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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras

Historia SUA

Historia Contemporánea III

Dra. Kloster Karina Beatriz

ISIS O EL ESTADO ISLÁMICO

Ramírez Galindo Eric


2

INTRODUCCIÓN

Creado a partir de una escisión de Al Qaeda, DAESH (acrónimo árabe de Estado Islámico en Irak y
Levante) o ISIS (por sus siglas en inglés), es una organización terrorista de ideología salafista que
predica la yihad armada. Creada por Abu Bakr Al Bagdadi, el 29 de junio de 2014 proclama el
establecimiento de un califato que comprende territorialmente grandes extensiones de Irak y
Siria.

Si bien en su momento el gobierno de los Estados Unidos encabezado por Barack Obama
lideró ataques aéreos no tripulados en contra posiciones de ISIS o DAESH, sería hasta el 13
noviembre de 2015 con los atentados en Francia que dejaron 130 muertos, reivindicados por este
grupo terrorista, que el mundo occidental prestaría mayor atención a lo que estaba pasando con
esta organización: quiénes la componen, cómo se financian, qué gobiernos de la región los atacan
o solapan y de qué manera lograron penetrar en Europa para llevar a cabo atentados terroristas. A
esta nueva forma de ejercer el terrorismo se le llamó de tercera generación ya que su metodología
y penetración cambió comparadas con las de sus antecesores, poniendo en jaque a los gobiernos
aliados en contra del terrorismo debido a esas nuevas formas de desenvolverse.

Comprender el fenómeno de ISIS no es sencillo considerando las numerosas vertientes que


implica su origen, desarrollo, zona de influencia, financiamiento, maneras de reclutamiento, etc.
comprendido geográficamente en dos países, por un lado Siria, que vive una guerra civil
desencadenada después de las revueltas árabes del 2011 y por el otro Irak, donde los conflictos
étnicos, la desestabilización política después del retiro de las fuerzas estadounidense y las
diferentes organizaciones terroristas que operan en su territorio, han provocado las condiciones
necesarias para el surgimiento de ISIS, además de la participación de los países de la región como
Turquía, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait y la coalición de países encabezada por los Estados
Unidos en lo que llaman la guerra contra el terrorismo. Todo esto crea un rompecabezas donde
como en la mayoría de estos casos, los principales afectados son los civiles, que han tenido que
refugiarse en países vecinos o vivir entre el fuego cruzado.

El objetivo de este trabajo es explicar el origen de ISIS, los antecedentes históricos que
propiciaron su formación, su penetración en el mundo occidental particularmente en Europa, su
manera de financiamiento y el papel que juegan los factores religiosos y étnicos, así como la
participación de varios países en los conflictos de la zona y en el desenvolvimiento de este grupo
terrorista y algunas otras milicias.

ANTECEDENTES

Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estado Unidos reivindicados por Al
Qaeda y su líder Osaba Bin Laden, una serie de términos empezaron a hacerse comunes en los
medios de comunicación, a veces usados de manera superflua y sacándolos de su contexto
histórico y religioso. Así, términos como yihad o jihad o muhaydines, se empezaron a popularizar y
3

en muchos de los casos se creó una imagen de los musulmanes como bárbaros capaces de morir
efectuando ataques suicidas, que mutilan y asesinan a la menor provocación, con costumbres
propias del medioevo que ya no debían ser permitidas en el mundo actual y que gracias al discurso
estadounidense, representaban el “mal” que debería ser atacado y exterminando.

La definición de yihad se refiere a “luchar”, “hacer un esfuerzo” y hace alusión a la lucha


interna y diaria contra las pasiones y tentaciones que alejan del “camino de dios”, a este tipo de
yihad se le conoce como “yihad mayor”.1 La persona que realiza esa tarea es denominada
muyahidín, traducido habitualmente por “guerrero santo” en los medios de comunicación
occidentales, del mismo modo que se traduce cómodamente yihad por “guerra santa”. Se usa para
significar cualquier esfuerzo considerado digno, muy parecido a “cruzada” en su sentido más
amplio y no como referencia particular a las guerras religiosas llevadas a cabo por el cristianismo
occidental contra los musulmanes y los judíos en la Palestina de la Edad Media.2

La llamada “yihad menor” nació como un instrumento para proteger a la comunidad


musulmana, en plena expansión imperial, de las agresiones externas tras la muerte del profeta
Mahoma. Se le consideró un deber colectivo dentro de los confines del imperio para defender la
vida, la fe y la propiedad, y permitía la agresión solo cuando la comunidad estaba siendo atacada.
La encarnación actual del yihadismo hunde sus raíces en un movimiento nacido a principios del
siglo XX conocido como “salafismo”, que impulsó la idea de que el mundo musulmán iba a librarse
del yugo colonialista solo a través de un “renacimiento” del islam. La organización salafista más
exitosa de la época fue la Hermandad Musulmana o Hermanos Musulmanes, fundada en Egipto en
1920 por Hassan Al Banna, que comenzó como un movimiento social dedicado a la islamización
gradual de la sociedad. Hacia 1949, la agrupación se había extendido a Siria, Palestina, Jordania y
el Líbano, y representaba el movimiento islámico más grande desde la caída del califato otomano
en 1924.

Cuando en 1952 el coronel Gamal Abdel Nasser lanzó un golpe de Estado en contra de la
monarquía egipcia respaldada por los británicos, la Hermandad Musulmana ayudó a reunir al país
bajo el nuevo régimen. Al principio Nasser le dio la bienvenida en su administración y colocó a
varios de sus miembros en puestos jerárquicos. Pero después de un intento fallido de asesinato,
presuntamente por un miembro de la Hermandad Musulmana, Nasser la proscribió y encarceló a
sus líderes, donde padecieron tremendas torturas en manos de guardias recién entrenados por la
CIA. Uno de esos presos era Sayyid Qutb, pensador y profesor prominente, que se había unido a la
Hermandad después de permanecer casi dos años en Estados Unidos, a instancias del gobierno
egipcio, para estudiar sus métodos educativos. La impresión que el país dejó en Qutb fue
profundamente negativa, y terminó de confirmar su sospecha acerca de la “degeneración” de la
civilización occidental: una fuerza expansiva que impedía a los egipcios y otros musulmanes
construir sus propias identidades. En 1951 publicó la obra The America I have seen (La América
que vi), en la que denunció el materialismo, la superficialidad, la codicia y las conductas sexuales

1
En Ana Prieto, Todo lo que necesitas saber sobre terrorismo, México, Paidós, 2016, p. 185.
2
En Seyeed Hossein Nasr, El corazón del Islam, Barcelona, Kairós, 2007, p. 282.
4

de los estadounidenses. En su libro Hitos, publicado en 1964, se quejaba también del “lamentable
estado de la generación musulmana actual”, y citaba, como evidencia irrefutable de ese estado, la
interpretación dominante de la doctrina de la yihad. En aquel momento la mayoría de los juristas
musulmanes pensaban que la guerra santa sólo se justificaba cuando una nación musulmana era
atacada. En opinión de Qutb aquella era una interpretación errónea del Corán.3 Fue en prisión que
Qutb se convirtió en un líder teórico del islamismo radical, originando el nacimiento de una nueva
generación de activistas que lucharía por “establecer el reino de Dios en la Tierra y eliminar el
reino del hombre”. Qutb argumentó que Nasser, y cualquier líder árabe que no estuviera
dispuesto a aplicar la ley islámica (sharia), no podía ser considerado un verdadero musulmán, sino
un apóstata o kafir, y su castigo debía ser la muerte. Sus valores se contraponían con los del
progresismo marxizante y sobre todo Siria e Irak seguían la ideología baatista, que era vagamente
socialista y totalmente laica. Pero ningún Estado árabe era democrático, el poder se heredaba de
padre a hijo o bien alguien se apoderaba de él usando la violencia de los golpes de estado.

El 29 de agosto de 1966, el presidente egipcio Nasser hizo colgar a Qutb, pero su influencia
se había extendido en el movimiento salafista. Temiendo una persecución, muchos de sus
seguidores en Egipto, Siria, Jordania y Palestina huyeron al único lugar que les daría refugio, Arabia
Saudita, donde se encontraron con una rama aún más conservadora del islam, llamada
wahabismo, su religión oficial. La combinación entre salafismo y wahabismo es el origen del
movimiento que se conoce como yihadismo. Ayman Al Zawahiri formó una agrupación secreta
después de la muerte de Qutb, que pretendía convertirse en la “vanguardia de iluminados”. Las
agrupaciones yihadistas buscaron primero atacar al “enemigo cercano”: regímenes corruptos y
prooccidentales del mundo musulmán que nublaban la pureza del islam. Entretanto, la revolución
iraní de 1979, con la que el ayatolá Jomeini derrocó el régimen del sha Reza Pahlevi, dando
nacimiento a la República Islámica de Irán, y la toma de la gran mezquita de La Meca en 1980,
demostraron que era posible el sueño de fundar un Estado islámico. En 1981 la Yihad Islámica de
Egipto, a la que pertenecía Al Zawahiri, planeó y perpetró el asesinato del presidente egipcio
Anwar El Sadat. Al mismo tiempo, los grupos islamistas que querían llegar al poder legalmente
eran proscriptos o perseguidos.

La ocupación soviética de Afganistán (1979-1989) atrajo una oleada de combatientes de


países como Egipto, Arabia Saudita, Siria, Algeria, Jordania, Pakistán, Malasia e Indonesia para
ayudar a los muyahidines afganos. La propia intervención de los Estados Unidos coadyuvaría al
surgimiento de los talibanes. A partir de 1985, también atrajo a Al Zawahiri y su grupo de
islamistas radicales, que negaron la autoridad de Abbdullah Azzam (miembro de la Hermandad
Musulmana y principal reclutador de combatientes), rechazaron el papel de Estados Unidos en la
guerra, y expandieron sus ideas. El entonces joven multimillonario saudí Osama Bin Laden, que
hasta entonces financiaba las actividades de Azzam, se unió a Al Zawahiri. Cuando los soviéticos se
retiraron, todos creyeron que habían ganado: Estado Unidos por derrotar a la Unión Soviética; los
muyahidines, que poco podrían haber hecho contra la URSS sin las armas y entrenamiento de la
CIA, celebraban la expulsión soviética en nombre del islam, y los yihadistas, que vieron en esa

3
En Robert Wright, La evolución de Dios, Léeme, España, 2016, p. 341.
5

fuerza multinacional de musulmanes un futuro sin fronteras en el que la única identidad que iba a
importar era la religiosa.4

En agosto de 1990, Saddam Hussein invadió Kuwait y cerca de medio millón de efectivos
estadounidenses se asentaron en Arabia Saudita, para evitar que el dictador iraquí avanzara sobre
el reino y llegara a controlar sus enormes riquezas petrolíferas. Para Osama Bin Laden, la presencia
de los infieles estadounidenses en tierras musulmanas era humillante, y le ofreció al rey Fahd un
ejército de combatientes afganos para luchar contra las tropas del también infiel régimen iraquí. El
ofrecimiento fue rechazado y Bin Laden, obligado a exiliarse. Marchó a Sudán y en 1992 Ayman Al
Zawahiri también se instaló allá, desde donde operó para reorganizar su Yihad Islámica egipcia con
el dinero del saudí. Pero las estrategias de ambos colisionaban; Al Zawahiri tuvo entonces que
adaptarse a la perspectiva global de Bin Laden y poner a sus yihadistas también al servicio del
“enemigo lejano”. Esto no significaba cambiar el campo de batalla, sino ampliarlo: los apóstatas
occidentales habían corrompido a los líderes del mundo árabe, y esa corrupción se derramaba a
todos los musulmanes que no se opusieran activamente a sus regímenes, con lo que
automáticamente pasaban a ser objeto del principio takfir. Los yihadistas globales y Al Qaeda
usaron este término a cualquiera que no estuviera de acuerdo con su visión del mundo. A Osama
Bin Laden se le atribuyeron conexiones con el primer atentado a las Torres Gemelas en 1993, un
intento de asesinato contra el presidente egipcio Hosni Mubarak en Etiopia en 1995 y, ese mismo
año, un atentado con coche bomba en un centro de entrenamiento de la Guardia Nacional saudí,
operado por Estados Unidos. Sudán fue objeto de sanciones económicas por alojar a los
sospechosos, por lo que el gobierno decidió expulsarlos. Bin Laden encontró refugio en Afganistán
donde los talibanes, a punto de tomar el poder, no tenían demasiadas diferencias ideológicas con
él. El 7 de agosto de 1998 las embajadas de Estado Unidos en Kenia y Tanzania sufrieron dos
sangrientos atentados suicidas. El principal sospechoso fue Bin Laden, pero el nombre de Al Qaeda
no apareció sino hasta enero de 2001, cuando en Nueva York se entabló un juicio contra cuatro
acusados en relación con los ataques. El principal testimonio probatorio de la existencia de dicha
organización provino del sudanés Jamal al Fadl, ex militante de Bin Laden convertido en
informante de la CIA, que dijo que Bin Laden dirigía una enorme red clandestina llamada Al Qaeda.
Con los atentados del 11 de septiembre de 2001, la propaganda generada benefició tanto al
gobierno estadounidense que tuvo elementos para atacar a Al Qaeda y estos obtuvieron el estatus
de amenaza global. Osaba Bin Laden fue asesinado en Pakistán el 2 de mayo de 2011 por un
comando de la US Navy Seal. La operación, envuelta en el secretismo y que representó un gran
triunfo para la administración de Barack Obama, sigue despertando suspicacias.5

Abu Musab Al Zarqawi, líder de Tawhid al Yihad, que en 2004 difundió videos de no menos de
diez decapitaciones en Irak, fue quien desafió a Osama Bin Laden al no querer formar parte de su
militancia contra el “enemigo lejano”, y fue quien comenzó a organizar misiones suicidas en Irak
en tiempos de la invasión británico-estadounidense, avivando la violencia contra musulmanes
chiitas en un entorno asolado por la guerra. La coalición invasora pasó por alto el perfil yihadista

4
En A. Prieto, Todo lo que…, op. cit., p. 189.
5
Ibídem, p. 193.
6

de esos ataques, creyéndolos parte de luchas internas por el poder político. La masiva expulsión
de sunnitas de posiciones gubernamentales y su reemplazo por chiitas resintió a Al Zarqawi, cuyos
planes eran la creación de un Estado islámico sunnita, para lo cual había que deshacerse tanto de
la coalición externa como de los chiitas y de cualquier sunnita que los apoyara. Fue así que llamó a
su grupo como Estado Islámico de Irak (EII).

En 2004, Al Zarqawi consiguió los recursos de Osama Bin Laden para alentar la violencia
sectaria, y su organización pasó a llamarse Al Qaeda en Irak, pero murió en 2006 en un bombardeo
estadounidense y el grupo quedó relativamente paralizado. Solo renació en 2010 con Abu Bakr Al
Bagdadi, que habría de convertirse en el “califa” del Estado Islámico. Se sabe que nació en Irak en
1971 y que se tituló en la Universidad Islámica de Bagdad. También que fue parte de Tawid al
Yihad y que tras la invasión de 2003 gobernó la ciudad iraquí de Rawa como emir. Lo encerraron
en 2005 en la prisión de Camp Bucca, construida y administrada en Irak por Estados Unidos, donde
radicalizó sus ideas. En 2010 se alejó de Al Qaeda y rebautizó a su organización con el nombre de
Estado Islámico de Irak (ISI).

En ese tiempo, las repercusiones de las revueltas árabes llegaron a Siria, y lo que comenzó
como un levantamiento popular en 2011 contra el autoritario régimen de Bashar Al Assad se
transformó en una guerra de varios frentes, apoyada por múltiples patrocinadores: Irán, Rusia y
Hezbolá (milicia libanesa armada, financiada y entrenada por Irán) a favor del gobierno sirio, y
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a favor de cualquiera que derrocara a Al Assad. Abu
Bakr Al Bagdadi vio en esa guerra que se gestaba una vía financiera y un hervidero de reclutas para
relanzar su yihad. A diferencia de Osama Bin Laden, la nueva fuerza de Al Bagdadi se propuso
armar una base territorial, y lo consiguió con una avanzada conquistando poblados, ciudades y
capturando armamento, con la idea fija no ya solo de un estado de corte islámico, sino de un
califato que ocupara tanto territorio como fuera posible.6

LA IRRUPCIÓN DE ISIS

En 2013, aliados con los yihadistas sirios de Jabhat Al Nusra, ISI comenzó a llamarse Estado
Islámico de Irak y el Levante (ISIS). En enero de 2014, ISIS toma Fallujah, ciudad sunnita situada a
70 kilómetros al oeste de Bagdad. El 6 de junio de 2014 desplegaron la acción que captaría
seriamente la atención de Occidente y también de la administración iraquí: la toma de Mosul, la
segunda ciudad más grande de Irak. El 29 de junio proclamaron la creación de un califato en todos
los territorios sirios e iraquíes conquistados, situaron su capital en la ciudad siria de Raqa, se
llamaron ya solamente Estado Islámico y lanzaron el comunicado internacional “La promesa de
Allah”, difundido en árabe, inglés, francés, alemán y ruso. Allí se dice que “incumbe a todos los
musulmanes prometer lealtad al califa” y que “la legalidad de los emiratos, grupos, estados y
organizaciones se vuelve nula con la expansión de su autoridad”. Pocos días después difundían “El
fin de Sykes-Picot”, un video en el que un militante de origen chileno va y vuelve entre la frontera
de Siria e Irak, anunciando que esta línea, trazada por el acuerdo Sykes-Picot entre el Reino Unido

6
Ibídem, p. 206.
7

y Francia en 1916, al término de la Primera Guerra Mundial, había desaparecido.7 Toman Mosul,
una ciudad con dos millones de habitantes, se apoderan de su arsenal militar y de las reservas del
banco central. En julio se difunde la primera aparición filmada del “califa” en la Gran Mezquita de
Mosul, y aparece también la publicación en línea de la revista oficial del Estado Islámico, Dabiq.

El 8 de agosto de ese año inician los primeros ataques aéreos de los Estados Unidos,
efectuados a pedido de Irak para evitar un “genocidio” de las minorías amenazadas por el Estado
Islámico, donde los peshmergas kurdos luchan contra el califato. Se excluye el envío de tropas de
infantería, y Barack Obama habría reunido una “Coalición global para degradar y derrotar a ISIS”
formada por sesenta y tres países. El 19 de agosto el Estado Islámico decapita a su primer rehén, el
periodista estadounidense James Foley, el video de la ejecución es ampliamente difundido en las
redes sociales.

El 11 de enero de 2015 en Francia, se perpetra el asesinato de casi todos los redactores del
semanario satírico de caricaturas Charlie Hebdo en medio de un juicio sumario reivindicado por el
grupo Boko Haram, que habría de jurar fidelidad al Estado Islámico en marzo, convirtiéndose en su
“filial” en Nigeria. Ese mismo mes, los kurdos recuperan el control de la ciudad de Kobané en la
frontera sirio-turca, lo que sería de manera bélica, la primera gran derrota del Estado Islámico. En
Francia, el yihadista Amedy Coulibaly mata a una mujer policía y a cuatro clientes de un
supermercado judío. Su mujer, Hayat Boumeddiene, confirma la lealtad total de su marido al
Estado Islámico.

En abril sucede la segunda derrota del Estado Islámico en Tikrit, la ciudad natal de Saddam
Hussein, contra las autoridades iraquíes, las milicias chiitas y los pasdarans iraníes. En mayo el
Estado Islámico se apodera del sitio arqueológico de Palmira, intersección estratégica para llegar
hasta Damas, al que vandaliza y destruye. Toman Ramadi, que junto con Fallujah, es una de las
ciudades más importantes de la provincia de Anbar, territorio conocido por el ejército
estadounidense por ser una de las regiones de Irak en donde más tropas perdió durante su
invasión a ese país.

Para julio de 2015, ISIS controlaba una porción territorial en Siria e Irak equivalente a Gran
Bretaña, en la que viven más de seis millones de personas. Se apoderaron de ricos yacimientos
petrolíferos contrabandeando el crudo e incluso revendiéndoselo al Estado sirio. También se
financia con millonarios rescates de rehenes, especialmente en Europa. Al tiempo que sus
militantes diezman poblaciones cristianas, yazidíes y chiitas, imponen una sharia radical, realizan
crueles ejecuciones públicas y oprimen y esclavizan a las mujeres, en Raqa, sus activistas reparan
carreteras, reinvierten impuestos, construyen centros sanitarios y escuelas, pagan salarios y se
aseguran de que haya suministro de agua y electricidad.8 En junio, el Estado Islámico es vencido
nuevamente por los kurdos en Tal Abyad, su punto de aprovisionamiento en la frontera turca.

7
Ibídem, p. 207.
8
Ibídem, p. 209.
8

El 26 de junio el Estado Islámico reivindica un triple ataque fuera de su territorio: un hombre


decapitado en Isére (Francia), 38 turistas asesinados por un atacante armado en un complejo
hotelero en Susa (Túnez) y al menos 27 muertos en la explosión de una mezquita chiita de la
ciudad de Kuwait. El 12 de noviembre un doble atentado suicida en un barrio chiita de Beirut deja
un saldo de 44 muertos; al otro día, en una serie de atentados suicidas cuyos objetivos son la
ciudad de Saint-Denis y los barrios X y XI de París dejan un saldo de al menos 130 muertos. El
blanco son varios restaurantes, un teatro, la sala de conciertos llamada Le Bataclan y el Stade de
France, donde el presidente francés François Hollande asistía a un partido de futbol amistoso
entre los equipos de Francia y Alemania. La causa de dichos ataques que conmocionaron al mundo
obedece a varias razones: Francia es uno de los países que combate a ISIS en Siria y en Irak, por
tanto, se volvió sujeto de represalias por parte de esta organización, de hecho, Francia tiene un
largo historial de combate a la militancia islámica y al yihadismo; ha participado en numerosas
operaciones contra Al Qaeda, mucho antes de que existiera ISIS, y desde tiempo atrás, líderes
yihadistas amenazaban a Francia por estas operaciones. Además, Francia ha ofrecido un
importante caldo de cultivo para el reclutamiento de yihadistas y la conformación de células
dentro de su propio territorio. La investigación ha demostrado que las prisiones o las zonas
marginales de las principales ciudades francesas, han sido espacios prolíficos en la detección,
adoctrinamiento y capacitación de militantes islámicos. Por lo tanto, Francia se volvió a la vez
blanco y zona de elevadas posibilidades para que estos ataques fructifiquen.9

La naturaleza híbrida de ISIS, a la vez un grupo terrorista y una milicia rebelde, que un
ejército formal, asesorado por exmilitares de tiempos de Saddam Hussein, ha sido capaz de
sostener su lucha a pesar de los ataques liderados por el gobierno de los Estados Unidos. Se le
suma la falta de preparación e incapacidad del ejército iraquí, un ejército que el Pentágono armó y
entrenó antes de retirarse de Irak, para repeler a ISIS sin ayuda de milicias chiitas, armadas,
entrenadas y respaldadas, por lo que existe una dependencia en Teherán de toda la estrategia del
entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama para combatir a ISIS y las implicaciones
para los Estados Unidos de esa dependencia. Los principales objetivos de la guerra eran claros:
impedir que Bagdad cayera en manos de DAESH; permitir que el ejército iraquí y chiita, al igual
que los kurdos, reconquisten los territorios perdidos; conceder a las cuatro provincias sunnitas del
norte su autonomía, y, por último, reducir el foco de reclutamiento de combatientes extranjeros.10

SUNNITAS Y CHIITAS

Una de las partes más importantes para entender este conflicto se relaciona directamente con la
parte étnica y religiosa, que a su vez se corresponde con zonas territoriales que apoyan o repelen

9
En Mauricio Meschoulam, en “Primeros apuntes sobre atentados de París en noviembre” en el blog del
autor “Arenas movedizas” del diario El Universal, fechado el 14 de noviembre del 2015. Disponible en:
http://www.eluniversal.com.mx/blogs/mauricio-meschoulam/2015/11/14/primeros-apuntes-sobre-
atentados-en-paris-de-noviembre. Consultado el 15 de junio del 2017.
10
En Michel Foucher, “Una ambición territorial”, en Qué es ISIS…, op. cit., p. 50.
9

al Estado Islámico. Contrariamente a Al Qaeda, que se piensa como una red, el Estado Islámico ha
dado prioridad a una estrategia de control territorial, tomando como blanco a enemigos cercanos,
tejiendo alianzas locales a partir de una base tribal, ejerciendo la limpieza étnica en contra de
yazidíes de Irak y kurdos y el acoso a las minorías religiosas en las regiones que controla como los
cristianos y chiitas. Actualmente, el 87% de los musulmanes son sunnitas y un 13% chiitas; la
población chiita está localizada casi completamente en un área entre Egipto y la India. Países como
Irán, Irak, Azerbaiyán, Bahréin y el Líbano islámico tienen poblaciones de mayoría chiita, y la India,
Pakistán, Afganistán, Siria, Arabia Saudita, los estados del golfo Pérsico y África oriental tienen
minorías chiitas notables. El acuerdo o desacuerdo entre sunnismo y chiismo hoy en día es uno de
los factores más importantes en la sociedad islámica contemporánea.

Si bien ISIS nace como una escisión de Al Qaeda después de la invasión de los Estados Unidos
a Irak en 2003, pero también en gran medida por el abandono de la población sunnita a causa de
este conflicto. Se pueden seguir tres fases posteriores a la intervención estadounidense de 2003:
la primera llega hasta el año 2005, cuando los sunnitas, golpeados en extremo, permanecen
expectantes. Luego, de 2005 hasta 2007, se dividen: una parte lanza una insurrección armada que
provoca un cambio de estrategia de los estadounidenses, quienes desde entonces buscan
reinsertar a los sunnitas en el juego político. Pero antes de que se vayan, a finales de 2011, el
primer ministro comienza a aplicar una política de marginación creciente de los sunnitas. Estos
sienten entonces al ejército iraquí como un ejército de ocupación. ISIS se desarrolla plenamente
en ese caldo de cultivo. Por último, la guerra en Siria vuelve a inyectar dinamismo a los conflictos
de confesiones en Irak, creando una continuidad entre estos dos estados donde los sunnitas serían
“vejados”.11

Al noroeste de Irak, el Estado Islámico ha desempeñado un papel de protector para las


poblaciones sunnitas presionadas por el gobierno iraquí, con el consentimiento de los Estados
Unidos y con la excusa de la “guerra contra el terrorismo”. Ya Al Qaeda en Irak, había asumido
paulatinamente la resistencia de las poblaciones sunnitas ante un sistema político dominado por
los chiitas, impuesto por los Estado Unidos y apoyado por Irán. Entre las alianzas con los jefes de
los notables sunnitas locales y la imposición de su dominio mediante la violencia y el terror, la
obediencia de las poblaciones al Estado Islámico en las regiones que pretende controlar está
íntimamente ligada al fracaso del gobierno iraquí en esos mismos territorios. El Estado-providencia
que funcionaba en beneficio de los sunnitas y en detrimento de los chiitas y los kurdos bajo la
dictadura de Saddam Hussein hoy se vuelve en contra de ellos: así es como se encuentran
excluidos del poder político, de las redes de influencia y de corrupción, y de la redistribución de la
renta petrolera.12 Para ISIS, el sunnismo rigorista constituye el único islam verdadero y jerarquiza a
sus adversarios de la siguiente manera: primero están los chiitas, que son los peores, los
“renegados”, los “parásitos” del islam; luego están los “infieles”, como los yizadíes, adeptos a un

11
En Hosham Dawod, “El Estado Islámico está muy adaptado a la guerra moderna”, en Qué es ISIS. Ensayos
para comprender el terrorismo actual, México, Paidós, p. 55.
12
En Héléne Thiollet, “El espectro de la invasión de 2003”, en Qué es ISIS… op. cit., p. 44.
10

culto monoteísta de origen persa; y, por último, está la “gente del Libro”, es decir, en esta región,
los cristianos, que han sido objeto de numerosas exacciones, aunque no de masacres.13

FINANCIAMIENTO

En su periodo de construcción, DAESH recolectó el impuesto de la Yihad, que a menudo podía


confundirse con la extorsión. Y desde 2013 su primer recurso es el petróleo: 50% se extrae en
Siria. Allí produce entre 80 000 y 100 000 barriles por día, de los cuales 40 000 se venden a un
precio que va de 20 a 50 dólares en Siria (casi siempre en el campo de Assad), en Irak y sobre todo
en Turquía,14 un millón de dólares aproximadamente al día sólo de la venta de petróleo.

Sus recursos provienen principalmente del petróleo, lo que equivale a unos 500 millones de
dólares, de los impuestos que cobra en su territorio que corresponden a unos 300 millones, de la
agricultura, 200 millones, del tráfico de antigüedades, 100 millones, y de recursos extorsivos, unos
40 millones. Durante la toma de Mosul en junio del 2014, el Estado Islámico se apoderó de las
reservas del Banco Central iraquí, que ascendían a 450 millones de dólares. Ciertas organizaciones
privadas de Arabia Saudita, Qatar y Turquía también participarían en el financiamiento del Estado
Islámico. Esto suma alrededor de 2 000 millones de dólares al año, suficiente para mantener su
lucha.

RECLUTAMIENTO

Uno de los componentes fundamentales de ISIS ha sido su poder de propaganda y difusión de su


lucha. Para nuestro caso, desde México, podría parecernos extraño el hecho de que jóvenes de
Europa se enrolen en un ejército a miles de kilómetros con consignas que tienen altas
probabilidades de terminar con la muerte. Si bien muchas de las tácticas de reclutamiento pasan
por el engaño, muchos de los reclutas saben perfectamente cuales son los objetivos de ISIS.
Gracias a una propaganda muy eficaz, DAESH atrae a miles de jóvenes extranjeros originarios de
110 países diferentes. Los principales contingentes provienen de Túnez (50 000), Arabia Saudita (2
275), Jordania (2 000), Rusia (1 700), Francia (1 550), Estados Unidos (100). En la actualidad es
difícil medir el fenómeno de adhesión a un movimiento cuyos efectivos son inciertos (entre 10 000
y 50 000 “combatientes”, según cálculos de la CIA). Muchos mueren y son reemplazados en parte,
se calcula que llegan unos 700 nuevos combatientes extranjeros por mes.15 El acceso a los campos
de operaciones sirias e iraquíes pasa por el aeropuerto de Estambul y luego a la ciudad de
Gaziantep, muy cerca de la frontera donde resulta sencillo adentrarse en territorio dominado por
ISIS. Por esta misma zona fronteriza es por donde entra el contrabando de petróleo, productos
agrícolas, piezas arqueológicas que después se venden en el mercado negro, ante la indiferencia
del gobierno turco.

Una de las novedades en la organización de ISIS se relaciona con el uso de la tecnología, de


internet y de las redes sociales en particular, elementos con los que no contaban sus antecesores y

13
En H. Dawod, “El Estado Islámico…, op. cit., p. 54.
14
Ibídem, p. 57.
15
M. Foucher, “Una ambición…”, op. cit., p. 47.
11

de los cuales se han vuelto expertos. ISIS ha contado con una herramienta que ha sabido manejar
mucho mejor que sus oponentes: la comunicación. Mediante el uso de este recurso, esta
organización se ha asegurado de mantener siempre el control de la narrativa, de que los medios
digan lo que ISIS quiere que digan, que las redes sociales se muevan en la dirección que desean, y
de que por consecuencia, los jóvenes reclutas del yihadismo reciban el mensaje que ISIS quiera
que reciban. Sus combatientes saben usar con habilidad la comunicación y las redes sociales, por
ejemplo, antes del ataque a Mosul, los oficiales del ejército regular iraquíes recibieron en sus
teléfonos celulares mensajes que decían: “Huyan porque van a perder la ciudad y la vida”.16 A
diferencia de Al Qaeda y su propaganda a través de las redes, que usa un lenguaje muy filosófico,
demasiado elevado y profundo, más cercano a los clérigos islámicos, pero que es muy poco
probable de ser captado por una generación que entiende más de tuits con mensajes cortos,
videos, infografías y hashtags pegajosos. ISIS ha crecido en gran parte gracias a su capacidad de
enviar mensajes, posicionarse en la agenda y sobre todo, de entender el lenguaje de la generación
de hoy, que representa su mayor fuente de reclutamiento.

Jóvenes europeos de origen musulmán de primera o segunda generación son el blanco


perfecto para este tipo de organización terrorista. El racismo y la discriminación en los países
europeos, un sentido de no pertenencia, la escasez de oportunidades para el crecimiento
personal, la calidad de indocumentados en algunos casos, la pobreza, la reclusión en guetos
urbanos, crea un caldo de cultivo excelente para buscar la manera de rebelarse en contra de este
tipo de sociedades: si no pueden sentirse ingleses o franceses sí pueden apegarse a sus orígenes,
como el islam, por lo que una parte de estos jóvenes relegados ven en el terrorismo una forma de
regresar las afrentas sufridas históricamente, incluyendo la colonización de sus países de origen.
La tragedia palestino-israelí por ejemplo, les demuestra que el mundo occidental da prioridad al
Israel colonizador en detrimento de la Palestina colonizada.17 Uno de los ganchos es convencer a
los jóvenes de hacerse cargo de labores humanitarias como de los niños gaseados por Bashar Al
Assad en la impunidad internacional, salvar al mundo de sociedades secretas complotistas que
querrían eliminar a los pueblos, etc. Algunos realmente cuando parten van conscientes de que van
a combatir, pero más de 50% están convencidos de que son parte de una misión humanitaria.18
Según Dounia Bouzar, fundadora del Centre de Prévention contre les Dévires Sectaries Liées á
l´Islam, “El islam radical no pasa por las mezquitas. (…) Mientras vigilábamos a los imanes, los
terroristas perfeccionaban sus videos de adoctrinamiento con la teoría del complot, las imágenes
subliminales de los videojuegos y escenas insoportables de niños masacrados en Siria”; “Hay que
comprender que la mayor parte de los jóvenes que estudiamos se adhieren a la ideología
totalitaria del islam radical sin haber pisado nunca una mezquita ni hablado con un musulmán en

16
Ibídem, p. 56.
17
En Edgar Morin, “Tratemos de comprender”, en Qué es ISIS. Ensayos para comprender el terrorismo
actual, México, Paidós, 2016, p. 13.
18
En Dounia Bouzar, “Los jóvenes franceses en la yihad”, en Qué es ISIS… op. cit., p. 71.
12

carne y hueso: 90% del adoctrinamiento pasa por internet, sobre todo por las redes sociales, y
luego se ponen en acción para establecer contactos”.19

Una vez reclutados o contactados, las estrategias de ISIS para sus ataques pueden ser de dos
tipos: se entrena y capacita a combatientes nacionales del país blanco, y se les regresa para que
sean ellos quienes usando sus contactos locales efectúen la planeación, elijan lo blancos, y lleven a
cabo los actos. Una siguiente posibilidad es la de células completamente locales, las cuales se
autodenominan afiliadas a ISIS y cometen actos en su nombre. Este fue el caso, por ejemplo, del
tercer atacante de París en enero del 2015, el joven que secuestró el mercado kosher, quien nunca
había estado en Siria o Irak y simplemente actuó a nombre de esa organización.20 A este tipo de
atacantes se les ha llamado “lobos solitarios” y han sido los ejecutantes de los atentados de los
últimos meses (Niza, Manchester, Bruselas, etc.); al actuar de manera independiente, en
colaboración con pocos participantes, son difícilmente detectables. Todo el adiestramiento se
maneja por internet y en cuanto suceden los ataques, el Estado Islámico asume su autoría.

EL ROMPECABEZAS INTERNACIONAL

Históricamente el intervencionismo occidental ha acentuado la descomposición de las naciones de


Medio Oriente, la que en gran parte ha provocado. La segunda guerra de Irak generó una
desintegración irremediable de esta nación. La guerra a la vez civil e internacional en Siria provocó
la descomposición de este país de manera no menos irreversible. Libia se halla en un estado
caótico como consecuencia de la intervención francesa. La frágil unidad de estas naciones
multiculturales y multirreligiosas recientes, creadas de manera artificial por Occidente sobre las
ruinas del Imperio otomano, se encuentra virtualmente destruida.

La “Primavera árabe”, lejos de haber propiciado condiciones de libertad y democracia para las
amplias poblaciones que protestaban en las calles en contra de las dictaduras, resultó en guerras
civiles y conflictos diversos para muchos de esos países. Varios de esos conflictos, como ocurre en
Libia, Yemen o Siria, son alimentados por los intereses de potencias regionales rivales como Arabia
Saudita y sus aliados, e Irán y sus aliados, quienes apoyan, arman y financian a actores, grupos y
milicias enfrentadas (cuando no combaten de manera directa como sucede con Arabia Saudita o
Emiratos Árabes Unidos en Yemen). Lamentablemente, no son solo intereses de potencias
regionales los que nutren estos conflictos. Están también los intereses de potencias globales, las
cuales, como sucede siempre, otorgan mucha mayor prioridad a sus agendas diversas, que a las
consecuencias humanas que sus decisiones arrojan. Por ejemplo, las intervenciones de los Estados
Unidos y sus aliados en Irak y Afganistán, lejos de resolver la problemática que se dio como excusa
para efectuarlas, tienen desde hace años, a esos dos países con los más elevados índices de
violencia y terrorismo de todo el planeta.

19
D. Buzar, “Los jóvenes…”, op. cit., p. 73.
20
M. Meschoulam, “Primeros apuntes sobre atentados en París de noviembre”, en Arenas movedizas, blog
del autor del periódico El universal, fechado el 14 de noviembre del 2015.
13

En el caso sirio, se puede considerar una verdadera tragedia humana que ha producido más
de 200 mil muertos, unos 4 a 5 millones de refugiados y otros tantos millones de desplazados
internos. La guerra civil siria es producto de un conflicto político interno, que evolucionó hacia un
conflicto sectario y religioso, en el que participan múltiples grupos y milicias laicas y
fundamentalistas islámicas, locales e internacionales como ISIS combatiendo contra el presidente
Assad y luchando también entre sí. Pero además de todos los actores no-estatales que combaten,
la guerra civil siria es escenario del enfrentamiento entre bloques de intereses regionales y
globales. De un lado, potencias como Arabia Saudita, Turquía y Qatar (rivales de Irán), financian y
apoyan a milicias laicas e islámicas diversas. Estados Unidos, a pesar de la Doctrina Obama que
planteaba el repliegue y el des-involucramiento de la superpotencia en conflictos locales, no es un
actor inocente en este conflicto. La CIA ha apoyado a las milicias rebeldes desde el inicio de la
guerra civil con inteligencia y respaldo logístico. Washington y otras potencias aliadas, han estado
mucho más preocupadas por contener a Rusia, y posteriormente por bombardear a actores
específicos como ISIS o como el Frente Al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria), que en realmente
contribuir a la generación de condiciones de paz para ese país. Francia, por ejemplo, ha sido una
de las potencias que han armado de manera importante a aquellos actores opuestos a Assad. La
participación internacional no en la solución, sino en su prolongación, ha resultado en un empate
técnico perpetuo. Cada vez que Assad se debilitaba, recibía financiamiento, armamento y personal
militar de apoyo por parte de sus patrocinadores como Rusia e Irán. De igual manera, cada vez
que la rebelión parece estar sufriendo derrotas serias, recibe dinero, armas y todo el apoyo
logístico que requiere por parte de potencias interesadas en mantenerla viva. La consecuencia es
un conflicto interminable que las potencias mantienen ahí, siempre asegurando que sus rivales no
ganarán más que ellos en el camino, y que sus intereses en la región se mantendrán vigentes.21

A finales de agosto del 2015, Moscú había tomado la decisión de robustecer su presencia
militar en Siria y redoblar su apoyo al presidente Assad, así como trabajar en conversaciones con
todos los actores involucrados en la guerra civil siria para tratar de hallar una solución negociada al
conflicto. Rusia tiene intereses en Siria desde hace décadas, desde tiempos de la Guerra Fría y ha
sido el principal proveedor de armas de los Assad. En ese país, Rusia conserva una base naval, su
única salida al Mediterráneo. Y por supuesto, el Kremlin ha sido uno de los factores primordiales
para entender por qué Assad ha podido mantener el poder durante estos últimos años de
conflicto. Moscú ha rescatado a Assad en varias ocasiones a través de la provisión de armamento,
financiamiento y apoyo con personal militar. En la segunda parte del 2015, Rusia tomó la decisión
de participar de manera directa en la guerra civil apoyando a Assad no sólo con asesores militares,
sino con bombardeos directos en contra de todos sus enemigos. Muchos de estos bombardeos
han sido contra ISIS, aunque la mayor parte de ellos han sido efectuados contra otras milicias
rebeldes respaldadas, financiadas y armadas por potencias como Arabia Saudita, Turquía, Qatar o
directamente por Estados Unidos. La meta de Putin era al parecer, múltiple: por un lado, al entrar
en la guerra civil con mucha más fuerza que cualquiera de las otras potencias, pretendía dominar
el espacio aéreo sirio y ganar la iniciativa de las operaciones militares a favor de su aliado Assad,

21
EN Mauricio Meschoulam, en “Refugiados sirios: las otras fotografía” en el blog del autor, Arenas
movedizas del diario El Universal del 7 de septiembre del 2015.
14

de este modo, Moscú buscaba garantizar que cualquier resolución a esta guerra civil, tendría que
considerar los intereses rusos como prioritarios. Las consecuencias no tardaron en aparecer. Al ser
Rusia un país que desde hace tiempo ha tenido que enfrentar la militancia islámica en su
territorio, uno de los riesgos del crecimiento de ISIS ha sido la potencial penetración de dicha
organización entre sus propios habitantes. Se calcula que de los casi 30 000 combatientes
extranjeros que han ido a parar a las filas de ISIS, 1 500 han sido de nacionalidad rusa. Por lo tanto,
además de todos los objetivos mencionados, Rusia entró a Siria también buscando contener la
amenaza de ISIS tanto dentro como fuera de su territorio. Tras los bombardeos rusos contra
decenas de las muy diversas milicias que luchan en Siria, paradójicamente quienes sacaron la
mayor ventaja territorial no ha sido el ejército leal a Assad, sino ISIS. A pesar de que también ha
sido atacada por los aviones rusos, hasta entonces esa organización que controlaba algo así como
el 50% del territorio sirio, fue la más eficaz en detectar y capturar varias de las posiciones vacantes
que los bombardeos rusos produjeron.

Desde el inicio de la guerra civil en Siria, la prioridad para Turquía ha sido la caída de Assad
con el objetivo último de golpear al máximo aliado de Siria en la región, Irán. Turquía ha sido junto
con Qatar y Arabia Saudita, una de las más importantes fuentes de financiamiento de los grupos
rebeldes sirios, y por cuestiones de afinidad ideológica islámica, ha financiado también algunas de
las milicias islámicas que combaten contra Assad. Además, compartiendo frontera con Siria,
Turquía era el sitio al que una gran cantidad de militares sirios llegaban una vez que desertaban,
donde se establecieron las más importantes bases de rebelión y al lugar al que regresaban para
reagruparse y recuperarse cuando sufrían derrotas por parte del gobierno sirio. Pero Assad
demostró una gran capacidad de resistencia con la complicación de la guerra civil en su territorio,
con el apoyo de Rusia, de Irán, y de la milicia libanesa de Hezbolá, el presidente sirio se fue
reponiendo y logró mantener el poder sobre una buena parte del centro del país; brotaron
también las diferencias entre las muchas milicias rebeldes, que empezaron a combatir entre ellas.
De manera vinculada con esto, pero a la vez debido a otros factores regionales, también
emergieron diferencias entre potencias rivales, las cuales apoyaban a milicias distintas.
Específicamente Turquía y Qatar se fueron distanciando de Arabia Saudita y sus aliados al punto
de la confrontación política.

Como era de esperarse, ISIS se hizo de toda clase de enemigos de forma que cuando se le
empezó a combatir internacionalmente, ciertas potencias rivales o enemigas habían sido
automáticamente colocadas dentro de un mismo bando en contra de ese “Estado Islámico”. El
ejemplo más notable es el de Estados Unidos bombardeando a ISIS en Irak bajo una especie de
coordinación velada y no reconocida, con las milicias chiitas fundadas, patrocinadas, armadas y
entrenadas por Irán. Turquía, un miembro de la OTAN y aliado de Estados Unidos, eligió no
participar por varias razones: al ser ISIS el mayor enemigo de Assad y al haber convertido el
combate de ISIS en su prioridad, Estados Unidos no sólo estaba ayudando al presidente sirio, sino
que parecía aceptar de manera implícita el que cualquier salida a la crisis siria tendría que
considerar un acuerdo negociado con Assad y con sus patrocinadores iraníes, y ello implicaba
fortalecer a Irán, es decir, perjudicar a una de las mayores prioridades estratégicas de Turquía. El
15

combate a ISIS también era imposible de efectuarse sin el apoyo y con el consiguiente
fortalecimiento de los kurdos en toda la región, esto significaba perjudicar otra de las mayores
prioridades estratégicas turcas. Finalmente, Turquía quiso evitar hasta el final los costos internos
de combatir a ISIS, específicamente el surgimiento de ataques terroristas implementados con la
eficacia y capacidad que ese grupo ha demostrado a lo largo de los últimos años, sobre todo
considerando la porosidad de la frontera turco-siria, el hecho de que Turquía había tenido que
absorber a 1.5 millones de refugiados sirios de entre quienes podría generarse un gran caldo de
cultivo para el reclutamiento de yihadistas, y la existencia de grupos de esta filiación entre la
propia población turca. Al final, Turquía autorizó a los Estados Unidos la utilización de la base
aérea de Incirlik para sus bombardeos contra ISIS, una base que resulta tácticamente mucho mejor
que las que utilizaba en otros países como Irak, Kuwait, Jordania o las del Golfo Pérsico. Turquía
lanzó desde julio del 2015 una serie de redadas masivas en el interior del país en contra de
militantes que aseguraba el gobierno formaban parte de ISIS y al mismo tiempo realizó ataques
directos por aire y por tierra en contra de posiciones de ISIS en Siria, lo que finalmente le suma a la
coalición de países que combate al Estado Islámico. La meta era generar una zona de unos 120
kilómetros “libres de ISIS” que permitiera a Ankara controlar para proteger sus diversos intereses.
Como era de esperarse, ISIS empezó a perpetrar ataques contra Turquía, el mayor de ellos en el
poblado fronterizo turco de Suruc donde un atacante suicida mató decenas de civiles.

El fin del régimen de Gaddafi en Libia y el caos resultante a partir de ello, provocó que el
arsenal del exdictador quedara a la deriva, cosa que ha propiciado un incremento en el tráfico de
armas baratas en toda la región. Las milicias y las tribus se disputan el poder en ese país, y ante un
entorno de guerra civil e inestabilidad, el ascenso de grupos militantes islámicos, alguno
originalmente afiliados a Al Qaeda ha sido notable. ISIS ha aprovechado esa serie de situaciones
para fundar ahí su “provincia” tripolitana, lo que no es en realidad otra cosa que una franquicia
que surge a partir de grupos islámicos preexistentes y que operaban en ese entorno.

CONCLUSIONES

La aparición de ISIS como se ha tratado de explicar, no fue de manera espontánea o casual;


obedece a una serie de circunstancias locales y regionales y pasa por cuestiones étnicas, religiosas,
políticas, históricas y hasta económicas si se quiere ampliar el espectro. La esencia de ISIS está en
su nombre: el “Estado Islámico”. Esta organización no quiere ser conocida como un grupo
terrorista o una milicia rebelde, sino como un “Estado” que ya existe, que domina territorio y se
expande, quizá un “Estado bizarro” considerando que no goza de la aprobación internacional, sino
todo lo contrario. En lo fundamental, ISIS coincide con Al Qaeda, en la meta última del
establecimiento de un califato global. Sin embargo, las estrategias de ambas difieren de fondo. Al
Qaeda se concentra en perpetrar ataques terroristas, en cambio, a partir de la guerra civil siria,
ISIS se enfoca en la conquista de territorio para establecer de facto ese califato al que el yihadismo
aspira. La diferencia en esencia es que Al Qaeda prometía el establecimiento de ese califato
dentro del territorio que controla y pretende expandirlo conforme su lucha avance. En ese
sentido, Osama Bin Laden era más estratégico, aunque menos atractivo. En su visión, la historia
había mostrado que cada vez que grupos yihadistas se hacían de algún territorio y pretendían
16

gobernarlo, las potencias occidentales o sus aliados en la región le combatían hasta destruirlo,
erradicando así el terreno ganado. ISIS ha demostrado que puede soportar este tipo de embates y
de mantener más de un frente de combate, a diferencia de Al Qaeda, este grupo de terrorista “ya
no se esconde en cavernas” y la expulsión de ciertas ciudades parece no hacerle mella al
considerar todos los beneficios que ha obtenido de dichas ciudades o poblados. Al volverse una
organización que conquista y controla territorio y población, el grupo terrorista e insurgente se
transforma en una entidad política material que se vende a sí misma no como “organización
terrorista”, sino como “Estado”, capaz de afiliar “provincias” de diversas partes del mundo, y se
auto exhibe como la portadora eficaz de la bandera yihadista. El terrorismo no es una estrategia
de violencia material, sino psicológica. Utiliza la violencia material sólo como instrumento para
conseguir impactar la mente colectiva y así, aproximarse a las metas que los perpetradores buscan
obtener. Por tanto, la mayor fortaleza de ISIS no está en la capacidad que ha tenido para
conquistar territorio, ese ha sido el medio para conseguir un fin mucho mayor: la proyección de
poder y amenaza hacia sus enemigos y la capacidad de atracción de seguidores.

REFLEXIÓN FINAL

Para concluir, parece conveniente manejar dos puntos que son centrales para entender la idea
que se tiene del extremismo islámico en la actualidad y el porqué de los atentados de ISIS contra
Occidente: primero, la difusión de los conceptos de “terrorismo” y “fundamentalismo”, manejados
en el discurso occidental y difundidos hasta el cansancio a través de los medios de comunicación y,
segundo, la culpabilidad y complicidad de Estados Unidos y algunos países europeos en la creación
de grupos terroristas.

La palabra “terrorista” en la actualidad nos remite automáticamente a los grupos islámicos


extremistas que atacan blancos militares o civiles que no comparten sus ideas o que han
penetrado en su civilización, en menoscabo de la tradición musulmana. Para Jack Goody, la
palabra es usada comúnmente en los conflictos entre cristianos y grupos islámicos pero “lo que
para un bando es un terrorista es para el otro un guerrero de la libertad. En el caso de que un
grupo alcance el poder, esos personajes entran inmediatamente en la legalidad”; y maneja con
especial claridad el conflicto israelí-palestino en 1930: “donde los judíos luchaban contra el
gobierno del protectorado por la política de restricción migratoria, y al mismo tiempo se oponían a
los árabes, quienes consideraban que incluso la inmigración restringida significaba una amenaza.
Finalmente, los terroristas judíos, con ayuda externa, especialmente de Estados Unidos,
derrotaron a los árabes y establecieron el Estado de Israel en 1948. Los terroristas se convirtieron
entonces en el gobierno legítimo. Los nuevos terroristas pasaron a ser los musulmanes que habían
perdido el control del país”.22 Para el autor, la palabra terrorista puede ser usada para todo aquel
que se resista a la dominación del Estado, que a su vez abusa del monopolio de la fuerza. Cuando
el mundo occidental hace un análisis del “terrorismo” evidentemente no valora el punto de vista

22
En Jack Goody, El islam en Europa, Barcelona, Gedisa, 2005, p. 143.
17

de los árabes. El primer ministro de Líbano, Rafic Hariri, consideraba que las acciones de Ariel
Sharon sólo servían para frustrar las iniciativas de paz. “El verdadero terrorismo”, declaró “es lo
que está haciendo Israel en los territorios palestinos.” Siguiendo con esta utilización sesgada de los
términos, los combatientes palestinos son designados casi siempre como terroristas, militantes u
hombres armados, nunca como soldados, que es como se denomina a los combatientes israelíes.
Con frecuencia, los israelíes han sido impulsados por ideas religiosas extremistas (sionistas), al
menos en la misma medida que los musulmanes,23 aunque estos últimos no sean llamados
terroristas.

En lo que respecta a la palabra “fundamentalismo”, Karen Armstrong, especialista en temas


religiosos, lo considera como “un hecho universal que ha aflorado en todas y cada una de las
principales religiones como respuesta a los problemas planteados por nuestra modernidad”24
Cuando los Estados-nación implementaron la igualdad y el laicismo en sus leyes, ignoraron las
prácticas religiosas de algunos sectores de la población. Esto ha propiciado el desagrado de los
devotos que ven, sobre todo en los jóvenes, un alejamiento en las prácticas y preceptos religiosos,
poniendo en crisis tradiciones que pueden considerarse hasta milenarias. El fundamentalismo es
entonces una reacción al establishment liberal y modernizador de los países, sobre todo de los
occidentales y revela una fisura en la sociedad, polarizada entre quienes disfrutan de la cultura
secular y quienes la contemplan con terror.25 El fundamentalismo entonces, no es una
característica única del islam, la diferencia con el fundamentalismo de otras religiones (que incluso
también ha sido violento en otros momentos de la historia), es que con los sucesos recientes en el
Medio Oriente, la justificación idónea ante los ataques de grupos extremistas ha sido el factor
religioso, que crea una diferencia entre el cristianismo y el judaísmo imperantes en Occidente.

Estados Unidos ha encabezado la “guerra contra el terrorismo”, sumando a países como


Francia, Inglaterra o España por mencionar a unos pocos, que al final han sufrido represalias con
ataques terroristas en sus propios territorios que han dejado a cientos de muertos, civiles la gran
mayoría. Las invasiones de Estados Unidos a Irak y Afganistán son vistas como intervenciones
imperialistas contra naciones árabes por lo que el fanatismo en contra de Occidente crece, así
como en contra de los cristianos y los judíos. La propaganda y justificación estadounidense y sus
aliados como coalición del “bien” que ha de terminar con el “eje del mal”, personificado por los
grupos terroristas.

Cuando se pregunta el mundo entero “¿Por qué París?”, la cuestión puede extenderse a
países como Inglaterra o España, y la respuesta en parte la da el filósofo francés Michel Onfray:
“… Francia bombardeó a la población musulmana de Afganistán, Irak, Libia y Malí, con el pretexto
de luchar contra el terrorismo, que antes de los bombardeos, no nos amenazaban directamente.
(…) ¿Cómo podría ser que todas esas guerras repetidas contra los musulmanes en todas partes del
planeta no hicieran de Francia un blanco?”, “…en Francia, el islam ha sido representado como algo
que no tiene nada que ver con el islam planetario. Esto es desconocer el sentido de la ummah, que

23
J. Goody, El islam… op. cit., p. 149.
24
En Karen Armstrong, El islam, México, Debolsillo, 2014, p. 178.
25
K. Armstrong, El islam… op. cit., p. 180.
18

define a la comunidad de musulmanes del planeta. Es también guardar silencio sobre la


motivación de los asesinos del Charlie Hebdo que reivindican su pertenencia a Al Qaeda en Yemen,
aunque son franceses: porque la comunidad, la ummah, hace caso omiso de fronteras y de
naciones. El islam es una religión desterritorializada cuyo mensaje toma prestado el camino del
internet, que reúne en tiempo real a quienes están separados en tiempo y espacio en la totalidad
del globo”.26

El terrorismo ataca la psique colectiva a través de estrategias de comunicación que necesitan


ser mucho mejor comprendidas y contrarrestadas; la investigación de decenas de casos muestra
que el terrorismo no se combate eficazmente con estrategias militares. Esas normalmente tienden
a reproducir su frecuencia. Lo más efectivo en combate contra el terrorismo son estrategias de
policía, inteligencia, y la promoción de factores constructores de paz de raíz de aquellos sitios,
zonas o regiones de donde emerge y tiene su mayor caldo de cultivo.27 En este sentido, no parece
que Occidente y en particular Estados Unidos, estén preocupados por esta parte.

BIBLIOGRAFÍA

Armstrong, Karen, El islam, México, Debolsillo, 2014, pp. 242.

Fottorino, Éric (editor), Qué es ISIS. Ensayos para comprender el terrorismo actual, México, Paidós,
2016, pp. 182.

Goody, Jack, El islam en Europa, Barcelona, Gedisa, pp. 184.

Meschoulam, Mauricio, “Arenas movedizas”, blog del autor en el diario El Universal.

Nasr, Seyeed Hossein, El corazón del Islam, Barcelona, Kairós, 2007, pp. 376.

Prieto Ana, Todo lo que necesitas saber sobre terrorismo, México, Paidós, 2016, pp. 248.

Wright, Robert, La evolución de Dios, Léeme, España, 2016, pp. 560.

26
En Michel Onfray, “La escoba del aprendiz de brujo”, en Qué es ISIS…, op. cit., p. 67.
27
M. Meschoulam, “Primeros apuntes…”op. cit.

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