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El traumatismo, o lesión, se define como la alteración celular causada por el intercambio de energía
del entorno que supera la resistencia del organismo y que se complica por la muerte celular
secundaria a isquemia/reperfusión
La atención traumatológica prehospitalaria implica intervenciones para salvar vidas y soporte vital
básico en el campo por parte de servicios médicos de emergencia, al mismo tiempo que se
proporciona transporte rápido al hospital apropiado más cercano. En el hospital, la evaluación de
los pacientes traumatizados comienza con una encuesta primaria en el que se identifican y tratan
condiciones potencialmente mortales utilizando el enfoque secuencial ABCDE. Una vez estabilizado
el paciente, se realiza el examen secundario, que implica una historia clínica y un examen físico
completos, así como pruebas de diagnóstico para identificar otras lesiones. La encuesta terciaria se
realiza dentro de las 24 horas posteriores a la presentación para identificar lesiones no detectadas.
Valoración primaria
A vía aérea y estabilización de columna
Identificar y tratar la obstrucción de las vías respiratorias (p. ej.,
debido a sangre, lesión directa, edema) y/o la pérdida de reflejos
protectores de las vías respiratorias (p. ej., debido a alteraciones
de la conciencia o coma), mientras se previenen más lesiones de
la columna
B Respiración y ventilación
Identificar y tratar lesiones torácicas, por ejemplo, neumotórax a tensión, neumotórax abierto,
hemotórax masivo, tórax inestable y lesiones traqueobronquiales
Proporcione apoyo hemodinámico inmediato y medidas hemostáticas mientras identifica las fuentes
de sangrado, por ejemplo, hemorragia externa, cavidad torácica, cavidad abdominal, muslos,
espacio retroperitoneal
Medidas hemostáticas: Un conjunto de técnicas para detener el sangrado. Las medidas principales
incluyen aplicar presión, tapar heridas más profundas e interrumpir el flujo sanguíneo con un
torniquete. Otras medidas incluyen hemostasia farmacológica con antifibrinolíticos o agentes
hemostáticos aplicados localmente (p. ej., epinefrina o fibrina), hemostasia quirúrgica con
coagulación o ligadura térmica (p. ej., con suturas o clips) y métodos intervencionistas como la
embolización angiográfica.
• Coloque dos vías intravenosas de gran calibre (al menos calibre 18).
• Considere el acceso intraóseo si no se puede obtener una vía intravenosa periférica.
• Administrar 1 litro de bolo de cristaloides isotónicos calentados.
• Si no responde al líquido intravenoso, proceda a la transfusión de sangre.
Localizar la hemorragia
• p. ej., inserción de un tubo torácico para el neumotórax a tensión, ventana pericárdica para
el taponamiento cardíaco
La alteración del estado mental es indicación para realizar revaloración inmediata al término del ABC
ya que los cambios sutiles en el estado mental pueden ser efecto de hipoxia, hipercarbia o
hipovolemia o bien signo temprano de hipertensión intracraneal
Complementos de diagnostico
Considere los siguientes estudios durante la encuesta primaria si es probable que afecten la gestión
inmediata
• Radiografía de pecho
• Radiografía pélvica portátil
• FAST
• Lavado peritoneal diagnóstico
El traumatismo supone el “primer golpe” para el organismo, el cual produce una lesión tisular inicial
inespecífica que produce daño endotelial (con adherencia de leucocitos polimorfonucleares a los
vasos sanguíneos, liberación de radicales libres y proteasas, aumento de la permeabilidad vascular
y edema intersticial) activación el complemento y de la cascada de coagulación, liberación de DNA,
RNA, células y sus fragmentos, y diferentes moléculas que forman en conjunto lo que se llama el
“molde molecular de peligro”
Se liberan interleuquinas proinflamatorias (IL 1,6, 10 y 18…) como respuesta del sistema
inmunológico frente al daño tisular, que junto con los mediadores y muerte celular producidos
directamente del daño tisular, dan lugar a una disfunción de la mayoría de órganos y sistemas
(pulmón, SNC, musculo-esquelético, homeostasis…), formando en su conjunto el Síndrome de
Respuesta Sistémica Inflamatoria (SIRS), que se evidencia clínicamente como hipoxia, stress,
hipotensión, Insuficiencia Renal, propensión a la infección, y que puede evolucionar, si no se corrige
correctamente, hacia un Fallo Multiorgánico, de elevada mortalidad. De entre las interleuquinas
proinflamatorias, la IL-6 es la más específica para los politraumatizados y permanece elevada
durante más de 5 días. La acción de la IL-6 es fundamentalmente activar a los leucocitos. El TNF
aumenta la permeabilidad capilar y favorece la migración tisular de neutrófilos. Paralelamente, se
activan y secretan las citoquinas antiinflamatorias. Cuando la secreción de las IL proinflamatorias
excede a las antiinflamatorias, aparece el cuadro de SIRS. Mientras que si predominan las
antiinflamatorias sobre las proinflamatorias aparece un cuadro inmunosupresor que favorece el
desarrollo de infección y sepsis. Cuando están equilibradas ambos tipos de IL, ni se producirá un SIRS
ni un cuadro inmunosupresor.