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INTRODUCCION AL TEMA.
A lo largo de la historia ha existido una relación tensa entre los tributos y los individuos. En
la antigüedad, el tributo nació como una especie de instituto de dominación. Representaba la
imposición de una carga por parte los más fuertes sobre los más débiles, de los pueblos
vencedores sobre los derrotados, del monarca sobre sus súbditos.
Tal y como indica Condorcet Rezende la relación tributaria era concebida como una relación
de absoluta dependencia, que incluso llegaba a ser confundida con una relación de vasallaje o
subordinación. Así, en sus orígenes, el establecimiento y el cobro de tributo era realizado de
forma arbitraria y antojadiza sin responder a criterios de justicia, solidaridad o seguridad. Esa
concepción del tributo se prolongó a lo largo del tiempo, e incluso hasta inicios del siglo pasado la
relación tributaria era vista apenas como una relación de poder.
Siguiendo esa línea de razonamiento, cabe resaltar que, con el pos-positivismo, los
principios pasan a ocupar un lugar de destaque, aproximando el derecho y la moral. En lo que
respecta al campo del derecho tributario, se introduce con fuerza la discusión sobre el
importante papel que desempeñan los Principios Constitucionales de la Tributación dentro del
Estado de Derecho Financiero, (en enunciados genéricos que concretizan valores morales, y que
constituyen límites, formales y materiales, para el ejercicio poder tributario.) Sin duda, esos
principios constituyen la primera garantía de lo que actualmente se denomina “estatuto del
contribuyente.”
Podemos afirmar que dichos principios cumplen una doble función en la praxis del
derecho tributario:
1.-En primer lugar, son mandatos norteadores que condicionan y dirigen el ejercicio del
poder tributario. En ese sentido, los principios son parámetros que deben ser observados por
el legislador en el momento de elaboración de la norma tributaria, sobre pena de
inconstitucionalidad de la misma.
En esa medida, inducen al legislador a actuar de conformidad con una moral tributaria, de
forma que sea realizada una justa, y adecuada distribución de la carga tributaria,
garantizando la libertad y la igualdad de los ciudadanos y velando por una sociedad justa y
solidaria.
2.- En segundo lugar, podemos afirmar que son vectores, directrices que orientan al Poder
Judicial, particularmente a los Tribunales Constitucionales, al momento de ejercer el control
de constitucionalidad de las normas tributarias, garantizando la defensa y la protección de los
derechos fundamentales de los contribuyentes, en caso de que una norma tributaria sea
arbitraria y contraria a ese derecho.
Esos principios son la primera garantía de los contribuyentes contra la arbitrariedad y el abuso del
poder; se encuentran necesariamente en una relación de interdependencia y equilibrio, sin que
exista ningún tipo de jerarquía entre ellos. Esos enunciados genéricos, estrechamente vinculados a
los valores jurídicos, son dotados de eficacia, esto es, producen efectos y vinculan la obra del
legislador, del administrador y del juez.
1. Principio de Igualdad
2. Principio de Certeza
3. Principio de Conveniencia
4. Principio de Economía.
A. PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
En los Estados Unidos imperaba el judicial Review, privilegiando el poder judicial. (significa
que el actuar legislativo y ejecutivo, está sujeto mediante proceso al poder judicial), es decir su
actuar está sujeto a control…de constitucionalidad de la ley, tratado o reglamento administrativo
En Francia el rey era todo (L` État Cést mol)..significa el estado soy yo, la revolución abolió el
régimen, al rey, la monarquía, el Estado y todo lo demás. La república burguesa reinventó el
Estado y sus funciones, siendo la ley expresión de una abstracta y soberana voluntad general. En
lugar de la voluntad unipersonal del rey.
Esto significa que la norma jurídica-tributaria no puede ser extraída del ordo iuris
(ordenamiento jurídico), ni obtenida por analogía; debe estar presente en la ley, de forma
inequívoca obligando al legislador a tipificar los hechos generadores y deberes tributarios. De poco
serviría fijar en el legislativo, la función de hacer leyes fiscales (legalidad), si esto no permitiese al
contribuyente conocer claramente su deber (tributario), y previamente no causar sorpresa al
contribuyente.
El principio de Legalidad tiene su esencia en la primicia de la ley, es decir, que toda norma
tributaria debe concentrarse regida estrictamente en cuanto a su creación, aplicación,
y procedimientos a aspectos legales de su regulación, sin contravenir ni
irrespetar el principio de la jerarquía constitucional, además de haber cumplido para su vigencia el
procedimiento legislativo, de aprobación de una ley.
Art 5, nadie está obligado a acatar órdenes que no se encuentren basadas en ley.
Art.24. libros, documentos y archivos relacionados con pago de tributos, podrán ser revisados por
autoridad competente, de conformidad con la ley,
Art 28. Facultad de todo habitante de la República de hacer sus peticione a la autoridad, las que
deberán ser resueltas de conformidad con la ley. Así mismo hay otros artículos, pero el que recoge
más ampliamente éste principio es el artículo:
239. Que expresa: “Corresponde con exclusividad al Congreso de la República, decretar impuestos
ordinarios y extraordinarios, arbitrios y contribuciones especiales, conforme a las necesidades del
Estado y de acuerdo a la equidad y justicia tributaria, así como determinar las Bases de
Recaudación, especialmente las siguientes: a. hecho generador de la relación jurídica tributaria, b.
las exenciones, c. sujeto pasivo del tributo y la responsabilidad solidaria, d. la base imponible y el
tipo impositivo, e. las deducciones, los descuentos, reducciones y recargos. f. las infracciones y
sanciones tributarias. Son nulas ipso jure las disposiciones jerárquicamente inferiores a la ley, que
contraigan o tergiversen las normas legales reguladoras de las bases de recaudación del tributo.
Las disposiciones reglamentarias no podrán modificar dichas bases y se concretarán a normar lo
relativo al cobro administrativo del tributo y establecer los procedimientos que faciliten su
recaudación.
El código Tributario Decreto 6-91, del Congreso de la Republica y todas sus reformas se
encuentran inspirado en el principio de legalidad, siendo invocado el mismo en sus primeros tres
considerandos.
Para ampliar el concepto, el Dr. Luis Illanes (citado por Jorge Mario Castillo González) define
a éste principio como: “La limitación a la potestad tributaria del Estado, consistente en
prescribir en la Constitución que solo por la ley se pueden establecer tributo”. A su vez Raúl
Rodríguez Lobato, señala que Gabino Fraga se circunscribe a un estudio del principio de
legalidad desde dos puntos de vista, el primero establece que: “puede entenderse desde el
punto de vista material en cuyo caso su alcance es que la norma en que se funda cualquier
decisión individual tiene que ser una norma de carácter abstracto e impersonal. Puede ser
tomado también en un sentido formal significándose entonces que además de ser una ley desde el
punto de vista material, la norma que precede el acto debe tener también carácter de una ley
desde el punto de vista formal, es decir que debe ser una disposición expedida por el Poder que
conforme al régimen constitucional esté normalmente encargada de la formación de leyes.”
El IUS IMPERIUM del Estado, para el caso de Guatemala, el carácter formal de la norma estriba
en que, el Congreso de la república es el único organismo del Estado con facultades para
decretar----impuestos ordinarios y extraordinarios arbitrios y contribuciones especiales, y para
determinar todo lo relacionado en los incisos descritos en el artículo constitucional ya citado . Otro
aspecto a enfocar radica en que se enfatiza que son nulas de pleno Derecho, las normas inferiores
a la ley que contra contradigan lo establecido, en ella, y se extiende al concepto de lo que debe
normar un reglamento, señalando que éste debe concretarse a lo relativo al cobro administrativo
del tributo, y a establecer procedimientos, más no a modificar lo previamente instituido en la
norma ordinaria, ya que de hacerlo, se estaría ante un reglamento inconstitucional por la violación
de este principio.
Analizando en esencia los Principios de Legalidad y Reserva de Ley se concluye que ambos
enmarcan una situación dependiente, ya que son concordantes, el primero relaciona los aspectos
tributarios que deben estar regulados por una ley, y el segundo regula, que para que esa ley sea
válida debe ser creada por el órgano competente, en el caso de Guatemala, el organismo
legislativo es el ente competente para la realización de esta función.
En conclusión, el Principio de Legalidad puede enunciarse mediante la frase latina que inspira al
Derecho Tributario: NULLUM TRIBUTUM SINE LEGE, que significa: que es nulo el tributo que no se
encuentre previamente establecido en la ley.
En ese sentido se transcribe la parte medular la gaceta número 59, expediente 471-2000
de la Corte de Constitucionalidad que dice “ la ley debe establecer cuáles son los
elementos esenciales del tributo, el objeto, sujeto, hecho generador, tipo impositivo,
período fiscal, exenciones, base imponible, deducciones, descuentos, reducciones y
recargos, sanciones e infracciones. Po lo tanto la ley y solamente la ley puede ser fuente
de las obligaciones tributarias.”
EXPOSICION DEL TEMA ----- OTRO AUTOR:------El Principio de legalidad:
se proyecta en el Estado de Derecho como un requisito sine qua non de las actividades estatales
dentro de la sociedad. En sentido estricto, este principio condiciona y limita la actuación del
Estado dentro del marco de la legalidad, a fin de evitar tratamientos arbitrarios. El principio
constituye una condición esencial del Estado de Derecho y está inspirado en el valor de la
seguridad jurídica.
En lo que respecta al campo tributario, este principio –también conocido en la doctrina como
principio de reserva de ley– es de gran importancia, toda vez que el tributo para ser válido deberá
ser establecido de acuerdo con las formalidades establecidas en la Constitución Política. El tributo
deberá materializarse en ley, conforme a la máxima “nullum tributum sine lege”.
A contrario sensu, ninguna norma inferior a la ley podrá establecer obligaciones de carácter
tributario, sobre pena de inconstitucionalidad. De esta forma, siendo que las leyes son
disposiciones de carácter general, abstracto e impersonal, se pretende evitar que las
autoridades fiscales establezcan discrecionalmente cargas tributarias arbitrarias y discriminatorias.
(El principio de reserva de ley tributaria, tiene como primer antecedente histórico la Carta
Magna de Inglaterra de 1215, que establecía, grosso modo, que en el Reino no podrían ser
establecidos tributos sin el consentimiento del Consejo Común del Reino. Así, se pretendía acabar
con las arbitrariedades del sistema impositivo monárquico, que estaba sujeto exclusivamente a la
voluntad del monarca).
De acuerdo con este principio, el propio pueblo a través de sus representantes, debía
consentir el establecimiento de cualquier impuesto, derivándose la máxima popular de “no
taxation without representation”.
. Significa que los tributos (y todos los elementos para determinarlo) sólo pueden ser establecidos,
modificados, suprimidos y condonados por ley. Dado que los impuestos implican una restricción
del dominio, este principio se justifica en la necesidad de una protección democrática dada la
tensión que existe entre potestad tributaria del Estado y el derecho de propiedad de los
contribuyentes, el cual también se encuentra protegido en la CPRG.( Así, se busca evitar que la
autoridad ejecutiva establezca tributos por medio de su potestad reglamentaria, transformando a
los impuestos en herramientas de su actuar político, mediante el beneficio a grupos específicos o
la sobrecarga tributaria a otros.)
En ese mismo sentido Micheli define la capacidad contributiva como: “la potencialidad
económica del sujeto de ser sometido a un tributo, en cuanto aquella exacción coactiva se
realiza si existe un hecho o una circunstancia (presupuesto) que sea económicamente
valorable.” En términos generales la capacidad contributiva puede ser considerada como una
medida racional que permite determinar la carga fiscal que deberá soportar cada contribuyente
El principio de capacidad de pago hace referencia a que los tributos deben ser establecidos en
función de la capacidad económica de cada contribuyente a quien va dirigido. El principio
individualiza la carga tributaria para cada contribuyente de acuerdo con su situación financiera
en la sociedad. Este principio no es sino el principio de justicia de Adam Smith, el que citado por
Jorge Mario Castillo González nos dice que “conforme sus ingresos, los súbditos de un Estado
deben contribuir a su sostenimiento mediante el pago de tributos que se establecerán en
función de su capacidad económica. Actualmente nuestra legislación denomina este principio
como capacidad contributiva o capacidad de pago, y se encuentra en la Constitución política de la
República de Guatemala, en el artículo 243 que establece: “El sistema tributario debe ser justo y
equitativo. Para el efecto, las leyes tributarias serán estructuradas conforme el principio de
capacidad.
Al analizar la norma constitucional citada, se desprende que la misma inspira
protección hacía los contribuyentes con menor capacidad contributiva, ya que como claramente lo
expresa, el sistema tributario debe ser justo. La capacidad de pago se mide por índices, como el
patrimonio o la renta; y por indicios como gastos, salarios pagados, transacciones, etc
La palabra justicia, tiene una acepción amplia como se desprende de la definición dada
por Manuel Osorio…” Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde. En sentido
jurídico equivale a lo que es conforme a derecho”.
(En Guatemala se considera como pequeño contribuyente a toda aquella persona que
trabaje por su cuenta, pequeños empresarios y profesionales, Según el artículo 45 de la
Ley del Impuesto al Valor Agregado Decreto 27-92 , se considera como pequeño
contribuyente a las personas individuales o jurídicas cuyo monto de venta de bienes o
prestación de servicios no exceda de ciento cincuenta mil Quetzales (Q.150,000.00) en un
año calendario; y serán estos quienes podrán solicitar su inscripción en el Régimen. Su
tarifa a pagar es del 5% sobre sus ingresos brutos totales, lo cual es una ventaja a
diferencia de la tasa impositiva del 12% del régimen general)
PRINCIPIO DE IGUALDAD:
Los individuos aspiran ejercer sus derechos dentro de la colectividad en condiciones de
igualdad. La idea de igualdad de los ciudadanos fue promovida con gran fuerza en la
Revolución Francesa como una reacción contra los privilegios del Antiguo Régimen
caracterizado por la imposición arbitraria de cargas tributarias desproporcionadas en detrimento
de la clase pobre, y por las inmunidades y privilegios de la nobleza.
La igualdad es considerada como uno de los valores superiores del ordenamiento jurídico
en tanto permite legitimar, equilibrar y tornar proporcionales los otros valores jurídicos:
libertad, seguridad jurídica, justicia y solidaridad. Como principio del sistema jurídico, la igualdad
constituye una garantía contra la discriminación y la arbitrariedad, vinculando de forma directa la
actividad de los Poderes Públicos. Concretamente, la igualdad limita la actividad del Poder
legislativo, prohibiendo que el legislador le dé injustificadamente un tratamiento diverso a
situaciones iguales o equivalentes.
Este principio está inspirado en la concepción clásica de los principios generales del Derecho
IURIS PREACEPTA SUNT HAEC. Es decir, del Derecho Romano… DE ULPIANO .
1.Vivir honestamente …honeste vivere. (LO QUE ME DEBO A MI MISMO) pura honestidad,
2.No hacer mal a otro neminen laedere. (LO QUE DEBO A LOS DEMAS.) No hacer daño al otro
3.Dar a cada uno lo suyo suum cuique tribuere….justicia.( los encargados de la administración
de la justicia deben seguir las reglas impuestas para el desempeño de sus funciones)
LEER.
Gaceta número 37, expediente 889-95 página 14, contiene la resolución sobre este principio
que a continuación se transcribe: “Todos debemos pagar los tributos, pero atendiendo a nuestro
lugar en la sociedad, y en la economía, ya que dentro de la igualdad todos somos desiguales. Al
respecto la corte de constitucionalidad ha coincidido en varios fallos sentando doctrina legal
pronunciándose en el sentido que, en Guatemala, todos los seres humanos son iguales en
iguales condiciones.
En el mismo sentido los expedientes acumulados dos: 217-91 y 221-91 establecen: que el
artículo 16 también establece la obligación del notario que autorice contratos cuya cuantía sea
mayor de treinta y seis mil quetzales, de hacer mérito del atestado que compruebe el
cumplimiento de la obligación tributaria de los otorgantes y que la violación de este precepto
hace al notario solidariamente responsable de una obligación no satisfecha. Existe
desproporción e irracionabilidad en el precepto que hace al notario solidariamente responsable
de una obligación que ya está incumplida. La multa impuesta al notario que omite el aviso
resulta confiscatoria porque el monto excede a los honorarios que pudieran corresponder al
profesional conforme arancel, lo que es contrario a lo preceptuado por el artículo 243 de la
constitución política.
Principio de generalidad:
Este principio implica que todos tienen el deber de contribuir al mantenimiento de los gastos
públicos, impidiendo que se establezcan impuestos con nombre y apellido, así como la existencia
de exenciones y privilegios arbitrarios o injustificados.
El PRINCIPIO de generalidad en la imposición; es una derivación del principio de igualdad, es
necesario que los impuestos se apliquen con generalidad, esto significa que todos los que
tengan capacidad de pago paguen algún impuesto, este principio consiste en que todos los que
tienen capacidad contributiva deben pagar impuestos; la exención de los mínimos de existencia
no rompe con el principio de generalidad, porque no puede tener obligación de pagar impuestos
quien no tiene capacidad contributiva. La capacidad contributiva, empieza por la cantidad que se
considera indispensable para que el hombre subsista; si la persona tiene rentas
inferiores al mínimo de existencia, no tiene capacidad contributiva, no
puede quedar comprendida dentro del principio de generalidad en la
imposición; por lo tanto la exención que a su favor se conceda, no viola el principio de
generalidad. Las exenciones concedidas a ciertas categorías de personas que no se encuentran
comprendidas dentro de los mínimos de existencia, como las cooperativas, las asociaciones o
fundaciones de asistencia o de servicio social, culturales, científicas, educativas, artísticas o
deportivas, que destinan sus ingresos a sus propios fines.
En este caso vemos que el parámetro constitucional para determinar si una multa es
confiscatoria es si la misma excede del valor del impuesto omitido .
En el caso del tributo confiscatorio, se ha considerado que el mismo será
confiscatorio, si se sustrae una parte importante del patrimonio del contribuyente.
Otros países a través de normas legales o fallos judiciales han fijado
parámetros para determinar el momento en que el tributo es
confiscatorio, en Guatemala no existe dicho parámetro.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD:
Sergio Francisco de lo Garza, la proporcionalidad consiste en que "los sujetos pasivos
deben contribuir a los gastos públicos en función de su capacidad económica", asimismo,
señala que mediante el establecimiento de tarifas progresivas se puede lograr que las
personas que obtengan ingresos elevados tributen en mayor medida que los de
medianos o reducidos recursos, aunque esto sólo es aplicable a los impuestos directos,
como el impuesto sobre lo renta, que gravo el ingreso.
Como bien lo enunciaba Hensel al explicar la relación entre los principios económicos de
la imposición y su expresión normativa, "el legislador tiene que encontrar aquellos
hechos de la vida que él estime como relevantes desde un punto de vista tributario y ha
de expresar su voluntad tributaria a través de la creación de normas”, y esta relevancia
con contenido económico debe estar estrechamente vinculada a la capacidad contributiva
del sujeto pasivo.
PRINCIPIO DE EQUIDAD:
EQUIDAD TRIBUTARIA El Diccionario de la Lengua Española define la equidad (del latín aequitas-
atis) como la bondadosa templanza habitual, propensión a dejarse guiar, o a fallar, por el
sentimiento del deber o de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la
justicia, o por el texto determinante por la ley. (SE DEBE SACRIFICAR LA LEGALIDAD EN BUSCA
DE LA JUSTICIA, ).
Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece.
QUE ES LA CONSTITUCION:
Andrés Serra Rojas, entiende por Constitución: “La fuente por excelencia del Derecho, en
cuanto determina la estructura del Estado, la forma de Gobierno, la competencia de los órganos
constitucionales y administrativos, los derechos y deberes de los ciudadanos, la libertad jurídica y
determinados problemas básicos de la comunidad, elevados a categoría de constitucionales, para
mantenerlos permanentemente fuera de los vaivenes de los problemas políticos cotidianos”
El Profesor de la Universidad de Sevilla, Antonio E. Pérez Luño nos indica que “La Constitución
asume el papel de norma fundamental y en su seno aparecen como la cúspide de la estructura
jerárquica del sistema (el conjunto de valores, principios y derechos fundamentales.”)
Es el principio que Kelsen denomina de regularidad constitucional. Este requiere que las
disposiciones emanadas de los órganos constituidos sean inferiores en jerarquía a la Constitución.
De allí deviene el principio de Supremacía Constitucional.
Epaminondas González Dubón escribió “El reconocimiento del valor normativo de la Constitución,
significa que es dentro del derecho guatemalteco la Ley Fundamental del Estado, vinculante para
todo el poder público y con las siguientes consecuencias: la invalidez de la ley emitida en
disidencia con ella; la administración debe subsumir su actividad dentro de los preceptos de la
constitución; y los tribunales deben aplicar la norma constitucional en lugar de la disposición legal
que esté en contradicción con ella.
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES. Para Jesús González Pérez los principios jurídicos constituyen la
base del ordenamiento jurídico, la parte eterna y permanente del derecho y, también, el factor
cambiante y mutable que determina la evolución jurídica; son las ideas fundamentales
informadoras de la organización jurídica de la Nación.
EN GUATEMALA, Raúl Antonio Chicas Hernández quien indica: “Que la arbitrariedad llegó a tal
extremo que era común hablar que se “legislaba por formulario” al incorporarse a éstos una
serie de exigencias y requisitos que el contribuyente tenía que cumplir sin que existiera norma
legal o reglamento que fundamentara su aplicación.
El mismo se fundamenta en que dentro de un Estado no puede permitirse que un mismo hecho
generador sea gravado dos o más veces por uno, por dos o más sujetos activos de la relación
tributaria. ¿Qué significa esto? Que le queda prohibido al sujeto con potestad tributaria,
establecer tributos cuyos hechos generadores den nacimiento a más de una obligación tributaria.
Se trata de evitar con este principio, castigar doblemente a los sujetos pasivos que intervienen en
la realización de un acto. De ello el Tribunal Constitucional ha emitido sentencias relacionadas con
este principio, recordemos las sentencias emitidas en relación con determinados tributos, cuyo
hecho generador era determinada fase en la distribución de determinados bienes, estimando la
Corte de Constitucionalidad que se incurría en doble tributación con el Impuesto al Valor
Agregado. Un aspecto que merece la pena comentar, es que nuestra Constitución contempla,
como excepción, aquellos casos en que la doble tributación provenga de leyes tributarias
preexistentes al momento de ser promulgada la Constitución, admitiendo su coexistencia a partir
del momento de iniciar esta su vigencia, pero le impone al Estado la obligación de eliminar,
progresivamente, tales tributos, ello con el objeto de no afectar directamente las finanzas del
Estado en un momento dado.
Como ejemplo de tributos preconstitucionales que estaban en una evidente situación de ser
gravado por más de un sujeto activo, se daba con la propiedad o posesión de inmuebles, se tenía
un impuesto a cargo de la Administración Tributaria central (Dirección General de Catastro y
Avalúo de Bienes Inmuebles) impuesto conocido popularmente como el “Tres por millar” y el
arbitrio denominado “Renta Inmobiliaria”, a cargo de las municipalidades del país. Ambos
desaparecieron con la promulgación y entrada en vigor de la Ley del Impuesto Único Sobre
Inmuebles, el cual perciben las municipalidades del país con capacidad para ello, o en su defecto la
dependencia del Ministerio de Finanzas Públicas referida anteriormente. Este principio
constitucional está referido en el artículo 243 de nuestra Constitución.