Está en la página 1de 2

EL RESCRIPTO DE ADRIANO

«A Minucio Fundano. Recibí una consulta que me fue hecha por el clarísimo Serenio
Graniano a quien has sucedido. No me parece que se deba dejar sin examinar el asunto
para evitar que la población sea perturbada y que se dé facilidades a los sicofantas para
actividades delictivas. Si por consiguiente los provinciales pueden mantener con
firmeza y evidencia esta petición contra los cristianos hasta el punto de responder de
ella ante un tribunal, han de atenerse únicamente a este procedimiento y no actuar por
peticiones y simples clamores. Convendría mucho más que si alguien quisiera presentar
una acusación, conocieras tú mismo del caso. Por tanto, si alguien presenta una
acusación y prueba que han hecho algo contra las leyes, condena de acuerdo con la
gravedad del delito. Pero, por Hércules, si alguien procede a una acusación de este tipo
de forma calumniosa, condena de acuerdo con la gravedad y cuida de que se ejecute la
condena.»
Tomado de: Cristianismo y mundo romano, Juan de Churruca, Universidad de Deusto, 1998.

COMENTARIO AL TEXTO

Este documento pertenece a Adriano, emperador romano entre los años 117 y
138, sucediendo en el trono imperial a Trajano, forma parte de aquellos cinco
emperadores llamados los que gobernaron con justicia. Adriano es reconocido por sus
importantes proyectos de construcción y crecimiento en todo el Imperio romano, tenía
además una gran devoción al ejercito al punto de permanecer con ellos durante mucho
tiempo. En el campo religioso, era bastante devoto a los dioses, durante su mandato
reconstruyó la cuidad de Jerusalén y la renombró Aelia Capitolina y construyó un
templo a Júpiter sobre las ruinas del Templo de Salomón. Se dice que la mayor
prioridad de Adriano fue el bienestar de sus súbditos, extendiendo la flexibilización de
medidas sociales iniciadas por Nerva y Trajano, además, aprobó leyes para mejorar el
traro a los esclavos.

La diferencia que más resalta entre Adriano y Trajano, fue su política exterior,
Adriano quería un imperio en paz y tranquilo, y estaba dispuesto a hacer lo necesario
para mantenerlo. Toda esta introducción sirve para ubicar los antecedentes a este
rescripto. Por esta época, dentro de la sociedad romana ya se habían marcado claras
diferencias entre el judaísmo y el cristianismo, aunque sus relaciones no eran para nada
buenas. Durante esta época, los romanos comprendieron que los cristianos realmente no
eran malos y fue visto con cierta tolerancia y respeto. La carta que hacia el año 123
(siglo II) el emperador Adriano remitió al procónsul de Asia Municio Fundano como
respuesta a la solicitud del anterior gobernador de la provincia Graniano, en la que
requería una normativa clara para poder tratar la situación legal de los cristianos frente a
las autoridades.
No obstante, esta carta que es un documento de tipo jurídico, contaba con un
precedente en una carta que Trajano había dirigido al gobernador de Bitinia Plinio el
joven, para dictar sobre el proceder respecto a los adeptos a la doctrina cristiana.
Posiblemente, las medidas dictadas por Adriano tienen algún fundamento en este
rescripto de su antecesor, pues de cierta manera se continuó con la política de cierta
tolerancia, aunque no de libertad total; lo que sí está claro es que estos documentos
sentaran jurisprudencia durante mucho tiempo después durante el siglo II en materia de
procesos penales contra los cristianos. Este documento fue comentado por primera vez
por Justino en la apología, en su opinión, la posición de Adriano representaba un alivio
para los cristianos, que se liberaba así en gran parte de las terribles persecuciones, a
partir de este momento, los cristianos sólo podían ser castigados si se les demostraba
alguna falta a las leyes vigente del Estado. Para Justino, era un paso más hacia la
apertura cristiana, aunque años más tarde este mismo apologeta padecerá el martirio de
manos de las autoridades del imperio que no darían validez a este texto de Adriano.

La finalidad de este rescripto se dirigía a solucionar las acusaciones contra


miembros de las comunidades cristianas, que surgían dentro de los centros urbanos más
importantes del imperio donde el cristianismo había comenzado a nutrirse en sus inicios
de las clases bajas, especialmente de las mujeres y los esclavos; aunque con el paso del
tiempo se fue abriendo hacia las clases más acomodadas y cultas. Esta doctrina se fue
organizando y concretando sus principios morales y doctrinales que los fueron
formalizando como una nueva religión, en la que se produce la separación completa
entre el judaísmo y el cristianismo, sin embargo, aún no se puede hablar de una
consolidación institucional de la Iglesia cristiana, lo que se puede afirmar es que esta
época expansionista se produce como consecuencia de las condiciones políticas y
económicas dictadas por Trajano y Adriano.

Otra de las ideas resaltantes en este rescripto es l

Si por consiguiente los provinciales pueden mantener con firmeza y evidencia esta
petición contra los cristianos hasta el punto de responder de ella ante un tribunal, han de
atenerse únicamente a este procedimiento y no actuar por peticiones y simples clamores.
Convendría mucho más que si alguien quisiera presentar una acusación, conocieras tú
mismo del caso. Por tanto, si alguien presenta una acusación y prueba que han hecho
algo contra las leyes, condena de acuerdo con la gravedad del delito. Pero, por Hércules,
si alguien procede a una acusación de este tipo de forma calumniosa, condena de
acuerdo con la gravedad y cuida de que se ejecute la condena.»

También podría gustarte