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INTRODUCION:
La hiperémesis gravídica (HG) es un síndrome que ocurre en la primera mitad del
embarazo, afectando a las gestantes en un 0.3 -2.0 %, se caracteriza por nauseas y
vómitos severos provocando pérdida de peso de al menos un 5% del peso previo al
embarazo, deshidratación, cetonuria y trastornos hidroelectrolíticos, atribuidos al pico
hormonal de la HCG y el estradiol.
En la mujer gravídica las náuseas y los vómitos son muy comunes padeciéndolos en un
70-85%, siendo la principal causa de ausentismo laboral en aproximadamente un 35 %
de los casos inician generalmente en las primeras 12 semanas de embarazo.
EPIDIMIOLOGIA
20% a 30% de las gestantes presenta náuseas y vómitos después de la semana 20
hasta el momento del parto. Menos del 2% de las mujeres con NVE desarrollan HG,
caracterizado por vómitos prolongados que conduce a desequilibrio de líquidos y
electrolitos, la deficiencia de la nutrición y la pérdida de peso mayor del 5% del peso
previo al embarazo, y que a menudo requiere hospitalización. Aproximadamente el
10% de los pacientes con HG tendrán síntomas persistentes durante el embarazo.
DEFINICION
Se define como la presencia de más de tres vómitos por día iniciados entre las
semanas 4-8 y continuando hasta la semana 14 -18. Lo cual impide la alimentación
oral, conduciendo en los casos graves a deshidratación, hiponatremia, hipocalemia,
hipoclorémica y alteraciones metabólicas e interfiriendo con el balance hídrico y el
estado nutricional de la embrazada.
CAUSAS:
La causa concreta de la hiperémesis gravídica es desconocida, aunque ciertos factores
se asocian a esta afección:
Dieta rica en grasas: las grasas saturadas, y sobre todo las de origen animal, se
han relacionado con un mayor riesgo de padecer hiperémesis gravídica.
Primer embarazo: las mujeres que se quedan embarazadas por primera vez
tienen más riesgo de padecer el trastorno que las mujeres que ya han parido
algún otro hijo. La causa es desconocida, pero se baraja la hipótesis de que se
trata de una posible adaptación del organismo durante esta primera gestación.
Antecedentes familiares: las mujeres que tengan madres o abuelas que hayan
sufrido hiperémesis durante el embarazo, tienen más riesgo de lo habitual, lo
que indica cierta susceptibilidad genética a este trastorno.
SINTOMAS
Los síntomas base son las náuseas y los vómitos. Sin embargo, como hemos
comentado, es común que cualquier embarazada presente náuseas y vómitos durante
el primer trimestre de gestación. Sólo podemos hablar de hiperémesis gravídica en las
situaciones en las que:
Los vómitos son persistentes y excesivos, es decir, más de tres o cuatro episodios
al día, con cualquier comida o bebida.
Mareos y desmayos.
Palidez de la piel.
Boca seca.
Ojos hundidos.
Es decir, cualquier signo que indique una deshidratación y desnutrición es una causa
de alta sospecha de hiperémesis gravídica. En cualquier caso, si existen dudas al
respecto, es siempre mejor consultar con el médico para que valore si es preciso iniciar
o no un tratamiento.
Los vómitos que persisten después del reemplazo inicial de líquidos y electrolitos se
tratan con antieméticos según necesidad; los antieméticos incluyen
ENERGIA:
En el embarazo se requiere energía adicional para asegurar el crecimiento y
mantención del feto, placenta, fluido amniótico y tejidos maternos asociados (útero,
mamas, sangre, fluido extracelular y tejido adiposo)
El consumo de energía durante el embarazo representa 300 kcal/dia adicionales.
En el primer trimestre las necesidades energéticas son mínimas. Aunque el primer
trimestre se caracteriza por el rápido desarrollo de órganos y tejidos fetales, este
proceso no requiere mucha energía. En el segundo trimestre el mayor gasto energético
se debe a factores maternos, como la expansión del volumen de sangre, crecimiento
del útero y mamas y aumento de los depósitos de grasa. Mientras que en el último
trimestre, el mayor gasto energético se debe al crecimiento del feto y placenta
Las mujeres con bajo peso deberían ganar más peso durante el embarazo respecto a
las de peso normal, para tener bebes con un peso adecuado al nacer. Por lo tanto, las
necesidades adicionales de energía son algo mayores para estas mujeres. Mientras las
mujeres con sobrepeso deberían aumentar en menor grado su ingesta energética y
subir menos de peso, respecto a las de peso normal.
Consecuencias de la restricción de energía: la mayor producción de cuerpos cetonicos
y su liberación final por la orina.
LIPIDOS:
PROTEINAS:
El requerimiento de proteínas aumentado se debe al desarrollo de tejido materno,
fetal y placentario. Aproximadamente, durante todo el embarazo se acumulan 925 g
de proteína lo que provoca en la recomendación diaria un aumento de 60g/día en las
embarazadas.
Las mujeres embarazadas necesitan consumir lo que se considera "proteína de
"calidad-, es decir, proteína que contenga grandes cantidades de todos los
aminoácidos necesarios. La mayoría de la proteína animal es proteína de calidad,
mientras la mayoría de la proteína vegetal no lo es. Es por eso que los expertos
recomiendan que las mujeres embarazadas consuman proteína animal todos los días.
MICRONUTRIENTES:
CALCIO:
El calcio al, igual que la vitamina D, cumple un papel importante en el desarrollo
esquelético, tisular fetal y de las adaptaciones hormonales. La vitamina D favorece la
absorción del calcio a nivel intestinal lo que durante el segundo y tercer trimestre
protege a la madre de la extracción de este mineral del hueso materno para cumplir
con los requerimientos del feto. Durante el embarazo se retienen unos 30 g de calcio,
la mayoría durante el tercer trimestre, cuando los requerimientos del feto son
mayores. En este periodo, el feto llega a absorber unos 300 mg/día.
Las necesidades derivadas del crecimiento fetal están aumentadas las necesidades de
calcio.
• Los consumos alimentario-recomendados 1200mg/dia para mujeres de menos
de 19 años y de 100 mg/dia para las adultas
• Las mujeres multíparas con un deficiente consumos de calcio pueden mostrar
datos de osteomalacia, y la densidad ósea neonatal.
HIERRO:
Este mineral es un componente importante de la producción de hemoglobina. La masa
de glóbulos rojos materna aumenta en un 20-30% durante el embarazo, sumado a
esto, el desarrollo de la placenta y el feto también requieren de la participación del
hierro lo que causa que la dieta habitual no cumpla con los requerimientos diarios de
este mineral y se requiera de la suplementación.
La mujer embarazada debe de tomar entre 700 y 800 mg de hierro adicional, la mayor
parte de la cual es necesaria durante la última mitad del embarazo, periodo en que son
mas intensas las demandas maternas y fetal.
La medula ósea activa utiliza unos 500mg adicionales de hierro elemental durante el
embarazo, y el feto de término y la placenta acumula de 250 a 300 mg de hierro
elemental.
• Aporte de hierro dietario: Consumir alimentos fuentes del mineral, que incluya
alimentos facilitadores (Alimentos fuentes de vitamina C y A) y evitar el consumo
de alimentos inhibidores de la absorción (Café, té, bebidas carbonatadas).
• Alimentos fortificados: Como la harina de maíz precocida y otros, junto con el
consumo de alimentos fortificados especiales para embarazadas.
• Suplementación: En las embarazadas, la norma recomienda para prevenir la
deficiencia de hierro, sulfato ferroso a una dosis de 60 mg por día dos veces por
semana desde el inicio del embarazo. Para el tratamiento de la anemia se
recomienda 60 mg de sulfato ferroso diario, desde el momento que se
diagnostique la madre anémica y hasta seis meses después del parto, para
asegurar que los depósitos de hierro alcancen un nivel adecuado.
ACIDO FOLICO:
Múltiples estudios han demostrado que el consumo de ácido fólico en cantidades
adecuadas durante el periodo preconcepcional, desde dos meses antes del embarazo y
hasta cumplir la semana 12 de gestación.
El ácido fólico es una ayuda indispensable durante el embarazo. Pertenece al grupo de
las vitaminas B (vitaminas implicadas en el metabolismo humano) y su función es la
de prevenir los defectos del tubo neural
Durante el desarrollo del sistema nervioso central, la formación y cierre del tubo
neural ocurre entre los días 15 y 28 después de la concepción. Esto indica que el tubo
neural se ha formado, cuando apenas, la mujer está sospechando su embarazo. Por lo
tanto, cualquier medida preventiva se debe aplicar antes de la concepción.
Las necesidades de ácido fólico aumentan durante la gestación como respuesta a las
demandas de eritropoyesis materna y el crecimiento fetal y placentario.
El requerimiento alimentario recomendado es de 600 mcg. El IOM aconseja también
que 400 cmg por día provengan de alimentos fortificados o suplementos además del
folato de los alimentos y bebidas.
La deficiencia de folatos
Malformaciones fetales (defectos del tubo neural, espina bifida y anacefalia):
Anemia megaloblástica
Aumento en el riesgo de partos prematuros y bajo peso de los neonato
ALIEMENTOS RICOS EN ACIDO FOLICO:
VITAMINA A
Esta se requiere para los procesos de diferenciación y proliferación celular
participando en el desarrollo de las vértebras, médula espinal, extremidades, corazón,
ojos; además. Participa en la regulación de la expresión génica. La ingesta diaria
recomendada corresponde a 770-3000 μg/día. Se recomienda que este aporte
provenga de la dieta y no de los suplementos multivitamínicos.
La vitamina A es importante para la vista, la función inmunitaria y el crecimiento y
desarrollo fetal. La carencia de vitamina A Puede causar problemas de visión en forma
de ceguera nocturna y, en los niños, puede aumentar el riesgo de enfermedad y
muerte por infecciones infantiles, como el sarampión y las que causan diarrea.
Aunque las embarazadas son propensas a padecer una carencia de vitamina A durante
la gestación, dicha propensión es máxima durante el tercer trimestre del embarazo,
debido al rápido desarrollo del feto y al aumento fisiológico de la volemia durante ese
periodo.
El éxito del embarazo y del parto, está muy relacionado con los cuidados y la
alimentación que tenga la madre. Estas recomendaciones nutricionales te pueden
ayudar.
Bibliografía