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Nombre de la asignatura.

Filosofía
Fecha. 01 de Abril 2024
UNIDAD I: EL SER HUMANO Y SU PRACTICA FILOSOFICA.
Temas y subtemas.
 La filosofía ante el mundo y la vida práctica.
 La filosofía de la educación es filosofía práctica.
 Hacia una filosofía práctica de la vida.
Objetivo:
1. Explica el papel de la filosofía ante el mundo y la vida Practica.
2. Definir porque la filosofía de la educación es filosofía práctica.
3. Discutir con los estudiantes el ¿Por qué? el termino hacia una filosofía práctica
de la vida.
 La filosofía ante el mundo y la vida práctica.
La filosofía va mucho más allá del estudio académico. Se encuentra presente en
la vida cotidiana de todos. ¿Quieres saber dónde y cuándo? A continuación, te lo
detallamos.
Etimológicamente hablando, la palabra filosofía significa “amor por la
sabiduría”. Ahora bien, muchas personas asumen que este saber se limita al
estudio teórico y académico. No obstante, filosofar va mucho más allá. Aunque
no lo creas, todos aplicamos la filosofía en la vida cotidiana.
En este sentido, los niños pequeños son grandes filósofos, pues
mantienen una posición de curiosidad ante el mundo y constantemente
cuestionan el por qué o el cómo de las cosas. Asimismo, los adultos
también filosofamos cuando tenemos inquietudes sobre la vida, cuando
nos replanteamos situaciones cotidianas o cuando asumimos posturas
justificadas basadas en un marco de creencias.
Cómo se puede aplicar la filosofía en la vida diaria
Según el filósofo alemán Wolfram Eilenberger, todos tenemos una filosofía, sin la
que no podríamos vivir la vida. Pues esta engloba ideas muy generales sobre
quiénes somos, quiénes son los demás, cómo fueron las acciones en el pasado y
cómo serán en el futuro.
Por lo tanto, este pensador afirma que la idea de aplicar la filosofía en la vida
cotidiana no es tan así, sino que la filosofía ya está ahí, siempre estuvo con
nosotros. Solo hay que reconocer dónde está y cuándo sucede.
En concordancia con lo que afirma Eilenberger, es una realidad que todos
filosofamos. Lo que ocurre es que la mayoría no es consciente de que lo hace.
Por ejemplo, aplicamos la filosofía en la vida cotidiana cuando nos preguntamos
cómo entender al otro y a la sociedad, cuando nos cuestionamos el sentido de
nuestras vidas o al reflexionar cuáles acciones son las más correctas en una
situación determinada.
Dicho esto, el quehacer filosófico empieza con la duda. Por lo que cada
conversación que sea fluida, amplia y enriquecedora sobre un tema en específico
puede ser filosófica. Incluso la reflexión individual, producto de la inquietud,
también es un acto filosófico.
Muchos tienen preguntas, pueden formularlas, pero luego las dejan a un lado.
No consideran sus dudas y cuestionamientos seriamente. Una vez que alguien
revierta eso, entonces empieza a filosofar.
Reconocer que podemos aplicar la filosofía en la vida cotidiana nos puede
llevar a transitar una vida mejor: ser más conscientes de nuestros
pensamientos, actos y emociones. Así como hacernos más serenos a los
devenires de la existencia.
Muchas personas que desean acercarse a la filosofía lo hacen mediante libros y
teorías, lo que puede resultar abrumador y paralizante. Según Eilenberger, un
buen comienzo son las biografías y cartas de los filósofos que dan cierta visión
de por qué sus pensamientos eran importantes para ellos.
Además, te recomendamos ubicarte en tu propio contexto. Observa cómo es el
mundo actual, cuestiona y replantea ideas que ayuden a hacer de él un lugar
mejor. Para ello, a continuación, te proponemos algunas actividades concretas
que te pueden ayudar con este cometido.
Desde que somos niños nos enseñan y asimilamos un conjunto de creencias
que no cuestionamos y asumimos como verdades. Cuando llegamos a la
adultez, mantenemos muchos pensamientos obsoletos, limitantes y dañinos,
sin darnos la oportunidad de asumir otros puntos de vista.

Infante invita a sus estudiantes a manifestarle sus inquietudes sobre la vida y


les ofrece las respuestas que los diferentes autores de filosofía han aportado
a estos temas. Algunos de estos suelen ser los siguientes.
 La filosofía de la educación es filosofía práctica.
La Filosofía de la Educación como saber práctico se subordina a la Ética. Esta es
filosofía práctica porque trata sobre operables con el fin de conocerlos y no de
actuar. Es directiva del obrar humano solamente en lo que se refiere a los
principios generales, no a la dirección del obrar concreto.
El fin de la filosofía práctica es el conocimiento del deber ser de los actos
humanos. En el caso de la Filosofía de la Educación, el conocimiento está
formalmente dirigido al proceso o actividad que permite perfeccionar al hombre a
través de sus actos, sus hábitos y su modo de vida, y al fin o producto de esa
actividad que le permite encaminarse hacia su fin último.

Lo que afirmamos sobre la educación y su fin universal exige comprender qué son
los diversos fines y cómo se relacionan unos con otros, lo que requiere
conocimientos propios de la filosofía teórica, presupuestos por la Filosofía de
Educación, que busca el fundamento de los juicios prescriptivos, indagando por
qué se debe hacer lo que recomiendan las normas que se proponen para dar sentido
al proceso educativo.
No obstante, cabe una pregunta: ¿Qué sentido puede tener un saber que no concluye
en proposiciones necesarias?; ¿Cuál sería su valor?; ¿Cual su utilidad? El mismo
Aristóteles señala: ((para 1os que encauzan sus deseos y sus acciones según la
razón, el saber acerca de estas cosas ser muy provechoso)) Para aquellos que no
obren, que no realicen acciones –acciones educativas, por ejemplo-, un saber
práctico no tiene sentido. Pero, para aquellos que actúen, el saber práctico de su
acción tiene sentido a causa de la naturaleza racional del hombre. La misma
mutabilidad y contingencia dé la acción humana, que por una parte son la causa de
esa flexibilidad en el rigor y en la exactitud de su conocimiento, refieren el sentido
el saber práctico a la razón que determina la acción.
Efectivamente, la racionalidad de la acción humana se especifica operativa o
dinámicamente en un conocimiento adecuado del fin de dicha acción Por ello,
si la Filosofía de la Educación puede constituirse como un saber práctico, se
constituye como un desarrollo, extensivo e intensivo, de la investigación sobre
el fin de la educación y el estudio de la acción educativa desde la perspectiva
teleológica de la educación.
El hombre es quien se inquieta por el mundo y por todo aquello que sucede a
su alrededor, es por esto que se debe mirar la filosofía educativa como una
disciplina firmemente cimentada que se inquieta por lo que acontece en los
contextos educativos y no como una disciplina acomodaticia; para ello
debemos antes que nada dar una definición de lo que la filosofía educativa es.
En este orden de ideas, se han de observar las definiciones que dan algunos
autores, para así poder tener un horizonte más claro del concepto epistemológico
de la filosofía de la educación, según Quintana (1995) la filosofía de la educación
debe verse desde dos perspectivas. “La primera se refiere a la función
cognoscitiva que ejerce la filosofía de la educación, como visión filosófica de los
temas y problemas pedagógicos; la segunda en cambio, proporciona una visión
epistemológica de la filosofía de la educación mostrando qué tipo de ciencia es”.
Para Campillo (1972) existen dos términos acordes con la filosofía de la educación;
Adscribe el primero a realidades extrínsecas al proceso mismo de la educación en
sentido estricto y condicionante; en el segundo caso, se hace un estudio metafísico
acerca del proceso mismo el cual llama “Metafísica u ontología de la educación”.

En torno a las definiciones anteriores se denota el sentido implícito del saber que
llamamos filosofía, al realizar un rastreo de la disciplina se observa que es una
ciencia de la educación, que se encarga de hacer una exégesis descriptiva y
prescriptiva de la educación y la pedagogía; por ello la filosofía educativa es vista
como filosofía “aplicada”.
 Hacia una filosofía práctica de la vida.

La filosofía en tanto ejercicio sistemático del pensamiento ha sido entendida de


diferentes formas a través de la historia. El presente artículo examina las diversas
maneras de concebir la filosofía. Así como la ciencia se divide en ciencia teórica y
ciencia práctica, la filosofía también puede ocupar esta división, es decir, teórica o
especulativa y filosofía práctica o sapiencial. La filosofía teórica, propia de la
academia y los especialistas, comienza con el estudio riguroso y sistemático de las
obras de los grandes filósofos, de sus discípulos y críticos; en cambio, la filosofía
práctica se inicia con el lema “conócete a ti mismo”.
Esta última trata de resolver los problemas cotidianos de las personas con
filosofía, ocupando el pensamiento de los filósofos y pensadores de todos los
tiempos. A fines del siglo XX surge dentro de la filosofía práctica, lo que se ha
denominado asesoramiento filosófico o consejería filosófica o terapia filosófica
que tiene como objetivo ayudar a las personas o grupos a resolver o enfrentar
situaciones existenciales a partir de los pensamientos de los filósofos.
Gracias

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