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La osteomielitis es una inflamación del tejido óseo, tanto de la cortical como de la medular,
que habitualmente asienta en la metáfisis de huesos largos y cuyo origen suele ser una
infección bacteriana, aunque también puede estar producida por hongos, parásitos o
micobacterias. con una evolución clínica inferior a 1-2 semanas. Se puede acompañar de
infección del espacio articular cuando la metáfisis afectada está dentro de la cápsula
articular, como ocurre en fémur y húmero proximales, o en la región distal de tibia o peroné.
se presenta en la mayoría de los casos en niños mayores de 18 años y menores de 5 años
Generalidades: Es muy difícil infectar el hueso, ya que este es un tejido muy resistente a la
infección. Primero, se encuentra muy bien protegido; está recubierto por piel, tejido celular
subcutáneo, fascias (es un tejido conectivo que envuelve todos los órganos de nuestro
cuerpo, desde músculos a tendones o células), músculos (excepto en la cara anterior a la
tibia y el conducto auditivo externo) y el periostio (es una membrana de tejido conjuntivo,
adherida exteriormente a los huesos, que sirve para su nutrición y regeneración).El hueso
tiene la característica de ser un tejido muy seco, con una estructura vascular muy
especializada, los canales de Havers (es básicamente una estructura cilíndrica con un canal
central rodeado de matriz ósea, por el centro del canal pasan los vasos sanguíneos que
riegan el tejido óseo), por donde es muy difícil que incluso transiten los glóbulos rojos.Una
vez el hueso está infectado es un tejido muy resistente a la curación, ya que debido a sus
características anatómicas es muy difícil que se drene la osteomielitis tan pronto ocurre.
Cuadro clínico:
neonatos
1. Pirexia(esta puede estar ausente. De hecho, sólo un tercio de los pacientes la
presentan)
2. apnea
3. bradicardia
4. rechazo al alimento
5. irritabilidad
6. letargo
7. y sepsis
Lactantes
● irritabilidad,
● dificultad para conciliar el sueño y
● disminución del apetito o de la actividad, aunque, en general,
● la inmovilidad del miembro afecto,
● el rechazo del gateo o de la marcha
El paciente suele presentar un punto doloroso óseo, que debe localizarse con una
exploración minuciosa. Puede acompañarse, además, de tumefacción, calor y eritema en
los casos en los que la infección afecta por contigüidad al tejido celular subcutáneo. En el
caso de la OMa pélvica, una rara localización, el dolor puede estar localizado en la cadera,
el muslo o el abdomen. Los pacientes a menudo cojean o incluso se niegan a caminar
Diagnóstico
Radiología simple (Rx)
Resonancia magnética (RM)
Gammagrafía ósea con tecnecio-99m
Hemograma:
PCR :Las infecciones por S. aureus pueden presentar un recuento de leucocitos normal,
pero suelen acompañarse de elevación de la proteína C reactiva
Pruebas microbiológicas
– Cultivo biopsia ósea/exudado absceso subperióstico:
Hemocultivo
Complicaciones:
osteonecrosis
Artritis séptica
Crecimiento deficiente.
Tratamientos:
El tratamiento depende principalmente de su clasificación según su evolución.
Aguda: Esterilización del tejido antes de que se establezca la necrosis. Es un tratamiento
que consiste principalmente en el uso de antibióticos o antivirales, debe ser un tratamiento
empírico, es decir que su duración depende de la evolución del paciente. En adultos
generalmente dura de 4-6 semanas y se hace vía oral o intravenosa. Dependiendo de la
resistencia del agente causante se puede o no incrementar la dosis.
Sub- Aguda : Depende de la severidad o el tiempo transcurrido tras la lesión. Si no hay
daño en el hueso se trata con antibióticos, de lo contrario se trata como si fuera crónica.
Crónica : Se debe identificar el microorganismo para incrementar la probabilidad de éxito
terapéutico y disminuir la probabilidad de recaída, ya que para cada microorganismo existen
antibióticos diferentes y se suministra de manera oral o intravenosa. Se hace un tratamiento
dirigido, es uno por el cual se administran ciertos medicamentos que combaten
directamente el punto de la infección. Si la infección es muy severa, en muchas ocasiones
se debe recurrir a cirugía para drenar pus, restaurar el flujo de sangre en el hueso,
extirpación de hueso o tejido enfermo y en casos extremos, amputación de la extremidad
Quemaduras
Las quemaduras son daños al tejido causados por calor, sustancias químicas,
electricidad, luz del sol o radiación nuclear. Las quemaduras más frecuentes son
aquellas causadas por líquido o vapor caliente, incendios de edificios, y líquidos y
gases inflamables.
1. Las quemaduras de primer grado dañan la capa exterior de la piel
(epidermis). Estas quemaduras suelen sanar por sí solas en una semana. Un
ejemplo frecuente son las quemaduras del sol. también se denominan
quemaduras superficiales
Los signos y síntomas de quemaduras de primer grado incluyen:
● Dolor
● Enrojecimiento
● Leve hinchazón de la piel, pero generalmente sin ampollas.
● Dolor
● Enrojecimiento profundo de la piel.
● Ampollas
● Aspecto húmedo o brillante debido a una fuga de líquido
● Posible pérdida de algo de piel.
hipovolemia: causa hipoperfusión del tejido quemado y a veces shock, puede ser
consecuencia de la pérdida de líquidos por las quemaduras profundas o de la
afectación de grandes zonas de la superficie corporal; también se desarrolla
edema en todo el cuerpo por la salida del líquido intravascular hacia el intersticio
celular. Además, las pérdidas de líquido insensibles pueden ser significativas
Diagnostico:
Tratamiento:
El soporte nutricional está indicado para pacientes con quemaduras > 20% de la
superficie corporal total o desnutrición preexistente. El apoyo con una sonda de
alimentación comienza tan pronto como sea posible si la nutrición oral no es
factible o adecuada. Rara vez es necesario usar la nutrición parenteral.
tratamiento:
cubren la zona quemada con vendas estériles y antibióticos tópicos (cremas o
ungüentos para la piel), o apósitos de acción prolongada que contienen plata para
prevenir una infección.
SINDROME DE ASPERGER
1. La interacción social.
2. La comunicación.
3. Preocupaciones y rangos estrechos de intereses.
4. Las rutinas repetitivas, los rituales y la inflexibilidad.
Reflexiona sobre los desafíos sociales que afrontas todos los días e intenta
ponerte en el lugar de una persona que genuinamente no los comprende ni
sabe cómo afrontarlos.
Trata de empatizar con su experiencia y procura comprenderla, aunque a veces
sea muy distinta a lo “convencional”.
Interésate por conocer bien a la persona, sus gustos e intereses, sus puntos
fuertes y débiles, y las cosas que son importantes para ella.
Será necesario que hagas explícitos algunos conceptos que para la mayor parte
de las personas son obvios, especialmente relativas a las relaciones sociales.
Utiliza un lenguaje directo y concreto, sin ambigüedades o dobles sentidos. Esto
hará que la comunicación sea más sencilla y satisfactoria para la persona.
Comprende que sus comportamientos no son caprichosos o intencionados.
Reflejan una manera distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.
Comprende la importancia de sus rutinas y “rigideces”. Son elementos
importantes que le proporcionan seguridad. Puedes ayudar a flexibilizarlas
sin imponer tu manera de ver las cosas.
Pregúntale cuál es la mejor manera de ayudarle. Él o ella te sabrá explicar
cuáles son sus puntos fuertes y débiles y cómo prefiere que le ayudes.