Está en la página 1de 4

Universidad Iberoamericana León

Extracción de ideas: “Trastorno por Déficit de atención e Hiperactividad”

Psicopatología III

Mtro.Luis Anibal Robles Durán

Valeria Judith Mendoza Rivera

22/04/2024

Psicología

6°A
“Trastorno por Déficit de atención e Hiperactividad”

1. El TDAH es un trastorno común que afecta a niños, adolescentes y adultos,


con síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. Puede persistir
en la adolescencia y la adultez, y está relacionado con dificultades en el
aprendizaje y la adaptación al entorno.
2. El TDAH suele coexistir con otros trastornos psiquiátricos como trastornos
de aprendizaje, oposicionismo desafiante, ansiedad y depresión. La
detección temprana de estas comorbilidades es crucial para mejorar el
pronóstico. La gravedad del TDAH se refleja en su impacto en el
funcionamiento diario. Esta condición puede generar discapacidad social,
especialmente si persiste en la adolescencia y la adultez.
3. En el DSM-5, el TDAH se clasifica en tres tipos: predominantemente
inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo y combinado. Aunque el
predominio varía en poblaciones generales y clínicas, el tipo inatento es el
más común. Sin embargo, estas categorías pueden cambiar con el tiempo
en casos individuales. En las niñas, el diagnóstico tiende a ser más tardío,
con predominio del tipo inatento y menos comorbilidad con trastornos
disruptivos, pero mayor asociación con trastornos ansiosos y depresivos.
4. Varios estudios han confirmado que los factores genéticos son significativos
en el desarrollo del TDAH, siendo uno de los trastornos psiquiátricos más
hereditarios. Se estima que entre el 70% y el 80% del riesgo de desarrollar
TDAH se atribuye a factores genéticos, mientras que el resto puede ser
influenciado por factores ambientales, como los riesgos perinatales.
5. La investigación sugiere que el TDAH es causado por la interacción de
varios genes con diversos efectos, sin que ningún alelo individual sea
completamente responsable del trastorno por sí solo. Se han identificado
genes relacionados con los mecanismos moleculares subyacentes del
TDAH, especialmente aquellos implicados en las vías dopaminérgicas. Los
estudios de ligamiento en familias afectadas por el TDAH han señalado
varias regiones cromosómicas que parecen estar asociadas con genes de
susceptibilidad al trastorno.
6. La presencia de TDAH ha sido vinculada con el consumo de alcohol,
nicotina y otras drogas durante el embarazo, así como con condiciones
como la prematurez extrema, bajo peso al nacer, infecciones del sistema
nervioso central, traumatismo craneoencefálico, epilepsia y exposición a
sustancias tóxicas.
7. El diagnóstico del TDAH se realiza principalmente mediante evaluación
clínica y por exclusión. Se fundamenta en una historia clínica detallada y
una observación cuidadosa del paciente, ya que no hay actualmente un
marcador biológico específico para esta condición. Además, es necesario
realizar un exhaustivo diagnóstico diferencial con otras enfermedades que
comparten síntomas similares al TDAH.
8. Los síntomas principales para diagnosticar el TDAH son la desatención, la
hiperactividad y la impulsividad. Estos síntomas deben causar dificultades
significativas en al menos dos áreas importantes, como el ámbito
académico, laboral, social o familiar.
9. La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) categoriza el trastorno como
trastorno hipercinético, con criterios que incluyen seis síntomas de
inatención, tres de hiperactividad y uno de impulsividad para el diagnóstico.

En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5)


de la American Psychiatric Association, el TDAH se clasifica como un
trastorno del neurodesarrollo. Los criterios diagnósticos incluyen síntomas
de inatención, hiperactividad e impulsividad. Para cumplir con los criterios,
los niños menores de 17 años deben tener al menos seis síntomas,
mientras que los mayores de 17 años deben tener al menos cinco. Estos
síntomas deben persistir durante al menos seis meses y ser inapropiados
para el nivel de desarrollo del individuo.
10. La sensación de inquietud interna persistente y la impulsividad son
características comunes del TDAH. Los déficits incluyen distractibilidad y
dificultad para mantener la atención en una tarea hasta completarla, lo que
conduce a una organización deficiente de las tareas y comportamientos
irresponsables. La impulsividad puede llevar a conductas de riesgo, y es
frecuente la falta predominante de atención en la adolescencia. Los
cambios físicos y sociales propios de esta etapa, junto con nuevas
presiones relacionadas con la identidad, la independencia y la aceptación
social, aumentan el estrés en los adolescentes con TDAH.
11. En la adultez, los problemas de concentración pueden persistir, lo que lleva
a cambios frecuentes de actividad, falta de finalización de proyectos y
movimientos laborales frecuentes. La conducta desorganizada afecta tanto
a la familia como al entorno laboral. Es común que necesiten escribir listas
como recordatorios y tiendan a postergar las tareas repetidamente.
Además, pueden experimentar episodios de conducta explosiva, que
pueden estar relacionados con otros trastornos del estado de ánimo
comórbidos.
12. Es importante diferenciar el TDAH de trastornos de expresión conductual
como el trastorno de conducta y el trastorno oposicionista desafiante. El
trastorno de conducta implica violaciones repetidas de los derechos y la
propiedad de otros, baja empatía y un desarrollo moral primitivo y
heterónomo, características que no suelen estar presentes en los niños con
TDAH.
13. Es esencial proporcionar información actualizada sobre las causas y
manifestaciones del TDAH en cada etapa del desarrollo, destacando su
impacto en el aprendizaje, la autoestima y las relaciones familiares. La
disponibilidad para aclarar dudas y ofrecer apoyo en la solución de
dificultades es crucial. Además, se deben brindar consejos para modificar
conductas y aplicar nuevas estrategias una vez establecido el diagnóstico,
informando a la familia y al paciente sobre los síntomas presentes.
14. Una relación sólida y confiable entre médico y paciente, junto con una
comunicación fluida entre profesionales, es fundamental para monitorear el
progreso y la efectividad de las intervenciones para el TDAH.

También podría gustarte