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Politraumatismo
El paciente politraumatizado es aquel que presenta lesiones a consecuencia de
un traumatismo que afectan a dos o más órganos, o bien aquel que presenta al
menos una lesión que pone en peligro su vida.
ABCDE
- AIRWAY: vías aéreas y estabilización de la columna cervical.
- BREATHING: respiración, ventilación y oxigenación.
- CIRCULACIÓN: circulación.
- DISABILITY: estado neurológico.
- EXPOSURE: exposición del paciente, prevenir hipotermia.
Vías aéreas
Descartar obstrucción (lengua, sangre, vómito, pieza dentaria, fractura facial, etc.).
Ventilación
Inspección del tórax, palpación de crepitación, fracturas.
Percusión
Auscultación
Problemas posibles por:
- Neumotórax
- Hemotórax
- Parénquima pulmonar (contusión).
- Taponamiento cardíaco.
Circulación
Valoración de la perfusión periférica
- Nivel de consciencia
- Color
- Temperatura
Valoración de la volemia
- FC, pulso, llenado capilar, PA
Valoración neurológica
- Escala de Glasgow (saber)
- Tamaño y reactividad pupilar
- Disminución de la conciencia relacionada con la oxigenación o perfusión
cerebral
Exposición
- Desvestir completamente al paciente para facilitar el examen.
- Se debe evitar la hipotermia, teniendo en cuenta que lo más importante es
mantener la temperatura del paciente.
- Dispositivos externos. Mantas térmicas.
ATENCIÓN HOSPITALARIA INICIAL
- Debe considerarse que todo traumatizado grave se deteriora
progresivamente, y por ende, las maniobras salvadoras de vida deben
realizarse antes de que se alcance un conocimiento definitivo de la
patología de base.
- Es decir que la filosofía de esta fase del manejo de un traumatizado es
contar con un plan de acción rígido que permita cubrir las situaciones que
ponen en peligro la vida.
- Para el médico, el momento de pensar y reflexionar no es cuando se
enfrenta al traumatizado grave. Si se desea salvar a estos pacientes se
debe actuar en forma rápida y refleja.
- La primera es el examen del paciente con el fin de reevaluar las conductas
de la etapa prehospitalaria.
- Nuevamente los objetivos principales son: asegurar una vía aérea
permeable con protección de la columna cervical, ventilar y oxigenar
al paciente, y controlar la hemorragia y el estado de circulación.
- La hipotensión al ingreso puede ser secundaria a una hemorragia externa
o interna, o a un shock sin hemorragia (neumotórax hipertensivo,
taponamiento cardíaco, disfunción miocárdica, lesión medular). En caso de
hemorragia, el número de vías venosas dependerá del estado del paciente.
- Como promedio, los pacientes graves requieren 4 líneas venosas. Una vez
que se han conseguido dos, se comienza con los procedimientos
diagnósticos urgentes y otros integrantes del equipo consiguen las
restantes.
- Se deben administrar, lo más rápidamente posible, 1000 ml de
cristaloides. La reposición ulterior dependerá de la respuesta inicial, que
puede ser rápida, transitoria o nula.
Clínica
- La clínica de la lesión duodenal frecuentemente se encuentra enmascarada
por el hemoperitoneo o las lesiones asociadas, sobre todo en los
traumatismos penetrantes, donde el diagnóstico suele realizarse durante la
laparotomía.
- En traumatismos cerrados, el médico debe mantener un alto índice de
sospecha e indagar la mayor cantidad de detalles sobre el accidente, tales
como el estado del vehículo y la cabina, la dirección del impacto, la
deformidad del volante, o las caídas de alturas que pueden acompañar a
este tipo de lesión .
- La ubicación retroperitoneal hace que la aparición de síntomas abdominales
sea muchas veces tardía, y se ha descripto en ocasiones un dolor testicular
intenso y priapismo que se explicarán por la irritación de los nervios
gonadales. Un sangrado persistente por la sonda nasogástrica puede ser el
único signo de sospecha al comienzo.
Diagnóstico
- La tomografía computada con contraste oral y endovenoso es el método
más sensible para el diagnóstico de lesión del duodeno y órganos
retroperitoneales.
- Permite visualizar laceraciones, fugas del material del contraste y
hematomas parietales, así como la presencia de lesiones de otros órganos.
- Sólo puede efectuarse en pacientes hemodinámicamente estables.
Conducta
- En las formas contusas no perforantes, con hematomas intramurales
pequeños o moderados y sin lesiones asociadas de indicación quirúrgica,
puede implementarse una conducta expectante con reposo digestivo y
descompresión por sonda nasogástrica.
- En las lesiones perforantes, los procedimientos varían desde la simple
sutura del defecto en los casos leves, pasando por las anastomosis
duodenoyeyunal, entre otras.
Complicaciones
- La más temida es la fístula duodenal y la consiguiente sepsis, que obliga a
la inmediata reintervención para su cierre o drenaje adecuado.
TRAUMA DE INTESTINO DELGADO, COLON, RECTO Y ANO
- Las lesiones intestinales representan un grave problema debido a la alta
morbimortalidad por las complicaciones sépticas.
- En su mayor parte son debidas a heridas penetrantes, y las inadvertidas
siguen siendo una causa frecuente de muerte evitable.
- Pueden ser clasificadas según el mecanismo de producción y las
características del agente traumático.
Diagnóstico
- En los traumatismos cerrados las manifestaciones clínicas más importantes
son dolor abdominal espontáneo, defensa muscular con reacción peritoneal
y ausencia de ruidos hidroaéreos.
- El cuadro clínico es similar en las formas penetrantes aunque en ocasiones
se agrega evisceración.
- En la modalidad intraluminal la aparición de dolor abdominal brusco junto a
la visualización de la perforación por el endoscopio son determinantes.
- En la perforación por enclavamiento de espinas de pescado o fragmentos
de huesos el dolor y los signos de irritación peritoneal son progresivos.
- La lesión anorrectocolónica por empalamiento se puede sospechar por
proctorragia y dolor abdominal o anal, y fisuras en la mucosa esfinteriana.
- La ecografía tiene alta sensibilidad para el diagnóstico de líquido libre en
cavidad (98 %), pero es baja (48 %) para el diagnóstico de lesión de víscera
hueca.
Tratamiento
- Intestino delgado: Si la lesión es por una herida penetrante por arma
blanca, salvo que exista compromiso vascular mesentérico, la sutura simple
suele ser la conducta adecuada. En las heridas por arma de fuego o
múltiples debe realizarse una prolija exploración e identificación de todas
ellas, para luego decidir si conviene efectuar la reparación individual o la
resección segmentaria de la zona afectada.
- Colon: La conducta varía según la etiología, características de la lesión,
tiempo transcurrido y grado de contaminación. De esta manera se puede
realizar una simple sutura (herida de arma blanca, bordes netos, mínima
demora y sin contaminación), una sutura con colostomía proximal de
protección, o también la exteriorización de la porción del colon afectado,
transformando la lesión en una colostomía, e incluso colectomías con
anastomosis o no.
- Recto y ano: Se debe intentar reparar la lesión por vía abdominal o
transanal, con el agregado de colostomía proximal de protección y un
amplio drenaje de la zona perineal por el peligro de celulitis retroperitoneal.
En el caso de cuerpos extraños endoluminales, la simple extracción
endoscópica está indicada cuando no exista perforación parietal.
TRAUMA RENAL
- Las lesiones renales y de las vías urinarias están presentes en el 10 % de
las laparotomías por traumatismos abdominales.
- El riñón es un órgano bien protegido, ya que está situado entre las vísceras
abdominales por delante, fuertes músculos como el psoas y el cuadrado
lumbar por detrás, y la parte inferior de la caja costal hacia afuera.
- Por todo esto se interfiere que para producirse una lesión renal el trauma
debe ser de magnitud y generalmente irá acompañado de lesiones en otros
órganos, sobre todo cuando el impacto es en las caras anterior y lateral.
Clínica
- Ante la presencia de hematuria, historia de traumatismo cerrado violento
(sobre todo dorsolumbar), equimosis, edema o excoriaciones en partes
blandas de los flancos, fracturas de costillas inferiores o vértebras lumbares
superiores, se deben utilizar métodos complementarios para descartar la
lesión renal.
Diagnóstico
- La ecografía puede mostrar hematomas intrarrenales, colección líquida
perirrenal, fractura renal o patologías preexistentes (agenesia unilateral,
hidronefrosis, quistes, tumores, etc.).
- Una ecografía normal no descarta la lesión renal severa, ya que no refleja
el funcionamiento del riñón ni detecta la trombosis vascular renal.
- La radiología comienza con el urograma excretor, que puede mostrar la
falta de funcionalidad de un riñón, debido a una interrupción pedicular o un
estallido renal.
- TAC de abdomen con contraste.
Indicación quirúrgica
1. La lesión renal es diagnosticada como única lesión en un traumatismo
cerrado. Según el caso, se puede optar por una conducta conservadora o
por la exploración quirúrgica. La conducta conservadora está indicada en
las laceraciones menores y pequeñas extravasaciones subcapsulares,
siempre y cuando el paciente se mantenga compensado y no disminuya
marcadamente el hematocrito con el correr de las horas.
2. La lesión renal es diagnosticada junto a otras lesiones por
traumatismo cerrado. Se toma en cuenta lo anterior y el tipo de lesión
asociada, aunque por lo general la cirugía está indicada.
3. La lesión renal es por herida penetrante. Aunque la lesión sea menor,
siempre debe explorarse.
4. La lesión renal es diagnostica durante el acto quirúrgico. Si lo que se
encuentra es un hematoma retroperitoneal, éste debe ser explorado cuando
es pulsátil o expansivo, cuando es de gran tamaño y sin límites precisos, y
en todos los casos en que la herida sea de origen penetrante.