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Huerta Vázquez Ulises Vladimir

Historia Contemporánea III

La revolución tunecina de 2010

Introducción

La revolución desencadenada a finales de 2010 en Túnez no sólo significó un punto de quiebre para la
vida social, política, cultural y económica de dicho país, sino que fue también el principio de una serie
de revueltas y reclamos en el mundo árabe, principalmente en Egipto, Libia y Siria. Dichos
acontecimientos se desarrollaron en un contexto en donde el mundo aún vivía las repercusiones de las
guerras de Irak y Afganistán, así como la gran crisis económica que amenazaba a diferentes países,
sobre todo occidentales.
Los regímenes árabes del norte de África seguían consolidando su estrategia que se basaba en
ser un mero instrumento en contra del creciente terrorismo extremista musulmán y en dejar a sus
pueblos correspondientes sin representación directa en los diferentes grupos políticos que se agruparon
alrededor de dichos regímenes. Ante esto, ¿los acontecimientos que surgieron al norte de África, en
especial el tema de Túnez, fueron consecuencia de la dictadura de Ben Ali?; ¿fue una revolución
ciudadana hecha por los jóvenes contra el gobierno o la sociedad en general contra un sistema fundado
hace décadas? Es por eso que el objetivo principal de este trabajo es analizar el contexto reciente de la
llamada “Revolución de los jazmines”, además del desarrollo de las dictaduras de Habib Burguiba y
Zine el Abidi Ben Ali, contra la cual se dirigieron las protestas tunecinas, y las principales causas del
descontento social.

Desarrollo

Durante la primera mitad del siglo XX, Túnez estaba dentro de la órbita proteccionista de países
europeos como Inglaterra, Francia e Italia, pero es finalmente el país galo el que logra asentar un
protectorado al principio, y una colonización después, sobre el territorio tunecino. Es después de la
Segunda Guerra Mundial, que el clamor independentista por parte del país africano crecía, terminando,
en parte “[…] el 22 de abril de 1955 con un tratado que concedía a Túnez la autonomía interna”1, pero
es hasta 1956 que la independencia llega por fin de manos de Habib Burguiba, aunque aún con cierta

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Benz, Wolfgang y Graml, Hermann (comps.) El Siglo XX. III: Problemas mundiales entre los dos bloques de poder. 18va.
Ed., México, Siglo XXI Editores, 2007, p. 132.
influencia francesa, sobre todo en el ámbito económico, ya que sus yacimientos de fosfato, hierro y
plomo2 eran la principal materia prima en intercambio con Francia
Un intento de socialismo fue lo que el gobierno de Burguiba trató de imponer dentro de Túnez,
y así lograr consolidarse después de haber sido colonia francesa. Las cooperativas fueron un punto
importante para esta política económica, por lo que se establecieron cerca de los lugares agrícolas para
un mejor aprovechamiento y fomento de la inversión. Ya para el final de la década de 1960 esto ya no
era viable, ya que los empresarios que crearon dichas cooperativas lo hicieron para poder organizar y
cooptar a los campesinos, lo que no se logró.
Con sólo diez años de vida, el gobierno de Burguiba veía cómo la política económica de moda,
el socialismo, se veía derrumbada en su país, y así también una oportunidad de llevar la repartición más
equitativa de la riqueza a toda la población.3 La mayoría de puestos de alta jerarquía fueron otorgados a
miembros del partido del oficialismo: mientras más antiguo eran, podían aspirar al mejor puesto.
Hábilmente, Bourguiba manejó a todas las facciones que acompañaron a la campaña de independencia
para que continúen a su favor o simplemente las dividía si se transformaban en un peligro para su
gobierno.
Burguiba cambió de paradigma, y de estar cerca del socialismo empezó a acercarse más hacia
los países occidentales, sobre todo en el sentido cultural, político y educativo. Buscando cambiar esto
en la sociedad, atacó el uso del velo duramente y fue prohibido en las escuelas. Desde 1957 las mujeres
tenían derecho al voto y esto contribuyó a la alfabetización de muchas mujeres que provocó un alza en
su educación y una disminución de natalidad en los primeros diez años de independencia.
En el caso de la política exterior, Túnez toma una postura mucho más abierta con respecto a
Israel a mediados de los años sesenta, al expresar su reconocimiento al Estado israelí y a su vez
comienza a tomar partido en contra del colonialismo francés, apoyando la independencia de Argelia4.
En los primeros diez años de independencia y gobierno formal de Burguiba se hizo evidente que
los objetivos económicos no se habían cumplido por lo que se haría una introspección política
económica nacional y la búsqueda de una reorientación de la misma para el siguiente periodo de
planificación.5 Este periodo, demostró la incapacidad del gobierno para poder solventar la brecha entre

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Ídem.
3
Troya Fernández Manuela Carolina, ¿Cómo las estructuras políticas y la política económica durante el gobierno de Zine El
Abinide Ben -Ali en Túnez originaron los levantamientos y las protestas de 2010 y 2011?, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, Departamento de Estudios Internacionales y Comunicación, Ecuador, 2014. Disponible en: http://
hdl.handle.net/10469/6885 Fecha de consulta: 23 de mayo 2015.
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Benz, Wolfgang y Graml, Hermann (comps.) El Siglo XX. III: Problemas mundiales entre los dos bloques de poder. 18va.
Ed., México, Siglo XXI Editores, 2007, p. 132
5
Troya Fernández Manuela Carolina, ¿Cómo las estructuras políticas y la política económica durante el gobierno de Zine El
Abinide Ben -Ali en Túnez originaron los levantamientos y las protestas de 2010 y 2011?, Facultad Latinoamericana de
las diferentes clases sociales, sobre todo al hacerse efectiva la salida de los antiguos colonos franceses,
los tunecinos esperaban que la mejora económica y financiera fuera acompañada de esa acción,
situación que no pasó y desencadenando mayores reclamos y problemas para el gobierno de Burguiba.
Ya para la década de 1970, se empieza a vislumbrar una caída en la popularidad de presidente,
aún cuando el Parlamento Nacional lo declaró Presidente Vitalicio en 1975, ya que la avanzada edad
del mandatario mermaba su condición física y de mando, reforzando así y dando continuidad al
autoritarismo impuesto controlando a la opinión pública más que movilizándola. A pesar de disolver
una huelga general en 19786, acontecimiento que encendería los focos rojos en cuanto a descontento y
que el gobierno central acallaría reprimiendo brutalmente a la oposición. A pesar de aquello, no se
logró combatir el desempleo como se esperaba ni tampoco se incrementó el ingreso de las
exportaciones. Durante los setenta la tasa nacional de desempleo fluctuaba pero aumentaba en las
ciudades y entre los jóvenes.
Con ese ambiente represor hacia los trabajadores, varias facciones políticas hicieron su
aparición. Se crearon organismos sociales como la Liga Tunecina de Derechos Humanos en 1977,
primera de este tipo en el mundo árabe. También en ese año se creó el Movimiento Social Demócrata,
que no fue reconocido por el gobierno. El Movimiento de la Tendencia Islámica, se creó desde una
base de izquierda religiosa, esperando el reconocimiento gubernamental y que buscaba la pluralidad
para poder alcanzar cambios en materia económica y social.7
Las crisis económicas a principios de los ochenta afectaron los ingresos nacionales, así como
también la repatriación de muchos empleados en el extranjero que aumentaron las filas del desempleo y
la baja de remesas respectiva. En este dramático escenario económico y social el MTI arremetió con
fuerza pidiendo cambios en la economía para lograr la autosuficiencia, además de regresar a los valores
religiosos que se tenían antes de conseguir la independencia.
Es hasta finales de la década de 1980, que un jefe militar y embajador de Túnez en Europa, que
comandó la represión en contra de los huelguistas en la década anterior, es llamado en 1987 para
regresar al país y es nombrado Primer Ministro, su nombre es Zine el Abidi Ben Ali, un militar
educado en Francia y Estados Unidos, y que a finales de 1987 logra un golpe de estado sin mayores

Ciencias Sociales, Departamento de Estudios Internacionales y Comunicación, Ecuador, 2014. Disponible en: http://
hdl.handle.net/10469/6885 Fecha de consulta: 23 de mayo 2015.
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Benz, Wolfgang y Graml, Hermann (comps.) El Siglo XX. III: Problemas mundiales entre los dos bloques de poder. 18va.
Ed., México, Siglo XXI Editores, 2007, p. 132
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Troya Fernández Manuela Carolina, ¿Cómo las estructuras políticas y la política económica durante el gobierno de Zine El
Abinide Ben -Ali en Túnez originaron los levantamientos y las protestas de 2010 y 2011?, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, Departamento de Estudios Internacionales y Comunicación, Ecuador, 2014. Disponible en: http://
hdl.handle.net/10469/6885 Fecha de consulta: 23 de mayo 2015.
consecuencias, lo que comprueba que históricamente en Túnez el pueblo se había revelado en contra
del alza de los precios o el incremento de impuestos, pero no del poder mismo, por lo que aprendieron
a lidiar con el ascenso de Ben Ali al poder sin mayores complicaciones; es así que Ben Ali le propone
al pueblo tunecino mayor apertura democrática, que a la postre no sería llevada a la realidad, ya que es
reelecto desde 1989 hasta el 2009, condicionando la participación a elecciones presidenciales a
candidatos afectos al régimen y prohibiendo los partidos islamistas y de izquierda.
Es durante los primeros años de este gobierno que Túnez experimenta una explosión en su
materia turística, y por ende la llegada de recursos económicos por este medio; es por eso que para
proteger esa entrada de capital, y a su vez mantener la buena imagen del país, la política de control y
represión se mantuvo después del gobierno de Burguiba, sin tener mayores cambios como lo prometió
Ben Ali. A pesar del pseudo-pluralismo que promovió durante las elecciones, tanto de 1989 como de
1994, siempre fue el partido oficial quien se llevó la mayoría de votos: la forma en que se manejaban
las cosas servía para asegurarse de que fuera de esa manera.
En 1992 el gobierno creó el Fondo Solidario Nacional con el cual tenían planificado dar
electricidad, agua, casas, educación y atención médica a varios de los lugares más pobres de Túnez por
primera vez y evitó así que el partido musulmán recogiera más votos, ya que históricamente siempre
fueron los más pobres sus principales seguidores. Por otro lado, uno de los problemas de esta y la
mayoría de instituciones del gobierno era la corrupción. Muchos líderes empezaron a manejar pequeñas
fortunas basadas en el dudoso manejo de fondos públicos, algo que fue evidente para toda la población
que incluso en los niveles más altos, es decir, incluido Ben Ali y sus más allegados.
Las elecciones de 1999 fueron iguales a las anteriores, sin posibilidad alguna para que los
demás partidos políticos consigan una verdadera participación. Sin embargo, hubo por primera vez
oposición en dichas elecciones, que no consiguió casi ningún voto, pues todos sabían bien que Ben Ali
ganaría y podrían ser muy mal vistos por haber votado por la oposición. Con esta reelección y en su
búsqueda de poder eterno se logró un cambio en la Constitución permitiendo una cuarta reelección para
Ben Ali al término de su periodo en el 2004.8
El gobierno de Ben Ali se caracterizó por la extrema represión a sus ciudadanos y la censura de
la prensa: casi no existía libertad de expresión. Existió un altísimo nivel de corrupción dentro del
gobierno, y de la familia del presidente; buenas relaciones con Europa y Estados Unidos gracias a la

8
Segura, Antoni. Estados Unidos, El Islam y el Nuevo Orden Mundial., 1ra ed., España, Alianza Editorial, 2013, p. 151
firmeza dentro del país y los “logros” económicos a finales del siglo XX9, la ilegalidad de partidos
políticos; todo esto abonó al descontento social en contra del gobierno de Ben Ali a finales de 2010.
Precisamente es por la antes mencionada crisis económica de 2009 que el descontento aumenta,
ya que el desempleo y marginación no disminuyen, y salen a la luz supuestos nexos de los allegados
del régimen de Ben Ali con contratos con empresas estatales10, que aumentan la crisis. Y es en este
contexto que la gente empieza a mostrar hartazgo y desesperación; hasta que a finales de 2010, en Sidi
Buziz, la policía tunecina confisca a un joven llamado Mohamed Buazizi su carretón de frutas con el
que se ganaba la vida, llevándolo a tomar la decisión de prenderse fuego debido a la desesperación de
no vislumbrar un mejor futuro tanto para Túnez como para él11, muriendo pocos días después en el
hospital. Esto fue la chispa que llevó, no sólo al pueblo tunecino, sin al pueblo árabe en su conjunto, a
levantarse en contra de la opresión, desigualdad y por la dignidad y democracia12.
Y es que las características de Túnez para principios del siglo XXI eran peculiares; si bien ya
mencionamos la ausencia de libertad política, libertad de expresión, aumento incontrolable de la
corrupción, también Túnez experimentó una caída en la calidad de vida de la clase media a pesar de
tener recursos económicos suficientes y un nivel de analfabetismo bajo13; además, la misma corrupción
desencadenó que los universitarios recién egresados no obtuvieran un empleo, aunado a que el vecino
Libia ya no contratara mano de obra tunecina debido a la crisis económica. Esto conllevó el aumento de
los precios en la canasta básica.
Y es que Túnez tiene una gran disparidad entre la población. La corrupción creada por el
nepotismo oficialista dejó sin oportunidad a los universitarios mejor calificados, provocando una 35%
de desempleo, situación que no se podía absorber por el mercado laboral. Es por eso que las revueltas
de 2010 y 2011 son de jóvenes profesionales, o por lo menos con un nivel académico medio. Sumando
a todo eso que el país es el tercer exportador de aceite de oliva y su industria agroalimentaria y textil es
fuerte, sin embargo todo esto se va por la borda al ser aun dependiente de la Unión Europea como
principal cliente y subvencionista, además del fortalecimiento de parte de esta última de las políticas en
contra de la migración.14
Esta revolución, que vivió los momentos más álgidos durante 28 días, se caracterizó por los
reclamos de mejoras en la calidad de vida, empleos y democracia, luego de la inmolación de Buazizi;

9
Ibídem, p. 153
10
Ibídem. p. 280
11
Ibídem. p. 281
12
Majdoubi, El Houssine, Revolución por la dignidad del mundo árabe, 1ra ed., España, Icaria Editorial, 2012, p. 29
13
Ibídem. p. 34
14
MENESES, Rosa. La Rebelión de los hambrientos. El Mundo [en línea]. 9 de enero de 2011, [fecha de consulta: 13 de
mayo de 2015]. Disponible en http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/09/internacional/1294585202.html
por los discursos de Ben Ali calificando como disturbios lo acontecido en las diversas ciudades
tunecinas y advirtiendo el uso de la fuerza en contra de los manifestantes; y por último la renuncia de
Ben Ali huyendo a Arabia Saudita que significó no sólo la inflexión en la vida tunecina, sino una
sacudida sin precedentes para todos los dictadores árabes que vieron en las manifestaciones de Túnez
su posible caída15.
Una vez que el pueblo tunecino logró echar a su presidente, se encontraron con la dificultad de
buscar un remplazo por la vía democrática. Entre estas dificultades estaba que no existía en el país una
pluralidad de partidos políticos, por la extrema represión que ejerció Ben Ali para controlarlos. El
partido más fuerte era el islamista, que no estaba en capacidad de gobernar. Este partido, a pesar de
contar con la voluntad política para hacerlo, no tenía la participación adecuada y muchos de sus líderes
vivieron en el exilio durante muchos años, por lo que les faltaba articulación y experiencia en el
escenario político.
La religión tuvo un rol fundamental en la formación de los Estados del norte de África. En el
caso de Túnez tenemos un Estado conformado por una gran mayoría musulmana, mucho más
homogénea que la de sus países vecinos. Túnez es el único país de la región que atacó las instituciones
islamistas en el nombre de una reforma e instauró un gobierno secular con Burguiba. Implementó el
código personal de estatus que mejoraba la posición legal de las mujeres reformando la ley de divorcio
y matrimonio lo cual iba en contra de las leyes del islam. El presidente lideró una campaña misma que
tenía como fin abandonar el uso del velo. Prohibió adicionalmente el ayuno en Ramadán lo que fue
muy controversial para la época y sobre todo para la región.16
Es precisamente la Revolución de los Jazmines la que significó la ruptura del encadenamiento al
miedo por parte de la sociedad árabe y la que mostró a los vecinos de Túnez que se podía cambiar el
rumbo de sus respectivos países. Lo que vino después de las revueltas de finales de 2010 y principios
de 2011, se ha catalogado como un ejemplo y un hito en la vida política de Túnez, ya que los
principales ganadores de las elecciones legislativas del 23 de octubre de 2011 fueron los mismos que
Burguiba y Ben Ali prohibieron durante sus más de 50 años en el poder, y que juntos supieron
repartirse el poder en los diferentes niveles del mismo en el país17.
El rol de los jóvenes en la revolución fue uno de los temas más comentados, al menos al inicio
de la misma. Las redes sociales y los jóvenes jugaron un papel fundamental en la difusión de

15
Majdoubi, El Houssine, Revolución por la dignidad del mundo árabe, 1ra ed., España, Icaria Editorial, 2012, p. 38
16
Troya Fernández Manuela Carolina, ¿Cómo las estructuras políticas y la política económica durante el gobierno de Zine
El Abinide Ben -Ali en Túnez originaron los levantamientos y las protestas de 2010 y 2011?, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, Departamento de Estudios Internacionales y Comunicación, Ecuador, 2014. Disponible en: http://
hdl.handle.net/10469/6885 Fecha de consulta: 23 de mayo 2015
17
Ibídem. p. 40
información, sobre todo tomando en cuenta que el gobierno de Ben Ali controló los medios de
comunicación. Anonymus, una organización conformada por activistas cibernéticos, ayudó a la gente a
tener acceso a internet y a las redes sociales sin las restricciones gubernamentales. Sin embargo, fue en
una parte marginal del país donde comenzó la revolución. Los jóvenes entraron luego ayudando a
difundirla y articularla dentro del país y la región. La incapacidad del gobierno para generar empleo
para este segmento de la población generó una profunda frustración. La población más afectada por el
desempleo fue la comprendida entre los 20 y 30 años.

CONCLUSIONES
En el movimiento revolucionario de Túnez podemos ver que no solamente se trata de un
movimiento social encabezado por los jóvenes que se ven sin oportunidades de trabajo y futuro dentro
de la economía tunecina, sino también de un movimiento que se va gestando a causa de políticas
públicas de contención y represión de la oposición desde la independencia del país en 1956 hasta el
hartazgo generalizado a finales de 2010.
La continua búsqueda de apoyo en Occidente por parte de los dirigentes del país contribuye a
comprender su búsqueda de legitimar su poder a nivel internacional. Tanto Bourguiba como Ben Ali,
buscan alianzas internacionales que les permita capitalizar sus intereses políticos y económicos en el
país. Ambos presidentes se tomaron todos los poderes del Estado en una actitud más cercana a la de un
Bey que a un Presidente, elegido democráticamente por el pueblo.
En el fondo de las protestas está el malestar por una corrupción extendida y poco disimulada,
por una clase gobernante depredadora de la riqueza nacional, por la ausencia de justicia social y por la
falta de garantías para hacer respetar las libertades individuales y los derechos humanos. Sin tener esto
en cuenta, no se puede entender que pocas semanas de revueltas populares fueran suficientes para
acabar con la forma de gobernar de Ben Ali y enviarlo al exilio en Arabia Saudita.
La sociedad tunecina ha sentado un precedente para otros árabes
cuyas expectativas de tener una vida digna y próspera son muy
limitadas, por no decir casi nulas. Al final, habrá más “ben alis” si no
cambian las formas de gobernar los países del norte de África y
Oriente Medio. Ya nadie duda de que la chispa económica pueda
forzar la combustión acelerada de un régimen autoritario que parecía
muy estable. Es el momento de que las potencias occidentales, y
concretamente los países de la UE, reevalúen el coste real de la
estabilidad aparente que los regímenes árabes les prometen a cambio
de su apoyo incondicional. Es necesario que los ciudadanos y los
dirigentes europeos se cuestionen si su seguridad y sus intereses
económicos en su vecindario sur están mejor garantizados por
“Estados feroces” o por Estados fuertes.18
Ante esto llama la atención que Ben Ali en Túnez había logrado el apoyo prácticamente
unánime de los países occidentales. El país era presentado como una isla de estabilidad en una región
inestable, mientras que su comportamiento económico le hacía merecedor de los elogios de las
instituciones financieras internacionales. Con esto podemos asegurar que tanto el gobierno de
Burguiba, apoyado por la Francia post colonialista de la segunda mitad del siglo XX, como los poco
más de veinte años de dictadura de Ben Ali, respaldado por las principales potencias mundiales,
sembraron en el pueblo tunecino hambre y esperanza de cambio, así como hartazgo de la misma cúpula
que se repartió el pastel durante más de cincuenta años.

Bibliografía

 MAJDOUBI, El Houssine, Revolución por la dignidad del mundo árabe, 1ra ed., España, Icaria
Editorial, 2012

 SEGURA, Antoni. Estados Unidos, El Islam y el Nuevo Orden Mundial., 1ra ed., España,
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 BENZ, Wolfgang y Graml, Hermann (comps.) El Siglo XX. III: Problemas mundiales entre los
dos bloques de poder. 18va. Ed., México, Siglo XXI Editores, 2007

 MENESES, Rosa. La Rebelión de los hambrientos. El Mundo [en línea]. 9 de enero de 2011,
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en el mundo árabe? Real Instituto Elcano [en línea] 25 de enero de 2011, [fecha de consulta: 13
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http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEX
T=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari14-2011
 TROYA FERNÁNDEZ, Manuela Carolina, ¿Cómo las estructuras políticas y la política
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18
AMIRAH FERNANDEZ, Haizam, La caída de Ben Ali: ¿caso aislado o cambio de paradigma en el mundo árabe? Real
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