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De modo que no vamos a hablar de nada demasiado nuevo, sólo que en nuestro
agitado Siglo XXI, la literatura para los niños tiene formas especiales de manifestarse,
porque los textos atraviesan un complejo camino desde la producción en manos de un
artista hasta su edición y distribución en las librerías.
Intentemos acercarnos a una definición. En primer lugar podemos afirmar que se trata
de una forma particular de comunicación lingüística en la que un escritor, hace nacer
de su imaginación una historia, un poema, una obra de teatro. Su deseo es que
muchos lectores disfruten de su creación. Para poder llevar a cabo su proyecto,
necesita adquirir conocimientos relacionados con las normas de la gramática y de la
sintaxis de la lengua que empleará en su producción. Además debe poseer saberes
vinculados con la historia y la cultura de su propio tiempo y de tiempos pasados.
∗ Favorecer en todo el mundo que los niños tengan acceso a libros de gran calidad
literaria y artística. La habilidad para leer y llegar a ser lectores entusiastas e
informados hace que los niños tengan igualdad de oportunidad y que puedan
superar los retos que enfrentan en la sociedad de hoy. El analfabetismo es
problema no sólo de los países en vías de desarrollo, sino también, en grado cada
vez mayor, de las naciones industrializadas.
∗ Apoyar y formar a quienes trabajan con niños y jóvenes con la literatura para
niños.
En nuestro país existen diferentes asociaciones relacionadas con la promoción del libro
de literatura infantil:
De modo que los niños se relacionan con la literatura como parte una actitud lúdica en
el mundo, como un juego más que ahora está presente en la voz de la maestra, o en
un film, o en un libro con imágenes. Este criterio de elección fue considerado válido a
partir de las investigaciones sobre la infancia que abrieron las puertas a un tipo de
literatura apartada de cánones didactistas o moralizantes. Es decir, cuando los niños
aparecieron claramente como personas, como sujetos de derecho, se intensificó la
producción de libros que provocaran realmente el DESEO DE LEER en ellos.
Los personajes literarios más atractivos son por lo tanto los que juegan, los que
quiebran el orden establecido, los que se aventuran y descubren Otros Mundos, sufren
vicisitudes, pero salen airosos de esas circunstancias. El bosque es atractivo, pero el
Lobo no tiene por qué comerse a nadie como castigo al atrevimiento de apartarse del
sendero. A los niños les gustan los seres imaginarios, los perros voladores, los ratones
que van a la luna en barrilete, los caracoles que se sacan su casita libremente. En una
palabra: la exageración, lo fantástico, la ruptura definitiva de las fronteras de lo real.
Literatura y juego
Rodari valoriza los procesos de identificación con los personajes y con las situaciones
de la ficción. Mientras lee, el niño juega a sentirse un huérfano, un pirata aventurero,
un cowboy, un explorador. Lee para jugar con las palabras según su deseo y los
caprichos de su imaginación. Rodari condena los libros infantiles siervos de mandatos
escolares, escritos para transmitir una idea, un saber, una norma. Esos libros no sirven
para formar un lector, y no pueden ser considerados como parte vital de una biblioteca
infantil.
“El niño, durante su crecimiento, atraviesa una fase en la que los objetos le sirven
sobre todo como símbolos. Es la fase en la que se instituyen las funciones simbólicas
del lenguaje y del juego para convertirse en componentes de la personalidad. A esta
fase, a tales funciones, es la lo que se liga el trabajo del escritor para niños.
Sustancialmente construye objetos para el juego; es decir juguetes hechos de
palabras, de imágenes, también de madera y plástico, pero son juguetes. Tienen la
eternidad de la pelota y de la muñeca”.
Los primeros pasos en este camino hacia un lenguaje liberador de la energía lúdica del
niño los dio en Argentina la autora María Elena Walsh, expulsada del ámbito de la
escuela pública durante la dictadura militar (1976-1983). Su literatura, fuertemente
ligada a la tradición de las rimas y los nonsense ingleses, generó una línea de
producción que recibió muchos rechazos en los ámbitos más rígidos de la educación
pública.
María Elena Walsh, poetizadora del habla infantil, activó el juego con el lenguaje,
levantó el telón para que aparecieran ante los ojos infantiles una vaca estudiosa, una
tortuga viajera, una regadera que reinventa su contenido en manos de Felipito
Tacatún. Y ese mundo de ficción abrió el camino hacia una literatura verdaderamente
infantil, desprendida de su rol moralizante.
La relación de los niños con la literatura comienza en los primeros meses de vida. Las
milenarias canciones de cuna son testimoniales de un saber humano que no nació del
ámbito a académico sino de lo más humano de los seres humanos, de lo emocional, de
la necesidad de estrecharse con el bebé para sentirlo y dejar que él comparta las
emociones del adulto que lo mece.
Esta sublime iniciación a la palabra poética seguirá su rumbo a medida que el niño
crece y toma contacto con libros de cuentos, poemarios, cancioncillas, rimas. Estas
prácticas de vinculación con la literatura son consideradas en la actualidad
imprescindibles en la construcción de la subjetividad infantil, un arma poderosa en la
defensa de su integridad frente a la sociedad, el andamiaje indispensable para armar
un capital simbólico, fuente de la autonomía y del pensamiento crítico.
“Este prodigio cotidiano, cuyas señales externas son una atención y una distracción
extremas, produce un placer muy intenso, uno de los pocos que ha inventado la
cultura.”
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“En cuanto el lector domina los mecanismos de la lectura, puede aislarse cuando lo
desea, construir paso a paso, un universo en el que se sienta a sus anchas, negar y
abolir, por cierto tiempo, el mundo real.”(4).
¿Qué tenemos en los “ojos” de adentro para aceptar o descartar los libros que les
vamos a ofrecer a los niños del Nivel Inicial?
La literatura habla de las cosas que conmueven, que estimulan el pensamiento sobre
lo que nos está pasando, que arranca sonrisas o lágrimas, y que deja como única
enseñanza, ese contacto con la palabra que abre un mundo nuevo, desconocido tal
vez, antes de leer ese texto. Pertenece al campo de la creación artística en el que no
existen moldes establecidos. La trama de un texto responde a saberes muy íntimos de
su creador, y ninguna academia del mundo puede enseñar ese saber.
La tarde equivocada
se vistió de frío.
Al cerrar los ojos, podemos ver una tarde vestida de frío, y cada cual verá su propia
tarde, tal como ese paisaje golpee en el interior del lector. ¿Quién podría dudar de la
perfección de esta imagen que perdura a través del tiempo cuando su autor ya no está
entre nosotros?
Un gran tema es la organización sintáctica del texto narrativo. Las oraciones muy
extensas, con gran cantidad de información apretujada, no permite el acceso fácil del
niño que escucha. Los textos para los primeros años, que son los que aquí nos
interesan, deben transmitir las ideas de manera coloquial. Pero esto no quiere decir
que no exista profundidad, pensamientos profundos.
Otro aspecto es la representación de infancia del escritor, su conocimiento sobre la
manera como los niños pueden ingresar a la ficción. Este saber se logra con buena
bibliografía, pero también con el contacto real con los interlocutores.
La pedagogía nos brinda también herramientas para conocer los centros de interés
temáticos en cada etapa evolutiva, y nos permite saber que se van modificando a
través del tiempo, y que pueden ser una constante aún en diferentes contextos
culturales. Así sabemos que a los bebés les atraen más las historias en las que se
ponen en juego un personaje infantil y un objeto conocido- una pelota, un pájaro, un
mariposa- o una figura femenina que pueda asociar con su mamá verdadera o
sustituta.
A medida que avanzamos en el tiempo, encontramos a los niños de dos o tres años.
En esta edad disfrutan de narraciones en las que intervienen más personajes y los
hechos del cuento suceden en espacios que les gusta recorrer: la plaza, la calesita, el
mar. Es decir, aparece el interés por espacios exteriores en los que pueda producirse
una aventura de la que puedan sentirse protagonistas. Eligen con frecuencia
personajes que se disfrazan y engañan a otros, y situaciones lúdicas en las que ya no
está presente el adulto.
Los niños de cuatro y cinco años, se inclinan por los elementos mágicos o
sobrenaturales, como los que aparecen en los cuentos tradicionales. Nace la curiosidad
por temas más complejos: el amor en la pareja, la sexualidad, los nacimientos, la
muerte, las aventuras en lugares extraños, y toda historia en la que los protagonistas
se alejan de la tutela familiar y atraviesan por sí mismos las dificultades o las
amenazas del mundo exterior.
Podemos observar que existe un tránsito de la dependencia absoluta del bebé con el
mundo adulto hacia la incipiente autonomía de los niños al llegar a los cinco años,
previa al comienzo de la escolaridad primaria. Y este tránsito natural se ve reflejado en
estas tendencias por determinado tipo de libro de literatura. Pero atención: nunca
tendremos fórmulas definitivas, porque no existen dos niños iguales. En lo que se
parecen todos, a cualquier edad, es por el inmenso placer que les producen las
historias que los transportan a un mundo diferente, con provocaciones a su
imaginación, a su sonrisa, y también a su emoción más oculta. Les gusta, como al
público lector adulto, que los asombren.
La literatura para niños, como el resto de las obras de literatura, muestra una extensa
variedad de encuentros y desencuentros de ideas expresadas a veces en un simple
relato. En “Cenicienta” aparece una jovencita que padece el maltrato de una mujer
cruel, que le impide asistir a un baile para encontrar...¡al príncipe soñado! El conflicto
se resuelve por intervención de un hecho maravilloso, mágico. Llega el hada, la
convierte en una bella mujer, bien vestida como corresponde, y allá va, a buscar la
felicidad. Y la encuentra en un abrir y cerrar de ojos, porque con solamente cruzar
algunos bailes con el bello príncipe, la historia de amor queda conformada. El texto
afirma que la b belleza y la buena vestimenta es la única garantía de encontrar el
amor. ¿Será esto cierto?
La búsqueda de una sociedad más libre, más cercana a la naturaleza, sin ideologías
extremistas, hace que el adulto transmita sus inquietudes al lector-receptor de su
obra, quizá en un intento de advertir y concienciar, en el cual, en el fondo, se percibe
un gran sentimiento de culpabilidad hacia el mundo de los adultos que necesitan que
los jóvenes vayan cambiando poco a poco algunos principios, erróneos, que ellos han
establecido.
El lector se sentirá como protagonista de muchas historias que lee: desconcertado con
lo que tiene ante sus ojos, preocupado por el futuro que hereda y esperanzado con la
idea de no cometer los mismos errores que sus padres.
Extraído del artículo “Literatura con valores” de Ana Garralón.Crítica literaria y escritora
española. Publicado por la Revista La Mancha Nro.17.Noviembre 2003.pag.7
Para esta etapa etaria -tres meses a dos años- contamos en la actualidad con una
inmensa cantidad de ofertas de material literario con diseños acordes a las
posibilidades de manipulación de niños pequeños. Libros de tela, de plástico y de
cartón plastificado con las puntas redondeadas para que no se lastimen.
También es posible su fabricación artesanal recurriendo a recortes de telas de colores
brillantes que pueden disponerse en forma de libro. Cada hoja de tela es una página
en la que la creatividad del artesano colocará siluetas que representen una flor, un
conejo, o tal vez una manzana. Los colores intensos atrapan la atención del niño y en
estos contrastes de figura y forma buscará significados que pueden o no coincidir con
lo representado
Podemos seleccionar libros de imágenes que no “cuentan” una historia, pero que
invitan a la exploración de las ilustraciones por parte de los lectores y esta práctica
resulta atractiva para descubrir un universo de colores y formas que no son
necesariamente familiares o no habitan el mundo de la realidad, son personajes de la
ficción literaria
Pero también está presente la literatura, las primeras historias, que aparece con
construcciones narrativas breves y gramaticalmente pensadas para los bebés. En estas
formas literarias muy sencillas, es probable que aparezca un personaje central: un
niño, un oso, un ratón, que debe resolver un pequeño conflicto. Predomina el humor,
el disparate, el juego.
En un proceso que varía en cada niño, la oferta de libros avanzará con secuencias más
extensas y más complejas, con más personajes. La tarea de lectura representará
nuevos esfuerzos de relacionar cada momento de la historia, la sucesión espacio-
temporal, y se puede guiar al niño para que observe que lo que sucede en cada página
se vincula con la página anterior y con la siguiente.
Bibliotecas en el Jardín
Para niños de tres, cuatro y cinco años.
Los Jardines de Infantes, salitas de 3 a 5 años, intentan ofrecer hoy bibliotecas de sala
con buen material, libros jóvenes, con historias movilizadoras, humorísticas, o
emotivas y tiernas. Otras en cambio promueven la reflexión sobre temas dolorosos,
como la muerte, la pobreza, la exclusión social. Todos los temas son adecuados para
la infancia, todos sin excepción.
En estos primeros años de vida, la lectura frecuente, y el permiso para tocar los libros,
instalan un hábito, aunque la palabra nos moleste, y obliga a la permanente
actualización de los estantes a medida que los lectores van conociéndolos. Llegará
también el día de ir a la Feria del Libro Infantil, y los que ya están entrenados,
buscarán lugares para sentarse a leer, aunque en esta primera etapa lectora, leer
suele ser la acción de inventar lo que fluye de las imágenes y establecer asociaciones
con la palabra del adulto que en algún momento haya transmitido el contenido que
expresa la escritura.
La articulación que construye un puente entre la etapa del Nivel Inicial y la escolaridad
primaria es todavía dificultosa, compleja en todas las áreas, pero hoy nos preocupa
especialmente la lectura. Un niño que se acostumbró a revisar por sí mismo libros de
literatura, tal vez con formas precarias todavía en la decodificación, pero con
autonomía, no debería notar diferencias cuando ingresa a primer grado. Sabemos que
no es así. A veces falta material, otras el docente no está preparado para sostener la
biblioteca del aula con los mismos criterios pedagógicos que existían en la sala de 5
años.
Propósitos
∗ Difundir la Literatura Infantil de nuestros autores argentinos y latinoamericanos.
Objetivos
∗ Diferenciar autores por su estilo de escritura.
Contenidos
La literatura no ha sido creada para enseñar un contenido. El discurso literario es
básicamente subjetivo, responde a miradas íntimas y profundas de un creador. Nada
de lo que se relata en un cuento es verdadero, por lo tanto no hay algo para
“enseñar”. La transmisión de contenidos corresponde al discurso informativo,
instructivo, o descriptivo. Cada obra literaria es en si misma un “contenido”: su sentido
artístico.
Jorge Luis Borges solía decir que la literatura “no se enseña, se comparte”.
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(1)International Board on Books for young People. Zurich.1994.24º Congreso de
Literatura infantil y Juvenil.Sevilla España.
(2)Rodari, Gianni.Gramatica de la fantasía.Introducción al arte de invesntar
historias.Primera Edición en italiano: 1973.Primera Edición Española: Noviembre de
1976.Editorial Avance.
(3)Rodari,Gianni.”La imaginación en la literatura infantil”.Artículo publicado en Piedra
Libre.Revista de literatura infantil.Año I.Nro.2.1987.pag.5 y 6.
(4)Soriano, Marc.”La literatura para niños y jóvenes.Guía de exploración de sus
grandes temas.”Trad.de Graciela Montes.Ediciones Colihue.1995.pag.374.
(5)García Lorca, Federico.”Mariposa del aire”.Buenos Aires.Colihue.1987.
ANEXOS PARA LA REFLEXIÓN
Anexo l.
Literatura y Derechos Humanos
Marc Soriano(*)fue uno de los más prestigios investigadores del campo de la literatura
para niños en Europa. Italiano de origen desarrolló su trabajo en Francia donde se
vinculó con otros profesionales de la literatura infantil y especialistas en el tema de la
pedagogía de la lectura. Su visión sobre los niños, los jóvenes y los libros, ha
impactado de manera singular en los especialistas del área que trabajan en Argentina
y su obra se emplea en la formación docente en profesorados y cursos de formador de
formadores.
“La literatura infantil para niños y jóvenes”, libro que muestra su laborioso trabajo con
la cultura para la infancia, fue publicada por primera vez en 1975 y luego
constantemente actualizada en torno a diferentes temas relacionados con la literatura,
la lectura y los niños. Sus investigaciones muestran que el estudio de la literatura
infantil es siempre una tarea en gestación, expresión del tejido social, de sus actores,
terreno de luchas agitadas, de debates tácitos, juego entre lo imaginario y lo real,
entre el sujeto y su época. En la actualidad contamos con la traducción y notas de la
autora Graciela Montes.
Diversos testimonios han coincidido en revelar, con treinta años de atraso que, al
terminar la Segunda Guerra Mundial, miles de huérfanos ingleses fueron deportados a
Australia y a otras colonias británicas y utilizados como mano de obra para trabajos
pesados, que excedían sus fuerzas. Pero eso no es todo. En Tailandia o en Filipinas,
los padres, impulsados por la miseria, venden o alquilan a sus hijos a ciertos
empresarios y por lo general no ignoran que de esa manera están entregando a sus
hijos e hijas a la prostitución. En Bangkok hay 200.000 niños de ambos sexos que
ejercen la prostitución y 800.000 en Tailandia; un 40% de ellos ya tienen el virus del
SIDA. El gobierno tailandés jamás se opuso a estas prácticas en los últimos veinte
años, argumentando que el “turismo sexual” era uno de los principales recursos del
país; sólo a partir de 1993 parece haber comenzado a cuestionar esta política
insensata.
Por cierto, el niño tiene sus deberes con respecto a sus padres, sus hermanos, sus
compañeros, sus maestros y la sociedad, en general, pero, al igual que el Tercer
Estado en vísperas de la Revolución Francesa, también tiene sus derechos que a
menudo resultan silenciados o violados.
Tiene derecho a tener una familia, un techo, alimentación suficiente. Tiene derecho a
recibir información y educación, no importa cuál sea el color de su piel. Tiene derecho
a que se respete su cuerpo y su integridad física y tiene derecho, por fin, a una
formación y una capacitación acorde con sus aptitudes y sus gustos, que le permitan
en el futuro encontrar trabajo.
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(1)Soriano, Marc.La literatura para niños y jóvenes.Guía de exploración de sus
grandes temas”.Traducción y notas a cargo de Graciela Montes.Ediciones
Colihue.1995. Pag.423
(*)Marc Soriano fue Profesor de Filosofía, doctor en Letras, miembro de la
Resistencia Francesa, Gran Premio de la Academia de Francia. Su libro “Los cuentos
de Perrault” le valió el Premio Saint-Beauve.
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Anexo ll
Literatura y alfabetización
Sin duda Emilia Ferreiro es un nombre familiar, reconocido por todos los profesionales
vinculados con la educación en el Nivel Inicial. Sin embargo, resulta interesante en el
actual conflicto de reducción presupuestaria que padece la Escuela Pública Argentina,
mencionar algunos de sus conceptos sobre la calidad de la alfabetización en tiempos
de crisis económica.
También los autores de libros para niños han realizado valiosos aportes al tema y su
palabra merece ser conocida y difundida en el ámbito de la educación pública. Graciela
Montes no puede dejar de ser mencionada y su pensamiento nutriente nos convoca a
la reflexión:
“¿Cuáles son las ideas, las fantasías y las expectativas que nuestra época deposita en
los libros, en la lectura, en las escenas lectoras(si es que deposita algunas) ?¿Por qué
nos parece tan necesario salir a predicar que leer es bueno?
Por un lado, no puede llamar la atención que lo hagamos, que salgamos a defender la
lectura, ya que vivimos literalmente sumergidos en la letra. Nuestro mundo es un
mundo escrito, aunque haya amenaza de extinción de lo que lamamos “lectores” y
“lectura”. Leer se leen -hay que leer- muchísimas cosas, desde un poema, una novela
o un ensayo, a diarios y revistas, manuales, enciclopedias, diccionarios, un folleto, la
lista de compras, la guía telefónica, el horario de los trenes, las indicaciones de
pantalla de las computadoras, catálogos, carteles indicadores y publicitarios, cartas,
facturas de servicios, etiquetas, el menú de un restorán, inscripciones diversas -
grabadas en la piedra o pegadas en un más a la puerta de la heladera -, recetas o
fórmulas químicas y matemáticas. El camino de la letra ha sido hasta ahora arrollador
e irreversible.
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(1)Ferreiro, Emilia.Alfabetización.Teoría y práctica.Ed.Siglo veintiuno.1998.Pag.178.
(2)Montes, Graciela. “El mundo como acertijo”.Conferencia en el Congreso de Lectura.
Montevido. Abril del 2001.