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COLONIALISMO

Se entiende por colonialismo a la forma de relación de dominación política, social


y económica que existe entre una potencia extranjera (la metrópoli) y otros países
considerados periféricos, los cuales son explotados por la potencia y pasan a
llamarse “colonias”.
Esta dominación es impuesta directamente y a la fuerza, generalmente mediante
ocupación militar (conquista) e imposición de autoridades provenientes de la
metrópoli. Además, se imponen normas políticas, sociales, culturales y
económicas que van en beneficio de los colonizadores y en detrimento de los
colonizados.
Mediante el colonialismo, las potencias militares se adueñan de las tierras y los
recursos económicos de los territorios colonizados. Al mismo tiempo, a sus
habitantes originarios a una condición de subalternidad, o sea, de discriminación y
sometimiento cultural, social y político.
En algunos casos, los sometidos se encuentran reducidos a la esclavitud. En otros
casos son considerados ciudadanos de segunda categoría, incapacitados para
ejercer la soberanía de sus propias naciones.
Históricamente, el colonialismo es muy antiguo, y era practicado por los Imperios
antiguos. Pero las mayores potencias coloniales en la historia fueron en su
mayoría europeas: España, Portugal, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Países
Bajos y otras potencias de la época colonizaron gran parte del mundo y se
repartieron continentes enteros, como sucedió con África.
Sin embargo, los Estados Unidos, Rusia, China, Japón y otras grandes
superpotencias contemporáneas han tenido también una historia de relaciones
coloniales con otros países.
Causas
La necesidad de nuevos materiales para crecer. Esto es particularmente
importante en el caso europeo, cuya posición mundial era secundaria a inicios del
siglo XIX, en comparación con las potencias asiáticas como China. El acceso
a materias primas de la India, las Américas y África les permitió alcanzar una
masa crítica que disparó el salto hacia el capitalismo.
La imposibilidad de conquistar a sus vecinos. Para muchas potencias
coloniales era mucho más simple iniciar una colonización de territorios nuevos,
poco industrializados o poblados por naciones más débiles, que iniciar una
cruenta guerra con los vecinos, igual de poderosos y dispuestos a defenderse.
Esto no significa que entre ellas no compitieran por el reparto del mundo, directa e
indirectamente.
La obtención de mano de obra barata. Desplazando muchas iniciativas
productivas a las colonias, las metrópolis podían aprovecharse del trabajo en
condiciones deplorables, desiguales e injustas, a las que sometían a los pueblos
colonizados. Era una relación económica beneficiosa mayormente para los
colonizadores.
El auge del nacionalismo. En casos como el europeo, el surgimiento de un fuerte
sentimiento nacional llevó a los distintos imperios de la época a competir entre sí
por el dominio del resto del mundo, ya que colonizando otros territorios podían
expandir su cultura y tener mayor control geopolítico que sus rivales.
El surgimiento de ideologías racistas y xenófobas. En muchos casos, detrás
de la colonización hay un profundo desprecio por la vida de los pueblos
colonizados, considerados inferiores desde un punto de vista racial, cultural o
religioso. Esto llevó a muchos defensores del colonialismo a querer disfrazarlo de
una labor “civilizadora”, ya que las potencias imponían su modelo de vida a las
naciones más débiles, consideradas por ende “atrasadas” o “primitivas”.
Consecuencias:
Reconfiguración de los territorios colonizados. Luego de años o siglos de
colonización, los territorios invadidos dejan de parecerse a lo que eran
inicialmente, y aunque recuperen su soberanía, ya no vuelven a ser los mismos.
Esto es notorio, por ejemplo, en la conformación de las naciones africanas, cuyas
fronteras artificialmente rectas fueron definidas por las potencias en base a los
meridianos y paralelos, dejando en un mismo país a dos o más etnias de distinta
lengua, cultura y religión, destinándolas a una vida política de conflicto en lo
sucesivo.
Creación de nuevas culturas y naciones. En muchos casos, la dinámica colonial
engendra culturas mestizas, mixtas, que no son ya ninguna de las originales,
como ocurrió en el caso latinoamericano. La mezcla de las culturas europeas,
africanas y aborígenes dieron como resultado una cultura y una raza que nunca
antes se habían visto en el planeta, heredera en desigual medida de sus
antecesores.
Imposición de ciertas culturas sobre otras. Durante el dominio colonial,
el lenguaje, religión y cultura de los dominadores se expande y universaliza, en
muchos casos quedando como parte de la cultura local una vez terminada la
colonia. Gracias a ello las lenguas europeas son, por ejemplo, las lenguas
diplomáticas y comerciales del mundo entero. A dicho proceso se le llama
“aculturación”.
Se dan los primeros pasos hacia la economía global. El colonialismo propicia
el tránsito de la materia prima desde distintos lugares del mundo hacia la
metrópoli, lo cual da origen a numerosas rutas de intercambio y a formas
de comercio complejas, las cuales permitieron, tiempo después, el surgimiento de
la economía mundial o globalizada.

- Reconfiguración de los territorios colonizados.


- Creación de nuevas culturas y naciones.
- Imposición de ciertas culturas sobre otras.
- Se dan los primeros pasos hacia la economía mundial.

Ejemplos:
La colonia inglesa de la India. Que sirvió para crear el Raj británico, una
monarquía india dominada por la corona británica que existió de 1858 a 1947.
Eventualmente el subcontinente indio obtuvo su independencia y se dividió entre
India, Bangladés y Pakistán.
La colonia española en América. Probablemente el proyecto colonial más
grande y ambicioso de la historia, que abarcaba desde México hasta la Patagonia,
todo sometido al poder de la Corona Española luego de una cruenta guerra de
conquista en el siglo XVI. Las colonias españolas se organizaron en cuatro
virreinatos, existentes en distintas épocas: el de Nueva España (que abarcaba
México y Centroamérica), el de la Nueva Granada (Colombia, Venezuela,
Ecuador, Panamá y Guayana), el de Perú (Perú, gran parte de Sudamérica y
algunas islas de Oceanía) y el Del Río de la Plata (Argentina, Chile, Paraguay,
Uruguay y Bolivia). La totalidad de estas colonias se independizó de España a lo
largo del siglo XIX, a través de una serie de cruentas y largas guerras de
independencia.
La colonia británica en Hong Kong. Llamado Hong Kong británico, existió entre
1841 y 1997, y fue fundado tras el término de las Guerras del Opio entre China y
la corona británica. El acuerdo de cesión firmado entre la última dinastía imperial
china y la potencia europea les cedió control de esta isla y sus alrededores
durante casi un siglo, hasta que, vencido el acuerdo colonial, Hong Kong regresó a
manos chinas, bajo un régimen de administración especial.
IMPERIALISMO
Cuando hablamos de imperialismo, hacemos alusión a una doctrina política
que establece la relación entre las naciones en términos de superioridad y
sumisión, en las que una domina y ejerce autoridad sobre otra. Dicha dominación
puede darse mediante técnicas de colonización (poblamiento, explotación
económica, presencia militar) o mediante la subordinación cultural (también
llamada aculturación).
Los imperios han existido desde los inicios de la humanidad, y sus dinámicas de
conquista han sido siempre más o menos las mismas. Sin embargo,
por imperialismo usualmente nos referimos al período de expansión europea en el
mundo entero, que tiene su inicio en el siglo XV y se prolonga hasta la Edad
Contemporánea, cuando tras la Segunda Guerra Mundial se da un complejo
proceso de des-colonización en África y Asia, principalmente, pues las colonias
americanas lo hicieron a través de guerras de independencia en los siglos XVIII y
XIX.
Durante esta etapa de colonización mundial, los grandes reinos europeos
establecieron centros políticos, económicos y militares de control y acopio de
recursos en distintas latitudes: el continente americano recién descubierto, el
continente africano saqueado para alimentar la industria esclavista, y el continente
asiático, del que se extraían insumos comerciales exóticos y de mucho valor. El
período más intenso de este proceso de expansión imperial lo constituyeron las
décadas entre 1880 y 1914, en las que se dio el llamado reparto de África.
La relación entre el Imperio y sus colonias es, esencialmente, de dominación
política y económica, ya sea a través de la fuerza bruta (la conquista militar) o la
implantación de leyes que favorecen a la metrópoli, imponiendo a la colonia
restricciones, impuestos o términos comerciales injustos, pero que según la lógica
imperial serían el costo por formar parte de “una sociedad más avanzada”. Pero la
verdad es que es una forma de granjearse un monopolio de bienes y recursos.
Causas:
La necesidad de materias primas. Recordemos que la Europa del momento
estaba despertando al capitalismo temprano, por lo que necesitaba mantener un
flujo estable de materia prima que procesar y convertir en productos refinados o
elaborados. Para ello era idóneo el sistema colonial, que extraía la materia prima
de los países menos desarrollados a precio económico y con mano de obra
esclava o semi-esclava.
La competencia imperial. Los diversos reinos (ahora imperios) de Europa
competían entre sí por ver quién se desarrollaba primero y quién podía ejercer la
predominancia sobre los demás, ampliando al máximo su territorio en
otros continentes. De igual forma se competía por el control de las rutas marítimas
comerciales, que eran el corazón mercantil del mundo de la época.
La exploración del mundo y de la ciencia. El auge del racionalismo y la
capacidad del ser humano de transformar la realidad a su alrededor
(ciencia y tecnología) requerían nuevos materiales que conocer y procesar, para
así acumular un potencial industrial que le diera una ventaja por encima de los
demás Imperios. El mundo, por primera vez en la historia, no era infinito e ignoto,
sino cognoscible, explorable.
Etnocentrismo. La ideología imperante en la Europa de la época veía como
racialmente inferiores a los pobladores del resto del mundo, cosa que le permitió la
ocupación de sus territorios y su explotación casi esclava, considerando que
estaban “llevándoles el progreso” a pueblos que de otro modo jamás lo
conocerían.

Ejemplos:
El Imperio Persa era una importante potencia expansiva de la Antigüedad (nació
en el siglo VI a. C.), en cuya área de influencia estaban los territorios de
la Mesopotamia, la península arábiga y muchos otros que se fueron anexionando
a lo largo de sus numerosos siglos de existencia. Sus principales rivales militares
eran los antiguos reinos griegos.

El imperialismo estadounidense, comprendido como el dominio político y


cultural que ejercieron los Estados Unidos sobre América Latina y buena parte del
tercer mundo en el siglo XX, formó parte de los fenómenos asociados a la  Guerra
Fría entre dicha potencia y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).
En nombre de la lucha anticomunista, el gobierno estadounidense financió y apoyó
numerosas dictaduras militares en Latinoamérica.
NEOCOLONIALISMO
Con neocolonialismo se hace referencia a la práctica de emplear la hegemonía
económica, la globalización y la penetración cultural para influir en naciones
subdesarrolladas. Es un modelo basado en la ayuda de desarrollo mal
distribuida que comúnmente conlleva a estados de dependencia u obligación
económica o de pago de recursos naturales por parte de las naciones
tercermundistas.
La palabra colonia proviene del latín colere y significa “personas de otras tierras
viviendo en una región”. Está compuesto por el elemento neo´ que significa nuevo
y el sufijo ´ismo que significa sistema.
Causas
Lo que empuja a imponer el neocolonialismo en naciones más débiles es la
moneda, los intereses económicos de estas naciones potencias que se
encuentran en un periodo constante de crecimiento.
Las naciones potencias deliberadamente optaron por tomar de las naciones
débiles sus recursos para sustentar su crecimiento, en un inicio de manera directa
a través de la fuerza militar y actualmente de manera política y por intercambio
tecnológico, por ejemplo, la relación Venezuela-China. Otros motivos pueden ser:
Paridad militar con sus vecinos desarrollados: al tener una alta demanda de
recursos y no poder conseguirlos en sus regiones vecinas, fue más
fácil implementar modelos coloniales en nuevos territorios en donde la fuerza
militar e industrial era casi inexistente. Esta condición aún está presente al día de
hoy.
La necesidad de nueva mano de obra, abundante y económica: desde un
inicio hasta la actualidad, se han desplazado proyectos por parte de las potencias
hacia los países subdesarrollados, con el objetivo de hacerse de mano de obra a
un bajo costo.
Neocolonialismo interno: es una de las principales causas en que estas
doctrinas no se rompan. Esto ocurre al haber ideales dentro del mismo
territorio que se alinean con potencias extranjeras como solución a las
problemáticas existentes.
Por parte de las naciones subdesarrolladas, tercermundistas o
simplemente débiles política o económicamente. Sus motivos para ceder ante
estos sistemas económicos son:
- Dificultad para hacer pago de sus deudas internacionales.
- Mayor injerencia externa de países desarrollados.
- Pérdida del control de las regiones de la nación.
- Malas estructuras económicas y de producción nacional.
Consecuencias
Para las naciones imperiales:
- Mano de obra económica.
- Abundancia en recursos naturales.
- Crecimiento nacional sostenido.
Para las naciones subdesarrolladas:
- Las consecuencias de este sistema siempre será la dependencia de los
países subdesarrollados por parte de las naciones del primer mundo.
- Se fomenta un clima de sumisión política y económica por parte de las
naciones mencionadas.
- Perpetúa los problemas estructurales de producción y políticos de los
países, así como la poca industrialización.
- Disputas internas a raíz de la escasez de recursos.
Ejemplos
México – EEUU: en la actualidad, los Estados Unidos producen cerca del 30% de
su sector automotriz en México a un costo realmente bajo, estas piezas son
enviadas a los Estados Unidos para su ensamble y posteriormente pueden ser
vendidas a costos elevados al país mexicano a cambio de petróleo, pago en
divisas, etc.
Venezuela – China: el país venezolano ha tenido una relación de dependencia
hacía otras potencias prácticamente desde que se comenzó a explotar los pozos
petroleros. Inicialmente tuvo décadas de dependencia hacía los EEUU para
posteriormente ir sustituyéndola por la dependencia hacía países como Rusia,
Irán, y en gran parte hacia China. Esto ha influido en que el país aun con todos
sus recursos económicos, no haya desarrollado una estructura productiva, ni
agrícola ni petrolera en décadas.
Continente africano – Continente europeo: el continente africano, o la gran
mayoría de sus países ha tenido dependencia económica, industrial y en
manufactura desde la época de las colonias hacía los países europeos (Gran
Bretaña, Francia, Portugal), esto ha repercutido directamente en el pobre
desarrollo industrial y político que ha tenido toda la región, salvo algunas
excepciones.
LA RIVALIDAD ECONÓMICA COMO CAUSA
Hacia fines del siglo XIX, el continente europeo había experimentado un desarrollo
económico sustancial y pocos países habían dejado de verse afectados de alguna
manera por las fuerzas del crecimiento económico moderno, pero la transmisión
de estas fuerzas desde el punto de origen encontró en los territorios ultramarinos
un área de recepción de mayor significación para los flujos del capitalismo,
llámense éstos: capital, trabajo y tecnología. Hasta cierto punto la posición de
Europa ya estaba siendo desafiada por los desarrollos ultramarinos,
especialmente por el rápido crecimiento de la potencia económica de los Estados
Unidos, aunque en muchos aspectos los desarrollos en ambos continentes eran
parcialmente complementarios en el período de preguerra. La fuerza del desarrollo
capitalista de antes de la guerra descansó en la libertad con que los recursos
podían ser transferidos entre las naciones, la facilidad con que las naciones
industriales del centro, especialmente la Europa noroccidental, podían hacerse
con los recursos primarios de la periferia y el hecho de que no existiera ninguna
disparidad seria en la tasa de progreso económico entre los principales países
industriales. Este último punto es importante, porque fue esto, más que las
comúnmente pretendidas virtudes del patrón oro internacional, lo que dio cierta
estabilidad al sistema prebélico; una estabilidad que se contempló con cierta
nostalgia en los años de desequilibrio que siguieron a la Primera Guerra Mundial.

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