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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación universitaria Universidad Nacional


Experimental “Francisco de Miranda”

Barinas Edo Barinas

NEOPLASIAS TIROIDEAS

AUTOR(A): VERONICA QUINTERO

SECCION: 2 SEMEST. 6

CI 30092612
Definición
La glándula tiroidea es origen de múltiples neoplasias que van desde adenomas
benignos circunscritos a carcinomas anaplásicos muy agresivos. Clínicamente, la
posibilidad de que se desarrolle una enfermedad neoplásica es mayor en
individuos que tienen nódulos tiroideos. Afortunadamente, la gran mayoría de los
nódulos solitarios de la glándula tiroidea suelen ser lesiones benignas, ya sean
adenomas foliculares o enfermedades localizadas no neoplásicas (p. ej., nódulo
dominante en el bocio multinodular, quiste simple o focos de tiroiditis. Los
carcinomas de la glándula tiroidea, por el contrario, son infrecuentes, y representan
menos del 1% de los nódulos tiroideos solitarios.

Criterios clínicos aportan una clave sobre la naturaleza de un


nódulo tiroideo concreto
 Es más probable, los nódulos solitarios tienen más probabilidades de ser
neoplásicos que los nódulos múltiples.
 Los nódulos en un paciente joven tienen más probabilidad de ser
neoplásicos que en los ancianos.
 Los nódulos en hombres tienen más probabilidades de ser neoplásicos que
en mujeres.
 Un antecedente de tratamiento con radiación de cabeza y cuello se asocia
a una incidencia incrementada de neoplasia tiroidea.
 Los nódulos que captan yodo radiactivo en los estudios de imagen (nódulos
calientes) tienen más probabilidades de ser benignos que malignos, porque
reflejan las células bien diferenciadas.

Sin embargo, estas estadísticas son tendencias generales y son de menor


importancia en la valoración de un individuo concreto, en el cual el diagnóstico a
tiempo de una neoplasia puede ser vital. Finalmente, la valoración morfológica de
un nódulo tiroideo concreto, realizada mediante punción con aspiración con aguja
fina y estudio histológico del parénquima tiroideo resecado quirúrgicamente,
aporta la información definitoria de su naturaleza.

Epidemiología
Para el año 2023, los cálculos de la Sociedad Americana Contra El Cáncer para
este cáncer en los Estados Unidos son:
Se diagnosticarán alrededor de 43,720 nuevos casos de cáncer de tiroides (12,540
en hombres y 31,180 en mujeres) Alrededor de 2,120 personas morirán a causa de
cáncer de tiroides (970 hombres y 1,150 mujeres)

La tasa de mortalidad del cáncer de tiroides ha aumentado ligeramente desde


2009 hasta 2018 (alrededor de 0.6% por año), pero parece haberse estabilizado
en años recientes. El cáncer de tiroides se diagnostica comúnmente a una edad
más temprana en comparación con la mayoría de los otros cánceres que
afectan a los adultos. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de
padecer cáncer de tiroides que los hombres.

Etiología
El cáncer de tiroides está asociado con varias afecciones hereditarias (descritas en
Factores de riesgo para el cáncer de tiroides, aunque no se conoce aún la causa
exacta de la mayoría de los cánceres de tiroides.

Ciertos cambios en el ADN de una persona pueden causar que las células de la
tiroides se vuelvan cancerosas.

Algunos genes contienen instrucciones para controlar cuándo nuestras células


crecen y se dividen en nuevas células o cuando mueren.

 Ciertos genes que ayudan a las células a crecer y a dividirse o que causan
que las mismas vivan por más tiempo de lo que deberían se conocen
como oncogenes.
 Los genes que desaceleran la división celular o que causan que las células
mueran en el momento oportuno se llaman genes supresores de tumores.

El cáncer puede ser causado por cambios en el ADN que activan a los oncogenes
o desactivan a los genes supresores de tumores.

Las personas obtienen dos copias de cada gen (uno de cada uno de sus padres).
Se puede heredar ADN dañado de uno o ambos padres. Sin embargo, la mayoría
de los cánceres no son causados por cambios genéticos hereditarios. En estos
casos, los genes cambian durante la vida de una persona. Puede que ocurran
cuando el ADN de una célula está dañado a causa de algo en el ambiente, como
la radiación, o simplemente pueden ser eventos aleatorios que algunas veces
acontecen dentro de una célula, sin una causa externa.

Adenomas
Neoplasias benignas derivadas del epitelio folicular. Igual que sucede en todas las
neoplasias de la glándula tiroidea, los adenomas foliculares suelen ser solitarios.

Clínicamente evidente. En general, los adenomas foliculares no son precursores


de los carcinomas, aunque las alteraciones genéticas compartidas apoyan la
posibilidad de que al menos un subgrupo de carcinomas foliculares surja en el
seno de adenomas preexistentes.

Patogenia
La vía de señalización del receptor de TSH es muy importante en la patogenia de
los adenomas tóxicos. Las mutaciones somáticas activadoras (con ganancia de
función) de uno de los dos componentes de este sistema de señalización —con
mayor frecuencia del gen que codifica el propio receptor de TSH (TSHR) y, con
menor frecuencia, de la subunidad a de Gs (GNAS)— permiten que las células
foliculares segreguen hormona tiroidea con independencia de la estimulación por
TSH (autonomía tiroidea). El resultado de esta abundancia es el hipertiroidismo
sintomático y en los estudios radiológicos se encuentra un nódulo tiroideo
«caliente». En conjunto, las mutaciones somáticas de la vía de señalización del
receptor de TSH parecen estar presentes en algo más de la mitad de los adenomas
tóxicos. No resulta sorprendente que tales mutaciones se observen también en un
subgrupo de nódulos autónomos que dan lugar a bocios multinodulares tóxicos,
como hemos comentado antes. Una minoría de adenomas foliculares no
funcionales (menos del 20%) muestran mutaciones de RAS o fosfatidilinositol-3-
cinasa (PIK3CA) o son portadores de un gen de fusión PAX8/PPARG. Todas estas
anomalías genéticas son compartidas con los carcinomas foliculares. Se describen
más detalladamente en «Carcinomas».

Morfología
El adenoma tiroideo típico es una lesión solitaria y esféricaque comprime la
glándula tiroidea adyacente no neoplásica. Las células neoplásicas están
delimitadas respecto del parénquima adyacente por una cápsula intacta bien
definida. Estas características son importantes para diferenciarlos de los bocios
multinodulares, que contienen múltiples nódulos en su superficie no comprimen el
parénquima tiroideo adyacente y no presentan una cápsula bien delimitada.
Microscópicamente, las células constituyentes se ordenan en folículos uniformes
que contienen coloide. Los patrones de crecimiento papilar, si están presentes,
deberían hacer sospechar un carcinoma papilar encapsulado. Ocasionalmente,
las células neoplásicas adquieren un citoplasma granular eosinófilo brillante
(cambios oxífilos o células de Hürthle); la presentación clínica y el comportamiento
de un adenoma de células de Hürthle son similares a los de los adenomas
convencionales. Al igual que los tumores endocrinos de otras localizaciones
anatómicas, en ocasiones, los adenomas foliculares benignos pueden mostrar
pleomorfismo nuclear focal, atipia y nucléolos prominentes (atipia endocrina); en sí
mismo, esto no constituye un rasgo de malignidad. Lacaracterística principal de
todos los adenomas foliculares es la presencia de una cápsula intacta bien
formada que rodea el tumor. La valoración cuidadosa de la integridad de la
cápsula es, por tanto, crítica en la diferenciación de los adenomas foliculares frente
a los carcinomas foliculares, que muestran invasión capsular y/o vascular.
Características clínicas
Se presentan como nódulos indoloros y con frecuencia son descubiertos durante
una exploración física habitual. Las grandes masas pueden producir síntomas
locales, como dificultad para tragar. los individuos con adenomas tóxicos pueden
presentar características de tirotoxicosis. Tras la inyección de yodo radiactivo, la
mayoría de los adenomas captan yodo con menos avidez que el parénquima
tiroideo normal. Por tanto, en la gammagrafía, los adenomas aparecen como
nódulos fríos en comparación con la glándula tiroidea adyacente normal. Sin
embargo, en la gammagrafía los adenomas tóxicos pueden mostrarse como
nódulos templados o calientes. En alrededor del 10% de los nódulos fríos se
demuestra malignidad. Por el contrario, esta es prácticamente inexistente en los
nódulos calientes.

Las técnicas adicionales empleadas en la valoración preoperatoria de los


adenomas son:

La ecografía y la punción con aspiración con aguja fina. Dada la necesidad de


valorar la integridad capsular, el diagnóstico definitivo del adenoma tiroideo solo
puede realizarse con una exploración histológica minuciosa de la muestra
resecada. Por tanto, los adenomas sospechosos de la glándula tiroidea se extirpan
quirúrgicamente para descartar malignidad. Los adenomas tiroideos tienen un
pronóstico excelente y no se producen ni recidivas ni metástasis.

Carcinoma
Los carcinomas de la glándula tiroidea son relativamente poco frecuentes en EE.
UU., ya que suponen el 1,5% de todos los cánceres. Los que aparecen al inicio o
en plena edad adulta predominan en mujeres, mientras que no se observan
diferencias entre sexos en los casos que se manifiestan en la infancia o al final de
la edad adulta. La mayoría de los carcinomas de la glándula tiroidea (excepto los
medulares) derivan del epitelio folicular de la glándula tiroidea y, de ellos, la
inmensa mayoría son lesiones bien diferenciadas. Los subtipos principales de
carcinoma de la glándula tiroidea y sus frecuencias relativas son los siguientes:

• Carcinomas papilares (representa más del 85% de los casos)


• Carcinoma folicular (5-15% de los casos)
• Carcinoma anaplásico (indiferenciado) (menos del 5% de los casos)
• Carcinoma medular (5% de los casos)

Cada variante de carcinoma de la glándula tiroidea se asocia a características


clínicas y biológicas únicas, por lo que cada tipo se describe por separado. A
continuación, se resume la patogenia molecular de todos los cánceres de la
glándula tiroidea.

Patogenia
En la patogenia de los cánceres de la glándula tiroidea están implicados tanto
factores genéticos como medioambientales.

Factores genéticos. Las alteraciones genéticas de los tres procesos malignos


derivados de células foliculares se agrupan en dos vías de oncogenia —la vía de
la cinasa activada por mitógenos (MAP) y la vía de la fosfatidilinositol-3-cinasa (PI-
3K)/AKT.

Carcinomas papilares de la glándula tiroidea: la activación de la vía de la cinasa


MAP es una característica de la mayoría de los carcinomas papilares

Carcinomas foliculares de la glándula tiroidea: entre un tercio y la mitad de los


carcinomas foliculares de la glándula tiroidea son portadores de mutaciones de la
vía de señalización PI-3K/AKT, que determinan la activación constitutiva de esta vía
oncógena.

Carcinomas anaplásicos: estos tumores, muy agresivos y mortales, pueden


aparecer de novo o, con mayor frecuencia, originarse a partir de la
desdiferenciación de un carcinoma papilar o folicular bien diferenciado.

Carcinomas medulares de la glándula tiroidea: al contrario de lo que sucedía con


los subtipos que acabamos de describir, estas neoplasias malignas se originan en
loslinfocitos C parafoliculares y no en el epitelio folicular. Los carcinomas medulares
de la glándula tiroidea familiares se presentan en la neoplasia endocrina múltiple
de tipo 2 (MEN-2) y se asocian a mutaciones en la línea germinal del protooncogén
RET que provocan la activación constitutiva del receptor.

Factores medioambientales. El factor de riesgo predisponente a cáncer de la


glándula tiroidea más importante es la exposición a radiación ionizante, en
particular durante los primeros 20 años de vida. La deficiencia de yodo en la dieta
(y, por extensión, la relación con un bocio) se asocia a una frecuencia mayor de
carcinomas foliculares.
Carcinomas papilares
Como se ha mencionado, los carcinomas papilares representan la forma más
frecuente de cáncer de la glándula tiroidea. Estos tumores se pueden presentar a
cualquier edad y representan la inmensa mayoría de los carcinomas de la glándula
tiroidea asociados a antecedentes de exposición a radiación ionizante.

Morfología

Los carcinomas papilares se pueden manifestar como lesiones solitarias o


multifocales dentro de la glándula tiroidea. En algunos casos, pueden estar bien
delimitados e incluso encapsulados, mientras que en otros infiltran el parénquima
adyacente con bordes mal definidos. Las lesiones pueden contener áreas de
fibrosis y calcificación, y a menudo son quísticas. En la superficie de corte pueden
aparecer granulares y a veces contienen focos papilares que se distinguen
macroscópicamente. El diagnóstico definitivo del carcinoma papilar puede
establecerse solo después de realizar el examen microscópico. En la práctica
actual, el diagnóstico de carcinoma papilar se basa en las características del
núcleo, incluso en ausencia de una estructura papilar. Los núcleos de las células de
los carcinomas papilares contienen cromatina muy finamente dispersa que
confiere el aspecto de transparencia con la microscopia óptica, lo que justifica que
se denominen núcleos en vidrio esmerilado o «de Anita la huerfanita».
Características clínicas
Los carcinomas papilares son tumores no funcionales, por lo que se manifiestan,
principalmente, como una masa indolora en el cuello, dentro de la propia glándula
tiroidea o como una metástasis en un ganglio linfático cervical. Normalmente, el
diagnóstico preoperatorio se puede establecer mediante punción con aspiración
con aguja fina a partir de las características del núcleo que acabamos de describir.
Los carcinomas papilares son lesiones poco activas, con supervivencias a los 10
años mayores del 95%.

Carcinoma Folicular
Los carcinomas foliculares son responsables del 5-15% de los cánceres de la
glándula tiroidea primarios. Son más frecuentes en mujeres (se presentan en una
proporción de 3:1) y se manifiestan en pacientes de más edad que los carcinomas
papilares típicos, con una incidencia máxima entre los 40 y los 60 años de edad. El
carcinoma folicular es más frecuente en áreas de deficiencia de yodo en la dieta
(siendo responsable del 25-40% de los cánceres de la glándula tiroidea).

Morfología
En el examen microscópico, la mayoría de los carcinomas foliculares están
compuestos por células más bien uniformes que forman folículos pequeños, que
recuerdan a la glándula tiroidea normal. En otros casos, la diferenciación folicular
puede ser menos evidente. Igual que sucede con los adenomas foliculares, se
pueden identificar variantes de células de Hürthle de carcinomas foliculares. Estos
pueden ser ampliamente invasivos, e infiltrar el parénquima de la glándula tiroidea
y los tejidos blandos extratiroideos, o mínimamente invasivos. Este último tipo
corresponde a lesiones muy bien delimitadas, cuya distinción de los adenomas
foliculares puede resultar imposible en el examen macroscópico. Esta
diferenciación requiere la obtención de muestras histológicas extensas de la
interfase cápsula tumoral-glándula tiroidea para excluir la presencia de invasión
capsular o vascular.

Características clínicas
Los carcinomas foliculares se manifiestan con mayor frecuencia como nódulos
tiroideos fríos solitarios. En casos poco frecuentes, pueden ser hiperfuncionales. Esas
neoplasias malignas tienden a metastatizar a través del torrente sanguíneo
(diseminación hematógena) hacia los pulmones, el hueso y el hígado. Al contrario
que los carcinomas papilares, las metástasis ganglionares regionales son poco
frecuentes. Hasta la mitad de los pacientes con carcinomas ampliamente invasivos
fallecen por su enfermedad antes de 10 años, mientras que menos del 10% de los
sujetos con carcinomas foliculares mínimamente invasivos mueren por el tumor en
ese mismo espacio de tiempo. Los carcinomas foliculares son tratados mediante
escisión quirúrgica. Las metástasis bien diferenciadas pueden captar yodo
radiactivo, que puede ser utilizado tanto para identificar las lesiones como para su
ablación. Como las lesiones mejor diferenciadas pueden estimularse con TSH, los
pacientes suelen recibir una pauta con hormona tiroidea después de la cirugía
para suprimir la TSH endógena.

Carcinoma anaplásico
Los carcinomas anaplásicos son tumores indiferenciados del epitelio folicular de la
glándula tiroidea, responsables de menos del 5% de los tumores de la glándula
tiroidea. Son agresivos, con una tasa de mortalidad cercana al 100%. Los sujetos
con carcinoma anaplásico son mayores que los que tienen otros tipos de cáncer
de la glándula tiroidea, con una edad media de 65 años. Aproximadamente la
cuarta parte de los pacientes con carcinomas anaplásicos de la glándula tiroidea
tienen antecedentes de carcinoma de la glándula tiroidea bien diferenciado y
otra cuarta parte presentan un tumor simultáneo bien diferenciado en la muestra
resecada.
Morfología
Los carcinomas anaplásicos se manifiestan como masas voluminosas que,
típicamente, crecen muy rápido, hasta superar la cápsula de la glándula tiroidea,
hacia las estructuras adyacentes del cuello. En el examen microscópico, esas
neoplasias malignas están compuestas por células intensamente anaplásicas que
pueden adoptar cualquiera de los patrones histológicos, incluidas las pobladas por:

• Células gigantes pleomorfas grandes


• Células fusiformes con aspecto sarcomatoso
• Lesiones mixtas de células gigantes y fusiformes

En algunos tumores es posible identificar focos de diferenciación papilar o folicular,


lo que indicaría su origen a partir de un carcinoma mejor diferenciado.

Características clínicas
Los carcinomas anaplásicos crecen de forma indiscriminada a pesar del
tratamiento. Las metástasis a distancia son frecuentes, pero en la mayoría de los
casos la muerte se produce en menos de 1 año como consecuencia del
crecimiento local agresivo y el compromiso de estructuras vitales en el cuello.

Carcinoma medular
Los carcinomas medulares de la glándula tiroidea son neoplasias malignas
neuroendocrinas derivadas de las células parafoliculares o de los linfocitos C de la
glándula tiroidea. Igual que los linfocitos C normales, los carcinomas medulares
segregan calcitonina, cuya medición es importante a la hora de establecer el
diagnóstico y evaluar el seguimiento postoperatorio de estos pacientes. En algunos
casos, las células tumorales elaboran otras hormonas polipeptídicas, como
somatostatina, serotonina y péptido intestinal vasoactivo (VIP). Los carcinomas
medulares aparecen esporádicamente en el 70% de los casos. El 30% restante son
casos familiares que se presentan en el contexto de un síndrome MEN-2ª o MEN-2B,
o de un carcinoma medular de la glándula tiroidea familiar sin síndrome MEN
asociado.

Morfología
Los carcinomas medulares pueden originarse como un nódulo solitario o
manifestarse como lesiones múltiples que afectan a ambos lóbulos de la glándula
tiroidea. La multicentricidad es particularmente frecuente en los casos familiares.
Las lesiones más grandes a menudo contienen áreas de necrosis y hemorragia, y es
posible que se extiendan a través de la cápsula hacia la glándula tiroidea. En el
examen microscópico, los carcinomas medulares están compuestos por células
poligonales o fusiformes que pueden formar nidos, trabéculas o incluso folículos.
los depósitos de amiloide, derivados de las moléculas de calcitonina alteradas,
aparecen en el estroma adyacente y son una característica distintiva. La
calcitonina se identifica con facilidad dentro del citoplasma de las células
tumorales y en el estroma amiloide con métodos de inmunohistoquímica. Una de
las características peculiares de los carcinomas medulares familiares es la
presencia de hiperplasia multicéntrica de linfocitos C en el parénquima tiroideo
circundante, una característica que no suele estar identificarse en las lesiones
esporádicas. Los focos de hiperplasia de linfocitos C parecen representar las
lesiones precursoras de las que se originan los carcinomas medulares.

Características clínicas
En los casos esporádicos, el carcinoma medular se manifiesta con mayor
frecuencia como una masa en el cuello, a veces asociada a efectos de la
compresión, como disfagia o ronquera. En algunos casos, las manifestaciones
iniciales se deben a la secreción de una hormona peptídica (p. ej., diarrea
causada por la secreción de VIP). El estudio de los familiares del paciente en busca
de concentraciones elevadas de calcitonina o mutaciones RET permite la
detección precoz de los tumores en los casos familiares.
Bibliografías
• Robbins Patología humana, Novena Edición.
• https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-tiroides/causas-riesgos-
prevencion/que-lo-causa.html

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