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HIPEREMESIS

GRAVÍDICA

L.E. BLANCA RUTH GARCÍA JIMÉNEZ


¿Qué es?

La hiperémesis gravídica es una complicación


poco frecuente durante el primer trimestre de
embarazo, y que de no tratarse
adecuadamente puede traer repercusiones
graves que van desde productos desnutridos
en útero hasta la posible pérdida del producto
de la gestación.
Cuidar es ante todo, un acto de vida, en el sentido de que cuida representa una infinita
variedad de actividades dirigidas a conservar la vida y permitir que ésta continúe y se
reproduzca (Colliere 1996).

La Hiperémesis Gravídica puede tener consecuencias negativas sobre el estado


nutricional de la madre que colateralmente ponen en riesgo la vida del feto. El objetivo
general del soporte nutricional de la Hiperémesis Gravídica es aliviar los síntomas
asociados y garantizar la administración continúa de nutrientes hasta que el paciente sea
capaz de restaurar la ingesta oral adecuada.
Las náuseas y los vómitos del embarazo, así como
la hiperémesis gravídica se dan con mayor
frecuencia en las primeras 12 semanas de
gestación y, aunque en un 20% de gestantes
persisten durante periodos más largos, suelen
remitir definitivamente hacia las 20 semanas.
la mayoría de las definiciones incluyen que son náuseas y vómitos persistentes e
incoercibles, sin causa orgánica, asociados con pérdida de peso, deshidratación, cetosis y
alteraciones electrolíticas superior al 5% del peso inicial (Vagabundas y sparberg, 1989).

Clasificación

La hiperémesis gravídica según Sparberg (1989) se puede clasificar en:


● Hiperémesis gravídica leve:
No hay deshidratación y la pérdida de peso corporal es menor a 5%.

● Hiperémesis gravídica moderada:


Signo de deshidratación y pérdida de peso entre 5% y 10%.

● Hiperémesis gravídica severa:


Signo de deshidratación severa, ansiedad, ictericia, pérdida de peso mayor al 10% y
oliguria.
Epidemiología

Según (J. Lombardía Prieto y M.L. Fernández Pérez, 2017) Se da con mayor
frecuencia en las primeras 12 semanas de la gestación, donde la remisión
completa no va más allá de las 16 y 20 semanas de gestación, es poco frecuente,
apareciendo en un 0.3 y 2% de los casos.
Etiología
Hormonales:
● Se correlacionan con los niveles de HCG
● Aumento de tiroxina libre sérica en las primeras semanas de embarazo.
● Insuficiencia de la corteza suprarrenal secundaria a disminución de la producción de ACTH
hipofisaria.
● Niveles elevados de estrógeno.
● Progesterona por su efecto sobre la motilidad gástrica, esofágica e intestinal.

Neurológicos:
● Mayor labilidad del SN vegetativo en enlentecimiento del vaciado gástrico.

Metabólicos:
● Alteraciones del metabolismo del glucógeno hepático (su déficit matinal provocaría cetosis
leve y en consecuencia náuseas y vómitos).
● Reacción materna al embrión y productos de la concepción.

Psicógenos:
● Inmadurez, dependencia, histeria, depresión, ansiedad.
Factores de Riesgo

Un factor de riesgo es aquello que incrementa su probabilidad de contraer una enfermedad


o condición. Los siguientes factores incrementan la probabilidad de desarrollar
Hiperémesis Gravídica. (J. Lombardía Prieto) Mujeres jóvenes, nulíparas, primigestas, no
fumadoras, obesidad, raza negra, antecedente de gastritis, antecedente de hiperémesis
gravídica previa con recurrencia en embarazos, embarazos múltiples, dieta alta en grasa,
estrés emocional, mujeres con trastornos alimenticios.
Manifestaciones clínicas
Según (Emma Kirk, Aris 2006.) los síntomas de la hiperémesis gravídica son:
● Náuseas intensas y persistentes durante el embarazo.
● Saliva mucho más de lo normal.
● Pérdida de peso.
● Deshidratación.
● Mareos, debilidad, dolores de cabeza o desmayos.
● Estreñimiento.

Casi el 80 % de las gestantes presentan náuseas y vómitos durante el embarazo. La mayor parte de estas gestantes no son
tributarias de exploraciones complementarias. Son pacientes que presentan 1 o 2 vómitos al día con tolerancia correcta a
la ingesta, que inician sus síntomas entre la semana 6 y la semana 9 de gestación. Simplemente se van a beneficiar de
tratamiento sintomático, (Anamnesis) preguntar por el inicio de los síntomas, generalmente el embarazo produce un
inicio gradual de los síntomas, comenzando con anorexia y continuando con las náuseas y después los vómitos el inicio
de los vómitos tras la semana 9 hace sospechar otras causas.
Clínica materna

● Pérdida de peso, Aliento fétido.


● Signos de deshidratación: sequedad de piel y mucosas, hipotensión, taquicardia, aumento del hematocrito y de la
urea, oliguria.
● Alcalosis metabólica: hiponatremia, hipocalcemia, hipocloremia, cetosis.
● En situaciones extremas, las gestantes pueden llegar a presentar: encefalopatía, Ictericia, hipertermia, insuficiencia
hepatorrea, confusión, letargo y coma.
Clínica fetal

● Crecimiento intrauterino retardado (CIR).


● Prematuridad
¿QUÉ ES?
● Hiperémesis gravídica: Trastorno del embarazo que se caracteriza por
prolongación de la tendencia al vómito después del primer trimestre, pérdida
de peso y desequilibrio hidroelectrolítico.

Emergencia obstétrica: Toda enfermedad grave y de presentación aguda que pone en


riesgo la vida o la función de la madre y/o el recién nacido, y que requiere atención
médica inmediata.
En una revisión sistemática no Cochrane que incluyó 31 estudios con un total de 2,511 mujeres, se
documentó que los principales signos, síntomas y evolución clínica de mujeres con hiperémesis
gravídica, fueron: vómito (100%), nausea (88%), cetonuria/acidosis (56%), pérdida de peso (26%),
signos de deshidratación (21%), alteraciones electrolíticas (15%) e intolerancia a la vía oral (12%).

A través de un estudio de validación con una cohorte prospectiva, se observó que al aplicar la escala
PUQE (Pregnancy-Unique Quantification of Emesis and Nausea) en 38 mujeres hospitalizadas con
diagnóstico de hiperémesis gravídica y en 31 mujeres con embarazo normoevolutivo, se observó que
el grupo con hiperémesis en comparación al grupo control tuvo un puntaje significativamente mayor
(mediana 13; IC95% 11-14 vs 7; IC95% 4-8, p<0.001). (ver cuadro 4)

Se recomienda emplear una escala validada para evaluar las náuseas y el vómito en el embarazo
(como la escala PUQE), para poder establecer la severidad del estado clínico.
ESCALA PUQE
Se recomienda realizar el diagnóstico de hiperémesis gravídica ante la presencia de
náuseas y vómitos incoercibles en el embarazo, acompañado de pérdida mayor al 5% del
peso pregestacional, deshidratación y/o alteraciones electrolíticas.

En mujeres con sospecha clínica de hiperémesis gravídica se sugiere solicitar: biometría


hemática completa, pruebas de función hepática, pruebas de coagulación, perfil tiroideo,
electrólitos séricos, urea, creatinina y evaluación del equilibrio ácido-base, así como
ultrasonido obstétrico y examen general de orina.
En mujeres embarazadas
con diagnóstico de
hiperémesis gravídica,
¿cuáles son las
intervenciones con
mayor eficacia y
seguridad para su
tratamiento inicial?
En una revisión sistemática no Cochrane que incluyó 73 estudios (ensayos clínicos
aleatorizados y no aleatorizados), se evaluó la efectividad clínica de intervenciones
específicas para el manejo de la hiperémesis gravídica y la presencia de náuseas y vómito
en el embarazo. Entre los principales hallazgos se mostró que los antihistamínicos, la
metoclopramida (para enfermedad leve) y la vitamina B6 (enfermedad leve a grave) en
comparación a placebo son efectivas para mejoría de los síntomas. Al comparar hidroxicina
vs placebo en mujeres con náuseas y vómito moderados, el uso de hidroxicina en dosis de
25 mg se asoció con disminución de los síntomas (82% vs 22%, p < 0.01).

Para el manejo de la náusea y vómito, se sugiere emplear como fármaco de primera línea,
los antihistamínicos (inhibidores de receptores H1).
Los hallazgos de una revisión sistemática Cochrane, en la que se incluyeron 25 ECA, con
un total de 2,052 mujeres, para evaluar la efectividad de intervenciones específicas en el
manejo de la hiperémesis gravídica, concluyó que al comparar metoclopramida vs
ondansetrón no se identificaron diferencias en la disminución de la severidad de las
náuseas o vómito (DM 1.70, IC95%: -0.15 a 3.55 para metoclopramida y DM -0.10,
IC95%; -1.63 a 1.43 para ondansetrón). Sin embargo, el uso de metoclopramida se asoció a
mayor presencia de somnolencia (RR 2.40, IC95%: 1.23 a 4.69) y boca seca (RR 2.38,
IC95%: 1.10 a 5.11).

Se recomienda la administración de antieméticos (metoclopramida u ondansetrón) en caso


de que los fármacos de primera línea no sean efectivos.
En una revisión sistemática no Cochrane, en la que se incluyeron 78 estudios (67
ECA y 11 estudios no aleatorizados) con una población total de 8,930 pacientes,
para evaluar la efectividad de intervenciones específicas para el manejo de la
hiperémesis gravídica, se observó que la administración de corticoesteroides en
comparación a metoclopramida con síntomas graves se asoció a una mejoría
significativa de la emesis (40.9% vs 16.5% en el día 2; 71.6% vs 51.2 en el día 3;
95.8% vs 76.6% en el día 7, p < 0.001).

En caso de que el manejo estándar de la hiperémesis gravídica haya fracasado, se


recomienda el uso de corticoesteroides.
En una revisión sistemática no Cochrane de estudios observacionales, se documentó que las pacientes
que presentan hiperémesis gravídica con vómito persistente por más de seis semanas, presentaron
encefalopatía de Wernicke, debido a la depleción de tiamina. Previo a la presentación de la
encefalopatía de Wernicke, se presentaron las siguientes manifestaciones: pérdida de apetito, náuseas,
vómito y visión borrosa o doble. El tratamiento inadecuado de la deficiencia a menudo resulta en
características adicionales de la tríada clásica que consiste en anomalías oculo-motoras, disfunción
cerebelosa y alteración del estado mental.

Se recomienda la suplementación con tiamina (oral o intravenosa) a todas las mujeres con hiperémesis
gravídica grave, en el momento de su hospitalización y previo a la administración de dextrosa o
nutrición parenteral.
Existe evidencia de que el uso de solución dextrosa-salina versus solución salina por vía
intravenosa, produce mejoría significativa de la náusea moderada. No obstante, en las
primeras 24 horas de iniciado el manejo, no se observó diferencia significativa (p = 0.39).

Se recomienda la terapia parenteral y el manejo multidisciplinario cuando las medidas


farmacológicas iniciales hayan fracasado.

Si la paciente no responde al manejo inicial se podrá considerar el combinar fármacos, y


valorar el uso de la vía parenteral.
 
Las náuseas y el vómito secundarios a la elevación de
HGCH se vuelven extremos.

Las náuseas y el vómito se prolongan más allá de las 12


SDG y provocan una pérdida de peso de 5% o más del
peso de la mujer previo al embarazo.

El vómito continuo también puede provocar deshidratación,


desequilibrio electrolítico, cetosis y acetonuria.

La disminución persistente de nutrientes para el feto puede


resultar en restricción del crecimiento fetal y posible
nacimiento prematuro.

Puede observarse disfunción hepática con este trastorno.


Signos y síntomas
Los antecedentes pueden evidenciarse factores de riesgo:
 Primer embarazo
 Menor de 20 años de edad
 Obesidad
 Múltiples fetos
 Antecedentes de trastornos psiquiátricos
 Hipertiroidismo
 Deficiencias de vitamina b
 Nivel de estrés elevado.
 Enfermedad trofoblástica gestacional
 Vómito por tiempo prolongado
 Deshidratación
 Pérdida de peso
 Hipotensión
 Taquicardia.
Resultados de las pruebas
Análisis de la orina revela cetonas y densidad elevada
Desequilibrio electrolítico: reducción de sodio, potasio
y cloro.
Acidosis debido a vómito de bases
Enzimas hepáticas elevadas
Pruebas tiroideas muestran concentraciones elevadas
Hematócrito elevado debido a deshidratación y
hemoconcentración.
Tratamiento
Tratamiento con líquidos para mantener la hidratación:
Lactato de Ringer
Restitución de electrólitos si esta indicado.
Vitamina B6 y otras vitaminas si esta indicado.
Antieméticos (prometazina o metoclopramida) para
controlar las náuseas y el vómito.
Nada por vía oral durante 24 a 48hrs.
Modificar la dieta a seis comidas ligeras si no hay
vómito en un lapso de 24 hrs.
Nutrición enteral con sonda o nutrición parenteral total
si el vómito persiste.
Diagnóstico de Enfermería
Apoyar a la mujer y a la familia dándoles explicaciones
y respondiendo a sus preguntas.
Cuando se permitan alimentos sólidos proporcionarles
pan tostado, galletas saladas o cereal.
Vigilar el consumo y gasto de la madre con detalle
para determinar si se ha restablecido la hidratación o
si continúa el desequilibrio de líquidos.
Revisar y vigilar a la paciente para detectar efectos
adversos de la prometazina( incluye mareo,
estreñimiento, retención urinaria) o metoclopramida
(mareo, insomnio,distonía
Seguridad del paciente: Valorar el estado mental en
busca de signos de depresión, ansiedad o irritabilidad,
lo que puede indicar reacciones adversas a los
medicamentos.
Precauciones

Revisar antecedentes en busca de alteraciones en que


este fármaco esté contraindicado.
Bibliografía

● Diagnóstico y Tratamiento Inicial de las EMERGENCIAS


OBSTÉTRICAS. Evidencias y recomendaciones, actualización 2019
Investigar

Tratamiento:

Inhibidores de h1

Gracias...

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