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CONTRATOS CON PRESTACIONES RECIPROCAS


INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 3
CAPÍTULO I ANTECEDENTES HISTÓRICOS.......................................................................... 4
1. GENERALIZACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN. – ............................................ 4

2. UBICACIÓN DE LA BILATERALIDAD. – ..................................................... 5

2.1 Unilateralidad. – .............................................................................. 6


2.2 Bilateralidad. – ................................................................................. 7
3. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. – ........................................................... 8
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO ............................................................................................ 12
1. DESARROLLO CONCEPTUAL. –.............................................................. 12

2. CONTRATOS CON PRESTACIONES RECÍPROCAS IMPERFECTAS. – ......... 14

3. DESARROLLO DEL TEMA SEGÚN LOS ARTÍCULOS DEL CÓDIGO CIVIL .... 17

1) Excepción de Incumplimiento (artículo 1426) ................................... 17


1) Excepción de la caducidad de plazo. – .............................................. 18
2) Resolución del contrato por incumplimiento .................................... 19
3) Resolución de pleno derecho. – ........................................................ 20
4) Pacto comisorio o clausula resolutoria expresa. –............................. 22
5) Imposibilidad de la prestación sin culpa de los contratantes. –......... 25
6) Prestación imposible por culpa del deudor o del acreedor. – ........... 27
7) Prestación parcialmente imposible ................................................... 28
8) Prestaciones autónomas. – ............................................................... 29
CONCLUSIONES .......................................................................................................................... 32
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................................. 34

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INTRODUCCIÓN

En el presenta trabajo desarrollaremos el tema “Contratos con Prestaciones


Recíprocas”, de este en el primero capitulo desarrollamos la evolución histórica que nos
sirve principalmente para lograr la ubicación de términos usados a través del tiempo tanto
como el término de bilateralidad y contratos sinalagmáticos. Desde la antigua Roma para
llegar a la actualidad en la época de los contratos modernos.

En el segundo capítulo desarrollamos el marco teórico donde primero desarrollamos el


concepto del contrato con prestaciones reciprocas referente a diversos autores y luego
tocamos el tema de los contratos con prestaciones recíprocas imperfectos.

Posteriormente en el mismo capítulo desarrollamos los temas tratados respecto al código


civil profundizando todo el entorno del mismo tema del desarrollo ahondando en las
mismas características y detalles sobre el tema de contratos con prestaciones recíprocas.

Para terminar daremos las conclusiones sobre el tema desarrollado buscando los puntos
importantes y esenciales.

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CAPÍTULO I ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1. GENERALIZACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN. –

Acorde a la legislación peruana conviene el enfoque en el Código Civil

Peruano de 1984 del artículo 1351 que nos menciona “El contrato es el acuerdo

de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica

patrimonial”(Supra, Tomo VII), por lo tanto de este artículo las partes que cabe

resaltar a interés de desarrollar el tema es la necesidad de dos o más partes, aquí

nos menciona en especial para cualquier actuación que genere creación,

regulación, modificación o extinción como actos y el desarrollo de sus voluntades

para generar cualquier alteración.

Por lo tanto, al mencionar un análisis damos cuenta que en cuanto a la

clasificación no existen contratos unilaterales por la actuación de las partes sino

por la calidad de sus prestaciones, que en esencia todos los contratos son actos

jurídicos plurilaterales en cuanto a la existencia de las partes en el mismo

contrato, por consecuencia podemos ver que un acto jurídico plurilateral con

naturaleza patrimonial es un contrato unilateral o bilateral en cuanto refiere a

sus prestaciones; según Manuel del Puente y la Valle: “En la teoría general del

acto jurídico se conoce como acto jurídico bilateral a aquel con dos “partes”,

estas mencionadas partes son el “centro de interés”, pudiendo estar compuesto

cada dentro de interés por una o más personas, que están unidas por un mismo

interés.”(Puente y la Valle,2017, pág.7). De ahí que los que nos tocara ahondar

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en la siguiente sección es su clasificación en cuanto viene a ser las prestaciones

que desarrollaremos subsiguientemente.

Otro punto que es de resaltar que Max Schreiber (2006) afirma: “El contrato o

tiene un contenido jurídico patrimonial o se resuelve siempre en la obligación de

indemnizar los daños y prejuicios. La definición contenida en el artículo 1351 la

relación contractual es exclusivamente patrimonial.”

Este punto es a resaltar debido a que la clasificación que se usa de los contratos

es que estos mismos al momento d su creación van a crear obligaciones las cuales,

por consiguiente, vienen a recaer en las prestaciones que son netamente de carácter

patrimonial por tanto al dar cuenta también a consecuencia del análisis resaltamos

que todos los contratos son actos jurídicos, pero no todos los actos jurídicos son

contratos pues estos deben tener la característica necesaria de ser patrimoniales.

2. UBICACIÓN DE LA BILATERALIDAD. –

En lo referente al Código Civil anterior de 1936 se advierte el contrato bilateral

como antecedente directo del contrato con prestaciones recíprocas por lo cual lo

primero que analizaremos será las precisiones del mismo.

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2.1 Unilateralidad. –

La unilateralidad como ya mencionamos en líneas superiores nos ayuda a

partir del acto jurídico plurilateral con fines patrimoniales, por lo tanto, al

desarrollarlo con precisión nos ayudamos de la teoría general del contrato

donde Manuel del Puente y la Valle dice: “El contrato unilateral es cuando

sólo una de las partes asume una o varias obligaciones en favor de la otra sin

que esta contraiga obligación alguna.” (Puente y la Valle, 2017, pág. 8).

O como menciona Pothier en un análisis al Código de Napoleón: “el

contrato es unilateral cuando una o varias personas están obligadas para con

otra o varias, sin que por parte de estas últimas exista obligación de ello.”

(Pothier, 1947, pág.17).

Punto que cabe recalcar es que según Enneccerus considera una posición

obligacional por lo cual nos referimos que “el contrato es unilateral, o mejor

unilateralmente obligatorio si la situación no se compromete a una prestación

o contrapartida; en la misma clasificación interna de la unilateralidad precisa

que el contrato es rigurosamente unilateral, cuando sólo uno de los

contratantes adquiere un crédito y sólo el otro queda obligado, y no

rigurosamente unilateral cuando, si bien uno de los contratantes es el que

principalmente tiene derechos, cabe también que venga a su cargo una

obligación que, sin embargo no representa la contrapartida o retribución de su

derecho con lo cual parece referirse a los contratos bilaterales imperfectos”

(Enneccerus, 1954, pág.163.).


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Tanto que en el derecho anglosajón nos menciona Corbin, “es unilateral el

contrato cuando consiste en una promesa o grupo de promesas hechas sólo

por una de las partes contratantes.” (Corbin,1952, pág.31). También

Farnsworth menciona que en el “contrato unilateral el oferente hace la

promesa contenida en la oferta y el aceptante ejecuta algún acto como

aceptación.” (Farnsworth,1982, pág.109).

2.2 Bilateralidad. –

La bilateralidad según la teoría general de los contratos es donde el

contrato bilateral es aquél en el cual las dos partes de obligan recíprocamente

entre sí.

Pothier establece que “el contrato es sinalagmático o bilateral cuando los

contratantes se obligan recíprocamente unos para con otros, y es unilateral

cuando los contratantes se obligan recíprocamente unos para otros.” (Pothier,

1947, pág.17).

Enneccerus a fin del análisis obligacional dice “sobre el contrato bilateral,

o más exactamente bilateralmente obligatorio, el contrato por el cual cada uno

de los contratantes se hace prometer una prestación y promete otra a título de

contrapartida de aquella.” (Enneccerus, 1954, pág.163).

En análisis del derecho anglosajón Corbin menciona que el contrato es

bilateral cuando consiste en promesas mutuas hechas a cambio unas de otras

por cada una de las partes contratantes. (Corbin,1952, pág.31). En la misma

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línea nos menciona Farnsworth coincide que en la formación del contrato

bilateral cada parte hace una promesa, piensa que el oferente hace la promesa

contenida en la oferta y el aceptante hace una promesa en cambio como

aceptación. (Farnsworth,1982, pág.109).

3. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. –

Para referirnos al antecedente de los contrato con prestaciones reciprocas

debemos de hablar sobre Gayo que un jurisconsulto de la antigua roma, que habla

con claridad sobre las líneas fundamentales de los contratos bilaterales donde parte

en cuatro los contratos, donde los contratos formales: reales, literales y verbales;

estos van a generar obligaciones para una sola de las parte, en lugar de los

contratos consensuales van hacer perfectas o imperfectas bilateralmente que

generarán obligaciones simétricas y correlativas.

Al no entender los romanos sobre estos contratos bilaterales la relación mutua

que tiene esta con las obligaciones reciprocas, por ello Justiniano codifica el

derecho romano encomendado a eminentes juristas que compilaron las fuentes

romanas, estos teniendo la posibilidad de la variación de los mismos, en

consecuencia trataron en los comentarios de GAYO una inserción que se verá

tratado SINALAGMA; por consecuencia en los Cuerpos Legales de Justiniano se

resuelve a los contratos bilaterales como contratos sinalagmáticos, por lo tanto

sus obligaciones en los contratos bilaterales por ser sinalagmáticos no solo son

simétricas y correlativas, sino reciproco e interdependiente.

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En si al analizar el sinalagma nada tiene que ver con bilateralidad ya que esta

es una expresión corresponde a la palabra latina “contractus”; esta significa

obligarse juntamente o vinculación de dos personas para crear obligaciones. Asi

ligándose al término “contractus” se entendió, que los contratos bilaterales

representan una interdependencia indisoluble de las obligaciones.

Una de las partes contractuales sirve de causa a la obligación de la otra, como

cabe citar a Collin menciona: “en los contratos sinalagmáticos, las obligaciones

recíprocas se sirven mutuamente de causa, es decir de sostén jurídico”.

(Collin,1928, pág.262)

Por lo tanto, en el contrato bilateral no solo hay obligaciones de ambas partes

porque también requieren la reciprocidad entre sí de las mismas obligaciones.

Entonces se advierte un problema donde también existe obligaciones a cargo de

ambas partes, pero al ser autónomas, donde está la existencia de la bilateralidad

por lo cual se reserva la denominación de contratos propiamente bilaterales a los

que generan obligaciones reciprocas al tratarse prestaciones.

Este por consecuencia del Derecho Canónico lo concibe por la buena fe, y al

faltar la buena fe contractual no se merece la tutela del derecho a la

contraprestación, porque el incumplimiento de una parte supone traicionar la

buena fe contractual en las relaciones sinalagmáticas, la bilateralidad tiene que ser

finalista porque subsististe durante toda la vida del contrato. Siendo estos los

auténticos creadores de las obligaciones recíprocas.

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Las ideas elaboradas por el Derecho Canónico en el contrato bilateral:

interdependencia, cambio reciproco de prestaciones, una obligación causa de la

otra en los contratos innominados y consensuales; fueron recogidos por

DOMMAT que confundió los conceptos de reciprocidad, interdependencia y

sinalagmático, luego para POTHIER el contrato bilateral es siempre sinalagmático

y su característica sustancial radica en la reciprocidad considerada como

interdependencia de las obligaciones nacidas del contrato.

Con posterioridad a través de ello en el Código de Napoleón genera una

confusión entre contrato bilateral, contrato sinalagmático e interdependencia de

las obligaciones. Sin embargo, en el Código Civil Francés no afirma el principio

general de la interdependencia en el contrato sinalagmático, aunque admite que da

soluciones que permite deducir su existencia.

En la doctrina germánica a fines del siglo pasado se genera la noción de

atribución patrimonial que esta fue definida por TUHR que nos dice que “todo

negocio en cuya virtud alguien, X procura a otra persona Y, un beneficio

patrimonial” (Tuhr, 1947, pág.57).

Y haciendo análoga la prestación según el concepto dado va englobar la

bilateralidad del concepto de contrato oneroso, donde se obliga el cumplimiento

de reciprocas prestaciones, entendiendo la prestación no como objeto de la

obligación sino como atribución patrimonial.

Se llega a la moderna figura del contrato con prestaciones correspondientes que

se ha cristalizado en el Código Civil Italiano pues es necesario tomar


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consideraciones de esta evolución del contrato bilateral al momento de establecer

la naturaleza de la bilateralidad, a fin de establecer si es conveniente devolver a

este concepto su sentido primitivo y entenderla como simetría o contraposición de

las obligaciones, sin mutua causalidad.

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CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO

1. DESARROLLO CONCEPTUAL. –

Los contratos con prestaciones recíprocas son aquellos en los cual ambas

partes se obligan a ejecutar una prestación en favor de la otra. Cada parte

contratante es a la vez deudora y acreedora de la otra parte, el acreedor es al mismo

tiempo deudor y el deudor es al mismo tiempo acreedor.

La prestación y contraprestación nacen desde el perfeccionamiento del

contrato, además son interdependientes, es decir que, si el acreedor es deudor, es

porque el deudor es acreedor y ello en virtud del mismo contrato. Cada contratante

se obliga frente al otro porque el otro se obliga frente a él (ambas partes se obligan

entre sí).

Estas prestaciones reciprocas son interdependientes, la prestación es causa de

la contraprestación y, al contrario, las ventajas y los sacrificios están

correlacionados, es decir, cada parte contratante es a la vez deudora y acreedora

de la otra.

Por ejemplo, el vendedor es deudor de la entrega del bien vendido y acreedor

del pago del precio y el comprador es deudor del pago del precio y acreedor de la

transferencia de la propiedad del bien. La ausencia de la prestación extingue la

contraprestación por desaparición de su causa, salvo que la ley o el pacto

dispongan lo contrario. Los contratos con prestaciones reciprocas pueden ser

onerosos, esta va ocurrir en la mayoría de casos o también pueden ser gratuitos.

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Según Josserand los contratos recíprocos nos dice: “El contrato sinalagmático

o bilateral se caracteriza por la reciprocidad de los compromisos que dé él se

desprende por desempeñar cada una de las partes el doble papel de acreedor y de

deudor. Así, en la venta, el vendedor es deudor de la cosa vendida y acreedor del

precio, mientras que el comprador es deudor del precio y acreedor de la cosa.

Existe por cierto una cierta maraña de obligaciones que parten de dos puntos

opuestos para entrecruzarse y llegar igualmente a los dos polos de la operación.

(Josserand, 2009, pág. 21).

No siempre hay coherencia entre el contrato oneroso y el contrato con

prestaciones recíprocas, pero con frecuencia los contratos con prestaciones

recíprocas también son onerosos.

El contrato con prestaciones reciprocas supone que ambas partes contratantes

se obligan, en cambio el contrato es con prestación unilateral cuando una sola de

las partes se obliga. De otro lado, el contrato es oneroso cuando hay ventajas y

sacrificios para ambas partes contratantes, y es gratuito cuando las ventajas son

para una de las partes y los sacrificios para la otra viniendo ser el caso de los

contratos gratuitos.

Cuando ambas partes se obligan y a la vez adquieren ventajas y realizan

sacrificios estamos en un contrato con prestaciones recíprocas oneroso, por

ejemplo en la compra venta, vendedor y comprador se obligan, la una a transferir

la propiedad de un bien y la otra a pagar un precio, ambas partes obtienen ventajas

al incorporar a sus patrimonios, el vendedor el dinero que recibe como precio y el

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comprador el bien que compra; ambas partes realizan sacrificios, el vendedor con

el bien que saca de su patrimonio para transferirlo al comprador y este dinero que

pagan concepto de precio al vendedor. En suma, ambas partes se obligan

recíprocamente y se enriquecen y empobrecen recíprocamente.

Torres dice “en cambio, cuando ambas partes contratantes se obligan, pero la

ventaja solo es para una de ellas y los sacrificios para la otra, estamos ante un

contrato con prestaciones recíprocas gratuito, por ejemplo, el comodato.” (Torres,

2016, pág.289).

Roppo nos dice “dentro de la categoría de los contratos se enuclea la más

restringida clase de los contratos con prestaciones reciprocas, sinalagmático o de

intercambio. (Roppo, 2009, pág.410).

2. CONTRATOS CON PRESTACIONES RECÍPROCAS

IMPERFECTAS. –

Los contratos con prestaciones recíprocas imperfectas, también son conocidos

como contratos sinalagmáticos imperfectos o bilaterales imperfectos, es aquello

que, al perfeccionarse como contrato el deudor es una sola de las partes, por ello

es con prestaciones a cargo de una sola de las partes, pero en el curso de

cumplimiento surgen obligaciones también para la otra parte contratante, ahí

deviene un contrato sinalagmático imperfecto, ex post facto. Ejemplo, un contrato

de mandato gratuito, en el que el mandatario es el único obligado para con el

mandante; debe realizar los actos jurídicos de los cuales se ha encargado, sin

contraprestación alguna. Puede suceder, para celebrar los actos jurídicos que se la

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ha encargado, el mandatario debe hacer algunos desembolsos. Es evidente que el

mandante está obligado frente al mandatario a reembolsarle los gastos efectuados

para el desempeño del mandato con los intereses legales desde el día en que fueron

efectuados. De este modo, es posible que, un contrato que al tiempo de la

celebración nacen prestaciones a cargo de una sola de las partes, en el curso de la

ejecución surjan obligaciones a la otra parte contratante, no derivadas del contrato

mismo sino ex post factum de hecho ocurrido después del contrato. El

perfeccionamiento del contrato queda obligado solo una parte y en el trascurso de

esta ejecución la otra parte se convierte a su vez en acreedor, de la otra frente a la

cual está obligado.

En el contrato bilateral imperfecto vamos a estar en presencia de prestaciones que

van a nacer al momento de la celebración del contrato, por ejemplo, la obligación

del mandatario y prestaciones que nacen durante la ejecución del contrato, la

obligación del mandante de reembolsar los gastos hechos por el mandatario para

poder ejecutar el mandatario.

Lo contratos reales (comodato, mutuo, depósito, la prenda) al tiempo de generarse

generan obligaciones para una de las partes (comodatario, mutuario, depositario,

prendario), puede originar luego obligaciones en la otra parte, por tanto, nacen por

una parte perfecta, pero con posterioridad se convierten en imperfectos.

Como expresa Josserand: “contratos sinalagmáticos imperfectos son aquellos que,

aun cuando no engendran por si mismos obligaciones más que un solos lado,

puede, sin embargo, ser fuente indirecta y ocasión de obligaciones que nazcan

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ulterior y consecuentemente por el otro lado, por otro lado, de la otra parte. De

acuerdo con esto el deposito no establece compromiso inicial sino a cargo del

depositario únicamente, obligado a restituir el primer requerimiento la cosa que le

fuera confiada; sin embargo, puede ocurrir que este depositario desembolse dinero

en interés del depositante y con ocasión del depósito con el fin de conservar la

cosa. Lo vemos pues, convertir por ello a su vez en acreedor el depositante, a

consecuencia y colocación del depósito. La misma situación puede reproducirse

en tanto al comodato y la prenda” (Josserand, 2016, p. 25).

Si un contrato unilateral transforma la prestación con posterioridad, no se

considera un contrato con prestaciones reciprocas, debido a que la prestación y la

contraprestación nacen al mismo tiempo de la celebración del contrato.

En un análisis opuesto si esta se transforma en etapa de cumplimiento se

argumenta sosteniendo que las obligaciones eventuales integran la obligación

principal creado originario eventualmente.

Messineo hace mención: “que el contrato sinalagmático imperfecto las dos series

de obligaciones nacen en momentos distintos y en virtud de razones diversas y no

se encuentran en ese nexo lógico de interdependencia que están en los contratos

con prestaciones reciprocas” (Messineo, 1979, p. 415).

Como puntuación final nuestro código civil no regula distinguiendo entre

contratos con prestaciones recíprocas, perfectas e imperfectas.

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3. DESARROLLO DEL TEMA SEGÚN LOS ARTÍCULOS DEL CÓDIGO
CIVIL

1) Excepción de Incumplimiento (artículo 1426)

En los contratos con prestaciones recíprocas en que éstas deban cumplirse

simultáneamente, cada parte tiene el derecho de suspender el cumplimiento de la

prestación a su cargo, hasta que satisfaga la contraprestación o se garantice su

cumplimiento.

Nos menciona De La Puente (2017) que: “(...) en los contratos con

prestaciones recíprocas, la excepción de incumplimiento es el ejercicio de la

facultad que tiene cada parte de suspender legítimamente la prestación debida,

cuando la otra parte exige la ejecución de ella, mientras esta parte no cumple u

ofrece cumplir la contraprestación a su cargo”. (p.42)

La suspensión permitida por el artículo, exige como condiciones ineludibles,

la existencia de prestaciones recíprocas entre las partes; la satisfacción simultánea

de las mismas; la buena fe quien lo invoca; y la falta de cumplimiento simultáneo

del otro contratante.

Como menciona Schreiber (2006): “(...) la excepción no operará en los

contratos con prestaciones plurilaterales autónomas. En el primer caso, porque el

cumplimiento de la prestación puede ser exigido solo a uno de los contratantes, no

existiendo prestación correlativa a cargo de la parte que requiere el cumplimiento.

En el segundo caso; en cambio, porque en este tipo de contratos, la prestación a

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cargo de una de las partes no tiene correlación alguna con las prestaciones a cargo

de los demás, de tal manera que, precisamente, esa independencia de las

prestaciones determina que una parte continúe obligada aunque la otra parte

incumpla su prestación, desde que ningún significado tiene para la existencia de

una prestación el que existan o no prestaciones pendientes de cumplimiento por

parte de los otros contratantes”. (p. 177)

1) Excepción de la caducidad de plazo. –

Artículo 1427: Si después de concluido un contrato con prestaciones recíprocas

sobreviniese el riesgo de que la parte que debe cumplir en segundo lugar no pueda

hacerlo, la que debe efectuar la prestación en primer lugar puede suspender su

ejecución, hasta que aquella satisfaga la que le concierne o garantice su

cumplimiento.

El fundamento de este artículo se encuentra en la seguridad que como se sabe,

es inherente a la contratación y prevé lo que sucedería cuando se produce un

notorio empobrecimiento en el patrimonio de la parte que está obligada a satisfacer

en primer término su prestación.

Relacionado con lo anterior, debemos hablar del riesgo de incumplimiento,

sobre el cual, De La Puente nos menciona: “Puede ocurrir que después de

celebrado el contrato recíproco, pero antes que llegue el momento de ejecución de

la prestación que debe serlo en primer lugar, sobrevenga un riesgo de que la parte

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que debe ejecutar su prestación en segundo lugar no pueda hacerlo

oportunamente.” (p. 73)

En este contrato (...) cada una de las prestaciones descansa en que cada una de

ellas deberá ser ejecutada en su debida oportunidad, o sea una antes que la otra,

pero guardando una secuencia previa y precisamente establecida.

Como menciona Schreiber (2006): “El impedimento para incumplir la

prestación basado en la disminución del patrimonio no ha sido ni podía ser

cuantificado por el Código. Se trata, en suma, de una cuestión de hecho que tendrá

que ser resuelta por el juez que conozca de la causa. Si bien es verdad, por otro

lado, que el desmejoramiento de fortuna ordinariamente se presenta respecto de

prestaciones relacionadas con pago de sumas de dinero, no puede descartarse que

opere también cuando la prestación esté proyectada a bienes o servicios, pues estos

pueden transformarse en efectos de naturaleza pecuniaria. (...) la defensa que

consagra este artículo debe ser plena y no limitada”. (p. 178)

2) Resolución del contrato por incumplimiento

Art. 1428: En los contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las

partes falta al cumplimiento de su prestación, la otra parte puede solicitar el

cumplimiento o la resolución del contrato y, en uno u otro caso, la indemnización

de daños y perjuicios.

A partir de la fecha de la citación con la demanda de resolución, la parte

demandada queda impedida de cumplir su prestación.

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La facultad que da el presente artículo se condiciona a que exista

incumplimiento voluntario del obligado.

Como menciona De La Puente (2017): “La resolución por incumplimiento

está orientada, pues, a que, mediante la acción destinada a privar de eficacia a la

relación jurídica obligacional nacida del contrato recíproco, cese el deber de una

de las partes, de ejecutar la prestación a su cargo en virtud de la inejecución de la

prestación a cargo de la otra parte, por causa distinta de la imposibilidad”. (p. 91)

Debemos tener en cuenta que la resolución del contrato viene a ser una especie de

sanción al deudor que no cumple con su obligación; y a su vez, una solución al

acreedor para poder hacer valer su derecho.

Un punto a resaltar, es el que menciona Schreiber (2006): “(...) cuando la

prestación haya sido casi totalmente satisfecha o el cumplimiento defectuoso sea

de escasa relevancia, el juez podría negarle al actor el derecho a la resolución y

limitarse a exigirle al demandado su cumplimiento (...)”. (p. 180)

Sin embargo, lo mencionado es dudoso, ya que con la propia redacción del

código no hay distinción, y se limita a decir que solo el cumplimiento total de la

prestación produce los efectos del pago.

3) Resolución de pleno derecho. –

Art. 1429: En el caso del artículo 1428 la parte que se perjudica con el

incumplimiento de la otra puede, requerirla mediante carta por vía notarial para

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que satisfaga su prestación, dentro de un plazo no menor de quince días, bajo

apercibimiento de que, en caso contrario, el contrato queda resuelto.

Si la prestación no se cumple dentro del plazo señalado, el contrato se resuelve de

pleno derecho, quedando a cargo del deudor la indemnización de daños y

perjuicios.

Schreiber (2006) menciona: “Nada impide que contractualmente se fije un

plazo de gracia mayor. Pero, por el contrario, no se podrá establecer uno inferior

al legal, ni tampoco renunciarse al ejercicio de este medio de preservación de los

derechos del contratante, pues la norma es imperativa y está basada en el interés

común”. (p. 181)

Por su parte De La Puente menciona a la intimación, y menciona: “La

intimación es un acto jurídico por cuanto el acreedor, declarando tener todavía

interés en el cumplimiento del deudor dentro del plazo fijado en la intimación, se

obliga a no exigir el cumplimiento ni la resolución antes de que finalice dicho

plazo. (...) este acto es unilateral ya que no necesita asentimiento de la otra parte”.

(p. 127)

Es necesario mencionar que, en caso de retardo en la ejecución de la

prestación, ese retardo sólo se convierte en incumplimiento mediante la

constitución en mora (pasado el plazo), por consiguiente; el deudor tiene que haber

sido constituido en mora, lo cual excluye la posibilidad de que el requerimiento

sea realizado antes de vencida la obligación (cuando no hay retardo, ni

constitución en mora ni incumplimiento).


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4) Pacto comisorio o clausula resolutoria expresa. –

Artículo 1430: puede convenirse que el contrato se resuelva cuando una de las

partes no cumple determinada prestación a su cargo, establecida con toda

precisión.

La resolución se produce de pleno derecho cuando la otra parte comunica a la otra

que quiere verse de la cláusula resolutoria.

El pacto comisorio o la cláusula resolutoria expresa es una cláusula del

contrato con prestaciones reciprocas en virtud de la cual se conviene que el

contrato queda resuelto cuando uno o cualquiera de las partes no ejecuta

determinada prestación a su cargo. Sin embargo, la resolución ineficaz cuando la

parte fiel no cumple en tanto que el acreedor no pone en conocimiento del acreedor

que sea hacer efectiva la resolución, caso en el cual esta ópera de pleno derecho.

La cláusula resolutoria expresa un mecanismo resolutorio que ha sido diseñado

para lograr la resolución de un contrato, de manera expeditiva sin necesidad de

recurrir a la vía judicial. El perjudicado comunicara a su contraparte que está

haciendo uso de la cláusula en el contrato que quedara resuelto de pleno derecho.

La cláusula resolutoria es elemento accidental del contrato, debido a que debe

ser pactada para su existencia, en cambio la resolución por cumplimiento es

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elemento natural de todos los contratos con prestaciones recíprocas y se procede

así no se estipule o si se renuncia a ella.

De la Puente nos menciona “que la resolución produce como consecuencia

del incumplimiento previsto en el pacto comisorio, pero que es ineficaz, ósea que

nadie puede valerse de ella, hasta que la parte fiel, mediante su declaración en ese

sentido, le concede su efecto resolutorio, el cual actúa de pleno derecho. La

declaración de la parte fiel, no es, pues, constitutiva de la resolución, sino un

requisito (conditio iuris) para su eficacia.” (De la Puente y la Valle, 2017, pág.

395).

Este es un medio contractual más eficaz para que se logre la ejecución de las

obligaciones, no es necesario que el perjudicado por el incumplimiento recurra al

poder judicial.

Para que la cláusula resolutoria expresa produzca efectos se requiere:

a) El incumplimiento de la prestación establecido con toda precisión que

provocara la resolución, o sea la condición previa.

b) El efecto específico que tiende a producir.

c) La comunicación cursada por el acreedor al deudor de querer valerse a

resolución contenido.

Cuando una clausula resolutoria expresa no contenga una clara formulación del

incumplimiento de la prestación establecida, debe considerarse como destilo, sin

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posibilidad de prueba en contrario, dada la gravísima y excepcional característica

que reviste la resolución de pleno derecho.

Si se estipula claramente en el pacto comisorio que la resolución va producirse

de pleno derecho en caso cualquier incumplimiento de la prestación establecida o

de la contraprestación, tal estipulación va constituir una clausula resolutoria

expresa y va a producir sus efectos.

Los efectos de la declaración dando por resuelto de pleno derecho en contrato son:

a) La resolución del contrato con el conocimiento del acreedor de la comunicación

del deudor que está haciendo valer la cláusula resolutoria expresa.

b) La resolución opera de pleno derecho sin necesidad de la declaración judicial,

va actuar automáticamente.

c) La resolución se produce inmediatamente.

d) La declaración es irrevocable una vez conocida por el deudor.

El deudor puede cumplir la prestación en cuanto no conozca la comunicación

del acreedor para valerse de la cláusula resolutoria expresa, ya que la relación

jurídica obligacional se mantiene vigente.

La resolución por incumplimiento de la prestación en la cláusula resolutoria

expresa, solamente es eficaz cuando la parte que incumple conoce la

comunicación de la otra parte en la que manifiesta su deseo de valerse de dicha

cláusula resolutoria. Para que produzca la resolución del contrato con arreglo

según el artículo del que se habla, se exigen dos requisitos:

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a) el incumplimiento de la prestación establecida con toda precisión en la cláusula

resolutoria expresa y

b) comunicación cursada y conocimiento de la otra parte que incumple.

Si en el lapso de la comunicación la prestación se cumpliese, este cumplimiento

es válido y no hay lugar a la resolución contractual alguna.

La renuncia de la resolución, donde la renuncia al pacto comisorio es un elemento

accidental del contrato, cobra sentido si se efectúa posteriormente a la celebración

del contrato, lo convierte en un contrato normal y corriente.

5) Imposibilidad de la prestación sin culpa de los contratantes. –

Artículo 1431: En los contratos con prestaciones reciprocas, si la prestación a

cargo de una las partes deviene en imposible sin culpa de los contratantes el

contrato queda resuelto de pleno derecho. En este caso, el deudor liberado pierde

derecho a la contraprestación y debe restituir lo que ha recibido. Empero, las

partes pueden convenir en que el riesgo quede a cargo del acreedor.

El articulo regula la imposibilidad de la prestación sin culpa de los contratantes

recogiendo como regla central al riesgo de la perdida de la contraprestación, si la

hubiere, corresponde al deudor de la prestación que ha de venir en imposible, y,

por lo tanto, el contratante que deviene en imposible perderá el derecho a la

contraprestación. Pero, de todas maneras, sufrirá el perjuicio la otra parte, pues

en sede de contrato con prestaciones reciprocas se aplica la regla donde el

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vendedor perderá el derecho al pago de la contraprestación pacta que en este caso

es su precio, aplicable a una prestación cualquier de dar, hacer y no hacer.

En la teoría del riesgo se platea cuál de las partes en la relación obligacional,

ante la pérdida del bien cierto, tiene que asumir el riesgo de la perdida de la

contraprestación, si la hubiere. Se aplica el principio periculum est debitoris a los

casos e perdida del bien por culpa del deudor o sin culpa de las partes y el principio

periculum est creditoris en el caso que sea culpa del acreedor y finalmente e

principio res perit domino cuando se le pierde la cosa o el bien para su dueño en

derechos reales.

Es necesario resaltar que las reglas sobre la teoría del riesgo recogida por el

código civil en materia de obligaciones de dar bienes ciertos, como lo contrato con

prestaciones reciprocas, tienen carácter dispositivo y no imperativo en lo que

respecta la pérdida del bien o imposibilidad de la prestación producida sin culpa

de las partes.

En el caso de a pérdida del o imposibilidad de la prestación por una de las

partes son imperativas las normas cuando hubiese surgido por culpa de las partes

o dolo del deudor en caso podrá pactar algo distinto si se hubiese producido por

culpa leve del deudor.

A cerca de la imposibilidad de la prestación sin culpa de las partes se adopta

la regla periculum est debitoris, se aplica más acorde pero igual es factible que la

partes puedan pactar el principio periculum est creditoris.

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Igualmente sería factible que las partes pactasen una situación intermedia en

la que el riesgo fuera compartido, es decir, el deudor no pierde el integro de la

contraprestación sino una parte de ella, podría ser la mitad.

Sobre este tema, es decir, en relación al pacto contrario del segundo párrafo

que menciona el artículo 1431, caben no solo dos, sino diversas alternativas, todos

ellos dentro de este supuesto del riesgo compartido.

6) Prestación imposible por culpa del deudor o del acreedor. –

Art. 1432: Si la prestación resulta imposible por culpa del deudor, el contrato

queda resuelto de pleno derecho y este no puede exigir la contraprestación y está

sujeto a la indemnización de daños y perjuicios.

Cuando la imposibilidad sea imputable al acreedor, el contrato queda resuelto de

pleno derecho. Sin embargo, dicho acreedor deberá satisfacer la contraprestación,

correspondiéndole los derechos y acciones que hubieran quedado relativos a la

prestación.

De este artículo se pueden deducir dos supuestos: a) que la prestación sea

imposible por culpa del deudor y; b) que la imposibilidad sea imputable al

acreedor.

Schreiber (2007) menciona: “Si la prestación resulta imposible por culpa del

deudor, éste deberá cubrir su responsabilidad de una doble manera: por un lado,

carecerá de derecho para exigir la contraprestación y, adicionalmente, será

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responsable frente a la contraparte por la reparación de los daños y perjuicios que

pudiera haber sufrido”. (p. 184)

El presente artículo determina que, la resolución opera automáticamente, por

ministerio de la ley, sin que sea necesaria declaración alguna, ni del deudor ni del

acreedor.

En el caso de que la culpa sea imputable al deudor (ya sea por dolo, culpa

inexcusable o leve), éste no puede exigir la contraprestación, en cambio, está

sujeto a la indemnización por daños y perjuicios.

7) Prestación parcialmente imposible

Art. 1433: Las reglas de los artículos 1431 y 1432 son aplicables cuando el

cumplimiento de la prestación se hace parcialmente imposible, a menos que el

acreedor manifieste al deudor su conformidad para el cumplimiento parcial, en

cuyo caso debe efectuarse una reducción proporcional en la contraprestación

debida.

El contrato se resuelve cuando no sea posible la reducción.

En este artículo lo importante es que la resolución se produzca también

cuando la imposibilidad sobrevenida no impida que se cumpla la prestación en

forma parcial.

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De esto tenemos tres supuestos: a) Imposibilidad parcial no imputable a las

partes, b) Imposibilidad parcial imputable al deudor y; c) Imposibilidad parcial

imputable al acreedor.

● De La Puente menciona (2017): “Si es imposibilidad es sin culpa de

las partes se hará uso del principio periculum est debitoris, o sea que el deudor

parcialmente liberado de la prestación a su cargo perderá el derecho a la

contraprestación, correspondiendo al deudor los derechos y acciones que pueda

originar el deterioro del bien. En el caso de la imposibilidad parcial por culpa del

deudor se seguirá aplicando el principio anterior, pero con respecto a la

contraprestación será solamente en forma parcial; y en el caso de la

imposibilidad parcial por culpa del acreedor, no procede la resolución de pleno

derecho si el acreedor manifiesta al deudor su conformidad para el cumplimiento

parcial, en cuyo caso debe efectuarse una reducción proporcional en la

contraprestación debida.” (p. 182-183)

Ya para concluir se debe mencionar que, si no se puede lograr la reducción,

el contrato se resuelve.

8) Prestaciones autónomas. –

Art. 1434: En los contratos plurilaterales con prestaciones autónoma, la

imposibilidad sobreviene de cumplir la prestación por una de las partes no

determina la resolución del contrato respecto de las otras, a menos que la

prestación incumplida se considere esencial, de acuerdo con las circunstancias.

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En los casos de incumplimiento, las otras partes pueden optar por resolver el

vínculo respecto del que hubiese incumplido o exigir su cumplimiento”.

Para entender bien este punto, debemos tener en cuenta que el contrato

autónomo se da cuando varias partes quedan obligadas, pero que las prestaciones

que les corresponda ejecutar no son recíprocas entre sí; por lo tanto, cada una de

las partes quedan obligadas, pero las prestaciones que les corresponda ejecutar no

son recíprocas entre sí.

Schreiber (2006) menciona: “El artículo 1434 descarta la resolución cuando

se presenta el caso de una imposibilidad sobreviniente de uno de los contratantes,

en lo que concierne a su prestación. Así, el contrato de sociedad permanecerá

vigente, aun cuando uno de los socios no cumpla con entregar la suma de dinero

que se comprometió aportar y los restantes socios tendrán derecho a escoger entre

la resolución parcial del contrato respecto de quien incumpla o la ejecución de

este”. (p. 186)

La justificación a lo mencionado es que las prestaciones no son recíprocas,

pues la prestación a cargo de una parte no recibe una contraprestación de la otra

parte, ya que las prestaciones están destinadas a satisfacer un fin común.

De la Puente (2017) menciona: “(...) en los casos de incumplimiento, las otras

partes pueden optar por resolver el vínculo respecto del que hubiese incumplido o

exigir su cumplimiento.” (p. 190)

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Aun cuando se deje sin efecto el vínculo que une a las otras partes con el

incumplidor como en el de exigir el cumplimiento de la prestación a cargo de éste,

puede solicitarse la indemnización de daños y perjuicios.

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CONCLUSIONES

1. El contrato es sinalagmático o bilateral cuando los contratantes se obligan

recíprocamente unos para con otros, y es unilateral cuando los contratantes se

obligan recíprocamente unos para otros.

2. La prestación y contraprestación nacen desde el perfeccionamiento del contrato,

además son interdependientes, es decir que, si el acreedor es deudor, es porque el

deudor es acreedor y ello en virtud del mismo contrato.

3. Los contratos con prestaciones recíprocas son aquellos en los cual ambas partes

se obligan a ejecutar una prestación en favor de la otra. Cada parte contratante es

a la vez deudora y acreedora de la otra parte, el acreedor es al mismo tiempo

deudor y el deudor es al mismo tiempo acreedor.

4. Los contratos con prestaciones recíprocas imperfectas, también son conocidos

como contratos sinalagmáticos imperfectos o bilaterales imperfectos, son aquellos

que, al perfeccionarse como contrato el deudor es una sola de las partes, por ello

es con prestaciones a cargo de una sola de las partes, pero en el curso de

cumplimiento surgen obligaciones también para la otra parte contratante,

5. En los contratos con prestaciones recíprocas en que éstas deban cumplirse

simultáneamente, cada parte tiene el derecho de suspender el cumplimiento de la

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prestación a su cargo, hasta que satisfaga la contraprestación o se garantice su

cumplimiento.

6. En los contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las partes falta al

cumplimiento de su prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o la

resolución del contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de daños y

perjuicios.

7. La parte que se perjudica con el incumplimiento de la otra puede, requerirla

mediante carta por vía notarial para que satisfaga su prestación, dentro de un plazo

no menor de quince días, bajo apercibimiento de que, en caso contrario, el contrato

queda resuelto.

8. Puede convenirse que el contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple

determinada prestación a su cargo, establecida con toda precisión.

9. Si la prestación resulta imposible por culpa del deudor, el contrato queda resuelto

de pleno derecho y este no puede exigir la contraprestación y está sujeto a la

indemnización de daños y perjuicios.

10. El contrato autónomo se da cuando varias partes quedan obligadas, pero que las

prestaciones que les corresponda ejecutar no son recíprocas entre sí; por lo tanto,

cada una de las partes quedan obligadas, pero las prestaciones que les corresponda

ejecutar no son recíprocas entre sí.

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BIBLIOGRAFÍA

1. VARIOS AUTORES (2008): Código Civil Comentado por los 100 mejores
especialistas, Tomo VII, Gaceta Jurídica, Lima-Perú.

2. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (2017): El contrato en general, tomo


II, Palestra Editores, Lima- Perú.

3. ROPPO, Vicenzo ( 2001): El contrato, Gaceta Juridica, Lima-Perú.

4. SCHREIBER PEZET, Max Arias (2006): Exégesis del codigo civil peruano de
1984, Tomo I, Gaceta Juridica, Lima-Perú

5. TORRES VÁSQUEZ, Anibal (2016): Teoría general del contrato, Tomo I,


Instituto Pacífico, Lima-Perú.

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