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Documento Orientador

UNIDAD 1
Embriología y maduración del sistema nervioso

Ángela María Polanco Barreto


angelapolanco@ibero.edu.co
Cesión de derechos de autor a la Corporación Universitaria Iberoamericana

El sistema nervioso central SNC es además denominado eje-di encéfalo-espinal. Es toda

una composición anatómica conformada por encéfalo, el cual a su vez está constituido por el

cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo, y la médula espinal; estas estructuras están protegidas por

formaciones óseas, el cráneo y columna vertebral (​Glejzer​, 2017).

De acuerdo con este mismo autor, el sistema nervioso es el soporte material para el

entendimiento, la afectividad y el comportamiento. Su expresión básica es la de recibir impulsos

en las cuales se coordina distintas actividades como es el movernos, pensar sentir y construir

entre otras.

La función dentro de las neurociencias y específicamente del neurodesarrollo es

comprender lo que significa maduración, desarrollo y crecimiento desde la perspectiva de

estructuración como órganos que llevan cambios anatómicos, genéticos y la función integral que

favorecen mecanismos de aprendizaje como eje fundamental de supervivencia y mecanismos

adaptativos al entorno que a su vez es quien también se encarga de estimular todo este desarrollo

(Rosselli, et al, 2010).

La fase inicial en la que se constituye la formación del sistema nervioso en los humanos se llama

neurogénesis y está dividida en cuatro etapas las cuales son: proliferación (1 a 7 semana de
gestación) migración (semanas 8 a 15 de gestación) y maduración (hasta la adultez).

Globalmente este proceso parte desde la tercera semana de la gestación y continua hasta la vida

adulta, requiriendo de un complejo conjunto de paquetes de genes, como de ciertos componentes

asociados, que se fueron descubriendo debido a los adelantos en la biología molecular que han

facilitado su comprensión en cuanto al desarrollo estructural y funcional permitiendo ver lo

característico de nuestra especie (Hernández, et al, 2018).

Como se mencionó anteriormente existen tres etapas claves, dentro de la etapa de

proliferación, que inicia a partir de la segunda semana de gestación, en la que se caracteriza

porque se da la composición bilaminar del embrión, que se conforma de una capa superior por

células epiblásticas y una inferior de células hipoblásticas. A partir de este momento se da inicio

al proceso de gastrulación, diferenciando 3 capas de células madre de las células epiblásticas que

formarán de manera directa los múltiples tejidos y sistemas orgánicos; específicamente, mientras

que las células hipoblásticas formarán las construcciones extraembrionarias como la placenta

(Hernández, et al, 2018).

El origen del SNC se da sucesivamente de la configuración de la placa neural, que se

forma de la capa externa o el denominado ectodermo en el embrión la capa superior que viene de

las células epiblásticas. Esta placa neural se ondula generando el tubo neural el cual a su vez se

da la conformación primaria de 3 vesículas que son prosencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo

siendo específicamente del prosencéfalo de donde surgen dos nuevas vesículas denominadas:

telencéfalo y diencéfalo, es entonces que se genera un proceso evolutivo que favorece la

formación del primero los hemisferios cerebrales y los núcleos de la base y del diencéfalo, el
tálamo, hipotálamo, epitálamo y subtálamo (Giúdice, 2009).

Migración tiene asociación con el desarrollo cortical que es un proceso que va de adentro

para afuera es decir las estructuras subcordicales o internas del encéfalo empiezan primero y las

superficiales después. Se llama migración porque está asociado precisamente a la migración de

células que nacen en regiones proliferativas denominadas zona ventricular (ZV) y la zona

subventricular (ZSV) para conformar cada una de las estructuras que como se mencionó

anteriormente, empiezan de procesos subcorticales a lo cortical. Lo interesante de esta fase, es

que precisamente nuestras condiciones biológicas, específicamente desde el código genético, en

la conformación estructural del cerebro, se permita la división de las diferentes áreas que se

especializan y, por lo tanto, cada una debe contar con neuronas específicas que funcionarán de

acuerdo con los estímulos del entorno (Hernández, et al, 2018).

Y la maduración de acuerdo Hernández et al (2018) ya requiere de una especialización

celular total de conexiones nerviosas y refuerzos mecánicos (procesos de plasticidad,

mielinización entre otras) que van desde la fase prenatal y de acuerdo con ciertas áreas y

funciones pueden ir hasta la edad adulta. El movernos, pensar, sentir, crear y construir, depende

de precisamente los procesos madurativos que van en correlación directa con cada una de

nuestras facultades entre ellos nuestros procesos cognitivos y precisamente la intención se basa

en comprender cómo es que se dan estos procesos (Ovejero, 2013).

Ovejero (2013) menciona que el interés se ha despertado no solo en comprender cómo se da cada

uno de los procesos madurativos, también está en qué pasa cuando empiezan a brotar los

problemas ya sean patologías o alteraciones. Lo claro es que toda esta conformación tiene un
orden estructural adecuado para corresponder a las exigencias del entorno, por supuesto, su

funcionamiento de igual forma dependerá del estímulo del mismo medio. Es decir, deberán

existir unas condiciones biológicas específicas, pero estas por si mismas no pueden funcionar

bien, el que sienta, sea y haga dependerá a su vez de los estímulos que le brinda el medio y cómo

este constantemente lo esté regulando. Por lo tanto, se infiere que si como tal no hay condiciones

biológicas las posibilidades de dar buen curso a la vida con todas sus facultades son mínimas,

por el contrario, si las condiciones biológicas están dadas ya todo dependerá de los estímulos del

entorno (Rosselli, Matute & Ardila, 2010)

Históricamente las investigaciones se han enfocado en distintos trastornos del desarrollo

involucrando el SNC, desde aspectos culturales, cognitivos y sociales. Se ha avanzado en

comprender que el cerebro no funciona linealmente y que, para entender el funcionamiento

cerebral, se deberá tomar en cuenta múltiples factores precisamente relacionados con el proceso

madurativo, desarrollo cognitivo y el entorno social. Por ejemplo, la neurociencia como

disciplina ya se ha involucrado con varios ámbitos, no sólo en las ciencias biológicas, también en

las ciencias sociales y humanas en particular, con información relevante que permite comprender

los procesos internos de los individuos (Torres, et al, 2015).

Schiller (2018) Menciona que resulta fascinante comprobar que estas diferencias

proceden de influencias ambientales y genéticas.” Por supuesto el reto es tratar de ir a la

vanguardia de la evolución cerebral. Esa gran masa gelatinosa que pesa casi un kilo y medio, de

color gris, con la mayor complejidad de organización que hasta ahora se ha conocido. Su función
principal y que comparte con otros seres vivos es la supervivencia, sin embargo, la evolución en

el ser humano trasciende un poco a sentir, soñar, proyectar y tener conciencia de sí mismo, por lo

tanto, el proceso de subsistencia se modifica un poco. Nuestra misión para las nuevas

generaciones es: prepararlos para que puedan sentir bienestar, sueñen y se esfuercen por cumplir

esos sueños, pero para ello será fundamental conocer y comprender su conformación, desarrollo

estructural y funcional más su principal fortaleza y es su plasticidad la cual favorece la

adquisición y fortalecimiento de cualquier facultad.

Referencias

Glejzer, C. (2017). Las bases biológicas del aprendizaje

http://repositorio.filo.uba.ar:8080/bitstream/handle/filodigital/4177/Las%20bases%20bio

l​ ​%C3%B3gicas%20del%20aprendizaje_interactivo.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Hernández-Flórez, Cristhian Eduardo; Beltrán, Mónica Andrea & Contreras, Gustavo Adolfo

(2018). Desarrollo neuroembriológico: el camino desde la proliferación hasta la

perfección. Universitas Médica, 59(3), 1-10.

https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vnimedica/article/view/22852

Ovejero Hernández, M. (2013). Desarrollo cognitivo y motor. Macmillan Iberia, S.A.

https://elibro.net/es/ereader/biblioibero/43265?page=110

Rosselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. México,

D. F.: Manual Moderno. http://www.ebooks7-

24.com.ibero.basesdedatosezproxy.com/?il=1499
Schiller, P. (2018). La capacidad cerebral en la primera infancia. Narcea Ediciones.

https://elibro.net/es/ereader/biblioibero/113172?page=9

Torres Camelo, M. J., & Vasquez Florez, Y. J. (2019). Neuroeducacion en el aula.

https://repository.unad.edu.co/handle/10596/30787

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UNIDAD 1
Desarrollo de los procesos cognitivos y maduración cerebral

Ángela María Polanco Barreto


angelapolanco@ibero.edu.co
Cesión de derechos de autor a la Corporación Universitaria Iberoamericana

En la anterior unidad, se observó sobretodo la conformación estructural del sistema

nervioso central, también se realizó una introducción al proceso funcional a partir de los

procesos madurativos. En esta unidad se ha pretendido comprender su evolución en cuanto

a cada uno de los procesos cognoscitivos de las más simples a la más complejas. Para ello

es fundamental recordar que antes del nacimiento, el cerebro empieza a generar las

primeras conexiones neuronales para todo: desde las básicas para la supervivencia como

respirar y el fundamento biológico para las más complejas como: hablar, pensar y razonar

(Schiller,2018).

También, es importante recordar que a pesar de que las condiciones biológicas estén

dadas dependerá del ambiente en el que se dé el proceso de ser humano para que cada uno

de esos procesos cognitivos se desarrollen apropiadamente. De acuerdo a Gordon y


Lemons (1997) citado por Schiller (2018), es la crianza del menor donde toma las

tendencias genéticas con que viene cada persona y las va moldeando. Frente a ello, Roselli,

et al. (2010) mencionan que si no hay condiciones biológicas las posibilidades de dar buen

curso a la vida con todas sus facultades son mínimas, por el contrario, si las condiciones

biológicas están dadas ya todo dependerá de los estímulos del entorno.

La maduración cerebral se encuentra correlacionada con varios de los cambios

cognoscitivos y de comportamiento observados a lo largo de la niñez y la juventud. Es la

razón por la cual se considera fundamental comprender su término y la asociación con las

conexiones neuronales, procesos de mielinización, y su correlación con las distintas

funciones cognitivas desde las más simples como lo es la sensopercepción a lo más

compleja como la racionalidad. Es decir, va en paralelo con comportamientos

progresivamente más elaborados (Roselli, et al, 2010).

Las conexiones neuronales iniciales pueden el ser soporte para conexiones

neuronales más complejas. Adicionalmente, es un proceso secuencial en la cual, por

ejemplo, las distintas regiones de la corteza se mielinizan en etapas diferentes por eso

existen eventos en el desarrollo claramente establecidos como ejemplo la edad en la que se

camina, se balbucea, se desarrolla el pensamiento concreto o se generan procesos

cognitivos más complejos como la toma de decisión o la racionalidad (Roselli, et al, 2010).

De hecho, procesos cognitivos asociados a la corteza frontal son los últimos en

mielinizarse, pues se da en la edad adulta temprana y está relacionada precisamente con

procesos de mayor complejidad como la regulación comportamental y en general lo que


engloba la voluntad (Roselli,2003). Lo claro es que en la medida que el cerebro de una

persona se desarrolla, se van evolucionando los circuitos neuronales específicos para las

distintas funciones cada vez más complejas.

Ahora bien, de acuerdo a Schiller (2018) existen 5 aspectos claves en el desarrollo

cerebral. El primero como se mencionó el desarrollo cerebral depende de una compleja

interacción entre lo biológico (genes) y el medio ambiente. En cual, específicamente se

puede determinar por la crianza y la educación. El segundo aspecto es que las primeras

experiencias de estimulación mientras más temprana y precoces, contribuyen

significativamente a la estructura del cerebro y sus capacidades. Desde luego, mientras

más alta se la calidad y cantidad de estimulación se promoverá mayor número de sinapsis y

por supuesto determinarán la funcionalidad de esas conexiones.

El tercer aspecto es que resalta que las interacciones precoces son críticas para la

estructura cerebral. Quiere decir, que los niños aprenden en contextos donde se dan

importantes relaciones, es decir que estás conexiones generan procesos significativos, pero

para ello debe partir de contextos donde existan vínculos afectivos y experienciales. El

cuarto aspecto es que el desarrollo del cerebro no es lineal es más bien como una espiral

con oleadas que como el mismo autor lo menciona, son ventanas de oportunidad para la

adquisición de nuevas habilidades cognitivas y el quinto aspecto también muy importante y

es que los niños están biológicamente preparados para aprender más rápido que el adulto y

aunque el autor no lo menciona en estos términos si se puede mencionar, los procesos de

plasticidad que mientras más temprana edad serán mejores y funciona con mayor rapidez
(Schiller,2018).

Ahora bien, en esencia es favorecer el desarrollo de proceso cognitivos que, son todas

aquellas capacidades que el niño va adquiriendo para poder interactuar con el entorno a

través de su conocimiento y control del mismo. (Ovejero, 2013). Por supuesto, ello implica

que existe un proceso transversal que favorece constantemente esa adaptabilidad al entorno

y es la capacidad que se tiene de adquirir algo nuevo siempre y cuando genere un cambio o

una transformación tanto estructural como funcional al que denominamos

aprendizaje (Rivas, 2008). Sin embargo, es importante resaltar que el aprendizaje depende

también de las funciones cognitivas simples (inferiores) y funciones cognitivas superiores,

funciones que se generaran, por los mismos procesos madurativos, que a su vez siendo

repetitivos, dependen de la estimulación del mismo entorno (Causado, 2014).

En el proceso de aprendizaje y promoción de procesos madurativos más complejos,

se hace fundamental reconocer que la primera infancia es una etapa importante en el

desarrollo del ser humano, pues en ella se establecen todos los cimientos para aprendizajes

posteriores es así que es donde se establecen

lo que es sensación, percepción y proceso motor. Que por supuesto gracias a estas

experiencias tempranas se perfila la funcionalidad del cerebro a futuro (Roselli et al, 2010).

Esta etapa se caracteriza fundamentalmente porque su proceso de crecimiento es bastante

rápido y los cambios que se dan son estupendos, es la razón por la que es fundamental

generar un entorno con experiencias positivamente significativas y en lo posibles se

generen alternativas de estimulación positivas y enriquecidas en información programada,


organizada y coherente.

Por otro lado, es importante aclarar que no solo se considera como proceso cognoscitivo

simple a la sensación y percepción, proceso que permite es interpretación de la

información que se reciben a través de los sentidos favoreciendo con el tiempo la

comprensión y organización de la misma información recibida, que van dejando huella a

través de redes neuronales para más adelante pueden llegar a ser utilizado en procesos

cognitivos más complejos. También está la atención que es la capacidad de discriminar la

información pertinente para la subsistencia y adaptación al entorno y en caso de ser

necesario mantenerla para el cumplimiento de una meta específica y memoria proceso en la

cual se retiene información la cual de ser necesario se evoca inicialmente como parte

fundamental de la subsistencia y por supuesto con el tiempo también de adaptabilidad al

entorno (​Valdizán,​2008).

También se evidencia procesos cognoscitivos superiores que se diferencia de los

procesos cognitivos simples porque hacen parte exclusivamente de nuestra condición

humana. En ella está el lenguaje que tiene una función fundamental de ser mediador para

que otros procesos cognoscitivos se desarrollen satisfactoriamente y específicamente en su

definición, se puede considerar como un proceso psicológico que favorece la capacidad de

representar ideas mediante de símbolos que favorece la transmisión de los mismos para con

los demás. (​Lucci, 2011).

También están las gnosias, habilidad de reconocer y dar significado a aquello que

percibimos. Es decir que requieren ser previamente aprendidos y las praxias que es proceso
que permite ejecutar una conducta motora bajo un control voluntario para alcanzar una

meta (Glejzer, 2017).

En general la complejidad humana permite ver el potencial cerebral tanto estructural

como funcionalmente, comprenderlo, favorecerá el reconocimiento de oportunidades para

generar calidad de vida especialmente en el contexto académico.

Referencias

Causado, R. V. (2014). El signo en Vygotski y su vínculo con el desarrollo de los procesos

psicológicos superiores. ​Folios,​ (39).

Glejzer, C. (2017). Las bases biológicas del aprendizaje

http://repositorio.filo.uba.ar:8080/bitstream/handle/filodigital/4177/Las%20bases%

20biol%C3%B3gicas%20del%20aprendizaje_interactivo.pdf?sequence=1&isAllo

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Hernández-Flórez, Cristhian Eduardo; Beltrán, Mónica Andrea & Contreras, Gustavo

Adolfo (2018). Desarrollo neuroembriológico: el camino desde la proliferación

hasta la perfección. Universitas Médica, 59(3), 1-10.

https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vnimedica/article/view/22852

Lucci, M. A. (2011). La propuesta de Vygotsky: la psicología socio-histórica

https://digibug.ugr.es/handle/10481/17420

Ovejero Hernández, M. (2013). Desarrollo cognitivo y motor. Macmillan Iberia, S.A.


https://elibro.net/es/ereader/biblioibero/43265?page=110

Rivas Navarro, M. (2008). ​Procesos cognitivos y aprendizaje significativo.​ Comunidad de

Madrid. Consejería de Educación. Viceconsejería de Organización Educativa.

http://repositorio.minedu.gob.pe/bitstream/handle/123456789/4809/Procesos%20co

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Rosselli, M. (2003). Maduración cerebral y desarrollo cognoscitivo. ​Revista

La​ tinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud,​ ​1 (​ 1),

125-144.

http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S1692-

z15X2003000100005&script=sci_arttext&tlng=pt

Rosselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil.

México, D. F.: Manual Moderno. http://www.ebooks7-

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Schiller, P. (2018). La capacidad cerebral en la primera infancia. Narcea Ediciones.

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Valdizán, J. R. (2008). Funciones cognitivas y redes neuronales del cerebro social. ​Revista

de neurología​, ​46(​ 1), 65-68

https://pdfs.semanticscholar.org/1243/54a042d0b549c01480532f773697a1660a18.

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