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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Patrice Lumumba

Universidad Bolivariana de Venezuela


Vicerrectorado
Dirección General de Políticas Estudiantiles

© Sobre la presente edición


Universidad Bolivariana de Venezuela.

Coordinación de Ediciones y Publicaciones / IMPRENTA UBV:

Diseño, diagramación, corrección de pruebas, montaje,


filmación de negativos, fotolito e impresión.

Caracas, Venezuela, julio de 2006

Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
PRESENTACIÓN

Profesor: Temir Porras


Vice Rector
Universidad Bolivariana de Venezuela
Vicerrectorado
Dirección General de Políticas Estudiantiles
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Índice

1. Historia de Congo, R.D......................................................... 7

2. Patrice Lumumba, biografía................................................. 19

3. Patrice Lumumba, textos y discursos.................................... 24

4. A 40 años del asesinato del líder del congo............................ 30

5. Mobutu Sese Seko............................................................. 34

6. En inglés: Patrice Lumumba................................................ 37

7. En francés: La Belgique a laissé la CIA assassiner Patrice


Lumumba............................................................................ 42

8. Discurso del Che Guevara................................................... 46

9. Fuentes de consulta recomendadas...................................... 47

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

1. Historia de Congo, R.D.

El territorio del centro de África que hoy comprende la República Democrática


del Congo cuenta con una exquisita y muy interesante historia que se remonta
desde la ocupación del territorio por los primeros humanos, y que continúa
con altos y bajos hasta el presente. Lamentablemente la historia de los últimos
200 años aproximadamente, ha estado marcada por una constante sombra
de guerra y de violencia.

La exploración y colonización europea (1870-1960)

Este período se inicia en la década de 1870 y


prosigue con interrupciones hasta la década de
1920. El primer occidental en trazar un mapa de
la zona fue Henry Morton Stanley, con el fin de
preparar el territorio para su posterior colonización.
El principal financista de Stanley fue el rey de Bélgica
Leopoldo II, ya que pensaba que con esta ayuda
podría colonizar toda la cuenca del río homónimo.
Con este fin creó la Association Internationale
Africaine (Asociación Africana Internacional) que
profesaba fines humanitarios para los habitantes de El explorador inglés
Henry Morton Stanley
la región. En el plano diplomático puso hábilmente
a las demás naciones europeas interesadas una en
contra de la otra, de manera que en la Conferencia
de Berlín de 1885 pudo prevalecer y obtener carta
blanca para la conquista del territorio. Con este
fin creó el Estado Libre del Congo, gobernado
directamente por él.
Esta primera intervención se realizó con el fin de
establecer las bases por las cuales se pudiera explotar
las inmensas riquezas de la zona. El primer gran
proyecto realizado fue la construcción de un tren entre El Rey de Bélgica
Leopoldo II
la costa atlántica y la ciudad de Leopoldville (actual
Kinshasa) que tomó años en construirse. Todos estos proyectos realizados
tenían como fin incrementar el poder y la riqueza de Leopoldo y su socios
de cualquier forma. Esto se tradujo en una horripilante explotación de los
pueblos nativos, que se tradujo en la muerte, por esclavitud y enfermedad,

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

de entre cinco y quince millones de africanos (aunque la cifra más aceptada


es de cerca de diez millones).
Se les utilizaba bajo sistemas brutales de explotación en las plantaciones
de hule, al momento de producirse el boom internacional por la fabricación
de neumáticos para automóviles. Esto convirtió a Leopoldo en un hombre
inmensamente rico, de manera que pudo construir grandes edificios en su
honor en ciudades como Bruselas y Ostend.
Con el fin de reforzar las cuotas de producción de hule se creó la Force
Publique (FP). Esta FP era un ejército pero no se encontraba destinado a
defender la colonia sino a aterrorizar la población. Su forma más tradicional
y extendida de sometimiento era cortando los labios de los nativos en forma
de señal de deserción. Estas prácticas fueron condenadas públicamente por
Edmund Dene Morel y por el patriota irlandés Roger Casement, cuyo informe
de 1904 acerca de la situación del Congo generó una protesta internacional,
auspiciada por personajes de la talla de Mark Twain. La famosa novela del
autor británico Joseph Conrad, “El corazón de las tinieblas” (Heart of Darkness)
tiene lugar en el Estado Libre del Congo y trata acerca de la brutalidad de la
vida en este lugar, en la persona de un traficante de marfil.
El parlamento belga, respondiendo
finalmente a una larga y dura presión
internacional, y con el fin de salvar el poco
prestigio que le quedaba, transformó el
Estado Libre del Congo en una colonia
que respondía directamente a la corona.
Esta nueva situación política a la que se
le llamó Congo Belga no cambió más que
Una villa del Congo destruida por la superficialmente la situación en éste ya
Force Publique
devastado territorio. Este dominio perduró a
lo largo de la primera mitad del siglo XX, aunque su rudeza fue decreciendo
con el tiempo. Durante la Segunda Guerra Mundial, fuerzas nativas del Congo
fueron enviadas a combatir en el frente italiano, logrando varias victorias.
En este mismo período, las reservas de uranio de Katanga fueron extraídas y utilizadas
para confeccionar las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaky.
Como parte de la política internacional de las Naciones Unidas, se promovió
el fin de la colonización de las naciones que llegaron a conformar el llamado
Tercer Mundo. En el caso de las posesiones belgas, en 1959 se realizaron las
primeras elecciones libres que fueron ganadas por el Mouvement National
Congolais (MNC-Movimiento Nacional Congolés), dirigido por su carismático
líder Patricio Lumumba.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Crisis política (1960-1965)

El líder del MNC Patrice Lumumba fue designado Primer Ministro, mientras
que Joseph Kasavubu fue electo presidente por el parlamento. El partido de
Kasavubu era el ABAKO (Alliance des Bakongo-Alianza del Bakongo). Otros
partidos políticos emergieron, tales como el PSA o Parti Solidaire Africain
(Partido de la Solidaridad Africana, dirigido por Antoine Gizenga) y el PNP
o Parti National du Peuple (Partido Nacional del Pueblo, dirigido por Albert
Delvaux y Laurent Mbariko). La independencia fue concedida por la metrópolis
el 30 de julio de 1960.
Poco tiempo después de esa fecha las provincias de Katanga (bajo el
liderato del principal enemigo de Lumumba, Moise Tshombe) y Kasai del Sur
se proclamaron independientes y se secesionaron del nuevo país. El ejército
de la nueva nación, heredero de la Force Publique, sufrió un sangriento
motín, donde las tropas negras se sublevaron en contra de la oficialidad
blanca y en contra de los intereses europeos en Leopoldville. Esto provocó
gran alarma entre los cien mil residentes europeos y minó la confianza en el
nuevo Gobierno que no aseguraba controlar sus propias fuerzas armadas.
En respuesta a esta situación, fuerzas belgas entraron nuevamente en el país
para asegurar la vida y propiedad de sus conacionales. Esto era una clara violación
a la soberanía del nuevo Estado, mas aun cuando nunca fueron solicitadas.
El efecto fue que apenas 67 días después de haber asumido el Gobierno, el
presidente Kasavubu licenció a Lumumba y lo puso bajo arresto domiciliario
informal en la residencia de los primeros ministros. Al mismo tiempo el
vice-Primer ministro Antonie Gizenga estableció un Gobierno paralelo pro-
Lumumba en la ciudad de Stanleyville. Ante esta situación Lumumba decidió
escapar de su arresto en un coche de un diplomático que lo había visitado,
huyendo por la selva. Las tropas no demoraron en darle caza y lo entregaron
a leales del coronel Mobutu Sese Seko. Con el fin de salvar su vida, Lumumba
apeló a las fuerzas de la Naciones Unidas estacionadas en el país, pero por
órdenes emitidas desde Nueva York nada hicieron por salvarlo.
Fue llevado primero a la capital, donde fue mostrado humillado y apaleado
ante diplomáticos y periodistas. Posteriormente fue golpeado públicamente
ante las cámaras, otra vez, y finalmente fue fusilado en presencia de Mobutu,
Tshombe y de militares belgas que dirigieron el fusilamiento de él y de
otros miembros de su Gobierno. Pasaron tres semanas antes que se hablara
públicamente de la muerte, y entonces se habló de un intento de fuga.
En 1964 un motín de tropas dirigidas por un mercenario europeo llamado
Mike Hoare puso en aprietos al Gobierno. Éstos se dedicaban a secuestrar a

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blancos que se encontraban en la zona, y ante la imposibilidad de negociación,


Bélgica y Estados Unidos mandaron tropas para rescatar a los secuestrados,
que habían sido reunidos en Stanleyville.
Finalmente en 1965, Mobutu, con el apoyo de los países occidentales que
lo consideraban un leal amigo contra el comunismo, realizó un golpe de
Estado. Se estableció una dictadura de partido único prohibiendo todos los
partidos que no fueran el oficial.
El líder de esta guerra Laurent-Désiré Kabila terminaría 30 años después
gobernando el país en otra dictadura brutal.

La República de Zaire (se llamó Zaire desde 1971 a 1997)

Proclamando una doctrina de “autenticidad africana”, Mobutu cambió el


nombre del país por el de Zaire y el suyo por el de Mobutu Sese Seko. La
nacionalización del cobre decretada en 1975 favoreció a la burguesía nacional
y a la burocracia estatal. Aunque estas medidas suscitaron algunos roces
con la diplomacia norteamericana, en el marco de la Guerra Fría, Mobutu se
prestó a ser un aliado de Washington en la región.
Así, Zaire alojó y apoyó al llamado Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA)
para combatir al MPLA de Agostinho Neto. Mobutu estimuló, además, a grupos
secesionistas en la provincia petrolera angoleña de Cabinda. Tropas zairenses
pelearon contra los angoleños, en alianza implícita con las fuerzas sudafricanas.
Mientras tanto, en Zaire prosiguió la lucha guerrillera en el interior. Las
grandes ofensivas desencadenadas en 1978 y 1979 por el Frente de Liberación
Congolés pudieron ser contenidas por la intervención de paracaidistas
franceses y belgas, y tropas marroquíes y egipcias, apoyadas logísticamente
por los Estados Unidos.
Gracias a las presiones internacionales, a fines de 1977 se organizaron
elecciones parlamentarias y se dio algún poder al nuevo cuerpo legislativo.
Ello distrajo la atención internacional de la represión contra estudiantes e
intelectuales en las ciudades, el establecimiento de campos de concentración
para los opositores y el trato brutal a los refugiados que volvieron acogiéndose
a la “amnistía” decretada en 1979.
Zaire era entonces el mayor exportador mundial de cobalto, el cuarto
productor de diamantes y se ubicaba entre los diez mayores productores
del mundo de uranio, cobre, manganeso y estaño. El cobalto utilizado por
la industria aeronáutica y espacial de Estados Unidos provenía en su mayor
parte de Zaire. Pero la corrupción imperante en la administración llevó a la
economía a una situación grave, con altos índices de desempleo.

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La República Democrática del Congo

En los años 1980-1981, las grandes potencias occidentales decidieron


intervenir para garantizar el control de los importantes yacimientos minerales
estratégicos del país. El FMI acudió en ayuda de Zaire, que renegoció la deuda
externa, imponiendo también drásticas medidas para forzar un mínimo de
moralización interna. La economía quedó de hecho bajo el control directo
del FMI, cuyos técnicos instalados en Kinshasa comenzaron a supervisar
personalmente toda la contabilidad del país.
En abril de 1981, el entonces primer ministro Nguza Karl i Bond abandonó el
cargo y pidió asilo en Bélgica, denunciando las arbitrariedades del presidente
Mobutu, al tiempo que se presentaba frente a europeos y norteamericanos
como una “alternativa decente” ante la corrupción imperante en Zaire.
En las elecciones de julio de 1984, Mobutu obtuvo 99,16% de los sufragios.
En febrero de 1985, Zaire firmó un pacto de seguridad con Angola, destinado
a mejorar las relaciones que se habían deteriorado a fines de la década
anterior, por el apoyo zairense al FNLA y la actuación del Frente de Liberación
Congolés desde territorio angoleño.
El Gobierno de Angola denunció que 15 millones de dólares de ayuda
encubierta para el FNLA fueron canalizados por la administración Reagan
a través del régimen zairense, siendo el país centroafricano un verdadero
depósito de armas para el Frente.
Para anticiparse a un proceso que él consideraba inminente, en abril
de 1990 Mobutu decidió dar un paso audaz: decretó el fin del sistema de
partido único, instauró el pluralismo sindical y prometió realizar elecciones
libres en el plazo de un año. Comenzó un rápido proceso de organización
política. Cientos de asociaciones de todo tipo y agrupaciones políticas
exigieron su legalización. La reacción popular asustó a las autoridades, y
el 3 de mayo Mobutu declaró que ningún partido había sido legalizado
aún y que sería necesario modificar la Constitución antes de realizar las
elecciones, porque el jefe de Estado deseaba “preservar su autoridad sin
exponerse a críticas”.

La matanza de Lubumbashi

Los estudiantes, en particular los universitarios de Lubumbashi, capital


de la Provincia de Shaba, en medio de una intensa movilización nacional,
comenzaron a exigir la renuncia de Mobutu, quien envió la guardia de élite
presidencial para reprimir las protestas.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Efectivos tomaron por asalto el campus universitario en la madrugada del


11 de mayo. Más de 100 estudiantes fueron asesinados; al día siguiente, los
sobrevivientes huyeron hacia otras provincias y hacia Zambia, desde donde
denunciaron la masacre.
El presidente Mobutu logró silenciar parcialmente los ecos de la matanza pero
fue fuerte la reacción de la Comunidad Europea, que exigió una investigación
internacional, y de Bélgica, que le cortó toda la ayuda económica. El plan de
apertura perdía viabilidad, al menos temporalmente.
La matanza de la universidad de Lubumbashi generó una ola de repudio
con huelgas, como la de Gecamina, la más importante empresa minera del
país, de propiedad estatal.
En octubre de 1990, cediendo a las presiones internas y externas, Mobutu
decidió llevar a cabo una nueva “apertura” política y autorizó la pluralidad
de partidos sin exclusiones. La mayor parte de la oposición (congregada en
la Unión Sagrada, un frente compuesto por nueve partidos, entre los que se
cuentan los cuatro más grandes) exigió, en diciembre, la renuncia de Mobutu
y la convocatoria de una conferencia nacional para decidir el futuro político
de Zaire sin intervención presidencial.
Mobutu enfrentó, en septiembre de 1991, una nueva e importante sublevación
popular en diversos puntos del país, desencadenada tras un aumento general
de precios y el fracaso de una conferencia convocada en agosto para introducir
reformas democráticas. La sublevación, que causó decenas de muertes, motivó
la intervención de Francia y Bélgica, que enviaron varios cientos de soldados
para retirar a sus ciudadanos residentes en el país.
En noviembre de 1991, la Unión Sagrada constituyó un “gobierno paralelo”
y llamó a las Fuerzas Armadas a derrocar el régimen de Mobutu. Ese mismo
mes, el Presidente designaba a Nguza Karl i Bond como nuevo primer ministro
(el quinto desde 1991). Nguza, ex dirigente opositor que ya había sido jefe
de gobierno de Mobutu diez años atrás, asumió su puesto en un contexto
de agravamiento de la crisis económica y acentuación de las presiones
internacionales, en particular de Estados Unidos.
A comienzos de 1992 se puso en marcha la Conferencia Nacional, por la que
venía bregando la oposición con el fin de realizar reformas a la Constitución y
hacer efectiva la transición a la democracia.
En febrero del mismo año el premier Karl i Bond suspendió la Conferencia lo
que motivó el levantamiento de una parte del ejército que tomó la radio estatal
y exigió la renuncia del presidente Mobutu. Pocas horas después los rebeldes
fueron vencidos por tropas leales al Gobierno. Miles de manifestantes que
pedían la renuncia del presidente y la reapertura de la Conferencia fueron

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severamente reprimidos por el ejército, dejando como saldo decenas de


muertos y heridos. La Comunidad Europea suspendió toda ayuda financiera a
Zaire hasta que no fuera reinstalada la Conferencia Nacional.
En marzo de 1992, el presidente Mobutu anunció la reapertura inmediata
de la Conferencia Nacional, luego de reunirse con el arzobispo Monsegwo
Pasinya, presidente de la misma. La Conferencia Nacional nombró nuevo
premier a Etienne Tshisekedi, líder de la Unión Sagrada, en reemplazo de
Nguza Karl i Bond.
Durante 1992 se reavivaron los conflictos interétnicos. En la región de Shaba,
al sudoeste del país, se produjo un estallido de violencia, tras la sustitución
de Nguza Karl i Bond, cuando miembros del grupo lunda, al que pertenecía
éste, atacaron a personas de la comunidad luba, de la que formaba parte
Tshisekedi. Murieron unas 2.000 personas. Millares de lubas dejaron la
región de Shaba por la destrucción de sus hogares. Las fuerzas de seguridad
intervinieron varias semanas después de iniciarse el enfrentamiento.
Los doce bancos comerciales que operaban en Zaire cerraron
indefinidamente, en 1992, por falta de efectivo. La inflación alcanzaba
16.500%. De acuerdo con un informe del Comité de Crisis de Población con
sede en Washington, Zaire se encontraba, en 1992, entre los diez países más
pobres del mundo.
En diciembre de 1992, el primer ministro decretó el cese del curso legal
del Zaire, a raíz de la inflación galopante, y puso en circulación una nueva
moneda. Sin embargo, Mobutu ordenó el pago de los salarios atrasados a los
efectivos militares con billetes de la vieja denominación.
A comienzos de 1993 se produjeron verdaderas batallas entre los soldados
-en rebelión por haber recibido como pago billetes sin valor- y la guardia
personal de Mobutu. Estos enfrentamientos causaron 1.000 muertos en
Kinshasa. La capital fue víctima de saqueos, incendios y asaltos por parte de
los soldados enfurecidos.
El 24 de febrero tropas de Mobutu con tanques se apostaron en el edificio
del Alto Consejo de la República, órgano de la transición constituido por la
Conferencia Nacional y exigieron a los 800 legisladores que aprobaran los
billetes repuestos en circulación por Mobutu.
Ante el agravamiento de la situación, EEUU, Bélgica y Francia exigieron en una
carta enviada a Mobutu, que éste compartiera el poder con el Gobierno provisional
de Tshisekedi. La respuesta de Mobutu fue la destitución del primer ministro
Tshisekedi. A comienzos de 1993, Faustin Birindwa fue nombrado en su lugar.
El Departamento de Estado de Estados Unidos sugirió a Bélgica y Francia
el bloqueo de los bienes de Mobutu, como una fuerte medida en su contra

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que no perjudicaría la economía del país ni causaría perturbaciones a los


negocios europeos y norteamericanos. Se calculaba que Mobutu, uno de los
hombres más ricos del mundo, tenía una fortuna personal superior a 4 mil
millones de dólares.
El genocidio en Rwanda y la llegada masiva de refugiados de ese país -entre
los cuales se encontraban miles de miembros de las milicias responsables de
gran parte de las matanzas- crearon un foco de tensión en el este de Zaire.
La llegada al poder en Rwanda de la guerrilla del FPR llevó a varios
países occidentales, como Francia, a disminuir la presión sobre Mobutu,
nuevamente considerado como un aliado potencial, tras la victoria de
los “tutsis angloparlantes” en el país vecino. Esto reforzó el poder del
presidente y facilitó el nombramiento de Léon Kengo Wa Dondo como
primer ministro.
La tensión aumentó en 1996, después de que milicianos rwandeses,
apoyados por soldados zaireños, iniciaron una “purificación étnica” en la
región este de Masisi, expulsando y matando a los banyamamulenge, tutsis
que vivían desde generaciones en esta zona de Zaire.
A fin de ese año, el conflicto entre grupos armados tutsis y los restos
del ejército rwandés (de mayoría hutu) llegó a adquirir la magnitud de
una guerra civil. El enfrentamiento se amplió con la participación de las
fuerzas gubernamentales, dispuestas a frenar el avance de los rebeldes
tutsis, que llegaron a capturar varias ciudades de la parte oriental del país.
El régimen de Mobutu se vio seriamente amenazado, cuando diversas
fuerzas opositoras se unificaron en una alianza dirigida por el veterano
líder guerrillero Laurent Kabila.
En los primeros meses de 1997, las fuerzas opositoras conquistaron con
facilidad la casi totalidad del país y una serie de estados -Sudáfrica, Estados
Unidos, Francia y Bélgica entre ellos- intentaron mediar para buscar una
solución. Nelson Mandela logró que Mobutu y Kabila se encontrasen en un
barco en aguas internacionales para negociar una transición. Sin embargo, la
tentativa fracasó, ya que Kabila exigió que Mobutu abandonara el poder.

Caída de Mobutu

El parlamento destituyó en marzo al primer ministro Kengo Wa Dondo,


y un mes más tarde fue nombrado en su lugar, por tercera vez en ese
cargo, Étienne Tshisekedi, con la aprobación de Mobutu. Tshisekedi ofreció
a Kabila seis cargos en el gabinete, incluyendo defensa y cancillería, pero
éste los rechazó. Apenas una semana después, desacuerdos entre los

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partidos gubernamentales determinaron su sustitución por Likulia Bolongo.


Presagiando el desenlace final, las poderosas compañías mineras extranjeras
comenzaron a negociar con Kabila para proteger sus intereses en Zaire.
El 16 de mayo, Mobutu huyó del país rumbo a Marruecos y al día siguiente
las tropas opositoras entraron en Kinshasa. Kabila se autoproclamó
presidente. Mobutu murió en Rabat el 7 de septiembre. El nuevo hombre
fuerte asumió ese mes como presidente, con plenos poderes militares,
legislativos y administrativos. El nuevo Gobierno cambió el nombre de Zaire
por el de República Democrática del Congo y anunció una serie de medidas
de recuperación económica.
Un estudio de Médicos Sin Fronteras (MSF) puso en evidencia, a fines de
1997, las masacres cometidas por las fuerzas de Kabila y las tropas rwandesas
que lo apoyaron en el derrocamiento de Mobutu. Acusando a Kabila de
regresar al tribalismo y liderados por el intelectual Ernest Wamba dia Wamba,
los miembros del grupo político Unión Congolesa por la Democracia (RCD,
ex miembros del AFPDL fundado por el propio Kabila), se constituyeron en
grupo armado que, compuesto por tutsis refugiados, soldados congoleños
desmovilizados y apoyado con armas y oficiales por los Gobiernos de Rwanda
y Uganda, tomaron la mitad del país. Kabila, por su parte, inició la resistencia
con el eslogan “amenaza a la civilización bantú”.
El conflicto se internacionalizó rápidamente y, para responder al ataque,
Kabila y los presidentes de Angola, Zimbabwe y Namibia anunciaron en abril
de 1999 la formación de una alianza con el fin de dar una respuesta conjunta
en caso de que cualquiera de sus miembros fuera atacado. En tanto Angola,
Zimbabwe y Namibia proveían de tropas y ayuda material al ejército de Kabila,
Uganda y Rwanda incrementaron su apoyo a los rebeldes.
Dos años después de iniciada la guerra civil que llevara a Kabila al poder,
provincias enteras se encontraban bajo el control de Uganda y Rwanda. El
parlamento congolés fue disuelto en el 2000, y el presidente nombró en su
lugar una asamblea de Gobierno de 300 miembros.
Mientras discutía en el palacio presidencial la cumbre franco-africana, Kabila
fue asesinado de dos disparos por uno de sus guardaespaldas en enero de
2001. Su hijo Joseph asumió de inmediato la presidencia, al tiempo que los
países aliados del occiso realizaban una reunión de emergencia. Todos los
dignatarios participantes en la cumbre decidieron continuar apoyando al
Gobierno ahora liderado por Joseph Kabila.
Para mayo de 2001 se desarrolló una retirada de tropas monitoreada por
Naciones Unidas. A medida que las partes comenzaban a desentenderse
de los combates, las agencias de ayuda comenzaron a descubrir la

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

magnitud del impacto de la guerra, que había empujado a buena parte de


la población a áreas remotas carentes de alimento, medicinas y refugios.
Según cifras del Comité de Rescate Internacional (CRI), el 5% de la
población congolesa pereció durante la guerra. Sólo en la región oriental
del país, dos millones y medio de personas habrían muerto, la mayoría a
causa de -en ese orden- la malaria, la diarrea y la violencia.
En julio de 2002 Kabila y Paul Kagame, presidente de Rwanda, firmaron un
tratado de paz para poner fin a los cuatro años de guerra civil en territorio
congolés. El conflicto, denominado la «Guerra Mundial de África», involucró
a los ejércitos de seis naciones, dividió el Congo en regiones controladas
por fuerzas rebeldes y por el gobierno, y provocó la muerte de casi 3
millones de personas, principalmente a causa de enfermedades y hambre.
Bajo las condiciones de este acuerdo, firmado en Pretoria, Sudáfrica, Kabila
prometió desarmar, arrestar y repatriar a cerca de 12.000 combatientes de
la milicia rwandesa de etnia hutu a cambio de que Rwanda retirara a sus
aproximadamente 30.000 soldados del este congolés.
En diciembre el Gobierno de Kabila, grupos guerrilleros y partidos políticos
opositores firmaron un acuerdo que puso fin a la guerra. Las bases del pacto
establecían la formación de un parlamento bicameral y la división de los cargos
ministeriales entre el Gobierno, los grupos guerrilleros y los partidos de oposición.
En julio de 2003 se instauró el Gobierno de transición -una cúpula militar
presidida por Kabila y cuatro vicepresidentes: dos líderes de las mayores
facciones rebeldes, uno de la oposición política y uno del gobierno- con el
compromiso de conducir al país a sus primeras elecciones en 40 años.
La violencia continuó, sin embargo, en Ituri, región este, donde las luchas
entre las tribus hema y lendu cobraron unas 50 mil vidas en los cuatro años
que duró la guerra. Naciones Unidas trasladó, en diciembre de 2003, el 80%
de sus 10 mil cascos azules a los alrededores de Bunia, capital de Ituri, en un
intento por desarmar a la milicia local y proteger a los civiles.
Como saldo de la guerra, el HIV/SIDA contituyó la verdadera amenaza a la
seguridad congoleña. La movilidad de los soldados en los campos de batalla,
pero sobre todo la escala masiva de violaciones a mujeres, desde niñas de 5 años
hasta ancianas de 80, incrementó drásticamente el número de infectados.
En diciembre de 2003 se estimaba que por cada mujer de las 150 que
acudían por mes a buscar ayuda humanitaria, víctimas de violaciones y torturas
y frecuentemente con heridas internas severas, 30 más habían sido violadas.
En junio de 2004, tropas de paz de ONU, mataron a dos personas
durante un enfrentamiento con rebeldes congoleños que saquearon en
Kinshasa la instalación logística de la organización. El enfrentamiento

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

sucedió luego de que tropas disidentes tomaran la ciudad de Bukavu,


situada al sudeste del país. Las protestas anti ONU se reportaron en
Bukavu, Kisangani y Kindu. La ONU declaró que el hecho se había dado
en defensa propia y que no había existido más opción que las armas;
agregó que el hecho causó gran consternación entre la fuerza de paz,
pues su cometido era salvaguardar la paz. El presidente Kabila acusó a
Rwanda de impulsar los ataques rebeldes. Rwanda, por su parte, negó
estar involucrada en el conflicto. Finalmente, los rebeldes abandonaron
Bukavu. Cientos de personas protestaron nuevamente en la capital
contra las fuerzas de paz, debido a que las mismas no detuvieron la
toma de esa ciudad.
Ese mismo mes, Kabila neutralizó un intento de golpe de Estado. El presidente
anunció que la situación del país estaba bajo control, y que alrededor de
una docena de conspiradores fueron arrestados. Según el mandatario, el
líder del levantamiento era el mayor de la Guardia Presidencial, Eric Lenge,
quien escapó horas después de haber capturado la estación estatal de radio
y televisión y anunciado que el Gobierno de Kabila había caído. El intento de
golpe -el segundo en el año 2004- se produjo pocos días después de que el
ejército de RDC retomó el control de Bukavu.
En agosto, rebeldes hutu asesinaron a más de 160 refugiados tutsi
oriundos de RD Congo, mayoritariamente mujeres y niños, que estaban
alojados en el campo Gatumba de Burundi ubicado cerca de la frontera
con la RD Congo. Hombres armados con machetes y armas atacaron el
campo, destruyeron las precarias viviendas, quemaron vivos a muchos
refugiados y mataron a quienes estuvieran a su paso. Ruud Lubbers, alto
comisionado de ACNUR, condenó severísimamente la masacre de los
civiles inocentes.
En septiembre, un préstamo de 20 millones de dólares del Banco Mundial
contribuyó a iniciar en el país un proyecto denominado de “Apoyo a la Educación
Básica” que tuvo como objetivo mejorar la calidad de la enseñanza, sumida en
una profunda crisis tras años de conflicto armado, y reducir las desigualdades
en el acceso a la misma. Se implementaría, además, un sistema de educación
pública y gratuita y una reforma del profesorado. De los 20 millones de dólares,
8,5 millones se destinarían a rehabilitar los colegios que fueron dañados por la
guerra o abandonados, y a la adquisición de material escolar.
Profesores, administrativos, inspectores y directivos recibirían la preparación
y el equipamiento necesarios. Se editarían guías para el profesorado y
libros de texto para primaria y secundaria, especialmente en tres materias:
francés, matemáticas y ética como contribución a una paz duradera.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Los adolescentes de entre 14 y 18 años que no fueron a la escuela o la


abandonaron prematuramente recibirían formación profesional y se alentaría
la escolarización de niños de las minorías más desfavorecidas, comolos
pigmeos twa.
En enero de 2005 una investigación interna reveló que los cascos azules de
Naciones Unidas habían comerciado huevos y leche por sexo con muchachas.
Algunas de ellas apenas tenían 13 años.
El 16 de mayo, el parlamento se reunió para adoptar una constitución que
sustituiría a las leyes de transición que regían la república, buscando así
consolidar el camino emprendido hacia la democracia, la unidad nacional y
la reconciliación.

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2. Patrice Lumumba, biografía

Patrice Émery Lumumba


(1925-1961)

Fue el primero en ocupar el cargo de Primer


Ministro de la República Democrática del Congo
entre junio y septiembre de 1960. Nació el 2 de
julio de 1925 en Onalua (territorio de Katako-
Kombe en el Sankuru, en el Congo Belga (actual
República Democrática del Congo) y fue asesinado
el 17 de enero de 1961 en Katanga.

Una educación privilegiada

Patrice Lumumba nació en Onalua. Estudió en la escuela católica de los


misioneros y más tarde, brillante estudiante, en una escuela protestante
dirigida por unos suecos. Trabajó como empleado de oficina en una sociedad
minera de la provincia de Sud-Kivu hasta 1945, después como periodista en
Léopoldville (hoy Kinshasa) y Stanleyville (Kisangani), período durante el cual
escribió en varios periódicos.
En septiembre de 1954 recibe su carta “de matriculado”, honor raramente
concedido por la administración belga a algunos negros (apenas 200 de los
13 millones de habitantes de la época).
En 1955 crea una asociación llamada “APIC” (Asociación del Personal
Indígena de la Colonia) y tendrá la ocasión de entrevistarse con el rey Balduino
I de Bélgica en viaje por el Congo, sobre la situación de los congoleses.
Siendo trabajador de Correos, comienza a organizar un sindicato de trabajadores
y es detenido y encarcelado por las autoridades belgas, en 1955. Tras su salida
de la cárcel, dos años más tarde, entra en relación con grupos del movimiento
independentista. En 1958 junto a otros compañeros funda el Movimiento
Nacional Congoleño, primer partido político de ámbito nacional, convirtiéndose
rápidamente en el principal líder político del país. No tarda en ser nuevamente
encarcelado pero, gracias a la movilización popular, es liberado en 1960.
El ministro del Congo de la época, Auguste Buisseret, quiere hacer
evolucionar al Congo y desarrollar una enseñanza pública. Lumumba se afilia
al Partido Liberal con otros notables congoleses.
Con varios de ellos, acude a Bélgica por invitación del Primer Ministro.

19
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

La lucha por la independencia

En 1957, es puesto en prisión un año a causa de un asunto de malversación


de correo perteneciente a un europeo (miembro de AMORC). Liberado
anticipadamente, retoma sus actividades políticas y se convierte en director
de ventas de una cervecería.
El Gobierno belga emprende algunas medidas de liberalización: los
sindicatos y partidos políticos serán autorizados.
En 1958, en la ocasión de la exposición universal, algunos congoleses son
invitados a Bélgica. Indignados por la imagen degradante del pueblo congolés
que muestra la exposición, Lumumba y algunos compañeros políticos aumentan
los contactos con los círculos anticolonialistas. Tras su retorno al Congo, crea el
Movimiento Nacional Congolés (MNC), en Léopoldville, el 5 de octubre de 1958,
y con tal nombre, participa en la Conferencia Panafricana de Accra. Consigue
organizar una reunión para dar cuenta de dicha conferencia durante la cual él
reivindica la independencia delante de más de 10.000 personas.
Primeros litigios políticos en octubre de 1959: el MNC y otros partidos
independentistas organizan una reunión en Stanleyville. A pesar de contar
con un fuerte respaldo popular, las autoridades belgas intentan detener a
Lumumba, produciéndose un motín que se cobra 30 muertos.
Lumumba es arrestado algunos días más tarde, juzgado en enero de 1960
y condenado a seis meses de prisión el 21 de enero.
Al mismo tiempo las autoridades belgas organizan reuniones con los
independentistas en las cuales participa finalmente Lumumba, que es
liberado de facto el 26 de enero. Con gran sorpresa general, Bélgica concede
al Congo la independencia que es hecha efectiva el 30 de junio de 1960.

Una breve carrera política

El MNCL y sus aliados ganan las elecciones organizadas en mayo y, el 23


de junio de 1960, Patrice Émery Lumumba se convierte en el primer Primer
Ministro del Congo independiente.
Pero las autoridades belgas (y probablemente las compañías mineras)
no querían una independencia plena y completa. Una buena parte de la
administración y de los cuadros del ejército se mantiene belga.
Desafía a Bélgica decretando la africanización del ejército. Aquélla responde
con el envío de tropas a Katanga (la región minera) y apoyando la secesión
de dicha región dirigida por Moïse Kapenda Tschombe.
En septiembre de 1960, el presidente Joseph Kasa-Vubu revoca a Lumumba

20
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

y a los ministros nacionalistas. Lumumba declara entonces que se mantendrá


en el cargo. Por iniciativa suya, el parlamento adscrito a su causa revoca al
presidente Kasa-Vubu.
Tras un golpe de Estado, Joseph Désiré Mobutu toma el poder. En diciembre
de 1960, Lumumba se escapa de la capital para intentar tomar Stanleyville,
región donde cuenta con numerosos seguidores. Es arrestado mientras
pasaba el río Sankuru en Mweka y enviado al campamento militar de Thysville
por orden de Mobutu.
El 17 de enero de 1961, Lumumba, Mpolo y Okito son conducidos en avión
a Elisabethville, en Katanga, y entregados a las autoridades locales.
Serán ejecutados esa misma tarde en presencia de Tshombe, Munongo,
Kimba y de otros dirigentes del Estado de Katanga. Al día siguiente, se hacen
desaparecer con ácido los restos de las víctimas. Varios de sus seguidores
serán ejecutados en los días que siguen, al parecer con la participación de
militares o mercenarios belgas.
La desaparición de Lumumba fue muy lamentada por toda la comunidad de
países No Alineados, incluyendo a uno de sus verdugos, el general Mobutu,
que lo nombra héroe nacional en 1966. El retorno de su mujer Pauline y de
sus hijos, de Egipto, fue considerado como un acontecimiento nacional.
Es, hoy por hoy, el único dirigente político libremente elegido de la RDC, en
espera de las elecciones previstas para 2006.

La acción de los colonizadores en plena Guerra Fría

Se ha especulado largamente sobre el papel de las potencias occidentales


en general y de los Estados Unidos en particular en la muerte de Lumumba,
bajo el pretexto de que cabría temer una deriva del Congo Belga hacia la
URSS. En efecto Lumumba hizo llamamientos a los soviéticos durante la
Guerra de Katanga al no responder la ONU a sus peticiones de ayuda militar
para poner fin a la guerra civil.
Se sabe hoy que la CIA dio ayuda financiera a los opositores de Lumumba
y suministró armas a Mobutu.

El asesinato de Lumumba

El 14 de septiembre, nueve días después de la destitución de Lumumba,


el coronel Joseph Mobutu Sese Seko, jefe del ejército, se hace con el control
político en la capital, desata una ola de represión contra las organizaciones
políticas y expulsa a los técnicos soviéticos. Auténtico hombre fuerte del

21
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Gobierno congoleño, antes de dos


meses Mobutu había devuelto el poder a
Kasavubu y se autodesignó comandante
en jefe de las fuerzas armadas.
Pero Lumumba seguía vivo y, con él,
la esperanza para el pueblo congoleño.
El 6 de octubre Bélgica se une a los
planes asesinos de los estadounidenses
y el ministro de Asuntos Africanos del
Gobierno, Aspremont Lynden, siguiendo
órdenes del primer ministro, el
democristiano Gaston Eyskens, ordena
en un cablegrama a Katanga eliminar
definitivamente a Lumumba. Patrice Lumumba, prisionero.
El 10 de octubre, el ejército y las tropas
de la ONU le detienen, pero Lumumba logra escapar el 17 de noviembre
y huir en avión hacia su principal base de apoyo en Kisangani (entonces
llamada Stanleyville) en donde contaba con mayores apoyos.
Comenzó el tributo de sangre que reclamaban los imperialistas. El secretario
general de la ONU, Dag Hammarskjold, concertó una reunión con Tshombé
que tendría lugar en la ciudad de Ndola, en Zambia. Cuando el avión de
Hammarskjold se aproximaba al aeropuerto de Ndola perdió el control y se
estrelló. El secretario general pereció en el accidente.
Lumumba fue detenido de nuevo el 2 de diciembre por el ejército. Siempre
con las órdenes de no intervenir, las tropas de la ONU se hicieron la vista
gorda cuando lo torturaron brutalmente. Más tarde se supo que se mantuvo
firme durante las largas sesiones de torturas y con la moral muy elevada. Lo
llevaron primero a Kinshasa, a una prisión del ejército congolés donde lo
exhibieron ante los periodistas y diplomáticos. Durante el mes siguiente lo
fueron pasando de un grupo títere a otro para que lo golpearan y torturaran.
Al final lo llevaron a Katanga. Allí, en un descampado en medio de la
oscura sabana iluminado por las luces de los coches de la policía, el oficial
belga Julien Gat cogió del brazo a Lumumba y lo llevó hacia un enorme
árbol. El dirigente africano apenas podía caminar a causa de las torturas.
Un escuadrón de ejecución formado por cuatro hombres y provisto de
fusiles FAL belgas y revólveres Vigneron esperan, mientras que 20 soldados,
policías, oficiales belgas y ministros katangueses observaban en silencio.
El capitán belga dio la orden de disparar y una lluvia de balas acribillaron a
Lumumba y a dos de sus ex-ministros, Maurice Mpolo y Joseph Okito.

22
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Para tapar la verdad, un equipo de


policías belgas desenterró el cadáver
y lo disolvió en el ácido sulfúrico que
proporcionó una compañía minera.
El comisario belga Gerard Soete, que
trabajaba para el régimen pelele de
Katanga, confesó que le ordenaron
hacer desaparecer a los fusilados. Su
trabajo no fue fácil, tuvimos que despedazarlos, reconoció el verdugo. Su
cuerpo fue espantosamente descuartizado para evitar su reconocimiento.
Los imperialistas no querían dejar ninguna huella del crimen.
Luego vino la campaña de intoxicación en la prensa. Inicialmente, los
imperialistas yanquis y belgas anunciaron que lo habían asesinado campesinos
airados; más tarde dijeron que lo ejecutaron sus enemigos congoleños.
También contaron que, estando encarcelado en Katanga, a mediados de
febrero, intentó huir siendo mortalmente herido.
El Gobierno belga reconoció en 2002 su responsabilidad en los
acontecimientos que condujeron a la muerte de Lumumba:

“A la luz de los criterios aplicados hoy, algunos miembros


del Gobierno de entonces y algunos representantes belgas de
la época tienen una parte irrefutable de responsabilidad en
los acontecimientos que condujeron a la muerte de Patrice
Lumumba. El Gobierno estima por tanto que debe presentar
a la familia de Patrice Lumumba y al pueblo congolés su
profundo y sincero pesar y sus excusas por el dolor que les
ha sido infligido por tal apatía y fría neutralidad.”

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

3. Patrice Lumumba, textos y discursos

Discurso del Primer Ministro de la República Democrática del Congo


30 de junio de 1960
(Trad. del inglés: J.A. Calzadilla Arreaza)

Hombres y mujeres del Congo,

Victoriosos luchadores por la independencia, hoy victoriosos, los saludo en


nombre del Gobierno congolés. Todos ustedes, mis amigos, que han luchado
incansablemente a nuestro lado, les pido que hagan este junio 30, 1960, una
fecha ilustre que tendrán grabada en sus corazones, una fecha significativa
sobre la cual enseñarán a sus niños, para que hagan conocer a sus hijos y a
sus nietos la gloriosa historia de nuestra lucha por la libertad.
Porque esta independencia del Congo, incluso tal como es celebrada hoy
con Bélgica, un país amistoso con el que tratamos de igual a igual, ningún
congolés que merezca ese nombre será capaz de olvidar que fue luchando
como fue ganada [aplausos], una lucha día a día, una ardiente e idealista
lucha, una lucha en la cual no escatimamos privación ni sufrimiento, y por la
cual dimos nuestra fuerza y nuestra sangre.
Estamos orgullosos de esta pelea, de lágrimas, de fuego, hasta las honduras
de nuestro ser, porque fue una pelea noble y justa, e indispensable para
ponerle fin a la esclavitud humillante que nos fue impuesta por la fuerza.
Tal fue nuestro destino durante 80 años de un régimen colonial; nuestra
heridas están demasiado frescas y son demasiado dolorosas todavía para
que podamos echarlas de nuestra memoria. Supimos del trabajo hostigante,
exigido a cambio de salarios que no nos permitían comer bastante para
disipar el hambre, o vestirnos, o albergarnos decentemente, o criar nuestros
niños como criaturas queridas.
Hemos conocido ironías, insultos, golpes que soportamos mañana, tarde y
noche, porque somos “Negros”. ¿Quién olvidará que a un negro se le decía
“tú”, ciertamente no como un amigo, sino porque el más honorable “usted”
estaba reservado sólo para los blancos?
Hemos visto nuestras tierras tomadas en nombre de leyes alegadamente
legales, que de hecho sólo reconocían que la fuerza es el derecho.
Hemos visto que la ley no era la misma para un blanco y para un negro,
acomodándose para el primero, cruel e inhumana para el otro.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Hemos presenciado los atroces sufrimientos de aquellos condenados por


sus opiniones políticas o creencias religiosas; exiliados en su propio país, su
destino en verdad peor que la misma muerte.
Hemos visto que en los poblados había casas magníficas para los blancos y
ranchos para los negros, que un negro no era admitido en las salas de cine,
en los restaurantes, en las tiendas de los europeos, que un negro viajaba en
las bodegas, a los pies de los blancos en sus cabinas de lujo.
¿Quién olvidará jamás las masacres en las que tantos de nuestros hermanos
perecieron, las celdas en las que eran echados los que se rehusaban a rendirse
a un régimen de opresión y explotación?
Todo eso, hermanos míos, hemos soportado.
Pero nosotros, a quienes el voto de los representantes de ustedes ha dado
el derecho de dirigir nuestra querida nación, quienes hemos sufrido en
nuestro cuerpo y en nuestro corazón la opresión colonial, les decimos en voz
muy alta que todo eso ha terminado de aquí en adelante.
La República del Congo ha sido proclamada, y nuestra Patria está ahora en
las manos de sus propios niños.
Juntos, mis hermanos, mis hermanas, comenzaremos una nueva pelea, una
pelea sublime, que llevará a nuestro país a la paz, prosperidad y grandeza.
Juntos, vamos a establecer la justicia social y garantizar que cada uno tenga
remuneración justa por su trabajo [aplausos].
Vamos a mostrarle al mundo lo que el hombre negro puede hacer cuando
trabaja en libertad, y vamos a hacer del Congo el centro de la irradiación del
sol para toda África.
Vamos a estar vigilantes sobre las tierras de nuestro país para que
verdaderamente aprovechen a sus niños. Vamos a restaurar antiguas leyes y
a hacer otras nuevas que serán justas y nobles.
Vamos a terminar con la supresión del pensamiento libre y velar porque
nuestros ciudadanos gocen plenamente de las libertades fundamentales
previstas en la Declaración del los Derechos del Hombre [aplausos].
Vamos a alejarnos de toda discriminación de todo tipo y garantizar a cada
uno y a todos la posición de la que lo hacen merecedor la dignidad humana,
el trabajo y la dedicación.
Vamos a gobernar no con la paz de los fusiles y las bayonetas sino con una
paz del corazón y de la voluntad [aplausos].
Y por todo eso, queridos compatriotas, estén seguros de que contaremos
no sólo con nuestra enorme fuerza e inmensas riquezas, sino también con la
asistencia de numerosos países extranjeros cuya colaboración aceptaremos
si es ofrecida libremente y sin la intención de imponernos una cultura ajena
de la naturaleza que sea [aplausos].

25
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

A este respecto, Bélgica, finalmente ha aceptado el curso de la historia, no


ha tratado de oponerse a nuestra independencia y está dispuesta a ofrecernos
su ayuda y su amistad, y se ha firmado un tratado entre nuestros dos países,
iguales e independientes. Por nuestra parte, mientras permanecemos
vigilantes, respetaremos nuestras obligaciones, otorgadas libremente.
Así, pues, en lo interno y en lo externo, el nuevo Congo, nuestra querida
República que mi Gobierno creará, será un país rico, libre y próspero. Mas
para alcanzar este objetivo sin demora, les pido a todos ustedes, legisladores
y ciudadanos, que me ayuden con toda su fuerza.
Les pido a todos ustedes olvidar sus luchas tribales. Ellas nos extenúan.
Ellas pueden desprestigiarnos en el extranjero.
Le pido a la minoría parlamentaria que ayude a mi Gobierno a través de una
oposición constructiva y que se limite a sí misma estrictamente a los canales
legales y democráticos.
Les pido a todos ustedes no amedrentarse ante cualquier sacrificio en aras
de lograr el éxito de nuestra amplia empresa.
En conclusión, les pido incondicionalmente respetar la vida y la propiedad
de sus conciudadanos y de los extranjeros que viven en nuestro país.
Si la conducta de estos extranjeros deja algo que desear, nuestra justicia
estará presta a expulsarlos del territorio de la República; si, por el contrario,
su conducta es buena, se debe dejárseles en paz, pues también estarán
trabajando por la prosperidad de nuestro país.
La independencia del Congo marca un paso decisivo hacia la liberación de
todo el continente africano [aplausos].
Señores, Excelencias, Damas, Caballeros, mis queridos compatriotas, mis
hermanos de raza, mis hermanos de lucha esto es lo que quería decirles
en nombre del Gobierno en este magnífico día de nuestra completa
independencia.
Nuestro Gobierno, fuerte, nacional, popular, será la salvación de nuestra
Patria.
Llamo a todos los ciudadanos congoleses, hombres, mujeres y niños, a
disponerse resueltamente a la tarea de crear una próspera economía nacional
que asegure nuestra independencia económica.

¡Gloria a los combatientes por la liberación nacional!


¡Viva la independencia y la unidad africana!
¡Viva el Congo independiente y soberano!
[Aplausos, largos y fuertes]

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Alba en el corazón del África

Patrice Lumumba
(Trad. del inglés: J.A. Calzadilla Arreaza)

Por mil años, tú, Africano, sufriste como bestia


Tus cenizas dispersas en el viento que vaga por el desierto
Tus tiranos erigieron los lustrosos mágicos templos
Para preservar tu alma, conservar tu sufrimiento
Barbárico derecho del puño y el blanco derecho de tener un látigo
Tú tenías el derecho de morir, también podías llorar
En tu tótem grabaron el hambre interminable, interminables eslabones
Y hasta en la cobertura de los bosques una horrenda muerte cruel
Te vigilaba viperina, rampando hacia ti
Como ramas desde los huecos y cabezas de los árboles
Abrazaba tu cuerpo y tu alma desmedrada
Entonces pusieron una gran serpiente traicionera en tu pecho
En tu cuello uncieron el yugo de agua-fuego
Tomaron a tu esposa dulce con el brillo de baratas perlas
Tus riquezas increíbles que nadie mesurar puede
Desde tu choza los tam-tam sonaban entre la oscura noche
Llevando crueles lamentos hacia potentes ríos negros
Sobre muchachas violadas, torrentes de lágrimas y sangre
Sobre navíos que bogaban hacia países donde el pequeño hombre
Se revuelca en su hormiguero y donde el dólar es rey
Hacia aquella tierra maldita a la que llaman patria
Allí tu niño, tu mujer fueron molidos, día y noche
En un temible, inmisericorde molino, aplastándolos en dolores atroces
Tú eres hombre como otros. Te predican que creas
Que el buen Dios blanco reconciliará a los hombres finalmente
Junto al fuego penaste y cantaste los cantos quejumbrosos
De un mendigo sin casa que se echa a las puertas de los extranjeros
Y cuando tu locura te poseía
Y tu sangre hervía a través de la noche
Danzabas, gemías, obsesionado por la pasión del padre
Como furia de una tormenta hasta las letras de una canción hombruna
Desde mil años de miseria una fuerza estalla fuera de ti
En metálica voz de jazz, en protesta desencubierta

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Esos truenos a través del continente como ola gigantesca


El mundo entero sorprendido, se despierta en pánico
Al ritmo violento de la sangre, al ritmo violento del jazz
El hombre blanco palidece ante esta nueva canción
Que porta antorcha de púrpura entre la oscura noche

¡El alba está aquí, mi hermano! ¡Alba! Mira nuestros rostros


Una mañana nueva despunta en nuestra vieja África
Sólo nuestra será ahora la tierra, el agua, poderosos ríos
Africanos pobres sojuzgados durante mil años
Duras antorchas del sol brillarán para nosotros de nuevo
Secarán las lágrimas de los ojos y la saliva de tu cara
El momento en que romperás las cadenas, los pesados grilletes
Los malignos tiempos crueles se irán para no volver ya nunca
Un libre y gallardo Congo se alzará desde el suelo negro
Un libre y gallardo Congo —¡retoño negro de semilla negra!

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

La última carta de Patrice Lumumba


(Trad. del francés: J.A. Calzadilla Arreaza)

Tratando de alcanzar la provincia del Kasai, controlada por sus partidarios,


a finales de noviembre de 1960, Lumumba es capturado. Desde la prisión,
escribe a su mujer Pauline

Mi querida compañera:

Te escribo estas palabras sin saber si llegarán hasta ti, cuándo te llegarán ni
si estaré vivo cuando las leas. A todo lo largo de mi lucha por la independencia
de mi país, nunca he dudado un solo instante del triunfo final de la causa
sagrada a la que mis compañeros y yo hemos consagrado toda nuestra vida.
Pero lo que queríamos para nuestro país, su derecho a una vida honorable,
a una dignidad sin mácula, a una independencia sin restricciones, el
colonialismo belga y sus aliados occidentales —que hallaron apoyo directo
e indirecto, deliberado y no deliberado, entre algunos altos funcionarios de
las Naciones Unidas, ese organismo al cual dimos toda nuestra confianza
cuando apelamos a su asistencia— no lo han querido jamás.
Ellos no han corrompido a algunos de nuestros compatriotas, han
contribuido a deformar la verdad y a mancillar nuestra independencia.

¿Qué otra cosa puedo decir?

P.L.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

4. A 40 años del asesinato del líder del Congo


Nuevas revelaciones sobre el asesinato de Patrice Lumumba

Una comisión parlamentaria belga investiga uno de los capítulos más


oscuros de la historia colonial de ese país en África: la participación del
Gobierno de Bruselas en el asesinato del líder congoleño, cuya muerte
despejó el camino para aplastar las revueltas anticolonialistas en el Congo
y sentó las bases para el régimen subsidiario de Mobutu. El Congo, rico
en minerales, fue expoliado durante 30 años de la forma más brutal
por una sociedad integrada por Bélgica, Francia, los Estados Unidos y la
cleptocracia1 que rodeó a Mobutu.

Por Pierre Dorremans

La noche era fría aquel 17 de enero de 1961 en Katanga, una provincia rica
en cobre del ex Congo Belga. La reciente ruptura del estado independiente
del Congo había sido financiada por capital belga. Un descampado en la
oscura sabana es iluminado por las luces de los coches de la policía. Un oficial
de la policía belga toma del brazo a Patrice Lumumba, el ex primer ministro
elegido de la República del Congo y lo lleva hacia un enorme árbol. El primer
ministro apenas puede caminar, ha sido torturado durante horas, hasta días.
Un escuadrón de ejecución formado por cuatro hombres y provisto de FALs
belgas y revólveres Vigneron esperan, mientras que 20 soldados, policías,
oficiales belgas y ministros katangueses observan en silencio. Un capitán
belga da la orden de disparar y una lluvia de balas acribillan a Lumumba y a
dos de sus ex-ministros.
Cuarenta años después una comisión parlamentaria belga ha iniciado una
investigación sobre este oscurísimo capítulo de la historia colonial belga. La
comisión tiene un año para aclarar el asunto.
Esta investigación tiene un doble propósito: por un lado, sirve para
restablecer la reputación de los belgas en el extranjero, una reputación que
se ha visto severamente afectada debido a la enorme cantidad de escándalos
que han sacudido al país durante los pasados cinco años (desde el escándalo
1 Cleptocracia (del griego. clepto: quitar; y cracia: fuerza = dominio de los ladrones) es el establecimiento
y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como
el nepotismo, el clientelismo político, el peculado y la burocracia, de forma que estas acciones delictivas
quedan impunes, debido a que todos los sectores del poder están corrompidos, desde la justicia, funcio-
narios de la ley y todo el sistema político y económico. Es un término de reciente acuñación, y se suele
usar despectivamente para decir que un Gobierno es corrupto y ladrón.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

de corrupción por contratos de armas en los que los líderes del Partido
Socialista tuvieron un papel destacado, al abuso sexual y asesinato de niños,
a la contaminación de alimentos con dioxina... para mencionar sólo los más
importantes).
Esta es una mala situación para un país pequeño que exporta más de tres
cuartas partes de su producción de bienes y servicios. En un intento por
limpiar su imagen, el nuevo Gobierno belga (una alianza de los partidos
Socialista, Liberal y Verde) ha llevado la iniciativa en los procedimientos
jurídicos contra Pinochet y el ex presidente iraní Rafsanjani, en el boicot a
Haider y está también buscando limpiar su propia conciencia al investigar su
tumultuosa historia colonial.
Una segunda razón es que el Departamento Belga de Exteriores ha
comprendido que Kabila, el nuevo gobernante del Congo, va a seguir por
un tiempo. Y como Kabila se apoya decididamente en el nacionalismo
izquierdista de Lumumba, Bélgica tiene que limpiar su reputación de asesinos
del dirigente nacionalista más destacado del Congo para poder continuar sus
actividades en Kinshasa. El hecho de que los Demócratas Cristianos belgas
-que han estado en el poder desde la Edad Media- se encuentren ahora en la
oposición, facilita las cosas.
Los principales protagonistas en el intento de restablecer el poder colonial
belga hace 40 años fueron Demócratas Cristianos, siendo primer ministro
Gaston Eyskens en la época en que tuvo lugar una huelga de dimensiones
pre revolucionarias (invierno 1960-1961) por su agresiva política de austeridad,
y el conde de Aspremont Lynden, representante de una burguesía belga y pre
belga de un siglo de antigüedad al timón del “Departamento de Asuntos
Africanos”.
La tesis doctoral de Jacques Brassine “Investigación del asesinato de Patrice
Lumumba” (Universidad Libre de Bruselas, 1990) ha sido considerada durante
los últimos 10 años como la piedra angular de la versión oficial de los hechos
acaecidos en el Congo en 1960-1961.
En este informe Brassine intentó probar que el asesinato de Lumumba
fue un asunto totalmente interno en el que Bélgica no participó en
absoluto. Este trabajo es bien conocido en los círculos políticos belgas de
extrema derecha.
Pero con su libro “Crisis en el Congo” (1996), el sociólogo belga Ludo De
Witte arrojó una luz muy diferente a la lucha por la independencia. Concluye
que el Gobierno de Eyskens, mínimamente favoreció el clima en el que
Lumumba fue asesinado, y que las tropas de las Naciones Unidas en el Congo
fueron “cómplices por negligencia”.

31
Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

En su último libro, “El asesinato de Lumumba” (1999), De Witte elabora


esta tesis detalladamente. En los primeros capítulos no deja sin cuestionar
ni uno solo de los elementos de la metodología de Brassine (entre otras
cosas, Brassine tuvo una participación muy activa en los hechos de 1960-
61 y por lo tanto, no se lo puede considerar como si fuera un investigador
independiente).

Una complicidad virtualmente probada

Además, De Witte se embarca en el análisis detallado de más de 8.000


telegramas que se habían intercambiado entre diplomáticos de la ONU en el
Congo y la sede central de la ONU en Nueva York. De Witte llega a estar muy
cerca de probar la intensa complicidad de Bélgica en el asesinato.
En vez de ser los lacayos de Tsjombe, el presidente de Katanga, fueron
los belgas quienes inventaron, crearon, manejaron y financiaron el estado
títere de Katanga como muro de defensa del colonialismo belga en África.
Fue en Bruselas y no en Leopoldville (ahora Kinshasa) o Elisabetville (ahora
Lubumbashi, capital de Katanga o Shaba, como se le ha conocido en
tiempos recientes) donde se organizó y ordenó el traslado de Lumumba
desde una prisión del ejército congolés al estado sin ley de Katanga.
Mientras estuvo entre rejas Lumumba consiguió llevar al ejército congolés
hacia una revuelta anticolonial contra el régimen instaurado por el famoso
coronel Mobutu.
La forma meticulosa en que De Witte describe y analiza los meses, días y
horas previas al asesinato, los lúgubres detalles de tortura y asesinato y el
traslado del cadáver, hace que “El asesinato” no sea un libro muy agradable.
Sin embargo, es una clara descripción de la forma en que la burguesía de
un llamado país “democrático” como Bélgica actúa cuando sus intereses
fundamentales están en juego.
Una lectura concienzuda de este libro pondrá las investigaciones de la
comisión parlamentaria -suponiendo que realmente quiera descubrir la
verdad- en la buena senda.
De Witte menciona varios puntos negros (reuniones, personas, etc.) que
deben aclararse si se quiere tener el cuadro completo. La comisión debería
concentrarse en ellos. Por ejemplo el papel que jugó el gabinete belga en la
sombra alojado en el edificio Immokat de Elisabethville.
El asesinato de Lumumba y de dos de sus ministros, Mpolo y Okito,
despejaron el camino para aplastar las revueltas antiimperialistas en el Congo
y por lo tanto sentó las bases para el régimen subsidiario de Mobutu.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

El Congo, rico en minerales (un geólogo describió a la ex colonia belga


como un “escándalo geológico”) fue expoliado durante 30 años de la forma
más brutal por los imperialismos belga, francés y norteamericano y por la
cleptocracia que rodeó a Mobutu.
Mientras tanto, el país servía como muro de contención contra las
revoluciones africanas que empezaron a surgir en los sesenta y setenta.

Un símbolo de la independencia

Lumumba era un demócrata burgués que, a pesar de todo, se radicalizó


rápidamente mediante su oposición a las descaradas ambiciones coloniales de
Bélgica. Lumumba se convirtió en el símbolo de un jovencísimo y velozmente
radicalizado movimiento de independencia que estaba muy desorganizado
para sobrevivir el asesinato y/o la prisión de sus líderes más destacados.
Hoy Lumumba todavía vive en el recuerdo como un revolucionario honesto
y genuino para muchos miles de trabajadores africanos y jóvenes que tratan
de encontrar una salida del callejón mortal del imperialismo en el continente
negro. Por lo tanto, mientras se señalan las carencias de un programa
nacionalista y la necesidad del internacionalismo socialista en toda África
y el resto del mundo, la herencia de Lumumba debe tomarse con cautela y
respeto.
Hoy el régimen de Kabila en Kinshasa coquetea con la retórica antiimperialista
del lumumbismo y por lo tanto puede contar con cierto nivel de apoyo entre
las fuerzas progresistas en el Congo y en el exilio. Occidente está tratando
de presionar a Kabila por medio de la financiación de algunas revueltas
artificiales en el este del Congo.
Pero los tiempos han cambiado desde 1960, cuando el imperialismo
occidental estaba más o menos unido en su lucha contra el “comunismo” en
África. Ahora la situación en el continente es más parecida a la de la época
de la Conferencia de Berlín de 1885, cuando África se convirtió en un campo
de batalla entre los poderes imperialistas europeos.
Hasta ahora, Kabila ha podido hacer equilibrio entre los distintos intereses.
Esto lo mantiene en el poder, pero no está conduciendo hacia una mayor
liberación y emancipación del pueblo africano. Por lo contrario, África Central
está atrapada en guerras civiles interminables y devastadoras.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

5. Mobutu Sese Seko


Mobutu Sese Seko Nkuku wa za Banga (n. Lisala, Congo Belga, 14 de octubre
de 1930 - † Rabat, Marruecos, 7 de septiembre de 1997). Presidente del Zaire
(ahora República Democrática del Congo) entre 1965 y 1997.

Los primeros años

Mobutu nació en Lisala, en la provincia del Ecuador dentro del Congo


Belga. Su nombre real es Joseph-Désiré Mobutu. En 1949, se enlistó en la
“Force Publique” (fuerzas públicas), nombre de lo que en ese momento era
el ejército del Congo Belga. Cuando se retiró en 1956, había alcanzado el
grado de Sargento Mayor. Entre 1956 y 1960, trabajó como periodista y editor
de un periódico; y se unió a los nacionalistas congregados en el “Mouvement
National Congolais” (Movimiento Nacional Congoleño).
A finales de los cincuenta se unió a Lumumba en la lucha por la independencia
del Congo, llegando a ser uno de sus principales colaboradores políticos.
Lograda la independencia de la República Democrática del Congo en 1960, el
primer ministro Lumumba le puso al mando del ejército. El nuevo Gobierno
estaba formado por una coalición entre el primer ministro Patrice Lumumba
y el presidente Joseph Kasavubu.
El 14 de septiembre de 1960, un golpe de Estado depuso a Lumumba y
permitió a Kasavubu hacerse con el control político. Mobutu, figura clave en
el golpe, fue recompensado con rápidos ascensos.
A los dos meses de su nombramiento, Mobutu utilizó su cargo para deponer
a su protector y lo entregó a los rebeldes separatistas de Katanga para que
le dieran muerte. Sus anteriores ideales socialistas quedaron olvidados y
Mobutu se convirtió en un dictador militar de ideas conservadoras y alineado
políticamente con Occidente (fue él quien expulsó del Congo a los consejeros
militares soviéticos que Lumumba había traído para contrarrestar la rebelión
de Katanga). Ejerció una dictadura militar hasta 1961, año en que restauró
como presidente a Kasabuvu.

Golpe de Estado

En 1965, el entonces teniente general Mobutu le arrebató el poder al


presidente Kasavubu tras otra disputa entre éste y el primer ministro Moise
Tshombe, nombrándose presidente por cinco años. Rápidamente centralizó el
poder y sofocó un intento de golpe de Estado en 1967. En 1970 fue oficialmente

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

elegido presidente y comenzó su campaña pro-africana y anti-europea. En


1971, el país paso a llamarse Zaire. En 1972, se cambio el nombre a Mobutu
Sese Seko Nkuku Wa Za Banga (“El guerrero todopoderoso que, debido a su
resistencia y voluntad inflexible, va a ir de conquista en conquista, dejando
el fuego a su paso”), y Mobutu Sese Seko como versión corta. Su nombre
ha sido traducido e interpretado de diversas maneras, y no hay un consenso
sobre cual forma es la más apropiada.

Cleptocracia

En las primeras épocas, nacionalizó las firmas extranjeras y expulsó a los


inversores europeos del país. Sin embargo, esto llevó a una crisis económica
de tal magnitud que en 1977 trató de atraer de vuelta a los inversores
extranjeros. En ese mismo año, necesitó la ayuda de Bélgica para vencer
a los rebeldes de Katanga que atacaban desde Angola. A pesar de todo
esto, fue reelecto en 1977 porque no había otros candidatos. En general, se
preocupó poco por los deberes de su posición, aunque sí se tomó el trabajo
de aumentar su fortuna personal, que en 1984 ascendía a 4.000 millones
de dólares estadounidenses, la mayor parte de los cuales estaba en bancos
suizos. Esta suma era casi igual a la deuda externa del país en ese momento,
y en el año 1989 el Gobierno se vio forzado a declarar la cesación de pagos
por intereses y vencimientos de los préstamos internacionales. Todo esto
le valió a Mobutu la reputación de ser el líder de un Gobierno que fue un
perfecto ejemplo de cleptocracia.

El Gobierno de la coalición

En mayo de 1990, debido a los problemas económicos y sociales, Mobutu


accedió a levantar la prohibición a la existencia de partidos políticos, y formó
un Gobierno de transición hasta la llegada de las elecciones, a pesar de lo
cual mantuvo importantes poderes. Sin embargo, el levantamiento de los
soldados a quienes se les debía el salario lo forzó a permitir a opositores
en su Gobierno. En 1993, el Gobierno se dividió en dos facciones, una a
favor y otra en contra de Mobutu. El Gobierno anti-Mobutu estaba liderado
por Laurent Monsengwo y Étienne Tshisekedi. La situación económica seguía
siendo caótica, y en 1994 los Gobiernos se unieron. Mobutu nombró a Kengo
Wa Dongo (partidario de la austeridad y un mercado liberal) primer ministro.
Mobutu estaba cada vez peor de salud y en uno de sus viajes para recibir

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

tratamiento médico en Europa, los tutsis (uno de los principales pueblos


nativos) capturaron gran parte del Este de Zaire.

La caída

Los tutsis se habían opuesto a Mobutu por su apoyo abierto al genocidio


de Ruanda de 1994. Cuando en 1996 se decretó que los tutsis debían retirarse
del país bajo la amenaza de pena de muerte, la rebelión estalló. Desde el
Este de Zaire, y con el apoyo del presidente Paul Kagame de Ruanda, se inició
una importante ofensiva para deponer a Mobutu, uniéndose a ellos también
muchos residentes locales que no estaban de acuerdo con el Gobierno. El
16 de mayo de 1997, luego de infructuosos intentos de acordar la paz, los
rebeldes tutsis y otros grupos contrarios a Mobutu agrupados en la Alliance
des Forces Démocratiques pour la Libération du Congo-Zaïre (Alianza de las
fuerzas democráticas para la liberación del Congo-Zaire) capturaron Kinshasa.
Zaire pasó a ser la República Democrática del Congo, Mobutu escapó y
Laurent-Désiré Kabila se convirtió en el nuevo presidente.

Muerte

Mobutu murió en septiembre de 1997, mientras estaba exiliado en Rabat


(Marruecos) de un cáncer de próstata que se estaba desarrollando desde 1962.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

6. Patrice Lumumba

Patrice Emery Lumumba (2 July 1925 - 17 January 1961) was an African


nationalist leader and the first Prime Minister of the Democratic Republic of the
Congo when it declared its independence in June 1960. Forced out of office
during a political crisis in September, he was assassinated in January 1961.

Path to Prime Minister

Lumumba was born in Onalua in the Kasai province of the Belgian Congo.
He was educated at a missionary school and worked in Leopoldville (Kinshasa)
and Stanleyville (Kisangani) as a clerk and journalist. In 1955 Lumumba
became regional president of a Congolese trade union and joined the
Belgian Liberal Party. He was arrested in 1957 on charges of embezzlement
and imprisoned for a year. On his release he helped found the Mouvement
National Congolais (MNC) in 1958. In 1959 Belgium announced a five year
path to independence and in the December local elections the MNC won a
convincing majority despite Lumumba being under arrest at the time. A 1960
conference in Belgium agreed to bring independence forward to June 1960
with elections in May. Lumumba and the MNC formed the first government
on June 23, 1960, with Lumumba as Congo’s first prime minister and Joseph
Kasavubu as its ceremonial president.

Deposed and arrested

Lumumba’s rule was marked by the political disruption when the


province of Katanga declared independence under Moise Tshombe in
June 1960 with Belgian support. Despite the arrival of United Nations
troops unrest continued and Lumumba sought Soviet aid. In September
Lumumba was dismissed from government by Kasavubu, an act of
dubious legality; in retaliation, he attempted to dismiss Kasavubu from
the presidency. On September 14 a coup d’etat headed by Colonel Joseph
Mobutu (who would later gain infamy as President Mobutu Sese Seko)
and supported by Kasavubu was successful. Lumumba was arrested on
December 1, 1960 by troops of Mobutu. He was captured in Port Francqui
and flown to Leopoldville in handcuffs. Mobutu said Lumumba would be
tried for inciting the army to rebellion and other crimes. United Nations
Secretary General Dag Hammarskjöld made an appeal to Kasavubu asking

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

that Lumumba be treated according to due process of law. The USSR


denounced Hammarskjöld and the Western powers as responsible for
Lumumba’s arrest and demanded his release.
The United Nations Security Council was called into session on December 7
to consider Soviet demands that the U.N. seek Lumumba’s immediate release,
the immediate restoration of Lumumba as head of the Congo government, the
disarming of the forces of Mobutu, and the immediate evacuation of Belgians
from the Congo. Soviet Representative Valerian Zorin refused U.S. demands
that he disqualify himself as Security Council President during the debate.
Secretary General Dag Hammarskjöld, answering Soviet attacks against his
Congo operations, said that if the U.N. force were withdrawn from the Congo
“I fear everything will crumble.”
Following a U.N. report that Lumumba had been mistreated by his captors, his
followers threatened (on December 9) to arrest all Belgians and “start cutting off
the heads of some of them” unless Lumumba was released within 48 hours.
The threat to the U.N. cause was intensified by the announcement of the
withdrawal of their U.N. Congo contingents by Yugoslavia, the United Arab
Republic, Ceylon, Indonesia, Morocco, and Guinea. The Soviet pro-Lumumba
resolution was defeated on December 14 by a vote of 8-2. On the same day, a
Western resolution that would have given Hammarskjöld increased powers to
deal with the Congo situation was vetoed by the Soviet Union.
Lumumba was then transported on January 17, 1961 from the military prison
in Thysville near Leopoldville to a ‘more secure’ prison in Jadotville in the
Katanga Province. There were reports that Lumumba and his fellow prisoners,
Maurice Mpolo and Joseph Okito, were beaten by provincial police upon their
arrival in secessionist Katanga.

Death of Lumumba

Sixty-seven days after he came to power, Patrice Lumumba was dismissed


by state president Joseph Kasavubu. Lumumba, in turn, tried to dismiss
Kasavubu, but to no avail. Lumumba was placed under informal house arrest
at the prime minister’s residence. UN troops were positioned around the
house to protect him.
Following his house arrest, Lumumba made the decision to escape; this
would prove a fatal mistake. Smuggled out of his residence at night in a
visiting diplomat’s car, he began a long journey towards Stanleyville. Mobutu’s
troops were in hot pursuit. Finally trapped on the banks of the Sankuru River,
he was captured by soldiers loyal to Colonel Mobutu.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

He appealed to local UN troops to save him. The UN refused on orders


from headquarters in New York, reasoning that he had escaped from UN
protection. He was flown first to Leopoldville, where he appeared beaten and
humiliated before journalists and diplomats.
Further humiliation followed at Mobutu’s villa, where soldiers beat the
elected prime minister in full view of television cameras. Lumumba was
dispatched first to Thysville military barracks, one hundred miles from
Leopoldville.
After the military personnel of Thysville mutinied, a more secure place was
sought. It is established that Belgium wanted Lumumba taken to Katanga,
which was under the rule of an enemy of Lumumba, Moise Tshombe. The
Belgian Commission investigating the assassination of Lumumba reached
the conclusions: that Belgium wanted Lumumba arrested; that it was not
particularly concerned with Lumumba’s physical well being; while informed
of the danger to Lumumba’s life it did not take any action to avert it.
Lumumba was beaten again on the flight to Elizabethville on 17 January
1961. He was seized by Katangan soldiers commanded by Belgians and driven
to Villa Brouwe. He was guarded and brutalized still further by both Belgian
and Katangan troops while President Tshombe and his cabinet decided what
to do with him.
That same night it is said Lumumba was bundled into another convoy that
headed into the bush. It drew up beside a large tree. Three firing squads had
been assembled. Some sources say that the firing squads were commanded
by a Belgian and that another Belgian had overall command of the execution
site. The Belgian Commission’s findings were that the execution was carried
out by Katanga’s authorities. Their report suggests that apart from Katangan
ministers, four Belgian officers were present at the execution site, but were
under the command of Katangan authorities. Lumumba and two other
comrades (Mpolo and Okito) from the government were lined up against
a large tree. President Tshombe and two other ministers were present for
the executions, which took place one at a time. Lumumba’s corpse was
then buried nearby. The execution most likely took place on 17 January 1961
between 9:40 pm and 9:43 pm according to the Belgian report.
As to why Mpolo and Okito were executed, the apparent reason is that they
would be possible political players in the events after Lumumba’s death.
Nothing was said for three weeks - though rumor spread quickly. When
Lumumba’s death was formally announced on Katangese radio, it was
accompanied by an implausible cover involving an escape and murder
by enraged villagers. Later, under cover of this yarn, the Belgians dug up

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Lumumba’s corpse and dissolved it in concentrated sulfuric acid. Only a


couple of teeth and a fragment of skull survived the process which were kept
as souvenirs.
For many years there was much speculation over the roles that western
governments had played in the prime minister’s murder. With the disclosure
of certain documents by author Ludo De Witte, it was finally established that
Belgian soldiers were in position around Lumumba at every stage of the
assassination, right up to his death.
Under its own ‘Good Samaritan’ laws, Belgium was clearly legally culpable
for failing to prevent the assassination from taking place. On a more formal
level and (more importantly) straightforwardly proven, Belgium was in breach
of their obligation to refrain from actions, which jeopardized the freedom and
integrity of another state, as it stemmed from U.N. Resolution 290 of 1949.
The Belgian Commission finds that Belgium had not actively sought the
death of Lumumba by his transfer to Katanga, but did not show foresight
either; he died within five hours of his arrival there. Neither did they try to
establish his welfare at any point. Interestingly the same report mentions that
there had previously been U.S. and Belgian plots to kill Lumumba. Obviously
either they failed or they were abandoned. Among them was a CIA sponsored
attempt to poison him, after U.S. president Dwight Eisenhower apparently
ordered the CIA to eliminate Lumumba[1]. CIA chemist Sidney Gottlieb was a
key person in this. However, the plan is said to have failed because a local CIA
member of staff had a conscience issue.
The Belgian commission’s 2001 report led to an official apology. In February
of 2002, the Belgian government apologized to the Congolese people, and
admitted to a “moral responsibility” and “an irrefutable portion of responsibility
in the events that led to the death of Lumumba.” In July of the same year
documents released by the United States government revealed that while the
CIA had been kept informed of Belgium’s plans, they had no direct role in
Lumumba’s eventual death. [2]
However, this same disclosure showed that US perception at the time was
that Lumumba was a Communist. Eisenhower’s apparent call for Lumumba’s
elimination must have been brought on by this perception. Both Belgium and
the United States were clearly influenced in their unfavourable stance towards
Lumumba by the cold war. He seemed to gravitate around Soviet Union.
Arguably that was because that was the only place he could find support in
his country’s effort to rid itself of colonial rule. However the United States
were very wary of him becoming too close to the Soviets, and influenced
by them. On the other hand Belgium obviously had other additional, more

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

pragmatic, reasons for opposing him. Among others they apparently felt
that the Belgian interests in the Congo were not served by his government.
Additionally, the Belgian head of state - i.e. the King - seemed to have an even
more hostile stance than his government; he had a different attitude than the
ministers of Foreign Affairs and African Affairs, who were handling the Congo
case. In the words of the Belgian there was a conflict between the King and
his government, which led to him taking individual actions and withholding
important information from his ministers.

François Lumumba

Patrice Lumumba was married and had five children; François was the eldest
followed by Patrice junior, Julienne, Roland and Guy. François was 10 years old
when Patrice died. Before his imprisonment, Patrice arranged for his wife and
children to move into exile. They went to Egypt and François spent the rest of
his childhood there, before going to Hungary for education. He returned to
Congo in the 1990s as rebellion against Mobutu began, and started a small
Lumumbist political movement there. Though his movement remains small,
François remains involved in Congolese politics and tries to bring his father’s
ideas into it.
Lumumba had a daughter, Julienne. On the DVD of the film Lumumba in
the special features section there is an interview with Julienne. In it she spoke
of how Patrice knew that he was going to die for the cause. He spoke of it
frequently, but did not anticipate the rule of Mobutu. She says that Lumumba
had faith that his message would live on after his death.

Tributes

In 1966 Patrice Lumumba was proclaimed national hero and martyr in the
Democratic Republic of the Congo. Peoples’ Friendship University of the USSR
was named after him in 1961, but it was renamed back in the post-Soviet
Russia in 1992. A street was named after him in Budapest, Hungary, between
1961 and 1990. In Belgrade,Serbia a student’s dormitory of Belgrade University
still carries Patrice’s name.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

7. La Belgique a laissé la CIA assassiner


Patrice Lumumba
Autopsie d’un crime d’État
samedi 15 décembre 2001

La Commission d’enquête de la Chambre des représentants de Belgique a


rendu son rapport sur l’assassinat de Patrice Lumumba après un vif débat chez
nos voisins du nord. La commission exhonère le pays de toute responsabilité
directe, mais admet qu’elle a laissé faire. La Commission s’emploie à faire
retomber la culpabilité sur les seuls Katangais et à passer sous silence la
responsabilité américaine. Pourtant, dès 1975, la Commission Church du
Sénat des États-Unis révélait le complot de la CIA contre Patrice Lumumba.
Une fois de plus, le fantôme de l’ancien Premier ministre congolais fait
ressurgir les vieux cauchemars de la Belgique.
Le livre, que Ludo De Witte publia en 1999 sur l’assassinat de Lumumba, jeta
une lumière crue sur une période où la mythologie avait largement pris le pas
sur la vérité historique. L’écran de fumée qui masqua une politique cynique
est en train de se dissiper après 40 années d’occultation efficace. Les menées
néocoloniales apparaissent dans leur sordide réalité avec les révélations sur
l’assassinat du premier chef de gouvernement du Congo indépendant.
Le destin de Patrice Lumumba est éminemment symbolique : héros de la
lutte pour l’indépendance, c’est le jour des cérémonies célébrant celle-ci que
Lumumba devient une cible.
Le 30 juin 1960, dans la grande salle du Palais de la Nation à Léopoldville,
où se déroule la cérémonie de proclamation de l’indépendance, Patrice
Lumumba bouscule le protocole, trouble une image, qui se voulait sereine,
de passation des pouvoirs.
Le roi Baudouin prononce un discours au ton paternaliste, dans le style de
l’époque, rendant hommage à son arrière-grand-père Léopold II. Le président
Joseph Kasa-Vubu répond avec diplomatie. Le Premier ministre Patrice
Lumumba prend la parole sur un tout autre ton, faisant voler en éclats la vitre
dépolie voilant la réalité.
“Ce que fut notre sort en 80 ans de régime nationaliste, nos blesssures sont
trop fraîches et trop douloureuses encore pour que nous puissions le chasser de
notre mémoire ; nous avons connu un travail harassant, exigé en échange de
salaires qui ne nous permettaient ni de manger à notre faim, ni de nous vêtir ou

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

de nous loger décemment, ni d’élever nos enfants comme des êtres chers.”
“Nous avons connu les ironies, les insultes, les coups que nous devions
subir matin, midi et soir, parce que nous étions des Nègres”.
Cette façon de ne pas jouer le jeu de la “transition”, d’effrayer l’ancien
pays colonisateur au point de lui faire craindre de perdre tout contrôle sur
le Congo “indépendant”, a sans doute scellé le sort du leader nationaliste,
d’autant que les actes suivent les paroles.

Moïse, le sauveur !

Le 5 juillet, les soldats congolais de la Force publique (créée en 1886 par


Léopold II) se mutinent contre leurs officiers belges. Lumumba démet le
général Janssens qui s’oppose à l’africanisation des cadres. Le colonel Joseph-
Désiré Mobutu est nommé chef d’état-major. Moïse Tshombe, leader du
Katanga, s’oppose à toute africanisation de l’armée et proclame la sécession
de sa riche province.
Ce contre-feu allumé ne déplaît pas à la Belgique, qui voit là l’occasion de
sauver ce qui peut l’être en attendant mieux. Mieux, ce ne peut-être que la
disparition du Premier ministre.
Les États-Unis du président Eisenhower s’inquiètent de voir un crypto-
communiste au pouvoir et, avec pragmatisme, envisage un assassinat.
Kasa-Vubu, sous la pression américano-belge, démet de ses fonctions
Lumumba, qui, à son tour, annonce qu’il destitue le Président et se voit
confirmé dans ses fonctions par la Chambre et le Sénat.
Dans l’urgence, des scénarios sont envisagés à Washington et à Bruxelles.
Kasa-Vubu prétend dissoudre le Parlement congolais, justifiant l’entrée
en scène du colonel Mobutu, qui effectue son premier coup d’État le 14
septembre.
Lumumba se trouve au centre d’un cercle formé par ceux qui ont intérêt
à sa perte. La CIA, qui a envisagé plusieurs scénarios d’élimination, reste à
l’arrière-plan et le comte d’Aspremont-Linden, ministre des Affaires africaines,
peut envoyer le 5 octobre 1960 un télégramme, dans lequel il écrit : “L’objectif
principal à poursuivre dans l’intérêt du Congo, du Katanga et de la Belgique,
est évidemment l’élimination définitive de Lumumba”.
Patrice Lumumba vient de perdre le pouvoir et, dans la nuit du 27 au 28
novembre, il s’évade de sa résidence surveillée par les Casques bleus pour
tenter de gagner Stanleyville. Il a encore de très nombreux partisans.
Le 2 décembre, Lumumba est arrêté au Kasaï par des soldats de Mobutu et
envoyé au camp Hardy à Thysville.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

Lumumba, ayant de nombreux partisans dans le pays, étant protégé dans


sa cellule par des Casques bleus ghanéens, il faut le transférer dans un
endroit sûr. Cet endroit, pour les autorités belges, devait être le Katanga.
Tshombe n’est guère tenté par ce “cadeau empoisonné”, qui risque de le
compromettre. L’insistance du ministre des Affaires africaines, la pression
belge ont raison de ses réticences.

La Katanga belge

En ce qui concerne les relations de la Belgique et du Katanga sécessioniste,


l’envoyé du sécrétaire général de l’ONU, Dag Hammarskjod, se révèle un
témoin précieux. Le 21 juillet, peu de temps après son arrivée, il avait envoyé
ce télégramme : “Tshombe est une marionnette manoeuvrée par les Belges
: il ne prend aucune décision qui ne soit inspirée par les Belges, ne tient
aucune réunion officielle sans la présence d’un Belge et, sans les Belges,
n’aurait pu accéder au pouvoir.” Hammarskjod a accédé à la demande de
Lumumba d’envoyer des Casques bleus pour remplacer les troupes belges,
mais n’entend pas s’opposer à l’indépendance de la région, ni aux manoeuvres
des Belges.
Le 17 janvier, à 4h30, Lumumba est extrait de sa prison du camp Hardy de
Thysville. Il effectuera son dernier voyage en compagnie de Maurice Mpolo,
ancien ministre de la Jeunesse et des Sports, et de Joseph Okito, vice-président
du Sénat congolais. Victor Nendaka, chef de la sûreté des mobutistes, a réglé les
détails avec le colonel Louis Marlière, qui agit depuis Brazzaville, et André Lahaye,
ancien commissaire de la Sûreté nationale, dont Nendaka fut un informateur.
Nendaka, accompagné de trois soldats Balubas de l’ANC, dont un tortionnaire
sadique, connu sous le nom de lieutenant Zuzu, embarque ses colis à bord d’un
Dragon qui décolle de la piste en gazon des Cimenteries du Congo.
Les prisonniers sont atrocement torturés dans l’avion même avant leur
arrivée à Elisabethville. Avant que l’avion atterrisse, une réunion se termine
chez Godefroid Munongo, le ministre des Affaires intérieures de Tshombe,
avec le commissaire Frans Verscheure, vrai patron de la police, chargé de
coordonner l’opération avec le capitaine Julien Grat, chef de la police militaire
d’Elisabethville.
Les prisonniers sont débarqués et battus sous l’oeil des soldats d’un poste
de garde de l’ONU.
Les trois prisonniers sont conduits à la “maison Brouwez”, l’habitation d’un
colon, accompagnés par six Katangais et six Belges, dont le commissaire
Verscheure, le capitaine Gat et le lieutenant Michels.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

La décision d’exécuter les prisonniers a été prise et, vers 22 heures, un convoi
s’est formé, avec des voitures américaines et des Jeeps, pour emmener les
trois hommes sur le lieu de leur exécution. Le ministre katangais Godefroid
Munongo, Jean-Baptiste Kibwe, Gabriel Kitenge et Moïse Tshombe lui-même
font partie du voyage.
C’est Frans Verscheure qui a pris la direction des opérations et organise
l’exécution à 50 km d’Elisabethville.
Dans la nuit du 22 au 23 janvier, deux Belges, Gérard Soete, commissaire de
police, et son frère vont découper les cadavres à la scie et les faire disparaître
dans de l’acide pris à l’Union Minière.
Il ne fallait pas que les partisans de Lumumba trouvent une tombe où venir
en pèlerinage.

Alain Van Der Eecken.

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

8. Discurso del Che Guevara,en la inauguración


de la planta cubana de sulfometales
“Patricio Lumumba”

…Patricio Lumumba es un símbolo... (aplausos), es el símbolo que nos une


a todos los pueblos irredentos del mundo pero es, además, una enseñanza.
Lumumba fue asesinado por las tropas imperialistas, pero fue víctima de los
propios errores. No supo ver a tiempo que no se podía creer a los imperialistas,
que no se podía ceder un solo paso en el camino de la liberación, que no se
podía detener nunca el pueblo cuando iniciaba la lucha contra los imperios;
creyó en la palabra, creyó en la ONU, creyó en Hammarskjold, el Secretario
General, que no era nada más que un servil gusano imperialista, creyó
en todas las mentiras, y pensó que solamente con el arma desnuda de la
verdad, sin ayudarla con el arma física, con todo un pueblo armado, podía
luchar contra todo lo que pertenecía al pasado, contra aquellos enemigos
que son los mismos enemigos nuestros. Y en el primer fallo, la primera vez
que se detuvo en el camino revolucionario, allí Lumumba fue detenido y
salvajemente asesinado.
Lo asesinaron porque sabían que era irreductible, lo asesinaron porque era
una auténtica expresión de su pueblo, lo asesinaron porque era un héroe
popular. Pero lo asesinaron, también, porque no supo ver a tiempo que nunca
se puede detener un pueblo en el camino de su liberación.
Aprendamos de su destino trágico, de su inmolación en el África, esa gran
enseñanza de Patricio Lumumba; avancemos todos los días, golpeemos al
imperialismo en todos los frentes, golpeemos a la reacción una vez y otra
vez; fortalezcamos la Revolución hasta el máximo (aplausos).
Allí queda, amigos trabajadores, para ustedes como una enseña, el nombre
de Patricio Lumumba (aplausos).

29 de octubre de 1961
Ernesto Che Guevara

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Cuadernos de Formación Política / Septiembre 2006

9. Fuentes de consulta recomendadas:

http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Congo,_R.D.
http://www.ikuska.com/Africa/Historia/biografias/biografias_lumumba.htm
http://www.rebelion.org/internacional/lumumba0305.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Patrice_Lumumba
http://www.confidentiel.net/article.php3?id_article=81
http://www.guiadelmundo.org.uy/cd/index.html
http://jcaalcala.bitacoras.com/archivos/2006/04/25/patricio-lumumba
http://www.rebelion.org/africa/040206congo.htm
http://www.nodo50.org/corrienteroja/territorios.php?seccion=madrid&id=791
http://www.rguama.co.cu/paginas/che/discursos/sulfometales.htm
http://www.wsws.org/francais/News/2002/fevrier02/16janv02_Lumumba.shtml
http://www.sangonet.com/FichAfriqueCent/CongoKinDos1/AutopsiePLumumba.html

De reciente aparición:

El asesinato de Patricio Lumumba, Ludo De Witte, Editorial Crítica, Madrid, 336


p.p., 2005.

Cuaderno realizado en septiembre de 2006, por el equipo de la Dirección


General de Políticas Estudiantiles, bajo la supervisión de Juan Antonio
Calzadilla Arreaza.

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