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ORIENTACIÓN PSICOLOGICA Y PSICOTERAPIA

a pesar de que un estudio diagnóstico puede interferir de alguna manera en el


proceso de orientación psicológica, en estos casos se aconseja c o n . mucha fuerza.
Podemos resumir estos criterios diciendo que con frecuencia el tratamiento por
medio de entrevistas puede comenzar ya a partir de la primera visita, sin un diag-
nóstico previo del caso, y que esta manera de proceder está plenamente justificada
si el orientador se mantiene alerta para detectar los aspectos fundamentales del
cuadro tal y c o m o se revelan durante la entrevista inicial. En otros casos-se acon-
seja un estudio diagnóstico exhaustivo antes de elegir el m o d o de tratamiento que
parezca más eficaz. En todo ello, no se debe perder de vista que lo importante
es el desarrollo y la maduración del cliente y que los instrumentos para el trata-
miento clínico se deben elegir teniendo presente este hecho fundamental. Si el
orientador hace la historia clínica, debe ser porque crea que es el método más
4. LA C R E A C I Ó N DE LA R E L A C I Ó N TERAPEUTICA
aconsejable para ayudar a su cliente a alcanzar una adaptación normal. Si, por el
contrario, rehusa hacerla, debe ser por la misma razón, es decir, porque promueva
Gran parte de la ayuda psicológica bien intencionada no tiene éxito porque
con más facilidad el proceso de, maduración del cliente procediendo inmediata-
nunca llega a establecer una relación terapéutica adecuada. C o n frecuencia los
mente a su tratamiento y evitando las simplificaciones desafortunadas de un estudio
orientadores y terapeutas no tienen una noción clara de c ó m o debería ser dicha
detallado de su historia clínica. '
relación y, p o r consiguiente, sus esfuerzos son vagos e imprecisos en cuanto a
H e m o s expuesto el tema en sus términos más extremos. No es cuestión de si su dirección y a sus resultados. Se debe conceder mucha más atención a la relación
el orientador debe poseer información acerca del cliente o debe permanecer igno- interpersonal, tan delicada, que nace entre el terapeuta y él cliente, el orientador
rante de ella, se trata de si está concediendo una mayor importancia a la obtención y el orientado.
de información que a otras cuestiones. En el auténtico proceso de orientación
psicológica, el individuo es más apto para revelar genuinamente las fuerzas p r o m o -
toras de sus experiencias y sus hábitos de conducta vitales que en un proceso
formal de reproducción de datos para una historia clínica. De este m o d o el orien- La orientación psicológica como relación única
tador gradualmente se va dando cuenta de las secuencias importantes de los hechos
a pesar de que existan lagunas en su conocimiento de los datos externos y super- Quizá la mejor manera de comenzar la reflexión sobre este tema sea explicar
ficiales de la vida del cliente. lo que la relación de orientación psicológica no es. Refiriéndonos a la terapia, en
su sentido más genuino, p o d e m o s hacer una serie de afirmaciones negativas. JLa
relación terapéutica no es, por ejemplo, una relación paterno-filial, c o n los lazos
afectivos profundos que lleva consigo, la dependencia que la caracteriza, por un
Síntesis
lado, y la aceptación de un papel autoritario y responsable, por otro. El vínculo
paterno-filial tiene una connotación de permanencia y dedicación que no fotma
En cualquiera de los casos, bien sea que el cliente venga por decisión propia parte del proceso terapéutico.
o porque se le ha enviado, el orientador necesariamente comienza a formular, desde Del mismo m o d o , la relación terapéutica no es c o m o la de amigo a amigo.
su primer encuentro con el sujeto, na serie de decisiones acerca del m é t o d o de En este caso la característica más saliente es la completa igualdad: la comprensión
tratamiento más adecuado y promen.dor. Si analizamos con cuidado los elementos mutua, el dar y recibir. T a m p o c o sería la relación típica profesor-alumno, con sus
que forman parte de estas decisiones, nos encontramos con que p o d e m o s establecer implicaciones de superior a inferior, la suposición de que uno debe enseñar y otro
unos criterios por medio de los cuales lleguen a tomarse de una manera más aprender y la confianza total en un proceso intelectual. La terapia tampoco se
inteligente. Es frecuente que se llegue a ellas exclusivamente c o n la evidencia basa en una relación médico-paciente, caracterizada por el diagnóstico experto y
obtenida en el encuentro inicial con el cliente sin un diagnóstico completo y sin el consejo lleno de autoridad por parte del médico, con la aceptación sumisa
necesidad de una historia clínica exhaustiva. En este capítulo hemos analizado y dependiente p o r parte del paciente. Podríamos extender esta lista c o n multitud
los criterios que aconsejan la orientación psicológica c o m o el mejor m é t o d o , los de ejemplos, tales c o m o la relación entre colegas, que nunca llegaría a ser una
que indican que se lleve a cabo una terapia con padres e hijos p o r separado, y relación terapéutica a pesar de que tenga algunos elementos en c o m ú n . T a m p o c o
las contraindicaciones a la terapia directa que aconsejan, por el contrario, con- lo sería la que se da entre un líder y un seguidor, ni entre un párroco y un
centrar el esfuerzo en el tratamiento a través del entorno. parroquiano.
Resumiendo, la relación terapéutica representa un m o d o de interacción social
distinto de cualquiera de los que el cliente haya experimentado hasta entonces.
Con frecuencia gran parte de las. primeras visitas se dedican a la comprensión e

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ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA Y PSICOTERAPIA LA CREACIÓN DE LA RELACIÓN TERAPÉUTICA

intento de establecer dicha relación humana única de esta circunstancia. 'El orien- cribir no hará de él más que un simple pretencioso. Sería mejor que admi-
tador debe ser consciente de ello si quiere controlar la situación eficazmente. tiese abiertamente el hecho de que se encuentra emocionalmente afectado, pero
A pesar de que la relación terapéutica se describe c o m o diferente de la mayor gire c o n t r o l » ' este sentimiento por el bien" del paciente. Así, evitará el extremo
parte en nuestras relaciones ordinarias, esto no significa que la orientación psico- opuesto, que ilustramos con el caso de una niña de o c h o , años rechazada y aban-
lógica, tal y c o m o se da en la actualidad, siempre satisfaga esta definición. Algunas donada, en cuya primera entrevista ocurrió lo siguiente:
veces por error, otras por maneras de ser de los terapeutas y orientadores, su
actitud hacia el cliente queda estructurada según algunos de los m o d o s que le son Mientras la niña juega tímidamente y sin un fin concreto, el orientador
familiares. Quizá sea el psicoanálisis freudiano el que haya subrayado más cons- le dijo: «Esther, ¿te gustaría saber una c o s a ? » . Esther mostró interés y el
cientemente que el psicoanalista adopta un rol parental en la psicoterapia. Un orientador le dijo: « M e gustas». A Esther le complació esto; M i r ó por la
escritor dijo que el analista «se convierte inmediatamente en la figura vicaria de ventana, se dio cuenta de que había algunos hombres andando a lo lejos y res-
uno de los padres. Así, representa el padre o el confesor al que se le debe contar p o n d i ó : « ¿ S a b e dónde trabaja mi t í o ? » .
sin miedo de ser castigado o recriminado, el padre comprensivo que no se asusta
ni muestra resentimiento aun en presencia de hechos inenarrables» Quizá sea En este caso el orientador intenta imponer a la niña una relación afectiva
conveniente analizar más adelante si el jugar este rol parental es uno de los ele- para la que ella no está preparada y que probablemente tampoco podrá resolver
mentos que hacen que el análisis freudiano sea tan notoriamente largo. 3
positivamente . La actitud más sabia de un terapeuta es evitar los extremos de
Otros orientadores planean conscientemente asumir la función de profesor, frialdad o de demasiada implicación afectiva, crear un clima caracterizado p o r
mientras que otros subrayan el hecho de que son los amigos de sus orientados. la cordialidad, el interés y la apertura y controlar decididamente los vínculos
En la práctica, cualquiera de las relaciones típicas que existen en la vida ocurren afectivos que puedan surgir. Más adelante diremos c ó m o se pueden establecer
en las relaciones terapéuticas. Sin embargo, tales ejemplos no caracterizan la te- estos límites en la situación de entrevista.
rapia más auténtica. La_ segunda característica de la relación terapéutica es la permisividad en lo
q u e _ c o n d e r n e ~ á la expresión..de..s.entimientos'.'~Aceptando todas las expresiones,
sin mostrar una actitud moralista o de enjuiciamiento, mostrando una compren-
Aspectos básicos de la relación terapéutica sión que se hace presente durante todo el proceso, el cliente llega a darse cuenta
de cjue .puede, expresar todo tipo de sentimientos y actitudes. Ninguna actitud es
Después de esta descripción de la relación terapéutica en términos negativos, demasiado agresiva, ningún sentimiento demasiado culpable o vergonzoso c o m o
¿ c ó m o podríamos caracterizarla en términos positivos y definidos? ¿ C ó m o diría- para que no se pueda expresar abiertamente. El o d i o hacia el padre, los senti-
mos lo que es en vez de lo que no es? Parece haber por lo menos cuatro cqndí,-. mientos conflictivos provocados por impulsos sexuales, el remordimiento de los
d o n e s claras que caracterizan el ambiente terapéutico más conducente al éxito. actos pasados, la desgana para acudir a la entrevista, el antagonismo o resenti-
Las describiremos teniendo c o m o punto de partida el clima que el orientador miento hacia el terapeuta, se diferencian claramente de cualquier otro tipo de
intenta crear. relación de la vida ordinaria. Se brinda un espacio donde el cliente puede traer
todos los impulsos prohibidos y las actitudes silenciadas que complican su vida,
Primeramente debe existir, por parte del orientador, una apertura y una actitud
aVirse liberando de las inhibiciones que no se lo hacían posible. A pesar de que
acogedor» que hagan posible la armonía que gradualmente conduzca a una rela-
existe una completa libertad para expresar los sentimientos, existen también unos
ción afectiva más profunda. Desde el punto de vista del orientador, sin embargo,
límites claros en la actuación durante la entrevista, lo cual ayuda a proporcionar
es una relación controlada, un lazo afectivo con unos límites definidos. Se mani-
una estructura .en la que el cliente puede alcanzar la captación intuitiva de sí
fiesta en un interés auténtico por el cliente y una aceptación de él c o m o persona.
mismo. Las limitaciones de la terapia constituyen el tercer aspecto importante^ del
El orientador reconoce abiertamente que se siente implicado afectivamente en la
proceso." Por ejemplo, el problema del tiempo. El cliente "es ITBré de mantene.r
relación. No intenta parecer sobrehumano y estar por encima de esta posibilidad,
l i n a cita o no, llegar a tiempo o llegar tarde, perder la hora en conversaciones
sin embargo es lo suficientemente sensible a las necesidades del cliente c o m o para
intranscendentes ocultando sus problemas o utilizarla constructivamente. Existe
controlar sus propias identificaciones con el fin de servir mejor a la persona que
una limitación, sin embargo, y es que no es libre de controlar al orientador y
está ayudando. Por lo mismo evita la actitud expresada en la siguiente descripción
ganar tiempo aunque emplee muchos subterfugios. No es infrecuente que el cliente
de su analista: « E l paciente se implic? afectivamente con el analista y el analista
espere hasta el último momento de la visita... para ..'sacar ;'a ^olatíón_.aljgdn_asunto
intenta considerar al paciente con el mínimo grado de emoción. El analista debe
presentarse psicológicamente fuerte, muy justo y comprensivo de la debilidad
2
humana» El buen orientador reconocerá que la actitud que acabamos de des- 1
La terapia de a p o y o en la q u e el terapeuta se c o n v i e r t e , para t o d o s los e f e c t o s , en la
m a d r e , e l p a d r e , e l t í o o l a tía d e l n i ñ o , e s p o s i b l e y , s í s e e n t r a d e l l e n o e n ella d á n d o s e
BROWN, J. F.: Psycbodynamics of Abnormal Bebavoir, McGraw-Hill Book Company Nueva cuenta plenamente de la cantidad de t i e m p o q u e s e h a b r á d e d e d i c a r a las r e s p o n s a b i l i d a d e s
York, 1940. q u e se contraigan, podrá terminar c o n éxito. V e r el artículo de A x e l r o d e citado en la « B i b l i o -
2
Ibíd. g r a f í a » , q u e trata d e e s t e t e m a .

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d e _ v i t ¿ importancia, exigiendo implícitamente de esta manera su prolongación.


El niño pequeño es más franco y anuncia que se quedará dos horas en vez de
una. El orientador de más experiencia sabe mantenerse en los límites de tiempo Estructurar en la práctica la relación terapéutica
establecidos. El cliente aprende a emplear más constructivamente una situación
que está claramente estructurada. Existe otro tipo de limitaciones. El niño peque- Ya que la relación terapéutica es tan diferente de otro tipo de relaciones vita-
ñ o , en una situación de terapia de juego, tiene una libertad completa para expresar les, p o d e m o s preguntarnos c ó m o el cliente se familiariza con su estructura y llega
cualquier tipo de sentimiento, pero grandes limitaciones en cuanto a la acción. a aceptar sus verdaderas cualidades. Hasta cierto punto, la estructura de la situación
Puede estrellar todas las imágenes de barro que haga, romper los muñecos, gritar, se define claramente p o r lo que no ocurre. No se emiten juicios morales ni se siente
tirar agua, pero no puede lanzar objetos por la ventana ni emprender actividades la presión de seguir unos cursos de acción determinados. Otros elementos tales c o m o
destructoras en el recibidor o en otros despachos. Puede demoler totalmente la la facilidad^de respuesta del orientador son experimentados y no verbalízados. Sin
imagen del terapeuta, pero no puede atacarle personalmente. Es decir, se le concede embargo,.el orientador ayuda con frecuencia a estructurar la situación definiéndosela
plena libertad para expresar sus sentimientos y enfrentarse consigo mismo, pero al cliente de algún m o d o . A pesar de que la investigación en el campo de la terapia
no la tiene para dañar a los .otros expresando sus impulsos en acciones. Es está todavía en sus comienzos, existen algunos datos que indican que esta estructu-
4
fascinante ver a un niño explorar todos los aspectos de la situación terapéutica ración ya está comprobada hoy día. Porter , al desarrollar una medida de los proce-
para saber dónde están los límites. Nos equivocamos gravemente al pensar que dimientos de entrevista de ayuda, analizó el rol del orientador en 19 entrevistas
estas limitaciones pueden ser un obstáculo en la terapia. Es, con el adulto y con grabadas magnetofónicamente. Dividió las diversas técnicas empleadas en la orien-
el niño, uno de los elementos vitales que hacen de la situación terapéutica un tación psicológica en las que definen la situación de entrevista, las que ayudan a
microcosmos en el que el cliente se encuentra con todos los aspectos básicos que detectar y a ahondar en el problema clave, las que conducen a la captación intuitiva
caracterizan su vida, se enfrenta con ellos abiertamente y se adapta a ellos. y a la autocomprensión y las que apoyan y fomentan la participación del cliente.
Una cuarta característica de la relación terapéutica es la ausencia de cualquier Es interesante notar, a partir de estos datos, que si agrupamos las entrevistas de
tipo de presión o coacción. Él orientador hábil evita introducir sus propios deseos, acuerdo con su posición en la serie, vemos que existen grandes diferencias entre
sus propias reacciones o prejuicios en las situaciones terapéuticas. El tiempo es los grupos en cuanto al grado en el que la situación queda definida. En las primeras
jM..clíeste ,Jgp del orientador. El consejo, la sugerencia o la presión para dirigir
J
entrevistas una media de más de seis afirmaciones del orientador p o r entrevista
el curso de ía acción están fuera de lugar en la terapia. C o m o veremos más están relacionadas c o n la definición de la situación. En las entre'*'úas centrales
adelante al analizar más detalladamente el proceso terapéutico, esto no es simple- (cuarta, quinta y sexta), hay una media de solamente un comentario -1 orientador
mente una restricción negativa ni una retirada torpe para no influir en el cliente. por entrevista definiendo la situación. En las entrevistas finales no existen casi
a a
EsJ _í> se positiva para el crecimiento personal y la maduración, para la elección comentarios de esta clase.
5
consciente y la integración autodirigida. En un terreno así preparado tiene lugar L e w i s , en su análisis detallado de seis casos para delimitar los elementos
el^ crecimiento. Es, sin duda, en esta cuarta característica donde la relación tera- correspondientes al orientador y al orientado, llega al mismo tipo de conclusión.
péutica se diferencia más de las relaciones acostumbradas en la vida diaria, en la En el primer decil de los contactos terapéuticos —una medida adoptada para posi-
familia, el colegio y el mundo del trabajo. bilitar la comparación de casos— está contenida la mayor parte del material expli-
Hemos hablado de la relación desde el punto de vista del orientador, en su cando el rol del orientador. En los deciles que siguen existe una tendencia a la
intento de proporcionar un ambiente que conduzca al éxito. Desde el punto desaparición de este tipo de elementos.
de vista del cliente, ya que no es consciente de todos estos elementos en su
comienzo, a respondiendo al clima de libertad y de ausencia de toda sanción
moral. Encuentra que no necesita las defensas psicológicas acostumbradas para La orientación psicológica aplicada a estudiantes
justificar su conducta. Ni le culpan.ni recibe una alabanza innecesaria. No percibe
fel _ffientador ni una ayuda, excesiva ni un antagonismo. molesto. Consecuente- Ilustraremos con algunos ejemplos la diversidad de maneras en las que los
mente, _ el cliente, a menudo por primera vez en su vida, puede ser él mismo, elementos característicos de la relación terapéutica quedan definidos con más clari-
abandonando aquellos mecanismos de defensa...y. compensaciones que le servían, dad ya en la situación de entrevista, de tal manera que el orientador pueda emplear-
para hacer frente al mundo en general. En la relación terapéutica puede evaluar los en su propio beneficio.
sus impulsos y sus acciones; sus conflictos" y sus "elecciones, sus hábitos pasados Pablo, un estudiante cuyo caso ha sido ya citado en el capítulo anterior, es un
y sus problemas presentes con mayor veracidad, ya que, por otro lado, no siente muchacho que ha padecido miedos y tensiones de diversa naturaleza. Se pone tenso
la necesidad de defenderse de ningún ataque y está protegido de caer en una
fácil dependencia. En el análisis de las últimas fases de la terapia quedará claro * PORTER, E. H.: The Development and Evaluation of a Measure of Cotmseling Interview
que el individuo responde a estos elementos de la situación terapéutica; durante Procedures, O h i o S t a t e U n i v e r s i t y , C o l u m b u s , 1 9 4 1 .
¡
T o m a d o de un estudio de investigación inédito, llevado a cabo p o r Virginia Lewis en el
éstas es frecuente que manifieste verbalmente c ó m o el clima terapéutico ha sido
T e a c h e r s C o l l e g e d e l a U n i v e r s i d a d d e C o l u m b i a . V e r c a p í t u l o 2 para una d e s c r i p c i ó n más c o m -
una experiencia única para él. pleta (pág. 5 0 ) .

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en cualquier tipo de situación social y le da miedo intervenir en clase ya que, no que tales explicaciones no se asimilan totalmente ni se entienden. Sin embatgo,
se siente normal. En su primera entrevista relata estos problemas; la conversación sirven para establecer los cimientos que faciliten la comprensión que posteriormente
toma la dirección siguiente (grabación magnetofónica): se verá reforzada p o r el hecho de que las acciones del orientador van de acuerdo
con sus palabras.
Orientador. ¿Esperas recibir ayuda para liberarte de estas tensiones?
Cliente. Sí, tengo que hacerlo, ya que si no, no serviré para nada. ¡ A h ! ,
tendría también que decir que mis padres, creo y o , tienen bastante que ver Tratamiento de padres
con t o d o esto. Para empezar, creo que son totalmente insociables. Esta es
Al tratar a un padre que ha traído a su hijo para que le ayuden, el problema
mi opinión. Y . . . realmente, nunca me gustó esta idea. C r e o . . . No lo s é . . .
de definir la relación terapéutica es a veces más difícil que en la situación anterior.
Pero creo que tiene algo que ver c o n mi complejo de inferioridad. Creo,
Al centrarnos en el problema del hijo, el padre se está protegiendo a sí mismo
también, que empeoró porque mi familia tuvo que cambiar de residencia 1
contra posibles críticas y generalmente se muestra lo suficientemente a la defensiva
varias veces mientras yo iba al colegio.
c o m o para negar que esté directamente implicado o que necesite ayuda. Este asunto
Orientador. ¿Crees tú que estas cosas obstaculizaron tu propio desarro-
debe ser tratado con tacto, con una comprensión básica de lo que la terapia puede
llo social, n o ?
brindar. La terapia puede ayudar solamente al individuo que se presta a recibirla.
Cliente. Sí, ciertamente.
No existe una forma milagrosa de llegar a una tercera persona. De este m o d o ,
Orientador. Y tú experimentas, me imagino, que esto se manifiesta
puede ser útil para ayudar a un cliente a que analice la relación con su hijo, su jefe
principalmente en una situación social.
o su cónyuge, pero de ninguna manera puede cambiar a estos otros individuos direc-
Cliente. Sí, siempre que estoy con la gente.
tamente. Consecuentemente, al definir la situación terapéutica a un padre, se le debe
Orientador. Y que no te molestaría si tú fueras un ermitaño.
decir claramente que la ayuda que va a obtener va dirigida a él mismo en lo que se
Cliente. (Se ríe.) N o ; pero no quiero serlo.
refiere a sus relaciones parentales con su hijo. Esta definición de la situación no se
Orientador. Ya me imagino.
logra en un primer m o m e n t o o con una primera frase, sino que necesita ser clarifi-
(Silencio.)
cada si la terapia va a ser eficaz. Ya se han dado algunos ejemplos en los que la
Orientador. Déjame que te explique un p o c o algunas de las cosas que 6
relación se define verbalmente . Veamos otro caso en el que una madre viene a la
quizá te sirvan de ayuda para superarlo. Creo que si eres capaz de pensar más
clínica preocupada por su hija de cuatro años. Nos habla de la testarudez y el nega-
sobre ello y hablarlo, averiguar todos los aspectos y elementos que estén tivismo de la niña y nos presenta una sensación de lucha que ella misma describe
relacionados con ello, quizá- entre los dos seamos capaces de encontrar una
c o m o «una guerra de la mañana a la n o c h e » .
manera de solucionarlo. No me parece que en tu problema yo pueda decir:
« A h o r a haz esto y lo otro, y todo saldrá bien.»
El orientador dijo que según la descripción que le había llegado de Patty
Cliente. N o , eso ya lo veo desde ahora... Es un problema con raíces
parecía que debía tener un grave problema. La señora J. asintió y dijo que
muy profundas.
había que hacer algo. El orientador dijo: « E s t o depende de usted. ¿ C ó m o
Orientador. Es solamente cuestión de que analices la situación con la
consigue usted que Patty se acueste o haga a l g o ? » La señora J. dijo que
ayuda que yo pueda ofrecerte.
generalmente tenía que sobornarla porque era la única forma de conseguir
Cliente. H u m , hum.
algo. El orientador describió c ó m o los niños y sus madres solían venir cada
Orientador. Así es que yo. creo que lo mejor sería que tú continuases
uno con una persona para trabajar juntos en dificultades comunes que les
diciéndome más cosas, por qué' te preocupan ahora mismo, por ejemplo, o
impedían llevarse bien. Añadió que era imposible saber hasta qué punto se
w por qué están ahora peor que h a c s u n o s meses.
podía prestar una ayuda, ya que había muchas variables en cada situación, y
que la mayor parte del esfuerzo, sin embargo, lo lleva la madre en lo que se
Si nos fijamos en c ó m o se establece la relación terapéutica en esta entrevista refiere a la relación con su hijo en casa. La señora J. asintió y dijo que eso
en concreto notaremos primeramente que la pausa tiene lugar en un momento era exactamente lo que quería y que ella sabía que tenía que hacer algo. Por
significativo. El alumno brevemente ha enunciado el problema y esto se ha acep- ejemplo, no podía ir a su casa a ver a los suyos, porque su hija se portaba
tado. Entonces espera que el orientador haga algo, le dé un consejo, tome la direc- tan mal que no quería que su familia estuviese con ella. Se rió diciendo: « N o
ción del asunto o indique de alguna manera que se hace cargo de la situación para habrá muchas madres que digan lo m i s m o , pero yo sé que mi hija no es
resolver el problema del cliente. Esta actitud es muy corriente en los individuos buena.»
que vienen a recibir ayuda. En este momento el orientador introduce una explica-
ción breve y parcial de la situación, dejando la responsabilidad al estudiante aun-
En este breve fragmento el centro de la relación terapéutica se sitúa en lo que
que aclarando que es una empresa común y mencionando el hecho de que nadie
la madre puede hacer en relación con su hija, y esta definición de la situación se va
le resolverá el problema diciéndole c ó m o debe proceder. Es evidente para cualquiera
que haya tratado a personas preocupadas por su propia incapacidad de adaptación 6
Ver capítulo 2.

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clarificando cada vez más, según pasa el tiempo, c o m o se puede ver por los comen-
a acceder a estas peticiones, a hacer cualquier cosa que el cliente le pida hasta que
tarios de la madre, no acerca de su hija, sino de los esfuerzos que tiene que hacer
estas demandas de tiempo,, afecto p respons^iTidicí se hacen demasiado grandes
para enfrentarse con la situación
para poder soportarlas. Entonces su afecto y deseo de ayuda se convierten en recha-
zo y desprecio. Culpa al cliente y no le acepta. El resultado es que el cliente siente
que úriá persona más le ha traicionado y que una vez más, cuando ha pedido ayuda
Terapia de juego en momentos de dificultad, se le ha negado. Puede darse el caso de que permanezca
herido para siempre p o r este intento malogrado de terapia.
Mientras que para algunos la terapia de juego puede parecer un tipo de expe-
P o r lo tanto, todas las situaciones de ayuda psicológica tienen sus:limitaciones.
riencia muy diferente a la orientación psicológica que reciben los estudiantes o la
La cuestión es saber si estos límites están claramente definidos, comprendidos y
terapia con padres o adultos, en su estructura es algo muy semejante, y lo que
empleados-útilmente, o si el cliente en un m o m e n t o de dificultad los percibe c o m o
hemos dicho acerca de la relación terapéutica tiene una aplicación idéntica en la
barreras en contra suya. Es evidente que el procedimiento expuesto anteriormente
situación de juego. La diferencia más notable consiste en que en la terapia de juego
es preferible. Veamos algunas de las formas más corrientes en las que se expresan
la relación queda definid» Jnáa A través de las acciones que a través de las palabras.
tales limitaciones.
El interés amistoso del terapeuta y su afecto p o r el niño quedan de manifiéstela
través de un sin número de acciones pequeñas. La permisividad de la relación se
descubre gradualmente cuando el niño va intentando desvelarse con actividades cada Limitación de la responsabilidad
vez más atrevidas y' ve que le son aceptadas. A menudo, después de una acción
agresiva, c o m o tirar agua, hacer un ruido fuerte o dañar un muñeco, el niño mira U n o de los límites que el orientador debe establecer con claridad es el grado
hacia arriba con culpabilidad esperando algún tipo de castigo o reprobación. Cuando en el que va a responsabilizarse por los problemas y acciones del cliente. Basándo-
ve que no llega, aprende que está en una situación nueva, con unos grados de per- nos en las hipótesis expresadas en el capítulo primero, vemos que lo mejor es
misividad que no son característicos de sus experiencias diarias. Q u e el tiempo sea, dejarle la responsabilidad a él. U n o de los problemas más corrientes en psicoterapia
suy_o_para_ emplearlo' como quiera, sin presiones, autoritarismos ni coacciones, es v u n o ' d é T o s medios más fructíferos para estimular el crecimiento, si se utiliza cons-
algo .que, aprende también al experimentar esta libertad más que a través de defini- tructivamente, es la insistencia del cliente en que el orientador se haga cargo de su
ciones_yerbales. Las palabras juegan un papel importante solamente pira establecer problema. La señora D . , por ejemplo, nos llegó con su bija de d o c e años, que no
los límites a los que puede llegar. El niño aprende que su experiencia tiene un se llevaba bien con su hermana, suspendía en el c o l e g i o , perdía el tiempo, estaba
límite de tiempo; que también existen límites en la relación afectiva, ya que el ensimismada con sus ensueños y no había manera de llegar a ella, según nos dijo
terapeuta ve a los otros niños igual que á el,'y que su conducta destructora también su madre. Después de un estudio diagnóstico, la señora D. decidió traernos a su
tiene unas limitaciones. Ya que éste problema de fijar unos límites a los que atener- hija para que se la tratase. La conversación, que viene a continuación tuvo lugar en
se en la situación terapéutica sugiere una serie de preguntas en relación con los la primera entrevista de la madre con el terapeuta (grabación magnetofónica):
niños y los adultos, lo analizaremos por separado c o n más detalle.
La madre repite sus quejas acentuando el hecho de que Sally no se con-
centra en su trabajo. Continúa:
Cliente. Las otras niñas en casa son estupendas, quiero decir normales
El problema de establecer unos límites y bien adaptadas. Tienen sus más y sus menos, sus días buenos y malos, ya
sabe, pero nada fuera de lo corriente; muy fáciles para la convivencia y en
el colegio están p o r encima de la medí .; da gusto c o n ellas. Pero Sally...
A algunos les puede parecer que el establecer unos límites definidos a la situa-
Orientador. ¿Pero Sally? ;
ción terapéutica es un procedimiento artificial e innecesario. Nada más lejos de ser
Cliente. ¡Es un demonio! ¡ M e vuelve loca! Si hay algo que usted me
verdad. Todas las situaciones de entrevista psicológica tienen algún tipo de limita-
quiera preguntar, se lo responderé c o m o mejor pueda.
ción, c o m o muchos de los terapeutas aficionados han descubierto a pesar suyo. De-
Orientador. Vamos a ver, ¿por qué no consideramos estas entrevistas y
searían ayudar a un niño en una situación terapéutica, manifestándole su interés
las que vengan a continuación c o m o un m o m e n t o en el que p o d e m o s comen-
por él. Si el niño pide regalos, ¿van a dárselos? ¿Cuándo deben cortar? Si el niño
tar las cosas juntos, más que c o m o un interrogatorio para obtener informa-
busca manifestaciones físicas activas, ¿se las dará? ¿Siempre? Si el niño desea que
ción? En otras palabras, seguramente usted creerá, c o m o ha dicho, que ya nos
el orientador interceda por él ante sus padres o en el colegio, ¿accederá a ello?
ha contado t o d o lo contable acerca de Sally y sus otros hijos; sin embargo,
¿Cuántas veces? Un niño inadaptado quería observar al orientador mientras estaba
creo que no es así. Quiero decir que en esta situación usted y yo vamos a
en los servicios, ¿se le debería permitir? Es decir, que en cualquier situación tera-
comentar juntos los problemas.
péutica, ya sea con niños o con adultos, se presenta una serie dé demandas y deseos
a los cuales el orientador debe dar respuesta. El orientador aficionado y sin prepa-
En este fragmento la madre intenta que el orientador tome las riendas y por lo
ración para ello, lleno de buenas intenciones y deseoso de no herir al cliente, tiende
tanto la responsabilidad del asunto. Ella responderá mientras él resuelve el p r o b k -

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ma. Sin embargo, la breve explicación acerca de la relación es suficiente c o m o para mente queda desviado. Si hubiera aprovechado esta oportunidad para señalar que
dar pie a una discusión constructiva de las dificultades de Sally y sus propias acti- el tipo de ayuda que él puede proporcionar consiste en clarificar a la madre su
tudes respecto al problema. Hacia el final de la entrevista, sin embargo, la cuestión relación con los problemas de Sally y los diversos m o d o s en que ella podría hacerse
de las responsabilidades surge- de nuevo. La madre ha estado subrayando el hecho cargo de esta situación más constructivamente, el proceso terapéutico habría ido
de que Sally nunca podrá hacer nada si no completa la etapa escolar. La grabación por mejor camino. La madre habría reconocido que esta situación de tratamiento
magnetofónica continúa así: solamente puede ser empleada para ayudarla a ella en la relación con Sally, de la
misma manera que esperaría lo mismo de Sally en su relación con otro orientador.
Orientador. ¿Así es que usted cree que el futuro de Sally no es prome- Entonces habría aceptado la terapia desde sus raíces y hubiera avanzado conside-
tedor? (Silencio.) rando su postura respecto al problema —o quizá habría rechazado la terapia, lo
Cliente. Bueno, aunque ella es un tipo de persona que podría ir tirando. cual es muy improbable, pero más constructivo que continuar con ella desde un
Orientador. Pero usted lo duda, ¿ n o es verdad? presupuesto- falso.
Cliente. N o , no lo dudo; p e r o . . . naturalmente, a uno le gusta que sus Parece adecuado indicar con ejemplos las consecuencias que tiene el fallar al
hijos sean algo más que lo suficiente para ir tirando en la vida. establecer las limitaciones de responsabilidad en la situación terapéutica. Un alumno
Orientador. Sí, y a usted le gustaría que fuera así en el caso de Sally, de primer año de carrera, de veinte años, muy inteligente, llamó la atención de un
¿no cree usted que será posible? profesor porque siempre llegaba tarde a clase, faltaba mucho y rendía p o c o en su
Cliente. Sí, lo creo, si encontramos el m o d o de que ella se dé cuenta trabajo a pesar de tener una gran capacidad. El profesor, que intentó servirle de
que debe poner más atención en las cosas. orientador, le recordó varias veces que no había satisfecho sus obligaciones de clase
Orientador. ¿Usted cree que podremos hacerlo? y finalmente le dio una hora para una entrevista. D i c k no acudió a la cita, y cuando
Cliente. Bueno, yo no puedo. Lo he estado intentando durante muchos el orientador le recordó que había fallado, él le sugirió que fuese en aquel momento.
años y los profesores de su colegio también, entonces nos sugirieron que El orientador accedió y hablaron del problema durante tres horas. Después de esta
viniésemos a verle y pensamos que c o m o ustedes entienden de esto, serían entrevista faltó a clase de nuevo, y con la ocasión de devolverle algunos libros se
capaces de encontrar la manera de hacerlo. Yo he estudiado un p o c o de psico- sentó de nuevo para hablar. Las anotaciones del orientador dicen así:
logía y de la manera de ser de las personas, pero me parece que no me sirve
para nada, ni a mí, ni a los profesores del c o l e g i o . Después de hablar de cosas sin importancia durante un cierto tiempo,
Orientador. Probablemente usted cree que ya ha intentado todas las entró de lleno a comentar su pérdida de tiempo, su dificultad para concen-
cosas que están en su mano. trarse y cosas de este tipo. Cuando le pregunté qué pensaba hacer con todo
Cliente. Sí. ello, me respondió que esto era asunto m í o , que seguramente lo habría hecho
Orientador. Q u e es nuestra o b l i g a c i ó n . . . p o r muchísimas personas antes y que sin duda me encantaría ver a uno más
Cliente. Sí, hum. Me gustaría dejarlo en sus manos, ya que si usted no salir de una situación tan complicada c o m o la suya. Cuando le dije que no
da con la causa, entonces tendremos que darnos por vencidos y dejarla a ella estaba de acuerdo, mé respondió que naturalmente yo no tenía que preocu-
que se las arregle c o m o pueda. parme si no quería, pero que esperaba que lo hiciera, ya que yo estaba allí
Orientador. Y si no d a m o s , c o n nada que le sirva, entonces... para ayudar siempre que fuera necesario... Cuando le dije llanamente que no
Cliente. Entonces haremos lo que podamos con lo que tenemos. podía pensar por él, y que era asunto suyo hacerlo, me recordó que anterior-
Orientador. Entonces volvemos al punto de partida. mente siempre había fracasado y que esperaba que me hiciese cargo de su
Cliente. Sí. situación, etc. . . . El debate terminó empatado.
Orientador. Esta es Sally y no p o d e m o s hacer nada p o r ella...
Cliente. Bien, no sé, yo no diría eso. Creo que le gusta exagerar un p o c o Es evidente que este es un ejemplo muy pobre de lo que es una orientación
las cosas y presentarlas más negras de lo que son. N o , yo no lo vería tan nega- psicológica. ¿ C ó m o p u d o el orientador llegar a una situación en que surgiera un
tivamente c o m o usted. debate así? La respuesta está primeramente en el fallo total en definir, por medio
de palabras o acciones, las limitaciones de la responsabilidad del orientador. El
A q u í tenemos un excelente ejemplo de la perseverancia del cliente en reclamar orientador había asumido la responsabilidad de las obligaciones de clase del alumno,
del orientador la solución al problema. Hacia el final del fragmento, sin embargo, de su fallo en acudir a la cita, y acordó ofrecer su ayuda siempre que fuera nece-
la situación no está bien llevada por parte del orientador, que era un terapeuta sario. El chicó aceptó esto, dominó la situación al establecer el momento de las
p o c o experimentado. En vez de ayudar a la madre a darse cuenta de que no puede entrevistas y su duración, y llegó al límite de exigir que el orientador resolviese
dejar el problema en sus manos a pesar de que a ella le gustaría y de que un orien- sus problemas. El tuvo que adoptar una postura defensiva, c o n el deseo de que las
tador no puede aceptar tal responsabilidad aunque estaría tentado de hacerlo, per- cosas no hubieran llegado a este punto, y empezó a discutir hasta dónde alcanzaba
mite que el tema de conversación se centre en si es posible o no encontrar una su responsabilidad, en vez de ayudar al chico a descubrir sus deseos de total depen-
solución para el caso de Sally. Por consiguiente el proceso terapéutico temporal- dencia, ya que constituían un modelo de conducta que había manifestado en su

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Orientador. Te quedan veinte minutos, pero puedes irte si quieres. Pue- limitaciones. No estiman lo suficiente el valor de una situación definida y bien
des marcharte en cualquier momento que quieras. (Teddy tira un libro que estructurada. L o s únicos casos que el autor c o n o c e en los que las limitaciones han
estaba encima de la mesa mientras que golpea al globo.) Tenemos que tener sido abierta y totalmente desafiadas —casi siempre se analizan y se intentan rom-
cuidado de no estropear ninguna cosa más de la habitación, ¿no te parece? per— son aquellos en los que la relación terapéutica se ha desarrollado p o c o p'ro-
Cliente. ¿ D ó n d e guardaremos el g l o b o cuando hayamos terminado? fesionalmente.
Orientador. Yo creo que le haremos un sitio en la librería para que Un tipo de problema que surge al poner límites a los impulsos destructivos
puedas encontrarlo cuando vuelvas. queda bien ilustrado con la historia de Jessie —narrada por Taft—•, de una niña
Cliente. (Se acerca a la orientadora con dos dedos en alto.) H o y me pequeña que insistía en asomarse cada vez más a la ventana, para poner a prueba
quedaré dos horas, ¿no puedo? ¡a situación al máximo. El d o c t o r Taft se resistía a poner un límite a esta actividad
Orientador. La norma es que estés media hora diaria. que no afectaba. directamente los derechos de los otros. Cuando manifestó clara-
Cliente. ¿Quién hace esas reglas? mente que la responsabilidad era de la niña y que podría caerse sí ella así lo desea-
Orientador. Es simplemente el acuerdo al que llegamos cuando tú empe- 7
ba, la niña empezó a tener c u i d a d o . P o r sentido c o m ú n , la localización del des-
zaste a venir. Decidimos que vinieses media hora cada día. Pero veo que te pacho debe ser tal, que existan pocas ocasiones de realizar actividades realmente
gustaría quedarte más tiempo a pesar de ello, ¿ n o es así? peligrosas. De éste m o d o , ambos, niño y terapeuta, podrán enfrentarse más construc-
Cliente. Sí. (Juega con el globo.) ¿Y ahora cuántos minutos quedan? tivamente con representaciones simbólicas de agresión.
Orientador. Quince.
(Durante el tiempo restante Teddy preguntó siete veces más cuántos mi-
nutos le faltaban. Cuando solamente le quedaba un minuto se puso a jugar Limitaciones en las expresiones de afectividad
con los coches a las carreras, muy deprisa; sin embargo, cuando se le acabó
el tiempo, guardó todos los coches y se fue corriendo escaleras abafo.)
Una de las limitaciones más importantes de la situación terapéutica es el grado
de afecto que el terapeuta ha de manifestar. A pesar de que este tema surge más
A algunos les puede parecer que esta discusión respecto a la duración de la
abiertamente en el trabajo con niños, ocurre y debe ser tenido en cuenta al tratar
entrevista es insignificante. Sin embargo ayuda a estructurar la situación de tal
a los clientes de todas las edades. Puede manifestarse pidiendo regalos. Forma parte
manera que el cliente la emplee lo mejor posible. La única crítica que se le puede
del deseo de dependencia del orientador, del que ya hemos hablado. Puede resultar
hacer a la orientadora antes citada, es su temor a asumir la responsabilidad de haber
problemático cuando el cliente manifiesta el deseo de continuar la relación, social-
establecido unos límites de tiempo. Su afirmación «decidimos que vinieses» habría
mente, fuera de las horas de visita. A veces se hace notar analizando las reacciones
sido más útil para Teddy diciéndole « y o tomé esta decisión» o «es una de las
con respecto a otros niños a los que recibe el mismo terapeuta. Lo ilustraremos con
reglas que tenemos aquí». Tal afirmación pone un límite claro y definido a la
algunos ejemplos.
relación, una limitación a la que el niño puede responder. No le gusta, pero se da
cuenta de.que puede aceptarla. Un orientador que trabajaba en una casa de detención, estuvo tratando a D o r o -
thy, una adolescente. En una de las primeras entrevistas la chica pidió una tarjeta
para enviar a su madre el día de San Valentín. El orientador le compró una y se
la d i o . En la entrevista siguiente D o r o t h y , c o n mucho tacto, expresó su deseo de
Limitaciones en cuanto a las acciones agresivas
que le diesen caramelos, que también se le compraron. Un p o c o más tarde volvió a
pedirlos y se le compraron de nuevo. En entrevistas posteriores aumentaron sus
Otra limitación en la relación, que se aplica exclusivamente a la terapia de juego
peticiones. D o r o t h y deseaba un tipo especial de caramelo y una clase de papel.
con clientes muy jóvenes, es la limitación de dañar a otros o a su propiedad.
T o d o esto puede parecer insignificante. Sin embargo, no es un m é t o d o que haga
A pesar de que al niño se le permite la mayor libertad para expresar sus hostilida-
avanzar la terapia. Naturalmente a Dorothy le gusta la persona que le hace regalos.
des dentro de un marco aceptado —una habitación concreta, y un cierto material—,
¿Puede ella enfrentarse c o n el hecho de cjue este afecto tiene sus limitaciones?
esta libertad no es indiscriminada. Podemos proporcionar varios ejemplos: « A q u í
¿Es capaz de aprender a aceptar un tipo de afecto que no se manifiesta todos los
podemos hacer todo el ruido que queramos, pero fuera n o . » «Puedes jugar con
días con regalos? ¿Se da cuenta de que el negarle los regalos no significa que se
cualquiera de las cosas que están en estas baldas, y hacer con ellas lo que quieras,
la rechace? Nunca subrayaremos lo suficiente que la terapia no consiste simple-
pero no vamos a jugar con los libros ni las cosas que están en esta otra.» La simple
mente en ser «agradable» con una persona que está en dificultad. Consiste en ayu-
afirmación « y a sé que estás muy enfadado conmigo esta mañana» generalmente
dar a dicha persona a alcanzar una captación intuitiva y una comprensión de sí
es suficiente para evitar el ataque al terapeuta, ya que la necesidad de ataque queda
misma, a adaptarse a los demás, con lo que esto tiene de positivo y de negativo,
disminuida cuando el sentimiento se reconoce. Ocasionalmente, sin embargo, puede
de una manera sana.
ser necesario expresar la limitación verbalmente: «Puedes estar lo furioso que quie-
ras conmigo, pero no puedes pegarme.» Los terapeutas inexpertos no creen al prin-
cipio que el niño, especialmente con problemas de adaptación, vaya a aceptar estas 1
T A F T , J.: The Dynamics of Therapy, T h e M a c M i l l a n C o m p a n y , N u e v a Y o r k , 1 9 3 3 , p a g . 6 0 .

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LA CREACIÓN DE LA RELACIÓN TERAPÉUTICA
ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA Y PSICOTERAPIA t

Un ejemplo más manifestará con mayor fuerza todavía la necesidad de definir


Comparemos la manera de hacer frente a este tipo de situación en el caso de
con claridad los aspectos relativos a la afectividad en la situación terapéutica. Car-
Dorothy y en el que ofrecemos a continuación, tomado de la doctora Taft, del caso
los, un niño de once años, fue enviado para recibir ayuda clínica, dadas sus dificul-
de Jackie, una niña de siete años profundamente rechazada, a quien por esta razón
tades de lectura. Las causas principales parecían radicar primordialmente en haber
los regalos suponían mucho. En la cuarta entrevista, Jackie encuentra un imán y
faltado la mayor parte del tiempo al colegio durante el primer grado, el haber
pregunta si se lo puede llevar a casa. La doctora Taft le dice que no porque otros
estado enfermo y el. hecho de que su hermana más pequeña había tenido éxitos
niños tienen que jugar con él cuando vengan. Después de un rato de juego dice:
escolares mientras que él había suspendido. T o d o s los esfuerzos del colegio en las
clases de recuperación habían fallado; sin embargo, al recibir un tratamiento indi-
Cliente. Si yo traigo otra cosa, ¿me puedo llevar el imán a casa? vidual con un psicólogo,, en una clínica, progresó rápidamente. Gradualmente, estos
Orientador. ¿ Q u é quieres decir, Jackie? contactos trajeron a la luz cuestiones de mayor profundidad: la pérdida de su
Cliente. Q u e si dejo uno de mis juguetes, aquí, ¿me puedo llevar este abuelo con* el que se llevaba muy bien y después la marcha de su hermano prefe-
otro? rido al casarse. Según fueron progresando, la relación con su orientadora Llegó a
• Orientador. ¿ Q u é juguete me traerías? . . ser cada vez más entrañable y su interés en mejorar en la lectura declinó. Por
Cliente. Ahora no se me ocurre. Tendré que ir a casa y ver. No veo entonces ella dio una charla en el colegio de Carlos.
por qué no me puedo llevar este imán. ¿ Q u é puedo llevarme?
1
Carlos se m o s t r ó resentido al enterarse; un resentimiento que la psicólogo
Orientador. Solamente lo que tú dibujes o recortes,
intentó explicar en vez de aceptarlo simplemente c o m o natural.
i Cliente. Eso no me gusta.
Entonces Carlos le respondió: « ¿ D e m o d o que yo te cuento a ti todo y tú no
Orientador. N o , Jackie, ya sé que no te gusta.
me dices a mí n a d a ? » En vez de aceptar su rol de terapeuta y reconocer y clarificar
Cliente. ¿ Q u é más me puedo llevar? ¿ M e puedo llevar esta banqueta? este resentimiento, ella le respondió que no tenía ningún inconveniente en contarle
Orientador. N o , nada más. Solamente los dibujos y los recortables. Las cosas de su vida. ¿ Q u é quería saber? Su respuesta fue la de un niño que quiere
normas son así (Jackie pone cara de disgusto.) ¿Esto no te gusta nada, tener una atención y un cariño ilimitados. Le respondió: « Q u i e r o saber t o d o . »
verdad? La psicólogo le p r o p o r c i o n ó bastante información sobre ella, y cuanto más le habla-
Cliente. N o , nada. ba, especialmente en lo relativo a otras relaciones interpersonales, más molesto se
¡ Orientador. Quizá algún día me perdonarás. mostraba el niño. Después de esta entrevista, su situación fuera de la clínica em-
Cliente. ¿Pero por qué no me lo puedo llevar? peoró. Suspendió en el colegio y manifestó una actitud cada vez peor. 5u madre
Orientador. Porque así son las cosas, Jackie. (Empieza a revolcarse por ( ¿ l o pediría é l ? ) decidió concluir las visitas.
el suelo por toda la habitación, tirando los juguetes y finalmente coge la ban- Si la psicólogo en este caso hubiera sido capaz de aceptar los sentimientos nega-
queta por el aire como si fuera a lanzarla violentamente contra el suelo.)
tivos del niño tan abierta y sencillamente c o m o había aceptado los positivos, la
Tienes verdaderas ganas de hacer algo mal hecho, ¿ n o es así, Jackie? (Se va terminación del caso habría sido muy diferente. Se permitió que las limitaciones
corriendo y empieza a lanzar cojines.) Me parece que te encantaría tirarme a
fueran vagas e imprecisas, al dejar que Carlos creyese que él era el único objeto
mí de la misma manera, Jackie. (No asintió a esto. Empezó a tirarse por el
de afecto de la terapeuta, dejándole con la sensación de que se le había traicionado.
suelo por toda la habitación y a patalear como si fuese a coger una rabieta,
Pensó que no le quería, ya que tenía otros círculos de amistad y otros contactos
pero no llegó a ello. Levantó la banqueta por el aire pero la bajó cuidadosa-
8
que le excluían a él.
mente otra vez) .

Generalmei e es el niño rechazado el que desea regalos y el terapeuta hará bien El valor de los límites para el terapeuta
en reconocer que no existe una cantidad suficiente de ellos para satisfacer a este
tipo de niños. La solución más constructiva será enseñarle que el afecto y el no Hasta ahora hemos recalcado el valor de los límites para el cliente. Brevemente
consentir siempre todo son partes de una misma relación y que ésta puede ser p o d e m o s mencionar la ayuda que también aportan al terapeuta. En primer lugar,
satisfactoria incluso con estas limitaciones. Este es el tipo de aprendizaje que ha le permiten sentirse más c ó m o d o y funcionar más eficazmente. Le proporcionan un
ocurrido en el fragmento anterior. El riiño gradualmente aprende a aceptar la rela- marco de actuación dentro del cual puede mostrarse libre y natural en su trato con
ción terapéutica no por lo que no es, sino por lo que es en sí. Si el incidente que el cliente. Cuando la relación no queda claramente definida siempre existe la posi-
acabamos de exponer se llega a comprender de verdad, ayudará a explicar por qué bilidad de que el cliente ponga unas exigencias demasiado grandes sobre el orien-
Jackie, después del proceso terapéutico, fue capaz de establecer una relación satis- tador. El resultado es que tiene que limitar su campo y estar en' guardia para que
factoria con su madre adoptiva, lo cual probablemente nunca hubiera sido posible sus deseos de ayudar no le traicionen. Pero si es capaz de comprender los límites
antes del tratamiento. i de su función, no necesita mantener una postura defensiva, puede permanecer
¡, alerta a los sentimientos y necesidades del cliente y jugar un papel estable en la
:
relación para que éste pueda.reorganizarse.
' Ibld.

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!

ORIENTACIÓN PSICOLOGICA Y PSICOTERAPIA LA CREACIÓN DE LA RELACIÓN TERAPEUTICA

de sobrepasar el límite, de tal m o d o que el encargado de la custodia en el caso de


libertad vigilada actúe c o m o un funcionario? La condescendencia simplemente no
¿Es la relación terapéutica compatible con la autoridad?
es la respuesta.
Existen tres soluciones parciales al problema, dignas de consideración, a pesar
En relación con el tema de la creación de un ambiente propicio a la orientación de que ninguna de ellas es totalmente satisfactoria. La primera podría ser la acepta-
psicológica, surge una cuestión práctica. Una vez que sus diversos elementos han ción de la autoridad como parte del marco de la orientación psicológica. Esta pos-
sido mencionados, los lectores se preguntarán c ó m o encaja este tipo de relación tura ha sido mantenida con más frecuencia en el campo de la asistencia social. El
con las posiciones ahora existentes. ¿Puede un profesor llevar a cabo una relación trabajador de este c a m p o puede aceptar ciertas funciones de autoridad que se le
de ayuda psicológica con sus alumnos? ¿Es posible para un vigilante o para cual- exigen, a la vez que acepta la necesidad del cliente de protestar y ofrecer resistencia
quier persona que trabaje en un juzgado establecer una relación terapéutica con a ciertas reglas. Es c o m o si le dijese al cliente: « T e acepto. C o m p r e n d o tus necesi-
los delincuentes que están a su cargo? ¿Y el orientador escolar o el jefe de estudios dades. C o m p r e n d o tu rebelión contra la ley. Pero también entiendo que existe un
que tienen a su cargo la disciplina y la orientación? En el campo de la asistencia límite y yo acepto y creo en las reglas establecidas p o r el organismo que represento.
social, ¿podrá ejercerlo el asistente social o el clínico empleados en una agencia de ¿Podríamos encontrar una s o l u c i ó n ? » . Al tomar esta postura, el asistente social no
protección? ¿Podrá hacerlo el encargado de personal o el psicólogo industrial em- asume un papel autoritario c o m o para decir: «Tienes la obligación de someterte a
pleados en una empresa? ¿Es posible para estos trabajadores profesionales, que i unas reglas.» Al cliente se le permite que exprese cualquier tipo de resentimiento
sienten un interés por los problemas de desajuste individual, crear y llevar a cabo u hostilidad que sienta y que elija por él mismo c ó m o va a adaptarse a la realidad
una relación terapéutica c o m o la que hemos descrito? de su situación.
La respuesta, a estas preguntas no es sencilla. Al analizar cada una de estas / En cuanto al c a m p o de la libertad vigilada, Affleck mantiene esta misma pos-
situaciones, vemos que el problema fundamental es la compatibilidad de la orien- tura '. Describe la relación entre el empleado y la persona a su cargo aceptando la
tación psicológica y la autoridad. ¿ C ó m o es posible para el encargado de personal autoridad que se delega en ella. « E l empleado no necesita recurrir a su autoridad
en una empresa llegar a una ayuda si a la vez es el responsable de contratar, des- de una manera acusatoria. C o m o si estuviese en un Juzgado. Se hace cargo de las
pedir y llevar a cabo reajustes en el trabajo? ¿ C ó m o es posible para el orientador circunstancias y acepta al sujeto c o m o persona. Pero también acepta a la sociedad
escolar establecer una relación adecuada si es él quien tiene la autoridad para enviar que le ha rechazado. El tener presentes estas dos posturas, ofrece una oportunidad
al alumno a su casa o castigarle en el colegio? ¿ C ó m o es posible para el encargado al individuo que está bajo su custodia de considerarlas para llegar a un equilibrio» . l 0

de la custodia de los detenidos llevar a cabo una orientación psicológica c o m o la Aunque el empleado mantenga este punto de vista, no niega la autoridad que se le
que hemos descrito, si es él el responsable de decidir cuándo un individuo ha roto ha delegado, ni tampoco se hace fácilmente condescendiente, sino que permanece
los acuerdos para mantenerse en libertad vigilada y, por tanto, tiene que ser envia- c o m o una persona dispuesta a ayudar, c o m o una persona no autoritaria. Una cita
do a una institución penitenciaria? directa del m i s m o artículo, nos muestra c ó m o esta actitud se lleva a la acción en
Hace falta mucha más investigación en este campo. N o s parece que un orienta- cuestiones tales c o m o las visitas a dichos centros. El empleado dice algo así: « E l
dor no puede mantener una relación de ayuda psicológica con el cliente al mismo Juzgado nos ha pedido que te ayudemos y espera que vengas aquí todas las sema-
tiempo que tiene algún tipo de autoridad sobre él. Terapia y autoridad no pueden nas. Tú puedes o no ser capaz de hacerlo, nosotros ahora no p o d e m o s decirlo. Si
coexistir dentro de una misma relación. Si ampliamos esta afirmación contrastán- rompes este acuerdo, lo haces bajo tu propia responsabilidad, ya que nosotros no
dola con la descripción de la situación terapéutica que acabamos de hacer en este podemos pedirte que lo hagas. Se te brinda esta oportunidad para que la aproveches
capítulo, las razones para la incompatibilidad son claras. No puede existir un clima si puedes. C o m o te has metido en estos líos, debe haber alguna razón para ello.
de total aceptación cuando la relación es autoritaria. ¿ P u e d e un alumno sentirse 11
Quizá puedas arreglarlo si quieres» . El joven siente así la libertad de elegir y la
!
libre para confesar al orientador que ha copiado en el último examen si a la vez es responsabilidad de atenerse a las consecuencias de la elección que haga. Permite al
la persona responsable de la disciplina del centro? Si el alumno le comenta esto, encargado de su custodia ejercer sus funciones y a la vez decir al j o v e n que ambos
tendrá que tomar la difícil decisión de actuar fundamentalmente c o m o figura de tienen ciertas obligaciones con la autoridad legal. Al mismo tiempo le permite
autoridad o c o m o orientador. El intento de conjugar las dos funciones casi siempre actuar c o m o orientador, con todo lo que este término lleva consigo. La libre expre-
resulta mal para el alumno. Si el asistente social permite que se establezca una sión de las actitudes es posible dentro de una situación tan definida, ya que no
relación permisiva, y el cliente le dice cuánto odia al organismo para el que trabaja existe ningún género de coacción personal.
y c ó m o le ha estafado, ¿qué va a hacer él? Si un delincuente acepta una relación Una segunda solución parcial a este problema de la autoridad y la relación tera-
terapéutica con el encargado de su custodia y le cuenta más detalles acerca de sus péutica, que ha sido probada por algunos orientadores, es la de asumir estas dos
actos de delincuencia, el encargado debe decidir si es un terapeuta o un funcionario.
Estas cuestiones no son simplemente' académicas, c o m o lo testificarán numerosos
casos. T a m p o c o se resuelven abandonando el papel de autoridad. ¿En cuántos exáme- ' AFFLECK, D.: Therapeutic Utilization of Probationary Authority Vested in a Private
Agency, e n « J o u r n a l o f S o c i a l W o r k P r o c e s s » , v o l . 1 , n u m . 1 , n o v i e m b r e 1 9 3 7 , p á g s . 1 0 4 - 1 2 6 .
nes se debe permitir que se copie antes de que el orientador deje de serlo y aparezca
" Ibid., pig. 1 0 9 .
como una figura de autoridad? ¿Cuántos actos de delincuencia son necesarios antes " Ibid., p á g s . 1 0 8 - 1 0 9 .

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funciones distintas, pero en momentos diferentes. Quizá esto quede mejor ilustrado A medida que fue progresando la experiencia, el divorcio entre la orientación psico-
en el caso de un profesor que mantiene cierta autoridad en la clase, impone ciertas lógica y las funciones de-autoridad fue total.
obligaciones, y a la vez se encarga del bienestar del grupo, lo cual con frecuencia
entra en conflicto con las -actitudes que él desearía adoptar respecto a un indi-
El plan en sí mismo es muy sencillo. Consiste en asignar a un entrevis-
viduo. Puede sin embargo fuera de la clase, establecer una relación auténtica que
tador c o n práctica un grupo de empleados con funciones de supervisión y otro
permita la ayuda psicológica a un alumno y que esta relación sea totalmente dife-
de simples trabajadores. La experiencia ha demostrado que el tamaño de
rente a la que mantenga en el aula. Si esto se sigue así, se hace doblemente nece-
este grupo debe ser de trescientos aproximadamente. El entrevistador tiene
sario definir claramente los límites de la relación, para evitar que el alumno espere
el derecho de hablar con trabajadores y supervisores confidencialmente, pero
durante la clase el mismo tipo de actitudes que percibe durante el tiempo de la
no se le otorga ningún tipo de autoridad y, de acuerdo con el m é t o d o de en-
orientación psicológica: el total interés hacia él, la libertad para expresarse, la
trevistas, se le dice que no haga recomendaciones para que se comporten
ausencia de control autoritario y de presiones.
de una cierta manera, y que no dé consejos. Para evitar toda posibilidad de
No hay duda de que existen algunos casos en los que se puede desempeñar este vincularse c o n la autoridad, se le llama «orientador» y se dice que pertenece
doble rol satisfactoriamente. Esto es verdad cuando el asunto a tratar durante la a la Organización de Relaciones Industriales. De este m o d o no es respon-
orientación psicológica no es el mismo que se manifiesta durante la situación en la sable oficialmente de mantener una línea de autoridad con el grupo que se
que hay que ejercer el rol de autoridad. Así, un profesor puede aconsejar a un le asigna. Evidentemente, esta relación es totalmente nueva en las empresas
alumno en lo que respecta a sus dificultades con sus padres, a la vez que ejercer una modernas . 12

relación de autoridad normal en la situación de clase. Sin embargo, si el problema


fundamental del alumno es de origen académico, el profesor probablemente adop-
Si esta separación de funciones es aconsejable y factible en la industria, existe
tará una postura defensiva y jugará un papel p o b r e c o m o orientador. De la misma
una buena razón para suponer que se puede llevar a cabo de manera semejante
manera el decano de un centro universitario puede aconsejar debidamente a un
en otros establecimientos.
estudiante cuando se trata de un asunto de elección vocacional, pero cuando sus
problemas son de imposibilidad para someterse a la normativa del centro — e n la
que el decano está parcialmente implicado—-, la dificultad de desempeñar ambos
roles satisfactoriamente es notoria. Síntesis
Un tercer tipo de solución, que a la larga puede resultar el más ytometedor,
es el separar las funciones de ayuda psicológica de cualquiera que usté conectada La relación terapéutica requiere una aceptación cordial y la ausencia de cual-
con el ejercicio de la autoridad en los colegios, universidades, centros de asistencia quier tipo de coacción o presión personal por parte del orientador, de tal manera
social, tribunales y empresas. Esta solución tiene sus desventajas y necesita ser que permita en t o d o lo posible la expresión de sentimientos, actitudes y problemas
cuidadosamente planificada si se quiere que la captación intuitiva adquirida en el por parte del orientado. La relación está bien estructurada, con límites respecto
proceso de orientación psicológica se integre y haga eficaz, se profundice y crezca al tiempo, a las relaciones de dependencia y a las manifestaciones de agresividad
aún más, al trasladar este sistema a una institución organizada. Sin embargo, esta que pueda tener el cliente, así c o m o con otra serie de limitaciones de responsabi-
solución no es tan imposible c o m o parece. Existe una tendencia cada vez mayor en lidad y afectivas que el orientador se impone sobre sí mismo. En esta experiencia
los colegios y universidades a reconocer que la figura del orientador no debe parti- única de completa libertad afectiva, dentro de un marco bien definido, el cliente
cipar en funciones disciplinarias o administrativas, sino que debe establecerse c o m o se siente libre para reconocer y comprender sur impulsos y modelos de conducta,
función aparte. Las clínicas y centros de orientación ya ofrecen esta doble función positivos y negativos, c o m o en ningún otro ti; > de relación.
por separado, a pesar de que existían algunos datos, ahora anticuados, que indican La relación terapéutica es diferente e incompatible con la mayor parte de las
que entonces no se percibía el conflicto entre el tratamiento y las cuestiones de relaciones de autoridad de la vida diaria.
autoridad. A ú n más sorprendente es que las empresas han empezado a tomar con-
ciencia de que la orientación psicológica es más eficaz cuando está totalmente sepa-
rada de la autoridad. Podemos citar un ejemplo tomado de este campo.
En una investigación llevada a cabo sobre problemas de personal en la Western
Electric Company, resultó evidente que uno de los elementos más importantes
para la producción industrial y la armonía era la relación personal —tan fácilmente
rota— que se mantuviese entre empleados y encargados de personal. Se llevó a
cabo un programa de orientación psicológica para el personal a fin de facilitar un 12
Extraído de u n a conferencia de H . A . W R I G H T , Chief o f Personnel Research and Training
funcionamiento armónico basado en unas buenas relaciones interpersonales. C o m o D i v i s i o n , H a w t h o r n e W o r k s , W e s t e r n Electric C o m p a n y , ante el A m e r i c a n C o u n c i l of G u i d a n c e
and P e r s o n n e l A s s o c i a t i o n , San L u i s , 22 f e b r e r o 1940.
se hicieron miles de entrevistas, fue posible deducir una filosofía y una técnica de
V e r R O E T H L I s B E R G E R , F . J., y D I C K S O N , W . J.: Management and the worker, H a r v a r d U n i -
entrevista de ayuda, que están de acuerdo con el enfoque descrito en este libro. versity Press, C a m b r i d g e , Massachusetts, 1 9 4 0 .

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