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Republica Democrática del Congo entre el Capitalismo, la guerra y coltán.

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su


libre arbitrio, bajo circunstancias elegidos por ellos mismos,
sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran
directamente, que existen y les han sido legadas por el
pasado.”

Karl Marx1

Introducción

A lo largo de este trabajo pretendo demostrar que la agudización del conflicto en la República Democrática del
Congo a partir del año de 1998, etapa mejor conocida como La Segunda Guerra del Congo, es producto y
comprobación del avance de la crisis del capitalismo en su fase monopolista, pues, el sistema capitalista en esta
etapa de su desarrollo se integra por un grupo de grandes consorcios trasnacionales que se hallan en lo alto de la
estructura económica; por lo que la tendencia del capitalismo monopolista es exacerbar los conflictos sociales,
raciales, étnicos, políticos, económicos, etc. con el fin de mantener, sobre la crisis, la reproducción del capital.

Además, también pretendo hacer una diferenciación entre el colonialismo del siglo anterior en la Republica
Democrática del Congo y las nuevas formas de extracción de los recursos. En la forma anterior del colonialismo
una potencia imperialista ejercía un control político y económico de forma directa y exclusiva en el territorio
para asegurar los recursos necesarios para el segmento capitalista que representan, y que conforme fueron
emergiendo nuevas potencias industriales, necesitaban tener acceso a estos recursos naturales y materias primas
con el fin de asegurarles un lugar en la competencia intercapitalista, y como sabemos esta situación a su vez se
convirtió en una de la causas de las guerras inter imperialistas del siglo pasado. En las nuevas formas de
apropiación de los recursos ya no se ejerce un control de forma directa sobre un territorio, y en muchos casos ya
no están los ejércitos regulares de las superpotencias imperialistas luchando por la apropiación del territorio, sino
que ahora, creando o aprovechándose de un conflicto preexistente, arman cada quien a una u otra facción en
pugna, de tal forma que la superpotencia o el segmento del gran capital representado por ella obtiene
superganancias derivadas de la extracción de recursos a bajo costo, la venta de armas, equipo y asesoría militar,
situación que se reproduce en muchas partes del planeta, sin embargo, a lo largo de este texto se enfocará al caso
de la República Democrática del Congo, donde el conflicto ha cobrado la vida de más de 7 millones de personas,

1
Karl Marx. El 18 Brumario de Luis Bonaparte.Fundación Federico Engels. Primera edición. Madrid, España. Noviembre
2003.
desplazado a 3 millones de sus tierras y hogares y ha empobrecido a la mayoría de su población, por lo que se ha
catalogado como el conflicto más mortífero de posguerra.

Las incalculables riquezas que alberga el territorio congolés han sido objeto permanentemente de la codicia de
reyes, imperios coloniales, multinacionales, políticos y aventureros de las más diversas categorías, siempre
dispuestos a privar a los pueblos de sus recursos naturales. En el siglo XIX, durante el reparto europeo de África,
el Congo fue entregado al rey Leopoldo II de Bélgica (1835-1909), quien lo gobernó durante décadas, como si se
tratara de su hacienda privada. Además, tras la Primera Guerra Mundial, los belgas obtuvieron de Alemania, a
través del Tratado de Versalles (1919), la colonia de Ruanda-Urundi. Eufemísticamente se le denominó Estado
Libre del Congo. El dominio belga fue sanguinario, incluso para los brutales estándares del colonialismo
europeo en África. En la búsqueda de caucho y marfil, los belgas asesinaron a millones de congoleses en los
primeros 30 años de su dominio. Leopoldo II hizo uso de distintas forma de coerción para hacerse del control de
los territorios africanos, iba dictando normas por las que expropiaba a los pueblos congoleños de todas sus tierras
y recursos e incitaba a su ejército privado, la Fuerza Pública, a servirse de todo tipo de torturas, secuestros y
asesinatos para someter a la población a los trabajos forzados que, en un brevísimo periodo de tiempo, le
convertiría en uno de los hombres más ricos del mundo. Además de crear su propia empresa para la extracción
del caucho y marfil, concedía tierras a empresas privadas a cambio de un porcentaje sobre los beneficios. Es el
caso la Compañía de Katanga o la Unión Minera del Alto Katanga que a partir de 1905 comenzaron a extraer
mineral de cobre con la contrapartida del pago de un porcentaje al estado, que no era otro que el propio
Leopoldo. En el año de 1908, el parlamento belga, obligó al rey Leopoldo II a ceder sus dominios del Estado
Libre del Congo, quedando todo el territorio bajo la autoridad del Estado, pasado a llamarse Congo Belga,
convirtiéndolo formalmente en una colonia.

Cuando el parlamento belga vota la nacionalización de la colonia en 1908, el Congo es dirigido por un ministerio
de Colonias y un Consejo Colonial y gobernado a través de leyes especiales. In sitio, el poder es ejercido por un
Gobernador General y un Procurador General. Este último tiene a su cargo a los agentes del Estado y preside un
Consejo de Protección de los Indígenas, para evitar la repetición de los abusos de la época de Leopoldo II. La
colonia es organizada en seis provincias, a las que se añaden, en 1922, Ruanda y Burundi, arrancados a
Alemania después de la Primera Guerra Mundial.

El poder colonial se organiza en torno a la Administración, las misiones y las grandes compañías. La única
instrucción que existe es impartida por los misioneros y toda promoción social está condicionada a la
conversión. Con el propósito explícito de evitar la formación de una élite congolesa, la colonización belga es
masiva: la población autóctona trabaja sobre todo en las minas y en las plantaciones, dirigidas por varias decenas
de miles de colonos, granjeros o funcionarios. Incluso los puestos intermedios, como jefe de una estación de
ferrocarriles o jefe de una oficina de correos, son reservados a colonos blancos.
La sociedad colonial es extremadamente jerarquizada y racista; el colono blanco, presentado como civilizador,
aparece como intrínsecamente superior al negro. Las nuevas ciudades son divididas entre los barrios ocupados
por la población negra y los exclusivos para los colonos; la división racial se aplica en los cines, lugares públicos
y embarcaciones fluviales. Los matrimonios entre negros y blancos están, por supuesto, severamente prohibidos.

Tras la caída del curso del caucho y del marfil hacia 1915, las 200 sociedades belgas presentes en la colonia van
a reorientarse en la minería. La mayor parte de ellas son filiales de cuatro grandes consorcios: la Sociedad
General de Bélgica, el grupo Empain, el grupo Cominier y el Banco de Bruselas.

En 1941, alrededor de 15 millones de congoleses son gobernados por unos 28.000 belgas. Las 6.000
comunidades que existían en el Congo precolonial, son agrupadas en 432 distritos, que administran su sector,
según los principios del “gobierno indirecto”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la colonia reconoce al gobierno belga exiliado en Londres. Para contribuir
con el esfuerzo militar de los Aliados, se instaura una nueva reglamentación que aumenta el trabajo obligatorio
en plantaciones y minas a 120 días al año, para intensificar la producción de oro, cobalto, tungsteno, cobre y
uranio, este último utilizado en la fabricación de las primeras bombas atómicas. Soldados congoleses son
enviados a reforzar los frentes de los Aliados al norte de África, donde descubren otras sociedades menos
racistas. Terminada la Guerra, éstos difunden en la colonia la existencia de otras sociedades más tolerantes y
comienzan a criticar discriminación racial. Una consecuencia directa del fin del periodo de guerras imperialistas
fueron los movimientos de descolonización en África2 y de los primeros intentos de construcción de estados
africanos.

En respuesta a la presión de los colonizados, la administración belga crea el estamento social de los
“evolucionados”: ciertos negros puedan acceder a empleos secundarios, remunerados a un tercio de la paga de
un blanco, después de aprobar un examen y una evaluación de su forma de vida. Uno de ellos es Patricio
Lumumba, un autodidacta que obtiene esa promoción colonial al segundo intento. En los años 1950, en un
período de fuerte crecimiento económico, la colonia requiere trabajadores más instruidos. Se instalan las
primeras escuelas y Facultades y algunos “evolucionados” son invitados a conocer la metrópolis. Muy pronto
llegan al Congo los ecos de la ebullición anticolonial que ocurría en otras regiones de África y de la rapidez con
que Francia concede la independencia a 15 estados de África del oeste.

2
Eric Hobsbawm. Historia del Siglo XX. Ed. Siglo XXI. Hobsbawn menciona al respecto que la descolonización y las
revoluciones transformaron drásticamente el mapa político del globo. La cifra de estados asiáticos reconocidos
internacionalmente como independientes se quintuplicó. En África, donde en 1939 sólo existía uno, ahora eran unos
cincuenta.
La aspiración a la independencia se encarna en el nacimiento de los primeros partidos políticos congoleses: la
abako (Asociación del Congo Central), federalista, dirigida por Joseph Kasavubu, y el Movimiento Nacional
Congolés, que reivindica un Congo unitario, laico e independiente, liderado por Patricio Lumumba.

Mientras en Bruselas se habla de conceder una cierta autonomía al Congo, en Leopoldville (actual Kinshasa) las
manifestaciones por la independencia se transforman en motines que dejan varios muertos. El gobierno belga,
temeroso de una guerra anticolonial como la que afronta Francia en Argelia, acepta discutir de independencia
con los dirigentes políticos congoleses. Los contactos toman la forma de una “Mesa redonda” que sesiona en
Bruselas a principios de 1960. La Mesa organiza las primeras elecciones parlamentarias y fija la independencia
para el 30 de junio de 1960, dando inicio al periodo conocido como la crisis del Congo.

La crisis de Congo fue un periodo de agitación política y conflicto en la República del Congo entre 1960 y 1966.
Se comienza casi inmediatamente después de la independencia del Congo de Bélgica y termina de manera no
oficial, cuando todo el país cae bajo el gobierno dictatorial de Joseph-Désiré Mobutu. Constituyendo una serie de
guerras civiles, la Crisis de Congo fue también un conflicto dentro de la Guerra Fría en la que la Unión Soviética
y Estados Unidos apoyaron las facciones opuestas. Alrededor de 100.000 personas fueron asesinadas durante la
crisis.

En 75 años de colonización, Bélgica no había formado a un solo universitario nativo y sólo unos pocos habían
terminado sus estudios secundarios. El 29 de junio de 1960, los servicios secretos belgas desarticularon un
intento de proclamación de independencia de la provincia de Katanga. En la fecha prevista, se proclamó la
República del Congo, con Joseph Kasa-Vubu como Presidente y Patrice Lumumba como Primer ministro, un
progresista, un panafricanista. El país compartía el nombre con la República del Congo al oeste, una colonia
francesa que también alcanzó su independencia en 1960, por lo que sólo se distinguían estos territorios por el
nombre de sus capitales, Leopoldville y Brazzaville. En 1964 seria renombrada como la República Democrática
del Congo.

Mobutu Sese Seko llegó a la presidencia de la República Democrática del Congo en 1965, tras los disturbios
ocasionados por el asesinato del primer ministro congolés, Patrice Lumumba, acontecido el 10 de febrero de
1961. A menos de un año de alcanzada la independencia congolesa, Lumumba había perdido gran parte de sus
activos políticos iniciales. Después de su viaje a los Estados Unidos en julio de 1960, Lumumba vio claramente
que el presidente Eisenhower tenía pocas intenciones de cambiar su postura política en Congo. Como último
recurso, Lumumba apeló al apoyo de la URRS, lo cual en el contexto de la Guerra Fría complicó aún más su
relación con los países del bloque capitalista. En el punto más álgido de la situación, el presidente Joseph
Kasavubu suspende de sus funciones a Lumumba, el cual denuncia tal acción como ilegal. La CIA y el Servicio
Secreto Belga entonces determinaron que la única manera de impedir el avance soviético en la región era la
eliminación física de Patrice Lumumba. Para ese momento, Mobutu y sus conexiones con la CIA, preparaban ya
su primer coup d´etat argumentando poner orden a la dualidad de poderes generado por el enfrentamiento entre
Lumumba y el presidente Kasavubu. Al no contar con los niveles de popular suficientes, después de su primer
golpe de Estado, Mobutu dejó el gobierno en manos de Kasavubu, quien pocos años después entraría en disputas
político-electorales con Moises Tshombe. De tal manera, en su segundo golpe militar de noviembre de 1964,
Mobutu destituyó y arrestó a Kasavubu. Con ello, la denominada Segunda República Congolesa dejó de existir
para dar paso al régimen mobutista.

Los 35 años de longevidad del régimen de Mobutu Sese Seko en lo que actualmente conocemos como República
Democrática del Congo tienen su explicación en la construcción de una complicada red de intereses de carácter
neo-patrimonial3 que proporcionó los niveles necesarios de lealtad política entre altas élites políticas,
intermediarios y los gobernados. Por su parte, los gobiernos de los países capitalistas de la época (principalmente
Estados Unidos y Bélgica) dieron respaldo político al gobierno mobutista asegurando que la ausencia de un
gobierno de mano dura o autoritario en el Congo conllevaría al riesgo de desembocar en el caos y en el
despliegue de rivalidades “étnicas”4.

En el tema de economía nacional, durante sus primeros años de gobierno, Mobutu tuvo fuertes desacuerdos con
Bélgica acerca de la propiedad de las empresas mineras asentadas en territorio congolés. De hecho, el bloque
capitalista occidental había respaldado la llegada de Mobutu al poder debido a que parecía más manejable que
Patrice Lumumba, pero, una vez afianzado en el cargo, Mobutu implementó la política de zaireanización o
nacionalización de bienes privados. Más allá de los discursos nacionalistas y de autenticidad zairense, la
nacionalización de empresas extranjeras en el entonces Zaire tuvo como su principal objetivo incrementar los
activos disponibles para ampliar la estructura burocrática zairense y así poder hacer funcionar de manera más
óptima al sistema neo-patrimonial de Mobutu, quien de tal manera entregó cargos públicos a personajes políticos
clave a quienes le interesaba cooptar o cuya lealtad le interesaba ganar o conservar. De tal modo, casi 2,000
empresas fueron expropiadas para ser entregadas a manos de la élite política cercana al presidente Mobutu. Si
bien la zaireanización implementada por Mobutu contribuyó al funcionamiento político de la estructura neo-
patrimonial, en el ámbito económico fue un fracaso de manera que hacia finales de la década de los setenta, la
economía del Zaire se había hundido. El alza de los precios del petróleo complicó aún más el acceso del

3
Una definición operativa del término neo-patrimonialismo nos remite a Max Weber, quien consideraba al
patrimonialismo como la autoridad derivada del padre. De tal forma que aplicado al Estado implicaba una serie de
relaciones gubernamentales en donde todo el personal dependía de la autoridad del gobernante supremo. De modo que
todas las relaciones intra y extra gubernamentales son relaciones de tipo personal. En consecuencia, el
neopatrimonialismo es una forma reciente de gobierno capaz de mezclar tanto las características de gobierno “racional–
legal” de corte burocrático con relaciones de tipo personal entre gobierno y gobernantes. Bratton & Van de Walle, 1994,
p. 458.
4
Marco Antonio Reyes Lugardo. Economia de guerra y criminalización internacional en la zona de los Grandes Lagos. P.
100.
gobierno congolés a partes industriales de refacción, pesticidas, fertilizantes, entre otras cosas. Los precios del
cobre –la principal exportación congolesa en esas fechas– cayó de 1.40 dólares a 0.53 dólares/libra. El nivel de
importaciones se redujo a la mitad hacia 1974-1978. En este mismo periodo, la producción industrial se redujo
en un 40% paulatinamente hasta llegar a su punto más bajo en la década de los noventa.

Así, progresivamente, la situación económica del Congo fue deteriorándose hasta entrada la década de los
noventa, fecha en la que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cortó el suministro de recursos económicos
para Zaire. En consecuencia, el control estatal y el poder neo-patrimonial de Mobutu comenzó a decrecer mucho
más. Además, hay que considerar que para 1990, el Congo había dejado de ser un factor importante en el
contexto de la guerra fría. En sus últimos años de gobierno, ante la carencia cada vez más profunda de recursos o
activos económicos, Mobutu tuvo que implementar una política que algunos autores denominan como
cleptocracia o, tal como lo concibe Crawford Young, canibalismo estatal.

Si el Estado neopatrimonial mobutista ya estaba en estado de coma a inicios de la década de los noventa, para
1996 estaba completamente derrumbado y severamente minado en su capacidad patrimonial perdiendo sus
mecanismos de aseguramiento de lealtades políticas y de mediación de crisis social. La crisis económica del
régimen neo-patrimonial de Mobutu generó serias protestas sociales: los comerciantes se rehusaron a aceptar los
recién emitidos billetes congoleses. Las fuerzas armadas se revelaron ante la falta de pago de los salarios
correspondientes, y organizaron saqueos en diversas provincias del país, dando inicio así a la Primera Guerra del
Congo.

El manejo del régimen mobutista se complicó aún más por los eventos desencadenados por la crisis humanitaria
de Rwanda en 1994, a partir de la cual cerca de un millón de refugiados de origen hutu se asentaron en el oriente
congolés (principalmente en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur). Este flujo de refugiados
rwandeses también incluía a los elementos de las denominadas Interhamwe (las fuerzas militares rwandesas
directamente involucradas en la realización del genocidio perpetrado Rwanda en 1994 en contra de personas de
origen tutsi y de hutus de postura política moderada). Estos asentamientos congoleses de personas hutus de
origen rwandés fueron atacadas en 1996 por el Frente patriótico Rwandés, asegurando que las Interhamwe,
asentadas en territorio congolés, estaban preparando un nuevo ataque en contra tanto de poblaciones tutsi
congolesas (banyamulenge) como de tutsi rwandeses (banyarwanda). Vale recordar que la zona oriental de
República Democrática del Congo tiene una fuerte presencia de población tutsi y hutu de nacionalidad
congolesa.

La primera guerra del Congo, iniciada en 1996, enfrentó a EE UU, Gran Bretaña y Bélgica por un lado, que
apoyaron a los ejércitos de Ruanda y Uganda frente al ejército de Mobutu apoyado por Francia. Fue una guerra
con pocos combates y con muy escasas víctimas congoleñas, aunque sí se registraron grandes masacres de
población hutu ruandesa refugiada en el Congo. El ejército ruandés persiguió a esta población civil ruandesa
hasta lograr hacer desaparecer a cientos de miles de ellos. La guerra terminó con el derrocamiento de Mobutu y
la instauración de Laurent Kabila como presidente del Congo en el año de 1998.

Desarrollo.

En 1998 tenemos dos sucesos, que leídos de forma separada en los diarios difícilmente podrían relacionarse.

Por un lado tenemos una noticia de corte tecnológico que a grandes rasgos relataba lo siguiente: En abril de
1999, se corrieron las primeras noticias acerca de la sucesora de PlayStation, poco después del lanzamiento de la
Dreamcast. El lanzamiento oficial de la PS2 no fue hasta el 4 de marzo de 2000 en Japón, y el 26 de octubre de
2000 en los Estados Unidos. La noticia llegó ampliamente a los compradores, lo cual generó una gran
expectativa que provocó la escasez de equipos en las tiendas el día del lanzamiento. Sony sabía lo que iba
suceder el día del lanzamiento, así que dio la posibilidad de vender este equipo mediante el sitio de subastas
eBay, sin embargo los compradores compulsivos no les importó pagar $1000 dólares por este equipo mediante el
eBay. Muy pocas personas obtuvieron su consola a finales del año 2000 debido a los retrasos de fabricación.

Por el otro, algo menos vistoso y cotidiano para los lectores de los mass media occidentales, relata la incursión
de los ejércitos rebeldes a la capital de la RDC:” Un ejército formado por tropas del gobierno desencantados, los
rebeldes étnicos tutsis y soldados ruandeses está marchando hacia Kinshasa del litoral occidental de Congo,
jurando derrocar a Kabila. Preguntado cuando los rebeldes se espera que estén en la capital, dijo, ‘Más pronto
que la última vez’, en referencia a 1997 la marcha del ejército rebelde de Kabila, que se extendió desde la parte
oriental del país, en Kinshasa en siete meses, deponiendo al dictador de toda la vida Mobutu Sese Seko. Muchos
de los que lucharon con Kabila entonces se han unido a la rebelión contra él, incluyendo su canciller, Bizima
Karaha. En Kinshasa Viernes, miles de personas llenaron las tiendas en las aceras para comprar provisiones
adicionales y agua mineral, anticipando la próxima caída de la ciudad. ‘Sólo Dios sabe lo que va a pasar si llegan
a los rebeldes’, dijo Mbala Nsiala, propietario de una tienda. ‘Escuchamos muchas historias, pero nadie sabe lo
que está pasando.’”

Y en efecto, muchos, la gran mayoría no sabía que estaba sucediendo y lo ignoran hoy en día, otro tando del
mundo lo ignora todavía. Y es que estas dos historias en los diarios del planeta están uniendo sus destinos por el
hilo conductor de la historia contemporánea que es el comportamiento del capital y las nuevas formas de
apropiación de recursos.

Es muy probable que el conflicto en la Republica Democrática del Congo hubiera tomado otro giro en donde las
cifras dantescas de muertos, desplazados, etc, no fueran tan exorbitantes, y es muy probable que los acuerdos de
paz entre etnias, facciones, etc. hubieran llegado con mucha mayor antelación de haber sido por un componente
económico que le dio a al conflicto una mayor significación, y que tiene que ver con las reservas de coltán que
posee la RDC en su parte oriental y se estiman en más del 80% de las reservar planetarias de este mineral.

Pero vayamos, por partes, ¿Qué es el coltán y porque es tan importante para la sociedad actual? El coltán no es
un mineral en sí mismo. Es el término no científico utilizado para denominar a la contracción de dos minerales,
tantalio y la columbita. Ambos tienen utilidades industriales, pero es el tantalio el que más aprovechamiento
tiene por su utilización para la fabricación de capacitores o condensador. El condensador es un componente
esencial en la industria tecnológica, su uso se extiende por la telefonía móvil, la fabricación de computadoras, la
elaboración de consolas de videojuegos, pantallas de plasma, cámaras digitales y todo tipo de nuevas
aplicaciones; la industria aeroespacial, bélica y atómica; y hasta la medicina (los implantes).

Es decir, gracias a los capacitores realizados a base de tantalio es como se pudieron miniaturizar los dispositivos
móviles o celulares tan populares hoy en día, fabricar computadores portátiles cada vez más delgados y con un
mayor rendimiento, al igual que los televisores de plasma que hoy nos sorprenden con su nitidez en HD, la
populares tablets y todo tipo de nuevos y diversos gadgets que sólo pudieron ser manufacturados en la década
pasada gracias.

La gran demanda de estas mercancías existe y está en crecimiento constante, basta con echar un vistazo sobre
algunas cifras que lanzan las mismas compañías de nuevas tecnologías como Cisco. En febrero de 2015, Cisco
presento su estudio titulado Cisco VNI Global Mobile Data Traffic Forecast, 2014 - 20195. Los aspectos globales
más destacados del estudio actualizado incluyen las siguientes proyecciones para 2019: Habrá 5200 millones de
usuarios móviles en el mundo, frente a los 4300 millones en 2014, es decir, las compañías han logrado poner un
dispositivo en 7 de cada 10 habitantes del planeta. Sin embargo la siguiente cifra es más reveladora y consiste en
que habrá 11500 millones de dispositivos y conexiones móviles activos, más de 4 mil millones más que los que
había en 2014, es decir que hay más dispositivos móviles activos que habitantes en el planeta y esta demanda
crece a razón de 2,700 millones de dispositivos por año.

Recapitulando, tenemos que a finales de los años noventa comienza a darse una enorme demanda de capacitores
a base de tantalio porque es el componente ideal para la fabricación de diversas mercancías que los
consumidores estaban dispuestos a pagar por un precio elevado, los países con algunas reservas y explotación
legal del mineral, como Brasil y Australia, no lograban satisfacer esta demanda de tantalio por parte de la
industria tecnológica, aun más, las formas legales de explotación incrementaban los costos de este mineral. La
Republica Democrática del Congo cuenta con el 80% de las reservas de coltán en el mundo, atraviesa por un
momento de desestabilidad política y una serie de conflictos interétnicos, los ingredientes están dados para

5
2015 VNI Mobile Forecast Report
http://www.cisco.com/c/en/us/solutions/service-provider/visual-networking-index-vni/index.html
trasladar la valorización del capital a este lugar de la periferia. A grandes rasgos el proceso de la Segunda Guerra
del Congo se dio de la siguiente forma: a cada facción rebelde o regular el segmento de capital por medio de un
traficante, un estado capitalista directamente o un organismo internacional como el FMI, BM, etc, otorga un
financiamiento y armas para instigar la campaña militar, esta violencia tiene un doble sentido, por un lado
apropiarse de los territorio mineros o estratégicos por medio de la fuerza y el despojo a las comunidades, y por el
otro, generar el ejército industrial de reserva necesario para asegurar la explotación de estos recursos a partir de
la gente desplazada o arrancada de sus actividades económicas de subsistencia, como la agricultura, la ganadería,
formas cooperativas, etc. Después viene la valorización del capital, que también tiene varios sentidos, el primero
es la explotación de mano de obra del enorme ejército industrial de reserva que trabaja en las minas a razón de 1
dólar por jornada laboral y llevara implícito en la fabricación de las futuras mercancías, como insumo o materia
prima; el segundo es la venta directa de armas y asesoría militar por el mismo capital monopolista que paga por
la extracción del coltán, es decir, los aviones de intercambio llegan repletos de armas y se van cargados de
coltán; un tercer sentido consiste en la contratación de deuda por parte de los aparatos estatales involucrados en
los conflictos, y un cuarto es la formación de acumulaciones originarias que pronto formaran parte del capital
monopolista en sus ciclos de concentración. Veamos el proceso ahora a detalle.

Un buen número de análisis hechos sobre la segunda guerra del Congo consideran que, desde antes de derrocar a
Mobutu, Laurent Kabila había establecido varios convenios que privilegiaban la participación de los gobiernos
de EUA, Canadá, Rwanda y Uganda en la explotación ilícita de recursos minerales de la República Democrática
del Congo. En abril de 1997, mediante un acuerdo por un billón de dólares americanos le fue concedido a la
American Mineral Fields, una compañía con base en los EUA, acceso irrestricto al cobre, cobalto y zinc
congolés. Una semana antes de que Mobutu fuera revocado de su cargo, la canadiense Tenke Mining
Corporation cambió su acuerdo, que previamente había hecho con el régimen de Mobutu, por otro hecho con la
Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo6. La toma de la presidencia congolesa a manos de las Fuerzas
Democráticas para la Liberación de Congo también significó el acceso a la explotación de los recursos minerales
congoleses para las tropas extranjeras de origen rwandés, ugandés y burundés que se habían establecido en las
zonas liberadas. Hay claros indicios de que los presidentes de Rwanda y Uganda habían establecido acuerdos
con Laurent Kabila a fin de poder extraer los recursos minerales congoleses mediante una compleja red de
compañías, rutas comerciales clandestinas y compañías de transporte aéreas y terrestres.7

En consecuencia, a poco menos de un año de haber tomado la presidencia de la RDC, Laurent Kabila se
encontró sometido a presiones tanto internas como externas: los congoleses se dieron cuenta de los nexos que

6
Pierre Gondola. The History of Congo. Greenwood, London. pp. 166-167
7
United Nations Organization (UNO), Report of the Panel of Experts on the Ilegal Exploitation of Natural Resources and
Other Forms of Wealth of Democratic Republic of Congo, UN Security Council, 2001, p. 8.
http://www.pcr.uu.se/digitalAssets/96/96819_congo_20021031.pdf
guardaba el nuevo presidente con el gobierno de Rwanda principalmente. Los congoleses le hicieron fuertes
críticas por los elementos que desde el inicio ocuparon los cargos burocráticos de mayor importancia: James
Kabarebe, un soldado rwandés nacido en Uganda, y que había sido jefe de la Guardia Republicana en Kigali en
1995, había sido designado de inmediato, después del derrocamiento de Mobutu, como jefe del Personal Militar.
Asimismo, el primer año de gobierno de L. Kabila, soldados de origen tutsi rwandés estaban encargados de la
seguridad personal del presidente Kabila, y otros más patrullaban las calles de Kinshasa.

La presencia de elementos militares de origen rwandés al interior del gobierno congolés encabezado por L.
Kabila generó un sentimiento de rechazo nacionalista entre los congoleses, quienes reafirmaban en su memoria
colectiva que los tutsis eran rwandeses, y no congoleses. Por el otro lado, los gobiernos de Rwanda y Uganda
reclamaron a L. Kabila el hecho de no poder aniquilar tanto a las Interhamwe como a las Fuerzas Aliadas
Democráticas, las cuales operaban desde sus bases en territorio congolés y atacaban a las poblaciones rwandesas
y ugandesas respectivamente. En una fuerte encrucijada, L. Kabila comenzó a destituir a elementos rwandeses de
origen tutsi que estaban en las oficinas de su recién llegado gobierno: hizo un llamado al ejército rwandés a que
dejara el territorio congolés; James Kabarebe fue destituido y reemplazado por Célestin Kifwa, un familiar de
Mzee Kabila.

El viraje político de Laurent Kabila radicalizó las posiciones de los gobiernos de Rwanda y Uganda los cuales
argumentando temas de seguridad nacional y de protección a sus poblaciones impulsaron una intervención
armada más decidida en la RDC. Del patrocinio económico y político de L. Kabila, ambos gobiernos pasaron a
otras formas más sofisticadas de intervención y extracción de beneficios económicos.

En un contexto de colapso estatal, la guerra se hizo mucho más redituable que la paz para todos los actores
africanos y extranjeros. Laurent Kabila, por su parte, necesitaba recursos económicos para tratar de restaurar, en
esencia, el sistema de lealtades políticas a las cuales estaban acostumbrados los varones o grandes hombres
regionales surgidos durante el mobutismo. El colapso del Estado y el viraje ideológico de Laurent Kabila
provocaron que los grandes hombres regionales que habían estado involucrados en una extensa red de intereses
políticos y económicos con Mobutu, y que al ser derrocado éste habían quedado en la orfandad, hicieran un
cálculo de costo-beneficio de cuál alianza (con el gobierno de Kabila, Rwanda, Uganda o un movimiento rebelde
armado propio) resultaba más redituable desde el punto de vista político y económico.

La creación de esta economía de guerra permitió la extracción de recursos minerales tales como oro, diamantes,
tantalio, casirita, coltan, madera y café, entre otras cosas. Al insertarse en esta economía de guerra, países como
Rwanda y Uganda, los cuales no poseen, si acaso mínimamente, tales recursos naturales, se convirtieron en los
principales exportadores de tales materias en la zona de los Grandes Lagos8.

En 2002 la ONU documentó la conexión directa entre la guerra y la región de los Kivus. En un informe
demoledor, exhibió la intrincada red de intereses creados para saquear la zona, y repartió por igual la
responsabilidad entre unas autoridades congoleñas corruptas y ávidas de dólares; los gobiernos de Ruanda y
Uganda que “exportaban” el material sin aranceles ni permisos; y 114 empresas multinacionales alemanas,
belgas, británicas, chinas, estadunidenses, francesas, etc. que resultaban las beneficiarias últimas de esta cadena
de expoliación ilegal9.

Aun más, ya desde 1999, otro informe de la ONU sostiene que el 80% de los 320 millones del presupuesto
militar de Ruanda se pagaban con minerales del Congo. Se estima que para 2001, el Ejército de Ruanda ganaba
20 millones de dólares al mes solamente de la extracción y venta ilegal de coltán.

De igual modo, Rwanda no exportaba oro en 1994 y logró, no obstante, llegar a 18 kilogramos en 1998. En
diamantes, logró exportar poco más de 13 mil quilates en 1998 hasta lograr algo menos 31 mil quilates en el año
2000. En el aspecto de exportaciones de coltan, Rwanda logró exportar más de 300 toneladas en 1997-1978. En
lo relativo al coltan, también se exportaron más de 300 toneladas en 1996-8, llegando a casi 450 toneladas en el
año 2000. Lo que llamaba la atención era la cantidad de este producto que un país tan pequeño como Ruanda, de
apenas ocho millones de habitantes, llega a exportar 1440 toneladas al año. Otro documento de la ONU
demostraba que la producción real del país en su propio territorio era de 83 toneladas anuales, el resto provenía
de las zonas ocupadas en la RDC. Bautizaban a Paul Kagame, su presidente: “el padrino de la explotación ilegal
de recursos naturales”.

Uganda pasó de cero toneladas de oro exportadas a inicios de 1990 hasta seis toneladas en 1997, para llegar a
casi 12 toneladas hacia el 2000.33 En el rubro de exportación de diamantes, Uganda exportó 1,500 quilates en
1997 hasta llegar a más de 11,000 quilates en 2000. En el caso del niobio, Uganda no exportaba absolutamente
nada en 1995 para lograr exportar la cantidad correspondiente a 782,000 dólares. Algo similar ocurre con la
casirita que, de no exportarse absolutamente nada en 1998, pasó a 151 barriles. En el caso del coltano, Uganda
empezó a exportar casi 50 toneladas para llegar a poco menos de 100 toneladas en el año 2000.

En 2002 se firmaron los acuerdos para restablecer la paz, sin embargo, pocas cosas cambiaron en las formas de
explotación de los recursos de la zona como lo constata un reportaje publicado en España en el diario El País:

8
Reyes. Op. Cit.
9
ONU. Op. Cit.
Seis años después del primer reportaje publicado por El País, otro de sus periodistas, Pere
Rusiñol, viajó a Goma, la capital de la RDC, e informó que la guerra había vuelto a la zona de
los Kivus y las causas parecían ser las mismas. Las únicas diferencias que observó eran que
Uganda y Ruanda habían retirado sus tropas – “la lucha es ahora entre señores de la guerra y el
ejército regular”, escribió – y que la trama de sociedades intermediarias para abastecer a los
mercados de Occidente y China se había vuelto más sofisticada10.“El Estado no controla las
minas. La mayoría son gestionadas por milicias apoyadas por empresarios bien conectados en
Ruanda”, le dijo el diputado federal opositor Thomas Luhaka. Empresarios rivales y grupos
armados en pugna se apropian de licencias expedidas por autoridades de todos los niveles de
gobierno –obtenidas casi siempre mediante amenazas y corruptelas– y luego las esgrimen para
exigir sus derechos. El problema es que siempre hay varios con derechos sobre el mismo lugar.

Rusiñol pudo constatar que el saqueo generalizado continuaba: el mineral seguía siendo extraído de manera
abusiva e ilegal y cruzaba de inmediato la frontera sin permisos ni pagos. “El material robado primero llega a
Ruanda. Después da un largo paseo para borrar las huellas de sociedades con nombres diferentes que nacen y
mueren a velocidad pasmosa. Y finalmente llega a los países occidentales y a China”, reportó.

Un proceso que interesa al propósito de este trabajo, es la formación de un ejército industrial de reserva, en los
siguientes párrafos abordaremos este proceso en la RDC y como a 150 años de que Marx escribiera el capital y
descubriera algunas formas de comportamieno y a mas de 400 años del surgimiento de este sistema, sigue en
expansión y continua reproduciendo sus formas en varias partes del mundo.

Para la transformación del dinero en capital el poseedor de dinero, pues, tiene que encontrar en
el mercado de mercancías al obrero libre; libre en el doble sentido de que por una parte dispone,
en cuanto hombre libre, de su fuerza de trabajo en cuanto mercancía suya, y de que, por otra
parte, carece de otras mercancías para vender, está exento y desprovisto, desembarazado de
todas las cosas necesarias para la puesta en actividad de su fuerza de trabajo11.

Se han publicado gran cantidad de textos que abordan el conflicto en la RDC a partir de una guerra por los
recursos, sin embargo, pocos se detiene a analizar una parte de la reproducción del capital que es imprescindible
para valorizar la mercancía, la fuerza de trabajo; ¿Quién extrae el coltán? Y más importante todavía, ¿Cómo es
este proceso?

10
Coltán, electrónica, explotación y sangre
http://www.proceso.com.mx/?p=352909
11
Karl Marx. El Capital. Siglo XXI.
Uno de los objetivos de la violencia en el conflicto es la apropiación del territorio, por sus recursos naturales y
por la cantidad de fuerza de trabajo que en el existe. El capitalismo es un modo de producción en expansión, esto
quiere decir que aunque sus mercancías llegan a todo el globo terrestre y que su lógica se implanta en la totalidad
de países aun coexiste con otras formas de producción.

Lo sorprendente no es que haya habido tanta proletarización, sino que haya habido tan
poca. Tras cuatro siglos al menos de existencia de este sistema social histórico, no se
puede decir que la cantidad de trabajo plenamente proletarizado en la economía-
mundo capitalista llego hoy en total ni siquiera a un 50 por 10012.

El proceso de apropiación de los recursos en la Republica Democrática del Congo es muy semejante a lo que
Marx describió como el proceso de acumulación originaria del capital, es decir, se destruyen las formas tribales,
agrícolas, comunitarias, cooperativas, etc. de producción para implantar uno de extracción de fuerza trabajo por
salario. “Ocurrio así que los primeros acumularon riqueza y los últimos terminaron por no tener nada que vender
excepto su pellejo” menciona Marx en el capital. Pero también escribe que este proceso de ninguna forma es
idílico, sino por el contrario se manifiesta de manera violenta.

Así tenemos en el conflicto de la RDC una acumulación originaria, donde una clase patrimonialista, en palabras
de Marco Antonio Reyes13, arranca de forma violenta comunidades enteras de sus formas de subsistencia para
concentrarlas en campamentos de refugiados curiosamente cercanos a los centros de explotación minera con la
anuencia de los organismos internacionales, donde venden su fuerza de trabajo a razón de 1 dólar por día laboral
para extraer el mineral de las entrañas de la tierra y en muchos casos usando como única herramienta sus propias
manos.

Según el Informe Global 2014: Desplazados internos por los conflictos y la violencia de la ONU14, la cantidad
total de desplazados por los conflictos en la RDC asciende a la cifra de 2,963,700 personas, estas representan lo
que Marx llama el ejercito industrial de reserva.

En un campamento improvisado al pie del volcán Nyiragongo, Magunga I, en el oeste de la ciudad de Goma, hay
más de 10.000 desplazados. Las personas que están pasajeramente en este campamento son personas que
huyeron hace varios meses de la Provincia de Kivu a causa de la violencia. En la región de Masisi (Kivu Norte),
se proporcionaron ayuda alimentaria de urgencia y chapas a finales de diciembre en favor de más de 23.500
desplazados que llegaron durante el último trimestre de 2012 escapando a los enfrentamientos en la región. En
enero, también se distribuyó otro material, como cacerolas, baldes y esterillas. "Lo más importante", explicó

12
Immanel Wallertein. El Capitalismo histórico. Ed. Siglo XXI. Segunda Edición. España. P. 18.
13
Marco Antonio Reyes. Op. Cit.
14
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2014/9958
Emmanuel, que se refugió en Magunga I, "es que nos ayuden a restablecer la paz en nuestros territorios para que
podamos cultivar de nuevo los campos. Queremos volver a nuestra tierra y llevar de nuevo una vida normal". Al
mismo tiempo, en la Provincia de Kivu Sur, en los territorios que lindan con Shabunda al oeste y Walungu al
este, otros desplazados están en las localidades de Bisisi y Mutale, que dependen de la ciudad de Kalonge. "Todo
empezó cuando tuvimos que huir a causa de la matanza. Cuando oí el tiroteo en mi pueblo, me marché y lo dejé
todo", cuenta Mariam una de las mujeres del jefe del pueblo. Ellas y sus diez hijos pudieron levantar un refugio
provisional15.

"Este pueblo empieza a conocer el desarrollo. Es una mezcla entre el pasado y el futuro. Parece congelado en el
tiempo, pero aquí hay dinero porque es de donde salen los minerales. Por eso esta región se la disputan varios
grupos armados", explica Eddy Mbuyi, nuestro guía al corazón de las tinieblas. Como los poblados de los
buscadores de oro en el lejano oeste americano, no hay ley ni nadie que la aplique. Todos buscan enriquecerse
rápido aunque muy pocos lo consiguen.

Miles de personas trabajan a diario en esta mina, parte a cielo abierto, parte en profundas galerías. Era de
propiedad pública hasta que sus explotadores se agruparon en cooperativa para gestionar mejor sus recursos.
Aunque de sus entrañas sale mucho dinero, en Rubaya no hay hospitales ni colegios. Tampoco luz ni
electricidad. Eddy nos explica que en temporada de lluvias la montaña se derrumba y engulle con ella a muchos
de los esclavos. "¿Veis esos puntos blancos que parecen árboles en lo alto de la montaña? Es la hilera de mineros
descendiendo con antorchas. Cada día mueren aproximadamente 40 personas", dice16.

Con la inocencia de quien no sabe que trabaja en el infierno, relata su vida cotidiana en la cantera. Nos cuenta
que cobra un dólar por ocho horas de pico y pala en medio de la neblina. Escala la montaña en zapato normal,
sin botas, sin importar si llueve. Sólo se cubre con una tela verde como el valle idílico que rodea la cantera del
diablo.

Explica que trabajan de sol a sol por un dólar, que compran comida en mercados improvisados en su interior, o
en las zonas más bajas de la cantera, donde aún hay algunas casas en medio de la ladera. Dice que muchos
compañeros desaparecen sin que nadie vuelva a saber de ellos, como si la bruma los engullera. Son las reglas de
la mina, una picadora de hombres.

Hasta allí va James a diario para comprar el mineral ya cribado. Este traficante representa un paso más en la
cadena del comercio de minerales. No tiene que subir a la mina todos los días, sino que recoge la mercancía
directamente en el río. Se nota su posición porque su casa, a diferencia de la de Inocence, es bastante más

15
https://www.icrc.org/spa/resources/documents/update/2013/02-01-dr-congo-violence-displaced.htm
16
http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/19/52b26b8d22601db4288b4579.html
amplia. Está llena de sacos, donde guarda el producto que luego vende a los intermediarios que llegan desde
Goma y que, a su vez, lo colocarán más caro a compradores ruandeses. Estos último son los que empaquetan el
coltán, el manganeso y la casiterita hacia las zonas fabriles de Shanghai. Ruanda es uno de los grandes
exportadores de minerales de sangre del mundo, aunque no posea ni una sola mina. Se venden por kilogramos.
Yo puedo conseguirlos a buen precio, un kilo por 25 dólares. Obtiene una ganancia 1.500 dólares.

La otra parte para que la economía capitalista sortee la crisis es la industria armamentista, veamos como es este
proceso en el conflicto de la guerra el coltán. Algunos gobiernos africanos y grupos de rebeldes han obtenido las
armas a cambio de concesiones mineras (Angola, Congo, Sierra Leona) o recursos naturales (en Sudan, China da
las armas a cambio de la explotación del petróleo), así como a través de transacciones directas entre los países,
como es el caso del acuerdo entre Sudáfrica y Uganda, que fue pagado en oro por este último país17.

En África oriental, Uganda es el país que posee una pequeña industria bélica local. En este país hay al menos tres
fábricas de armas. La más grande es la Nakasongola Arms Factory, propiedad de una compañía china (una joint
venture entre el gobierno de Pekín, el norte de Corea y una empresa sudafricana). Este sitio se encuentra en la
región de Gulu y produce armas de pequeño calibre y minas. La segunda empresa es la Saracen que es la que
provee armas al ejército, y la tercera la Ottoman Engineering LTD, especializada en armas ligeras. Uno de los
clientes de la industria de Uganda es Congo.

Sin embargo, ha habido señalamientos de ventas ilegales de armas sudafricanas, por ejemplo, a Congo y Angola.

Viktor Bout es considerado el mayor traficante de armas en el mundo. Expertos de la ONU en 1996 afirmaron
que Bout estaba enviando armas procedentes de Bulgaria y Rumanía a las fuerzas hutus en la República
Democrática del Congo (RDC) que estaban luchando contra el gobierno de Ruanda, pero ninguna acción fue
tomada debido a las actividades de Bout fueron extraterritorial. Ruanda todavía supuestamente debe a Viktor
Bout 21 millones de dólares por las armas suministradas.

Tan interesante como las entregas de armas letales de Bout eran los materiales que tomó en el pago. Al lado de
los más conocidos "diamantes de sangre" y de oro, una de las principales exportaciones de minerales de Bout
desde el Congo era el coltán, o columbo-tantalita, que se procesa en el tantalio.

A finales de 2000, el boom del coltán debido a la creciente demanda mundial de condensadores de tantalio para
teléfonos móviles, ordenadores portátiles, cámaras de video, los consumidores y la electrónica del automóvil
hizo que los precios de este mineral se dispararan. Ese año el precio del coltán se elevo de entro los 30 o 40
dólares por libra a más de US$300 por libra en diciembre. Como los precios del coltán se dispararon, los aviones

17
http://www.misna.org/uploads/trafficoarmi-es.pdf
de Bout salían cargados de este mineral e iban de la RDC a Uganda, Tanzania y Kenia, en un informe que se
publico en la revista El País de España.

Durante la segunda guerra del Congo entre el año 2000 y 2002, Bout suministró armas a más de 20 grupos
armados de ocho estados que participaron en distintas masacres. Para entonces Bout fue el operador más grande
en el mercado de armas de África; sus empresas de fachada emplean alrededor de 300 personas y operaban una
flota aérea de entre 40 a 60 aviones, lo que las hacían la flota privada más grande del mundo de aviones de carga
Antonov, según una fuente rusa de la agencia RIA-Novosti.

Conclusiones

Entre las corrientes económicas de principios del siglo XX tuvo lugar el debate sobre un eventual ‘derrumbe’ del
capitalismo como una posibilidad subyacente a las contradicciones de este régimen al alcanzar el estadio
imperialista, esto es, se creía que la expansión del capitalismo encontraría un límite insalvable al agotar el
territorio a repartir entre las grandes potencias, de manera que la caída libre de las ganancias desataría una crisis
que acabaría con todo el entramado de las relaciones de producción capitalistas.

La acumulación capitalista prosigue bajo esta crisis, aun cuando lo haga en nuevas condiciones: las de los
monopolios. Los grupos monopolistas tienen la capacidad de generar superganancias, que son la motivación
última del régimen capitalista; aun cuando la demanda solvente de mercancías se mantuviera ligeramente
rezagada, ésta se crea constantemente, dentro y fuera del país donde el capitalismo se encuentra más desarrollado
por medio de los gastos improductivos de los monopolios que regeneran constantemente la pequeña producción
y las llamadas “clases medias”, que son esenciales para la reproducción del capitalismo 18. A este fin sirve
también el saqueo neocolonial, que provee recursos para subsanar los agujeros del sistema como un conjunto; a
costa del bienestar de los pueblos en la periferia.

El sistema capitalista impulsa los conflictos heredados de épocas pasadas en cuanto estos representan una
oportunidad de obtener ganancias, los países poderosos y sus monopolios asociados apoyan a una facción o a
otra con recursos financieros, tecnológicos, etc. con miras a recuperar lo invertido con creces.

Además, el sistema capitalista incrementa los armamentos a una escala gigantesca, en cantidad y poder
destructivo. Con la guerra fría se incrementó de forma exponencial la producción de armas, municiones,
vehículos y demás aditamentos tecnológicos para la guerra. Durante, y sobre todo, al término de la guerra fría,

18
Un ejemplo de ello son los enormes gastos en grandes campañas de marketing. Para darse una idea de la magnitud del
tamaño de estos capitales improductivos dichos gastos en ocasiones sobrepasan por mucho el ejerció presupuestal de
algunos países. Véase también Paul Sweezy, Paul Baran. El capital monopolista, Siglo XXI, Buenos Aires, 1974.
esta gran cantidad de armas quedo disponible en el mercado, siendo parte de este excedente de armamento el
utilizado en la gran parte de los conflictos sobre el planeta.

Y por si fuera poco, dentro de la economía capitalista se ha llegado a la creación de industrias asociadas a la
guerra: consultorías financieras, equipos de salvamento de infraestructura (la petrolera por mencionar un
ejemplo); ejércitos mercenarios, contratistas de todo género, etc.; que atizan los conflictos por el mero afán de
colocar sus productos o hacerse de recursos, incluyendo la mano de obra, al mejor precio.

Las corporaciones y las potencias que las representan azuzan el conflicto pues tienen intereses económicos y
políticos en la zona.

Los objetivos de las corporaciones son:

1. Asegurase de contar con la explotación de recursos estratégicos como el coltán, cobalto, cobre, oro,
diamantes, uranio, etc. a muy bajo costo.
2. El conflicto armado tiene una doble función, por un lado genera enormes sumas de dinero a la industria
armamentista por la venta indiscriminada de armas a los grupos en conflicto y, por otro lado, la violencia
ha suministrado la mano de obra extremadamente barata para la extracción de estos recursos, a partir de
la las comunidades desplazadas de sus territorios.

Los objetivos de las potencias son:

1. Trasladar la guerra directa entre potencias a zonas lejos de sus fronteras, es decir, evitar un
enfrentamiento directo como sucedió en las guerras mundiales del siglo XX.
2. Mantener una hegemonía o zona de influencia político militar.
3. El endeudamiento perpetuo de los Estados donde prevalece el conflito.

Los conflictos tiene sus causa en situaciones diversas, los hay de origen político, ideológico, étnicos, de religión,
económicos, de género, racial, etc. sin embargo, la expansión del capital magnifica el conflicto y sus efectos.
Así tenemos, después de la caída del régimen de Mobutu Sese Seko, una situación de desestabilidad política en
la Republica Democrática del Congo que desemboco en pugnas fraticidas por el control del estado. A esta
situación se sumo el conflicto inter étnico entre hutus y tutsis que tuvo su climax en el genocidio ruandes de
1994. Sin embargo, la agudización del conflicto y su prolongación hasta el día de hoy, coincide con la
explotación de un mineral que es necesario para la fabricación de una serie de mercancías que gozan de gran
demanda actualmente (televisores, teléfonos móviles, tabletas, consolas de videojuegos, laptops, computadoras
personales, pockets, etc), y que es precisamente la zona de los grandes lagos la que cuenta con el 80% de las
reservas mundiales de coltan.

Las cifras son dantescas, más de 7 millones de personas fallecidas, 3 millones de personas desplazadas por la
violencia, trabajo infantil en la extracción de minerales y condiciones de trabajo infrahumanas en general. ¿Son
las mafias y traficantes los culpables de la situación que prevalece en la RDC?¿o acaso fue el Estado corrupto el
que dio pauta a esta situación? No, es la lógica del capital la que llega a determinar el rumbo que pueda seguir el
conflicto, esto no significa que cada actor en el conflicto no desempeñe un papel importante, pero pongamos en
el supuesto de que día de mañana la RDC pacta la paz con sus vecinos, ruandeses y de Uganda, desarma los
“lordwars” de la zonas mineras y deja de negociar con traficantes, abriendo las puertas a una licitación a las
corporaciones multinacionales que con tecnología de punta extraerían el mineral que requieren. En ese momento
el capital dice, no muchas gracias, y no es por capricho, sino es porque ya es un negocio que garantice su mejor
reproducción. La legalidad encarece la mano de obra y el uso de tecnología implica un gran gasto para la
inversión de capital, esto sin mencionar el enorme negocio para la industria de la guerra que significa la venta de
armas19. Las personas en una economía capitalista, donde el proletario tiene una doble condición de libertad, no
cuestan, por eso pueden perecer 7 millones y el mundo puede seguir comprando iphones sin detenerse a pensar
en ello.

El día que la RDC quiera tomar las riendas de su propio destino o por lo menos de las ganancias de la extracción
de su coltán, en una situación que nos hace recordar a la guerra del pacífico o guerra del guano y del salitre20, las
grandes multinacionales tienen todo preparado para hacer frente a la gran burbuja de coltán, que está aún por
explotar. Las corporaciones citadas al inicio de este ensayo tienen condensadores de polímero en su catálogo y
condensadores híbridos que utilizan mucho menos tantalio. Pero los grandes stocks acumulados de tantalio,
utilizados para evitar un nuevo caso como el de la PlayStation 2, hacen más perezosa la inercia del cambio al
polímero. Es un mercado muy rápido en el diseño, pero muy lento en la adopción de nuevos materiales.

El sistema capitalista busca medios para paliar la crisis, basta contraponer la realidad de miseria de millones
alrededor del planeta, la devastación ambiental y las guerras presentes y las que se fraguan, para tener evidencias
de la naturaleza de la crisis sistémica por la que atraviesa el sistema económico mundial desde hace casi cien
años.

19
Para muchas corporaciones es un negocio redondo ya que obtienen coltán a muy bajo precio que después revenden
muy caro, y por otro lado venden armas a un costo más elevado que en el mercado debido al embargo de ventas de armas
impuesto a esta región.
20
Eduardo Galeano. Las Venas abiertas de América Latina. Siglo XXI. Tercera edición. 2004. P. 182-187. La demanda de
fertilizantes para agricultura europea motivo una disputa por la explotación del guano y salitre en las costas de Perú y
Bolivia, que derivó en una intervención armada, instigada por las potencias principalmente la británica, de Chile sobre sus
vecinos Perú y Bolivia. Al final el descubrimiento de salitre sintético por un químico alemán, trajo como consecuencia el
abandono del uso del salitre natural, devastando la economía de estos tres países involucrados en la guerra.
Esto no quiere decir que el capitalismo está próximo a un “derrumbe” catastrófico, sino que sus contradicciones
se van haciendo más acuciantes y reclaman más recursos para irse sobrellevando. O sea, que se requieren cada
vez más sacrificios humanos para el Moloch del imperialismo como condición de sobrevivencia del régimen en
su conjunto, lo que induce una creciente anarquía social a cambio del mantenimiento de un orden relativo al
interior de la producción capitalista.

La riqueza acumulada en algunos lugares del planeta se paga con la miseria creciente de vastas regiones,
haciendo que la lucha por la vida sea más desesperada; la abundancia capitalista no significa una abundancia
real, esto significa que hay más mercancías, pero no significa que las necesidades de millones de seres humanos
estén satisfechas.

Sin embargo, el capitalismo crea sus propios sepultureros, los hombre que han de empuñar las armas contra sus
opresores21, pues toda esa fuerza de trabajo que genera y después lanza al ejercito industrial de reserva22 tiene
que subsistir de alguna manera, muchos de ellos tienden a abandonar sus lugares de nacimiento para dar origen
a las migraciones, como una respuesta y un arma que tiene la clase trabajadora para mejorar sus condiciones de
existencia generando una tendencia niveladora del salario.

Bibliografía

Galeano, Eduardo. Las Venas abiertas de América Latina. Siglo XXI. Tercera edición. 2004.

Gondola, Pierre. The History of Congo. Greenwood, London.

Hobsbawm, Eric. Historia del Siglo XX. Ed. Siglo XXI.

Marx, Karl. El capital. Editorial siglo XXI. Vigésima edición en español 1994.

Marx, Karl. El 18 Brumario de Luis Bonaparte.Fundación Federico Engels. Primera edición. Madrid, España.
Noviembre 2003.

Reyes Lugardo, Marco Antonio. Economía de guerra y criminalización internacional en la zona de los Grandes
Lagos.

Wallertein , Immanel. El Capitalismo histórico. Ed. Siglo XXI. Segunda Edición. España.

21
Karl Marx. Manifiesto del partido comunista. Ediciones en lenguas extranjeras. Beijing.
22
Karl Marx. El capital. Capitulo XXIII. La ley general de la acumulación capitalista. Tomo I. Volumen 3. Editorial Siglo XXI.

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