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El ser humano como ser Espiritual

La Espiritualidad es un aspecto esencial del ser humano. Es una vida interior, algo
que no es mente y cuerpo, sino espíritu. Es algo más amplio que una religión, un
proceso dinámico mediante el cual las personas encontramos trascendencia, un
sentido final a la vida, a nuestro ser interior.
La Espiritualidad es algo más profundo de la psicología de la personalidad de cada
uno, es nuestro santuario interior donde el reconocimiento de uno mismo va más
allá de la reflexión analítica y se abre a la confrontación metafísica y teologal con
el Abismo de lo desconocido, ya presente, al «que es más íntimo a nosotros que
nosotros mismos». Thomas Merton. La oración contemplativa
Los humanos tenemos necesidades espirituales relacionadas con preguntas sobre
nosotros mismos: ¿por qué vivimos? ¿qué debemos hacer con nuestras vidas?
¿llevamos una vida correcta? ¿serán nuestros buenos actos recordados de alguna
manera?
El hombre es un ser de la naturaleza pero, al mismo tiempo, la trasciende.
Comparte con los demás todo lo que se refiere a su ser material, pero se distingue
de ellos porque posee unas dimensiones espirituales que le hacen ser una
persona.
La espiritualidad es un camino para combatir la insatisfacción humana, ya que
supone buscar experiencias que hagan que nuestra vida personal tome sentido,
buscando alternativas para llenar el vacío interior y contribuyendo así a nuestra
felicidad.
De acuerdo con la experiencia, la doctrina cristiana afirma que en el hombre existe
una dualidad de dimensiones, las materiales y las espirituales, en una unidad de
ser, porque la persona humana es un único ser compuesto de cuerpo y alma.
Además, afirma que el alma espiritual no muere y que está destinada a unirse de
nuevo con su cuerpo al fin de los tiempos.
El hombre se encuentra por encima del resto de la naturaleza y puede dominarla,
aunque debe ejercer ese dominio de acuerdo con los planes de Dios.
El Papa Juan Pablo II afirma: «Es algo manifiesto para todos, sin distinción de
ideologías sobre la concepción del mundo, que el hombre, aunque pertenece al
mundo visible, a la naturaleza, se diferencia de algún modo de esa misma
naturaleza. En efecto, el mundo visible existe "para él" y el hombre "ejerce el
dominio" sobre el mundo; aun cuando está "condicionado" de varios modos por la
naturaleza, la "domina", gracias a lo que él es, a sus capacidades y facultades de
orden espiritual, que lo diferencian del mundo natural. Son precisamente estas
facultades las que constituyen al hombre. Sobre este punto, el libro del Génesis es
extraordinariamente preciso: definiendo al hombre como "imagen de Dios", pone
en evidencia aquello por lo que el hombre es hombre, aquello por lo que es un ser
distinto de todas las demás criaturas del mundo visible»

Imagen de Dios
Todas las criaturas reflejan, de algún modo, las perfecciones divinas. Pero, entre
los seres naturales, sólo el hombre participa del modo de ser propio de Dios: es un
ser personal, inteligente y libre, capaz de amar.
Cuando se buscan los factores que distinguen al hombre de los demás seres
naturales, éste es el fundamental: el hombre es capaz de relacionarse con Dios;
sin duda, existen otras diferencias importantes, pero ninguna es tan profunda
como ésta.
El hombre es persona, no es simplemente una cosa. La persona tiene una
dignidad única: nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona.
Y sólo entre personas puede darse la amistad y el amor. «Por haber sido hecho a
imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente
algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y
entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza
con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser
puede dar en su lugar»

Unidad y dualidad
Cuando intentamos comprender nuestro ser, tropezamos con una realidad
innegable: que somos un sólo ser, pero poseemos dimensiones diferentes. «El
hombre es una unidad: es alguien que es uno consigo mismo. Pero en esta unidad
se contiene una dualidad. Se presenta tanto la unidad (la persona) como la
dualidad (el alma y el cuerpo)
La dualidad es real. Sin duda, la realidad se puede conceptualizar desde
diferentes perspectivas, y puede suceder que unas fórmulas representen mejor
que otras algunos aspectos. Pero nuestro ser posee a la vez dimensiones
materiales y espirituales, y esta realidad no depende de las ideas de una época.
«Designa también lo que hay de más íntimo en el hombre y de más valor en él
aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio
espiritual en el hombre». Éste es el sentido en que se habla del alma cuando se
afirma que la persona humana se compone de alma y cuerpo.
La espiritualidad según Viktor Frankl
La espiritualidad humana se encuentra ampliamente testimoniada por muchos e
importantes aspectos de nuestra experiencia, a través de capacidades humanas
que trascienden el nivel de la naturaleza material.
 En el nivel de la inteligencia, las capacidades de abstraer, de razonar, de
argumentar, de reconocer la verdad y de enunciarla en un lenguaje.
 En el nivel de la voluntad, las capacidades de querer, de autodeterminarse
libremente, de actuar en vistas a un fin conocido intelectualmente.
Y en ambos niveles, la capacidad de auto-reflexión, de modo que podemos
conocer nuestros propios conocimientos (conocer que conocemos) y querer
nuestros propios actos de querer (querer querer). Como consecuencia de estas
capacidades, nuestro conocimiento se encuentra abierto hacia toda la realidad, sin
límite (aunque los conocimientos particulares sean siempre limitados); nuestro
querer tiende hacia el bien absoluto, y no se conforma con ningún bien limitado; y
podemos descubrir el sentido de nuestra vida, e incluso darle libremente un
sentido, proyectando el futuro.
No podemos, en definitiva, conocer al hombre si se niega alguna de sus
dimensiones. Estaríamos ante una proyección del mismo, no ante el hombre en su
totalidad. La imagen –legada por Freud- de un hombre absolutamente
condicionado por su dimensión psico-física es desplazada en Frankl por la
riqueza y dignidad de la persona espiritual, única, irrepetible.
Cada hombre que viene al mundo es algo absolutamente nuevo que llega a la
existencia, que se hace realidad. La existencia espiritual no es trasmisible, no
puede trasplantarse de padres a hijos. Los padres sólo pueden entregar el
contenido genético de los cromosomas que determinan exclusivamente lo
psicofísico, pero no a la persona espiritual. El hijo es un nuevo ser que se llama
“yo” a sí mismo. Ha surgido un nuevo tú, sin que por eso sus padres se
empobrezcan de espíritu o pierdan el derecho de decirse yo a sí mismos (Frankl,
1991)
Frankl observa que en los actos espirituales la persona queda de tal modo
absorbida que no puede ser objeto de reflexión, no puede aparecer la verdadera
esencia de la persona: la propia existencia –dirá- es irreflexiva y no analizable; el
espíritu tiene la capacidad de captar el mundo como objeto, siendo él mismo
inobjetable. Lo espiritual, concluye “tanto en su última instancia como en su origen
tiene que ser inconsciente”
Es en el inconsciente espiritual en donde tendrán cabida una moralidad y una
creencia o religiosidad inconsciente.
Existe una tendencia inconsciente hacia Dios, es decir: inconsciente pero
intencional hacia Dios. Se da así la posibilidad de que nuestra relación con Él
puede ser innata e inconsciente, estar reprimida y por lo tanto oculta para nosotros
mismos.
El sentido de la vida lo puede encontrar cualquier persona, de cualquier creencia,
incluso un no creyente. De ahí su afirmación: “una psicoterapia religiosa en
sentido estricto es incomprensible”.
¿Es lo mismo espiritualidad que religión?
Parece no ser así. Hay personas profundamente espirituales que no profesan
ninguna religión, aunque en otros casos religión y espiritualidad están
estrechamente relacionados. En todo caso, muchos expertos diferencian los dos
términos. Se cree que todos los seres humanos están dotados de espiritualidad.
La espiritualidad tiene que ver con la trascendencia, el sentido, los valores de la
persona. Para las personas creyentes, la religión es el marco y las creencias
desde las cuales interpretan su espiritualidad.
Una persona espiritual es consciente de su propia identidad y de su papel en el
mundo. Puede llegar a alcanzar niveles de conocimiento más profundos y
desarrolla con más facilidad sus valores personales, estableciéndose propósitos
de vida más acordes a esos valores. El desarrollo de la espiritualidad es
fundamental para desarrollar una vida consentido.

¿Por qué es importante educarse en la interioridad o espiritualidad?


 La espiritualidad o interioridad nos ayuda a definir nuestros propósitos y
valores. Nos ayuda a huir del vacío filosófico, motivándonos para cultivar
nuestros aspectos más relacionados con el conocimiento del mundo y de
nosotros mismos: el sentido de la verdad, del bien y de la belleza.
 La espiritualidad o interioridad desarrolla nuestro sentido de identidad y
comprensión de uno mismo. Las personas que cultivan su espiritualidad
pueden con más facilidad comprender cuál es el sentido y propósito de su vida
y elaborar un proyecto de realización personal que les ayude a ser más
felices.
 Nos ayuda a tener aspiraciones profundas e íntimas y a llevar un estilo de vida
que nos conecte con el mundo, trascienda de él y dé sentido a nuestra
existencia. La espiritualidad ayuda también a forjar el carácter y la
personalidad de las personas, haciéndoles personas más maduras.
 Es como una carta de navegación, como una brújula que nos guía en el
camino de la vida. Define nuestra forma de pensar y actuar, ya que nos
conecta con nuestra propia identidad, con nuestra dimensión humana.
 Para las personas creyentes, el desarrollo de la espiritualidad es
imprescindible para desarrollar una auténtica religiosidad.

Bibliografía
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/la-espiritualidad-del-ser-humano
https://www.edesclee.com/colecciones/a-los-cuatro-vientos/el-ser-humano-un-ser-
espiritual
http://actitudfrentealcancer.org/la-espiritualidad-un-aspecto-esencial-del-ser-
humano-2/
https://www.magisnet.com/2022/06/un-ser-humano-un-ser-espiritual/
https://www.infocop.es/view_article.asp?id=22235
https://www.uik.eus/es/curso/ser-humano-ser-espiritual
https://es.catholic.net/op/articulos/74919/cat/600/el-hombre-como-ser-
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https://racimo.usal.edu.ar/4576/1/1244-4432-1-PB.pdf
https://www.educamosenfamilia.com/post/qu%C3%A9-entendemos-por-
espiritualidad-y-por-qu%C3%A9-es-tan-importante
https://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/5602/1/11931.pdf
https://www.gerontologia.org/portal/information/showInformation.php?idinfo=432
https://www.mexicosocial.org/la-importancia-de-la-espiritualidad-para-la-salud/
https://es.aleteia.org/2018/03/27/por-que-la-espiritualidad-nos-hace-mas-humanos/

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