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Las economías modernas están cada vez más enfocadas en aumentar la producción a
través de la eficiencia; para lograr realizar una determinada actividad de manera
adecuada, se hace indispensable lograr la especialización de las actividades. Existen
varias características de la división del trabajo que permiten aumentar la producción de
la sociedad en general, al aprovechar todas las capacidades del trabajador y los recursos
disponibles, que en muchos casos son escasos.
La división del trabajo hace referencia al número de tareas distintas en que se distribuye
el trabajo necesario para la producción de un bien o servicio, tareas que han de ser
realizadas por distintos trabajadores especializados en cada una de ellas.
Diferencia de capacidades
Cada persona posee habilidades y competencias propias que le permiten ser mejor en
algunas actividades que en otras. La división del trabajo permite que las personas se
ocupen de aquella actividad en la cual son buenos y no pierdan tiempo y esfuerzo
realizando también otras actividades que otras personas podrían hacer mejor.
Suponiendo que existan dos personas con las mismas capacidades, el dedicar a una
persona a realizar una actividad hace que se vuelva especialista en llevarla a cabo, pues
el hecho de que se ocupe en esa sola tarea le permite desarrollar destrezas y descubrir
mejores técnicas que simplifiquen el trabajo, lo que no sucedería si esa persona también
se ocupará de otras actividades. Como dice el refrán: “la práctica hace al maestro”.
Ahorro de tiempo
Ventajas
Entre las ventajas de la división del trabajo se encuentran que el obrero adquiere mayor
habilidad en operaciones sencillas y repetidas con frecuencia, además de que no pierde
tiempo en pasar de una operación a otra, ya sea por cambiar de sitio, postura o
herramienta. De igual forma, gracias a la repetición de las mismas actividades, se
consigue facilidad para descubrir técnicas y procedimientos más rápidos y sencillos.
Desventajas
Uno de los inconvenientes de la división del trabajo es que se limita el espíritu del
hombre al forzarlo a realizar la misma actividad, que la mayoría de las veces representa
una tarea mecánica; y esto convierte a los trabajos en monótonos por su igualdad y
repetición. Además, se hace aprender al trabajador sólo una parte del sistema de
producción, por lo tanto, se genera una dependencia con el fabricante pues no podría
desempeñar todo el oficio por sí solo. Finalmente, una especialización trae consigo un
aumento en la producción, pero si este sobrepasa los niveles más altos, puede dar lugar
a la generación de crisis industriales que afectan a distintos sectores de la población.
El hecho de que un trabajador o una empresa se especialicen en una tarea específica
hace que, para poder lograr un resultado final completo (un producto, etc.), se deba
contar con el trabajo de otros trabajadores o empresas que hagan la parte que les
corresponde. Esto hace que, si por alguna razón, alguna de las empresas o trabajadores
falla en su tarea, el trabajo de los que se relacionaban con ésta también se perjudique,
por lo tanto, ninguno de ellos tendría un verdadero control sobre su actividad.
BIBLIOGRAFÍA