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EN EL TDAH
Psicóloga: Rosalba mosqueda Ibarra
La mayoría de los niños que han sido diagnosticados con TDAH tienen, al menos, una afección coexistente.
Las afecciones más comunes son:
• Trastorno de la conducta: hasta un 35 % de los niños con TDAH también tienen trastorno de conducta
contradictoria. Los niños con esta afección tienden a perder el temperamento fácilmente y son desafiantes y hostiles
frente a las figuras de autoridad. Los estudios muestran que este tipo de afección coexistente es más frecuente en
niños con los tipos de TDAH principalmente hiperactivo/impulsivo y combinado.
• Trastornos del humor: aproximadamente el 18 % de los niños con TDAH también tienen trastornos del humor, más
frecuentes en los niños con los tipos de TDAH desatento y combinado. Con frecuencia, los niños con trastornos del
humor o depresión requieren un tipo de medicación diferente de la que se utiliza generalmente.
• Trastornos de ansiedad: estos afectan aproximadamente al 25 % de los niños con TDAH. Los niños con trastornos
de ansiedad tienen dificultades para interactuar por causa de sentimientos extremos de miedo, preocupación o
pánico y, con frecuencia, pueden sufrir de pulso acelerado, sudor, diarrea y náuseas. Es posible que se necesite
terapia y medicación para tratar estas afecciones coexistentes.
• Discapacidades en el aprendizaje: las discapacidades en el aprendizaje les ocasionan dificultades a los niños para
dominar habilidades específicas, como la lectura o las matemáticas. En sí mismo, el TDAH no es una discapacidad
del aprendizaje, pero es un complemento común de las discapacidades del aprendizaje. La conjunción de estas dos
afecciones puede dificultar el desempeño del niño en la escuela.
Muchos artistas, científicos y políticos famosos tuvieron TDAH cuando eran niños.
Aquí hay una lista de algunas celebridades famosas .
Ansel Adams (fotógrafo famoso ) Charlotte/Emily Brontë (escritora)
Salvador Dalí ( pintor, escultor, escritor, escenógrafo) Emily Dickinson(poetista 1830)
Ralph Waldo Emerson (Escritor , filosofo, poeta) Benjamín Franklin (político, científico) Robert
Frost (poeta filosofo) Zsa Zsa Gabor (actriz de gran auge)
Bill Gates (empresario, informático Microsoft) John F. Kennedy (político, diplomático)
Abraham Lincoln (político abogado) Mozart (compositor, pianista, maestro, director) Jack
Nicholson ( actor, productor y director) Eugene O’Neill (dramaturgo premio nobel de literatura)
Elvis Presley(cantante) Joan Rivers (comediante , actriz, guionista) Anne Sexton
George Bernard Shaw (dramaturgo) Sylvester Stallone (actor ,guionista, productor y director)
Vincent Van Gogh(pintor) Robin Williams (actor, comediante) Tennessee Williams
Virginia Woolf (escritora) Los hermanos Wright(escritores) Frank Lloyd Wright( arquitecto,
diseñador, educador)
¿QUÉ ES EL RITALIN?
Aunque el Ritalín se usa como fármaco recetado, puede tener graves efectos
secundarios incluyendo nerviosismo, insomnio, anorexia, pérdida del apetito,
cambios en el pulso, problemas de corazón y pérdida de peso.
1. anfetamina: estimulante potente del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), comúnmente llamado “speed”.
publicó una serie de consejos de salud pública que advertían que el Ritalín y
drogas como ésta pueden causar alucinaciones visuales, pensamientos suicidas y
comportamiento psicótico, así como comportamiento agresivo o violento.
Un escritor lo expresó así: “Nunca se les dice a los padres: ‘Ah, por cierto, de vez
en cuando muere algún niño simplemente por tomar el medicamento que se le
recetó’. O ‘por cierto, los niños que toman estimulantes tienen el doble de
probabilidades de consumir drogas’. O ‘Por cierto, un tercio de todos los niños
que usan estos medicamentos desarrollan síntomas de comportamiento obsesivo
compulsivo en el primer año’”.
¿Por qué es tan común? Es demasiado fácil para un “amigo” agarrar algunas de las pastillas
recetadas a su hermanito, darse la vuelta y venderlas por “5 la pieza. O un estudiante ansioso de
una dosis rápida le dice a la enfermera de la escuela que tiene un “trastorno de estudio” y “no
puede concentrarse”. Él obtiene una receta y almacena las pastillas para uso futuro, repartiendo
las que le sobran a sus amigos.
Tendrá que estar despierto hasta tarde para tener alguna oportunidad de pasar el
examen.
El café le pone nervioso, pero muchos de sus amigos usan estas pastillas para
obtener la energía extra que necesitan.
¿Por qué no? Poco dinero; una pastilla, una noche entera de estudio; un sentimiento
de “concentración”.
Ahí quizás sea donde empieza, pero muy a menudo no es donde acaba.
Un estudiante que toma Adderall (un tipo de anfetamina), otro estimulante que
se consume ampliamente en los campus universitarios, relató que un estado de
“casi claridad”, se volvió un estado de haberse “pasado y estrellado” al día siguiente.
Como un consumidor dijo: “Normalmente después me da un bajón tipo coma”.
Lo siguiente puede ser una dosis mayor, o inhalar para un estado eufórico mayor.
“Probé por primera vez el Ritalín cuando estaba en el séptimo grado (secundaria). Me lo
recetaron… pensaron que tenía un ligero TDA [trastorno de déficit de atención], ya que lo
fingí y de esta manera podría tener una excusa para no ir bien en el colegio (tan
sólo era perezosa). Nunca me di cuenta de que me estaba volviendo adicta y, por tanto, no
había ninguna diferencia con cualquier drogadicto habitual.
“Un día tomé alrededor de 40 mg y sentí que me puso al límite de mi juego. Permanecí
despierta durante días, hasta el punto en que sufrí un episodio psicótico grave. ¡Fue terrible!
Todo parecía estar derritiéndose, transformándose en otra cosa y estaba aterrorizada”. —
Andrea
La droga es soluble en agua, siendo fácil de transformar en líquido que puede ser
inyectado.
“Ahora he generado una tolerancia a tomar dos o tres pastillas de 20 mg para tener esa
sensación de “viaje”. Me doy cuenta de mi dependencia...me he convertido en un
‘completo chiflado’ o zombi”. —Alex
Terminé tomando muchísimas anfetaminas potentes que me hicieron bajar bastante rápido, y no sé
si hubiera llegado a estar interesado en ellas si no hubiera empezado usando el Ritalín”. —Andy
Esos 7 millones eran sólo 3.8 millones en el 2000, un incremento del 80% en sólo seis
años.
Entre 1990 y 2000, en Estados Unidos hubo 186 muertes relacionadas con el
Ritalín. El riesgo más alto es para quienes inhalan la droga en grandes cantidades.
Esta sustancia parecida a la anfetamina causa el mismo tipo de efectos en el cuerpo como otras formas de
anfetaminas: pérdida del apetito, insomnio, incremento del ritmo cardiaco. El abuso de esta droga en
dosis mayores, especialmente a través de inyección o inhalación, pone una presión aún mayor sobre el
cuerpo. La tensión sobre el corazón puede ser fatal.
La inyección de Ritalín tiene un horrible efecto adicional sobre el cuerpo. Aunque que el componente
químico, metilfenidato, se disuelve completamente en agua, las pastillas también tienen partículas
minúsculas de relleno insoluble. Estos materiales sólidos bloquean los pequeños vasos sanguíneos
cuando se inyectan dentro de la corriente sanguínea, causando serios daños a los pulmones y a los ojos
Aparte del impacto físico, también hay condiciones emocionales severas causadas por el uso de esta
droga incluso en períodos cortos. Las alucinaciones y comportamiento psicótico no son poco comunes.
Un investigador de Texas encontró que el uso de Ritalín podría elevar el peligro de cáncer. Este estudio
descubrió que en una docena de niños tratados con metilfenidato, todos experimentaron anormalidades
genéticasROSALBA
asociadas con un incremento en el riesgo de tener cáncer
MOSQUEDA IBARRA- WWW.UNIPSI.COM.MX
EFECTOS A CORTO PLAZO:
Náusea
Pánico y psicosis
Daño irreversible a los vasos sanguíneos del corazón y el cerebro, alta presión sanguínea que lleva a ataques al
corazón, apoplejía y muerte
Psicosis
Depresión
Aparte del impacto físico, también hay condiciones emocionales severas causadas
por el uso de esta droga incluso en períodos cortos. Las alucinaciones y
comportamiento psicótico no son poco comunes.
Pérdida del apetito, Incremento del ritmo cardíaco, presión sanguínea y temperatura
corporal, Dilatación de las pupilas, Patrones de sueño perturbados, Náusea,
Comportamiento extraño, errático, a veces violento,, Alucinaciones, híper
excitabilidad, irritabilidad, Pánico y psicosis, Convulsiones, espasmos y muerte a
causa de altas dosis.
EFECTOS A LARGO PLAZO:
Daño irreversible a los vasos sanguíneos del corazón y el cerebro, alta presión
sanguínea que lleva a ataques al corazón, apoplejía y muerte, Daño renal, pulmonar y
del hígado, Destrucción de los tejidos de la nariz si es inhalada, Problemas
respiratorios (respiración) cuando se fuma, Enfermedades infecciosas y abscesos si
se inyecta. Desnutrición, pérdida de peso. Desorientación, apatía, agotamiento
confuso. Fuerte dependencia psicológica. Psicosis, Depresión, Daño cerebral
incluyendo apoplejías y posiblemente epilepsia
LA HISTORIA DE KURT: La leyenda del rock Kurt Cobain empezó con el Ritalín a
la edad de 7 años. La viuda de Cobain, Courtney Love, opinaba que más tarde
esta droga lo condujo al consumo de drogas más fuertes. Se suicidó pegándose
un tiro en 1994. A Courtney Love también se le prescribió Ritalín cuando era
niña. Ella describió la experiencia de esta forma: “Cuando eres un niño y
tienes esta droga que te hace sentir ese sentimiento [eufórico], ¿a qué
otra cosa vas a recurrir cuando eres adulto?”.
Un estudio respaldado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas,
descubrió que los consumidores de Ritalín y drogas de la misma clase “tenían
el mayor porcentaje de abuso en el consumo de cocaína”.
LA HISTORIA DE MATTHEW:
Matthew era un adolescente que había tomado Ritalín durante siete años.
Murió repentinamente en marzo del año 2000.
Aunque no tenía historial de problemas del corazón, la autopsia reveló
claros signos de daño en los pequeños vasos sanguíneos.
Un medico forense les dijo a sus perturbados padres que el corazón de un
hombre saludable, completamente desarrollado, pesa unos 350 gramos.
El corazón de Matthew pesaba 402 gramos. Su certificado de defunción
decía: “Muerte causada por consumo prolongado de metilfenidato
(Ritalín)”.
Altas dosis de Ritalín conducen a síntomas similares al consumo de otros
estimulantes, incluyendo estremecimientos y convulsiones musculares,
paranoia1 y una sensación de bichos o gusanos arrastrándose bajo la piel.
Si de esta primera infracción resultara una muerte o lesión grave, la pena de prisión
sería de 20 años a cadena perpetua. Si la droga se inyectara, sería una infracción
con penas aún más duras.
“No recuerdo mucho lo que pasó el último año de preparatoria. Pero si recuerdo una
depresión abrumadora y una incapacidad para comprender exactamente la razón de
porqué me estaba yendo peor que nunca en la escuela. Apenas logré graduarme, y no
hice planes en lo absoluto para la universidad.
“En el último minuto me inscribí en una universidad local. Fui capaz de permanecer
limpio durante unos diecisiete días antes de que la necesidad de las anfetaminas
superara todo lo demás. Asistí a clases durante una semana, y fallé miserablemente”. —
Samuel
1. paranoia: sospecha, desconfianza o miedo de otras personas.
Hay muchas razones para tomar esta poderosa droga te diran…., Todo el mundo
la consume., Sólo es para estudiar. , Mi hermano las toma para tratar un problema de
aprendizaje, no pueden ser tan malas., No son adictivas., Puedes controlarlas. No
tienes que tomarlas otra vez si no quieres.,
NoROSALBA
dejesMOSQUEDA
que otros, ni siquiera tus amigos, te metan en la trampa.
IBARRA- WWW.UNIPSI.COM.MX
Por tu atención
GRACIAS
Rosalba Mosqueda Ibarra
UNIDAD PSICOLOGICA IRAPUATENSE AC
WWW.UNIPSI.COM.MX
Por otro lado, los niños con TDAH tienen problemas con la atención sostenida y directa,
pero cuando están jugando con consolas, móviles, tablets, etc., su atención aumenta, al
recibir continuamente una respuesta inmediata a sus jugadas. Sin apenas esfuerzo adicional
obtienen un refuerzo positivo a través de puntos o premios lo que ocasiona un incremento
gradual en su interés y motivación hacia su insistente uso.
Ante todo esto, debemos prevenir los posibles factores de riesgo que propician el
nacimiento de estas conductas y prestar atención a las señales de alarma que nos pueden
dar indicio sobre la presencia de una adicción.
García F., Portillo J., Romo J., Manuel Benito Universidad de País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
(UPV/EHU) "Nativos digitales y modelos de aprendizaje"
Lucía González Cadelo. Psicóloga Fundación Acorde. "No solo tengo hiperactividad: Patología Dual y TDA-H"I
Jornadas sobre Patología Dual "Adicciones y otros trastornos mentales".8 y 9 de Noviembre, Santander.
Molina Ladrón, M. `Informe sobre Prevención de adicción en los jóvenes` CONCEJALIA DE ACCION SOCIAL
Y MAYOR C.M.A.P.A. Zaragoza (2009)
Estudios realizados sobre la comorbilidad con TUS han revelado tasas de abuso y dependencia
de sustancias más elevadas en sujetos con TDAH que en población general (Wilens et al., 1994;
Levin et al.,1998). En un estudio se halló que el 52% de pacientes diagnosticados de TDAH en
la infancia, presentaban un TUS a lo largo de la vida, mientras que en población sin TDAH, este
porcentaje era del 27% (Biederman et al., 1995). Asimismo, entre un 32 ? 53% de los adultos
diagnosticados de TDAH, presentaron de forma comórbida un trastorno por consumo de alcohol
y entre un 8-32% un trastorno por consumo de otras drogas (Barkley et al., 2002).
Por otra parte, en estudios realizados con pacientes que consultan por problemas derivados del
consumo de alcohol, cocaína o heroína, se ha encontrado una mayor prevalencia del TDAH
respecto a la población general.
La persistencia del diagnóstico de TDAH más allá de la adolescencia también parece jugar un papel
destacado, dado que el riesgo de desarrollar una drogodependencia parece ser mayor en aquellos
pacientes con TDAH en los que el trastorno se mantiene en la edad adulta (Sullivan et al., 2001). Entre
el 17%, 45% de los casos que consultan por un TDAH en la vida adulta, presentan un abuso o
dependencia de alcohol y entre el 9% y 30%, un abuso o dependencia de otras drogas (Wilens et al.,
2000).
La importancia de la comorbilidad entre TDAH y TUS deriva tanto por la consistencia de la asociación
entre ambas patologías en los estudios, como por sus repercusiones sociales y las dificultades clínicas
que entraña esta comorbilidad (Ramos-Quiroga et al., 2006a, Sullivan et al., 2001).
Las personas con un TDAH durante la infancia inician el consumo de sustancias a una edad
más temprana y la evolución hacia un abuso o dependencia es más rápida que en las personas
que no padecen este trastorno (Spencer et al., 1998; Wilens et al., 2000; Biederman et al.,
1998).
En relación a los controles, los pacientes con TDAH presentaron casi cuatro veces más probabilidades
de progresar de un trastorno por consumo de alcohol a un abuso o dependencia de otra sustancia. En la
misma línea, los pacientes con TDAH, tenían una probabilidad 5 veces mayor de que la dependencia de
una sustancia se pudiese cronificar respecto a los controles.
En otra investigación en la que los pacientes TDAH presentaban comorbilidad con otros trastornos,
mostraban 6 veces más probabilidades de evolucionar del abuso de una sustancia a su dependencia
(Mannuzza et al., 2004).
Los resultados de los estudios realizados en los últimos años, apuntan a que el tratamiento con
psicoestimulantes en la infancia se asocia a un menor riesgo de trastornos por el consumo de sustancias en la
adolescencia y en la edad adulta, mientras que la ausencia de tratamiento se ha asociado a un mayor riesgo de
desarrollar una drogodependencia (Biederman et al., 2003; Wilens et al., 2003). Del mismo modo, el riesgo
de abuso/dependencia de estimulantes en pacientes en tratamiento por un TDAH es claramente inferior al
beneficio que representa el tratamiento con metilfenidato (Garland et al., 1998, Goldman et al., 1998).
¹ Se menciona el DSM-IV (Manual de diagnóstico estadístico de los trastornos mentales) por ser el existente en el momento de
redacción del artículo. Este ha sido sustituido por el DSM 5, cuya fecha de publicación fue en mayo de 2013.
Barkley RA, Murphy KR, Bush T. Time perception and reproduction in young adults with
attention deficit hyperactivity disorder. Neuropsychology. 2001;15:351-60.
"Muchos de ellos están muy bien, pero hay una pequeña proporción que se encuentra con
gran dificultad", dijo Rachel Klein, profesor de psiquiatría infantil y adolescente en New
York University Langone Medical Center en Nueva York (EEUU).
La investigación tomó una muestra de 135 hombres blancos, de hogares de clase media
que habían sido clasificados como hiperactivos por sus profesores en 1970. Con 18 años
pasaron a ser controlados por los investigadores que establecieron un grupo de
comparación de igual edad, también chicos blancos que habían visitado el centro médico
por razones ajenas al TDAH y que no habían tenido problemas en la escuela.
También se ha observado que era más probable que se divorciaran, abusaran de las drogas
y ser etiquetados con trastorno de conducta antisocial. Sin embargo, no eran más propensos
a tener trastornos del estado de ánimo o de ansiedad.
Los investigadores entienden que no está claro que, por el reducido tamaño de la muestra,
éste estudio aclare el riesgo de estos pacientes a abusos adictivos; aunque Klein recuerda que
el TDAH está ligado a la impulsividad, que es una característica que puede hacer que los
jóvenes sean más propensos a usar drogas o a introducirse en el "espiral descendente de la
delincuencia y otros comportamientos antisociales"
Por su parte, el experto en TDAH de la Universidad de Pennsylvania Perelman School of Medicine, el doctor J.
Russell Ramsay, ha señalado que, aunque tanto a los niños como los adultos del estudio les fue peor que al grupo
de comparación, los datos muestran que todavía están dentro del rango normal en muchos casos.
"No estamos hablando de los resultados terribles necesariamente", dijo Ramsay, que no participó en la
investigación. Ramsay dijo que las personas con TDAH tienen resultados diferentes en función de la gravedad y la
complejidad de su trastorno. A su juicio, el estudio es un "recordatorio" para prestar atención a las "necesidades
únicas del niño, el entorno educativo y el entorno familiar".
Kessler RC, Adler L, Ames M, Barkley RA, Birnbaum H, Greenberg P, Johnston JA,
Spencer T, Ustun TB. The prevalence and effects of adult attention deficit/hyperactivity
disorder on work performance in a nationally representative sample of workers. J Occup
Environ Med. 2005;47:565-72.
Barkley, R. A (2013). Tomar el control del TDAH en la edad adulta. Ediciones Octaedro,
S.L.
Estudios en USA, Canada, Suecia, Alemania, Finlandia y Noruega muestran que hasta 2/3 de los jóvenes
delincuentes (66%) y la mitad de la población adulta en prisión obtendrían resultados positivos para TDAH
en la infancia. Estos siguen presentando sintomatología en edad adulta (15% hombres y 10% mujeres).
Además, los incidentes en los que incurren son 8 veces más agresivos que los de otros presos y 6 veces más
agresivos que los presos con un Desorden de Personalidad Antisocial (Young, BMC Psychiatry 2011).
Un 36,6% de hombres y un 15,4% de mujeres con TDAH habían sido condenados por
algún delito.
El tratamiento con medicación redujo un 32% las tasas delitos en hombres y un 41% en
mujeres.
El comportamiento criminal en personas adultas con TDAH se reduce drásticamente
cuando son tratados adecuadamente.
Mucho se ha dicho sobre el TDAH en los medios, las redes sociales y con el boca a boca.
Como con todos los trastornos psiquiátricos, este no ha estado exento de bulos y mitos. De
hecho, junto con el TEA, el TDAH es de los trastornos del desarrollo que más
desinformación existe.
Investigaciones previas mostraron que los sujetos con TDAH tiene más posibilidades de
cometer delitos que la población general teniendo de cuatro a siete veces más
probabilidades de violar la ley, además hasta dos terceras partes de los jóvenes
delincuentes y la mitad de la población penal adulta han reflejado TDAH en la infancia, y
muchos todavía pueden manifiestan síntomas de adultos.
Los autores reconocen que cuando se ofrecen tratamientos, la persona también recibe más
atención de otros servicios de apoyo, y esto dicen, podría también contribuir a la reducción
de la conducta delictiva. Además, afirman que el TDAH puede existir junto con otros
trastornos, como los conductuales, y por eso es necesario llevar a cabo más investigaciones
para entender mejor cómo éstos contribuyen a este tipo de conducta. Creen que el hallazgo
de este estudio puede aplicarse a muchos otros países donde las tasas de TDAH en los
niños y de la medicación que se receta son similares a las de Suecia.
Las conclusiones sugieren que los medicamentos que controlan la hiperactividad y mejoran
la atención siguen teniendo importancia más allá de la edad escolar y que el uso más
amplio de esos medicamentos en pacientes de mayor edad podría contribuir a reducir el
delito.
Philip Asherson, psiquiatra y presidente de la Red de Adultos con TDAH del Reino Unido, señala que "deseamos
que la gente pueda tomar decisiones propias y tenga responsabilidad personal, nadie los está forzando a tomar
fármacos".
Según el experto, cuesta entre US$150 y $470 al mes tratar con medicamentos a una persona con TDAH, y si se
toman en cuenta los costos de desempleo y del sistema de justicia criminal, estos "superan muy por encima" los
costos del tratamiento
Andrea Bilbow, fundadora del Servicio Nacional de Información y Apoyo del Trastorno de Déficit de Atención, comenta:
"Por supuesto, hay muchas personas con TDAH en la población que no están involucradas en crímenes", "Pero para
algunos individuos con el trastorno, si no se les trata ellos mismos se tratarán con drogas en la calle".
"Referir a un adulto a los servicios de especialistas puede costar unos US$2.400. Si comparamos esta suma con la cantidad
de dinero que podríamos ahorrar si mantenemos a la gente fuera de una prisión, no tendríamos ni que pensarlo", dice.
Sue Bailey, presidenta del Colegio Real de Psiquiatría, expresa que "en una era en la que prevalecen las terapias
psicológicas, esto nos recuerda que la medicación puede también tener un impacto positivo"
Durante mucho tiempo se ha pensado que los niños y niñas superaban el trastorno por
déficit de atención e hiperactividad al llegar a la adolescencia, las investigaciones actuales
muestran que hasta un 70 por ciento de los niños que presentaban TDAH en la infancia
continúan teniendo dificultades en la vida adulta.
Se ha descrito para los adultos con TDAH, consecuentemente, una menor estabilidad laboral.
Los adultos con TDAH son personas "con mucha energía" y "siempre en marcha".
Hablan excesivamente.
Interrumpen para responder antes de que hayan terminado de formularles la pregunta. Además se entrometen frecuentemente en
conversaciones ajenas.
Son impacientes y presentan dificultades para esperar el turno en situaciones de grupo (se les hace pesado hacer cola en una tienda o
en un atasco en la carretera).
Las personas adultas con TDAH cometen errores o descuidos en el trabajo, especialmente porque son desorganizados, se distraen
fácilmente, o tienen problemas de concentración para aquellas actividades que encuentran aburridas.
Son personas soñadoras y parece que no escuchan cuando se les habla.
Suelen empezar muchos proyectos al mismo tiempo, aunque tienen problemas para finalizarlos, entre otras razones por una tendencia
constante a aplazar las tareas indeseables hasta el último momento.
Invierten mucho tiempo al día buscando las llaves, las herramientas, la cartera o la agenda. Además se les tacha de olvidadizos
porque con facilidad olvidan nombres o cosas.
Tienen dificultades para estar sentadas sin moverse o sin juguetear con las manos y los pies. Incluso cuando el TDAH parece estar
controlado conscientemente, suelen tener todavía dificultades para estar sentados en una silla o estar tumbados en la cama. Además
sus parejas suelen comentarles que se mueven excesivamente mientras duermen.
En población adulta se dispone de menos datos epidemiológicos, pero los estudios realizados señalan
que el TDAH también se manifiesta en personas adultas y con una frecuencia destacada. Los resultados
de estos trabajos han encontrado prevalencias del TDAH entre el 4% y el 5%. Actualmente en España
se han diagnosticado solo un 3% de los adultos con TDAH, en muchas consultas de atención primaria y
de psiquiatría, muchos adultos acuden a ellas y son tratados de patologías como ansiedad, depresión
trastorno de abusos de sustancias, cuando realmente en el fondo estas patologías son cuadros
comorbidos de un TDAH de adulto no diagnosticado.
Bosch R, Escudier G, Ramos-Quiroga JA, Castells X, Casas M. Evaluación del trastorno por déficit de
atención en adultos. En: Tomás J, Casas M. TDAH: Hiperactividad. Niños movidos e inquietos. Barcelona:
Editorial Laertes; 2004:335-343.
Ramos-Quiroga JA, Bosch R, Nogueira M, Castells X, Escuder G, Casas M. Trastorno por déficit de
atención con hiperactividad en adultos. Current Psychiatry Reports. Edición en Español. 2005a; 2:27-33.
Ramos-Quiroga JA, Bosch R, Castells X, Escuder G, Casas M. TDAH en el adulto: impulsividad desde la
infancia. En: Ros S., Peris MD., Gracia R, Casas M. Impulsividad. Barcelona: Ars Medica; 2005b: 123-
132.
La concurrencia del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con otros
diagnósticos psiquiátricos se presenta en más del 50% de los afectados. Biederman et al. (1993)
refieren que el 75% de los adultos con TDAH presentan trastornos comórbidos. La comorbilidad del
TDAH también está inuenciada por la genética.
Los adultos con TDAH presentan elevada puntuación en escalas de "desajuste social" y patología
psiquiátrica, a menudo cambiante y polimorfa pasando por diferentes diagnósticos (ansiedad,
depresión, problemas de conducta….). La mayoría de los afectados adultos presentará trastornos
neuróticos (ansiosos, depresivos leves, obsesivos, habitualmente confundidos , descompensaciones
psicoreactivas, etc.)
Depresión: 10-30%
Ansiedad: 25-30%
Trastornos de personalidad: 12-28%
Adicciones: 25%-50%
El TDAH representa un factor de riesgo independiente para desarrollar un trastorno por consumo de para
desarrollar un trastorno por consumo de sustancias, TUS (Biederman et al, 1995).
La gravedad del TDAH se asocia con mayor riesgo de TUS (Wilens et al.,2007). Además según Wilens et al.
(2000) la presencia de un trastorno bipolar o de conducta comórbido con el TDAH incrementa el riesgo de
consumo de sustancias:
Si el médico establece que un trastorno comórbido es secundario al TDAH, el tratamiento del TDAH debería
ir primero, ya que probablemente solucionaría el segundo.
Sin embargo, en la práctica clínica esto no siempre es factible, y a veces tenemos que tratar ambos trastornos
a la vez, o incluso tratar el trastorno comórbido primero para estabilizarlo y entonces empezar a tratar el
TDAH (Pliszka, 2009).
El tratamiento del TDAH adulto con comorbilidad incluye: tratamiento farmacológico según las
características del cuadro clínico y psicoterapia, y en algunos casos también terapia de pareja.
Además de esta evolución sintomatológica, los adultos con TDAH pueden desarrollar otros
trastornos comórbidos, como trastornos por abuso de sustancias, de ansiedad o depresión. Entre
estos, cabe decir que la ansiedad se vuelve un trastorno cuando va más allá de una preocupación o
miedo temporales, prolongándose durante más de 6 meses. Es decir, para una persona con un
trastorno de ansiedad, los síntomas que experimentan se convierten en algo que no les permite seguir
con su vida de una forma adecuada, interfiriendo en sus actividades diarias, laborales y en sus
relaciones interpersonales.
B. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos
síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses) (Nota:
En los niños, solamente se requiere un ítem):
D. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un
médicamente) ni a otra afectación médica (p. ej., hipertiroidismo).
E. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental p. ej., ansiedad o preocupación de tener
ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social (fobia
social), contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de
apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés
postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas
somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico corporal, tener una enfermedad grave en
el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el
trastorno delirante.
En ambos casos, la intervención para la mejora del trastorno pasaría por la elaboración de
un plan terapéutico cognitivo-conductual, en combinación con el tratamiento
farmacológico adecuado, en el que el especialista enseñaría al paciente a manejar la
ansiedad y a controlar los miedos, cuestionando su carácter irracional y sustituyéndolos por
formas de pensar más racionales.
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (APA) (2014): `Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V`. Ed. Médica Panamericana, Madrid.
BROWN, T. E. (2003): `Trastornos por Déficit de atención y comorbilidades en niños, adolescentes y adultos`. Ed. Masson.
BARLOW, D. H. (2018): `Manual clínico de los trastornos psicológicos, tratamiento paso a paso`. Ed. El Manual moderno S.A..
Webgrafía.
GIRONDA DEVESA, A. (2019): `Lenguaje en niños con TDAH: desarrollo y alteraciones` recuperado de https://www.redcenit.com/lenguaje-en-ninos-con-tdah-
desarrollo-y-alteraciones/
HEINZE MARTÍN, G. y CAMACHO SEGURA, P. (2010): `Guía clínica para el manejo de la ansiedad` recuperado de
http://inprf-cd.gob.mx/guiasclinicas/manejo_ansiedad.pdf
Estos niños presentan un riesgo tres veces mayor que la población infantil sin TDAH.
Los niños con TDAH que sufren de ansiedad manifiestan principalmente los siguientes
cuadros: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad por separación*, estrés
escolar**, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y fobia social, siendo éstos más
frecuentes en niñas y en el TDAH de predominio inatento.
**Estrés escolar: Estado de ansiedad permanente como consecuencia de tener que acudir a la
escuela donde el niño/a experimenta malestar como consecuencia de problemas con los
iguales, problemas académicos, elevada exigencia, falta de apoyo, rechazo social o aislamiento.
A veces esta sensación puede ser simplemente subjetiva del niño/a. El estrés escolar puede
manifestarse mediante problemas orgánicos como insomnio, falta de apetito, diarrea... además
de labilidad emocional, nerviosismo e irascibilidad.
Los síntomas de ansiedad más comunes en los adolescentes con TDAH son: preocupación irreal por
acontecimientos futuros, rumiación obsesiva por acontecimientos pasados, remordimientos por no haber
cumplido con el objetivo, la sensación de falta de competencia, miedo a la vergüenza o la humillación, miedo
al rechazo de los iguales, miedo a la retira de apoyos, miedo-pánico a enfrentarse a situaciones difíciles,
miedo a enfrentarse a situaciones solo.
American Psychiatric Association (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-
TR), 1ª Ed. Barcelona: Editoral MASSON.
Biederman, J., Faraone, S.V., Spencer, T., Wilens, T., Norman, D., Lapey, K.A., et al. (1993, December). Patterns of
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Según el DSM-V, una adicción es una enfermedad primaria, crónica y neurobiológica que
se caracteriza por conductas que incluyen problemas en el control del uso de sustancias, un
uso compulsivo y un uso continuado a pesar del daño personal que estas ocasionan.
Entre las conductas que más preocupan a los padres en relación a sus hijos adolescentes,
están el consumo de sustancias y las adicciones, puesto que es la etapa de mayor riesgo de
inicio en su uso.
Entonces, ¿por qué decimos que los adolescentes con TDAH `tienen más papeletas` de
mostrar conductas de abuso de drogas, tabaco o alcohol?
La impulsividad, ligada a una baja tolerancia a la frustración y a una baja capacidad de anticipación, que impide prever las
consecuencias de sus actos.
El miedo a la evaluación negativa por parte de los demás, acrecentado en el caso de los sujetos con TDAH que suelen presentar más
problemas de aceptación social.
El deseo de pertenencia a un grupo.
La necesidad de reafirmar su identidad mediante la oposición a las normas sociales establecidas por los adultos.
Una pobre capacidad de gestión emocional, que desemboca en una falta de estrategias a la hora de afrontar altibajos emocionales.
La baja autoestima. Aún en los casos en que esta no parezca evidente (por ejemplo, cuando no temen hablar con otras personas o parece
que disfrutan sobradamente de la vida), la dependencia del uso de sustancias se produce como consecuencia de un incremento de los
niveles de ansiedad, al sentirse amenazados de algún modo. Es importante distinguir entre una autoestima alta y sana de una persona
con rasgos narcisistas y una autoestima inflada, que son señales de inseguridad.
El alivio de las alteraciones emocionales (depresión, ansiedad, etc.) o psicopatológicas relacionadas con el TDAH, encontrado tras el
consumo, que les lleva a entenderlo como una `automedicación`.
No esperar a la adolescencia para hablar sobre el consumo y adicción a sustancias. La infancia y preadolescencia son etapas clave para ir dando
explicaciones y consejos (siempre adaptados a la edad del niño) y no convertir las drogas en un tabú.
Ser un ejemplo de conducta ante sus hijos, en relación al consumo de sustancias.
Ayudarles a ser críticos con los mensajes sociales. En ocasiones, los medios de comunicación social, las películas o canciones pueden banalizar
el consumo de drogas o incluso dar una `visión divertida` de las mismas. Debemos hacerles conscientes de lo contradictorio de esta realidad.
Informar con conocimiento sobre el tema, de forma honesta, sin dramatizar y sin ser muy catastrofista. Transmitir los típicos clichés totalitarios
sin ningún tipo de argumentación resta credibilidad y aumenta la probabilidad de consumo por oposición a la autoridad en la adolescencia.
Definir con su hijo lo que es un comportamiento seguro y aceptable. Conviene enfatizar cómo el uso de drogas puede deteriorar aspectos
importantes de su vida, como la salud, las relaciones sociales e, incluso, la apariencia.
Mostrar apoyo y cariño durante el paso de la infancia a la adolescencia, proporcionando un entorno seguro con normas, consecuencias y
límites consensuados.
Evitar comunicarse con su hijo solamente para `interrogarle` o indagar acerca de estos temas. Es básico que la comunicación sea asertiva,
diaria y trate cualquier tema que preocupe al chico, no solamente los que desasosiegan a sus padres. Por supuesto, este tipo de comunicación
debe iniciarse en etapas más tempranas para que sea eficaz en la adolescencia.
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En los últimos años ha ido ganando peso el consumo de alcohol entre los jóvenes relacionado esta práctica con el
ocio.
Cada vez se produce en edades más tempranas. Actualmente la media se encuentra entre los 13 - 14 años de edad,
consumiéndose casi de igual manera en lo que se refiere a género, aunque con una cierta tendencia más elevada en
el sexo masculino.
Los adolescentes afirman que tal acción es realizada con el objetivo de pasárselo bien, desinhibirse y hablar con los
demás de manera más libre, pero sin tener en cuenta las consecuencias negativas que esto puede acarrear como son
problemas de salud, adicciones, peleas, etc.
Cabe destacar, que los jóvenes con TDAH cuentan con más riesgo de desarrollar un Trastorno por Uso de
Sustancias (TUS): drogas, alcohol, tabaco, etc. si no se ha trabajado de manera adecuada desde la infancia,
concienciándoles de la negatividad de tal práctica.
La ingesta de alcohol de un adolescente con TDAH puede resultar peligrosa por la combinación de éste con la medicación tomada para el
trastorno, ya que los psicoestimulantes, como el Metilfenidato, no son compatibles con tal sustancia y puede agravar los efectos adversos como:
Por lo tanto, siendo el consumo de alcohol una práctica de riesgo entre jóvenes en general, se debe concienciar de manera más significativa de
los peligros que tiene entre los adolescentes con TDAH que se encuentran medicados con psicoestimulantes, para que tengan en cuenta los
riesgos que conlleva, sus consecuencias a corto y largo plazo, y la evitación de tal hábito.
Dentro de las posibles comorbilidades del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH), destaca en la adolescencia el Trastorno por Uso de Sustancias (TUS), como un
problema grave para el individuo y para su entorno. Estudios sobre la comorbilidad TDAH-
TUS evelan tasas de abuso y dependencia de sustancias más elevadas en sujetos con TDAH
que en población general (Wilens et al., 1994; Levin et al.,1998), debido las características
sintomatológicas de estos afectados. En la etapa adolescente donde además de la impulsividad,
la hiperactividad, las dificultades académicas y sociales, aparecen los problemas de conducta,
el riesgo es mayor como respuesta a sus problemas, posibles vía de escape, por presión grupal
o búsqueda de sensaciones nuevas.
Para evitar que estas situaciones puedan desarrollarse debemos anticiparnos al problema y
atender cuidadosamente a los elementos que puedan estar influyendo o propiciando este
desajuste personal.
1) Prevención primaria
• Tiene como finalidad ejercer influencia de modo global, es decir, sobre todos los elementos y factores
determinantes del problema.
• Toda esta prevención se hace sin aludir a las adicciones, sino que su objetivo es influenciar los elementos o
factores que pueden propiciar un trastorno adictivo. Podríamos mencionar programas de vida saludable,
actividades de ocio saludable que fomenten las relaciones entre iguales, psicoeducación, etc., todos ellas
encaminadas a evitar un futuro contacto con las sustancias.
Tanto en la prevención como en el abordaje del problema es importante no considerar a los adolescentes de forma aislada del
contexto social en el que se desenvuelven, actuando desde todos los ámbitos de influencia:
La familia.
La escuela.
Las instituciones.
La sociedad.
• Programas de prevención:
En el ámbito escolar
En el ámbito familiar
En el ámbito comunitario
En el ámbito laboral
• Servicios de Prevención:
Selectiva e indicada
En el ámbito del ocio y tiempo libre
Guías de Información Preventiva
Teléfonos de información sobre drogas
La negociación también es una vía importante para impulsar cambios en nuestros hijos. Recordemos que
aunque creamos que un comportamiento cambia con la suficiente presión sobre la otra persona, esto sólo
es un espejismo, necesitamos motivar el cambio, ceder, que no perder, para ganar realmente.
Es un documento escrito, elaborado por las partes implicadas en una situación problemática o por alguien
que medie entre ellas. En él se especifican las conductas que las personas implicadas aceptan emitir, así
como las consecuencias que se derivan tanto del cumplimiento como del incumplimiento de lo acordado.
Implica el intercambio recíproco de recompensas en relación a conductas específicas de los firmantes del
contrato.
Los contratos son especialmente útiles en personas con poca capacidad de autocontrol.
ROSALBA MOSQUEDA IBARRA- WWW.UNIPSI.COM.MX
En un contrato conductual debe
especificarse:
b) Un sistema de registro que permita controlar las conductas emitidas y los refuerzos recibidos.
Reglas básicas para contratos conductuales con niños:
3. Las recompensas por cumplir el contrato deben ser muy frecuentes aunque sea pequeñas. Puede pasarse del refuerzo material al social.
4. Las conductas deben estar especificadas, de forma que el niño tenga evidencia de hasta que punto lo ha cumplido.
5. Debe recompensarse el comportamiento adecuado después de que este ocurra, nunca antes.
6. El contrato debe ser justo para las dos partes y debe ser aceptado por el niño.
7. Los términos deben estar claros: qué debe hacerse y cuantas veces.
8. El contrato debe ser positivo (que produzca consecuencias positivas y no una retirada de castigo). Motivación intrínseca
10. Las consecuencias a los acuerdos establecidos en el contrato deben ser independientes.
ROSALBA MOSQUEDA IBARRA- WWW.UNIPSI.COM.MX
En resumen:
Tras mi experiencia con niños con TDAH, me pareció necesario hacer un artículo que nos
diera algunas pistas sobre cómo podemos mejorar la conducta de estos niños.
Cuando en casa una madre escucha música (estimulo condicionado) solamente cuando está
realizando la comida (estimulo incondicionado), en este caso el hijo, va a asociar la música
con la comida, ya que él está acostumbrado a que a su madre le gusta escuchar música
mientras prepara la comida, en este proceso si el niño está encerrado en su cuarto y llega a
escuchar que su madre pone música se va a dar cuenta de que la comida se está
preparando.
La Desensibilización Sistemática, que consiste en enseñar al niño a enfrentarse, de manera gradual, a las fuentes estimulares de
determinadas conductas poco adaptativas, como la ansiedad. Los principales componentes del procedimiento son:
Entrenamiento en la relajación muscular.
Establecimiento de una jerarquía de las situaciones o estímulos de ansiedad, ordenados de acuerdo al grado de ansiedad que el sujeto
estima que le provocan.
Presentación gradual en imaginación o en vivo de los estímulos evocadores de ansiedad.
La inhibición reciproca que busca el condicionamiento del estimulo que provoca una respuesta condicionada indeseable a otra
reacción positiva. Por ejemplo: Si el niño puede tener su juguete favorito su primer día de escuela, ayudara a que disminuya el grado
de ansiedad.
La Implosión (usando estímulos imaginarios), la Inundación (usando estímulos reales) y la Inoculación de Estrés (Con situaciones de
pensamiento), siendo técnicas que se basan en la exposición continuada a un estimulo provocador de ansiedad, mientras se previene la
aparición de respuestas de evitación y se dota al niño de recursos para sobrellevar la situación. Son técnicas que se deben de utilizar
con la orientación de un profesional.
Sin embargo uno los modelamientos más efectivos es el condicionamiento operante, que lo que hace es aumentar la probabilidad de
que una persona actué de una forma determinada en función de las consecuencias que se derivan de hacerlo.
Aumentamos la probabilidad de que la conducta se repita mediante el refuerzo, que puede ser:
Refuerzo Positivo: Dar un premio
Refuerzo Negativo: Quitar algo que no le gusta al niño.
Disminuye la probabilidad de que la conducta se repita mediante el castigo, que puede ser:
Castigo Positivo: Darle algo que no le gusta
Castigo Negativo: Quitarle algo que le gusta.
Algunas técnicas relacionadas con el condicionamiento operante son:
Todas estas técnicas son algunas de las que nos podrán ayudar a mejorar la conducta de
vuestros hijos, pero lo principal es que os dejéis asesorar por un profesional que os guíe en
la evolución satisfactoria de aquellos conflictos más severos. Además no olvidéis que la
comunicación y un clima familiar cálido y afectivo os ayudaran a que la eficacia de estas
técnicas, sean más positivas.
El diagnóstico del TDAH es muy fiable y existen en todo el mundo asociaciones de padres
con hijos con este trastorno en la que pueden recurrir en su ayuda.
La mayoría de los niños con TDAH son diagnosticados en los años escolares precisamente porque las demandas
escolares, sociales y comportamentales durante esos años son muy difíciles para ellos. Puede parecer que sus
dificultades son a causa de la escuela, una posibilidad que debe considerarse, pero es más probable que sea un
resultado del esfuerzo del niño de manejar ese entorno.
Otras situaciones que pueden ser difíciles para los niños con TDAH y que se dan en la escuela son las interacciones
sociales; deportes donde se tienen que concentrar (p. ej., balón prisionero, tenis, volley…) y actividades
extracurriculares que les exigen estar quietos, escuchar o esperar su turno durante períodos largos de tiempo.
Sí que es cierto que el nombre de TDAH es nuevo y una invención, siglas con el que se
conoce a este trastorno de atención, impulsividad e hiperactividad desde 1994. Sin
embargo, los síntomas asociados a esta condición ya se conocían en el siglo XIX y a lo
largo de los dos últimos siglos se han propuesto diversas etiquetas diagnósticas. Que el
nombre sea nuevo, no significa que el trastorno no existiera antes.
En los años 1980 se volvió a cambiar de nombre al trastorno, esta vez con uno similar al
que tenemos actualmente: Trastorno por Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad
(TDA con H y TDA sin H). En la clasificación actual del DSM-5 existen tres subtipos:
inatento, hiperactivo-impulsivo y combinado. Su frecuencia de diagnóstico es bastante
constante alrededor del mundo, oscilando entre el 2 y 6%.
Pero no solo hay problemas en los estudios. La vida social y emocional de los niños con TDAH también se ve afectada en forma de problemas en las
relaciones con los compañeros, amigos y familiares por su impulsividad. Los niños con esta condición tienen pocos amigos y les duran poco, lo que
contribuye indirectamente al fracaso repetido en el colegio y el mal comportamiento. Todo esto puede provocar episodios de depresión.
Si de pequeños no reciben el tratamiento que les corresponde, llegados a la edad adulta les costará encontrar trabajo y los empleos que consigan
estarán por debajo de su capacidad. Añadido a esto, los adultos con TDAH sin tratar pueden sufrir múltiples consecuencias asociadas a
irresponsabilidad, como tener hijos a edades tempranas, mayor tasa de abuso de sustancias, falta de organización laboral y menor retención de
empleos.
Si estos niños no reciben un tratamiento correcto, en el futuro sus trabajos estarán por debajo de su capacidad. A ello se añaden problemas como más
embarazos a edades tempranas, mayor tasa de abuso de sustancias, menor progresión laboral y menor retención de un empleo. Los niños con TDAH
que no son tratados tienen alta probabilidad de desarrollar comportamientos negativistas: desobediencia, desafío, adicciones…
Por mucha experiencia que puedan tener los profesores con casos de TDAH en su clase, ellos no son las
personas más indicadas para diagnosticar el trastorno, sino un psicólogo infantil, un psiquiatra infantil o un
pediatra experto en la condición psiquiátrica.
Los padres pueden ayudar a los niños y niñas con TDAH definiendo reglas claras de consecuencias y recompensas ante
ciertos comportamientos. También deben colaborar con el pequeño en las tareas y deberes, fraccionándolos en caso de
que sea necesario, , definir rutinas estables y predecibles, aumentar la estructura de su tiempo y el orden de la casa
eliminar distracciones y motivar al pequeño.
Tenemos varios fármacos eficaces para ayudar a los niños y niñas con TDAH. Por un lado, tenemos los
psicoestimulantes, como el metilfenidato (p. ej., Rubifén®, Concerta® y Medikinet®), que interviene principalmente
sobre la dopamina. También ayudan otros psicofármacos no estimulantes, como la atomoxetina (Strattera®) que afecta a
los niveles de noradrenalina.
No obstante, debemos entender que el TDAH es una condición con mucha base neurológica y que tratamientos como el psicoanálisis, la
terapia de juego o el entrenamiento cognitivo para mejorar la concentración, la memoria y la atención no han mostrado buenos resultados
sin combinarlos con fármacos. El foco de atención debe ponerse sobre la escuela, aplicando apoyo escolar, individualizando las técnicas de
estudio y repasando las materias que más le cueste.
Todo tratamiento que se oferte como mágico, que prometa curación inmediata, rápida, sin esfuerzo y permanente para el TDAH debe ser
puesto en el entredicho. En muchas ocasiones, en el mercado se pueden encontrar tratamientos extremadamente caros que aseguran que se
puede curar el TDAH fácilmente.
La triste realidad es que detrás de ellos hay personas con muy pocos escrúpulos que están dispuestos a aprovecharse del sufrimiento de
padres y madres que, desesperados porque su hijo sea “normal”, están dispuestos a pagar cualquier precio. El TDAH es una condición
crónica y, si bien sus síntomas mejoran a medida que el individuo madura, requiere de intervención farmacológica y psicológica
profesionales, basadas en la evidencia científica.
Un tercio de los niños y niñas con TDAH “dejan” de tenerlo antes de la adolescencia. El porqué de esto es motivo de
debate, yendo desde el sobrediagnóstico (que es real) a una reducción lo suficientemente significativa de los síntomas
con el tratamiento lo suficientemente importante como para considerar que el trastorno ya no está. Otro tercio dejará
de tener TDAH antes de la edad adulta. Finalmente, el tercio restante seguirá teniendo TDAH en la adultez.
Pese a estas estadísticas, cabe decir que algunos que se “recuperan” mantienen síntomas que les afectan, por lo que se
considera que el TDAH, aunque deje de ser tan intenso como en la infancia, es un problema crónico que requiere
manejo a largo plazo. Igualmente, la remisión de los síntomas en la adolescencia y la adultez puede ser lo
suficientemente relevante como para que el individuo tenga una vida académica y social exitosas.
Esto no quiere decir que no se deba ir con cuidado con estos fármacos porque no dejan de
ser medicamentos y, como con todos, se deben tomar precauciones. A dosis altas, el
metilfenidato sí causa efectos euforizantes y, en caso de que se le dé a chicos que tengan
historial de abuso de drogas o alcohol, debe controlarse su administración de forma muy
cercana.
Para que ocurran debemos movilizarnos y hacer visible estos hechos y llegar a
instituciones, diarios revistas, alcaldes,gobernadores ,presidente de republica, jueces que
podamos juntos parar está masacre,esto que está destrozando familias y sociedades .