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ESTATUTO DEL CONTRIBUYENTE.

PRINCIPIOS JURÍDICOS DE LA TRIBUTACIÓN EN GENERAL:

Se denomina estatuto del contribuyente al conjunto de principios, derechos y garantías que

circunscriben el poder tributario del Estado, apreciado desde la perspectiva de los individuos

que están sujetos a su potestad. El poder tributario del Estado se encuentra limitado por el

conjunto de derechos que amparan a los ciudadanos y habitantes en general de un país, de

moto tal que el ejercicio de ese poder ha de desenvolverse dentro de ciertos carriles que

aseguren la consecución de una grado mínimo de justicia en la imposición. La expresión ha de

entenderse en un sentido metafórico ya que no constituye un “estatuto” ni en sentido

subjetivo ni objetivo. Los principios que aquí se tratan poseen carácter jurídico, son normas

jurídicas.

En primer lugar, los principios jurídicos pueden ser expresos o implícitos (tácitos), según estén

enunciados o no en la constitución.

En segundo término, se indica que los principios pueden ser operativos o programáticos, según

sean directamente aplicables o requieran de un preceptivo desarrollo por parte de normas de

rango inferior, lo que implicaría que su mención en la constitución es una norma dirigida al

legislador ordinario para que lo desarrolle.

En tercer lugar, González García distingue entre “principios jurídicos tributarios” y “principios

jurídicos constitucionalizados”. Se trata, en ambos casos, de principios jurídicos

constitucionales, con aplicación al ámbito del Derecho Constitucional Tributario. La diferencia

estriba en el origen de los principios y en su mayor o menos campo de acción. Así, los

principios jurídicos constitucionales tributarios son aquellos principios de todo el

ordenamiento jurídico público que también tienen aplicación en el ámbito tributario., mientras

que los otros son principios que nacieron en la órbita del Derecho Tributario Sustantivo, en la

que en un comienzo actúan y a la que se limitan, pero que, con el correr del tiempo alcanzaron

raigambre constitucional y progresivamente van irradiando hacia algunas otras ramas del

ordenamiento jurídico.

EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD. EL PRINCIPIO DE RESERVA DE LEY EN MATERIA TRIBUTARIA.

La expresión “principio de legalidad” engloba diversos aspectos referidos a la relación entre la

ley (formal y material) y el instituto del tributo, bajo el latinajo nullum tributum sine lege.

Se emplea la expresión “reserva de ley” para aludir a la regla constitucional que obliga a que

los tributos sean establecidos por ley y no por otro tipo de norma estatal. El principio de
reserva de ley posee ciertas características. La principal es que se predica de él en las

constituciones que son rígidas, es decir de aquellas cuya modificación se ha de realizar por un

procedimiento específico y por órganos especiales, que hacen que el Poder Constituyente

derivado no lo ejerzan los Poderes constituidos. En efecto, si se tratase de una constitución

flexible, es decir modificable por normas emanadas de los poderes constituidos, la cláusula

constitucional que señalase que determinada materia debe ser regulada solo por ley, podría

verse dejada de lado por otra ley que, modificando la constitución, dispusiera lo contrario.

Por ello, actúa como ordenador en la producción de normas sobre determinadas materias, en

las cuales debe actuar exclusivamente el Poder Legislativo, y abstenerse de hacerlo todo otro

órgano, en especial el PEN (inclusive por vía de decretos de necesidad y urgencia, art.99, inc.3

en material penal, tributaria, electoral y de partidos políticos). Fallo Video Club Dreams.

LA RESERVA DE LEY RÍGIDA Y ATENUADA: El principio de reserva de ley se relaciona

estrechamente con la garantía de la división de poderes. El principio admite cierta

flexibilización partiendo desde una posición rígida u ortodoxa. Ésta implica que la ley formal

debería contener todos los elementos del tributo, íntegramente normado, y que el PEN no

podría regularla ni reglamentarla. Se pone así al reglamento ante un dilema: si dice lo mismo

que la ley, es inútil por repetitivo; si dice algo distinto, es inconstitucional por violar un

mandato superior. La doctrina y la práctica han coincidido en que la reserva de ley debe

aplicarse sobre los elementos esenciales de un tributo, dejando la posibilidad de que, sobre el

resto, actúen los reglamentos.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD: El tributo debe ser proporcional a la capacidad

contributiva.

PRINCIPIO DE GENERALIDAD: Todos quienes estén en igualdad de condiciones deben pagar los

tributos. Antes la nobleza y el clero no pagaban tributos.

PRINCIPIO DE LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA: Este principio y el de reserva de ley constituyen

el eje principal de la noción jurídica de tributo. Su contenido engloba la idea de la necesaria

existencia de una riqueza o potencialidad económica disponible por el particular y susceptible

de ser sujeta a imposición. Fallo “Marta Navarro Viola de Herrera Vegas v. Nación Argentina

(Dirección General Impositiva). → Exteriorización de la riqueza agotada.

El problema estriba en determinar a partir de qué punto la riqueza que tiene una persona

comienza a ser reveladora de que existe capacidad contributiva, es decir, que esa riqueza es
poseída en una proporción tal que el Estado, sin incurrir en ninguna desviación constitucional,

puede legítimamente gravar y detraer una parte de ella para aplicarla a satisfacer gastos del

conjunto social. O sea, la capacidad económica aparece en una persona una vez que su

potencialidad económica supera cierto límite, luego de cubrir sus necesidades básicas.

PRINCIPIO DE GENERALIDAD: Al ser todos los ciudadanos iguales ante la ley, no existen

razones iniciales para exceptuar a nadie que posea capacidad contributiva del deber de

concurrir a la cobertura de los gastos públicos. Veda entonces el privilegio, la distinción que no

esté justificada o que sea arbitraria. La generalidad implica que todos los ciudadanos y

habitantes deben concurrir al sostenimiento del Estado mediante el levantamiento de las

cargas públicas. En un sentido objetivo, la generalidad significa que todo hecho de sustancia

económica que revele capacidad contributiva debe ser gravado.

PRINCIPIO DE IGUALDAD: Igualdad entre iguales, iguales con respecto a la capacidad

contributiva. Se refiere a circunstancias económicas. Ante la ley, por la ley, en la ley. La

igualdad es un principio general del ordenamiento jurídico, con aplicación en todos sus

sectores. La CN la contempla en el art.16 como igualdad de las personas ante la ley, y la

igualdad como base para el reparto de las cargas públicas. En el derecho tributario la igualdad

se empleó en un doble sentido. Como igualdad ante la ley, es decir paridad de trato,

excluyendo beneficios indebidos o discriminaciones arbitrarias, adquiriendo un sentido casi

superpuesto con el del principio de generalidad. Pero también como base del impuesto,

medida de la obligación tributaria, superponiéndose en cierto sentido con la capacidad

contributiva. Fallos. “Ana Masotti de Busso y otros v. Provincia de Buenos Aires” “Don

Ignacion Unanue y otros contra la Municipalidad de la Capital, sobre evolución del dinero

proveniente de Studs” y “Dolores Cobo de Macchi di Cellere v. Provincia de Córdoba”.

PROHIBICIÓN DE LA CONFISCATORIEDAD POR LA VÍA TRIBUTARIA: Se trata de otro principio

implícito en la CN, pero que surge del juego de los art. 14 y 17 en tanto protegen el derecho de

propiedad, que se ve desnaturalizado si el tributo adquiere ribetes confiscatorios. La garantía

de la propiedad privada no ampara a nadie del deber de contribuir. La CSJN a partir de la

década de 1940 estableció, discrecionalmente, el límite del 33% de la renta gravada (real o

presunta) a fin de proceder a la invalidación del gravamen en la medida en que superase esa

frontera. El Estado no puede afectar una parte importante del patrimonio del contribuyente,
no puede afectar el 33% de la cosa, no del patrimonio en particular, sino sobre la cuestión

planteada. Fallos: “Luis López López y otro v. Provincia de Santiago del Estero” “Marcelo A.

Montarcé v. Dirección Nacional de Aduanas”. “Candy S.A c/ AFIP y otro”.

PROHIBICIÓN DE IMPUESTOS AHOGANTES DEL DERECHO A TRABAJAR Y DE EJERCER LA

INDUCTRIA LÍCITA: El objetivo es que el tributo no ahogue la propia actividad que alcance. El

derecho a trabajar y ejercer industria lícita (art. 14 y 20CN) es otro de los derechos en cuyo

amparo ante la CSJN los ciudadanos pudieron obtener, en algunas circunstancias, la

invalidación de la pretensión del Fisco. La doctrina alemana tilda de “ahogantes” a los tributos

que resultan impeditivos del desarrollo de una determinada actividad, motivo por el cual son

susceptibles de impugnación con base constitucional. Fallos “Don Raúl Rizzotti c/Provincia de

San Juan, por petición de impuesto”. “Hileret y Rodríguez c/ provincia de Tucumán”.

PROHIBICIÓN DE TRIBUTOS QUE ENTORPEZCAN LA CIRCULACIÓN TERRITORIAL: Es un límite a

la potestad tributaria de las jurisdicciones locales. Fallos “Bressani Carlos H. y otros c/

Provincia de Mendoza, inconstitucionalidad de leyes y devolución de dinero” “sociedad

anónima agrícola, ganadera, inmobiliaria ‘El Bagual’c/ Provincia de Entre Ríos”.

PRINCIPIO DE EQUIDAD: La CN alude en su art. 4 a que las contribuciones que establezca el

Congreso Nacional han de ser equitativas. La CSJN ha mantenido dos nociones referidas ambas

a la equidad. Una, equivalente a la oportunidad, mérito o conveniencia relativa al

establecimiento del tributo y sus circunstancias. Y otra, casi superpuesta con el concepto de no

confiscatoriedad, ya que si bien no bastaría con que un impuesto sea inequitativo para

impugnarlo, ello podría darse si se llegara a configurar la confiscación de los bienes o de la

renta.

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