La aparición de la conciencia humana es uno de los acontecimientos
trascendentales en la historia de la evolución, Solo el hombre posee la facultad sorprendente de darse cuenta de que tiene conciencia y conocerse a sí mismo como pensante. Aquí se da el salto cualitativo con los animales incapaces de desarrollo y ligados al juego de estímulos y reacciones. En cambio el hombre está abierto al vasto horizonte del pensamiento, dueño de su mente y precisamente por eso en constante proceso de evolución ascendente. Vamos a tratar de describir algunas características esenciales de la conciencia humana que diferencian al hombre del animal y le hacen un ser religioso. PRIMERA CATEGORÍA : LA TRASCENDENCIA
La trascendencia se da esencialmente en todo ser humano. Es decir, que todo
pensamiento está enmarcado en un horizonte desbordante, que parece inalcanzable, Gracias al carácter de infinitud de ese horizonte, pueden surgir en la mente de un hombre infinidad de preguntas y que muchas de estas no quedarán definitivamente contestadas. Al hablar de la trascendencia hacemos notar cómo el hombre en cuanto ser cognoscente es un ser en camino, frente a un horizonte siempre estimulante. El hombre hemos visto que es una realidad muy compleja y en evolución. El pensamiento religioso no ha de eliminar aspectos vivos de esa realidad. A de tratar de asumir al hombre, entero como es y darle un sentido. Pero no a través de una evasión de su propia condición, sino en medio de ella. La religión nace y se desarrolla en un hombre llamado hacia la trascendencia, pero en medio de un mundo múltiple y escindido. Es a través de la trascendencia como escucha la llamada de Dios, más grande que el hombre mismo y estimulante hacia fronteras imprevisibles. Pero esa trascendencia ha de mover al hombre sumido en su circunstancia y dividido en mil actividades de alguna manera contrapuestas. La religión verdadera es la que asume al hombre en su totalidad trágica y dividida y lo orienta salvadoramente hacia la trascendencia genuina que descubre como encuentro personal con el Dios que es amor y justicia y que se comunica con el hombre en su camino. Vivir es buscar la trascendencia en medio de las realidades concretas y limitadas, pues no es un camino vertical y directo de espaldas al mundo. Es realizarse en el encuentro del sujeto con la circunstancia y con los otros sujetos, reconociendo la realidad divina que en ellos mora. Es buscar la unidad en medio de la dispersión de la vida y de las apetencias, pero sin descuidar ninguna de las partículas de lo real. Es moverse sin cesar hacia un conocimiento más completo, en busca de la perfección. El hombre se nos define en la Biblia como la imagen de Dios. El hombre es portador en sí de esa imagen de Dios y se encuentra dinámicamente impulsado hacia ella ( Gen. 26,27 ). SEGUNDA CATEGORÍA : ESCISIÓN
La segunda categoría del pensar humano es la escisión entre sujeto y objeto.
El hombre nada puede conocer, si no es en esa contraposición de un sujeto que se enfrenta con un objeto. Y aun cuando se conozca a sí mismo, se conoce como objeto de un sujeto que es contrapuesto a sí mismo. Ser hombre es enfrentarse a un objeto, como sujeto cognoscente. El conocer es esa ventana privilegiada en la que un sujeto y un objeto se abrazan y se contraponen. Es imposible un acto de pensar sin esa diferenciación entre un cognoscente y un conocido. E l hombre es incapaz de conocerse a sí mismo, si no es a través de diferentes enfrentamientos con partes de su yo, como objetos. TERCERA CATEGORÍA: LA DIALÉCTICA
La categoría de la dialéctica, o del movimiento constante del pensamiento para
adecuarse a la realidad porque la realidad es en sí evolución y movimiento ininterrumpido, el pensamiento para alcanzar esa realidad ha de estar en un dinamismo constante, combinado y contrastando sus imágenes. Diríamos que ha de ser como el cine que con la superposición de imágenes logra expresar el movimiento. Por eso los pensamientos de la mente han de ser abiertos, contrastados y apoyados en sus opuestos, y tratando de no detener el dinamismo del pensar, sino enfrentándola de nuevo a otros contrastes que la superen y enriquezcan. Así se supera el pensamiento estático para entrar en pensamiento histórico y evolutivo que se va haciendo con el hombre y la historia, sobre la síntesis precedentes, pero superándolas hacia síntesis más complejas y abarcantes. Es reconociendo su verdadera situación como el hombre se hace capaz de realizarse, como hombre y como ser religioso. No hay otro camino como el de la humanización y la trascendencia. Y no hay realización religiosa que no pase por la aceptación de la condición mundana tal cual es. Es a través de las cosas amadas, como se manifiesta la auténtica trascendencia por la que Dios nos habla: Nos hiciste, Señor para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti ( San Agustín ). Es en esa superación de todo lo humano y en esa búsqueda de la justicia pura del amor sin fronteras y de la unidad universal, donde la llamada de Dios se hace audible al hombre y donde la respuesta humana puede expresarse bajo la forma de una vida auténticamente religiosa, una vida entregada a construir la justicia y el amor. Gracias