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¿Qué es?

El Aspergillus es un hongo filamentoso saprofito cuyo hábitat natural es el suelo donde


suele desarrollarse sobre la materia en descomposición. Desempeña un papel esencial en
la degradación de la materia orgánica y es uno de los hongos más abundantes en la
naturaleza. Se puede encontrar en varios lugares incluidos hospitales, suelo, vegetación en
descomposición, material de construcción, polvo doméstico, etc.

Características del Aspergillus

Características del Aspergillus El hongo Aspergillus se caracteriza por estar formado por
hifas septadas hialinas. Las hifas fértiles o conidióforos terminan en una vesícula de la que
surgen las células conidiógenas intermedias (métulas) o terminales (fiálides). De las fiálides
salen las conidias (esporas asexuales externas) que forman largas cadenas. Por lo tanto,
puede tener reproducción sexual (con formación de ascosporas en el interior de ascas) y
asexual (con formación de conidios).

Existen más de 600 especies de Aspergillus que se diferencian en tamaño, tasa de


crecimiento, textura (aterciopelada, granular, algodonosa) y color de la colonia: verde-
amarillento (A. flavus), negro (A. niger), marrón (A. terreus). La coloración suele aparecer
en todas las estructuras aéreas, tanto en el micelio como en las cabezas conidiales.

Enfermedades por Aspergillus

A continuación se exponen brevemente algunas de las diversas infecciones que pueden ser
causadas por el hongo Aspergillus:

Onicomicosis: infección de las uñas. No suele ser demasiado frecuente pero especies como
A. fumigatus y A. versicolor pueden afectar a uñas distróficas, dando lugar a hiperqueratosis
y a un cambio de coloración en las mismas.
Otomicosis: infección de oído producida principalmente por A. niger y A. fumigatus. Puede
aparecer prurito local y vértigo con eliminación de cerumen rico en masas de micelio.
Algunas condiciones como el eccema y la seborrea favorecen la colonización por
Aspergillus.
Sinusitis alérgica: se caracteriza por presentar un moco rico en eosinófilos que ocupan los
senos paranasales.
Aspergilosis broncopulmonar alérgica: Su causa principal es la inhalación de conidias e hifas
de Aspergillus. La persona afectada suele presentar eosinofilia, infiltrados pulmonares
hemorrágicos, bronquiectasias centrales y una prueba positiva para Aspergillus. En casos
crónicos puede aparecer fibrosis pulmonar con pérdida gradual de la función pulmonar.
Aspergilomas: se produce por la colonización previa de cavidades (tuberculosis, sarcoidosis,
histoplasmosis o broquiectasias) por Aspergillus. Pueden ser asintomáticos o cursar con
hemoptisis (expectoración de sangre proveniente de los pulmones o los bronquios),
sobreinfección bacteriana o invasión tisular.
Aspergilosis pulmonar invasiva: En los últimos años la incidencia de aspergilomas ha
disminuido mientras que la aspergilosis pulmonar invasiva (API) ha ido en aumento. Es más
habitual en pacientes con leucemia y en trasplantados de órgano sólido. Las
manifestaciones clínicas suelen comenzar con la aparición de fiebre seguida de dolor
torácico, tos, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria por encima de los valores
normales) o hemoptisis.
Aspergilosis pulmonar necrosante crónica: Suele afectar en mayor medida a ancianos con
enfermedades pulmonares previas. Tiene un curso lento (meses o años) con aparición de
infiltrados en los lóbulos superiores, fibrosis y cavitaciones. Aunque no suele causar
complicaciones pueden llegar a producirse neumotórax, aspergilomas o aspergilosis
pulmonar invasiva.
Sinusitis: La rinosinusitis aguda afecta en mayor medida a pacientes muy
inmunodeprimidos, mientras que la crónica puede aparecer en pacientes
inmunocompetentes.

Factores de riesgo

A continuación se exponen brevemente algunas actividades laborales con riesgo de


infección por Aspergillus:

Actividades en contacto con la tierra, los vegetales y sus productos.


Ganadería, zoológicos, circos, tiendas de mascotas, protectoras de animales y veterinaria.
Industria textil (lana, piel, plumas, seda, etc.).
Procesado, conservación de frutas y hortalizas y elaboración de productos a partir de las
mismas.
Procesado de cereales y fabricación de productos a partir de los mismos.
Fabricación de productos de panadería y pastas alimenticias.
Procesado y fabricación de otros productos alimenticios (azúcar, cacao, café, té, especias,
salsas, frutos secos, etc.).
Fabricación de productos para la alimentación animal.
Fabricación de bebidas.
Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y limpieza urbana.
Construcción.
Actividades de bibliotecas, archivos, museos y otras actividades culturales.
Síntomas de infección por Aspergillus
A continuación se exponen algunos de los síntomas más habituales de las infecciones
provocadas por Aspergillus:

 Dolor en los senos nasales o la nariz.


 Dolor en el canal auditivo.
 Sudoración facial.
 Tos.
 Dificultad para respirar.
 Dolor en el pecho.
 Fiebre.
 Sudoraciones nocturnas.
 Sibilancias (sonido agudo que hace el aire al pasar por las vías respiratorias
congestionadas).
 Pérdidas de peso.
 Indisposición general.

Tratamiento
En casos de onicomicosis el tratamiento suele consistir en la extirpación de la uña afectada
o, preferiblemente, la aplicación de sustancias queratolíticas como la urea o el tratamiento
con antifúngicos como el itraconazol. Las otomicosis se tratan mediante la limpieza del
conducto auditivo tomando medidas correctoras de los factores locales predisponentes. Los
aspergilomas suelen tratarse quirúrgicamente, sobre todo en caso de estar acompañados
de hemoptisis o invasión local. Cuando el procedimiento quirúrgico está contraindicado o
en casos leves, habitualmente se usa itraconazol.

En casos de aspergilosis invasivas se opta por usar anfotericina B intravenosa. Debido a la


gran toxicidad de la anfotericina B en ocasiones se tiende a usar derivados lipídicos, como
la anfotericina liposomal, el complejo lipídico y la dispersión coloidal. Estas formulaciones
disminuyen de forma muy importante la toxicidad y permiten administrar dosis mucho más
elevadas.

Otros medicamentos usados para el tratamiento de la aspergilosis son el voriconazol por


vía intravenosa, la caspofungina, micafungica, anidulafungina y el posaconazol.

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