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¿De dónde sale la religión?

El hombre es un ser inteligente, y por lo mismo, se plantea la explicación última


de todas las cosas y el sentido de su vida.

En lo más profundo, se da cuenta de que él no es -ni puede ser- el máximo ser


en perfección (¡no soy Dios!) y que él mismo no explica su existencia (mi propia
existencia no puede explicarse a partir de mí mismo), ni su vida (lo que soy y
cómo soy no se debe a mi decisión).
Experimenta también una fuerza irresistible hacia la felicidad, y comprueba que
nada ni nadie la puede satisfacer en este mundo.

Todo esto lo hace un ser esencialmente religioso.

Busca alguien más grande, más pleno, más perfecto... y cuando lo encuentra lo
reconoce como ser supremo: el único que puede darle la felicidad para la que se
da cuenta ha sido creado, y que anhela con todo su ser. Y por eso mismo se
abre al El.

Ahora bien, ¿es todo esto un mero invento destinado a saciar apetencias de
grandeza y sueños de felicidad del hombre?

¿Es razonable ser creyente?

Comencemos planeándonos la alternativa de fondo: Dios o el azar, la lógica


divina o la irracionalidad, la causalidad divina (una causa inteligente) o la
casualidad arbitraria. Aquí radica todo.

Así lo explicaba Benedicto XVI en Ratisbona:


“Creemos en Dios. Esta es nuestra opción fundamental. Pero, nos preguntamos
de nuevo: ¿es posible esto aún hoy? ¿Es algo razonable? Desde la Ilustración,
al menos una parte de la ciencia se dedica con empeño a buscar una explicación
del mundo en la que Dios sería superfluo. Y si eso fuera así, Dios sería inútil
también para nuestra vida. Pero cada vez que parecía que este intento había
tenido éxito, inevitablemente resultaba evidente que las cuentas no cuadran. Las
cuentas sobre el hombre, sin Dios, no cuadran; y las cuentas sobre el mundo,
sobre todo el universo, sin él no cuadran. En resumidas cuentas, quedan dos
alternativas: ¿Qué hay en el origen? La Razón creadora, el Espíritu creador que
obra todo y suscita el desarrollo, o la Irracionalidad que, carente de toda razón,
produce extrañamente un cosmos ordenado de modo matemático, así como el
hombre y su razón. Esta, sin embargo, no sería más que un resultado casual de
la evolución y, por tanto, en el fondo, también algo irracional.

Los cristianos decimos: "Creo en Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra",
creo en el Espíritu Creador. Creemos que en el origen está el Verbo eterno, la
Razón y no la Irracionalidad. Con esta fe no tenemos necesidad de escondernos,
no debemos tener miedo de encontrarnos con ella en un callejón sin salida. Nos
alegra poder conocer a Dios. Y tratamos de hacer ver también a los demás la
racionalidad de la fe, como san Pedro exhortaba explícitamente, en su primera
carta (cf. 1 Pe 3, 15), a los cristianos de su tiempo, y también a nosotros.
Creemos en Dios. Lo afirman las partes principales del Credo y lo subraya sobre
todo su primera parte. Pero ahora surge inmediatamente la segunda pregunta:
¿en qué Dios? Pues bien, creemos precisamente en el Dios que es Espíritu
Creador, Razón creadora, del que proviene todo y del que provenimos también
nosotros”. (Homilía en Ratisbona, 12.9.06).

Encontrar a Dios supone encontrar el origen de sí mismo; y, por tanto, la


razón de la propia existencia.

¿Qué es una religión?

Toda religión es un modo concreto de llegar a Dios: un camino de acceso a la


divinidad, al Creador del universo (y de nosotros mismos).

Todas ellas implican una concepción de Dios y del mundo, a la que siguen unos
modos de relacionarse con ambos, de rendir culto (ritos de adoración) y de vivir
(un moral).

Básicamente en esto consisten todas las religiones: hinduismo, budismo,


judaísmo, cristianismo, islamismo, etc.

En general, se podría decir que hay dos modos de plantearse la religión:

1. Ascendente: el hombre busca caminos hacia su Creador: se esfuerza por


llegar, se “estira” para alcanzar a Dios: conocerlo, agradarlo, honrarlo.

2. Descendente: Dios que se dirige al hombre y se revela, lo salva y le muestra


el camino de salvación.

En el primer modo el hombre sigue el impulso interior que lo lleva a buscar a su


Creador y su plenitud. Es elogiable y muestra una excelente intención. Pero por
este camino podrá llegar tan lejos como sea capaz... lo que siempre será
poco. El ascenso humano hacia Dios es claramente insuficiente para
alcanzar a Dios de modo pleno. Por muy valioso que sea -y lo es-, su resultado
no puede no ser una religión humana; es decir, hecha por hombres. Con muchos
elementos verdaderos, algunos inventos de la imaginación humana, y también
los inevitables errores reflejo de las limitaciones del hombre.

Una religión a la “medida del hombre” es una religión solamente humana.

En cuanto a su origen, resulta evidente que la religión verdadera sólo puede venir
de lo alto: “de arriba”, de Dios. No puede ser creación del hombre: sólo si viene
de Dios será divina.

La religión verdadera necesariamente tiene que ser superior a nosotros:


nos supera precisamente porque es divina. Dios es más grande que el
hombre. Su ser y su verdad no pueden no superarnos. Lo que viene de El, supera
nuestras capacidades. Los conceptos humanos son “chicos” para contener la
verdad divina y las palabra humanas son incapaces de expresarla.
De manera que una religión que venga de Dios necesariamente deberá incluir
elementos que no entiendo plenamente porque superan mi capacidad de
entender: es lo que llamamos misterios. Su aceptación requiere de la fe.

Este es un punto de partida claro: se necesita fe: ¡por definición! Mis


razonamientos se quedan cortos ante lo divino. Acepto lo que Dios revela, no en
base a planteamientos humanos, sino por su origen divino. Es bueno que sea
así: si la religión cupiera en nuestra razón... sería demasiado pequeña.

Por tanto, no soy árbitro, no decido: acepto una realidad que viene de lo alto y
que existe independientemente de mí. Una realidad grandiosa, que lejos de
humillarme, me engrandece.

Una religión que no viene de Dios es una producción humana. Esto es obvio. En
cambio si viene de Dios, es divina. Una religión que no sea divina ¡no sirve!

La religión divina no es una imposición, es un regalo. El mayor don posible: la


llave de acceso a Dios.

Veámoslo con un ejemplo: un maestro en su colegio podría limitarse a mirar el


trabajo de sus alumnos, su empeño para aprender a sumar, a escribir, etc. Si no
mediara una enseñanza previa, por más notables que fueran los esfuerzos de
los chicos, estaría muy claro que no llegarían a conseguir resultados
satisfactorios. Quizás algunos más inteligentes se aproximaran un poco a la
verdad, pero siempre de modo insuficiente: necesitarían mucho tiempo y
esfuerzo para llegar a los conocimientos que tiene su maestro, que a su vez los
recibió de sus propios maestros.... Todos necesitan -necesitamos- una guía. Y
confiar en la enseñanza del maestro (máximamente cuando el “Maestro” es Dios
mismo).
De manera que podríamos concluir que la religión divina no se “construye” según
opiniones humanas. No la hacemos los hombres. La religión viene de lo alto. Y
sólo puede venir de lo alto. Todas las religiones humanas son un esfuerzo muy
meritorio, pero no pueden llegar muy lejos.
La realidad no se “decide” por mayoría. Ni la intramundana ni la divina. Las
cuestiones de religión tampoco dependen de estadísticas sociológicas. No son
meras opiniones personales: hacen referencia a la realidad sobrenatural: el
Creador, el sentido de lo creado, al proyecto divino para el mundo y el hombre,
la realización personal, el acceso a Dios, la vida después de la muerte, etc.

Además no todas las opiniones valen lo mismo: las hay verdaderas y falsas, más
y menos fundadas, razonables o insostenibles. No es lo mismo torturar que dar
de comer al hambriento, por más convencido que esté quien tortura de que así
le hace un bien a la humanidad.
El relativismo no tiene sentido. No cierra por ningún lado. De hecho, no es posible
“funcionar” en clave relativista en ningún ámbito de la vida concreta: ni para
alimentarse, trabajar, tratar los seres queridos, hacer inversiones, usar una
computadora, salir de viaje...

La cultura moderna circunscribe el relativismo (“todo es lo mismo”, “no hay


opciones mejores o peores”, “todas las religiones conducen a Dios”, etc.) sólo al
campo de las cuestiones más importantes de la existencia: las que hacen al
sentido de su vida, la religión y la moral. Es una opción realmente no racional,
que carece de sentido. Sólo tendría sentido si Dios no existiera y la religión fuera
un cuento para niños.

Pero existe un mundo superior a nosotros. Puede ser difícil buscarlo, pero
renunciar a su búsqueda no es sensato.

En este terreno es obvio que necesitamos fe. Sin fe no se puede acceder a Dios.
Sin fe no se puede reconocer la religión verdadera.

Por lo mismo, quien carece de fe, lejos de ser un privilegiado, tiene un problema
muy serio: le falta lo que le permitiría el acceso a las verdades decisivas de su
vida. Desconoce la verdad más profunda de sí mismo: de dónde viene, adonde
va, cómo realizar su vida, qué sucede después de la muerte, etc. Lo que más
importa conocer, está fuera de su campo visual.

Tiene que buscar el sentido de su vida, de otro modo podría vivir “entretenido” con las
cosas de la tierra, pero le faltará la clave de lectura de su existencia. Si busca con
sinceridad, encontrará que Dios se hace el encontradizo y recibirá la fe: porque la da
Dios, es un don que se recibe.

El cristianismo es una religión revelada. Dios nos transmite la verdad sobre sí mismo y
su plan para nosotros; y, además, se comunica El mismo. Es cuestión de fe. La fe se
tiene o no se tiene. Es como un tesoro escondido en un campo: se encontró o no se
encontró.
En materias de fe no se puede convencer a nadie: cada uno tiene que encontrar a
Dios personalmente.

No se puede obligar a creer: libremente se debe aceptar a Dios y su revelación.

Se puede rezar por quien no cree para que lo encuentre. Y ayudarlo a buscar.

Pero loco sería quien pretendiese imponer a Dios sus propios gustos y modas. Y, más
todavía, quien se erigiera en juez de su Creador, exigiéndoles explicaciones sobre lo
que hace o permite.
No, la religión no la hacemos nosotros, para nuestra fortuna viene de lo alto; y esto es
lo mejor que nos podría haber sucedido.

Pero hay más...

La religión no sólo enseña un conjunto de verdades sobre Dios, nosotros y el mundo;


sobretodo comunica una vida divina: eleva al hombre sobre sí mismo para introducirlo
en el mundo divino. Y nos conduce a la vida eterna. Este es el punto más importante:
a través de la religión, la vida divina viene a nosotros.

La religión -si es verdadera- no sólo brinda consuelo para esta vida sino que sobretodo
nos conduce a la felicidad eterna: esta es su razón de ser.
De esta manera, la religión no empequeñece la vida, llenándola de prohibiciones, sino
que amplía sus horizontes, engrandeciendo las posibilidades vitales. Llena la
existencia y le abre caminos insospechados. Y sobre todo nos introduce en la felicidad
divina.
Por su grandeza no puede no ser exigente. Y esto, es parte de su belleza.

LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS RELIGIONES


NO-CRISTIANAS

¿Cómo la Iglesia Católica considera a las religiones no-cristianas?


- El Concilio Vaticano ii así expresa y motiva esa visión positiva:
· “La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones es verdadero
y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los
preceptos y doctrinas que, aunque discrepen en varios de los puntos que ella
mantiene y propone, sin embargo, no pocas veces reflejan un destello de aquella
Verdad que ilumina a todos los hombres” (NA 2).
· Teniendo un sólo origen: Dios, y teniendo también un sólo fin: Dios, las
religiones no-cristianas contienen rayos de bondad, “elementos de verdad y de
gracia como por una casi secreta presencia de Dios” (AG 9).

· En cuanto expresiones de la revelación de Dios en el cosmos y en la humanidad,


estas religiones, en cierto modo, pueden establecer una relación entre Dios y
aquellos que la profesan y la viven con un corazón recto y sincero.
· Las religiones no cristianas además testimonian, si bien de modo insuficiente e
incompleto, pero siempre verdadero, la presencia y la acción de Dios, o al menos
de lo sagrado en el mundo, y sólo Dios sabe cuanto esto es necesario, sobretodo
hoy que vivimos en un mundo que tiende cancelar y hacer desaparecer todo
signo y gesto de lo divino.
· Estas religiones son también la expresión de la búsqueda que realiza el hombre
para encontrar la respuesta a sus interrogantes fundamentales. Como dice el
Concilio, los hombres esperan de las diferentes religiones “la respuesta a los
enigmas recónditos de la condición humana que, hoy como ayer, conmueven
íntimamente sus corazones. ¿Qué es el bien y qué el pecado? ¿Cuál es el origen
y el fin del dolor? ¿Cuál es el camino para conseguir la verdadera felicidad? ¿Qué
es la muerte, el juicio y la retribución después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente,
ese misterio último e inefable que abarca nuestra existencia, del que procedemos
y hacia el que nos dirigimos?” (NA 1).
· Por lo tanto, la Iglesia católica reconoce que en las tradiciones religiosas no-
cristianas existen “cosas verdaderas y buenas” (OT 16), “valiosos elementos
religiosos y humanos” (GS 92), “destellos de aquella Verdad que ilumina a todos
los hombres” (NA 2).
· También aquellos que actualmente no pertenecen a la Iglesia visible, están
objetivamente "orientados" hacia ella, forman parte de esa Iglesia más amplia,
conocida sólo por Dios.
- Por eso, estas religiones merecen la atención y la estima de los cristianos, y su
patrimonio espiritual es una invitación eficaz al diálogo, no sólo sobre los
elementos convergentes sino también sobre aquellos divergentes

¿Cuáles son las principales características positivas, comunes a las


diferentes religiones?
- Las religiones son expresiones de las culturas de los pueblos, y conservan sus
riquezas espirituales;
- Estas religiones transmitieron y transmiten tesoros de sabiduría y religiosidad,
y de este modo pudieron sostener el camino humano y espiritual de tantas
generaciones;
- Por medio de éstas cada uno pudo establecer una relación con Dios, con el
Trascendente, encontrar recursos para el compromiso moral y nutrir una
esperanza en el más allá;
- En las religiones se realiza y desarrolla aquel deseo natural de ver a Dios, que
es común a todos los hombres y constituye la base de todo comportamiento
religioso: ésta es una verdad que la teología católica siempre afirmó, y que
expuso muy bien Santo Tomás en las primeras páginas de su Suma Teológica.

¿La Iglesia Católica revela también las características negativas de las


religiones no-cristianas?
Por otra parte no se debe olvidar ni dejar de decir que las religiones no-cristianas
también contienen elementos falsos, errores teóricos y prácticos,
malformaciones, deformaciones, distorsiones, visiones reduccionistas,...

¿Cuáles son las causas de estas características negativas?


- Estas características negativas, presentes en las religiones no-cristianas,
dependen no tanto y no sólo del modo como tales religiones vienen profesadas o
encarnadas por las diversas personas o por los diversos pueblos, en los diferentes
tiempos y culturas. Esto sucede también en las religiones cristianas.
- Pero estas características negativas, estos elementos no-auténticos, se deben
en gran parte también a la misma naturaleza de las religiones no-cristianas. De
hecho, tales religiones (excepto la religión hebraica), son fruto y efecto de
esfuerzos y tentativos realizados por el hombre para llegar a Dios y para ponerse
en relación con Él, aunque si no se excluye que, en algunos casos, los fundadores
de estas religiones pudieron recibir desde lo alto algún don particular.
- Ahora, justamente debido a su origen humano, es fácil que estas religiones no-
cristianas contengan elementos deformados, erróneos, incompletos, muchas
veces debido al hecho de que las divinidades reflejan al hombre, son imagen y
semejanza de los mismos límites y defectos del hombre. La historia de las
religiones certifica que en muchos casos el hombre hizo, imaginó y construyó
divinidades a su propia imagen y semejanza, olvidando, en cambio, aquello que
es proclamado en las primeras páginas del Libro fundamental de las religiones
hebraica y cristiana (la Biblia), es decir, que es Dios quien hizo al hombre a su
propia imagen y semejanza, y llama al hombre a compartir su vida, donándole
también la capacidad y la fuerza para realizar este objetivo.
- El riesgo de hacer nacer y aumentar tales características negativas es ahora
mayor, si se considera que el hombre es pecador y vive bajo el influjo del pecado
personal y del mundo, y del “príncipe del mal”, es decir, el demonio.
Confrontando las características positivas y negativas de las religiones
no-cristianas, ¿Qué cosa hace la Iglesia?
La Iglesia Católica:
· respeta y ‘asume’ todo aquello que hay de bueno y positivo en las diferentes
religiones;
· al mismo tiempo individua-purifica-libera, a la luz del Evangelio, las escorias y
los elementos no auténticos, es decir, que viene manifestado y denunciado
francamente todo aquello que de deshumanizante, de no-evangélico y de
antivalor se encuentran en ellas;
· afirma la absoluta novedad y originalidad de la fe cristiana, que consiste en el
hecho que en la religión cristiana no es el hombre el que se acerca a Dios, sino
que es Dios el que se acerca al hombre, y que sobretodo se hace hombre en
Jesucristo, el cual, con su muerte en la cruz y su resurrección, quiere salvar a
todos los hombres, donándoles el Espíritu Santo que hace del hombre un hijo de
Dios. En este sentido, las religión cristiana no dice que los hombres se reconcilian
con Dios, sino que “Dios, en Cristo, ha reconciliado el mundo consigo” (2 Cor.
5,19).

¿Cómo se puede sintetizar cuanto se dijo hasta ahora?


Las religiones no-cristianas y las tradiciones religiosas en general:
- ¿Qué expresan?
· La inquietud del corazón humano.
· El anhelo del Absoluto.
· La respuesta a los grandes interrogantes de la existencia.
- ¿Qué relación tienen con el cristianismo?
· son caminos hacia la Verdad;
· contienen semina Verbi (semillas del Verbo de Dios: Jesucristo).
- Son envueltas:
· de la paternidad misteriosa de Dios Padre sobre todos los hombres;
· de la eficacia universal de Cristo, Salvador único y definitivo;
· de la presencia activa del Espíritu Santo, que inhabita todo y a todos.
- El aspecto religioso positivo presente en estas religiones:
· procede de Dios;
· es un don de Cristo, rayo y reflejo de su Verdad;
· forma parte de cuanto obra el Espíritu en el corazón de los hombres y en la
historia de los pueblos, culturas y religiones;
· puede asumir un rol de preparación evangélica, en cuento ocasión o pedagogía
por medio de la cual los corazones de los hombres son estimulados a abrirse a la
acción de Dios.
- Por esto, tal aspecto positivo, presente en las otras religiones, es por
parte de los cristianos:
· conocido;
· respetado;
· valorizado.
- Sin embrago, este aspecto positivo está:
· en espera de purificación/ cumplimiento/ plenitud en Cristo;
· en situación objetiva deficitaria;
· no eficaz ex opere operato (la acción o signo no realiza, por sí mismo y en sí
mismo, aquello que significa).
¿Cuáles son las principales características de la religión cristiana?
- La religión cristiana:
· anuncia y comunica a Cristo que es el único Salvador de todos los hombres;
· ofrece al hombre de todo tiempo, edad, cultura, religión..... la posibilidad de
realizar plenamente y auténticamente aquella plenitud de verdad y de felicidad a
la cual aspira sin descanso;
· tiene en sí misma como objetivo observar un “mayor respeto” por las otras
religiones (aunque si desgraciadamente los cristianos no siempre hemos
reflejado y reflejamos, en nuestro comportamiento, este objetivo).

¿Cómo se salvan aquellos que pertenecen a religiones no cristianas?


“Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero
buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la
gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su
conciencia, pueden conseguir la salvación eterna” (Conclio Vaticano ii, Lumen
Gentium, n.16).

Aquellos que se salvan, ¿Se salvan siempre gracias a Cristo y a su


Iglesia?
Exactamente, incluso si no lo saben. De hecho, la salvación siempre viene de
Cristo-Cabeza, por medio de la Iglesia que es su Cuerpo. Por lo tanto, es tarea
de la Iglesia, anunciar a todos que “Dios quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento pleno de la Verdad” (1 Tim 2,4), por medio de
Jesucristo que es el Único Salvador.

¿Por qué Jesucristo es el único salvador?


- En cuanto que por voluntad de Dios Padre, “No hay bajo el cielo otro nombre
dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4,12);
- Porque ninguno puede conocer, entrar en comunión con Dios-Trinidad, si no es
por medio de Jesucristo (cf. Jn 14,6).
- Cristo es el pleno y definitivo Revelador del Padre y Salvador de los hombres:
es el Mediador de la única vía de salvación.
- Él es Aquel que, en cuanto Hijo unigénito de Dios Padre, puede saciar el hambre
y sed de Verdad y Felicidad que hay en el corazón humano.
- Él es el “esplendor de la gloria” del único Dios Padre. Él es el Hijo de Dios Padre
en sentido pleno y, por lo tanto, es Aquel que nos hace conocer perfectamente a
Dios, lo hace presente en medio de la humanidad. Él es la luz y la vida, como
proclama San Juan en el prólogo de su Evangelio: “En el estaba la vida y la vida
era la luz de los hombres” (Jn 1,4).
¿Dios sí, Religión no?

Cuando hablamos de “religión” nos referimos a una serie de creencias y


prácticas sobre lo que el hombre considera divino o sagrado… estas
creencias pueden ser de tipo existencial, moral o sobrenatural… hay religiones
que están organizadas y otras carecen de toda estructura formal… hay las que
agrupan millones de personas y hay las que tienen unos pocos adeptos o
seguidores…
Hay religiones que creen en uno solo dios… estas se llaman monoteístas y entre
ellas se encuentra el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam… también hay
religiones que creen en más de un dios, estas se dividen en politeístas (una
jerarquía de dioses) y dualistas (dos divinidades opuestas)… también existen
religiones que equiparan el concepto de “dios” al universo o a la naturaleza
(Panteísmo)… e inclusive, hay aquellas que rechazan totalmente el concepto de
dios o dioses, como el Budismo y el Taoísmo…

De esto se desprende que una persona puede ser “religiosa” -creer en “algo” y/o
pertenecer a una “religión”- y no necesariamente creer en “dios” de la manera
que nosotros, los cristianos, lo entendemos… por otra parte, si una persona
cree en “dios” -independientemente del concepto de “dios” que elija creer-, por
definición ya es una persona “religiosa” bien sea que se adhiera a una
religión formalmente establecida o tenga su propia religión particular…

Después de esta no tan breve introducción, les explico que este artículo
responde a varios comentarios existentes en las redes sociales… y que en cierta
medida parecen estar “inspirados” por un video que se ha propagado en forma
“viral” por las redes sociales…

El video en cuestión es un poema en el cual su autor presenta las razones por


las cuales “odia la religión, pero ama a Jesucristo”… como explicaba al
comienzo, esto es una contradicción pues el mero hecho de amar y pretender
seguir a Jesús es, de por sí, un acto religioso… además, la contradicción
aumenta cuando vemos que el joven cambia indistintamente entre los conceptos
“religión” e “Iglesia” durante su poema con el fin último de probar que Jesús es
más que Iglesia/Religión… tampoco podemos dejar de notar que los
“argumentos” que presenta son una serie de medias verdades sacadas fuera de
contexto… lo que hace que me cuestione la honestidad de su intención…

Iglesia significa “asamblea” y se refiere al grupo de creyentes que comparten


unas mismas creencias religiosas o una misma religión… la Iglesia son los fieles,
la religión es lo que los une bajo una fe común… son realidades
complementarias, pero no intercambiables… de hecho, para un católico Cristo e
Iglesia representan una misma realidad… Cristo es la Cabeza y los fieles
conforman su Cuerpo, pero todos juntos forman la Iglesia… así que no es
posible amar a Uno (Cristo) y odiar la otra (Iglesia)…

Es interesante todo este concepto de pretender ser cristiano y seguir a Jesucristo


sin su Iglesia… en realidad lo que se busca es quitar las normas y cánones…
para, de esta forma, fabricar una iglesia hecha a la medida y según las
conveniencias particulares de cada cual… pero, ¿es eso lo que quería Jesús…?
La meta de todo discípulo de Jesús debería ser parecerse al Maestro… y Jesús
fue un hombre religioso… recordemos sus palabras:
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a
dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una
letra o una tilde de la Ley sin que todo suceda» (Mateo 5, 17-18)…
La vida de Jesús no puede limitarse a su Sacrificio en la Cruz… ese fue el acto
supremo de Amor de Dios por el cual Cristo redimió a la humanidad… con éste “se
inicia la nueva Creación, en la cual todo hallará de nuevo su pleno sentido y
cumplimiento” (CIC 349)… pero toda su vida, desde que la Anunciación marcó el
momento de la Concepción de Jesús en el seno de María… hasta su Ascensión a los
Cielos… toda palabra, todo gesto y toda enseñanza… todo iba encaminado a preparar
a sus discípulos para que continuaran su Misión de llevar el anuncio de Salvación a
todas las gentes…
Decir que Jesús no quería una Iglesia es erróneo y contrario a las Escrituras…
recordemos que en las cercanías de Cesarea de Filipo, Jesús le pregunta a los
Apóstoles quién dicen ellos que es Él… y ante la confesión de Simón Pedro, Jesús le
responde: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto
la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en
la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en
los cielos» (Mateo 16, 13-19)… Después de leer este pasaje, ¿cómo puede negarse la
intención de Jesús de formar una Iglesia…?
El Evangelio también nos muestra el deseo de Jesús de que esa Iglesia fuera “una”,
como Él y el Padre son uno… y que en esa unidad, diera testimonio de Él… Jesús le
entrega el poder de retener y perdonar pecados, un poder que solamente le
corresponde a Dios y que Él seguirá ejerciendo a través de ellos… a Pedro le da la
encomienda especial de confirmar a los demás Apóstoles en la fe… y de apacentar a
sus ovejas… finalmente, promete que estará con ellos, con su Iglesia, todos los días
hasta el fin del mundo… y envía al Espíritu Santo para guiarlos… ¿Cómo puede
alguien considerarse seguidor de Jesús si no respeta sus deseos y sigue sus
enseñanzas…?
El libro de los Hechos y las Cartas de los Apóstoles nos muestran cómo era la Iglesia
primitiva… y observamos una Iglesia jerárquica, donde se acudía a los Apóstoles para
la toma de decisiones… vemos cómo la celebración cristiana se establece en torno a
la Fracción del Pan… y cómo Pablo advierte de no acercarse a esta “Cena”
indignamente… esa es la Iglesia que preservó las Tradiciones que los Apóstoles
recibieron de Jesús… y las transmitió a las siguientes generaciones… es en esa
Iglesia donde nació la Biblia… y es esa Iglesia la que le confiere la autoridad para
considerarla “Palabra de Dios”… sin ella no conoceríamos a Jesús… y fuera de ella no
somos verdaderos discípulos suyos…
Seguir a Dios -al Dios de los cristianos- sin su Iglesia es una tarea difícil… pretender
seguirlo sin ninguna iglesia o sin una religión no sólo es imposible, sino que
carece de todo sentido y razón… solamente una cosa tengo clara al ver el éxito
aparente de este video en las redes sociales: la superficialidad con la que las gentes
reciben el mensaje del Evangelio… y la ignorancia que impera en los “cristianos” sobre
el Dios que dicen seguir…

¿Cristo no es religión?, ¿tiene fundamento tal


aseveración?

"¡Cristo no es religión!". Esta frase es soltada a menudo en la cara de los católicos


que profesan un orgullo de pertenecer a la Iglesia. Esta frase es dicha generalmente
incluyendo una inconsciente actitud de haber pasado a un nivel espiritual más elevado
que el pobre católico que no se ha percatado de esta "gran verdad", pero ¿es que es
una verdad? Para profundizar en esto he querido hacer este breve estudio.

Pequeños ejemplos de esta ideología

Una ideología que ha ido progresivamente haciéndose parte en muchas Iglesias


cristianas no católicas es una reciente negación de la religión. Es sorprendente oírles
decir: "Cristo no es religión", "Yo no pertenezco a religión alguna, lo mío es una
relación personal y verdadera con Jesucristo" y frases por el estilo.

Recientemente platicaba con una amiga evangélica por el Chat, y activé él registro
automático de la conversación, anexo un pequeño extracto de la misma:

Concepto de Religión

Para buscar el significado real de la palabra religión debemos buscar la fuente más
autorizada en el mundo en lo que se refiere a significado de palabras en español: El
diccionario de la Real Academia Española, y luego otra fuente fácil de verificar por
ustedes.

El diccionario de la Real Academia Española nos da como significado principal y


secundario de la palabra religión los siguientes:
Diccionario de la Real Academia Española:
Religión [Del lat. religio, -onis] 1. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de
sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y
social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. 2. Virtud
que mueve a dar a Dios el culto debido

La enciclopedia Microsoft Encarta dice:


Enciclopedia Microsoft Encarta, Religión: En términos generales, forma de vida o creencia
basada en una relación esencial de una persona con el universo, o con uno o varios dioses. En
este sentido, sistemas tan diferentes como budismo, cristianismo, hinduismo, judaísmo y
sintoísmo pueden considerarse religiones. Sin embargo, en un sentido aceptado de una forma
corriente el término religión se refiere a la fe en un orden del mundo creado por voluntad
divina, el acuerdo con el cual constituye el camino de salvación de una comunidad y por lo
tanto de cada uno de los individuos que desempeñen un papel en esa comunidad. En este
sentido, el término se aplica sobre todo a sistemas como judaísmo, cristianismo e islam, que
implican fe en un credo, obediencia a un código moral establecido en las Escrituras Sagradas y
participación en un culto. En su sentido más específico el término alude al sistema de vida de
una orden monástica o religiosa.

Resumiendo los significados que la Real Academia Española y la Enciclopedia nos


dan podemos concluir que religión es la forma que tiene cada persona de relacionarse
con Dios, dándole el culto que le es debido.

Bajo esa definición, el cristianismo definitivamente es una religión, el mismo


diccionario de la Real Academia lo define como tal:

Diccionario de la Real Academia Española


Cristianismo 1. Religión cristiana
Según la enciclopedia Encarta encontramos una definición similar:

Enciclopedia Microsoft Encarta, Cristianismo, religión monoteísta basada en las enseñanzas


de Jesucristo según se recogen en los Evangelios, que ha marcado profundamente la cultura
occidental y es actualmente la más extendida del mundo. Está ampliamente presente en todos
los continentes del globo y la profesan más de 1.700 millones de persona

El cristianismo no sólo es considerado mundialmente como una religión, sino como la


más extendida del mundo. Decirse cristiano y decir que su cristianismo "no es religión"
es simplemente rechazar cual es el significado de la palabra, vivir en un universo
imaginario donde las palabras significan para él lo que quiere que signifiquen, pero no
lo que significan para "el resto del mundo".

Si eres cristiano, el cristianismo es TU RELIGION, de eso no hay duda. No importa


que a alguien no le guste la palabra, que haya desarrollado antipatía por ella. El
significado no será cambiado de todos los diccionarios del mundo simplemente porque
el "sienta", "crea" que lo de él no es "religión".

Muchos podrán querer dar a la palabra su propio significado, pero ¿Tendrá


fundamento su posición desde el sentido común?

La Religión según la Biblia

Pasemos ahora al segundo punto, veamos que dice la palabra de Dios sobre
religión, ya que si la postura de los hermanos separados tiene sentido, debe
haber algún pasaje bíblico que pueda apoyar su postura ¿Será que lo hay?

NO, no lo hay. En toda la Biblia no hay ni un solo pasaje bíblico que habla aunque
sea un poco mal de la religión. Por el contrario, la palabra religión, religioso,
religiosa aparece 7 veces, y en ninguna de ellas puede verse un significado
negativo, sino todo lo contrario.
Juan 9,31 Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y
cumple su voluntad, a ése le escucha.
El pasaje anterior narra la forma en como el ciego refuta a los fariseos que no se
explicaban como pudo haber sido sanado por Jesús. Cuando los fariseos le
insultan, el les contesta con estas sabias palabras para darles a entender que si
Cristo le sanó es porque Dios le escuchaba, pero muy interesante las palabras
que utiliza: "si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha"

Lo mismo Pablo, cuando fue perseguido por los judíos, la Biblia nos enseña que
fue perseguido por "su religión"
Hechos 25,19 solamente tenían contra él unas discusiones sobre su propia religión y
sobre un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive.
Muchos pueden decir que no tienen religión, pero ¿Es que caso Pablo no era
cristiano? ¡Y Pablo, dice la Biblia, tenía religión! Si Pablo tenía religión y era
perseguido por ella, ¿porque ellos no tienen religión?

Pablo posteriormente explica que él había sido fariseo, y alega que el judaísmo
era "su religión":

Hechos 26,5 Ellos me conocen de mucho tiempo atrás y si quieren pueden testificar que
yo he vivido como fariseo conforme a la secta más estricta de nuestra religión.
Importante notar que no dice que ya no es su religión, notemos que cuando Pablo
dice "nuestra religión" implica que la considera "suya también". El judaísmo fue
la religión verdadera, que ahora llegaba a su plenitud con Cristo. Pablo no
cambió de Dios, sino que le conoció en plenitud a través de la revelación de
Jesucristo,

Uno de los pasajes más contundentes que mencionan la Palabra religión es el


siguiente:
Santiago 1,26-27 Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que
engaña a su propio corazón, su religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios
Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse
incontaminado del mundo.
Este pasaje es muy pero muy ilustrativo para el tema que nos aboca. Este pasaje
nos explica "como hay que vivir la religión", y comienza diciendo que nuestra
religión es vana si no podemos freno a nuestra lengua, para continuar
describiéndonos las características de la religión verdadera.

El pasaje NO DICE que la religión es mala, o que el cristiano no tiene religión,


sino que hay una "religión pura e intachable ante Dios Padre". Una religión cuya
característica es que se vive desde el interior, no un mero cumplimiento de
preceptos, sino impregnada de una fe viva que se manifieste en obras, en
caridad para los necesitados y en mantener una vida limpia de pecado.
El problema nunca ha sido la religión, la religión es indispensable. El problema
para muchos de nosotros pudo haber sido vivir la religión exteriormente pero no
desde el interior, no tener una religión fundada en una fe viva, activa, como decía
Santiagos, un fe si obras, una fe muerta.

Santiago 2,26 Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin
obras está muerta.
¿De donde viene este rechazo a la religión por parte de los hermanos
separados?

Muchos hermanos separados, al tratar de desligarse de normas y dogmas y


tener fuertes sentimientos anticatólicos, han tratado de redefinir la palabra
religión y de asociar la palabra con un simple y mero "cumplimiento de
preceptos". Ahora, luego de haber hecho dicha asociación y redefinición de la
palabra, para no haberse visto afectados por el cambio, han salido del paquete
diciendo que lo de ellos "no es religión" (lo de los demás si). Es una novedosa
forma de distinguirse como un "creyente verdadero libre de dogmas y religiones",
les da una sensación de libertad, les permite no estar sujetos a ningún tipo de
autoridad excepto lo que ellos entienden de la Biblia y bajo su propia
interpretación. Si en alguna Iglesia no le gusta lo que dicen, se va a otra y ya, y
si es carismático, quizá hasta funde una nueva. Como ya hay miles y han
utilizado casi todos los nombres conocidos, quizá termine llamándola
"Deténgase de sufrir" o "Testigos de Dios". Y al fin y al cabo ¿Qué tenemos nos
queda?:

Yo lo llamaría: Religión igualito, pero "a la medida".

Nada acorde con lo que exige la Palabra de Dios:


1 Corintios 1,10 Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que
tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis
unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio.
El pasaje anterior no es una "sugerencia", es una "orden" en nombre de Cristo,
la que exige a los cristianos UNIDAD, pero no la unidad aparente, sino una
unidad que implica cohesión de fe tanto en mentalidad y juicio.

¿Qué consecuencia trae esta ideología?

Sin darse cuenta, están apoyando el lema marxista bajo el cual miles de
cristianos han sido perseguidos y sometidos y que reza:

Carlos Marx "¡La religión es el opio de los pueblos!"

Y prepara al cristiano poco instruido a ser víctima del engañoso New Age, que
predica exactamente lo mismo, pero que va más allá todavía, afirmando que
todas las religiones son iguales (cristianismo incluido). Para ellos, Cristo es un
simple iluminado rebajándolo al nivel de Mahoma, Sai Baba, Dalai Lama, y tantos
otros.
¿Cuál es la verdad?

Los cristianos tenemos claro una verdad:


Juan 14,6 Le dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino
por mí".
Cristo es el único camino hacia el Padre, por tanto, Cristo no solo es religión,
sino que Cristo es "la religión verdadera", "la religión en plenitud", "la forma
perfecta de relacionarse con el Padre". No hay otro nombre por el cual los
hombres podamos ser salvados. Pero estar unido a Cristo, es estar unido a la
Iglesia, que es su cuerpo.

Conclusión

Cuando un hermano vuelva con la "profunda" frase "Cristo no es religión", trata


de hacerle entender que repite un lema nuevo y sin sentido, un lema que ni
siquiera predicaban los protestantes en el siglo pasado y que tampoco predican
hoy las Iglesias protestantes tradicionales, dile que te argumente bíblicamente
porqué lo dice, que analice que está diciendo, que trate de caer en cuenta que
está simplemente repitiendo "el lema del pastor", más algo que realmente no
tiene el menor fundamento bíblico. Trata de hacerle entender el significado real
de la palabra, quizá le hagas reflexionar y se de cuenta que está repitiendo algo
"sin fundamento".

¿Son lo mismo todas las religiones?

La respuesta inmediata a esta pregunta es bastante obvia: las diferentes


religiones son distintas, ya que si no se diferenciaran entre sí serían la misma
religión. De manera que las distintas religiones no son lo mismo.
Y a la pregunta de por qué no todas las religiones son lo mismo, habría que
responder sencillamente ¡precisamente porque son diferentes!

El problema de fondo: el indiferentismo religioso

Pero en realidad la pregunta que estamos analizando no apunta a la


identificación de todas las religiones entre sí. En realidad sugiere que, más allá
de sus diferencias, sería lo mismo creer en una religión o en otra, practicar una
u otra diferente, ya que todas ellas conseguirían el mismo objetivo: “todas llevan
a Dios”.

La única manera de que todas las religiones fueran lo mismo es que todas
ellas fuesen falsas
Sólo se puede afirmar que todas las religiones son lo mismo desde algunas
posiciones ideológicas:

- El ateísmo dirá que todas son igualmente falsas.


- El agnosticismo afirmará que ninguna tiene el menor fundamento.
- El indiferentismo sólo considerará una cierta utilidad psicológica a la religión
(paz interior, sentido de trascendencia, cierta fraternidad, etc.), que podría
conseguirse con cualquiera de ellas (lo que supondría que la religión no fuera un
camino hacia Dios, sino una medicina que el hombre se da a sí mismo para
resolver sus ansias de infinito).

Quien acepte que Dios existe y que tiene un proyecto cognoscible para el hombre
–cualquiera sea la religión que profese- nunca podrá aceptar la afirmación de
que todas las religiones sean lo mismo.

¿Qué sentido tiene una religión?

Para responder a esta pregunta había que ver qué se entiende por religión y qué
papel se le asigna en la vida de una persona.
Si las concibo como una creación humana (un invento del hombre), con una
finalidad genéricamente espiritual, un refugio psicológico a la hora de los
problemas y peligros de al vida, etc., posiblemente no me preocupará demasiado
las diferencias entre las distintas religiones, y todas –dentro de ciertos límites-
me parecerán igualmente válidas.

Pero si concibo la religión como un encuentro entre Dios y el hombre, en el cual


Dios tiene la iniciativa, se ha mostrado al hombre y enseñado un camino de
salvación, la cosa es diferente: me interesará mucho saber cuál es la verdadera.

Porque verdadera sólo puede haber una religión

Aquella que Dios haya revelado. No puede haber varias religiones distintas
igualmente verdaderas por el principio de no contradicción: dos afirmaciones
contrarias no pueden ser al mismo tiempo, ambas verdaderas, en el mismo
sentido. Si una es verdadera, la otra no lo será.

¿Hay religiones falsas y verdaderas?

Quizá fuera mejor hablar de religiones reveladas y no reveladas. O de religión


verdadera y religiones que se acercan más o menos a la verdad.

La gran mayoría de las religiones son buenas, en cuanto que enseñan un camino
de aproximación al Creador. Responden a la religiosidad natural del hombre. Le
proponen un ideal ético. Y tienen –en distintos grados- una mayor o menor
aproximación a la verdad.

¿Cuánto contienen de verdad?

Al responder a la religiosidad natural del hombre todas contienen aspectos


verdaderos. Hay religiones más cercanas a la verdad y otras menos cercanas.
No son todas lo mismo. Las hay más serias y menos serias, más profundas y
más superficiales, más espirituales y más terrenales, trascendentes o
inmanentes...

Unas más concordes a la dignidad de la persona humana (obviamente una


religión que propugnara sacrificios humanos no sería aceptable racionalmente),
y otras menos.

La Iglesia considera que las religiones no cristianas contienen semillas de


verdad, que conducen a la verdad completa .

Religión verdadera sólo puede una que haya sido revelada por Dios mismo

Porque sólo Dios puede decirnos con precisión quién es y qué quiere de
nosotros. Una religión no revelada por Dios, no pasará de ser un buen intento
del hombre por acercarse al Creador: algo muy valioso, pero que resultará muy
pobre si consideramos la infinita distancia que nos separa de Dios, distancia que
el hombre no puede recorrer por su propios medios.

Si Dios existe y creó seres racionales –como somos nosotros-, no parece


razonable que no les haga conocer cómo llegar hasta Él: que se quedase
mirándonos mientras nosotros nos equivocamos tratando de encontrar el
camino.
Si Dios existe, lo razonable sería que existiera una sola religión verdadera. En
caso contrario todas son falsas.

¿Para qué sirve una religión?

Si la religión sirve para hacernos entrar en comunión con Dios y brindarnos la


salvación –que de eso se trata-, es obvio que nos interesa mucho encontrar el
camino que realmente lo realiza.

¿Qué es el sincretismo religioso?

Es la mezcla de elementos de diferentes religiones. En este caso nos


encontramos claramente con una creación humana, fruto de la recolección de
elementos religiosos variados según el propio gusto.

La adhesión a una religión no es como ir de compras a un supermercado: ver


qué me ofrece el mercado de las religiones y elegir la que más me guste (o
incluso armar una con los elementos que más me atraigan de muchas de ellas).

¿En qué consiste la libertad religiosa?

Es el derecho que tengo a obrar según mi conciencia en materia de religión.


Este derecho no se basa en que todo sea lo mismo –y entonces da igual qué
elija-, sino en el derecho a no ser presionado en mis convicciones religiosas. La
raíz es la dignidad de la persona humana.
Libertad religiosa y obligación de buscar la verdad

Hay dos aspectos complementarios: el derecho a la libertad religiosa (derecho


exigible ante el Estado y los demás) y la obligación personal delante de Dios y
de mí mismo de buscar la verdad.

Nadie debería coaccionarme en materia religiosa: el acceso a Dios supone la


libertad.

Al mismo tiempo, mi honradez personal me exige personalmente buscar la


verdad: no sería honesto si no lo hiciera. Evidentemente Dios me pedirá cuenta
de cuánto lo he buscado, de cuánto de sincero he sido en esa búsqueda. Este
es un asunto entre Dios y yo, del que rendiré cuentas después de mi muerte. Los
demás podrán aconsejarme, pero no reemplazan mi libertad: es una cuestión
entre Dios y yo.

El derecho a la libertad religiosa no consiste en que haya el derecho a profesar


y practicar cualquier religión porque todas sean lo mismo. Consiste en que mi
dignidad humana exige el derecho a no ser coaccionado en cuestiones
religiosas.

Ambas cosas no sólo son compatibles, sino que complementarias. La misma


dignidad humana que exige a los demás respetarme en mis convicciones
religiosas, me “exige” a mí buscar la verdad.
Recomendamos la lectura de:

Sectas, apologética y conversos


Apologética: Respuestas para defender la fe

¿Son lo mismo todas las religiones?


Muchas veces oís decir que todas las religiones son lo mismo, que todas llevan
a Dios.

Por: P. Eduardo Volpacchio | Fuente: www.algunasrespuestas.com


La respuesta inmediata a esta pregunta es bastante obvia: las diferentes
religiones son distintas, ya que si no se diferenciaran entre sí serían la misma
religión. De manera que las distintas religiones no son lo mismo.
Y a la pregunta de por qué no todas las religiones son lo mismo, habría que
responder sencillamente ¡precisamente porque son diferentes!

El problema de fondo: el indiferentismo religioso

Pero en realidad la pregunta que estamos analizando no apunta a la


identificación de todas las religiones entre sí. En realidad sugiere que, más allá
de sus diferencias, sería lo mismo creer en una religión o en otra, practicar una
u otra diferente, ya que todas ellas conseguirían el mismo objetivo: “todas llevan
a Dios”.

La única manera de que todas las religiones fueran lo mismo es que todas
ellas fuesen falsas

Sólo se puede afirmar que todas las religiones son lo mismo desde algunas
posiciones ideológicas:

- El ateísmo dirá que todas son igualmente falsas.


- El agnosticismo afirmará que ninguna tiene el menor fundamento.
- El indiferentismo sólo considerará una cierta utilidad psicológica a la religión
(paz interior, sentido de trascendencia, cierta fraternidad, etc.), que podría
conseguirse con cualquiera de ellas (lo que supondría que la religión no fuera un
camino hacia Dios, sino una medicina que el hombre se da a sí mismo para
resolver sus ansias de infinito).

Quien acepte que Dios existe y que tiene un proyecto cognoscible para el hombre
–cualquiera sea la religión que profese- nunca podrá aceptar la afirmación de
que todas las religiones sean lo mismo.

¿Qué sentido tiene una religión?

Para responder a esta pregunta había que ver qué se entiende por religión y qué
papel se le asigna en la vida de una persona.
Si las concibo como una creación humana (un invento del hombre), con una
finalidad genéricamente espiritual, un refugio psicológico a la hora de los
problemas y peligros de al vida, etc., posiblemente no me preocupará demasiado
las diferencias entre las distintas religiones, y todas –dentro de ciertos límites-
me parecerán igualmente válidas.

Pero si concibo la religión como un encuentro entre Dios y el hombre, en el cual


Dios tiene la iniciativa, se ha mostrado al hombre y enseñado un camino de
salvación, la cosa es diferente: me interesará mucho saber cuál es la verdadera.

Porque verdadera sólo puede haber una religión

Aquella que Dios haya revelado. No puede haber varias religiones distintas
igualmente verdaderas por el principio de no contradicción: dos afirmaciones
contrarias no pueden ser al mismo tiempo, ambas verdaderas, en el mismo
sentido. Si una es verdadera, la otra no lo será.

¿Hay religiones falsas y verdaderas?

Quizá fuera mejor hablar de religiones reveladas y no reveladas. O de religión


verdadera y religiones que se acercan más o menos a la verdad.

La gran mayoría de las religiones son buenas, en cuanto que enseñan un camino
de aproximación al Creador. Responden a la religiosidad natural del hombre. Le
proponen un ideal ético. Y tienen –en distintos grados- una mayor o menor
aproximación a la verdad.

¿Cuánto contienen de verdad?

Al responder a la religiosidad natural del hombre todas contienen aspectos


verdaderos. Hay religiones más cercanas a la verdad y otras menos cercanas.

No son todas lo mismo. Las hay más serias y menos serias, más profundas y
más superficiales, más espirituales y más terrenales, trascendentes o
inmanentes...

Unas más concordes a la dignidad de la persona humana (obviamente una


religión que propugnara sacrificios humanos no sería aceptable racionalmente),
y otras menos.

La Iglesia considera que las religiones no cristianas contienen semillas de


verdad, que conducen a la verdad completa .

Religión verdadera sólo puede una que haya sido revelada por Dios mismo

Porque sólo Dios puede decirnos con precisión quién es y qué quiere de
nosotros. Una religión no revelada por Dios, no pasará de ser un buen intento
del hombre por acercarse al Creador: algo muy valioso, pero que resultará muy
pobre si consideramos la infinita distancia que nos separa de Dios, distancia que
el hombre no puede recorrer por su propios medios.

Si Dios existe y creó seres racionales –como somos nosotros-, no parece


razonable que no les haga conocer cómo llegar hasta Él: que se quedase
mirándonos mientras nosotros nos equivocamos tratando de encontrar el
camino.
Si Dios existe, lo razonable sería que existiera una sola religión verdadera. En
caso contrario todas son falsas.

¿Para qué sirve una religión?

Si la religión sirve para hacernos entrar en comunión con Dios y brindarnos la


salvación –que de eso se trata-, es obvio que nos interesa mucho encontrar el
camino que realmente lo realiza.

¿Qué es el sincretismo religioso?

Es la mezcla de elementos de diferentes religiones. En este caso nos


encontramos claramente con una creación humana, fruto de la recolección de
elementos religiosos variados según el propio gusto.

La adhesión a una religión no es como ir de compras a un supermercado: ver


qué me ofrece el mercado de las religiones y elegir la que más me guste (o
incluso armar una con los elementos que más me atraigan de muchas de ellas).

¿En qué consiste la libertad religiosa?

Es el derecho que tengo a obrar según mi conciencia en materia de religión.


Este derecho no se basa en que todo sea lo mismo –y entonces da igual qué
elija-, sino en el derecho a no ser presionado en mis convicciones religiosas. La
raíz es la dignidad de la persona humana.

Libertad religiosa y obligación de buscar la verdad

Hay dos aspectos complementarios: el derecho a la libertad religiosa (derecho


exigible ante el Estado y los demás) y la obligación personal delante de Dios y
de mí mismo de buscar la verdad.

Nadie debería coaccionarme en materia religiosa: el acceso a Dios supone la


libertad.

Al mismo tiempo, mi honradez personal me exige personalmente buscar la


verdad: no sería honesto si no lo hiciera. Evidentemente Dios me pedirá cuenta
de cuánto lo he buscado, de cuánto de sincero he sido en esa búsqueda. Este
es un asunto entre Dios y yo, del que rendiré cuentas después de mi muerte. Los
demás podrán aconsejarme, pero no reemplazan mi libertad: es una cuestión
entre Dios y yo.

El derecho a la libertad religiosa no consiste en que haya el derecho a profesar


y practicar cualquier religión porque todas sean lo mismo. Consiste en que mi
dignidad humana exige el derecho a no ser coaccionado en cuestiones
religiosas.
Ambas cosas no sólo son compatibles, sino que complementarias. La misma
dignidad humana que exige a los demás respetarme en mis convicciones
religiosas, me “exige” a mí buscar la verdad.
Recomendamos la lectura de:

El catolicismo, ¿Es la religión verdadera?: Basta conocer los motivos de


credibilidad del cristianismo para saber que es la religión verdadera
El cristianismo, una verdad que es Don de Dios a su pueblo: Es la paradoja
cristiana; la paradoja de la Encarnación: de un Dios que escandaliza no tanto
por su lejanía como por su novedosa e inesperada proximidad. Una proximidad
tan inaudita que capacita a un grupo de hombres para ser, en medio de la
sociedad y de la historia, portavoces de Dios, oráculos de su palabra,
instrumentos de su salvación.

¿Qué podemos pensar de aquellos que, con el correr de los siglos, han querido
enmendar la página al Señor creando nuevas religiones? ¿No será que con esta
actitud entorpecen el plan de Dios y en lugar de construir la unidad colaboran a la
división? Conozcamos algunas de estas denominaciones.

El Misterio de la Encarnación: El Verbo se encarnó para que nosotros


conociésemos así el amor
La Revelación: Dios se ha revelado como Ser personal, a través de una historia
de salvación, creando y educando a un pueblo para que fuese custodio de su
Palabra y para preparar en él la Encarnación de Jesucristo.

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