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¿Qué es y en qué consiste la división

del trabajo?
La división del trabajo es un concepto económico que hace referencia a la partición de
las diferentes tareas que forman parte del proceso de producción de un bien o servicio.
De esta forma, el proceso de producción se divide en diferentes etapas, lo que permite a los
trabajadores especializarse en tareas específicas que serán realizadas por un grupo
determinado de personas.
Así, se puede afirmar que la división del trabajo es el origen de la especialización del
trabajo, la cual consiste en la fragmentación del proceso de producción de un bien o
servicios en diferentes tareas que serán realizadas por individuos concretos, dependiendo de
la fuerza, la capacidad o la especialidad de los trabajadores. Todo esto incrementó
notablemente la productividad y rendimiento de las fábricas y empresas, lo que se tradujo
en mayores beneficios para las mismas.

En definitiva, la división del trabajo está considerado como un fenómeno fundamental para
el desarrollo económico de las naciones.

Características de la división del trabajo


Las características de la división del trabajo son las siguientes:

 Diferencia de capacidades: las tareas se dividen dependiendo de las capacidades


con las que cuenten los trabajadores, de forma que estos ocuparán los puestos que
mejor se adapten a sus capacidades.
 Aprendizaje a través de la experiencia: los trabajadores, al repetir las actividades
propias de su puesto, se vuelven especialistas en esa actividad en concreto.
 Ahorro de tiempo: se ahorra tiempo, ya que el trabajador está permanentemente
realizando la misma tarea, de forma que no se pierde el tiempo que se perdería en
caso de tener que pasar de una tarea a otra.

Adam Smith, máximo exponente de la economía


clásica
Adam Smith, economista de nacionalidad escocesa, entiende la división del trabajo como
una de las causas principales en que se fundamenta las riquezas de los Estados, ya que
esta forma de organizar la industria aumentaba notablemente la productividad de las
fábricas. Para Smith, esta nueva realidad laboral permitía a los empresarios ahorrar grandes
cantidades de capital.
Gracias a la división del trabajo, los trabajadores iban especializándose cada vez más en las
tareas que realizaban, lo que se traducía en mayor experiencia y más perfección en el
desempeño de las mismas. Además, la división del trabajo permitía el desarrollo técnico
de las tareas, es decir, se desarrollaban nuevas técnicas y herramientas, y la tarea ganaba en
eficiencia.
No obstante, Adam Smith también supo ver las desventajas de la división del trabajo,
poniendo especial énfasis en la división de los salarios, es decir, las diferencias salariales
que se producían entre los trabajadores dependiendo de las tareas que desarrollaran.
Además, Smith entendía que la división del trabajo frenaba el avance del
conocimiento por la monotonía que suponía realizar siempre las mismas funciones.

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