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Más allá de estas cuestiones que acabamos de nombrar, nos parece importante destacar
que un niño o una niña nace sin saber a qué género pertenece, sin saber cuáles son los
colores que más le gustan o si quiere jugar con muñecas o con coches. Nacen con la
necesidad de ir descubriendo poco a poco el mundo que les rodea, de meterse todo en la
boca, de tocar y tirar las cosas. Nacen con una mente abierta a sumar experiencias y
vivencias, no para asimilar los intereses de las personas adultas o los de la sociedad en la
que habitan
Para que el niño se pueda constituir va a necesitar de ese vínculo amoroso: Funcionamiento
materno y paterno que los divide en un nuevo estatuto: Padre y Madre, a partir del cual el
niño podrá estructurarse como hijo, desde donde armará su estructura virtualizando el
desarrollo. La posición simbólica del hijo, del pequeño niño, no se corresponde en absoluto
con una herencia genética, no es evolutiva o instantánea, ni se desarrolla. Se estructura en
ese campo del funcionamiento escénico del padre y de la madre donde transmiten una
legalidad y una herencia eminentemente simbólica, en la que se pone en juego el
acontecimiento de la filiación y de la familia.
La función de crianza va a ser de suma importancia ya que los padres se van a comunicar
con el niño en crecimiento en un “diálogo per-formativo”, es decir, un encuentro socializante
en donde se vaya imprimiendo el sello de lo cultural. Este sello cultural será el soporte
fundacional que le va a permitir al individuo humano sujetarse a la “comunicación” a
“hacerse de un lenguaje” con los otros e integrarse a una comunidad de pertenencia.
En virtud de ello, el acto de hablar y el de escuchar abren la dimensión de la existencia de
los "otros" y la oportunidad de la confluencia y las contraposiciones. El yo y el tú, son por lo
tanto pronombres personales, que representan lugares relativos con características
reversibles. El yo deja de serlo cuando finaliza su enunciado para pasar a ser
inmediatamente tú con respecto al enunciado que expresa la relatividad y el encajamiento
de subjetividades que confluyen El hablante que es el portador de la palabra.
El oyente, en cambio, viene a ser un reflejo especular del autor, su doble, que cuando
contesta y asume la autoría modifica el cariz de aquello que fue dicho. Dentro de este
marco triádico-dialógico (autor-tema-oyente) (Bajtín, 1990), lo inconcluso no conduce a una
verdad final, sino que desarrolla intercambios que dan lugar a entrecruzamientos subjetivos
y subjetivantes.
La función básica que debe tener todo sujeto es del discurso dialógico que es la de ofrecer
respuestas a un oyente que, por el contenido de aquello que se dice, se transforma
rápidamente en hablante. Ambas funciones-hablante y oyente-representan posiciones
relativas en el tema que los involucra. Cuando un sujeto toma la palabra, se ordena y
constituye de acuerdo con quien lo antecede y precede; concreta con sus enunciados una
polifonía de voces expresadas por una sola persona quien ejecuta una partitura, con
intervenciones múltiples, difíciles de desentrañar e identificar (Voloshinov, 1992). Se trata
entonces de un discurso dicho por una sola persona que está poblado de voces que lo
condicionan.
Entonces de acuerdo a lo detallado ¿Cómo se denomina a ese sujeto que entra en la
función hablante?
Lo podemos definir como un sujeto polifónico porque cada réplica es en sí misma
monológica; sintetiza un gran diálogo en el que se conjugan las voces del presente y del
pasado. Estas voces, a veces infinitamente lejanas, anónimas e impersonales, acompañan
con matices casi imperceptibles aspectos de "lo íntimo" del hablante. Esto permite
considerar el diálogo como una herramienta terapéutica activadora de la complejización
simbólica y subjetiva de un niño.
PERIODO SENSORIOMOTRIZ
Es a partir de estas dos actividades que el niño va a ser capaz de llegar a la construcción
del objeto, del espacio, de la causalidad y del tiempo, y es en la medida en que esto se
logré que podrá completarse la estructura perceptivo-motora estableciéndose las
constancias.
El niño se guía por unas señales determinadas (por ejemplo, puede reconocer a su madre por la
forma de cogerlo).
En este momento va a ampliar sus procedimientos hacia los objetos exteriores marcando un
avance importante desde la actividad reflexiva hacia la actividad inteligente.
Aparece la pretensión de las cosas vistas, toma lo que ve y lleva ante sus ojos las cosas
que toca, es decir, inicia la coordinación entre su actividad visual y táctil.
Se presenta como evidente la relación entre este momento en el desarrollo y la función
seleccionada como coordinación viso-motriz.
Aparecen los primeros elementos que van a integrar el esquema de las relaciones
espaciales, en el sentido de la posición que ocupan los objetos en relación a él mismo. Es
una percepción egocéntrica y subjetiva del espacio. El niño logra una cierta evaluación de
las distancias y de la profundidad dentro de su espacio próximo.
Será a partir de estos elementos que el niño podrá elaborar la direccionalidad que juega un
papel importante en el aprendizaje de la lecto-escritura.
Esquema del Objeto Permanente. Si escondemos parcialmente un objeto delante del niño,
lo buscará. No lo buscará si está totalmente oculto.
se observa que aparecen las primeras conductas definidas en relación al objeto. El niño
busca el objeto desaparecido, con esto se presenta una primera conservación de las cosas
A. Función corporal: Vemos que la conducta anteriormente descrita parece indicar una
mayor independencia del sujeto frente a su mundo circundante, lo que recaería en una
identificación más clara de su cuerpo.
La posibilidad de que el niño perciba y memorice la relación espacial entre los elementos,
así como la sucesión temporal que se establece entre ellos, influirá en gran medida en el
reconocimiento de letras y palabras en la lectura y en la representación gráfica de ellos o
sea la escritura.
Por ejemplo, apilar los ladrillos que sacó previamente de su camión o volver a insertar los
bloques uno dentro de otro.
Juego simbólico. Por ejemplo, utiliza una escoba como si fuera un caballo.
Juego: Al iniciar esta etapa a menudo se observa que los niños juegan en paralelo. Es decir
que a menudo juegan en la misma habitación que otros niños, pero sin interactuar, o sea,
juegan junto a otros niños más no con ellos.
Juego simbólico: Los niños a esta edad a menudo pretenden ser personas que no son (por
ejemplo, superhéroes, un bombero), y pueden representar estos roles con apoyos que
simbolizan objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un compañero de
juegos imaginario.
Esta es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u objetos poseen
sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño preoperacional de
Piaget (1929) el animismo significa que el mundo natural está vivo, consciente y tiene un
propósito. Piaget identificó cuatro etapas del animismo: 1. Hasta la edad de 4 a 5 años, el
niño cree que casi todo está vivo y tiene un propósito. 2. Durante la segunda etapa (5-7
años) sólo aquellos objetos que se mueven poseen un propósito. 3. En la siguiente etapa
(7-9 años), sólo los objetos que se mueven de forma espontánea se les atribuye que están
vivos. 4. En la última etapa (9-12 años), el niño comprende que sólo las plantas y los
animales están vivos.
Artificialismo: Esta es la creencia de que ciertos aspectos del entorno son fabricados por
personas, por ejemplo, nubes en el cielo.
Desde que se inicia el concepto euclidiano del espacio el niño avanza en su capacidad de
captación y reproducción de figuras. En la medida en que el niño maneja los elementos de
la realidad en 3 dimensiones notará la importancia de la posición de los signos ya que la
variación en este aspecto determina cambios en su significado. Al iniciarse esta concepción
del espacio será capaz de reproducir solo el título muy simples y presentados en forma
aislada.
Vemos así que dentro de este proceso alcanza un rendimiento más eficiente en el Plano de
la lectura.
SERIACIÓN (es una operación lógica que a partir de un sistema de referencias permite
establecer relaciones comparativas entre los elementos de un conjunto y ordenarlos según
sus diferencias, ya sea en forma creciente o decreciente);
CLASIFICACIÓN (es una serie de relaciones mentales a través de las cuales los objetos se
reúnen por semejanzas, también se separan por diferencias);
REVERSIBILIDAD (es la posibilidad de concebir simultáneamente dos relaciones inversas);
Conclusión:
Nos parece de suma importancia enfocarnos en la importancia de la lectoescritura desde
temprana edad.
La lectura en la primera infancia es un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y
emocional de los niños. No sólo genera un deleite o placer en estos niños si no que también
es un vehículo de comunicación que implica una serie de ventajas en el desarrollo del
menor. Incluso antes de aprender a hablar, la lectura se puede presentar mediante dibujos e
ilustraciones.
Le lectura ayuda a expandir la capacidad de atención de los niños/as y a mejorar su
capacidad de pensar con claridad por ejemplo las historias con estructuras de "principio,
nudo y desenlace" ayudan a sus cerebros a pensar en orden y a vincular causas, efectos y
significados.Asimismo tener este hábito desde pequeños favorece el aprendizaje de
palabras ( complejas y no complejas).
Lamentablemente el problema es que hoy en día la digitalización ha influido en muchas
ocasiones de forma negativa en la lectura. A menudo es frecuente ver a los niños
entretenerse con celulares, computadoras desde una edad muy temprana, incluso antes de
que aprendan a leer o a escribir.
Independiente de la conveniencia o no de este hábito, es importante aprovechar esta etapa
en la que están ávidos de recibir información para despertarles esa curiosidad innata
mediante la lectura de un libro. Schlemenson plantea que a través de la interpretación
textual, se pueden identificar los
significados ocultos, los conflictos emocionales y las dificultades de comprensión que
pueden estar afectando el proceso de lectura.
Hay que ofrecer distintas alternativas para poder incentivar a los niños al hábito de leer .Por
ejemplo la mejor manera de lograr esto es leyendo para ellos o en las mismas instituciones
sería de mucha ayuda que se realicen actividades para fomentar la lectura en los niños.
Hacer espacios o dedicar ciertas horas a compartir lectura grupal.
En este sentido, el autor
Schlemenson plantea que la lectura es un acto creativo y subjetivo, en el cual cada
lector construye su propia interpretación a partir de su bagaje de conocimientos y
experiencias. propone diferentes estrategias y técnicas para trabajar con los problemas de
lectura desde una perspectiva narrativa. Se enfoca en la importancia de la narratividad, es
decir, la capacidad de construir y comprender historias, como una forma de dar sentido a la
lectura.