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Introducción: 1.1. Química Verde y MATERIALES MESOPOROSOS
Introducción: 1.1. Química Verde y MATERIALES MESOPOROSOS
INTRODUCCIÓN
1.1. Química Verde y MATERIALES MESOPOROSOS
En los años ochenta, toda la industria química tomó conciencia de los problemas
medioambientales y comenzó a idear cambios en los procesos y a buscar soluciones a
los problemas causados. Por ello, durante la década de los noventa apareció el concepto
de Química Verde, como una nueva forma de investigación en química e ingeniería para
fomentar el diseño de procesos y productos que minimicen el uso y la generación de
sustancias peligrosas. Este término, acuñado en 1991 por Anastas y Warner, se definió
de la siguiente manera [1]:
A principios del presente siglo, Hutzinger [5] profundizó aún más en las
diferencias entre la Química Verde y la Química Sostenible. La Química Verde se
dedica al diseño, manufactura y uso de productos y de procesos químicos con escaso
potencial de contaminación, que son factibles desde el punto de vista económico y
tecnológico. La Química Sostenible, por su parte, es el mantenimiento y continuación
del desarrollo ecológico. De esta forma, la Química Sostenible plantea una visión
integradora donde la Química, la Sostenibilidad y la Innovación constituyen una
estrategia de futuro para las empresas.
Residuos Producto
E = Kg / Kg (ec.1)
Los materiales de tipo SBA se sintetizan mediante una ruta ácida [37],
destacando los llamados SBA-1 y SBA-3, de estructura análoga al MCM-41, y SBA-15,
de estructura hexagonal plana [38-40].
Por otra parte, la incorporación por síntesis directa de metales en los materiales
del tipo SBA-15 está dificultada por las condiciones fuertemente ácidas requeridas para
su síntesis. En medio ácido, los metales están presentes solo en forma catiónica, en
lugar de la correspondiente forma oxigenada, lo que hace que el heteroátomo no pueda
introducirse adecuadamente en las paredes mesoporosas a través del proceso de
condensación con las especies de silicio.
Se denomina ultrasonido a aquella radiación cuya longitud de onda está fuera del
campo de frecuencias audibles por el ser humano (16 KHz). Los ultrasonidos han sido
utilizados en diversos campos, siendo la primera aplicación en la reacción de hidrólisis
del sulfato de metilo en 1927 [95], en la que se consiguió una notable aceleración de la
misma. Pero el verdadero auge de los ultrasonidos como herramienta de laboratorio se
ha producido en la última década [96]. Los efectos químicos de los ultrasonidos no se
producen por la incidencia directa de las ondas sobre los reactivos, sino por el fenómeno
paralelo llamado cavitación. La cavitación es la producción de microburbujas en
líquidos supersaturados con gas. Esta forma de cavitación se observa, por ejemplo, en
las bebidas carbonatadas, y se genera por aplicación de una presión negativa, respecto a
la externa. Las distancias de equilibrio entre las moléculas del líquido pueden variar
debido a sus oscilaciones alrededor de sus posiciones de equilibrio por efecto de las
ondas ultrasónicas. Estas moléculas van a vibrar en la misma dirección en la que se
propagan las ondas ultrasónicas, produciéndose, de forma continua, compresiones y
expansiones. Estas expansiones son las causantes de la formación de pequeñas burbujas
en el seno del líquido, llamadas”cavidades”. Una vez formada la cavidad, se expande
varias veces su tamaño inicial, siguiendo a este crecimiento una compresión que hace
explotar la burbuja, generando nuevas microburbujas que a su vez actúan como nuevas
cavidades, repitiéndose el proceso sucesivamente [97]. El colapso de la burbuja produce
grandes cambios de presión y de temperatura en su entorno, alcanzándose en algunos
casos temperaturas del orden de 4700 ºC y presiones, a niveles macroscópicos, de hasta
108 Pa. Unido a estos fenómenos, se generan descargas eléctricas que frecuentemente
producen el llamado fenómeno de sonoluminiscencia.
BIBLIOGRAFÍA
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