Está en la página 1de 9

GRUPO EDUCATIVO IME

PLANTEL CHIMALHUACAN

LIC. PSICOLOGIA CLINICA

8VO CUATRIMESTRE

MATERIA: INTRODUCCION A LA PSICOTERAPIA


INDIVIDUAL

PROFESORA:
KAREN ALVAREZ

ALUMNO:
LUIS ANTONIO CAMACHO OSORIO

- NUMERO DE TAREA 2.3.5.1.1.1 AL 2.3.5.1.2.1.1 -

2.3.5.1.1.1 Actitud
Es conveniente al iniciar una psicoterapia tener en cuenta una serie de
recomendaciones que pueden ayudarnos a que esta sea más eficaz. Las consejas
para iniciar una terapia son las siguientes:
 La psicoterapia es un proceso, esto significa que dura un tiempo, en el cual
debes procurar hacerla extensiva a todas las áreas de tu vida. NO la límites
al tiempo de la consulta.
 Piensa que el cerebro se entrena al igual que el cuerpo y que con la práctica
puedes mejorar tu estado de ánimo, tu autocontrol, tu capacidad para
enfrentarse a los problemas, tu adaptación al medio social y solucionar de
forma más sencilla y tranquila situaciones que ahora te puedan parecer
difíciles o desagradables. Tienda a pensar de forma descriptiva y a ser
posible emplea el sentido del humor todas las veces que puedas.
 Trabaja contigo mismo fuera de la consulta siguiendo las directrices que se
marquen. Esto acelerará la mejoría.
 El cambio de conductas requiere un serio trabajo personal. Esfuérzate en la
medida de lo posible.
 Colabora con el terapeuta indicándole claramente todo aquello que sientes
que te beneficia y aquello que notas que no te resulta de utilidad. Pregunta
todo sobre el tratamiento o la terapia que tengas dudas; esto será de gran
ayuda para el especialista de salud mental y para ti mismo. NO SEAS
PASIVO.
 Cuanto más sincero seas contigo mismo y con el terapeuta más beneficios
personales alcanzaras.
 Adopta una actitud positiva ante la terapia, piensa que siempre hay solución
a los problemas psicológicos (que no se vea en un primer momento no
significa que no la haya) solo hay que buscarla de manera adecuada y, a
veces, con la ayuda de otra persona.
 No pierdas la predisposición al aprendizaje y mantén siempre una actitud
permanente de escucha. Es la auténtica clave para mejorar y elevar la
calidad de vida y el bienestar.
 No te subestimes. Aunque estés pasando un mal momento emocional piensa
que es posible superarlo. Otras personas lo han hecho y tú también puedes
hacerlo. Eres una persona valiosa que tiene capacidad para hacer lo que te
propongas.
 Piensa que cambiar la conducta, los pensamientos y las emociones es un
arte y que cada persona requiere su tiempo y sus técnicas. TEN PACIENCIA,
el tener prisa no hace llegar antes, más bien entorpece.
 Sé responsable de tu tratamiento. La psicoterapia es un proceso que
requiere una frecuencia constante en los contactos con el terapeuta, romper
este ritmo significa retrasar la curación. No faltes a las consultas con el
psicólogo o psiquiatra que tengas programadas mientras dure tu terapia,
pues esto puede perjudicar seriamente el desarrollo de la misma.
 No aceptes todo lo que se te diga como si fuera norma de fe, pero tampoco
lo rechaces, adopta una aptitud de escucha activa y de reflexión profunda,
sobre todo lo que se hable en las sesiones y discútelo sin agresividad. No
luches ni te enfrentes con el terapeuta, él está ahí para ayudarte.
 Por último, es muy importante encontrar el terapeuta adecuado, aquel que te
de confianza (que sea un profesional con el título de especialista y colegiado)
con el que te entiendas y tengas una buena relación, si no es así, no dudes
en buscar el profesional de salud mental más adecuado para ti y cambiarte.

2.3.5.1.1.2 Postura y rol del terapeuta y cliente


¿Cómo persuades a tu paciente? ¿Cómo intentas acoplarte a su forma de
entender la vida? ¿Qué preguntas o qué haces para descubrir su postura? ¿Cómo
te relacionas con cada uno de tus pacientes? ¿Trabajas con la postura del
paciente? Para nosotras este aspecto es imprescindible.

Por postura nos referimos a sus valores, creencias y prioridades que determinan
su inclinación, y como terapeutas, nos muestra cómo enmarcar las intervenciones
más eficazmente, evitando la resistencia. Al contrario, podemos entrar acopladas
a su forma de entender la vida y el problema. Para conocer la postura del cliente
es fundamental escuchar sus palabras exactas, cómo formula cada frase,
incluyendo el tono y énfasis utilizado. Cuando narra su problema se pueden
identificar sus creencias no solamente sobre este, también sobre la terapia y el
terapeuta. Estas nos mostrarán las posibles causas de su problema y las posibles
formas para resolverlo. Por ejemplo, sobre la conducta problemática de un hijo
adolescente, sus padres podrían verlo como “enfermo” o como “malo” según sus
creencias, de esta forma, la estrategia terapéutica será diferente en ambos casos.

La postura del paciente también nos va a mostrar si la queja es un problema grave


y por lo tanto debe ser modificado con urgencia, o si lo considera como una
inquietud que no lo beneficia, sin embargo, no es de “vida o muerte”. Esta última
postura es característica de quienes han sido enviados por terceros. En cuanto a
la solución del problema, nos muestra quienes mantienen una postura pesimista y
quienes mantienen una expectativa más optimista. Por último, es importante
indagar en las creencias que tiene el consultante sobre sí mismo ya que esto
sumado a sus creencias en relación al problema se extenderá sobre el resto del
tratamiento.

2.3.5.1.2 Externo:
Sabemos que las primeras fantasías de los niños y su vida instintiva y la presión
de la realidad sobre ellos, se interaccionan una sobre la otra y que su acción
combinada da forma al curso de su desarrollo mental. A mi juicio, la realidad y los
objetos reales afectan sus situaciones de ansiedad desde los primeros estadios de
su existencia, en el sentido de que los consideran como pruebas o refutaciones de
sus situaciones de ansiedad, que se han desplazado al mundo externo y así les
ayudan a guiar el curso de su vida instintiva. Y desde que, debido a la interacción
de los mecanismos de proyección e introyección, los factores externos influyen en
la formación de su superyó y del crecimiento de sus relaciones de objeto y sus
instintos, también ayudarán a determinar cuál será el resultado de su desarrollo
sexual.
Si, por ejemplo, la niña pequeña busca en vano el amor y la ternura de su
padre, que confirmarían la creencia en el pene «bueno» dentro de ella y serían un
contrapeso a su creencia en el pene «malo», se abroquelará más firmemente en
su actitud masoquista y el «padre sádico» puede transformarse en una condición
de amor para ella; o la conducta de él hacia ella puede aumentar el sentimiento de
odio y de ansiedad contra su pene e impulsarla a abandonar su papel femenino o
hacerse frígida. En realidad, que el resultado de su desarrollo sea favorable o
desfavorable dependerá de la cooperación de un gran número de factores
externos.
Por ejemplo, la actitud de su padre hacia ella no es lo único que decidirá acerca de
qué tipo de persona se enamorará; no depende sólo de que él la atienda o la
descuide demasiado en comparación con su madre y hermanas, sino también de
su relación directa con aquellas personas. En qué medida ella podrá mantener su
posición femenina y en esa posición desarrollar un deseo de un imago paterno
bondadoso, dependerá también mucho de su sentimiento de culpa hacia su madre
y, así, de la naturaleza de las relaciones entre su padre y su madre. Además,
ciertos acontecimientos, tales como la enfermedad o muerte de uno de sus padres
o de un hermano o hermana, pueden ayudar para mantener en ella una posición
sexual o la otra, de acuerdo a cómo esto afecte su sentimiento de culpa.
Otra cosa que desempeña un papel muy importante en el desarrollo de la niña es
la presencia en su vida temprana de una persona, sin ser su madre o padre, a
quien considere como una figura bondadosa que le presta ayuda en el mundo
externo contra sus miedos fantásticos. Al dividir a su madre en «buena» y «mala»
y a su padre en ‘bueno» y «malo», liga el odio que siente por su objeto a la madre
o al padre «malos», o se aleja de ellos mientras que dirige sus tendencias
restitutivas a su madre y padre «buenos», y en su imaginación repara en ellos el
daño que ha hecho a sus imagos paternas en sus fantasías sádicas. Pero si
debido a que su ansiedad es demasiado grande o por razones reales, sus objetos
edípicos no se han transformado en imagos buenos, otras personas, tales como
una niñera bondadosa, un hermano o una hermana, un abuelo o tía o tío, pueden,
en ciertas circunstancias, tomar el papel de la madre o padre buenos. De este
modo, sus sentimientos positivos, cuyo crecimiento ha sido inhibido debido a su
miedo excesivo por sus objetos edípicos, pueden aflorar y ligarse el objeto de
amor.
Como he puntualizado más de una vez en estas páginas, la existencia de
relaciones sexuales entre niños durante su vida temprana, especialmente entre
hermanos y hermanas, es un hecho muy común. Los deseos libidinales de los
niños pequeños, intensificados como están por sus frustraciones edípicas, junto
con la ansiedad que emana de sus más profundas situaciones de peligro, los
impulsan a realizar actividades sexuales desde que, como he tratado de demostrar
en el capítulo presente, no sólo gratifican su libido, sino que los capacitan para
obtener refutaciones a los diferentes miedos en relación con el acto sexual. He
encontrado repetidas veces que si tales objetos sexuales han actuado además
como figuras «bondadosas», las primeras relaciones sexuales de esta naturaleza
ejercen una influencia favorable sobre las relaciones de la niña con sus objetos y
sobre sus futuras relaciones sexuales. Donde un miedo excesivo a ambos padres,
junto con ciertos factores externos, hubiera producido una situación edípica
perjudicial para su actitud hacia el sexo opuesto y le hubiera impedido el
mantenimiento de su posición femenina y de su capacidad para amar, el hecho de
que ella haya tenido relaciones sexuales con un hermano o hermano sustituto en
su primera infancia, y el que ese hermano, además, le haya demostrado afecto
real y haya sido su protector, la ha provisto de una base para una posición
heterosexual y ha desarrollado su capacidad de amor. Recuerdo uno o dos casos
en tos que la niña ha tenido dos tipos de objetos de amor: uno representaba al
padre severo y el otro al hermano bondadoso.
En otros casos desarrollaba un imago que era una combinación de los dos tipos; y
aquí también sus relaciones con su hermano habían disminuido su masoquismo.
Al servir como prueba basada en la realidad de la existencia del pene «bueno»,
las relaciones de la niña con su hermano fortificaron su creencia en el pene
introyectado «bueno» y moderaron su miedo a los objetos introyectados «malos».
Ellos también la ayudaron a dominar su ansiedad en este sentido, desde que al
realizar actos sexuales con otro niño, adquirió el sentimiento de estar ligada a él
contra sus padres. Sus relaciones sexuales hicieron a los dos niños cómplices de
un crimen, reviviendo en ellos fantasías de masturbación sádica que se dirigían
originariamente contra su padre y madre, y causando que las cometiesen juntos.
Al compartir así esa profunda culpa, cada niño se siente aliviado de algo de su
peso y está menos asustado, porque cree que tiene un aliado contra sus objetos
temibles. Según lo que he visto, la existencia de una complicidad secreta de esta
naturaleza, que en mi opinión desempeña una parte esencial en toda relación de
amor, aun en personas mayores, es de especial importancia en los vínculos
sexuales donde el individuo es paranoide.
La niña también considera su ligadura sexual con otro niño, que representa el
objeto bueno, como una refutación, por medio de la realidad, de su miedo a su
propia sexualidad y a su objeto como algo destructivo, de modo que un vínculo de
esta clase puede impedir que se haga frígida o que sucumba a otro trastorno
sexual en la vida posterior.
Sin embargo, aunque, como hemos visto, las experiencias de esta índole pueden
tener un efecto favorable sobre la vida sexual de la niña y sus relaciones de
objeto, pueden también conducir a serios trastornos en este terreno. Si sus
relaciones sexuales con otro niño sirven para confirmar sus miedos más profundos
ya sea porque su pareja es demasiado sádica o porque la realización del acto
sexual hace surgir aún más ansiedad y culpa en ella a causa de su propio sadismo
excesivo, su creencia en la maldad de sus objetos introyecta dos y de su propio
ello serán más fuertes aun, su superyó será más severo que nunca, y, como
resultado, su neurosis y todos los defectos de su desarrollo sexual y
caracterológico serán mayores.

2.3.5.1.2.1 Honorarios
La capital de nuestro país cuenta con muy buenos profesionales de la psicología.
Las tarifas promedio por sesión de los psicólogos en Ciudad de México se sitúan
entre los $500 y $2,000 MXN.

Precio de los psicólogos en Guadalajara

Hay que tener en mente que todo esto puede variar en función de tu localidad. Por
ejemplo, es común que en Guadalajara una sesión cueste alrededor entre $300 y
$2,000 MXN, mientras que en Puebla el precio puede reducirse. En Cronoshare,
contamos con los mejores psicólogos de Guadalajara, quienes y te pueden ayudar
ya sea con sesiones en familia, pareja, grupales o individuales.

A la hora de escoger un psicólogo hay varios factores a tener en cuenta. Como es


de esperarse, el precio es uno de ellos, aunque no es el más relevante.

Tal y como mencionamos al inicio, es recomendable ver este gasto como una
inversión en nuestro bienestar, por lo que es imprescindible que nos sintamos
cómodos y seguros con el profesional.

A continuación te ofrecemos algunas estimaciones según los diferentes tipos de


terapia presencial:

PRECIO DE TERAPIA DE UN PSICÓLOGO

Tipo de terapia Precio

Terapia individual para adultos $500 MXN/h - $2,000 MXN/h

Terapia de parejas $700 - $2,00 MXN por hora y media

Terapia infantil Desde $350 MXN por sesión


Los precios son aproximaciones y han sido calculados a nivel nacional.

Volver al principio
¿Terapia a distancia?

Hay muchas personas que optan por la psicología online, este tipo de modalidad
les permite estar en contacto con el psicólogo y continuar las respectivas sesiones
en línea, pero sin tener que desplazarse hasta la consulta del psicólogo para
llevarlo a cabo de manera presencial.

Esto puede ser por una variedad de razones, como por ejemplo, que el paciente
tenga movilidad reducida, poca flexibilidad horaria, o algún otro tipo de
impedimento que haga que no pueda desplazarse, o, incluso, que este paciente
desee obtener un mayor grado de intimidad.

La demanda de las sesiones de consultas psicológicas online se ha visto


aumentada al ser una alternativa más cómoda para el paciente, sin dejar de lado
la profesionalidad, confidencialidad y personalización que aporta una consulta
presencial.
Factores que influyen en las tarifas de un psicólogo profesional

Hay diversos factores que influyen en el precio de las consultas. Los principales
son: el nivel de estudios y formación del profesional, el tipo de terapia y la duración
de las sesiones. A continuación los explicamos de manera detallada.

Profesionales cualificados: nivel de formación

Es posible que sea el factor más importante en relación con el precio. Un


psicólogo con una buena formación tendrá la capacidad de ofrecerte
competencias y servicios de muy alta calidad, que tal vez no posea otro
profesional.

Al ser la psicología un campo tan amplio, los psicólogos deben invertir tiempo y
dinero en ponerse al día en cuanto a los nuevos estudios, mejoras, e incluso
nuevas teorías.

Todo ese esfuerzo y dedicación se traduce en un mejor servicio, y en


consecuencia, también en tarifas elevadas. Es posible encontrar precios de hasta
$2,500 MXN por sesión.
Psicólogos para empresas
Hay empresas que solicitan un servicio especializado para sus trabajadores, dicho
servicio, lo realizan los psicólogos laborales especializados en atención
psicológica empresarial.

Esto es una gran ventaja teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte de
nuestro tiempo en el trabajo y, como en cualquier otro aspecto de nuestra vida, a
veces podemos necesitar ayuda profesional para resolver algún conflicto en el
entorno laboral.

Un psicólogo para empresas puede cobrar alrededor de $1,600 MXN y $2,500


MXN dependiendo principalmente del número de trabajadores.
¿Qué incluye una sesión con un psicólogo?

Es importante tener claro que el precio no incluye únicamente una hora de


servicio, sino que, al contratar a un profesional de calidad, el precio debería
cubrir atención personalizada. Esto implica el análisis, seguimiento y estudio de tu
caso particular.

En otra cuestión, has de tener en cuenta que un gran número de psicólogos son
autónomos. Esto quiere decir que deben pagar ciertas cuotas e impuestos, así
como la renta de las instalaciones donde reciben a los pacientes.

Compartimos contigo esa información para entender por qué en ocasiones precio
por consulta puede ser bastante elevado.

Recuerda que el precio también va acorde a la ayuda que ofrecen a los pacientes.
La terapia es algo que te va a resultar útil para toda la vida, mejorando poco a
poco tu calidad de vida.
¿Cuánto cuesta la primera consulta con el psicólogo?

La primera visita al psicólogo suele ser más cara que el resto de sesiones de
terapia psicológica, ya que se incluye la valoración del paciente para determinar el
tipo de terapia más adecuada en función de su diagnóstico. El precio aproximado
se encuentra entre $800 y $1,300 pesos.

¿Cuánto cuesta un psicólogo en la Ciudad de México?

Los psicólogos en CDMX suelen cobrar entre $500 a $2,000 pesos. Sin embargo,
según el tipo de profesional, modalidad de la terapia y tipo de sesión, los precios
podrían variar.

¿Cómo es la primera visita con el psicólogo?

No hay de qué preocuparse, aunque es normal sentirse nervioso la primera vez


que se acude a uno de estos profesionales. En la primera sesión, que suele durar
más que el resto, por lo general, el psicólogo te preguntará cuál ha sido el motivo
de acudir a él/ella, pero sobre todo, es una primera toma de contacto para
empezar a conocerse y conseguir que nos sintamos cómodos, además de valorar
si es necesaria una terapia y qué tipo de terapia es la más adecuada.

Esperamos que este artículo te haya ayudado a conocer y comprender mejor los
precios de estos profesionales. Ahora que ya tienes una idea más clara de cuánto
cobra un psicólogo en México puedes contratar y evaluar cotizaciones aquí a
un psicólogo profesional.
2.3.5.1.2.1.1 Duración
Duración de las sesiones

Por lo general, las sesiones suelen tener una duración de 1 hora. No obstante, es
posible que los tiempos varíen en función de la evolución o desarrollo del paciente.
Por lo tanto, en dependiendo del paciente, una sesión puede durar de 45 a 90
minutos aproximadamente.

La duración afecta al precio. No te van a cobrar lo mismo por 45 minutos que por
una hora y media.

También podría gustarte