapear una experiencia en términos
de otra experiencia, haciendo posible comprender situaciones nuevas y complejas en términos
de lo que ya sabemos. Una metáfora se compone de dos dominios semánticos diferentes: a)
un dominio de origen donde describimos el objeto o concepto conocido con sus atributos
estructurales y funcionales, yb) un dominio de destino donde ubicamos el objeto o concepto
menos conocido. El pensamiento metafórico significa analizar los atributos y las relaciones del
dominio de origen y compararlos con la situación del dominio de destino tratando de
identificar cuáles de estos elementos se pueden transferir del dominio de origen al dominio de
destino. Teóricamente, realizamos un mapeo estructural de los atributos y relaciones
conocidos desde el dominio de origen hacia el dominio de destino (ver Figura 1.1).
Como resultado de este proceso, el objeto o concepto menos conocido recibe nuevos
atributos semánticos que conducen a su mejor comprensión. Como sugirió Lackoff (1990), las
metáforas pueden crear significado y ampliar el horizonte semántico del objeto o concepto
menos conocido. Eso significa que en un proceso metafórico se proyecta un sistema
conceptual de un dominio a otro, que suele ser más abstracto. Es un esfuerzo de abstracción
progresiva, que quedará claramente demostrado en el caso de las metáforas del conocimiento
(Gentner et al. 2001). Sin embargo, no todos los atributos estructurales y funcionales del
dominio semántico conocido pueden transferirse al dominio semántico menos conocido, lo
que significa que discutimos sobre un mapeo selectivo basado en algunas hipótesis y principios
sólidos. Por ejemplo, en el pozo metáfora conocida El tiempo es dinero, el dominio de origen
contiene el campo semántico del concepto dinero y el dominio de destino contiene el campo
semántico del concepto tiempo. En esta metáfora, el dinero representa un objeto tangible con
algunos atributos físicos o estructurales Dominio de origen Dominio de destino Mapeo y
algunos funcionales o intangibles. El tiempo representa un objeto intangible solo con atributos
estructurales y funcionales intangibles. Por lo tanto, la metáfora no puede mapear los
atributos físicos del dinero en el dominio de destino, pero puede mapear los atributos
intangibles funcionales como el gasto y el ahorro. Por ejemplo: ahorré una hora manejando el
auto en una ruta diferente.
La primera clase de metáforas desarrolladas por personas que buscaban la comprensión del
conocimiento y su uso en contextos organizativos prácticos es la del conocimiento como
objetos, acciones o recursos. La explicación proviene del hecho de que los objetos son
tangibles con atributos claros y fácilmente identificables. En una investigación sobre la
naturaleza del capital intelectual y sobre las metáforas utilizadas por diferentes autores,
Andriessen (2006) muestra que Davenport y Prusak utilizaron este tipo de metáforas en el
primer capítulo de su libro Working Knowledge. Cómo las organizaciones gestionan lo que
saben en proporción del 59% del número total de todas las metáforas utilizadas en ese
capítulo, y Nonaka y Takeuchi en el capítulo 5 de su libro La empresa creadora de
conocimiento. Cómo las empresas japonesas crean la dinámica de las metáforas de innovación
basadas en objetos físicos en proporción del 29% del número total de metáforas utilizadas en
ese capítulo. Brindamos estos ejemplos porque ambos libros han sido muy influyentes entre
todos los académicos y profesionales involucrados en la gestión del conocimiento y el capital
intelectual, y han contribuido significativamente a promover metáforas del conocimiento
basadas en objetos físicos y sus atributos. Los siguientes son solo algunos ejemplos de tales
metáforas, donde introdujimos cursiva para subrayar los elementos principales de estas
metáforas:
(1) “La idea de tratar el conocimiento como un objeto ya ha sido explotada en una variedad de
áreas a través de la gestión del conocimiento y la tecnología de la información” (Borgo y Pozza,
2012; p.229).
(2) “Un mapa de conocimiento también puede servir como inventario… Por lo tanto, puede
usarse como una herramienta para evaluar el acervo de conocimiento corporativo, revelando
las fortalezas a explotar y las brechas a llenar” (Daven-port y Prusak, 2000; p. . 72).
(5) “Así como los alimentos y los productos manufacturados se pueden empaquetar y vender,
existen formas de empaquetar el conocimiento para beneficio comercial, usando las leyes de
propiedad intelectual” (Sullivan, 1998: p. 143).
debate sobre este tema). En segundo lugar, al distribuir objetos físicos la cantidad inicial de los
mismos va disminuyendo progresivamente. En realidad, cuando una persona comparte su
conocimiento con otra o lo difunde a un grupo de personas, la cantidad inicial de conocimiento
no disminuye; se mantiene en el mismo nivel ya que el conocimiento no se compone de piezas
individuales bien definidas que se sustraen del inventario inicial. En tercer lugar, cuando los
objetos físicos se utilizan con frecuencia y durante mucho tiempo sufren un proceso de
degradación. El conocimiento se puede usar tanto como lo necesitemos sin ningún proceso de
pérdida de ninguna de sus propiedades. Basta pensar en el teorema de Pitágoras en
matemáticas o en las leyes newtonianas de la física. Estas metáforas han sido promovidas en
su mayoría por investigadores provenientes de las ciencias de la información y la ingeniería
que trabajan con el concepto shannoniano de información, el cual carece de significado (Bra-
tianu, 2015) y es un concepto matemático puro que refleja una cierta distribución de
probabilidades . Por su naturaleza matemática, este concepto de información es objetivo, y su
objetividad inspiró a algunos investigadores a extender los métodos matemáticos al concepto
de conocimiento y encontrar formas de objetivarlo. En esta perspectiva, Bolisani, Borgo y
Oltra-mari (2012, p. 203) señalan que si “el conocimiento puede ser objetivado, esto significa
que puede ser manipulado, reproducido, almacenado y transferido, en gran medida
independientemente del individuo que lo produce o lo posee. eso". Ese conocimiento
objetivado se puede incrustar en documentos, códigos de software, bases de datos y
diferentes plataformas para compartirlo entre los empleados con una alta probabilidad de
obtener la misma interpretación.
estructuras de conocimiento. Aquí, tenemos que hacer una distinción clara entre la cadena de
signos que corresponde a una pepita de conocimiento y el contenido semántico de esa pepita.
Por ejemplo, podemos considerar como una pepita de conocimiento una tendencia
encontrada en una gran base de datos, expresada como una oración. Podemos juntar tales
oraciones y resumirlas en un párrafo. Es una operación lineal aplicada a las cadenas de letras
oa sus correspondientes digitales que pueden almacenarse, recuperarse, transferirse o
distribuirse. Sin embargo, los significados de las pepitas no se pueden agregar en el mismo
principio, ya que el significado no es lineal y el resultado de dicha agregación puede no tener
ningún significado. La situación conflictiva se genera por la diferente significación del concepto
de información shannoniana utilizado en informática como un constructo matemático puro sin
ningún contenido semántico, y el concepto de información semántica utilizado en la gestión
del conocimiento.
En términos prácticos, las pepitas de conocimiento pueden ser el resultado de presentar
algunas ideas, consejos, reglas o sugerencias prácticas de manera muy sintética, utilizando
tanto textos como imágenes, como en una serie de videos humorísticos para agentes de
ventas de campo que se publican en Youtube. . Además, la organización
Migration4Development (M4D) utiliza pepitas de conocimiento como extracciones de
conceptos e ideas clave de proyectos, discusiones electrónicas, chats en vivo e informes para
informar a la comunidad sobre problemas de M4D a nivel local. En un sentido más amplio, las
pepitas de conocimiento pueden concebirse como resultado del proceso de discretización por
partes de un continuo de conocimiento contenido en un libro, documento, programa,
conferencia o chat en vivo y la selección de los más significativos para los usuarios. Podemos
hacer un paralelismo con fenómenos matemáticos no lineales complejos que no se pueden
resolver tal como son, y los expertos utilizan diferentes métodos de discretización para
transformar esos campos continuos en discretos para los que se pueden aplicar métodos
numéricos para obtener soluciones útiles.
La metáfora del iceberg ha sido utilizada extensamente por Ikujiro Nonaka y sus colegas ya que
es muy simple e intuitiva para la díada conceptual conocimiento explícito - conocimiento tácito
(Nonaka1994; Nonaka et al., 2008; Nonaka y Takeuchi, 1995; Nonaka y Von Krogh, 2009).
Como reconocen, el aspecto fundamental de su epistemología es la distinción entre
conocimiento explícito y tácito, distinción que puede entenderse fácilmente utilizando la
metáfora del iceberg. “Así, el conocimiento que se puede expresar en palabras y números
representa solo la punta del iceberg de todo el cuerpo de conocimiento” (Nonaka y Takeuchi,
1995; p. 60). El conocimiento explícito es el conocimiento racional que se puede formular
utilizando cualquier lenguaje natural o simbólico y se puede transferir fácilmente en un
contexto social. Es como la parte visible del iceberg. El conocimiento tácito es conocimiento
personal y proviene principalmente de la experiencia directa, que es procesada por el
inconsciente cognitivo. Según Nonaka y Takeuchi (1995; p. 8), “El conocimiento tácito es
personal y difícil de formalizar, lo que dificulta la comunicación o el intercambio con otros. Las
percepciones subjetivas, las intuiciones y las corazonadas entran en esta categoría de
conocimiento. Además, el conocimiento táctico está profundamente arraigado en la acción y la
experiencia de un individuo, así como en los ideales, valores o emociones que abraza”.
Metafóricamente, el conocimiento tácito puede ser representado por la parte oculta del
iceberg. Sabemos que está ahí, debajo de la línea de flotación, pero no podemos verlo y no
tenemos idea del tamaño de esa parte del iceberg.
La metáfora del iceberg capta nuestra atención ya que es simple e intuitiva, pero por otro lado
tiene serias limitaciones ya que el iceberg es un sólido y no hay flujo entre sus partes visibles y
ocultas. Por lo tanto, no existe una dinámica en el dominio de origen que pueda asignarse al
dominio de destino para ilustrar el proceso de conversión del conocimiento tácito. en
conocimiento explícito. Además, la división del iceberg en dos partes distintas solo se puede
ver desde la perspectiva de un observador, ya que el iceberg es un sólido homogéneo sin
diferencias intrínsecas entre las partes superior e inferior. Así, la distinción entre conocimiento
tácito y explícito proviene de un atributo contextual del iceberg visto en el agua del océano y
no de una distinción material entre las partes superior e inferior, lo que cuestiona la
efectividad del mapeo estructural desde el dominio de origen en el dominio de destino de la
metáfora.
• “Para que este flujo de conocimiento prevalezca, la cultura organizacional debe ser
extraordinaria” (Davenport y Prusak, 2000; p. 109).
• “Con la visión más amplia que estoy adoptando, afirmo que la gestión de los flujos de
conocimiento es algo que se puede aplicar y utilizar en casi cualquier tipo de organización”
(Leistner, 2010; p. 6).
• “Entonces, el flujo de conocimiento de los individuos depende de tres grandes factores: las
preferencias individuales, la situación social y los factores organizacionales” (Oliver, 2013; p.
19).
Los flujos de fluidos son fenómenos bien conocidos, fáciles de entender y explicar. A diferencia
de los objetos que tienen geometrías limitadas y bien definidas que son estáticas e inmutables
en un campo de fuerzas uniforme y constante, los fluidos tienen geometrías cambiantes y
tienen la propiedad de fluir bajo la influencia de un campo de presión. Son dinámicos. Los
fluidos pueden acumularse y almacenarse en depósitos y distribuirse a través de canales o
sistemas de tuberías industriales. En la naturaleza, los fluidos fluyen en canales o ríos como
resultado del campo de gravedad, es decir, de una altitud mayor a una menor. En la industria,
las ciudades o los edificios, el fluido fluye a través de conductos y tuberías desde un nivel de
presión más alto creado por una bomba hacia un nivel de presión más bajo. Ese movimiento
de flujo se ha utilizado muchas veces en la ciencia para explicar nuevos fenómenos como la
corriente eléctrica.
y flujo de calor. Incluso hoy en día, algunas personas piensan que el calor fluye de un objeto
físico caliente hacia uno frío y que la electricidad fluye a través de un cable. ¿Por qué no
considerar que el conocimiento fluye a través de una estructura organizacional desde las
personas bien informadas hacia las menos informadas?
El conocimiento como stocks y flujos es una metáfora compleja compuesta por varias simples
que forman analogías con los fluidos, su propiedad física de ser un continuo y su atributo
funcional de fluir. Nissen (2006; p. XX) asoció el flujo de fluidos a través de un sistema de
tuberías con el flujo de conocimiento a través de una estructura organizacional: “En la medida
en que el conocimiento organizacional no existe en la forma necesaria para su aplicación o en
el lugar y tiempo requerido para permitir el desempeño del trabajo, entonces debe fluir desde
cómo existe y dónde está ubicado hasta cómo y dónde se necesita. Este es el concepto de
flujos de conocimiento”. El modelo propuesto por Nissen es una extensión del modelo
dinámico desarrollado por Nonaka y sus colegas (Nonaka, 1994; Nonaka y Takeuchi, 1995) ya
que se basa en el constructo SECI, pero contiene el tiempo como una nueva dimensión.
Mientras que el modelo de Nonaka es un modelo inercial, el de Nissen es realmente un
modelo dinámico porque incluye el tiempo. Nissen introduce dos nuevas dimensiones: ciclo de
vida y tiempo de flujo. “El ciclo de vida se refiere al tipo de actividad (por ejemplo, creación,
intercambio, aplicación) asociada con los flujos de conocimiento. El tiempo de flujo se refiere
al período de tiempo (por ejemplo, minutos, días, años) requerido para que el conocimiento
pase de una persona, organización, lugar o tiempo a otro” (Nissen, 2006; p. 35). Es útil
subrayar el hecho de que los flujos de conocimiento en la perspectiva de Nissen se refieren no
solo al movimiento del conocimiento de una parte de la organización a otra, sino también de
un momento del tiempo a otro. El flujo de tiempo es importante especialmente para la
transferencia de conocimiento intergeneracional y la creación de bases de datos. Sin embargo,
Szulansky (1996; 2000) revela que los flujos de conocimiento implican también la permanencia
del conocimiento que se manifiesta como una dificultad en el proceso de transferencia del
conocimiento. Él dice que el conocimiento puede ser pegajoso: “En gran medida, esto se debe
a que la transferencia interna de conocimiento, en lugar de fluida, a menudo es ‘pegajosa’ o
difícil de lograr” (Szulansky, 2000; p. 10).
Tenemos que observar el hecho de que el conocimiento metafórico como objetos puede
usarse solo para conocimiento explícito, mientras que el conocimiento metafórico como stocks
y flujos puede usarse tanto para conocimiento explícito como tácito. Davenport y Prusak
(2000; p.5) utilizaron esta vinculación metafórica en su famosa definición: “El conocimiento es
una mezcla fluida de experiencia enmarcada, valores, información contextual y perspicacia
experta que proporciona un marco para evaluar e incorporar nuevas experiencias. e
información". Sin embargo, la metáfora del flujo de conocimiento no puede explicar la
conversión del conocimiento tácito en conocimiento explícito que constituye la esencia de la
creación de conocimiento en el modelo de Nonaka. Además, la metáfora todavía se basa en la
física newtoniana que implica movimiento en el espacio y linealidad cuando se trata de
conocimiento. No existe transformación de fase u otro tipo de cambio de naturaleza del fluido
para soportar los procesos de conversión de conocimiento postulados por Ikujiro Nonaka en su
famoso modelo SECI. Para superar estas limitaciones, necesitamos cambiar el paradigma de la
lógica newtoniana por el paradigma de las transformaciones entrópicas, como explicaremos en
las próximas secciones de este capítulo.
• La energía es un campo.
• La energía se manifiesta en diferentes formas (es decir, mecánica, térmica, eléctrica, etc.)
El primer atributo nos lleva a una nueva interpretación del conocimiento que cambia el
paradigma principal para definirlo. El conocimiento ya no se considera como un objeto
tangible o un flujo fluido. Se considera como un campo de fuerzas que es intangible y forma un
continuo tanto en el espacio como en el tiempo. Por ejemplo, todos somos conscientes del
campo de gravedad aunque no podamos verlo ni tocarlo. Pero si saltamos sentimos
inmediatamente la fuerza de atracción de la tierra. Eso significa un campo intangible de
fuerzas. Los campos de energía generalmente se distribuyen de manera no uniforme en el
espacio y tienen variaciones en el tiempo. Estas propiedades se pueden trasladar al campo del
conocimiento.
El campo del conocimiento racional contiene el conocimiento racional que ha sido considerado
como la única forma de conocimiento durante siglos por los filósofos. Discutimos acerca de
estos aspectos epistemológicos del conocimiento al comienzo del capítulo. El conocimiento
racional está representado principalmente por el conocimiento explícito, ya que es el resultado
del cerebro cognitivo consciente. Descartes (1997; p. 147) expresó esa convicción de la
siguiente manera: “Ni siquiera los cuerpos son propiamente conocidos por los sentidos o por la
facultad de la imaginación, sino sólo por el entendimiento, y como no se conocen por el hecho
de que se ven o se tocan, pero sólo porque se entienden. Veo claramente que no hay nada que
me sea más fácil de conocer que mi mente”. El conocimiento racional se considera objetivo y
esta actitud lo hacía apto para el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico.
Asimismo, la educación en los países occidentales ha sido concebida en términos objetivos y
enfatizado la importancia de la ciencia y la tecnología lo que significa la primacía del
conocimiento racional. El conocimiento racional se enmarca en el conocimiento explícito
mediante el uso de un lenguaje natural o simbólico: “El lenguaje sirve no solo para expresar
pensamientos, sino para hacer posibles pensamientos que no podrían existir sin él” (Russell,
1992; p. 58). El conocimiento racional organizacional se obtiene integrando todos los campos
de conocimiento racional individual y todos los documentos y bases de datos que contienen
datos, información y conocimiento. La teoría clásica de la toma de decisiones se basa en el
conocimiento racional y se expresa principalmente en el lenguaje simbólico de las
matemáticas. La gestión del conocimiento se ha desarrollado en su primera fase sobre el
conocimiento racional como una extensión de la gestión de la información que se centra en el
concepto de información shannoniana y tecnología de la información. Es por eso que los
gerentes desarrollaron sus estrategias genéricas basadas en el conocimiento racional y la
tecnología de la información.
Las personas que trabajan juntas en una empresa comparten sus valores y creencias sobre la
vida, el trabajo y el futuro generando con el tiempo una cultura organizacional y una
espiritualidad laboral. Es una forma de pensar y sentir inextricablemente conectada con el
cuidado, la esperanza, la bondad, el amor y el optimismo. El conocimiento espiritual es
esencial en la toma de decisiones ya que los argumentos racionales están fuertemente
influenciados por la configuración de valores. Todos somos conscientes del hecho de que los
valores positivos se correlacionan directamente con el éxito empresarial, mientras que los
valores negativos conducen a los gerentes hacia el fracaso empresarial. Por lo tanto, el
conocimiento espiritual que refleja valores positivos e inteligencia espiritual positiva es
esencial para concebir estrategias exitosas y lograr una ventaja competitiva. El conocimiento
espiritual está intrínsecamente relacionado con el concepto de Responsabilidad Social
Corporativa, un concepto que exige un gobierno responsable y una visión impulsada por
valores sociales y no por la maximización de las ganancias (Basu y Palazzo, 2008; Branson,
2011; Pinto et al., 2008). ; Wang et al., 2011).
1.4 Conclusión
Los científicos cognitivos demostraron que nuestra mente funciona metafóricamente. Eso
significa que usamos metáforas para entender y explicar un concepto o experiencia menos
conocida en términos de otra muy conocida. Las metáforas conceptuales tienen una estructura
simple compuesta por un dominio de origen donde ubicamos el concepto conocido y un
dominio de destino donde ubicamos el concepto nuevo o menos conocido. Mediante el uso de
mapeo estructural, algunos de los principales atributos del concepto enmarcado en el dominio
de origen se transfieren al concepto colocado en el dominio de destino, ampliando así su
campo semántico. Dado que el conocimiento es un concepto abstracto sin ninguna referencia
a algunos objetos tangibles, los autores utilizan metáforas explícitas o implícitas al tratar con él
y con la gestión del conocimiento. La primera clase de metáforas desarrolladas para la
explicación del conocimiento se basa en aquellas que contienen objetos físicos con atributos
tangibles en el dominio fuente. Es la clase favorita de metáforas utilizadas por los autores que
tratan el conocimiento como recurso estratégico. Así, el conocimiento puede acumularse,
almacenarse, distribuirse, empaquetarse y entregarse como objetos tangibles. De esa clase
derivó últimamente la metáfora del iceberg que se ha utilizado extensamente para explicar el
par de conocimiento explícito y tácito. Las pepitas de conocimiento son una extensión de la
misma categoría de metáforas, pero resultaron de una discretización de un continuo de
conocimiento (es decir, un texto que contiene una narración o una historia). La clase más
avanzada de metáforas son aquellas basadas en stocks, flujos o stocks y flujos utilizados en el
dominio fuente. Así, el conocimiento se concibe como un fluido que fluye a través de las
organizaciones desde donde se crea hasta donde se necesita.
1.5 Referencias
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