EMPODERADA 15 de febrero de 2021 1.-El paradigma del amante ¿Cómo concebir el mundo evolutivo, con todo lo que él implica, como creación buena de Dios? Respuesta: partiendo de un Espíritu creador que mora en el mundo, Dios da la existencia a un universo que evoluciona por la acción de sus propias fuerzas naturales, haciendo de él un socio libre en su propia creación. Esto difiere de diversas posibilidades de concebir la acción creadora de Dios: Del DEÍSMO: porque no es un Dios que, después de crear el mundo, lo abandona a sus propios mecanismos. Del TEÍSMO MONÁRQUICO, en el que Dios dirige de modo directo hasta el más mínimo detalle del devenir del mundo natural.
En el fondo, se trata de concebir la acción creadora de Dios
como una extensión del misericordioso trato de Dios a la historia humana a todo el universo. Es entender la acción de Dios en el mundo natural a partir, no de una metafísica, desde la acción de Dios en Cristo a través del Espíritu. Autores que comparten esta visión:
Ireneo: el amor del misterio creador y redentor como volcado en
el bien del amado, en hacer realidad este máximo bien. Bernardo de Claraval: El amor creador potencia la autonomía humana. Karl Rahner: la proximidad a Dios y la auténtica autonomía humana crecen en proporción directa.
Extendiendo esto al mundo natural: el Dios de la gracia está
presente para bendecir y potenciar las capacidades naturales. No es un amor obsesionado con el control, sino al revés: amor soberano y cruciforme que empodera a otros. Un poder amoroso que acompaña al mundo a través del libre juego de los procesos creados: Concede a la naturaleza su creatividad propia y a los seres humanos su libertad propia. LA IMAGEN NO ES LA DEL MONARCA, SINO LA DEL AMANTE. Pero, ¿qué es el amor?: entre las personas humanas, una relación de amor madura fortalece la autonomía personal de quienes se aman, estén en pie de igualdad (esposos, amigos) o no. Análogamente (aunque infinitamente dispar) la expresión del Dios vivo, que es amor, maduro amor divino, es un mundo capaz de evolucionar por sí mismo. Es decir, el mundo evolutivo colabora libremente con Dios para llegar a la plenitud de la creación de Dios. La relación del mundo natural con Dios se caracteriza por dos extremos, sin rivalidad entre ellos: Dependencia ontológica respecto del Dios vivo. Autonomía operativa. 2. La sabiduría de la filosofía: causa última y causas inmediatas ¿Cómo conciliar nuestra fe en un Dios que actúa en el mundo con la independencia de los procesos naturales?: La manera en que Dios actúa se escapa al análisis racional. Pero hay que intentar decir algo sobre ello con sentido. Acudamos a la clásica noción de causa primera y causas segundas: TEORÍA DE LA ACCIÓN ÚNICA: Dios como el agente cuya intención se implementa en el desarrollo global del cosmos, más que en sus detalles. TEORÍA DE LA CAUSALIDAD DESCENDENTE: Dios actúa introduciendo un flujo de información en el sistema del mundo como un todo, influyendo como un todo estructurado influye en las partes que lo componen. Afinidad con el concepto joánico de lógos. TEORÍA DEL “NEXO CAUSAL”: influencia divina en puntos bisagra de los sistemas abiertos a favor de una de las múltiples posibilidades, es decir, determinando las indeterminaciones. MODELO ORGÁNICO: El Espíritu de Dios actuando en el mundo como el yo personal actúan en y a través del cuerpo. La presencia divina actuando con inmanencia trascendente en el cuerpo del mundo. POSICIÓN KENÓTICA: Dios autolimita su poder para participar vunerablemente de la vida del mundo, como el amor paciente de una madre permite crecer al hijo. PENSAMIENTO DEL PROCESO: Dios como participante creativo en la comunidad cósmica que actúa en todos y cada uno de los acontecimientos por influencia o persuasión. Dios atrae al mundo hacia nuevas posibilidades.
Estas diferentes posiciones tienen mucho en común:
Respeto por la libertad y autonomía del mundo natural. Evitan al Dios tapa agujeros. Rechazan una visión intervencionista, extrínseca, de Dios. Proponen visiones de Dios activo en la naturaleza tal como la ciencia la desentraña. Buscan hacer inteligible a un Dios creador, sustentador y meta del mundo evolutivo. La teoría de la causa primera y las causas segundas está en la línea de estas propuestas, no al revés, como podría parecer: la actividad creadora de Dios se realiza en y a través de la libre operación de las causas segundas. Aclaraciones (aunque el lenguaje se queda corto): Causa primera y causas segundas son dos tipos diferentes de causas, operan en planos completamente diferentes, no hay competencia entre ellas, porque Dios no es una de las causas segundas, una criatura más, sólo actúa como creador, concediendo a las criaturas el don de la existencia y el poder de actuar. En esto nos vale la teoría de la participación: el poder de las creaturas para causar cambios es una participación creada en el poder increado de Dios. Esta noción no exige que Dios actué en el mundo al margen de las causas segundas o adicionalmente a ellas, aunque no queda completamente excluida esa posibilidad. El mundo no es marioneta de Dios, actúa con integridad propia para configurar su devenir. Dios da a las criaturas una direccionalidad inherente, pero también libertad para seguir su inclinación natural o no, de modo que Dios es inmanente al Universo como causa final. RESUMIENDO: Dios gobierna de tal modo que capacita a unas criaturas para ser causa de otras. Si Dios lo causara todo directamente, sería un Dios menos poderoso, pues es signo de mayor poder otorgar a otros capacidad causal que hacerlo todo uno mismo. EL DIOS DE GRAN CORAZÓN IMPARTE A LAS CRIATURAS LA DIGNIDAD DE SER CAUSA.
Es fácil olvidar esto, haciendo a Dios una causa segunda más.
Esta es la forma de actuar del amor maduro. Objeciones al esquema de causa primera causas segundas: 1. Dificultad para permitir actos realmente aleatorios. Respuesta: dar al azar el estatus de causa segunda. 2. Invalidez de la analogía del artesano y la herramienta. Pero al hablar del mundo, artesano y herramienta son el universo, la acción de Dios es anterior, global. 3. Falta de concreción del mecanismo mediante el cual se realiza el designio divino. Quien lo intenta concretar a través de la teoría de la determinación de las indeterminaciones cae en el error de un Dios intervencionista. Como dice Schillebeeckx: “la fe en Dios creador nunca es una explicación ni pretende serlo”. Perfila el sentido último del Universo, no es una explicación de cómo funcionan las cosas. En todo caso, la teoría de la causa primera sólo es realmente válida en el marco de la idea general del Dios creador como el Viviente absoluto, el puro hontanar del ser, y de la concomitante idea de la participación creatural. 3. La interacción de ley y azar Con el esquema de la causalidad primera, se puede dar cuenta de un mundo en evolución dando cabida a su aspecto más problemático: LOS SUCESOS ALEATORIOS. El azar y la ley pueden ser vistos como las principales causas segundas operantes en la evolución: la danza de ley y azar a lo largo de eones ha dado lugar a la comunidad de vida sobre la Tierra que conocemos hoy. Ambas son necesarias: sin azar todo sería rígido, anquilosado, determinista; sin ley la naturaleza se diluiría en el caos, nada persistiría. LA INTERACCIÓN DE LEY Y AZAR HACE QUE LA NATURALEZA SEA INCESANTEMENTE CREADORA. Leído esto teológicamente: las tendencias inscritas en la creación por el Creador se actualizan por la acción del azar en un marco de regularidades. Sólo así el mundo puede “devenir más” constantemente. No sólo la legalidad refleja al Dios creador, también el azar refleja la creatividad siempre nueva del Dios vivo, imprevisible, renovador. 4. Una aventura improvisada Así pues, esta interacción entre ley y azar a lo largo de un periodo de tiempo prologado subraya el hecho de que la evolución resulte algo absolutamente improvisado. No hay un plan lógico, hay continuas sorpresas. 5.”Emergencia”: en nombre de la materia y el cuerpo Así, podemos llegar a una nueva comprensión de la materia: su nivel de complejidad ha ido creciendo, apareciendo nuevos pluses constantemente, que son algo añadido extrínsecamente, sino algo que emerge desde dentro como resultado de las interacciones de la naturaleza en todos los niveles. Lo emergente reúne lo que le ha precedido, configurando ese material en una unidad nueva y más compleja. Y eso nuevo aparecen nuevas propiedades y funciones. Dicho en palabras de Rahner: la materia tiene la capacidad de autotrascenderse, gracias a la tendencia inscrita en ella por el Creador a devenir siempre algo más. Así, la persona humana puede ser vista como unidad dinámica de materia y espíritu. 6.Las bestias y el ribazo enmarañado Ninguna metáfora es adecuada, pero todas arrojan algo de luz.