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Artes escénicas

Concepto – tipos
Constituyen manifestaciones socioculturales y artísticas que se caracterizan,
tanto por los procesos comunicativos singulares que le son propios, como por
el hecho de que se materializan en la escena a través de la síntesis e
integración de otras expresiones artísticas, desde las literarias hasta las
plásticas.

Teatro
el circo
la danza
la ópera
Otras de creación más reciente, como la performance y el happening.
Se entiende como una manifestación humana de carácter cultural y artístico,
en la que se produce un acto comunicativo entre un intérprete y un
espectador, considerando que términos como intérprete y espectador se
pueden aplicar a una gama variada de sujetos, sin circunscribirlos
necesariamente al espacio de una sala de teatro. La expresión escénica tiene
su génesis y fundamento en la expresión dramática, aquel tipo de conducta en
la que los seres humanos, en su comportamiento cotidiano, hacen uso del
juego de roles en sus procesos de expresión y comunicación.
Proceso comunicativo
EMISOR-MENSAJE-CANAL-
RECEPTOR
Signo y códigos escénicos
La cantidad y variedad de códigos y signos utilizados en la
comunicación humana, de los que las artes escénicas pueden hacer
uso, es prácticamente ilimitada. En el Kathakali, por ejemplo, se
pueden realizar más de 200 signos diferentes sólo con las manos.
Abarca una complejidad el estudio de la semiótica en las artes escénicas, y todo lo relacionado con
ellas:

 Las leyes que determinan y limitan su combinación.

 Su relación con el significado y el sentido de la obra.

 La posibilidad de definir unidades mínimas.

 La propia constitución de códigos y su articulación.

Si aceptamos la definición de que signo es “algo que está en sustitución de otra cosa”,
la escena nos obliga a explicar un hecho paradógico: todos los signos remiten a otro
signo (son signo de signo), pero al mismo tiempo remiten a sí mismos, no representan
ni sustituyen a nada en tanto que son ostentación de sí mismos.
El signo es siempre una “abreviatura” de la realidad, una simplificación de la
complejidad inabarcable de la realidad.
“el arte del espectáculo es, entre todas las artes,
y acaso entre todos los dominios de la actividad
humana, aquel donde el signo se manifiesta con
más riqueza, variedad y densidad”
No hay duda de que en las artes escénicas “caben” todos los
códigos y signos:

 naturales y artificiales
 motivados e inmotivados
 convencionales y no convencionales
 conocidos o inventados por primera vez.

La naturaleza ficcional permite la


creación de mundos autónomos y
hace posible este hecho en sí
mismo tan sorprendente como
complejo.
La complejidad viene dada no sólo por la diversidad de signos y
códigos utilizables, sino también por los siguientes hechos o
posibilidades:
 Los signos y códigos pueden ser homogéneos o heterogéneos.
 Un mismo signo puede pertenecer a varios códigos a la vez.
 Todo signo puede ser sustituto de otro signo.
 Los signos establecen relaciones, no sólo con otros signos de su mismo
código, sino con los signos de otros códigos, formando una red o tejido (texto)
de relaciones múltiples.
 Los signos y códigos pueden presentarse (y analizarse) de forma lineal o
simultánea.

Si el signo pretendiera “agotar” su referente o “contenerlo” por completo, se


volvería totalmente inoperante e incomprensible.
abreviatura

“la información total equivale a ninguna información; es a través de la


‘reducción de la complejidad’, a través de modelos abreviados como se hacen
reconocibles el sentido, las interrelaciones y las estructuras”. Los objetos
artificiales se diferencian de los naturales sólo en la medida en que han sido
producidos con una intención o finalidad, y nos resulta casi imposible
imaginarlos enteramente desprovistos de significado: el significado es su uso
y su finalidad.
Las artes escénicas combinan distintos tipos de signos; simbólicos y
significantes, por eso toda obra tendrá siempre algo “inexpresable” o
“indecible”.
¿Qué pasa con esos signos que intencionadamente no quieren significar
nada, que renuncian a significar, que sólo quieren ser presencia?

Este problema nos lo plantea insistentemente el arte moderno.


Este “vacío de significado” se defiende como una manifestación
o afirmación radical de la “autonomía” de la obra artística, que
aspira a ser, no sólo a significar.
La construcción del sentido puede llegar a entenderse como una
limitación a la libertad creativa.
Al arte le bastaría con ser
impulso, un impulso
biológico y material sin
otro límite que su propio
dinamismo o energía. El
“signo” que “no quiere
significar” establece una
tensión entre significante y
significado, afirma la
materialidad del
significante frente a la
inmaterialidad del
significado.
En estos casos, lo que
el creador busca (y lo
que le pide al
espectador) es que
“suspenda” (deje en
suspenso) el
significado, lo borre, lo
ponga de lado. ¿Lo
logra?
En las artes escénicas nos encontramos también con la tendencia contraria, el
“exceso de significado”, la acumulación o espesor de significados.
La tensión entre mostrar y significar es consustancial a las artes escénicas, sin
embargo, esta tensión no se debe resolver ni con la supresión del significado –
lo que resulta casi imposible y lleva a la confusión del espectador–, ni con la
anulación de la ostensión y sus efectos directos (energéticos, biológicos,
estimulares), al margen de la significación.
La práctica escénica parece consistir en articular en un todo coherente, en
construir y organizar adecuadamente signos de diversa naturaleza en un todo
significativo:

“La clave del sistema comunicativo de las artes escénicas es el continuo e


incesante intercambio de funciones entre signos que pertenecen a
órdenes distintos”
La consideración del receptor-espectador como “creador”
último de la obra, sobre quien recae, en todo caso, la tarea
de dar un sentido global a la variedad, heterogeneidad o
polisemia de los signos escénicos.
Puntos a considerar
1) No existen signos escénicos específicos y, en este sentido, no existe un lenguaje o
código escénico propiamente dicho, constituido por signos propios.

2) Cualquier signo puede convertirse en signo escénico.

3) Todo signo escénico es, antes que nada,


ostensión: se muestra, se presenta como pura
realidad exterior, visible, audible, perceptible,
empezando por el propio cuerpo del bailarín o
el actor. En este nivel, podemos decir que “no
significa nada” o que es “autorreferencial”.
4) El signo escénico, sin embargo, no puede no significar, ya que es siempre signo
artificial que adquiere significado dentro de la escena o la representación.

5) Todo significado previo de los signos empleados en la representación queda


“suspendido” al entrar en escena: su significado sólo tiene sentido dentro de cada obra
concreta y con relación a los otros signos.

6) No todos los signos escénicos funcionan o pueden funcionar de igual modo. Su


naturaleza determina su función y, por tanto, su capacidad de significar o no significar.
No podemos tratar por igual, por ejemplo, a una palabra que a un color.

7) Hemos de tener en cuenta que el signo en el escenario tiene un doble estatuto: dentro
de la ficción, para los personajes, todos los signos son naturales o funcionan como tales;
para el espectador, todos los signos son artificiales, construidos intencionalmente.
8) Podemos clasificar a los signos de diversa madera atendiendo a criterios distintos:

a) En función de la naturaleza material y perceptiva del significante, los signos


pueden clasificarse en: Acústicos (palabras, sonidos, ruidos) y Visuales (formas,
volúmenes, colores).

b) En función de la relación entre significante y significado, los signos pueden ser:


Monosémicos y Polisémicos. Significado

c) En función de la naturaleza del referente: Autorreferenciales y Miméticos.

d) En función de la relación entre los significantes: Metonímicos, Metafóricos y


Simbólicos.

e) Por la naturaleza del código: Lingüísticos y No lingüísticos.

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