Está en la página 1de 9

La identidad es una construcción de un grupo de personas, que tiene que ver con la

pertenencia de una cultura. La identidad es también la identidad cultural, la de los orígenes


de una cultura. Por otra parte, la identidad implica un nombre. Desde el momento en el que
nacemos quienes desearon que lo hagamos, nos designan un nombre el cual nos identifica
del resto. Esto lo podemos observar en una de las tres cuestiones que propone el
psicoanálisis referido a que es un niño; en el apartado de que un niño no es nada más allá
de lo social, ya que esto remite a que un niño no va a ser nada en términos de existencia,
hasta que alguien lo nombre o piense o lo desee, aun antes de haber nacido, hasta que no
haya un significante que lo contenga.
Las otras dos cuestiones son que un niño es una sustitución hace referencia a que; solo es
algo a partir de que alguien lo nombra y lo aloja en un lugar. Su existencia sustituye otra
cosa. Y en cuanto a la última cuestión es que un niño está, primero, en el campo del Otro ya
que el sujeto depende del significante y el significante está primero en el campo del Otro.

Más allá de estas cuestiones que acabamos de nombrar, nos parece importante destacar
que un niño o una niña nace sin saber a qué género pertenece, sin saber cuáles son los
colores que más le gustan o si quiere jugar con muñecas o con coches. Nacen con la
necesidad de ir descubriendo poco a poco el mundo que les rodea, de meterse todo en la
boca, de tocar y tirar las cosas. Nacen con una mente abierta a sumar experiencias y
vivencias, no para asimilar los intereses de las personas adultas o los de la sociedad en la
que habitan

Para que el niño se pueda constituir va a necesitar de ese vínculo amoroso: Funcionamiento
materno y paterno que los divide en un nuevo estatuto: Padre y Madre, a partir del cual el
niño podrá estructurarse como hijo, desde donde armará su estructura virtualizando el
desarrollo. La posición simbólica del hijo, del pequeño niño, no se corresponde en absoluto
con una herencia genética, no es evolutiva o instantánea, ni se desarrolla. Se estructura en
ese campo del funcionamiento escénico del padre y de la madre donde transmiten una
legalidad y una herencia eminentemente simbólica, en la que se pone en juego el
acontecimiento de la filiación y de la familia.
La función de crianza va a ser de suma importancia ya que los padres se van a comunicar
con el niño en crecimiento en un “diálogo per-formativo”, es decir, un encuentro socializante
en donde se vaya imprimiendo el sello de lo cultural. Este sello cultural será el soporte
fundacional que le va a permitir al individuo humano sujetarse a la “comunicación” a
“hacerse de un lenguaje” con los otros e integrarse a una comunidad de pertenencia.
En virtud de ello, el acto de hablar y el de escuchar abren la dimensión de la existencia de
los "otros" y la oportunidad de la confluencia y las contraposiciones. El yo y el tú, son por lo
tanto pronombres personales, que representan lugares relativos con características
reversibles. El yo deja de serlo cuando finaliza su enunciado para pasar a ser
inmediatamente tú con respecto al enunciado que expresa la relatividad y el encajamiento
de subjetividades que confluyen El hablante que es el portador de la palabra.
El oyente, en cambio, viene a ser un reflejo especular del autor, su doble, que cuando
contesta y asume la autoría modifica el cariz de aquello que fue dicho. Dentro de este
marco triádico-dialógico (autor-tema-oyente) (Bajtín, 1990), lo inconcluso no conduce a una
verdad final, sino que desarrolla intercambios que dan lugar a entrecruzamientos subjetivos
y subjetivantes.
La función básica que debe tener todo sujeto es del discurso dialógico que es la de ofrecer
respuestas a un oyente que, por el contenido de aquello que se dice, se transforma
rápidamente en hablante. Ambas funciones-hablante y oyente-representan posiciones
relativas en el tema que los involucra. Cuando un sujeto toma la palabra, se ordena y
constituye de acuerdo con quien lo antecede y precede; concreta con sus enunciados una
polifonía de voces expresadas por una sola persona quien ejecuta una partitura, con
intervenciones múltiples, difíciles de desentrañar e identificar (Voloshinov, 1992). Se trata
entonces de un discurso dicho por una sola persona que está poblado de voces que lo
condicionan.
Entonces de acuerdo a lo detallado ¿Cómo se denomina a ese sujeto que entra en la
función hablante?
Lo podemos definir como un sujeto polifónico porque cada réplica es en sí misma
monológica; sintetiza un gran diálogo en el que se conjugan las voces del presente y del
pasado. Estas voces, a veces infinitamente lejanas, anónimas e impersonales, acompañan
con matices casi imperceptibles aspectos de "lo íntimo" del hablante. Esto permite
considerar el diálogo como una herramienta terapéutica activadora de la complejización
simbólica y subjetiva de un niño.

Por otro lado, el sujeto al ya pertenecer a un contexto sociocultural va a ir abarcando desde


la niñez temprana el trabajo psicosocial que consistirá en aprender a independizarse de las
figuras parentales significativas en lo que respecta a las pautas de autodeterminación. El
niño esboza las bases de su autonomía poniendo en juego la confianza básica obtenida en
la infancia; se autorizará a ensayar sus propias normas; se fijará sus propios permisos y
prohibiciones como un intento de reafirmar su propia individuación.

Dentro de este parámetro, el niño cuando va creciendo se va manifestando como un


proceso, que transcurre de manera continua, desde la fecundación del óvulo en el
momento de la concepción, hasta la madurez. A pesar de que su velocidad no es siempre la
misma, los incrementos que se observan se presentan en periodos, que pueden predecirse,
con suficiente exactitud. El crecimiento es el aumento de tamaño en el curso del tiempo. A
su vez este crecimiento va acompañado por la maduración que influye en un conjunto de
transformaciones que sufren los organismos o algunas de sus células hasta alcanzar la
plenitud. Es un proceso por el cual adquiere nuevas funciones y características, que se
inicia con la concepción y finaliza cuando este llegue hasta la adultez.

Estos cambios que se producen en la estructura y el funcionamiento orgánico se van


registrando en el sistema nervioso en la aparición y perfeccionamiento de diferentes
funciones que tiene que ver con el movimiento, el tono, el control postural, las
progresivas coordinaciones, la construcción de praxias, la progresiva discriminación
sensorial, las características de ciertas reacciones reflejas, el armado de ritmos
biológicos, entre otras cuestiones que integran habitualmente el examen neuroevolutivo.
Todo niño necesita desarrollarse porque forma parte del proceso evolutivo y necesitan de
diferentes tipos de estimulación e interacción para ejercitar sus habilidades y para
desarrollar otras nuevas.
Además del crecimiento y el desarrollo del niño, podemos ver el aprendizaje de este, ya
que,los niños se encuentran en constante aprendizaje a lo largo de su proceso de
crecimiento. No obstante, es importante reconocer que, si bien a lo largo de este proceso,
por medio de la interacción que empiezan a tener con nuevas experiencias, espacios y
personas, irán aprendiendo y desarrollando habilidades y capacidades, este desarrollo se
encontrará influenciado en gran parte por los primeros aprendizajes que desarrollaron en
sus primeros meses de vida. Los niños desarrollan habilidades importantes en los primeros
meses de vida, como no lo hacen en ningún otro momento de esta. Pues el niño aprende
habilidades y capacidades físicas, sociales y psíquicas que servirán de base para el
desarrollo posterior. Estos aprendizajes adquiridos por el niño los podemos ver en
profundidad desde los estadios que propone Piaget, que a su vez lo podemos ir
relacionando con el proceso del aprendizaje de la lectoescritura, que para que este
aprendizaje se dé, es necesario que el desde su nacimiento vaya desarrollando ciertas
funciones básicas que son: Percepción en sus aspectos de figura-fondo, discriminación y
constancia; función corporal en sus aspectos de esquema, imagen y concepto y función
temporo-espacial. De la integración de estas tres funciones dependerá la coordinación
visomotriz.

Para Piaget, el desarrollo de la inteligencia inicia desde el momento del nacimiento,


atravesando por un primer periodo que es el de la inteligencia senso-motriz que presenta 6
estadios:

PERIODO SENSORIOMOTRIZ

Primer Estadio: (0-1 mes)


El niño pone en juego sus reflejos innatos. Todas las asimilaciones están referidas al propio
cuerpo, ya hay un inicio de la función corporal, recibiendo las primeras experiencias táctiles
y sensoriales de su propio cuerpo.

Es en estas primeras sensaciones que se producen las primeras asimilaciones que


permiten el reconocimiento de situaciones globales.

Ejemplo: el reflejo de aferramiento: si se pone un objeto en la palma de la mano del


bebé, este la cierra con fuerza

Segundo Estadio: (1-4 meses)

Los primeros hábitos se forman a partir de la asimilación de elementos nuevos a los


esquemas reflejos.

Es en este momento tan temprano en el desarrollo que comienza la estructuración de las


funciones de percepción visual y auditiva que determinarán la posibilidad de un adecuado
conocimiento del mundo que lo rodea, permitiéndole en este conjunto el realizar un
aprendizaje menos dificultoso y con mayores probabilidades de éxito.

La percepción representa, junto a la actividad motora, el proceso característico de esta


etapa del desarrollo.

Es a partir de estas dos actividades que el niño va a ser capaz de llegar a la construcción
del objeto, del espacio, de la causalidad y del tiempo, y es en la medida en que esto se
logré que podrá completarse la estructura perceptivo-motora estableciéndose las
constancias.

El niño se guía por unas señales determinadas (por ejemplo, puede reconocer a su madre por la
forma de cogerlo).

Tercer Estadio: (4 a 8 meses)

En este momento va a ampliar sus procedimientos hacia los objetos exteriores marcando un
avance importante desde la actividad reflexiva hacia la actividad inteligente.

Aparece la pretensión de las cosas vistas, toma lo que ve y lleva ante sus ojos las cosas
que toca, es decir, inicia la coordinación entre su actividad visual y táctil.
Se presenta como evidente la relación entre este momento en el desarrollo y la función
seleccionada como coordinación viso-motriz.

Aparecen los primeros elementos que van a integrar el esquema de las relaciones
espaciales, en el sentido de la posición que ocupan los objetos en relación a él mismo. Es
una percepción egocéntrica y subjetiva del espacio. El niño logra una cierta evaluación de
las distancias y de la profundidad dentro de su espacio próximo.

Será a partir de estos elementos que el niño podrá elaborar la direccionalidad que juega un
papel importante en el aprendizaje de la lecto-escritura.

El niño en este momento desarrolla ciertos elementos en relación al conocimiento del


espacio. Al coordinar la visión con la prehensión percibe los resultados inmediatos de su
actividad estableciendo cierta ordenación temporal en el cuadro indiferenciado que existía
anteriormente.

Junto a la evolución de la noción espacial se da la de la noción temporal, encontrándonos


con que es en este tercer estadio que estas sobrepasan el campo subjetivo para empezar a
relacionarse con el mundo exterior.

Imitaciones. El niño imita sonidos y movimientos realizados por un modelo.

Anticipaciones de las posiciones futuras de objetos en movimiento.

Noción de espacio. El niño comienza a construir su noción de espacio, limitada a la acción


momentánea.

Esquema del Objeto Permanente. Si escondemos parcialmente un objeto delante del niño,
lo buscará. No lo buscará si está totalmente oculto.

Cuarto Estadio: (8 a 12 meses)

se observa que aparecen las primeras conductas definidas en relación al objeto. El niño
busca el objeto desaparecido, con esto se presenta una primera conservación de las cosas

A. Función corporal: Vemos que la conducta anteriormente descrita parece indicar una
mayor independencia del sujeto frente a su mundo circundante, lo que recaería en una
identificación más clara de su cuerpo.

B. Función témporo-espacial: En este momento el conocimiento del espacio que tiene el


niño le permite establecer relaciones de posición entre los objetos que se encuentran en
su espacio próximo y lejano. Logra una mayor evaluación de las distancias y de la
profundidad. Unido a lo anterior logra conciencia en cuanto al "antes" y "después" de los
desplazamientos objetivos de las cosas y por tanto de las series temporales que los
relacionan.

C. Coordinación Viso-Motora: A medida que la percepción del mundo se hace más


objetiva el niño alcanza una mayor acomodación de sus esquemas motores.
Si escondemos un objeto delante del niño, lo busca. Si retiramos el objeto del primer
escondite y lo ocultamos en otro, lo seguirá buscando allí.

Quinto Estadio: (12 a 18 meses)

A. Función corporal: En la medida en que el niño avanza en el conocimiento del mundo,


de las relaciones de posición de los objetos y de los desplazamientos de éstos logra
separarse del mundo que los rodea y empieza a tomar conciencia de sus propios
movimientos lo que le permite un mayor control y planificación de su propia actividad.

B. Función témporo-espacíal: Se presenta ya aquí un conocimiento claro por parte del


individuo de los desplazamientos de los objetos, unos en relación a otros. Es decir, las
relaciones espaciales están establecidas en cuanto a las posiciones percibidas de los
objetos.

La posibilidad de que el niño perciba y memorice la relación espacial entre los elementos,
así como la sucesión temporal que se establece entre ellos, influirá en gran medida en el
reconocimiento de letras y palabras en la lectura y en la representación gráfica de ellos o
sea la escritura.

C. Coordinación viso-motriz: En la medida que el niño toma conciencia de sus propios


movimientos como estructuras de conjunto, realizando sus desplazamientos en forma
consciente en la dirección del objetivo que le interesa logra una mayor integración de
éstos determinando un avance en la precisión y administración de ellos.

Por ejemplo, apilar los ladrillos que sacó previamente de su camión o volver a insertar los
bloques uno dentro de otro.

Sexto Estadio: (18 a 24 meses)

El niño presenta la posibilidad de encontrar el objeto después de varios desplazamientos


sucesivos, aun cuando éstos ocurran fuera del campo visual.

A. Función corporal: el niño tiene conocimiento de los desplazamientos de su propio


cuerpo.

Este conocimiento le permite representaciones mentales de los itinerarios y coordinaciones


motoras necesarias para alcanzar sus objetivos.

B. Función Témporo-espacial: Las relaciones espaciales que ya se establecieron en el


transcurso del 5º estadio logran ser manejadas por el niño a nivel de representaciones
mentales. El niño presenta evocaciones de hechos pasados y puede reponerlos a
acontecimientos futuros.

C. Coordinación Viso-motriz: Se refiere claramente que, de la estructuración de las


funciones corporal, témporo-espacial y perceptiva se llega a contar con elementos
necesarios para lograr una adecuada integración que permita un avance en la anticipación e
intencionalidad de los movimientos que se ejecutan orientados hacia determinados fines.
Cabe hacer notar sin embargo que aquí juegan importante papel la maduración neurológica
y fisiológica que se establece con el aumento de la edad cronológica.

Juego simbólico. Por ejemplo, utiliza una escoba como si fuera un caballo.

PERÍODO PRE-OPERACIONAL (inteligencia que se desarrolla a partir de los dos años)


Para Piaget dentro de este periodo se subdivide en dos etapas: una de ella él destaca que,
en el período intuitivo, la función termo-espacial y la coordinación viso-motora para ser más
específicos, no hay tiempo común para las velocidades diferentes, es decir, aparece el
antes y el después con arreglo a una sucesión especial y no todavía temporal. Por lo tanto,
la lectoescritura es un proceso que implica espacio y tiempo como el niño lee o escribe está
codificando y decodificando signos que están impresos en un espacio y que aparecen
sucesivamente en el tiempo. Por otro lado, en la función visomotora agrega que el niño
exige de una coordinación visomotora eficiente, dado que los signos que debe reproducir
son complejos y se hace indispensable esperar la integración de estabilidad para iniciar al
niño en este aprendizaje. Con estos argumentos, concluimos que el niño aún no está
capacitado para realizar con éxito la lectoescritura: este proceso requiere del manejo de
diferentes variables al mismo tiempo.

Las principales características de la etapa preoperacional incluyen:

Centración: Esta es la tendencia a concentrarse en un solo aspecto de un objeto o situación


a la vez. Cuando un niño es capaz de desplazar su atención en más de un aspecto de una
situación al mismo tiempo es que ya ha alcanzado la capacidad de descentrarse

Egocentrismo: El pensamiento y la comunicación de los niños son típicamente egocéntricos


(es decir, gira sobre sí mismos). Se refiere a la incapacidad del niño para ver una situación
desde el punto de vista de otra persona.

Juego: Al iniciar esta etapa a menudo se observa que los niños juegan en paralelo. Es decir
que a menudo juegan en la misma habitación que otros niños, pero sin interactuar, o sea,
juegan junto a otros niños más no con ellos.

Representación simbólica: es la habilidad de realizar una acción – una palabra o un objeto –


representar algo distinto de sí mismo. El lenguaje es quizás la forma más obvia de
simbolismo que muestran los niños pequeños

Juego simbólico: Los niños a esta edad a menudo pretenden ser personas que no son (por
ejemplo, superhéroes, un bombero), y pueden representar estos roles con apoyos que
simbolizan objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un compañero de
juegos imaginario.

Esta es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u objetos poseen
sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño preoperacional de
Piaget (1929) el animismo significa que el mundo natural está vivo, consciente y tiene un
propósito. Piaget identificó cuatro etapas del animismo: 1. Hasta la edad de 4 a 5 años, el
niño cree que casi todo está vivo y tiene un propósito. 2. Durante la segunda etapa (5-7
años) sólo aquellos objetos que se mueven poseen un propósito. 3. En la siguiente etapa
(7-9 años), sólo los objetos que se mueven de forma espontánea se les atribuye que están
vivos. 4. En la última etapa (9-12 años), el niño comprende que sólo las plantas y los
animales están vivos.
Artificialismo: Esta es la creencia de que ciertos aspectos del entorno son fabricados por
personas, por ejemplo, nubes en el cielo.

Irreversibilidad: Esta es la incapacidad de invertir la direccionalidad de una secuencia de


eventos a su punto de partida

EL PERÍODO DE LAS OPERACIONES CONCRETAS


En este período el niño organiza sus acciones en sistemas.
a) Función Corporal: El niño utiliza su cuerpo como un elemento representacional. Esto le
acarrea un enriquecimiento indirecto del esquema corporal, ya que de esta manera elabora
su imagen.
b) Función Témporo-Espacial: Existen tres concepciones fundamentales respecto del
espacio. Son las que consideran las relaciones topológicas, las euclidianas y las
proyectivas.
El niño de este período se encuentra ya en una concepción euclidiana del espacio. Ello le
permite el reconocimiento y reproducción correcta de figuras complejas. Sin embargo,
todavía no puede representarse el espacio desde diferentes posiciones o perspectivas.
Durante la concepción euclidiana el niño tiene un concepto subjetivo frente al tiempo.
Cualquier proceso de lectura o escritura desde el punto de vista Perceptivo involucra 3
etapas:
1) la percepción global directa del estímulo a la percepción auditiva apoyada en una imagen
mental;
2) el desglosamiento de la figura en cada una de sus partes;
3) la reproducción gráfica u oral del estímulo inicial conservando sus características propias
tanto la organización espacial como temporal.

Desde que se inicia el concepto euclidiano del espacio el niño avanza en su capacidad de
captación y reproducción de figuras. En la medida en que el niño maneja los elementos de
la realidad en 3 dimensiones notará la importancia de la posición de los signos ya que la
variación en este aspecto determina cambios en su significado. Al iniciarse esta concepción
del espacio será capaz de reproducir solo el título muy simples y presentados en forma
aislada.
Vemos así que dentro de este proceso alcanza un rendimiento más eficiente en el Plano de
la lectura.

c) Coordinación Viso-Motora: En esta etapa el niño ha logrado la representación


euclidiana del espacio. Está en la base que le permite programar las opciones y
movimientos precisos que necesita para reproducir el diseño inicial. Así entonces la
coordinación visomotora, con el apoyo de la imagen mental resulta más elaborada lo que se
traduce en una mayor eficacia en la motricidad fina.

TRANSITIVIDAD (consiste en poder establecer deductivamente la relación existente entre


dos elementos);

SERIACIÓN (es una operación lógica que a partir de un sistema de referencias permite
establecer relaciones comparativas entre los elementos de un conjunto y ordenarlos según
sus diferencias, ya sea en forma creciente o decreciente);

CLASIFICACIÓN (es una serie de relaciones mentales a través de las cuales los objetos se
reúnen por semejanzas, también se separan por diferencias);
REVERSIBILIDAD (es la posibilidad de concebir simultáneamente dos relaciones inversas);

CONSERVACIÓN (permanencia en cantidad o medida de sustancias aunque se cambien de


posición y su forma varíe);

DESCENTRAMIENTO (se refiere a la capacidad de considerar varios aspectos de una


situación)

¿QUÉ SON LAS OPERACIONES FORMALES?


Comienza aproximadamente a partir de los doce años y abarca hasta la adultez.
Coincide con el inicio de la adolescencia y el inicio de la inserción en el mundo de la
adultez. A medida que los adolescentes entran en este período, adquieren la capacidad de
pensar de manera abstracta manipulando ideas en su
mente, sin depender de la manipulación concreta del objeto.
Esto implica que él o ella pueden realizar cálculos matemáticos,pensar creativamente, usar
el razonamiento abstracto, e imaginar el resultado de acciones particulares.
Un niño que necesite realizar un dibujo o emplear objetos se encuentra aún en la etapa
operativa concreta, mientras que los niños que ya son capaces de inferir la respuesta en su
mente están utilizando el pensamiento operacional formal.
Pensamiento Operacional Formal
● Razonamiento Deductivo Hipotético
El razonamiento hipotético deductivo es la capacidad de pensar
científicamente a través de la generación de predicciones, o hipótesis, sobre el mundo para
responder preguntas.
El individuo abordará los problemas de una manera sistemática y organizada, más que a
través del ensayo y error.
● Pensamiento abstracto
Las operaciones concretas se llevan a cabo en objetos mientras que las operaciones
formales se desarrollan a partir de ideas. El individuo puede pensar en conceptos
hipotéticos y abstractos sobre los cuales no necesariamente ha experimentado
directamente.
El pensamiento abstracto es importante para planificar el futuro.

Conclusión:
Nos parece de suma importancia enfocarnos en la importancia de la lectoescritura desde
temprana edad.
La lectura en la primera infancia es un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y
emocional de los niños. No sólo genera un deleite o placer en estos niños si no que también
es un vehículo de comunicación que implica una serie de ventajas en el desarrollo del
menor. Incluso antes de aprender a hablar, la lectura se puede presentar mediante dibujos e
ilustraciones.
Le lectura ayuda a expandir la capacidad de atención de los niños/as y a mejorar su
capacidad de pensar con claridad por ejemplo las historias con estructuras de "principio,
nudo y desenlace" ayudan a sus cerebros a pensar en orden y a vincular causas, efectos y
significados.Asimismo tener este hábito desde pequeños favorece el aprendizaje de
palabras ( complejas y no complejas).
Lamentablemente el problema es que hoy en día la digitalización ha influido en muchas
ocasiones de forma negativa en la lectura. A menudo es frecuente ver a los niños
entretenerse con celulares, computadoras desde una edad muy temprana, incluso antes de
que aprendan a leer o a escribir.
Independiente de la conveniencia o no de este hábito, es importante aprovechar esta etapa
en la que están ávidos de recibir información para despertarles esa curiosidad innata
mediante la lectura de un libro. Schlemenson plantea que a través de la interpretación
textual, se pueden identificar los
significados ocultos, los conflictos emocionales y las dificultades de comprensión que
pueden estar afectando el proceso de lectura.
Hay que ofrecer distintas alternativas para poder incentivar a los niños al hábito de leer .Por
ejemplo la mejor manera de lograr esto es leyendo para ellos o en las mismas instituciones
sería de mucha ayuda que se realicen actividades para fomentar la lectura en los niños.
Hacer espacios o dedicar ciertas horas a compartir lectura grupal.
En este sentido, el autor
Schlemenson plantea que la lectura es un acto creativo y subjetivo, en el cual cada
lector construye su propia interpretación a partir de su bagaje de conocimientos y
experiencias. propone diferentes estrategias y técnicas para trabajar con los problemas de
lectura desde una perspectiva narrativa. Se enfoca en la importancia de la narratividad, es
decir, la capacidad de construir y comprender historias, como una forma de dar sentido a la
lectura.

También podría gustarte