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Adenocarcinoma gástrico

Etiología
el adenocarcinoma es el proceso maligno más frecuente del estómago y representa más del 90%
de todos los cánceres gástricos. Sus síntomas iniciales se parecen a los de una gastritis crónica,
con dispepsia, disfagia y nauseas. Como consecuencia, esos tumores se descubren a menudo en
estadios avanzados, cuando los síntomas como pérdida de peso, anorexia, alteración de los
hábitos intestinales, anemia y hemorragia son causa de una evaluación más profunda para el
diagnóstico.
La gastritis crónica de larga evolución que afecta al cuerpo y al fondo puede provocar,
finalmente, una pérdida significativa de la masa de células parietales. La atrofia oxíntica se
asocia a metaplasia intestinal, reconocida por la presencia de células caliciformes y aumenta de
forma importante el riesgo de adenocarcinoma gástrico. El riesgo de adenocarcinoma es mayor
en la gastritis autoinmunitaria, quizá porque la aclorhidria de la mucosa gástrica atrófi ca permite
el sobrecrecimiento de las bacterias que producen nitrosaminas carcinógenas. La metaplasia
intestinal también aparece en la gastritis crónica por H. pylori y puede regresar cuando
desaparece el microorganismo.
El escenario para el desarrollo del adenocarcinoma gástrico es similar al del cáncer hepático
inducido por VHB y VHC. Implica una proliferación celular epitelial aumentada en el seno de
inflamación crónica. Como en la hepatitis vírica, el entorno inflamatorio contiene numerosas
sustancias genotóxicas, como especies reactivas de oxígeno. Existe una gastritis crónica inicial,
seguida de atrofia gástrica, metaplasia intestinal de las células de revestimiento, displasia y
cáncer.
Esta secuencia lleva décadas hasta finalizarse y aparece sólo en el 3% de los pacientes
infectados. Como VHB y VHC, el genoma de H. pylori también contiene genes implicados
directamente en la oncogenia. Se ha demostrado que las cepas asociadas con adenocarcinoma
gástrico contienen una «islote de patogenicidad» que contiene un gen A asociado a citotoxina
(CagA). Aunque H. pylori no es invasivo, CagA penetra en las células epiteliales gástricas,
donde tiene una diversidad de efectos, incluyendo la iniciación de una cascada de señales que
imita la estimulación no regulada por factor de crecimiento.

Manifestaciones clínicas
Este tipo de cáncer predomina en áreas de alto riesgo y evoluciona de lesiones precursoras como
la displasia plana y los adenomas. La edad media de presentación es de 55 años. La profundidad
de la invasión y la extensión de las metástasis ganglionares y a distancia en el momento del
diagnóstico siguen siendo los indicadores pronósticos más potentes para el cáncer gástrico.
Los casos más avanzados se pueden detectar como metástasis en el ganglio centinela
supraclavicular.
- Cansancio o agotamiento extremo.
- Pérdida de peso.
- Anorexia.
- Disfagia (dificultad para tragar alimentos).
- Hemorragia.
- Anemia.
- Alteraciones intestinales.
- Náuseas y vómitos,
- Dolor abdominal.

Medio de diagnóstico
- Endoscopia superior.
- Diagnóstico clínico.
- Ecografía endoscópica.
- Biopsia.
- Laparoscopia.
- Tomografía computarizada
- Hemograma (pasa saber si el paciente presenta anemia una de las manifestaciones
clínicas).

Características macroscópicas
La mayoría de los adenocarcinomas gástricos afectan al antro y la curvatura menor se afecta más
a menudo que la mayor.
- Se observa una masa blanquecina, ulcerada, polipolide que protruye hacia la luz.
- Al corte presenta áreas de aspecto necrótico y áreas blanquecinas sólidas.

Características microscópicas
- Las células son columnas altas, con núcleos altos basofílicos, formando varias capas, con
patrón glandular e infiltración de la pared.
- Los núcleos son pleomórficos y muestran considerable actividad mitótica.
- Pequeña cantidad de mucina puede ser demostrada en el citoplasma de las células.
- La lámina propia presenta un infiltrado inflamatorio de tipo crónico.

Tratamiento
El esfuerzo terapéutico se centra en la quimioterapia o radioterapia y el tratamiento paliativo
(tratar los síntomas). cuando sea posible la resección quirúrgica sigue siendo el tratamiento
preferido para el adenocarcinoma gástrico. Después de la resección quirúrgica, la tasa de
supervivencia a 5 años del cáncer gástrico inicial puede ser mayor del 90%, aunque haya
metástasis ganglionares.

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