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Freud dice que el niño lactante es incapaz de mantenerse vivo por sus propios medios, y por
esto necesita de la protección y los cuidados que le brinda su familia, las personas que lo
rodean. Luego, a medida que atraviesa el primer año de vida y comienza a desarrollar sus
propios medios, va a ir independizándose de ellos; dicho desarrollo se produce tanto en lo
físico como en lo psicológico. El desarrollo y progreso psicológicos se basan en el
establecimiento de relaciones objetales y sociales.
Las primeras relaciones objetales (también llamadas libidinales) son las relaciones entre madre
e hijo; ellos son una diada según el sociólogo George Simmel. Cuando el niño nace, su
interacción con el entorno es puramente fisiológica; para el solo existe su madre o quien
cumpla esa función, y no la percibe a esta como algo separado sino como parte de sus
necesidades y de su satisfacción. Es por esto que durante el primer año de vida podemos
hablar de un sistema cerrado, solo están el bebe y la madre.
Hacia el final del primer año de vida, se establece el objeto definitivo de la libido, que es aquel
que permite alcanzar la satisfacción; este puede ser tanto algo externo al sujeto como también
alguna parte de su propio cuerpo, y varia en el trascurso de la existencia.
Hay 3 estadios:
Estadio del objeto precursor (a partir del segundo mes de vida, el bebe empieza a
manifestar interés por los rostros humanos y por esto contestara con una sonrisa a
cualquier rostro que se le presente; la sonrisa no va dirigida a una persona en especial
sino a un signo, es decir a las partes del rostro humano en movimiento como son los
ojos, la nariz y la frente)
Estadio del objeto propiamente dicho (la madre es la intérprete de toda percepción,
de toda acción y conocimiento durante el primer año del niño; el pecho las manos y los
dedos de la madre ofrecen al niño estímulos táctiles para el aprendizaje de la prensión
y de la orientación táctil y su voz le proporciona los estímulos auditivos necesarios para
la formación del lenguaje). La vocalización del niño al principio sirve como descarga de
impulsos, y luego se transforma en un juego donde el repite los sonidos que el mismo
ha producido; luego de esto imitara los sonidos de la madre; son imitaciones auditivas
Durante los primeros meses, las experiencias del niño se limitan al afecto; la actitud afectiva de
la madre servirá de orientación al bebe y ella deberá crear un clima emocional favorable a
todos los aspectos del desarrollo del niño, ya que esto le dará también una buena calidad de
vida. Además, el medio cultural influye sobre el niño.
Los primeros años de vida deben concebirse como un periodo de evolución y transición
constante. El Yo es la organización psicológica utilizada para los intercambios con el ambiente,
con el mundo externo; sin embargo, el niño al nacer todavía no tiene Yo, porque esto se ira
desarrollando de manera lenta y progresiva a medida que pasen los meses y los años; este
desarrollo se producirá de acuerdo a la manera en que se utilicen los estímulos que llegan y se
reciben.
En el trascurso de los tres primeros meses de vida, el niño manifiesta y demuestra placer por
medio de la respuesta a la sonrisa, pero también manifiesta desagrado. Tanto el placer como el
desagrado colaboran en la formación del psiquismo, y también en el desarrollo normal del
pensamiento, la acción y la percepción. Ya entre los 6-8 meses, el bebe distingue entre amigo y
extraño, no le sonríe a cualquiera; evitan el contacto con el extraño, le tienen miedo. Esto es la
angustia de los 8 meses y es la primera manifestación de la angustia propiamente dicha.
Para Freud, la primer vivencia de angustia es el nacimiento, es decir que las primeras semanas
de vida del bebe constituyen la primera fase del desarrollo de la angustia; son estados
fisiológicos de tensión por medio de los cuales el bebe manifiesta desagrado; poco a poco esto
se organiza, alrededor de las 8 semanas de vida y el niño empieza a manifestar su desagrado
en situaciones cada vez más específicas, siendo esto más fácil de percibir por la madre y el
resto de personas que lo rodeen, quienes empiezan a entender el motivo de sus
manifestaciones; son manifestaciones expresivas. Luego durante los 3 meses, se encuentra la
reacción del miedo, que puede dirigirse tanto a algún objeto del entorno como a alguna
persona con la cual el niño haya tenido alguna experiencia desagradable; esto desencadena
reacciones de huida.
En la angustia de los 8 meses, el niño rechaza cualquier rostro que no sea el de la madre; le da
un lugar único a este último entre todos los demás rostros humanos. Esto nos demuestra que
la madre se ha convertido en el objeto libidinal del niño, y que se ha construido una autentica
relación objetal; esto se produce tanto en el terreno visual como en el afectivo y una vez que el
objeto se construye, el niño ya no puede confundirlo con nada.
Cuando el niño adquiere la locomoción, se hace mas independiente y empieza a andar,
buscando satisfacer su curiosidad; aca es donde las intervenciones maternas se manifiestan
cada vez mas por medio de los gestos y las palabras, frenando las iniciativas del niño; este es el
periodo de las ordenes y las prohibiciones y señala la transicion de la pasividad a la actividad;
es el periodo de los “NO” y asi el niño va comprendiendo las prohibiciones verbales.
El “no” de la madre hace posible que el niño guarde en su memoria el recuerdo de esa
experiencia. Para el psicoanalisis, cada no de la madre representara una frustración afectiva
para el niño, son impulsos del ello frustrados. El dominio del “no” tanto en gestos como en
palabras es un progreso de gran alcance para el desarrollo mental y afectivo del niño, ya que
presupone la adquisicion de las facultades de juicio y negacion. De esta manera va
comenzando la comunicación a distancia, la accion directa se reemplaza por lo verbal; el no es
la primera abstracción que el niño consigue formar, la primera ideación adulta.
Desde que nace, el niño está sometido a imposiciones de acuerdo a los deseos conscientes e
inconscientes de sus padres, quienes le transmiten un código moral de sus generaciones
pasadas.
A través de los cuidados, excitaciones y satisfacciones que el adulto le brinda al bebe, surgen
las pulsiones, a través de ese otro primordial.
No todos los sujetos acceden al aprendizaje del mismo modo, ni participan con el mismo
interés. Aprender es un complejo proceso de transformación e incorporación de novedades,
por el que cada sujeto se apropia de objetos y conocimientos que lo retraen o enriquecen
psíquicamente, de acuerdo con el sentido que los mismos le convocan.
El proceso de aprendizaje sería una suerte de movimiento libidinal, por el cual el sujeto se
relaciona en forma preferencial con algunos objetos, con los que construye su realidad y
amplia el campo de sus conocimientos. La disponibilidad psíquica para aprender revela la
existencia de un deseo que activa y dinamiza los procesos de construcción y apropiación de
conocimientos; la disposición para el aprendizaje tiene entonces una relación mayor con la
vigencia de un deseo, que con el potencial intelectual para concretizarlo.
La forma de pensar y procesar los conocimientos tiene relación con las características
personales del sujeto que aprende, quien a través de ellas se intenta reencontrar con
situaciones que le producen placer y evitar aquellas que le producen sufrimiento; en este
sentido, el deseo de apropiación o rechazo de determinados aprendizajes se produce por la
elección inconsciente de aquellos objetos que generan atracción o evitación por las
significaciones históricas que movilizan.
El acto de investimiento, representado por medio del interés y/o habilidad que el sujeto tiene
para operar con determinados objetos y no con otros, es la actualización y la expresión de un
movimiento libidinal cuya motivación básica es la búsqueda de placer; no todos los objetos del
mundo externo producen placer, sino que algunos se constituyen en objetos de no deseo,
produciendo una retracción por parte del niño que los evita mediante un movimiento libidinal
de desinvestidura.
El niño que no manifiesta interés por aprender, por enriquecer sus pensamientos y
conocimientos, expresa una retracción y un sufrimiento psíquico empobrecedor, que afecta no
solamente la realización de sus tareas escolares, sino la expresión global y potencial de su
desarrollo general como individuo. Esto no surge en la escuela ni se circunscribe a los
aprendizajes escolares, sino que tiene su origen en la calidad de las relaciones primarias,
aunque es en la escuela donde se juega una nueva oportunidad para transformarla y
potenciarla.
Cuando el niño nace, la capacidad representativa es inexistente; para él, en ese momento,
toda la realidad se circunscribe a aquellos que atienden sus requerimientos de alimentación y
abrigo. La primera y más jerarquizada de las relaciones iniciales es la que el niño establece con
su madre, o su equivalente en la atención de sus necesidades de alimentación y abrigo.
El diagnostico psicopedagógico tiene como objetivo dar cuenta de cuáles son las
particularidades psíquicas que restringen el aprendizaje. Según la autora, los niños con
problemas de aprendizaje son aquellos que presentan restricciones en sus producciones
simbólicas y también presentan perturbaciones significativas en el dominio de algunas o todas
las áreas del conocimiento, con pérdida de la curiosidad y del deseo para incorporar
novedades.
P. originario: es el que se da en los bebes; aquí se constituyen los esbozos del aparato
psíquico; la madre o cualquier otra persona que ejerza ese rol, le va transmitiendo cuidados
corporales y estabilidad, y genera atractivos libidinales. Satisfaciendo sus necesidades se
transforma en una fuente de placer y adquiere así un lugar primordial en la fundación del
psiquismo del niño. En los casos de los niños para quienes esta primera relación es precaria o
inestable, su psiquismo se constituirá con un nivel de precariedad simbólica difícil de recuperar
posteriormente.
P. primario: surge la fantasía como actividad representativa característica, para compensar
psíquicamente la ausencia que deja la madre cuando se aleja o no atiende permanentemente
al niño en sus demandas y necesidades. Se caracteriza por la realización imaginaria de deseos
para evitar el sufrimiento que genera la ausencia del vínculo inicial. Cuando la mirada y el
placer de la madre de depositan en un lugar distinto al del niño, se da una separación y
también el reconocimiento del mundo externo.
P. secundario: es el que tiene lugar cuando el niño inicia su escolaridad, produciéndose así
cambios en sus formas de operar psíquicamente. En este momento hay diversidad de ofertas
sociales existentes y se imponen otras formas de acceso al placer, es decir nuevas formas de
circulación y descarga libidinal. Se da el desarrollo del lenguaje y del pensamiento, que se
instalan como potencialidades psíquicas. El sujeto se sentirá atraído por aquellos objetos y
sujetos que se relacionen con aspectos libidinalmente significativos de su realidad psíquica
anterior, es decir con experiencias psíquicas que hayan producido satisfacción. La actividad
representativa característica de este tercer momento es la producción simbólica, actividad
psíquica compleja.
La escuela es el lugar donde el niño por primera vez confronta lo propio con lo socialmente
instituido.
El desarrollo de los individuos esta mediatizado por el entorno social y cultural que lo lleva a
construir su subjetividad y su identidad. Las fuentes del desarrollo psíquico de las personas se
encuentran en el sistema de sus relaciones sociales, en el sistema de su comunicación con
otros y otras, en su actividad colectiva; de esta manera vamos edificando nuestra subjetividad.
El ser humano, al estar en contacto con la cultura a la que pertenece, se va apropiando de los
signos y símbolos sociales para interiorizarlos.
Los primeros años de la vida del ser humano son esenciales, ya que es en estos momentos
donde se dan con más rapidez el desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el
comportamiento social. Toda experiencia vivida va moldeando la manera de ser, de pensar y
de actuar de cada persona.
EL PROCESO DE SUBJETIVACION
El equilibrio de los pensamientos aumenta con la edad como así también ocurre con las
relaciones sociales, que obedecen a esta ley de estabilización gradual. El desarrollo mental esta
continuamente en construcción, cada vez se hace más sólido.
Las acciones siempre tienen un interés que las desencadena, ya sea este de índole fisiológico,
afectivo o intelectual. Para Piaget una necesidad es siempre la manifestación de un
desequilibrio; en cuanto las necesidades estén satisfechas, el equilibrio se reestablece; la
acción humana consiste en este mecanismo continuo de equilibracion y reajuste
Asimilación: incorporar algo del mundo exterior a las estructuras que ya tenemos construidas
Los reflejos de succión se van afinando con el ejercicio: es por esto que un recién nacido va a
succionar mejor al cabo de una o dos semanas que al principio; además luego se va dando una
generalización de esta actividad de succionar: el bebe se chupa los dedos, chupa algún objeto
que encuentra, se lleva el pulgar a la boca, etc. Para el, el mundo es una realidad susceptible
de ser chupada. Luego estos reflejos se irán complejizando dando lugar a que vayan surgiendo
nuevas conductas con ayuda de la experiencia, integrándose así en hábitos y percepciones
organizadas; ejemplos de esto son la succión sistemática del pulgar, el hecho de dar vuelta la
cabeza en dirección a un ruido, o seguir un objeto en movimiento.
Hacia los 4 meses y medio, el bebe empieza a agarrar lo que ve, es decir que hay capacidad de
prensión, la cual luego será de manipulación y así se irán formando nuevos hábitos.
En este periodo también encontramos una inteligencia practica sensorio motriz propiamente
dicha, que se aplica a la manipulación de los objetos y no utiliza más que percepciones y
movimientos organizados en esquemas de acción. El bebe ya no se limita a reproducir aquellos
movimientos que han producido efectos interesantes, sino que ahora los va variando
intencionalmente para estudiar los resultados que esto tiene y así se dedica a explorar y
experimentar. El niño comienza así a interesarse por su cuerpo, sus movimientos y los
resultados de sus acciones.
Durante los primeros meses el lactante no percibe objetos propiamente dichos, sino
que reconoce algunos cuadros sensoriales familiares siempre y cuando estos estén presentes
es decir dentro de su campo perceptivo. Alrededor de los 4 meses y medio, hay coordinación
entre la visión y la aprehensión, y es por esto que el bebe agarra y manipula todos los objetos
que tiene a su alrededor
En vez de salir de su propio punto de vista para coordinarlo con el de los demás, el niño sigue
inconscientemente centrado en sí mismo (egocentrismo); no se puede diferenciar entre el yo y
la realidad exterior.
Los juegos simbólicos constituyen una actividad real del pensamiento, pero esencialmente
egocéntrica: su función es satisfacer al yo, transformando lo real en función de los deseos, es
decir que el sujeto no está sumiso con respecto a lo real, sino al contrario, hay una asimilación
de lo real al yo. La realidad se adapta al juego del niño y a sus deseos.
El juego es un ejercicio preparatorio que anuncia las actividades futuras del adulto, una suerte
de ejercitación previa de las funciones mentales; el niño en su juego teje fantasías acerca de
los objetos, reordena las cosas de su mundo en una nueva forma que le agrada. El juego
expresa diversas situaciones emocionales como las sensaciones de frustración y rechazo,
amor, celos, culpa y ansiedad. La vida cotidiana se mezcla con la fantasía.
Alrededor de los 3 años y medio o 4 años, el niño ya es capaz de disfrutar el juego con otros
niños. En los 6 primeros años de vida, el niño está fijado a las figuras de sus padres y
hermanos, y luego ira conociendo personas que se convertirán en sustitutas de esos primeros
objetos.
El animismo infantil es la tendencia a concebir las cosas como vivas y dotadas de intenciones;
además la realidad para los niños en esta etapa es animada y viva y las leyes naturales se
equiparan a la obediencia. En este periodo los niños afirman constantemente pero nunca
demuestran aquello que dicen, no hay pruebas de esto; el niño reemplaza la lógica por el
mecanismo de la intuición.
ETAPA DE LAS OPERACIONES CONCRETAS (desde los 7 años hasta los 12 años)
A partir de los 7 años el niño adquiere cierta capacidad de cooperación, ya que puede
coordinar distintos puntos de vista/opiniones; así es que las discusiones se hacen posibles, hay
comprensión de otros puntos de vista y el lenguaje egocéntrico va desapareciendo casi por
completo. Se observan cambios en lo social por ej. se juegan juegos con reglamento, además
de que empiezan a reflexionar y pensar antes de actuar.
En cuanto a la inteligencia, vemos que se van dando los inicios de la lógica, comenzando a
aparecer paulatinamente las nociones de conservación de la sustancia, del peso y del volumen
y también la clasificación y la seriación; estos logros resultan de un juego de operaciones
coordinadas entre si y reversibles, es decir que los niños en este periodo pueden volver al
punto de partida, invertir; también se desarrollan las nociones del tiempo y del espacio. En
este periodo las operaciones de la inteligencia son concretas es decir que solo se refieren a
todo aquello que sea tangible y pueda ser manipulado y sometido a experiencias efectivas; es
un pensamiento ligado a lo real, a la realidad misma. No pueden hacer abstracciones.
En cuanto a la afectividad, aparecen los sentimientos morales, que llevan a una mejor
integración del yo y a una regulación más eficaz de la vida afectiva; también están los
sentimientos de justicia. Las reglas son respetadas como resultado de acuerdos explícitos o
tácitos.
En cuanto a lo afectivo hay una doble conquista de la personalidad y una inserción en la vida
adulta; el adolescente quiere sobrepasar al adulto y sorprenderlo, transformando el mundo; se
atribuye un papel esencial en la salvación de la humanidad y así organiza su plan de vida.
Se prepara para insertarse en la vida adulta por medio de proyectos, programas de vida,
planes políticos, sociales, etc. Siente desprecio y desinterés por la sociedad, y quiere
reformarla, cambiarla.
Según Freud, entre los 6 y los 12 años se ubica el periodo/etapa de latencia, que es aquella
época de calma sexual, donde el Ello se aplaca, el Yo se refuerza y el Superyó actúa con más
severidad; el termino latencia para Freud significa estar “oculto”; empiezan a predominar los
sentimientos de ternura, respeto y devoción por encima de los deseos genitales. Lo sexual se
reprime, pero está allí representado en una lucha contra la masturbación, la curiosidad de ver
y tocar los genitales del sexo opuesto. Aparecen el pudor y las aspiraciones morales.
La
noción de número en los niños
Se va formando a medida que el niño ordena y clasifica los objetos de su entorno, a partir de
las acciones que ejerce sobre ellos, estableciendo comparaciones, agrupaciones, y ordenando
objetos; así se van construyendo los conocimientos lógicos matemáticos. Esta noción se
desarrolla cuando el niño puede clasificar, seriar y establecer correspondencias entre los
objetos. La noción de número es activa y progresiva porque cada acción se va complejizando
cada vez más.
Son dificultades caracterizadas por un rendimiento en una o varias materias escolares que se
encuentra significativamente por debajo de lo esperado para la edad del niño, el CI y el nivel
escolar.
Lo mismo ocurre con las dificultades en la expresión escrita, ya que las habilidades de escritura
están por debajo de lo esperado según edad, CI y nivel de escolaridad; estas dificultades suelen
aparecer asociadas con dificultades de lectura y en gral se manifiestan a partir del 2° grado de
escolarización. En muchos casos, las DA que comienzan en el ámbito académico se extienden
y afectan el autoconcepto, la autoestima, la motivación, e incluso pueden llevar a problemas
emocionales.
Puede ocurrir que algunas habilidades del lenguaje estén operando de modo adecuado, pero
otras no; un ejemplo de esto es la dislexia, ya que el lenguaje oral se desarrolla correctamente
pero el escrito presenta dificultades. Decodificar es reconocer y comprender lo escrito; esta es
la dificultad en la dislexia.
En la lectura es importante identificar las palabras, pero también es importante hacer una
integración semántica del conjunto de palabras y frases que se leyeron, para así poder lograr la
comprensión. La adquisición del lenguaje escrito se logra de manera paulatina, ya que implica
una elaboración, interpretación y una reconstrucción por parte del sujeto; además es
absolutamente necesario que el sujeto se implique en la tarea de manera activa, aplicando sus
recursos y estrategias cognitivas por ejemplo explorar el contenido del texto antes de leer,
distinguir las ideas principales de las secundarias, organizar las ideas, etc.
Los factores afectivo-motivacionales influyen altamente en los logros de los alumnos, por
ejemplo el deseo que tengan de aprender a leer y escribir, el interés, el autoconcepto.
Nivel léxico (son las operaciones necesarias para llegar al conocimiento que tiene el sujeto
sobre las palabras; léxico mental)
Nivel sintáctico (permite comprender la relación de las palabras entre sí y su orden; permite
predecir la información que sigue a las palabras que se están leyendo)
Nivel semántico (permite conocer el significado de las palabras, de las frases y los textos)
La dislexia es una dificultad especifica en el reconocimiento de las palabras; hay dislexias
adquiridas (por accidentes, alguna lesión cerebral, por ejemplo) y dislexias evolutivas
(personas que presentan dificultades desde la adquisición inicial de la lectura, sin existencia de
daño cerebral)
Fonológicas (incapacidad de leer aquellas palabras que son poco familiares o pseudopalabras)
Superficiales (reconocen las palabras por el sonido, pero no las reconocen como un todo)
Profundas (están dañados tanto los procedimientos léxicos como los fonológicos; hay errores
semánticos es decir que no pueden comprender el significado de lo que leen)
Dislexia visual (dificultad para percibir globalmente las palabras y las letras que la componen;
deletrean)
Dislexia auditiva (no pueden identificar los fonemas que componen las palabras; no pueden
establecer la relación grafema fonema para construir la palabra y acceder a su significado)
Se les debe enseñar a los niños a que asocien los fonemas con los signos gráficos que los
representan (reglas de correspondencia grafema-fonema)
Leer significa comprender el mensaje escrito de un texto (lectura comprensiva); las causas del
fracaso en este sentido pueden deberse a distintos factores como por ejemplo
La competencia matemática se construye de manera lenta y gradual pero activa, que va desde
lo concreto hasta lo abstracto y general. Los conocimientos previos tienen un papel crucial ya
que son la base para otros nuevos aprendizajes
Discalculia: dificultades para procesar los números y realizar cálculos con ellos
Los problemas de aprendizaje no pueden pensarse como problemas en sí mismos y con peso
propio, sino que lo son en función de una conceptualización determinada del aprendizaje.
Habla de apropiación del conocimiento en el sentido de tomar para si algo del otro; el niño no
construye en soledad, sino que toma de los otros, pero el conocimiento es construcción
propia, es decir de cada niño. Pensar que hay un proceso de apropiación del conocimiento nos
permite pensar que hay otros que han ubicado (o no) a ese sujeto en posición de construir lo
que se le ofrece; por esto es que no se puede leer el problema del niño solo teniendo en
cuenta los elementos de la situación actual e inmediata.
El niño construye a partir de sus saberes previos, de sus representaciones previas del objeto;
no hay un punto cero sino un proceso de sucesivas reconstrucciones. La interacción social es
parte constitutiva y esencial del proceso de aprendizaje, por esto es que necesariamente el
diagnostico incluirá información acerca de las características del grupo de pares del que forma
parte el niño así como también de la institución escolar a la que asiste. La construcción de
conocimientos articula con el contexto sociocultural. El sujeto no solo descubre el objeto que
otro le presenta ni tampoco construye el conocimiento que el otro le enseña, sino que además
se apropia de ese objeto y de ese conocimiento.
El acto cognitivo implica siempre por lo menos tres términos: el sujeto, el objeto y el otro; es el
Otro quien hace del objeto una incógnita, porque se lo presenta al sujeto como haciéndole
falta. No existe posibilidad de aprendizaje al margen de la subjetividad; debe haber un sujeto
que construya el objeto de conocimiento en una escena discursiva. La subjetividad es
constitutiva del proceso de aprendizaje; nunca podemos dejarla afuera.
En los niños con psicosis la noción de conservación esta desfasada; se logra llegar a un nivel
operatorio en cuanto a seriaciones y clasificaciones, pero en lo que atañe a la conservación hay
un desfasaje significativo, hay fallas en la construcción de identidades. En estos sujetos
predomina la asimilación; en los niños con deficiencia mental predomina la acomodación.
Lo esperable es que los sistemas, esquemas y estructuras de nivel inferior se integren a las de
nivel superior; de esta manera se da lugar a coordinaciones cada vez más rápidas y reversibles
y con mayores posibilidades de generalización en el tiempo y el espacio.
Las adecuaciones curriculares dan respuesta a las necesidades educativas de los alumnos, por
eso sirven tanto a estos como a los docentes. Las adaptaciones son referidas a un contexto es
decir el niño y su historia, las expectativas de los padres, el docente y su experiencia, etc.
El Cuestionario Desiderativo es una técnica que puede ser tomada tanto a niños como a
adolescentes y adultos, a personas con déficits sensoriales y físicos, independientemente de la
situación cultural del sujeto. Evalúa la personalidad en los más variados contextos. Se aplica
en 10 o 15 minutos. Es una técnica proyectiva.
Jaime Bernstein fundamenta este cuestionario desde el marco psicoanalítico; en cada elección
o rechazo que hace el paciente se le pregunta el porqué; la explicación y fundamentación que
nos de el sujeto dará cuenta del significado personal que el símbolo elegido adquiere para él.
De esta manera, el sujeto nos transmite cómo simboliza y significa la realidad.
Esta técnica se puede aplicar a partir de los 4 o 5 años de edad y hasta las edades más
avanzadas. Los factores socio culturales deben ser tenidos en cuenta al momento de la
interpretación de las respuestas.
Alicia Fernández – Los idiomas del aprendiente
La liberación de la inteligencia atrapada sólo podrá darse a través del encuentro con el placer
perdido de aprender; por esto nuestra principal tarea en relación con los pacientes
(denominados aprendizeñantes) es “ayudarlos a recuperar el placer de aprender”; en la base
de todo conocimiento esta la acción, primero material y luego interiorizada.
Para precisar la modalidad de aprendizaje de una persona que llega a consulta no necesitamos
realizar ningún test especifico ya que en cualquier situación (modo de relatar, de jugar, de
dibujar) la podemos percibir. A partir de la modalidad de aprendizaje, en cada persona se va
construyendo una modalidad de enseñanza, una manera de mostrar lo que conoce y un modo
de considerar al otro como aprendiente. La modalidad de enseñanza, si bien se constituye
desde el inicio de la vida, es de algún modo una construcción a partir de la propia modalidad
de aprendizaje. Por eso, para modificar la modalidad de enseñanza, se necesita resignificar la
modalidad de aprendizaje. Para que un niño pueda aprender, los adultos deben propiciarle un
espacio donde él también se encuentre con que tiene algo para enseñar a los otros, sean
adultos o niños. La primera entrevista con los padres del niño que traen a consulta es una
situación privilegiada para observar la modalidad de enseñanza que estos tienen.
Enseñar y aprender están imbricados, es decir que no puede pensarse uno sin el otro.
Mas que enseñar y mostrar conocimientos, ser enseñante significa abrir un espacio para
aprender, un espacio en donde hay una construcción de conocimientos y también
construcción de sí mismo como sujeto pensante y creativo. El aprender debe ser constructor
de autoría de pensamiento; la función de los maestros, madres y padres no es principalmente
transmitir información sino propiciar herramientas y un espacio que posibilite construir
conocimientos. El motor del aprender se nutre en la energía deseante, en las ganas, el deseo.
Para que cualquier aprendizaje sea posible, es necesario que haya amor y sostén, es decir que
el componente afectivo es importante, es una condición necesaria. La inteligencia se
constituye en el vínculo con los otros, es decir en un espacio relacional.
Los sujetos deben reconocerse como autores de sus producciones, cualquiera que estas sean;
deben reconocerse como protagonistas y participes de sus producciones, confiar en sus
posibilidades de producir.
El jugar es la primera experiencia de autoría, algo que se hace porque si, sin la demanda del
otro, así se inaugura el pensamiento.
Marina Müller - “Aprender para ser”
El aprendizaje tiene que ver con la inserción de cada persona en el mundo de la cultura y de lo
simbólico, gracias al cual el humano adquiere sentido y se incorpora al mundo cultural de
manera activa.
Hacer diagnostico según Marina Müller es un proceso, es una lectura de signos que busca dar
significado al mensaje que traen los consultantes.
El encuadre incluye:
Un espacio (el consultorio) que debe ser lo suficientemente amplio y tranquilo, que permita el
desarrollo de un encuentro personal de intimidad.
Un tiempo es decir la duración de cada entrevista y la frecuencia con que se verá al paciente
El encuadre no es absolutamente estricto, sino que debe acordarse con el mismo paciente y su
familia, pudiendo sufrir modificaciones según las circunstancias.
Para el niño, el juego le permite proyectar y desplazar sus angustias y conflictos internos, y
modificar desenlaces dolorosos, además de poder revivir experiencias placenteras. Es
importante observar a que juega el niño, que materiales utiliza, el contenido del juego y las
palabras y gestos que lo acompañan.
Emanuel Hammer – Test proyectivos gráficos
Para Hammer, todo acto, expresión o respuesta de un individuo lleva de algún modo la
impronta de su personalidad.
Históricamente el hombre utilizo los dibujos para registrar sus sentimientos y acciones, mucho
antes del habla, expresando por medio del trabajo artístico sus emociones, sentimientos, ideas
y necesidades.
Las personas tienden a expresar en sus dibujos una versión de sí mismos tal como son o tal
como les gustaría ser; de esta manera los dibujos representan una forma de lenguaje
simbólico.
En los dibujos se proyecta la propia imagen corporal. Los niños en sus dibujos se retratan a sí
mismos, inconscientemente; autorretratos. Por esto es que, por ejemplo, los niños con
defectos corporales suelen proyectarlos en sus dibujos de personas. No solo se proyectan
aspectos físicos sino también psicológicos, además de revelar muchas veces situaciones
estresantes.
Objetos alargados como chimeneas, ramas, troncos de árbol, brazos, narices y piernas pueden
emplearse como símbolos fálicos.
Ante todo, el sujeto dibuja lo que siente, y lo transmite a través del contenido del dibujo, del
tamaño, del emplazamiento, de la presión de las líneas.
Los niños tienen mayor predisposición a representar figuras parentales en sus dibujos de
personas.
La actitud que tenga el entrevistado durante la realización de la tarea puede revelar también
características de su personalidad; también es importante el grado de cooperación que el
examinado ofrece. Asimismo, es necesario considerar la estructura (tamaño, presión de la
línea, sombreados, borraduras, emplazamiento en la hoja) y el contenido del dibujo
(expresiones faciales, posturas de las figuras, partes del cuerpo con ropa y accesorios, etc.)
La relación entre el tamaño del dibujo y el espacio disponible en la hoja, se vincula con la
relación entre el sujeto y el ambiente, como responde el individuo a las presiones ambientales;
si la figura es pequeña, podemos pensar que el sujeto se siente pequeño e inadaptado y que
responde a los requerimientos del ambiente con sentimientos de inferioridad.
Las partes borradas, las más remarcadas, sombreadas y omitidas están vinculadas con un
posible conflicto; es decir que probablemente los conflictos del paciente estén vinculados con
esa parte que omiten, sombrean, remarcan.
La cabeza suele ser lo primero que los sujetos dibujan; esta representa el concepto del Yo
Los dibujos expresan el concepto que el sujeto tiene de si mismo y del ambiente
Nos permite observar la imagen interna que el sujeto tiene de sí mismo y de su ambiente,
como así también las cosas que considera importantes y las que no.
La casa, el árbol y la persona son ítems familiares a todos, conocidos por todas las personas y
tienen mucha significación inconsciente
El árbol refleja los aspectos más profundos e inconscientes del individuo, mientras que la
persona se relaciona con la autoimagen y las relaciones con el ambiente. Es decir que podemos
observar los conflictos y defensas del examinado. En el dibujo de la persona también se
reflejan los recursos que el sujeto utiliza para manejarse con los demás.
El dibujo de la persona puede representar tanto un autorretrato, como estar referido al ideal
del yo o representar a alguna persona significativa para ese sujeto que dibuja; esto último
suele darse más frecuentemente en niños.
Por medio de esta técnica, se evalúa la personalidad total de un sujeto, con rasgos que
resultan útiles y significativos, es decir que el sujeto que dibuja está proyectando su
personalidad.
Lo que cada persona dibuja está relacionado íntimamente con sus impulsos, ansiedades y
conflictos, característicos de su personalidad; la figura dibujada es en cierto modo una
representación o proyección de la propia personalidad y del papel que esta desempeña en el
ambiente.
La omisión de alguna parte del cuerpo es indicativa de conflicto, al igual que las borraduras. El
sombreamiento, por su parte, es un indicador de ansiedad y también de ocultamiento.
El dibujo de la figura humana debe ser entendido como una expresión del estado de ánimo y
de las tensiones emocionales de un sujeto
Cada técnica proyectiva debe interpretarse en función del sujeto particular con el que
estemos tratando, en función de la información obtenida.
El test de la pareja educativa investiga el vínculo que el sujeto establece con el aprendizaje
(vinculo de aprendizaje); esto último puede abordarse investigando 3 aspectos:
Esto nos permite conocer el tipo de vinculo que cada persona establece con el aprendizaje
El tamaño total del dibujo se vincula a la importancia que ese sujeto le asigna al aprendizaje;
los dibujos muy pequeños como también los exageradamente grandes indican un vínculo
negativo, mientras que aquellos de dimensiones razonables indican un adecuado equilibrio
entre lo negativo y lo positivo.
En cuanto al tamaño de los personajes dibujados, podemos decir que las figuras pequeñas (ya
sea del enseñante como del aprendiente) indican una desvalorización.
En el caso de que la figura del enseñante sea grande podría indicar una sobrevaloración con
características persecutorias, y en el caso de la figura del aprendiente podría indicar una
negación de las propias dificultades y alteraciones en el aprendizaje.
La idea original de este test fue de Ernst Kris, quien sostenía que para los niños de entre 3 y 10
años es mucho más fácil identificarse con animales que con personas.
El material del CAT consiste en 10 láminas de animales en situaciones diversas; puede aplicarse
a niños de entre 3 y 10 años. Esta es una técnica que explora la personalidad, a partir de la
percepción de un estímulo estándar; pone de manifiesto los impulsos, emociones,
sentimientos, complejos y conflictos de personalidad.
Fue creada con el objetivo de llegar a comprender la relación de los niños con sus figuras y
tendencias más importantes. De esta manera, las láminas tienen el propósito de provocar
respuestas relacionadas a problemas de alimentación y orales en gral, problemas de rivalidad
entre hermanos, descubrir la actitud del niño frente a las figuras parentales y el modo en que
el las percibe, Complejo de Edipo, y el proceso primario es decir las fantasías del niño acerca
de los padres en la cama. De este modo, se intentan conocer las fantasías agresivas infantiles,
la aceptación infantil del mundo adulto, la manera de reaccionar y de manejarse frente a los
problemas del crecimiento.
Por esto es que este test trabaja sobre el contenido de la producción del niño, y se focaliza en
que es lo que el ve y piensa.
La interpretación se apoya en la hipótesis de que el cuento que el niño relata alude a el mismo
Reconocimiento de palabras
Constituye un requisito sine qua non para la lectura autónoma y eficiente de textos; requiere
tanto de diversos conocimientos lingüísticos de tipo léxico, semántico, pragmático y
morfosintáctico, asi como de la integración entre lo que aparece en el texto y los
conocimientos del lector.
Comprensión lectora
Definida como “el proceso simultaneo de extracción y construcción del significado a través de
la interacción e implicación con el lenguaje escrito”; desde esta perspectiva es que para
alcanzar una representación coherente e integrada del contenido de un texto, el lector lleva a
cabo un procesamiento en paralelo mediante el cual deriva e integra los significados de las
palabras, oraciones y párrafos; asimismo, identifica las ideas principales del texto y elabora
inferencias para cubrir los huecos de información no explicita en el texto.
Este test evalúa el procesamiento del número y el cálculo; fue elaborado por un equipo de
profesionales argentinos que contaron con la colaboración de expertos europeos, con el
objetivo de contribuir a la evaluación, diagnóstico y tratamiento de las dificultades
subyacentes a la comprensión del número y el cálculo en niños de entre 6 y 9 años de edad.
Weschler se basó en la premisa de que la inteligencia es una entidad global, ya que caracteriza
la conducta del sujeto como un todo, pero también es especifica, porque se compone de
diferentes elementos/habilidades. Definió a la inteligencia como la capacidad de una persona
de actuar con un propósito, pensar racionalmente y relacionarse adecuadamente con el
entorno.
El que necesita un diagnóstico no es el paciente, sino el terapeuta, para así poder intervenir; al
paciente debemos considerarlo como un sujeto pensante.
Debemos observar y poner atención a la relación del sujeto con el conocimiento y formularnos
algunas preguntas como, por ejemplo: ¿Con que recursos cuenta el paciente para aprender?
¿Cómo aprende? ¿Cuál es su modalidad de aprendizaje? ¿Qué significa el conocimiento y el
aprendizaje para la familia?