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1.1.

DEL CAOS AL ORDEN NATURAL

El caos es estado
amorfo e indefinido
que se supone
anterior a la
ordenación del
cosmos.
DEL CAOS AL ORDEN NATURAL

El orden natural.
Es la manera de
ser, existir u ocurrir
las cosas, según las
leyes de la
naturaleza.
DEL CAOS AL ORDEN NATURAL

La historia y las versiones


concuerdan en que de Caos
surgió la realidad sólida y
material, Gaia(la tierra), que a
su vez instituyó la delimitación y
el orden y un escenario de la
vida.
DEL CAOS AL ORDEN NATURAL
La tradición de Occidente asoció al Caos con lo carente de forma y
definición, de rol y orden: lo que existía previamente a lo diferenciado o
definido en su distinción respecto de alguna otredad: lo potencial. La
mitología griega discurre que posteriormente a la aparición del Caos, el
arriba -el Cielo- y gaia -la tierra- se juntaron, y con la intervención de la
lluvia y lo seco, el frío y el calor, surgieron combinaciones de diversa
proporción, generando los componentes de la totalidad universal.
DEL CAOS AL ORDEN NATURAL
La herencia judeo-cristiana refleja la incorporación de esos mismos
elementos y procesos, aunque sobreponiéndole la presencia dialéctica
contraria del logos creador (Dios), negadora del otro en su validez positiva
y conveniente, cuyo rol asume funciones de generador, planificador y
ordenador de los sucesos ocurridos entre entes protagonistas ("Al principio
era el caos...", reza el Génesis del Antiguo Testamento, común a la herencia
judeo-cristiana). El Caos fue considerado aquello que existía antes de que
el mundo existiera: el Caos de cuyo seno consustancialmente nace el
orden. Sólo a partir del siglo XVI o XVII comenzó a aparecer tal noción
como opuesta al orden.
DEL CAOS AL ORDEN NATURAL

La modernidad, en afán racionalista de organización


de acuerdo con sus principios totalizadores, necesitó
de esta referencia; aquellas "aberraciones" que
encontraba ocasionalmente en sus experimentos
eran expresión de “desórdenes extraños y atípicos”
del orden universal que arbitrariamente creyó ver. La
razón debía oponer y vencer al caos.
1.2. IUS NATURALISMO
Ius naturalismo
(derecho natural),
doctrina jurídica que
sostiene la existencia
de un conjunto de
derechos inherentes
al ser humano,
determinados por su
propia naturaleza.
1.3. TEORÍAS CONTRACTUALISTAS (HOBBES, ROUSSEAU Y LOCKE)
1.4. ORIGEN DE LA LEY
Se puede decir que, todas las comunidades existen
porque sus integrantes han decidido acatar una serie
de normas de convivencia que surgen por consenso,
es decir, son una construcción colectiva. En el papel,
dichas reglas son aceptadas y respetadas por todos.
Podemos decir que se trata de un “acuerdo” o
“contrato” que los individuos, por voluntad propia,
deciden suscribir porque reconocen su “naturaleza
social”.
1.4.1 discurso iusnaturalista
Thomas Hobbes (1588-1679), fue un filósofo, pensador y
político inglés que escribió “El Leviathan” (1651).
Afirma que:
 Todo cuando existe es material, todo es cuerpo, y
la filosofía no es más que una ciencia de cuerpos.
 Que el origen de la sociedad de debe a un acuerdo
artificial, egocéntrico e interesado, por lo que los
individuos persiguen su propia seguridad, dado su
temor hacia los demás.
 Que al carecer de leyes, el hombre vivirá en “guerra
de todos contra todos”; por decirlo así, “el hombre
es lobo del hombre” (homo homini lupus).
Bernard Mandeville (1670-1733).
Afirma que:
 Las personas son, por naturaleza, posesivas, insaciables
y egoístas; se mueven por sus pasiones, y la razón, al
servicio de lo vicios y los instintos de supervivencia, está
reducida a simple “calculadora” de las ventajas e
inconvenientes cuando se busca obtener los máximos
beneficios personales.
 La sociedad se debe al cálculo que hacen sus integrantes sobre sus
posibilidades de sacar provecho de los demás y de asegurar la
supervivencia, de manera que es el riesgo lo que les induce a aceptar ciertos
límites.

 Los lujos, la envidia y el orgullo son constituyentes de la sociedad, y


por tanto necesarios.
Bernard Mandeville (1670-1733). En su obra “la fábula de las abejas”
(1714)
 Compara una colmena con la sociedad.
“Abundan los bridones, los delitos, en fin, la corrupción desbordada; cada
profesión, cada estamento adolece de vicios, los cuales contribuyen a la
felicidad pública y el bienestar individual. Sin embargo, un día se produjo un
cambio: el deseo de conducirse con virtud; contrario al impulso de su
naturaleza, las “abejas” procurarían el beneficio de los otros o el dominio de sus
propias pasiones e intentarían ser buenas. El dios Júpiter las escucha y las hace
virtuosas; entonces eliminan los excesos y con ello desaparecen las
enfermedades; como ya no hay a quien curar, no se necesitaron médicos. Como
se acabaron las disputas, no hubo procesos y, de esta forma, no se necesitaron
abogados ni jueces. Las “abejas” que se volvieron mesuradas, no gastaron ya
nada, no más lujos. De este modo, al perder sus vicios, la colmena se acabó”.

La conclusión es tajante, no existen las sociedades virtuosas, el fraude, lujo y


orgullo deben mantenerse, si es que se quiere gozar sus “dulces beneficios”, pero
deben moderarse mediante el cálculo de las posibilidades de supervivencia y el éxito
individual.
Montesquieu (1689-1755), En El Espíritu de la leyes (1748)
refiere las diversas formas de gobierno y refiere que los tipos
existentes obedecen a características particulares de los pueblos
que los crean ; en consecuencia, cada nación tiene leyes acorde
con su idiosincrasia, trayectoria histórica y entorno natural en que
viven, motivo por el que se debe ser respetuoso ante la gran
variedad de las mismas.

Utiliza como sinónimo de la sociedad el término “Mundo


inteligente”; considera que lo humano es su naturaleza
racional, hecho que se demuestra en la facultad de gobernarse
mediante leyes de su creación. Sin embargo, la sociedad, en su
origen, obedece a las leyes naturales, como las de intuir un
creador, procurarse la subsistencia y el deseo de vivir en sociedad.
La forma en que las personas se organizan para satisfacer esas
necesidades deriva de la creación de un gobierno.
Montesquieu sostiene que, cada gobierno
debe conducirse acorde a las leyes que
cada sociedad establece y las leyes
naturales, tarea que resulta por demás
difícil, dado que, como seres sensibles, los
individuos nos hayamos sujetos a nuestras
pasiones, erramos a menudo y
terminamos por incumplir, no respetar ni
acatar tanto las leyes naturales como las
sociales.
David Hume (1711-1776), En su obra “Sobre la norma del
gusto”, destaca lo siguiente:
 El gusto forma parte de la naturaleza humana y habría que
reflexionar sobre estas preferencias, ya que guían las
pasiones y pueden constituirse en un importante detonador
de intolerancia y discriminación, dado que todos pretenden
imponer sus preferencias.
 En sobre el criterio del gusto, Hume afirma que, si existiera
un criterio estándar capaz de zanjar las discusiones al
respecto, éste tendría que generarse por consenso.
El problema no es la naturaleza humana del gusto, sino la variedad de los mismos y la
evidente incapacidad de llegar a acuerdos al respecto; cada persona tiene un gusto
propio, por lo que no habría necesidad de disputas sobre los mismos. En caso de que
hubiera un criterio exacto y verdadero al respecto, éste es inalcanzable para el ser
humano.
Sigmund Freud (1856-1939), psicólogo austriaco que
relaciona el totemismo y la exogamia con la construcción
de la sociedad, ya que es a partir de los sistemas totémicos,
el tabú y la exogamia como se construye el pacto social.

Freud considera que el tótem y el tabú fueron fundamentales


para la aparición de las primeras sociedades.

Tótem. Ancestro simbólico que determina el comportamiento


de un grupo humano.
Tabú. Prohibición prescrita dentro de una sociedad, por
razones morales, religiosas o tradicionales.
Exogamia. Regla o práctica de contraer matrimonio con
cónyuge de distinta tribu o ascendencia o procedente de
otra localidad o comarca.
Endogamia. Práctica de contraer matrimonio entre sí
personas de ascendencia común, naturales de una misma
localidad o comarca, o de un grupo social.
El tótem representa un ancestro que determina el
comportamiento de un grupo humano; ayuda a
establecer restricciones en cada grupo e impone
vínculos no consanguíneos entre sus miembros,
como la prohibición de la endogamia entre
individuos que comparten el mismo tótem; en
consecuencia, induce a la exogamia, esto es, a la
necesidad de establecer contactos con otros grupos
humanos para asegurar la continuidad de los
mismos, de manera que la sociedad surge con la
exogamia. Para asegurar esta medida, las
relaciones sexuales entre parientes próximos se
prohíben mediante el tabú, que se instituye por la
tradición y la costumbre, luego por la moral y, al
último, por la ley.
Michel Foucault. (1926- 1984).
En relación con lo que permite la existencia y la
continuidad de la sociedad, sea la naturaleza
humana o la convención, Foucault desconfía de
todas las explicaciones al respecto, en especial
las que conciben el orden social como resultado del
consenso, porque no es cierto; en realidad, son
discursos que surgen para legitimar el dominio
que existe en éstas.

Lo que cabría saber es que el poder se puede entender como parte de la


naturaleza humana y se expresa de manera asimétrica en las relaciones
sociales, ya que se dirige a mantener las jerarquías, por las que unos dominan
a otros.
Las relaciones de poder es lo que permite la existencia de la sociedad
en nuestros días, ya que dan sentido a los “discursos”, entendidos
como recursos bajo los cuales funcionan las cosas, instituciones, leyes,
medidas administrativas, teorías científicas, principios filosóficos y morales.

Los discursos sirven para justificar el “saber” válido que permite


mantener el “orden” desde el mismo discurso, es decir, lo que se dice o
piensa ya está predeterminado, autorizado, ni siquiera nos damos cuenta,
mucho menos los cuestionamos y lo aceptamos en silencio.

El discurso es objeto del deseo por ser el poder; el discurso no es


simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación,
sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, de aquel poder del
que quiere uno adueñarse.
El contrato social, de Jean-Jacques Rousseau, es una obra
sobre filosofía política que aborda el tema de la libertad e
igualdad del ser humano, dentro de un Estado que se
construye a partir de un contrato, de un pacto, fruto de la
voluntad general, a fin de asegurar las libertades básicas y la
convivencia pacífica.

Rousseau parte de la tesis de que todos los seres humanos


nacen libres e iguales por naturaleza. "El hombre ha nacido
libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra
encadenado".

Según el pensador, el estado originario del ser humano es


la familia, que constituye “el primer modelo de sociedad
política”, pero en este estado de la humanidad se impone la
ley del más fuerte.

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