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RELECTURAS VICENTE BATTISTA CUENTO

Aguafuertes César Basura para


porteñas, Tiempo: las gallinas,
de Roberto Libros y de Claudia
Arlt alpargatas Piñeiro
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SUPLEMENTO LITERARIO TELAM I REPORTE NACIONAL AÑO 1 I NÚMERO 1 I JUEVES 8 DE DICIEMBRE DE 2011

EL CRONISTA
ACCIDENTAL
o
JUAN MARTINI
éner

A
sí como he comenza-
ro do a pensar que en

tu los diarios de escrito-

l fu res se encuentran lecciones


inesperadas pero inoxidables
a
el cu

gó sobre el arte de narrar, también


se me viene ocurriendo que el
un g

lle cuento es un género que supera-


rá a la novela. Yo no soy un buen

ue cuentista y he tratado de disimularlo


a lo largo de trece novelas. Rescato,
q de todas maneras, mi último libro de rela-
tos, Rosario Express, porque los cinco textos
que reúne tienen algo, quizás poco pero
algo, de la condensación y la virtud que
me parece que tienen los grandes cuentos:
los de Flannery O’Connor, por ejemplo, los de He-
mingway y Faulkner; y, por aquí nomás, los de Bor-
ges, Cortázar, Silvina Ocampo o Ricardo Piglia.
El cuento literario –pensado para ser escrito, a
diferencia del cuento que pasa de voz en voz en la
tradición ora– se remonta, dicen, como mínimo al
ento

Antiguo Egipto y ha llegado hasta hoy en plena for-


ma. La novela, en cambio, nacida con el Quijote, y
como una parodia, en
1605, se viene desdibujan-
do y, ya casi sin aire, no son
pocos los que creen que es-
tá dando sus últimos pasos
como género: cubrió poco
más de cuatro siglos. Y el
cuento la sobrevivirá. Se
trata, quizás, de un proble-
ma de géneros.
Borges dice en El arte
de contar historias –una
de las seis conferencias

SIGUE EN
LA PÁGINA 2
GRISELDA GAMBARO CUENTOS DE NAVIDAD Colombia y México. Además en
La dramaturga Griselda Gambaro Veinte escritores de América la edición de Planeta México,
dijo en el Teatro Nacional Latina y España, entre ellos los participan el peruano Santiago
Cervantes que “la disculparan argentinos Federico Andahazi, Roncagliolo, los mexicanos
por el abuso de haber escrito Andrés Neuman y Rodrigo Élmer Mendoza y Pedro Ángel
tanto”, en la presentación de su Fresán, retoman a la tradición de Palou, los colombianos Santiago
obra completa, publicada por La Charles Dickens en la compilación Gamboa y Héctor Abad
Comisión Nacional de Bibliotecas de historias “El último árbol”, que Faciolince y los españoles José
Populares (Conabip). se publicará en Argentina, Ovejero y Elvira Lindo.

2 REPORTE NACIONAL SLT JUEVES 8 DE DICIEMBRE DE 2011

el cuento
un género que llegó al futuro
VIENE DE LA TAPA Estos despliegues, agrego, se ha- que hoy llamamos verosimilitud. procedimientos, que son los que
cen también posibles en el hecho “Casi todos los cuentos que he lo instalan como indispensable. Y
dictadas en la Universidad de de que el apunte de Chejov es ya, escrito pertenecen al género lla- esta conquista no es menor en una
Harvard en 1968 y reunidas en el en sí mismo, un cuento. mado fantástico por falta de me- civilización lanzada hacia el vérti-
libro Arte poética– que toda narra- Flannery O’Connor, que hizo jor nombre, y se oponen a ese fal- go, en un presente que anuncia ya
ción cuenta dos historias; y da co- esfuerzos de claridad impagables so realismo que consiste en creer el fin del libro en papel, y en el rei-
mo ejemplos la Eneida de Virgi- para transmitirle a los estudiantes que todas las cosas pueden descri- no sin fronteras pero sin mucho
lio, la Ilíada y la Odisea atribuidas sus intuiciones ardientes sobre el birse y explicarse como lo daba espacio para los largos discursos
a Homero, y los cuatro Evange- arte de contar cuentos dice: “La por sentado el optimismo filosó- que es el de la Web 2.0. En este
lios. Borges dice que en la histo- novela funciona mediante una fico y científico del siglo XVIII”, punto hay que animarse a pensar
ria de Troya se cuenta la aventura acumulación de detalles más len- dice Cortázar en Algunos aspec- que el cuento es y será cápsulas de
de Aquiles, que ataca una ciudad ta que el cuento. El cuento requie- tos del cuento. Y coincidiendo a literatura concentrada y de libera-
que no conquistará porque mori- re procedimientos más drásticos su manera con Flannery O’Con- ción lenta de sus efectos. Algo así
rá antes, y la historia de los hom- que la novela porque hay que rea- nor sobre el principio de realidad como una compensación, un oa-
bres que defienden la ciudad y sa- lizar más en menos espacio. Los que debe atravesar el fantástico sis o un bálsamo.
ben que la guerra está perdida... detalles tienen que llevar un peso dice en Del cuento y sus alrededores: “Hay algo en el final de un
Piglia trabaja con la misma más inmediato” (Naturaleza y fin “Descubrir en una nube el perfil cuento –dice Piglia– que estaba en
Un hombre, en idea y la primera tesis en su ensa- de la literatura). Y dice: “La narra- de Beethoven sería inquietante si el origen, y el arte de narrar con-
yo Tesis sobre el cuento es que un tiva es un arte que exige la más ce- durara diez segundos antes de siste en postergarlo, mantenerlo
Montecarlo, va al cuento siempre cuenta dos histo- losa atención a la realidad, tanto si deshilacharse y volverse fragata o en secreto y hacerlo ver cuando
rias: una visible y otra secreta. Y se escribe un cuento naturalista paloma; su carácter fantástico só- nadie lo espera”. No así en la no-
casino, gana un parte de un apunte en los cuader- como si se escribe uno fantástico. lo se afirmaría en caso de que el vela. Un final errado en una nove-
nos de Chejov: “Un hombre, en Quiero decir que siempre empe- perfil de Beethoven siguiera alli la puede llegar a disculparse. Pero
millón, vuelve a su Montecarlo, va al casino, gana un zamos con lo que constituye, o tie- mientras el resto de las nubes se el género se debate ahora entre
millón, vuelve a su casa, se suici- ne, una evidente posibilidad de conduce con su desintecionado dos extremos: la fidelidad a un ca-
casa, se suicida. da”. La historia del suicidio, dice verdad. Incluso cuando se escribe desorden sempiterno.” non aristotélico y la experimenta-
Piglia, sería narrada por Kafka en un relato fantástico, el punto de Leer y/o escribir cuentos tiene ción sin límites. A lo largo de todo
primer plano y con toda la natu- partida adecuado es la realidad. las ventajas de la corta y media dis- el siglo XX fue así. Y hay grandes
ralidad. Lo terrible estaría centra- Una cosa es fantástica porque es tancia. El horizonte es visible o ca- novelas en cualquiera de esas dos
do en la partida jugada por el tan real, tan real, que es fantástica” si visible y la digresión típica de la vertientes principales y en las in-
hombre esa noche, narrada de un (El arte de escribir cuentos). Y Flan- novela debe ajustarse a una pro- termedias. Y un montón de nove-
modo elíptico y amenazador. Y nery subraya la condición de vera- porción ejemplar. La excelencia las detestables. El cuento apuesta,
también desliza cómo escribirían cidad que reclama cada historia, del cuento depende menos de sus cuando acierta, por el futuro. Y el
ese cuento Hemingway y Borges. entendiendo ella por veracidad lo temas que del virtuosismo de sus futuro ya llegó.

RELECTURAS

Aguafuertes porteñas, de Roberto Arlt


tantes del siglo XX. Están los pi- sagra en la historia argentina) pu- como no podía faltar en quien la li-
bes, los trabajos de la adolescen- blicó unas mil quinientas estam- teratura fue su pasión y su sino, la
MARIO cia y los pequeños malandrines de pas de la ciudad que lo conmovía. reflexión lingüística y literaria (“El
GOLOBOFF El juguete rabioso, los alucinados Con un humor agudo y muchas idioma de los argentinos”, “La in-
de Los siete locos-Los lanzalla- veces ácido, examinó los caracte- utilidad de los libros”, “Hacen fal-

H
eredero no siempre in- mas, los raros y deformes de El jo- res ciudadanos, los radiografió, los ta libros baratos”).
voluntario del español robadito, las mujeres, los dobles, desnudó; fue componiendo un Fundador de la novela urbana
Mariano José de Larra, y las audacias de sus piezas teatrales fresco de idiosincrasias, picardías, en el Río de la Plata, audaz defen-
de nuestros Fray Mocho y Payró, (Saverio el cruel, El fabricante de maldades y bondades populares, sor de una lengua literaria sin acar-
Arlt traza un cuadro de costum- fantasmas, La isla desierta…). donde cada uno hablaba su len- tonamientos, encuentra al “sque-
bres, de trabajos, de defectos y psi- Entrado el año ’28, Arlt aban- guaje, y la ciudad se extrovertía. num” en Donato Álvarez y Riva-
cologías que lo convierte en im- donó el mítico diario Crítica, don- Las Aguafuertes pasean la mi- davia o en Triunvirato y Canning;
prescindible para quien quiera de había trabajado como cronista rada descriptiva (“Molinos de vien- al “fiacún” desde la Boca a Núñez ¿Existe, existió esa ciudad? O,
adentrarse en la Buenos Aires de los policial, e ingresó a El Mundo por to en Flores”, “Amor en el Parque y al que “se tira a muerto” en cual- caminada por todos los barrios, es
40, la que precedió al peronismo. iniciativa de su director, Alberto Rivadavia”), la nota costumbrista quier “feca” de Flores o en “Am- la nostalgia de un espacio celeste
Es también el generoso borra- Gerchunoff. Comenzó allí una (“Los tomadores de sol en el Botá- bos Mundos”, allí donde están al- donde Erdosain, el Rufián Me-
dor de sus grandes obras: allí es- prolífica tarea que cumpliría con nico”, “Persianas metálicas y cha- rededor de la misma mesa, “jugan- lancólico e Hipólita juegan su far-
tán, en ciernes, los tipos, los con- el entusiasmo y la energía literaria pas de doctor”), la crítica social do a los naipes o al dominó, volte- sa contra un orden social y moral,
flictos, los delirios y fantasmas de que siempre lo impulsaron, y du- (“Aristocracia de barrio”, “Padres ando dados o una moneda”, el ne- lanzándole dolorosas llamas de
uno de los escritores más impor- rante varios años (de verdadera bi- negreros”, “Hospital Rawson”) y, gro Cipriano y el Pibe Repollo. renovación.
Los cajetillas son unos EL CAJETILLA cultura. Los cajetillas son
desamorados locamente “Él tiene que brillar siempre. unos desamorados locamente
enamorados de sí Luego, de la peluquería al vaivén enamorados de sí mismos...
mismos... Aspiran a la sin cambiar de tren. El vaivén es Aspiran a la gloria de la
gloria de la frivolidad. el de calle Florida... Más tarde frivolidad. Todos o casi todos
irá a bostezar a una conferencia dan la impresión de tener linfa
César Tiempo, El cajetilla y porque de vez en cuando en las venas, esa especie de
otros especímenes de la
conviene hacerse ver hincándole agua muerta que no levanta
fauna porteña, 1974.
el diente a la jalea real de la espuma...”

JUEVES 8 DE DICIEMBRE DE 2011 SLT REPORTE NACIONAL 3

LIBROS

Libros y alpargatas El prisionero


del cielo
había sido absorbida por la CGT.
Me aguanté el resentimiento y el
VICENTE odio de todas las fuerzas liberales,
BATTISTA pero me di el gusto de hacer un
buen suplemento. No me obliga-
ron a afiliarme, llevé como diagra-
Israel Zeitlin, conocido mador a un comunista. Publiqué
bajo el seudónimo de a Quasimodo, a Neruda, a Ga-
briela Mistral, a Amaro Villanue-
César Tiempo, nació en va, que era candidato a goberna-
1906 en Ucrania. dor de Entre Ríos por el Partido
Comunista”. Cuando alguien ob-
Desde los quince años jetaba alguna nota publicada, Cé-
escribió poemas y sar Tiempo señalaba que eso “era
lo convenido con el general Pe-
cuentos; su primera rón, que él quería una apertura ha-
revista apareció en cia todas las corrientes ideológi- El prisionero del cielo
cas. En aquel tiempo, en el pero- Carlos Ruiz Zafón
1924: Sancho Panza. nismo estaba en onda un término Planeta, 2011, 248 páginas.

Vinculado al Grupo de para rechazar a la gente que no in-


teresaba, ‘No corre’, atribuido ca- l prisionero del cielo, la nue-
Boedo, publicó los prichosamente al general. A mí
me parecía que era puro grupo, así
E va novela y parte de la exi-
tosa saga del escritor español
Versos de una... bajo el
que empecé a usar lo contrario, Carlos Ruiz Zafón saldrá a la
seudónimo de Clara ‘corre por orden del general’, y venta el 17 de noviembre en
Beter, logrando una todo iba bien. A nadie se le ocurría España y Latinoamérica si-
preguntárselo. ” multáneamente, tras un acuer-
enorme repercusión. CÉSAR TIEMPO. CON LA LIBERTAD DE TRABAJAR Y PENSAR EN LITERATURA. Para comprobar la calidad del do en la última feria del libro
suplemento basta con cotejar los de Frankfurt.
rotograbados (así los llamaban) de Esta es la tercera entrega de

E
n 1926, Israel Zeitlin, era to, se publicaron de inmediato y so. Hubo vanos intentos de encon- La Nación y de La Prensa entre una tetralogía de novelas in-
un joven de 18 años que pocos días después el crítico uru- trarla en la pensión de Rosario, 1952 y 1955. Mientras el diario de terconectadas y ambientadas
para firmar sus cuentos y guayo Zum Felde en El Día, de donde se sospechaba que vivía. Fi- los Mitre persistía en cantarines en una Barcelona misteriosa y
poemas había elegido llamarse Montevideo, comentó la desga- nalmente se supo la verdad y ese sonetos de encumbradas señoras, gótica que van desde la era de
César Tiempo. De ese seudónimo rradora tragedia de esa descono- episodio literario quedó como uno el suplemento de La Prensa, publi- la revolución industrial hasta
nacería un heterónomo, Clara cida. Todos, por supuesto, quisie- de los más ricos y singulares de la caba poemas de Odas Elementales los años posteriores a la guerra
Beter, que iba a causar estupor en ron saber quién era y dónde se en- época. Un cuarto de siglo más tar- que el propio Neruda le había en- civil española.
estas tierras a comienzos del siglo contraba Clara Beter. de, César Tiempo iba a ser nueva- tregado a César Tiempo, daba a La salida de este libro está
XX. Todo comenzó como una César Tiempo se vio obligado mente protagonista de otro episo- conocer los primeros textos de considerada como uno de los
broma literaria que César Tiem- a darle vida real a una figura exclu- dio igualmente rico y singular. Vasco Pratolini, rescataba a Ro- sucesos literarios del año, da-
po decidió jugarle a sus amigos del sivamente literaria. Así lo cuenta: El 12 de abril de 1951, luego berto Arlt o se refería al arte sutil do que las obras de Ruiz Zafón
Grupo Boedo. Desde las páginas “A partir de ahí tuve que seguir in- de una larga y violenta huelga en de Marcel Proust. Estos son ape- se publican en 50 lenguas en
de la revista Claridad, que ellos ventando, le asigné a la autora un La Prensa, en la que hubo que la- nas botones de muestra de lo pu- los cinco continentes y han
editaban, se proclamaban partida- domicilio legal en una pensión de mentar la muerte de un obrero blicado por César Tiempo hasta vendido millones de ejempla-
rios de la literatura social y hacían la calle Estanislao Zeballos, de gráfico, el Gobierno Nacional, septiembre de 1955. res alrededor del mundo.
gala de estar comprometidos con Rosario, donde se hospedaba un por Ley 14.021, se apropió del Desde sus comienzos, al go- Previamente publicó La
las clases populares ¿De qué mo- íntimo amigo mío. El improvisa- diario, que meses después reapa- bierno peronista lo acompañó un sombra del viento (Planeta,
do conmover a anarquistas y co- do corresponsal era el encargado recería como órgano de la CGT. anatema lamentable: “Alpargatas 2002) y El juego del ángel (Pla-
munistas, devotos lectores de de enviar desde Rosario los nue- Un año más tarde, el general Pe- sí, libros no”. La frase, dicen, fue neta, 2008), dos historias au-
Dostoievski? ¿Quién mejor que vos poemas a Claridad”. Los ver- rón le propuso a César Tiempo acuñada por el diputado socialis- toconclusivas que comparten
una mujer para resumir los dolo- sos se multiplicaban –“La luz de que se hiciera cargo del suple- ta Américo Ghioldi, a partir de su personajes y escenarios.
res del mundo? ¿Qué mejor que este prostíbulo apuñala / las som- mento cultural. Era todo un desa- propio libro, “Alpargatas y libros El prisionero del cielo trans-
esa mujer fuera, además, prostitu- bras de la calle” o “Soy simple- fío: César Tiempo, de conviccio- en la historia argentina”, editado curre en la Barcelona del año
ta y poeta? Una tarde, amparados mente una puta. / Otra mujer na- nes socialistas, debía ponerse al en 1946. Por fortuna, ciertos he- 1957 donde Daniel Sempere y
en el anonimato, llegaron a la re- cida de la costilla de un hombre”– frente de una sección de un diario chos históricos suelen esclarecer- su amigo Fermín, los héroes
dacción de Claridad los primeros y con ellos la devoción por la poe- netamente peronista. se: César Tiempo, otro hombre de La Sombra del Viento, regre-
versos de Clara Beter: “Me entre- ta. En 1927 se reunieron en un li- Así lo recuerda el propio César también de ideas socialistas, supo san nuevamente a la aventura
go a todos, más no soy de nadie; / bro, Versos de una p…, que superó Tiempo en un reportaje que el 10 poner las cosas en su lugar y, de para afrontar el más grande
para ganarme el pan vendo mi los 200.000 ejemplares de venta y de diciembre de 1972 le hiciera paso, demostrar que por aquellos desafío de sus vidas ante la apa-
cuerpo. / ¿Qué he de vender para fue traducido al alemán. Osvaldo Soriano para La Opinión años nunca hubo alpargatas que rición de un inquietante per-
guardar intactos / mi corazón, mis La curiosidad por conocer a la Cultural: “En 1952 empecé a diri- derogaran a los libros ni libros sonaje que les devela un aterra-
penas y mis sueños?”. Por supues- prostituta-poeta crecía sin descan- gir el suplemento de La Prensaque que suprimieran a las alpargatas. dor secreto.
DÍA DEL POETA y escritor catamarqueño Luis Franco”. Poco antes de terminar argentino, satisfacía su
CATAMARQUEÑO Franco y la fecha se incorporó a la escuela primaria, su familia se curiosidad de vida y del mundo
La cámara de Senadores las efemérides catamarqueñas. trasladó a la capital provincial a través de los libros”.
catamarqueña estableció al 15 Al fundamentar la ley, el senador para que sus hermanos mayores “Fue su ateísmo y su carácter
de noviembre como el “Día del Carlos Acevedo (FCyS), hizo una y él realicen los estudios intransigente lo que le valió la
Poeta Catamarqueño”. reseña recordando que “Luis secundarios, destacándose censura y hasta la falta de
La decisión, tomada por Leopoldo Franco nació en Belén, como alumno en el Colegio reconocimiento de sus
unanimidad, se estableció en en 1898, hijo de Luis Antonio Nacional. Acevedo explicó que "a contemporáneos locales”,
recordación al natalicio del poeta Franco y de Balbina Acosta de la par, el ahora reconocido poeta concluyó el legislador.

4 REPORTE NACIONAL SLT JUEVES 8 DE DICIEMBRE DE 2011

CONTRATAPA
CLAUDIA PIÑEIRO
Una ficción, acerca del debate que se viene

Basura para las gallinas


E
lla se dispone a atar la las otras cosas que tiró dentro pa-
bolsa de plástico ne- ra llenar la bolsa. Pero del aguje-
gro. Tira de las puntas ro no sale nada. Juega con las lla-
para hacer el nudo pe- ves mientras espera al camión de
ro resultan cortas porque la llenó la basura. Gira las llaves una a una
demasiado, ya ni sabe cuánto tiró por la argolla. Es de noche aun-
dentro para llenarla, todo lo que que todavía no terminó la tarde,
encontró dando vueltas por la ca- el frío de julio le corta la cara. Se
sa. Levanta la bolsa en el aire des- frota los brazos para darse calor.
de sus bordes y la mueve arriba y Agita el llavero como si fuera un
abajo con golpes cortos y secos sonajero. Ya está, ya se termina,
para que el peso de la basura com- quisiera entrar otra vez a su casa a
prima el contenido y libere más ver cómo está su hija pero no pue-
espacio para el nudo. La ata dos de dejar la bolsa ahí sola. Teme
veces, dos nudos. Comprueba que alguien husmee en su bolsa de
que el lazo haya quedado firme ti- basura buscando algo que pudie-
rando del plástico hacia los costa- ra servirle. O un perro, atraído
dos. El nudo se aprieta pero no se por el olor. Ella sabe que los ani-
deshace. Deja la bolsa a un lado y males pueden oler cosas que no-
se lava las manos. Abre la canilla, sotros no olemos; allá donde vivía
deja correr el agua mientras car- con su abuela había animales, pe-
ga sus manos con detergente. rros, un burro, gallinas, una vez
Cuando era chica, en su casa, no tuvieron hasta un chancho. Tie-
había detergente, cuando había ne frío pero no puede irse y dejar
usaban jabón blanco, ella ahora que un perro ataque con voraci-
tiene, se trae del que compran por dad la bolsa que acaba de sacar pa-
bidones en el trabajo. Carga una ra los basureros. En casa de su
botella verde vacía de gaseosa y la abuela había tres perros. Su abue-
mete en su mochila. Tampoco ha- la también usó una aguja, pero no
bía bolsas de plástico, su abuela misma bolsa mete todos los restos la basura golpeando contra su ra la bolsa para que la aguja de me- la bolsa de plástico sino uno de los
metía en un balde todos los restos sin clasificar, porque donde vive pierna mientras avanza, la llave de tal no le apunte. Cuando llega al dos baldes. Lo que largó su her-
que podían servir para abonar la no hay gallinas, ni tierra que abo- la puerta de su casa planta baja al árbol apoya la bolsa otra vez en el mana fue al balde de las gallinas.
tierra o para alimentar las galli- nar. Cierra la canilla y se seca las fondo, la del sótano donde guar- piso, junto a otras bolsas que otros Ella vio a su abuela sacárselo a su
nas, y lo que no lo quemaba detrás manos con un repasador limpio. da la bicicleta con la que va a tra- dejaron antes. Con el pie presio- hermana, por eso sabe cómo ha-
Mira el reloj despertador que de- bajar su marido cuando tiene tra- cer: clavar la aguja, esperar, los
jó esa tarde sobre la heladera, es bajo, y la de la puerta del cuarto de gritos, los dolores de vientre, la
En una misma bolsa hora de sacar la bolsa a la calle pa- su hija, la que acaba de agregar al ...sabe que los animales sangre, y después juntar lo que sa-
mete todos los restos sin ra que se la lleve el camión de la llavero después de encerrarla. pueden oler cosas que lió en el balde y tirarlo a las galli-
basura. Camina por el pasillo an- Cuando llega a la puerta de calle nas. Ella aprendió viendo a su
clasificar, porque donde gosto que comparten todos los manotea el picaporte pero no se nosotros no olemos; allá abuela. Y así lo hizo hoy, igual que
vive no hay gallinas, ni vecinos. Colgando de la mano iz- abre, deja la bolsa en el piso, pasa donde vivía con su como se acordaba. Sólo que esta
quierda lleva la bolsa agarrada las llaves una a una girando sobre vez resultará mejor, porque ella
tierra que abonar. con fuerza por el nudo; debe de- la argolla hasta que da con la co- abuela había animales... ahora sabe qué tiene que hacer si
jar la bolsa en la vereda apenas rrecta. Mete la llave y abre la su hija grita de dolor y no deja de
unos minutos antes de que pase el puerta. Primero una y después la largar sangre, sabe dónde llevar-
del alambre, sobre el camino de basurero. En la mano derecha lle- otra; la segunda llave la agregaron na la aguja para que se meta otra la, a ella no se le va a morir. En la
tierra. Al balde iban las cáscaras de va el manojo de llaves que le pesa después de que entraron ladrones vez dentro de la bolsa de donde no ciudad es distinto, hay hospitales
papas, los centros de las manza- casi tanto como la bolsa. El llave- en el departamento “H”. Traba la tuvo que salir. La aguja entra has- y salitas cerca. Su abuela no sabía
nas, la lechuga podrida, los toma- ro de metal es un cubo con el lo- puerta con un pie mientras carga ta que se topa con algo y entonces qué hacer, no había dónde. Don-
tes pasados de maduros, las cásca- go de la empresa de limpieza pa- otra vez la bolsa. En ese corto tra- ella ya no aprieta más, para que no de ellos vivían no había nada, ni
ras de huevo, la yerba lavada, las ra la que trabaja, de la argolla pla- mo hasta el árbol donde la dejará salga por el otro lado y termine siquiera vecinos. No había mano-
tripas de los pollos, su corazón, la teada cuelgan las llaves del edifi- para los basureros, la lleva abra- siendo peor. Se queda mirando el jos con llaves que abren y cierran
grasa. Desde que vive en la ciudad cio y de cada una de las cinco ofi- zada contra su pecho. Al abrazar- orificio que perforó la aguja espe- tantas puertas. No había gente
usa bolsas de plástico, bolsas del cinas que limpia, las llaves de un la se da cuenta de que la aguja de rando ver salir por él un líquido que revolvía en lo que dejaban los
mercado o bolsas compradas es- trabajo anterior a donde ya no va, tejer perforó el plástico y saca su viscoso, pero el líquido no sale. Si otros. Ni bolsas de plástico. No
pecialmente para cargar basura las dos llaves de la puerta hacia la punta hacia ella, como si la seña- saliera y alguien le preguntara, había nada. Pero había gallinas,
como la que acaba de atar. En una que camina ahora con la bolsa de lara. La mira pero no la toca. Gi- ella diría que es de cualquiera de que se comían la basura.

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