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Lecturas Psicologia Del Desarrollo Semana 2
Lecturas Psicologia Del Desarrollo Semana 2
La psicología del desarrollo estudia los proceso de cambio y relación que existe entre los
aspectos físicos, cognitivos y sociales, esto desde distintas perspectivas y teorías.
La psicología del desarrollo ve y estudia a los seres humanos tomando en cuenta que
somos seres bio-psico-sociales, seres con cambios físicos, biológicos y cognitivos que
interactúan en un entorno social y que se ve afectado por él.
Concepto de desarrollo
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LECTURA 02
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LECTURA 03:
El desarrollo es un fenómeno que está indisolublemente ligado a la vida pues todos los
seres vivos pasan por diferentes etapas desde el nacimiento hasta la muerte. Si
queremos entender el funcionamiento de la mente humana —que es la tarea propia del
psicólogo— resulta muy esclarecedor seguir el proceso de desarrollo y tratar de entender
cómo se produce pues ello nos ayudará a entender la naturaleza de los seres humanos.
¿Cómo han llegado los seres humanos a situarse en la posición que ocupan en el
conjunto de la naturaleza? Esta es una pregunta interesante porque no siempre hemos
ocupado esa posición.
Por lo que sabemos acerca de la vida de nuestros antepasados, por las huellas de los
fósiles de hace millones de años que se han encontrado en África, los homínidos
anteriores a nosotros eran bastante vulnerables y estaban muy sometidos a las
variaciones de la naturaleza que hemos ido aprendiendo a controlar. Si comparamos el
desarrollo de un ser humano que tengamos próximo, de nuestra hija o de un sobrino,
con el desarrollo de un pollito o de un perro, podemos apreciar fácilmente algunas
diferencias importantes, y posiblemente la más llamativa de todas ellas sea que los seres
humanos nacemos muy desvalidos y con pocas de las características que llegarán a
tener los adultos. Esto supone que durante un largo período estamos necesitados
continuamente de la atención de los mayores, generalmente de nuestros padres. Por el
contrario, algunos animales a los pocos minutos de haber nacido son capaces de
procurarse la comida y pueden sobrevivir por sí mismos sin la ayuda de los progenitores.
Así pues una de las características de los seres humanos es tener una infancia muy
prolongada.
Por eso algunos autores han señalado que nacemos como sin terminar, que debiéramos
permanecer más tiempo en el útero, que nacemos prematuros. Esto podría verse como
una desventaja pero sin embargo nos proporciona una gran ventaja, la de tener un
período de desarrollo extrauterino mucho más largo. La inmadurez* con la que
nacemos nos hace dependientes durante más tiempo pero a la vez nos permite ser más
plásticos y hace posible aprender más cosas y disponer de una mente más flexible.
*Inmadurez. Los seres humanos nacen con pocas conductas de las que dispondrán en
la edad adulta, lo cual supone que tienen que aprender la mayor parte de las cosas que
precisan. Nacemos más con disposiciones que con conductas terminadas y eso nos hace
especialmente plásticos lo que permite adaptarse a muchos ambientes diferentes.
Algunos autores defienden que el largo período de dependencia que presentan los seres
humanos es una consecuencia de la posición erguida y del gran tamaño que presenta
el cerebro humano. La posición erguida ha obligado a que se produzcan cambios en la
pelvis. La pelvis de la madre limita el tamaño que puede alcanzar la cabeza de los
neonatos de tal manera que éstos tienen que nacer antes de que la cabeza alcance un
tamaño que no permita la salida al exterior. De todas formas el nacimiento de los
humanos es considerablemente más complicado que el de otros primates. «Considerada
en términos del desarrollo del cerebro la gestación humana realmente dura 21 meses,
9 meses en el útero seguidos por 12 meses bajo el cuidado de la madre» (Martin, 1992,
pág. 37).
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CUADRO 1.2. COMPARACIÓN DE EDADES DE CONDUCTAS EN MONOS Y
HOMBRES
Los humanos adquieren muchas conductas más lentamente que otras especies
animales, pero llegan más lejos. Respecto a la búsqueda de objetos ocultos (ver Capítulo
3, apartado 5), Juan Carlos Gómez (2004, pág. 100) escribe lo siguiente:
Aunque ambas características parecen de naturaleza muy distinta, existe entre ellas
una relación estrecha, pues vivir en grupos sociales grandes con reconocimiento
individualizado de los miembros exige una notable inteligencia, capacidades cognitivas
muy desarrolladas, que son posibles gracias a disponer de un gran cerebro2. La
cooperación y la competición entre los seres humanos han hecho posibles logros que
hubieran sido imposibles colaborando sólo con unos pocos individuos. Un cambio muy
importante en la vida de los seres humanos se produjo cuando los grupos nómadas de
cazadores-recolectores, que han existido desde hace decenas o cientos de miles de años,
se hicieron sedentarios, crearon ciudades, y comenzaron a practicar la agricultura y la
ganadería hace unos 10.000 años.
Se empezaron a crear así sociedades complejas en las que los individuos desempeñaban
funciones diferenciadas (división del trabajo). Viviendo en esas sociedades, conociendo
a sus congéneres, y cooperando con ellos, los seres humanos pudieron emprender
actividades colectivas como las grandes obras públicas o monumentos, de los que
constituyen un ejemplo sorprendente las pirámides de Egipto. La capacidad de
cooperación humana es muy superior a la que demuestran todas las especies animales,
incluidos los primates más próximos, como los chimpancés (Wyman y Tomasello, 2007).
Porque vivir en sociedad y poder cooperar eficazmente exige grandes capacidades
cognitivas como son entender los estados mentales de los otros, entender sus planes
(que son producto de las representaciones) y compartirlos con ellos. Algunos autores
sostienen que ésta es una capacidad exclusiva de los seres humanos (Tomasello,
Carpenter, Call, Behne y Moll, 2005). Para satisfacer sus necesidades, que comparten
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con los demás organismos vivos, los seres humanos han ido construyendo relaciones
complejas que han dado lugar a las instituciones sociales, dentro de las cuales se
pueden satisfacer las necesidades de una forma particularmente eficaz y se organiza
toda la vida social. Esas instituciones son el núcleo de la vida social humana (Searle,
1995; 2005).
3. LAS REPRESENTACIONES
Sostendremos que una de las características más específicas de los seres humanos, y
que les diferencian notablemente de otras especies animales, es su capacidad para
establecer representaciones3 de la realidad que se perfeccionan continuamente y que
desbordan el conocimiento del mundo que nos proporcionan los órganos de recepción
de la información de los que estamos dotados (órganos sensoriales). Podemos decir que
la realidad está en nuestra mente, pero no sólo sus características externas sino
también su funcionamiento y las relaciones entre sus partes. Esas representaciones son
mucho más precisas en los seres humanos que en otros animales, lo que les permite
aumentar indefinidamente el poder de su acción sobre la realidad, comprendiéndola y
transformándola. Pero además las representaciones son compartidas con otros
congéneres, y entonces, gracias a la «intencionalidad colectiva» (Searle, 1995; 2005) se
puede desarrollar la vida social y la cooperación.
Las representaciones son entidades muy amplias y que combinan diferentes elementos.
Por una parte las representaciones se refieren a un contenido determinado, pues son
siempre representaciones de algo (diremos que son «intencionales» en el sentido
filosófico del término). Pero al mismo tiempo las representaciones se generan a partir de
necesidades del sujeto, lo que las liga entonces indisociablemente con la motivación, y
la energía para la acción. Las representaciones sirven no sólo para explicar y entender
el mundo sino también para actuar, pues nuestra acción se realiza siempre a partir de
una representación.
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Metacognición.
Las representaciones no sólo son compartidas sino que constituyen una parte
fundamental de lo que denominamos la cultura, que se transmite de unas generaciones
a otras, y en ella desempeña un papel importante el lenguaje. Pero además en la mayor
parte de las sociedades los conocimientos adquiridos se acumulan de una forma más
permanente mediante ayudas exteriores como son los productos de la actividad cultural,
entre los que se cuentan las herramientas, las construcciones, las máquinas, esculturas
o dibujos, etc. Los humanos han logrado también producir en bastantes sociedades
sistemas más permanentes de conservación del conocimiento, como el lenguaje escrito
y otros sistemas simbólicos que permiten transmitir los conocimientos a individuos con
los cuales no resulta necesario tener un contacto directo, de tal forma que podemos
aprender de personas que desaparecieron mucho antes de que nosotros naciéramos o
que viven en lugares muy alejados y que nunca tendremos oportunidad de encontrar.
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1 Se suelen mencionar como características específicas de los seres humanos la posición erguida, disponer
de una mano versátil, dieta omnívora, actividad sexual permanente, etc. y así las he presentado en mi libro
El desarrollo humano (Delval, 1994, capítulo 1).
2 Algunos autores sostienen que la inteligencia humana se ha desarrollado precisamente para conocer a los
otros. Frans de Waal en su libro sobre La política de los chimpancés (1982) introdujo el término «inteligencia
maquiavélica» para describir esta capacidad de algunos primates no sólo para entender a los congéneres sino
también para manipularlos.Ver: Byrney Whiten(1988).
3 Utilizo el término «representaciones» como equivalente a «modelos del mundo» y por no disponer de otros
mejores. Ambas denominaciones me parecen inadecuadas y sobre todo han sido utilizadas en otros contextos
y con otros sentidos. Por ejemplo las representaciones sociales de Moscovici, que son muy diferentes. Modelos
tampoco es el término más adecuado porque en algunos contextos viene a significar algo parecido a una
maqueta. A lo que más se parece es a la idea de Johnson-Laird de modelos mentales (1983).