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La liquidación presentada es puesta en conocimiento del obligado por el término de cinco (5)

días hábiles siguientes a su notificación. En caso de que la observación verse sobre aspectos
metodológicos de cálculo, el obligado debe necesariamente presentar una liquidación
alternativa. Vencido el plazo el juez, con vista a las liquidaciones que se hubiesen presentado,
resuelve acerca del monto fundamentándolo.

EXP. N.o 2494-2005-AA LIMA

en nuestro ordenamiento, no se tiene un concepto uniforme de lo que debe entenderse por


resolución judicial firme. Así, es posible advertir que existen hasta dos tipos de conceptos: uno
formal y otro material. La concepción formal establece que la firmeza de una resolución se
adquiere IJJ simplemente con el agotamiento de todos los recursos que la ley prevé para el 7
cuestionamiento del acto con el cual se está en desacuerdo. Po su parte, la concepción
material complementa la postura anterior señalando que la c idad de firmeza de una
resolución se adquiere cuando se han agotado todos lo edios impugnatorios legalmente
previstos, pero siempre que estos tengan la TRIBUNAL CONSTITUCIONAL posibilidad real de
revertir los efectos de la resolución que se impugna. Es decir, que si lo que se impugna es un
auto y contra este se interpone un recurso de nulidad alegando causales imaginarias, el
pronunciamiento denegatorio que el juez emita sobre dicho asunto no podrá entenderse como
generador de la firmeza del referido auto, puesto que al no haber sido correctamente
impugnado se debe entender que el plazo se cuenta desde que fue emitido, y no desde el
pronunciamiento judicial que resuelve el supuesto "acto impugnatorio". Entender lo contrario
no hace más que contribuir a un uso negligente de las instituciones jurídicas. 17. El mismo
sentido ha sido esbozado en el fundamento 1 de la STC 9598-2005-PHC/TC, s Jaime Mur
Campoverde [ ... ] La resolución judicial se convierte en firme cuando ha sido impugnada y el
superior jerárquico ha emitido decisión final confirmándola (ejecutoriada); también se
convierte en firme cuando dicha resolución es consentida, es decir, cuando el justiciable
presuntamente agraviado con ella no la impugna, significando esta conducta el
reconocimiento de las bondades de tal decisión o cualquiera otra expresión de aceptación de
la facultad jurisdiccional. Es menester considerar también que el sentido de "resolución judicial
firme" no puede medirse sólo por la posibilidad legal del cuestionamiento directo e inmediato
a través de remedios o recursos (impugnatorios) [ ... ].

EXPEDIENTE : 00284-2022-0-0201-SP-CI-01

de los autos recaudados en la demanda, la Resolución N° 15 2 , de fecha 20 de mayo de 2022,


en el que la Juez de primer grado, dispuso la notificación del demandado (ahora demandante
en el proceso de amparo), con las Resoluciones N° 8, 9 y 12 a su domicilio conforme figura en
la RENIEC. 5. Con la Resolución N° 08 3 (AUTO), se declaró consentida la Sentencia apelada, por
lo que, al haber sido notificado recientemente, y tratándose de un auto, tuvo la posibilidad
real y concreta de interponer su respectivo recurso de apelación contra dicha resolución, por la
presunta afectación de los derechos que invoca al plantear la demanda de amparo; ello se
encuentra previsto en el inciso 2 del Artículo 365° del Código Procesal Civil, que a la letra
establece: “Artículo 365. Procedencia Procede apelación: (…). 2. Contra los autos, excepto los
que se expidan en la tramitación de una articulación y los que este Código excluya; (…).”. 2 Fs.
3. 3 Fs. 4. 7 6. Estableciendo el Artículo 364° del Código últimamen te acotado que el recurso
de apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a solicitud de
parte o de tercero legitimado, la resolución que les produzca agravio, con el propósito de que
sea anulada o revocada, total o parcialmente. 7. Sin embargo, de autos no se advierte que el
ahora demandante haya objetado en la vía ordinaria dicha Resolución, que según se deduce de
la demanda, le estaría afectando, constituyendo ello, sin duda un descuido manifiesto del
ahora demandante, en el trámite del proceso sobre interdicto, al haberla consentido. 8. Al
respecto el Tribunal Constitucional se ha pronunciado de manera bastante clara, en el
Expediente N° 02985-2013-PAA/ TC, resolución del 12- 09-2013: “El amparo no es un medio
para subsanar las deficiencias procesales o eventuales descuidos de las partes en el trámite de
un proceso judicial. El artículo 200°, inciso 2, de la Constitución señala que el proceso de
amparo procede contra el hecho o omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona que vulnera o amenaza los derechos reconocidos por la Constitución, con excepción
de los derechos de la libertad individual, la libertad de información y la autodeterminación
informativa. Por su parte el Código Procesal Constitucional en su artículo 4 (cfr. NCPConst. art.
9), precisa que el amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con
manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el
debido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó de consentir la resolución que dice
afectarlo. En efecto este Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha subrayado que
una resolución adquiere carácter firme cuando se han agotado todos los medios
impugnatorios legalmente previstos, siempre que estos tengan la posibilidad real de revertir
los efectos de la resolución que se impugna (STC 2494-2005-AA/TC, fundamento 16). Esto
implica, como también tiene dicho que se hayan agotado los recursos previstos por la ley
procesal de la materia, pues es improcedente cuando el agraviado dejó consentir la resolución
que dice afectarlo. Y es que el amparo no es un medio para subsanar las deficiencias
procesales o eventuales descuidos de las partes en el trámite de un proceso judicial.” 9. 10. Así
lo ha establecido el máximo Intérprete de la Constitución en la STC 3179-2004-AA/TC,
fundamento jurídico 214 quien ha expresado: “(…) Que se utilice como un mecanismo donde
pueda volverse a reproducir una controversia resuelta por las instancias de la jurisdicción
ordinaria. El amparo contra resoluciones judiciales no tiene el efecto de convertir al juez
constitucional en una instancia más de la jurisdicción ordinaria, pues la resolución de
controversias surgidas de la interpretación y aplicación de la ley es de competencia del Poder
Judicial; siempre, claro está, que esa interpretación y aplicación de la ley se realice conforme a
la Constitución y no vulnere derechos fundamentales. En efecto, en el seno del amparo contra
resoluciones judiciales sólo puede plantearse como pretensión que una determinada actuación
judicial haya violado (o no) un derecho constitucional, descartándose todos aquellos
pronunciamientos que no incidan sobre el contenido protegido de estos”. 11. En este
contexto, acorde a todo lo expuesto en los considerandos precedentes, el colegiado considera
que la presente demanda de amparo contra resoluciones judiciales es manifiestamente
improcedente, por lo cual debe desestimarse.

Que este Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha precisado que una resolución
judicial adquiere carácter firme cuando se han agotado todos los medios impugnatorios
legalmente previstos, siempre que estos tengan la posibilidad real de revertir los efectos de la
resolución que se impugna (STC 2494-2005-AA/TC, fundamento 16). Esto implica, como
también tiene dicho, que se hayan agotado los recursos previstos por la ley procesal de la
materia, pues es improcedente cuando el agraviado dejó consentir la resolución que dice
afectarlo.

Que por lo expuesto resulta de aplicación al presente caso lo dispuesto por el artículo 4º del
Código Procesal Constitucional toda vez que se dejó consentir la resolución judicial que ahora
se cuestiona; en consecuencia, la demanda debe ser declarada improcedente.

pero de ningún modo podía dilucidar si correspondía el pago de los mismos, pues en el
cuaderno principal había quedado consentida la resolución que disponía se
practicara la liquidación de intereses. Alega que la emplazada Seda Chimbote S.A.,
después de que el juez de paz aprobó la liquidación de intereses, pudo haberla
observado y luego apelado, si no estaba conforme con lo realizado por la Oficina de
Pericias, pero de ninguna manera aducir, con posterioridad, que no procedía el
pago, pues tal argumento debió hacerlo valer oportunamente, esto es, antes de que
los autos pasaran a pericia.

el recurrente no agotó previamente todos los mecanismos de impugnación previstos

Couture afirma que el principio de preclusión: está representado por el hecho de que las
diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura definitiva
de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y momentos procesales ya extinguidos.

En un proceso de desenvolvimiento discrecional, siempre sería posible retroceder a etapas ya


cumplidas; en un proceso dominado por el principio de preclusión, extinguida la oportunidad
procesal para realizar un acto, ese acto ya no podrá realizarse más.

Como puede advertirse, la recurrente contestó la demanda el 2 de febrero de 2017, y pese a


ello, recién el 18 de octubre de 2017 -más de ocho meses después-solicitó a la Sunat la copia
de respaldo de las planillas electrónicas presentadas. Este dato permite contextualizar otras
omisiones y retrasos específicos en los que ha incurrido la recurrente en el proceso
subyacente. Así, si bien en la audiencia única celebrada el 22 de junio de 2017 se le otorgó el
plazo perentorio de diez días para presentar las planillas electrónicas correspondientes al ya
referido periodo -según acta extraída del sistema de consulta de expedientes del Poder
Judicial-, no presentó la información completa y ni siquiera intentó obtenerla de la Sunat, lo
que hubiera justificado, de resultar necesario, un pedido de prórroga de dicho plazo; y solicitó
la información pertinente recién el 18 de octubre de 2017, esto es, casi cuatro meses después
de que se la hubiesen requerido en audiencia única. Además, pese a haber recibido la aludida
copia de respaldo el 25 de octubre de 2017, recién comunicó su obtención el 13 de diciembre
de 2017 (f. 3), y la presentó el 29 de diciembre de 2018 (f. 5). 23. En tal sentido, en el presente
caso se constata no solo la inobservancia de los plazos estipulados en la norma procesal, sino
también una conducta procesal carente de la mínima diligencia que podría esperarse de la
propia parte demandada, así como exigirse a su defensa técnica. Lo cual resulta más
reprochable si se advierte que al interior del proceso laboral subyacente, así como ahora a
través del presente amparo, pretende atribuir su propia negligencia al órgano jurisdiccional
demandado, invocando temerariamente la facultad del juzgador de actuar medios probatorios
de oficio, con el agravante de que la etapa probatoria había precluido y la causa se encontraba
expedida para sentenciar.

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