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Responsabilidad

Precontractual

Dra. Leyla Ivon Vilchez Guivar de Rojas


¿En que se fundamenta
la Responsabilidad
Precontracctual?
Responsabilidad Precontractual
Surge de los daños que se producen por actos realizados u
omisiones verificadas antes de la celebración del contrato, es
decir, antes del perfeccionamiento del acuerdo de voluntades

Se da en determinados actos que hicieron


confiar, por lo menos a una de las partes,
en que el negocio propuesto llegaría a
buen fin o que éste era válido.
Los representantes de distintas empresas han acordado reunirse, y
efectivamente lo hacen, para negociar la venta de las acciones de una de
ellas a favor de la otra. Se hacen las ofertas y contraofertas respectivas, se
realizan las consultas del caso, se sugieren incluso algunas reglas y, sin
embargo, la operación no se llega a concretar, pese a todo el tiempo y
algunos gastos invertidos (los normales, si se quiere), por cuanto a una de
la partes no le satisface del todo las condiciones que se han planteado.

Los Directivos de una empresa entran en negociaciones con uno de sus


empleados, en relación con el posible traslado de éste a una de sus oficinas en
otro país. Apareciendo que el traslado es inminente pues las tratativas entre los
Directivos y el empleado llegaron a un punto tal que alienta a éste a realizar
inversiones, disposiciones de patrimonio, venta de bienes y otros gastos, sin
embargo, el traslado se frustra por decisión unilateral de la empresa.
El apoderado del propietario de un bien inmueble celebra un contrato de
compraventa y, en virtud de las facultades otorgadas en el poder que
ostenta dicho apoderado, los compradores cancelan el precio pactado; sin
embargo, cuando se efectuó la transacción comercial, el poderdante ya
había fallecido, lo cual invalidaba el poder que ostentaba el vendedor,
quien estaba al tanto del fallecimiento de su mandante.

En la venta de un automóvil, el vendedor, experto


en dicho rubro, no informa al comprador que el
vehículo materia de la transferencia corresponde a
un lote que presenta desperfectos de fábrica que
van a determinar la aparición en un breve plazo de
tiempo, de fallas mecánicas que demandaran
ciertas inversiones en su reparación.
Tratativas De acuerdo a tratativas verbales y compromisos
de palabra asumidos entre un artista y un
empresario, se genera la certeza de la
presentación del primero en determinada fecha
y lugar, lo cual motiva que el segundo invierta
fuertes sumas de dinero en avisos publicitarios,
alquileres de escenarios y equipos y venta
anticipada de entradas para el espectáculo; sin
embargo, llegada la fecha del evento el artista
se retracta y rehúsa presentarse, aludiendo que
al no haberse firmado ningún documento no le
puede ser exigible la presentación.
Culpa in Contrahendo

Culpa in contrahendo, o del


resarcimiento en los contratos
nulos o que no llegan a
perfeccionarse

Jhering concluyó en que, dado que había una culpa cometida en el


período previo a la conclusión del contrato y, puesto que ésta era
generadora de un daño, podía denominarse culpa in contrahendo
Teoría del «daño al interés negativo»
Jhering
Teoría del «daño al interés negativo» o de
confianza, que se producía cuando una de las
partes se apartaba intempestiva o
arbitrariamente de las tratativas, luego de emitida
la oferta, generándose de este modo, el deber de
resarcir. Dado que el damnificado en los casos de
culpa in contrahendo, no puede invocar la lesión
por incumplimiento, o interés positivo, solo
exigible en un contrato válido, solamente tendrá
derecho al resarcimiento del interés negativo o de
confianza.
Lucro Daño
cesante Emergente
Jhering Roberto Brebbia
Culpa in contrahendo consiste a) La culpa in contrahendo es de naturaleza contractual.
b) El deber de diligencia es el mismo en el período de
en la violación de la obligación
formación del contrato como en el período de ejecución
de diligencia que las partes
del mismo.
deben observar, no solo en el
c) Los contratantes son los únicos que pueden incurrir
cumplimiento del contrato,
en esta especie deculpa, quedando excluidos los
sino también en el transcurso terceros.
de las relaciones anteriores al d) Si el acto a cuya formación se tiende no es un
mismo, a fin de que cada contrato, no puede haber culpa in contrahendo.
contratante no quede e) La acción se transmite a los herederos y prescribe de
expuesto a la contingencia de la misma manera que la fundada en la culpa contractual.
constituirse en víctima de la f) Para que pueda haber culpa in contrahendo tiene que
negligencia del otro. haber existido oferta. Las meras tratativas anteriores a
la promesa de contrato no originan responsabilidad
civil.
Según Faggella
• las partes tienen el derecho de interrumpir en cualquier momento las
tratativas, cualquiera sea el grado de adelanto logrado, pero la ruptura
intempestiva puede originar responsabilidad cuando de ella se produce un
daño. Se considera retiro intempestivo de las negociaciones, cuando una de
las partes pone fin a las tratativas sin que éstas hayan seguido su curso
normal, ya sea con el perfeccionamiento del contrato o con la ruptura
definitiva por falta de acuerdo.

Concluye este autor, en que el resarcimiento por la


ruptura intempestiva de las negociaciones debe limitarse
sólo a los gastos reales efectuados con motivo de ellas,
no debiéndose incluir las ganancias dejadas de obtener.
De esta manera, Faggella descarta la teoría del daño al
interés negativo sostenida por Jhering, que incluía el lucro
cesante.
Art. 1362Código Civil Peruano
• “Los contratos deben negociarse, celebrase y ejecutarse según
las reglas de la buena fe y común intención de las partes”.

Según los preceptos de la buena fe en la etapa


precontractual, el Código Civil italiano , dicha
Buena Fe obligación se concreta en tres tipos de
conductas: información, secreto y custodia;
pero a ella habría que añadir, como supuesto
de gran trascendencia práctica, el de no
interrumpir, bajo determinadas condiciones,
las negociaciones contractuales.
Faggela
a)Es posible responsabilizar jurídicamente al que se retira en los primeros períodos antecontractuales.
b)Tal responsabilidad se funda en el consentimiento para las tratativas o al concurso con ellas, y, sobre
todo, en el hecho de la existencia de un perjuicio al otro tratante, representado por los gastos y por
el trabajo realmente empleado en la elaboración del proyecto contractual.
c)Este consentimiento contiene en su esencia la obligación tácita de resarcir al tratante de los gastos
efectivos y del costo de trabajo preparatorio contractual.
d)d) Los límites del resarcimiento están señalados por la necesidad de los gastos y del trabajo
preparatorio pertinente; y los caracteres del consentimiento para tratar de la otra parte.
e)e) La responsabilidad no tiene su raíz ni en el vínculo contractual, ni en la culpa in contrahendo, ni
en su asunción de garantía, ni en un mandato, ni en una negotiorum gestio.
f) El consentimiento, que se mantiene en un estado psicológico y jurídico de pasividad, excluye la
existencia del primer elemento.
g)Para integrar la responsabilidad debe también concurrir el aniquilamiento de la posibilidad o de las
posibilidades de surgir un derecho esperado, fundado sobre el consentimiento para tratar.
h)La voluntad de las partes puede extender, restringir o eliminar esta responsabilidad.
Jhering, afirma la existencia de responsabilidad precontractual en los
supuestos de:

• Contratos nulos por causas surgidas en la fase de


formación del contrato imputables a una de las partes,
• Accidentes acaecidos durante los tratos,
• Ruptura injustificada de las conversaciones preliminares,
• Conversaciones iniciadas de mala fe o prolongadas sin
llegar a concluirse el contrato, y,
• Acuerdo verbal previo con desistimiento de una de las
partes al llevarlo a escritura pública.

Números Apertus
Reflexiones
En toda relación contractual, el iter negocial comprende tres
etapas: la generación, la perfección y la consumación.

La etapa previa a la celebración en si misma del contrato es importante,


no sólo por la responsabilidad que se genera a partir de que se inician las
tratativas, sino que ellas servirán, eventualmente, para la final
interpretación de lo que fue querido por las partes.

Los tratos preliminares son los actos que se llevan a cabo con el fin de elaborar,
discutir y concertar el contrato. Pueden consistir en conductas, conversaciones,
negociaciones, manifestaciones escritas, redacción de proyectos, minutas o
borradores, que no constituyen per se ningún acto jurídico en sentido estricto,
pues de ellos no derivan efectos jurídicos de manera inmediata, pero son
relevantes por su trascendencia en orden a la formación de la voluntad
contractual y en orden a la interpretación del contrato.
La segunda etapa del iter negocial o contractual, es el perfeccionamiento, donde el
contrato, ya concluido, produce sus efectos (es eficaz), o sea crea (regula, modifica o
extingue) una relación jurídica obligacional. Esta etapa comprende desde la declaración de
la oferta por el oferente hasta el conocimiento por éste de la aceptación del destinatario de
la oferta, que da lugar a la celebración del contrato, incluyéndose en la etapa las
posibilidades de retractación de la oferta, la contraoferta y la retractación de la aceptación.

La etapa de la consumación es la última en la vida de un contrato. Comprende el período de cumplimiento del


fin para el cual el contrato ha sido celebrado o, lo que es lo mismo, la realización o efectividad. A esta etapa
también puede llamársele “de ejecución”.

La oferta propiamente dicha, no (necesariamente) se presenta de manera aislada, sino que previamente a ella,
las partes tratantes ya han tenido un roce, un contacto negocial en el que se han desarrollado elementos
propios de dichas tratativas, sin que ellas se constituyan en la oferta formal y definitiva. Esta es una etapa
independiente, que si bien no genera los efectos que el Derecho asigna a la oferta, como figura autónoma, se
da con un pleno desarrollo de la autonomía de la voluntad de las partes, con pleno conocimiento de sus
consecuencias y son generadoras de sus propios efectos.
Los deberes generados en la etapa de las tratativas
precontractuales obligan a ambas partes a actuar con
La esencia y razón de ser de las tratativas es la la debida racionalidad y diligencia, de acuerdo a los
absoluta libertad de los tratantes para usos y costumbres y, sobre todo, observando los
intercambiar ideas, proyectos y perspectivas, estándares jurídicos aplicables al caso concreto. El
pues de esta manera pueden ellos plasmar deber de diligencia es exigible tanto para la parte
autónomamente su intención de contratar. No cuya conducta genera un daño, como también para
hay acción jurídica que pueda, de manera la contraparte. Las tratativas precontractuales deben
coercitiva, obligar a la parte que no lo hace o que realizarse con un ánimo de buena fe de las partes,
se aparta de las tratativas, a celebrar el contrato pero a la vez impone a las mismas el ejecutar actos
diligentes para prevenir posibles perjuicios.

Si bien el contrato no ha nacido, o, en otros casos, se declara su nulidad o


invalidez por un defecto surgido en esta etapa de las negociaciones, existe
un verdadero deber jurídico de las partes tratantes de responder por los
daños culposos o dolosos causados a su contraparte. Hay, un vínculo
jurídico entre ambos, el cual les otorga el derecho recíproco de exigirse
una conducta leal, correcta, acorde con la buena fe.
La voluntad de las partes en esta En las tratativas precontractuales se configura
etapa es a la vez fundamental, ya un deber jurídico de actuación leal de las
que el hecho de ser actuaciones partes tratantes, deber que permite a las
libres, dará lugar a que éstas partes poder exigírselo recíprocamente. Ello
también se constituyan en un justifica el hecho de que asignemos la
sustento de la eventual categoría de deber jurídico a las tratativas
responsabilidad de responder por precontractuales.
las consecuencias dañosas –
culposas o dolosas– de dichas
acciones. El hecho de haber La Teoría de la Confianza es la base para establecer
generado manifestaciones de responsabilidad ante actuaciones perniciosas en la
voluntad orientadas al etapa de las negociaciones precontractuales, por
establecimiento de dicho vínculo, cuanto se busca proteger a la parte que actúa de
determinará la existencia de buena fe y que se ve perjudicada ante una conducta
consecuencias como fruto de desleal o arbitraria de su contraparte.
dichas manifestaciones.
La concepción originaria de la responsabilidad por culpa in contrahendo puede ser resumida así:
quien haya sufrido daños debido a la nulidad del contrato –el origen de la nulidad puede ser
relativamente amplio y estar en relación con el sujeto, objeto o consentimiento– puede exigir una
indemnización fijada según el criterio del interés negativo; la acción encuentra su fundamento en el
contrato nulo y la justificación o la razón que permite en última instancia la reclamación es la
existencia de una culpa in contrahendo en el declarante, culpa que se extiende no tanto como
criterio de imputación subjetivo, sino que se viene a identificar con la antijuridicidad Dicho término
se utilizará también para referirse a la responsabilidad derivada de la invalidez de un contrato por
actuaciones en el período de su formación.

En los casos de responsabilidad precontractual, el responsable incumple injustificadamente sus deberes,


los mismos que son impuestos por el contacto negocial en el que se ha visto inmersa con su
contraparte, de manera voluntaria y, por lo tanto, está en la obligación de asumir las consecuencias
perniciosas de su accionar.

En el caso de contratos declarados nulos por haberse generado una causal al momento de su
celebración, el contratante culpable de la causal de ineficacia es responsable por los daños
ocasionados en su contraparte, ya que se comprueba el incumplimiento de sus deberes de lealtad
que le exigen el Derecho y la ética.
En nuestro Código Civil, el artículo 1362 se ha constituido en el
fundamento jurídico legal para justificar la existencia de la responsabilidad
precontractual, ya que de su interpretación se extrae la obligación de las
partes tratantes de observar los deberes de lealtad en la etapa de las
tratativas. Se reconoce a nivel legislativo el iter negocial.

Existen elementos suficientes como para aplicar el modelo de la


responsabilidad contractual a los casos de culpa in contrahendo.

La culpa in contrahendo siempre se presenta cuando ha habido tratos,


negocios, acuerdos previos: un contacto negocial. Estas negociaciones han
generado en la parte perjudicada una confianza racional, real, en la
concreción del negocio y en su traducción en un contrato definitivo. Las
partes no son desconocidas, sino que son co-tratantes determinados,
específicos, completamente identificados y reconocibles el uno por el otro.
En los casos de responsabilidad precontractual, se presenta el deber de
observar una conducta mucho más compleja que la simple precaución
sustentada en el neminem laedere; se exige, como deber de las partes,
comportarse según los cánones de la buena fe y lealtad para con la
parte contraria.

El contacto negocial previo obliga a comportarse según reglas


específicas y asumiendo conductas particulares. El principio del
neminem laedere no es suficiente para explicar la aplicación de las
reglas de la responsabilidad extracontractual, ya que entre las partes se
han generado más deberes que los que podrían exigirse entre extraños.
• En los casos de responsabilidad extracontractual, lo que primero se
produce es el daño y luego, a raíz de su determinación como injusto y
de calificarlo dentro de las reglas generales de la responsabilidad civil,
se genera el deber de indemnizar.

• En los casos de culpa in contrahendo, primero se produce la relación


entre las partes (pourparlers, contrato nulo) y luego, ante la
inobservancia de un deber, se genera el daño. El orden de los factores
es distinto.
• En los casos de culpa in contrahendo, la responsabilidad siempre será relativa, es decir,
siempre se podrá identificar a los sujetos que pueden incurrir en ella: los co-tratantes.
Es decir, que desde antes de que se produzca el daño, desde antes de que una parte se
vea afectada, ya se tiene plenamente identificados a los agentes sobre los cuales van a
recaer los efectos de ese daño.

• Al enmarcar los casos de responsabilidad por culpa in contrahendo dentro de los


criterios y reglas de la responsabilidad contractual, es también procedente que se
adopten las reglas correspondientes a los plazos de reclamación para ese tipo de
acciones. El Art. 2001 fija los plazos prescriptorios para ambas acciones,
estableciéndose el referido a la contractual en diez años (inc. 1).

Responsabilidad Contractual
Felicitaciones!!!

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