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TEMA 11: LA DICTADURA FRANQUISTA

11.1 La creación del Estado franquista. Grupos ideológicos y apoyos sociales. Etapas de la
dictadura y principales características de cada una de ellas. El contexto internacional:
del aislamiento al reconocimiento exterior.
Acabada la guerra se estableció un sistema político, basado en una dictadura personal, el franquismo. En sus
casi cuatro décadas (1939-75), experimentó grandes cambios a lo largo de tres etapas:
1. El triunfo y asentamiento del régimen (1939-57): etapa de exilio y represión (Ley de Responsabilidades
Políticas 1939). Con el fin de la II Segunda Guerra Mundial se inició un aislamiento, junto a una autarquía
económica.
2. El desarrollismo económico (1959-73): se consolidó el Estado Franquista y se suavizó la represión; en
política exterior se continuó la apertura exterior, que favoreció el crecimiento económico (el desarrollismo).
3. La crisis final (1973-75): etapa de inestabilidad del régimen (división interna del mismo), a nivel
internacional era un régimen caduco y en el ámbito económico la crisis internacional de 1973 inició una
recesión económica.

El franquismo concentraba en Franco la potestad e Iniciativa Legislativa, rodeándose de ministros de su


confianza; sin Parlamento representativo ni Constitución, Franco personificaba la soberanía nacional y reunía
todos los poderes: Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Jefe de las FF. AA. y Jefe de la FET y de las JONS
(Movimiento Nacional).
Al régimen hay que añadir unos componentes ideológicos: Tradicionalismo (“La unidad de la Patria” se
justificaba en raíces históricas exaltando los valores de la Reconquista, Reyes Católicos, imperio);
Nacionalsindicalismo, Nacionalcatolicismo, Nacionalpatriotismo (califica la autonomía de las regiones como
antiespañola) y Militarismo.

El régimen prohibió los partidos políticos, salvo Falange, pero colaboraron grupos ideológicos (que desarrollan

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los componentes ideológicos del franquismo). Estos grupos eran denominados “familias políticas”, eran:
El Ejército (Militarismo). Columna vertebral y base del régimen. Se sirvió de él para garantizar el orden, con

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numerosa presencia en las Cortes y Consejo de Ministros. Algunos exigían el restablecimiento monárquico.
Falange (Nacionalsindicalismo). En los primeros años ocupan los puestos más relevantes con líderes como
Serrano Suñer, Girón de Velasco. Con la derrota fascista en la II Segunda Guerra Mundial perdieron
protagonismo. Aportó principios ideológicos: anticomunismo, antiparlamentarismo, antiliberalismo y rasgos
fascistas (símbolos, saludos y uniformes). Adoctrinó con Sección Femenina, Frente de Juventudes y la

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Organización Juvenil Española.
Los católicos (Nacionalcatolicismo). La Iglesia como legitimadora del régimen, dominó la vida social.
Controló la educación, con competencias en la censura y presencia en los medios de comunicación.
Presentes en tareas de Estado con la Asociación Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei. Al finalizar
la Guerra Mundial nacen organizaciones críticas (HOAC, JOC), y el Concilio Vaticano II marcó la separación del

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régimen.
Los monárquicos: carlistas y juanistas, los primeros integrados en FET de las JONS, y los segundos que
aspiraban al restablecimiento de la monarquía en Don Juan de Borbón (Manifiesto de Lausana 1945).

Los tres primeros grupos (Ejército, Falange e Iglesia) constituyeron los pilares del régimen. Los apoyos sociales
al régimen los encontró en: la oligarquía terrateniente y financiera, las clases medias de las pequeñas y
medianas ciudades, grandes empresarios y campesinado católico.

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Para legitimar el régimen, junto al Fuero del trabajo (1938), se promulgaron otras leyes fundamentales.
Ley Constitutiva de las Cortes (1942). Asamblea consultiva, que representaba a sindicatos, familias y

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municipios.

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Fuero de los españoles (1945). Derechos y deberes concedidos por el dictador.
Ley de Referéndum Nacional (1945). Recogía la posibilidad de consulta por referéndum.
▪️Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947). Se declaraba a España como reino, el cargo de dictador
▪️Se completarían con la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y Ley Orgánica del Estado (1967).
vitalicio y con derecho a nombrar a su sucesor.

La evolución política del régimen (1939-59), marcada por la política internacional, pasó del aislamiento al
reconocimiento exterior. Comenzó con los Gobiernos azules (1939-45), en los que Serrano Suñer, ministro de
Gobernación y Exteriores, diseñó un Estado fascista (1938-42) junto a falangistas, militares y miembros de
ACNP. Con el inicio de la II Segunda Guerra Mundial España se declara neutral; no beligerante, celebrando
encuentros con Hitler en Hendaya y con Mussolini en Bordighera, cooperando con la División Azul; volviendo a
la neutralidad en 1942.

En la etapa del Gobierno autárquico (1945-51), tendrán mayor influencia los políticos católicos (Acción
Católica); los falangistas mantenían el Ministerio de Trabajo y Justicia (Girón de Velasco) y el control sindical.
Tenían que gestionar la autarquía económica y el aislamiento internacional, ya que desde 1945 España quedó
aislada y la ONU condenó el régimen en 1946, iniciándose un bloqueo internacional.
En el Gobierno “bisagra” (1951-57) destaca Carrero Blanco como ministro de Presidencia. En el exterior con el
desarrollo de la Guerra Fría, el “antisovietismo” de Franco dió sus frutos: Francia reabrió su frontera y junto a
Reino Unido firmó acuerdos comerciales. Los acuerdos con EEUU (1953) inician el reconocimiento
internacional del régimen: Concordato con la Santa Sede (1953), ingreso en la ONU (1955).

Comenzó el crecimiento económico unido al fin del aislamiento, pero en 1957 el Estado estaba al borde de la
bancarrota, Franco formó un Gobierno de tecnócratas, que pondría en marcha el Plan de estabilización (1959).

11.2 POLÍTICA ECONÓMICA DEL FRANQUISMO. DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO.


TRANSFORMACIONES SOCIALES: CAUSAS Y EVOLUCIÓN.
La economía española al acabar la Guerra Civil estaba condicionada por la situación exterior e interior: la
Guerra había dejado al país en una situación ruinosa, el estallido inmediato de la II Guerra Mundial imposibilitó
a España abastecerse del exterior, y el bloqueo posterior a que fue sometida, prolongó el aislamiento
económico.
Al quedarse España al margen del Plan Marshall, no participó del crecimiento que tuvieron los países
occidentales. España volvió a ser un país esencialmente rural, aumentando la población activa en la agricultura
y el peso de este sector en el conjunto de la riqueza nacional.

La política económica que forjó el régimen franquista fue la autarquía. Estaba subordinada a los intereses
políticos, dirigida a la autosuficiencia y con un rígido Intervencionismo del Estado. El Gobierno desarrolló
iniciativas como la creación del Servicio Nacional del Trigo (1937) en la agricultura, y la creación del INI y
RENFE en la industria.
Las consecuencias de la autarquía fueron negativas: elevó la inflación, frenó el crecimiento, disminuyó la
producción agrícola, lo que provocó escasez, alza de precios y hambre; y obligó a distribuir cartillas de
racionamiento, con un mercado negro paralelo, el “estraperlo”.

En 1951 acabó el racionamiento de pan, bajaron los precios agrarios, y aumentó la demanda de bienes
industriales. Se liberalizó en parte la economía y unido a la ayuda norteamericana, propició un crecimiento
industrial (1953-57). Pero agotados los efectos de los créditos concedidos, la inflación se elevó un 15% y
apareció el paro y las huelgas. La respuesta política fue la formación de un nuevo gobierno, con miembros del
Opus Dei ocupando los Ministerios de Hacienda y Comercio, los tecnócratas.

Las medidas liberalizadoras del gobierno tecnócrata en 1959 posibilitó la transformación del sistema
productivo. El Plan de Estabilización ponía fin a la autarquía e iniciaba el desarrollismo. Poniéndose en práctica
medidas para controlar la inflación: reducción de los créditos, supresión de regulaciones y subvenciones,
ajustar los gastos del Estado a los ingresos, y reducir las importaciones al devaluarse la peseta.
La política económica se concretó en los Planes de Desarrollo, tres entre 1962 y 1975, coordinados por la
Comisaría del Plan de Desarrollo dirigida por López Rodó.
Entre 1960-1970 la renta per cápita aumentó en más del doble. El eje de la actividad económica se desplazó
de la agricultura a la industria y en menor grado a los servicios. Se mecanizó el campo, y el exceso de mano de
obra se desvió hacia la industria, iniciando un gran éxodo rural.
La mitad de la producción industrial se concentró en Cataluña, País Vasco y Madrid. Experimentó gran
desarrollo la producción de bienes de consumo (automóviles-SEAT 600), química, siderúrgica y alimentaria.
La balanza comercial se compensó con las divisas procedentes de los emigrantes, el turismo extranjero y la
entrada de capital del exterior.

Los planes de desarrollo no fueron determinantes del crecimiento económico. España aprovechó el ciclo
económico favorable aumentando la exportación de productos y de mano de obra excedente; además logró un
acuerdo preferencial con la CEE (1970).

El crecimiento económico tuvo deficiencias: dependencia del exterior, desequilibrios regionales, inexistencia
de una reforma fiscal, y control del poder económico. Disminuyó desde 1967, hasta la llegada de la crisis
mundial en 1973.

Las transformaciones sociales fueron causadas por el fin del aislamiento y el reconocimiento internacional,
que animó al régimen a tener una apariencia más moderna, promulgando la Ley de Prensa e Imprenta (1966) y
Ley de Libertad religiosa (1967); y el desarrollo económico del nuevo Gobierno de 1957.

El desarrollo económico y el influjo en Europa (turismo), cambiaron hábitos y mentalidades. Produjo un


aumento de la población, consecuencia del incremento de la natalidad (baby boom, 1956-67) y un descenso de
la mortalidad; que unido al desigual reparto de la riqueza intensificaron el proceso migratorio, en el interior
(País Vasco, Cataluña, Valencia y Madrid); y al exterior (Europa y América).
La emigración fue una válvula de escape para el régimen; creó el Instituto de Emigración (1957), y aprobó la
Ley de Ordenación del Emigrante. Más de un millón y medio de españoles emigraron a Europa entre 1960-73.

El tránsito a una economía industrial y de servicios provocó: aumento de las clases medias, disminución de los
jornaleros agrarios y aumento de los obreros industriales y de servicios.
Irrumpió el consumismo (vivienda, automóviles, electrodomésticos), y nuevas aficiones para el ocio: deporte,
radio, televisión, etc. La sanidad mejoró con la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963); la educación da un
objetivo prioritario, aumentó la escolarización, y en 1970 se promulgó la Ley General de Educación; mientras la
Iglesia se transformaba y el papel de la mujer varió y se incorporó al trabajo.

11.3 LA OPOSICIÓN AL FRANQUISMO. CRISIS DEL FRANQUISMO DESDE 1973 HASTA LA MUERTE DE
FRANCO.
La oposición estuvo presente durante toda la dictadura, aunque esta fue aumentando a lo largo de los años.
Hasta 1957 la oposición política sufrió una dura represión. Las primeras manifestaciones de oposición al
régimen fue la monárquica, que reclamaba la restauración borbónica en don Juan de Borbón (Manifiesto de
Lausana 1945); los maquís; la Iglesia, que inició su crítica al régimen con la formación de asociaciones católicas
al finalizar la II Guerra Mundial (HOAC, JOC); las huelgas y protestas universitarias; y reorganización del PCE y
PSOE.

La oposición al régimen fue creciente desde 1959 como consecuencia de los cambios que experimentaba la

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sociedad española, y los frentes de oposición se fueron ampliando:
La oposición social, desde el mundo obrero, proliferando las huelgas laborales. Comisiones Obreras (CCOO)
fue la asociación más activa en la etapa final del franquismo.
▪️La Universidad (FLP). Reivindicando las libertades democráticas, con asociaciones como la FLP; y protestas
de gran magnitud como la de 1965, con catedráticos expulsados como Tierno Galván, García Calvo o López

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Aranguren.
La Iglesia. El Concilio Vaticano II comenzó una separación del régimen, y una actitud crítica liderada por el

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cardenal Enrique Tarancón.
La oposición política, desde el exilio (Congreso del Movimiento Europeo-Múnich 1962 “contubernio
comunista”) destacan el PCE y PSOE que lideraron la Junta Democrática (1974) y la Plataforma de Convergencia
Democrática (1975) respectivamente; junto a partidos nacionalistas (PNV, ERC, CDC) y nuevos como Izquierda

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Democrática.

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El Ejército (UMD) influido y alentado por Portugal y la Revolución de los claveles.

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El terrorismo de ETA, FRAP y GRAPO, que protagonizarían la etapa final del franquismo.
La cultura de oposición y protesta, frente a la oficial. Con figuras como Ana Mª Matute o Molina Folx. La Ley
de Imprenta propició un auge de publicaciones de todas las disciplinas, con una mayor libertad de expresión.

La etapa final del franquismo (1969-75), se caracterizó por un deterioro del régimen paralelo al biológico que
experimentaba Franco.
En julio de 1969, el príncipe Juan Carlos había sido proclamado sucesor en la Jefatura de Estado a título de rey,
jurando lealtad a la Ley de Principios del Movimiento Nacional, y así mantener la dictadura a la muerte de
Franco.

Desde 1969 el régimen agonizaba, y manifestaba un desgaste con el caso Matesa (1969). Caso de corrupción en
el que se vieron implicadas Instituciones Públicas, fue sacado a la luz por ministros independientes y
falangistas, llevó a la formación de un nuevo gabinete más tecnócrata (octubre 1969), con Carrero Blanco como
vicepresidente, y con dos objetivos: mantener la unidad de las fuerzas franquistas e impedir el crecimiento de
la oposición. A partir de aquí, se produjo un enfrentamiento entre inmovilistas (ultrafranquistas-Búnker) y
aperturistas (reformadores).

1973 marcó el inicio de una crisis imparable del franquismo. En julio, Franco renunció a sus funciones de jefe
del Gobierno a favor de Carrero Blanco, Gobierno “duro”, con Carlos Arias Navarro como ministro de
Gobernación y Torcuato Fernández Miranda como vicepresidente; tenía como objetivo sofocar las reformas y
aplastar la oposición.
El 20 de diciembre de 1973 Carrero Blanco muere víctima de un atentado de ETA. Duro golpe al régimen, ya
que aparte de Franco, Carrero era el único capaz de mantener la unión de las familias ideológicas del régimen,
y parecía peligrar la pervivencia del régimen a la muerte de Franco. El régimen no sufrió disturbios graves y
salió airoso gracias a la habilidad del presidente en funciones Fernández Miranda.
Carlos Arias Navarro fue nombrado Jefe de Gobierno, representante de la línea dura, en su gobierno solo había
tres militares y desaparecieron los miembros del Opus Dei. El nuevo gobierno inició su andadura con promesas
aperturistas (espíritu del 12 de febrero), pero las huelgas, protestas obreras y la creciente oposición, llevaron al
búnker del régimen a obligar a Arias Navarro a frenar sus promesas de apertura. En diciembre promulgó la Ley
de Asociaciones Políticas, con tantos impedimentos que solo se podían acoger las diferentes tendencias
franquistas.
Ante los síntomas de descomposición del régimen y escalada de atentados de FRAP y ETA el gobierno aprobó
una nueva Ley Antiterrorista (agosto 1975) que preveía la pena de muerte para delitos terroristas, como
ocurriría el 27 de septiembre de 1975 con la ejecución de activistas de ETA y FRAP, provocando una crisis por la
retirada de embajadores.

En la política exterior el régimen tuvo que hacer frente a dificultades: en 1974 caen dos dictaduras, Portugal y
Grecia, solo España la mantiene; las protestas tras las sentencias de muerte de septiembre de 1975; en octubre
de 1975, Marruecos realiza la marcha verde sobre el Sahara y Arias Navarro cedió la colonia a Marruecos y
Mauritania, olvidando el compromiso de referéndum adquirido con el pueblo marroquí.
En noviembre de 1975 muere Franco, dando fin a una larga dictadura personal, dejando un país en el inicio de
una nueva crisis económica y expectante ante la actuación del nuevo Jefe de Estado, Juan Carlos de Borbón.

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