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Sara Mendoza Ariza

Evolución y efectividad de los programas de intervención

El artículo "Standards of Evidence for Efficacy, Effectiveness, and Scale-up Research in


Prevention Science: Next Generation" ofrece una revisión detallada de la evolución de los
estándares de evidencia en la Ciencia de la Prevención. Estos estándares revisados no
solo enfatizan la eficacia, sino que también abarcan la efectividad y la expansión de las
intervenciones preventivas, reflejando así un enfoque más integral y adaptado a las
complejidades y desafíos contemporáneos en la implementación de programas de
prevención (Gottfredson et al., 2015).

En este contexto, las investigaciones señalan que el énfasis en la Ciencia de la


Prevención ha avanzado hacia el entendimiento de cómo las EBI (Evidencia Basada en
Intervenciones) pueden ser implementadas en una escala más amplia para generar
impactos significativos en una variedad de poblaciones

El siglo XXI ha introducido nuevos desafíos y oportunidades en el ámbito de la


prevención, como los cambios en los estilos de vida, el incremento de las enfermedades
no transmisibles y la rápida evolución de las tecnologías de la información y la
comunicación. Por ende, es esencial que los programas de prevención se fundamenten
en estándares de evidencia actualizados y se diseñen de manera flexible y adaptable para
responder eficazmente a estos cambios (Durlak & DuPre, 2008). A pesar de que los
principios fundamentales de la prevención eficaz pueden mantener su relevancia, es vital
adaptar y actualizar estos principios para satisfacer las necesidades cambiantes de la
sociedad y los avances en la investigación y la tecnología. Spoth et al. (2013) destacan la
importancia de desarrollar estos programas desde un enfoque colaborativo y orientado a
la práctica para lograr EBI efectivas.

Un factor determinante para la efectividad de los programas de prevención es la


validez externa, que se considera esencial para garantizar que los resultados de la
investigación sean aplicables y pertinentes en la práctica del mundo real (Schoenwald &
Hoagwood, 2001). Además, la evaluación constante facilita la identificación y abordaje de
posibles barreras y desafíos en la implementación de las intervenciones preventivas. Esto
no solo mejora la calidad de la implementación, sino que también maximiza el impacto
de las intervenciones en la salud y el bienestar de la población objetivo.

En otras palabras, mediante la evaluación continua, los programas de prevención


pueden adaptarse y ajustarse a las necesidades cambiantes de la población, los avances
en la investigación y la evolución de los contextos sociales y culturales. Esta
adaptabilidad es crucial para identificar áreas de mejora e implementar estrategias más
efectivas, resultando en intervenciones más eficientes y sostenibles a largo plazo (Durlak
& DuPre, 2008).

La prevención ha avanzado significativamente en los últimos años, ajustándose a las


transformaciones en la población y en el comportamiento humano para potenciar la
calidad y la precisión de las intervenciones. Es crucial entender que la sociedad
evoluciona constantemente y las necesidades se modifican, por lo que la capacidad de
Sara Mendoza Ariza

adaptación y la actualización continua son fundamentales para


responder de manera efectiva a los desafíos actuales.

También, me gustaría compartir mi experiencia relacionada con el tema. Durante mis


prácticas comunitarias como licenciada en pedagogía infantil, hice parte de un proyecto
de prevención para adolescentes en un hogar de paso. Nos enfrentamos al desafío de
adaptar una intervención basada en la evidencia a las necesidades específicas de los
jóvenes de la institución. Aunque el proyecto se había implementado con éxito en otros
contextos, rápidamente identificamos la necesidad de realizar ajustes para que fuera
relevante y aceptado por los adolescentes del hogar. Colaboramos estrechamente con el
personal del hogar, los adolescentes y otros profesionales para adaptar y personalizar el
programa.

La evaluación continua fue esencial, ya que nos permitió identificar y superar barreras
específicas, como las experiencias individuales de los adolescentes y sus necesidades
emocionales y sociales. Finalmente, logramos desarrollar una intervención más efectiva
y sostenible que tuvo un impacto positivo en la salud mental y el bienestar de los
adolescentes. Esta experiencia destacó la importancia de la adaptabilidad y la evaluación
constante en la implementación de programas de prevención efectivos.

Referencias bibliográficas:

Durlak, J. A., & DuPre, E. P. (2008). Implementation matters: A review of research on the
influence of implementation on program outcomes and the factors affecting
implementation. American Journal of Community Psychology, 41(3-4), 327-350.

Gottfredson, D.C., Cook, T.D., Gardner, F.E.M. et al. Standards of Evidence for Efficacy,
Effectiveness, and Scale-up Research in Prevention Science: Next Generation. Prev
Sci 16, 893–926 (2015). https://doi.org/10.1007/s11121-015-0555-x

Spoth, R., Rohrbach, L. A., Greenberg, M., Leaf, P., Brown, C. H., Fagan, A., ... & Hawkins,
J. D. (2013). Addressing core challenges for the next generation of type 2 translation
research and systems: The Translation Science to Population Impact (TSci Impact)
Framework. Prevention Science, 14(4), 319-351.

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