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Este libro está dedicado a todas las personitas

de mi grupo en WhatsApp uwu espero


que lo amen un mundito. ❤

Les pido de favor que no compartan, copien o


modifiquen el archivo sin mi previa autorización.
Respeten el esfuerzo, tiempo y trabajo que
dediqué con cariño a esta historia
para que pudiera llegar a ustedes de esta forma.

¡Les quiero!
❝ No tiene relaciones, las rompe❞

Si hay una cosa que la vida le ha enseñado a Kim Taehyung es que todos
eventualmente le dejan. Pero eso está bien porque tiene una estrategia: no
amigos, cero novios, repeticiones con límite de enrolles, no compartir su
cama para algo que no sea sexo, y por encima de todo, déjalos antes de
que te dejen. Ha puesto sus habilidades de rompimiento para realizar el
trabajo sucio de otros. La última cosa que esperaba cuando aceptó hacer
un estúpido baile y cantar una canción en la puerta de un desconocido por
órdenes de su cliente, era que terminaría frente a una muy reconocible ―y
estupidamente sexy― estrella de porno. Cuando conoces a un hombre
como Jungkook estarías loco para no hacer un movimiento. Y sólo porque
él estaba tirando cada una de sus reglas no significaba que estaba en
problemas, ¿cierto?

❝ Es el amigo de todos, pero el todo de nadie❞

Jungkook ama trabajar para Ballsy Boys Studios, pero cuando filmas la
clase de vídeos que él hace, las relaciones son malditamente imposibles.
Y sí, los chicos le encuentran sexy y quieren estar con él, pero nadie
nunca se ha preocupado lo suficiente para ver más allá de su personaje,
todos creen conocer a Rebel, pero lo cierto es que nadie conoce al
verdadero Jungkook.

Hasta que conoce a Taehyung.

Él no tiene problemas con nada de su trabajo, pero está determinado a


mantenerle a distancia. Por primera vez, un simple enrolle no es suficiente.
Quiere más con él. Diablos, quiere todo. Pero el chico se resiste ante cada
paso hasta que Jungkook está listo para rendirse. ¿Qué necesita hacer
para mostrarle que lo suyo es real y vale la pena luchar por ello?
Artista de rompimiento para contratar:

¿Cansado de tu pareja?
¿Tu relación no es lo que esperabas y ahora no sabes cómo terminarla?

¡Pues yo tengo la solución!

¿Por qué pasar por la molestia y desastre de romper con alguien cuando
puedes pagarme para hacerlo por ti?

Tú puedes elegir el método o simplemente dejarme a mí preocuparme por


los detalles sucios, y puedes enfocarte en escoger a tu siguiente dama o
muchacho.

No te quedes atascado en una mala relación un minuto más. ¡Mándame un


correo ahora!

$100 por adelantado vía Paypal o Venmo. El costo podría aumentar si tu


petición específica es extremadamente fuera de lo ordinario.
La rigidez y el dolor en sus músculos le dejaban saber que había dormido
por horas en la misma posición, lo cual solo podía significar una cosa...
Alguien había roto su regla y se había quedado a compartir la
incompartible cama de Kim Taehyung toda la noche.

Cerrando sus ojos y masajeando el puente de su nariz murmuró una


oración pidiendo paciencia antes de rodar hacia el otro lado dispuesto a
averiguar a quién coño había traído a su departamento y qué demonios le
había dado a esa persona la ridícula idea de que podía romper sus reglas
y pasar la noche ahí.

Junto a él había un lindo chico completamente desnudo. El sabor a tequila


rancio en su boca explicaba por qué no podía recordar una mierda de lo
que obviamente habían hecho la noche anterior, pero el dolor de su trasero
le dejaba saber que había disfrutado demasiado follando con semejante
semental.

―Oye... ―dijo al fin, su voz un poco ronca por el reciente sueño―. Um...
―Joder, ni siquiera recordaba el nombre del tipo, no, ni siquiera estaba
seguro de habérselo preguntado antes―. Viejo, levántate.

El chico gruñó y se frotó la cara. Cuando sus ojos parpadearon


abriéndose, su expresión transitó entre somnolienta a una molesta y luego
a una juguetona.

―Buenos días, bebé. ¿Qué te parece otra ronda? Luego podemos hablar
sobre el desayuno ―sonrió mirando la desnudez de Taehyung y
acercándose un poco para besarlo.

El castaño colocó una mano en su pecho y lo apartó con poca delicadeza.


―No hombre, te tienes que ir.

Los ojos del tipo se endurecieron y sus labios se fruncieron en una


completa cara de odio.

―Lo siento ―escupió el desconocido sarcásticamente.

Taehyung solo se recostó sobre la cama mientas observaba como el


contrario se colocaba los pantalones con apuro, agarraba sus cosas y se
largaba molesto de su departamento sin dirigirle la mirada.

Bueno. Lo cierto era que no siempre se comportaba como un completo


gilipollas. Pero tenía arte para cortar lazos con las personas, no todos
necesariamente necesitaban ser echados igual. Con algunos solo bastaba
pasarles la mano suavemente y pedirles que se fueran con ligereza o con
alguna que otra indirecta, pero a otros era necesario que les dijera con
todas sus letras que se fueran a tomar por culo de inmediato.

Tal vez sabía suficiente sobre echar a alguien de su vida y no lo suficiente


sobre dejar a alguien quedarse.

Lentamente se sentó al borde de la cama, intentando rodar la tensión fuera


de sus hombros, pero fallando rotundamente.

De pronto una grandiosa idea surgió en su mente. Con una mueca en su


rostro, se estiró por su laptop que descansaba en el escritorio. Mientras el
ordenador comenzaba a encenderse volvió a acomodarse debajo de las
frías sábanas, y sin poder evitarlo acarició suavemente su erección
matutina.

De repente la pantalla cobró vida e hizo clip inmediatamente en su sitio


web preferido guardado en la barra de favoritos: Ballsy Boys, el mejor
maldito sitio de porno gay en existencia.
No es que él fuera un pervertido ni nada por el estilo, solo era un chico gay
sexualmente activo con hormonas funcionales. Era normal que le gustara
el porno.

Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo mientras los profundos ojos


negros virtuales de Rebel, su estrella porno favorita, se encontraron con
los suyos. Taehyung estuvo enganchado con él a primera vista, sus
anchos hombros, cabello perfectamente azabache y mandíbula fuerte le
ponían duro apenas con mirarlo por unos cortos instantes.

Cuando el pelinegro follaba, tenía esa expresión apasionadamente


torturada que le volvía jodidamente loco. Podría quedarse atrapado por
horas observando su tonificado cuerpo flexionarse mientras embestía en
un goloso agujero. Y sus gemidos, oh, sus gemidos eran de otro mundo.

Su estómago saltó con emoción cuando vio un nuevo vídeo subido


etiquetado: Rebel Prueba Fleshjacking.*

«Contrólate Taehyung». Se dijo a sí mismo, sintiendo su corazón latir a mil


por segundo.

Inmediatamente le dio clic, y la tímida sonrisa de Rebel llenó la pantalla.

Un montón de veces Taehyung se había preguntado si esta era la


verdadera personalidad de Rebel o si era sólo parte de su personaje. Y si
este era un personaje, ¿quién era realmente? Sabía que Rebel no era su
verdadero nombre obviamente, ¿pero sus amigos y amantes reales cómo
lo llamarían? ¿Follaba igual fuera de cámara, o como lo hacía enfrente de
ella, o era una actuación también?

―Entonces, dime Rebel, ¿alguna vez has usado un Fleshjack antes?


―Una voz fuera de cámara se escuchó mientras Rebel sostenía una caja

Fleshjacking: Masturbación con un juguete sexual para hombres. El exterior puede simular ser una boca/vagina/ano.
para que la cámara mostrara la compañía que pagó por publicidad.

―No, nunca he tenido problemas encontrando a una pareja dispuesta


―bromeó el pelinegro.

―¿Estás emocionado por ver cómo se siente?

―Sí, he escuchado que se siente mejor que lo real. Si ese es el caso,


quizás me rendiré al salir siquiera de la cama ―le guiñó un ojo a la cámara
con coquetería, y Taehyung sintió que su polla se endurecía por completo
bajo el jugueteo lento de su mano.

Rebel contestó unas cuantas preguntas más, pero el castaño ya había


desconectado su mente de la charla y solo se enfocaba en esos labios tan
deliciosos, el labio inferior era un poco más grueso que el superior y
debajo de ellos tenía un pequeño lunar tan adorable. El castaño de pronto
tuvo un deseo como el infierno de poder sentir esa boca envuelta
alrededor de su miembro.

Tal vez Ballsy Boys estuviese contratando; eso cubriría los gastos por el
resto de su titulación. Luego sería pagado y conseguiría la oportunidad de
follar o ser follado por Rebel. No era mala idea.

Solo que... No se podía ver a sí mismo haciendo porno, y quién sabe cómo
podría afectar sus perspectivas del futuro en su carrera de desarrollo de
videojuegos. Posiblemente en muchas formas, en estos días, ser un
diseñador de juegos era ser una persona pública, y con todo el criterio y
corrección política, era más fácil evitar un tropezón tan épico como follar
en cámara. Personalmente, no creía que hubiese nada de malo al hacer
porno, pero desafortunadamente el mundo no siempre lo veía de esa
manera.

Rebel se recostó con el Fleshjack en una mano y su endurecida erección


en la otra. Taehyung imitó sus caricias, sus ojos viajando por el cuerpo del
chico en pantalla de la misma forma que deseaba que su lengua lo hiciera.
Dios, lo que daría por probar cada centímetro de su pálida piel.

Rebel cubrió su polla con lubricante, un sonido de chapoteo pegajoso


claramente audible se hizo presente. Luego la cámara hizo un
acercamiento mientras él intentaba posicionar su miembro en la
resbaladiza entrada del juguete.

El castaño sintió su agujero contraerse, imaginando al pelinegro alineando


su polla en él para follarle. Su mano libre viajó entre sus piernas y acarició
con su dedo índice alrededor de su entrada. En la pantalla, el glande rojizo
de Rebel penetró el juguete con incluso más obscenos sonidos húmedos.

―Ooooh. Guao ―jadeó el azabache, su mano inmovilizándose.

Las venas en la gruesa polla de Taehyung palpitaban, y sus bolas ya


estaban contraídas. Sentía que su boca se hacía agua al imaginar el
salado sabor de Rebel mientras chupaba y lamía su erección.

Su polla dolía, una clara gota de pre-semen rodó a lo largo de su


extensión. Taehyung sentía que podría venirse en segundos si
simplemente follara su puño duro y rápido. Pero quería alagarlo. Quería
que su liberación se construyera hasta que estuviera seguro de que se
volvería loco si no se corría.

El pelinegro se acarició a sí mismo con el Fleshjack en un largo y suave


movimiento. Sus caderas saltaban, y su respiración era pesada. Dejaba
salir pequeños gemidos desesperados que hacían que Taehyung se
estremeciera. Eso era lo que jodidamente le encantaba del actor, no por
nada era su favorito. Cuando veía los vídeos de Rebel, no sentía que lo
estaba haciendo por la cámara, sentía como si cada jadeo y gemido fuera
sólo por él.

―Joder, esto es muy bueno. Está jodidamente apretado. Puta mierda.


Podía ver el temblor en los músculos del azabache que le dejaban saber
que estaba cerca, así que aceleró sus propios tirones, agregando un
pequeño giro en su glande, su dedo torturando su agujero una y otra vez.

―Oh, joder, joder. Quiero correrme desesperadamente.

Los gemidos provenientes de su laptop haciendo coro con sus propios


jadeos, eran los únicos sonidos que inundaban su habitación.

―Sí, córrete ―alentó Taehyung a través de la pantalla.

Rebel dejó salir un largo y bajo gemido, sacó el juguete, y se agarró a sí


mismo con su otra mano. El castaño al verlo jadeó, el placer corriendo por
todo su cuerpo en múltiples temblores. Colocó sus pies planos sobre la
cama y empujó dentro del túnel de su puño con más fuerza.

Cerró sus ojos y sólo escuchó cada estrangulado gemido mientras Rebel
era atormentado por su orgasmo. Lo imaginó arrodillándose sobre él,
gruesos chorros de semen brotando del miembro del pelinegro a su propio
estómago, su cabeza echada hacia atrás y sus músculos tensos.

El apretado anillo de su culo se abrazó alrededor del dedo dentro de él, y


el calor se apresuró de su vientre y salió a través de su polla. Cada
caliente chorro drenó la tensión que había estado sintiendo cuando
despertó.

Abrió sus ojos sólo un poco mientras las réplicas vibraban a través de él.
La expresión de Rebel no estaba muy lejos de la suya mientras jugaba con
el semen en su piel y usaba sus ojos para coquetear con la cámara sólo
unos segundos más.

―Gracias por ver ―dijo el chico y entonces le guiñó otra vez un ojo a la
cámara hasta que la pantalla se puso en blanco.

Taehyung jodidamente amaba a sus Ballsy Boys.


Dejó salir una larga respiración y cerró su laptop. Luego se estiró por una
arrugada camiseta junto a la cama y la usó para limpiar su liberación.
Lanzó la manchada prenda en dirección de su cesto y sacó un porro de la
pequeña caja junto a su cama. Lo encendió e inhaló el humo dentro de sus
pulmones, sosteniéndolo hasta que su cabeza comenzó a girar un poco y
sus pulmones y garganta quemaban.

En algún lugar de su apartamento podía escuchar el sonido de alarma en


su celular.

―Oh, joder.

De pronto recordó que iba a llegar tarde a su clase de la mañana si no


sacaba su culo por la puerta. Tomó unos cuantos toques más antes de
apagar el porro y ponerlo devuelta en su caja. Luego salió de la cama y se
puso unos jeans desgastados y una henley roja. Pasó sus dedos a través
de su cabello castaño, probablemente empeorándolo, pero al carajo.

Encontró su celular bajo el sofá, y luego salió por la puerta, sólo unos
minutos tarde. Así que básicamente, estaba triunfando esa mañana.
Los vecinos de abajo estaban discutiendo otra vez, Jungkook agarró sus
audífonos para escuchar algo de música mientras leía un libro fascinante
sobre escritura de guiones.

Juraba por Dios, que si tuviera ochenta años, no querría estar pasando su
vida peleando con su pareja.

Jinso y Jihyo eran súper amables con él, pero aparentemente, habían
llegado al punto donde ya no se podían soportar entre sí. Todo lo que
escuchaba de ellos eran discusiones y peleas, y a esa edad, no era nada
bonito.

Su estado de ánimo mejoró ligeramente después que fue capaz de


ahogarlos a través de la música, pero decir que se sentía feliz todavía
estaba lejos de la realidad. El hecho de que Mark no hubiese contestado a
su último mensaje podía o no tener algo que ver con su estado de ánimo.

Si le mandabas a un chico una foto de un pene, lo menos que él podía


hacer era responder con un pulgar arriba o algo, ¿no? Especialmente si
era un muy buen pene como el suyo.

Había visto muy buenas pollas en su línea de trabajo, y joder, la de él se


comparaba más allá de favorable, no es que fuera un presumido ni nada
por el estilo, pero tenía unos buenos 20 centímetros, era gruesa,
perfectamente curveada arriba y lo más importante, sabía cómo usarla. En
serio, cuando estaba duro, era una puta obra de arte.

Esa era una de las razones del por qué estaba en el top diez de los Ballsy
Boys más populares. ¿Qué podía decir? Todos amaban verle follar. O ser
follado. Todos amaban a Rebel.
Y síp, era versátil, así que no hacía ninguna diferencia para él. Daba tan
bien como recibía, y era especialmente popular para los tríos.

Su empresa tenía un gran número de aplicaciones de chicos que creían


ser material Ballsy Boys, pero Bear, su jefe, era altamente selectivo. La
gente creía que ser una estrella porno era increíble, pero la realidad
consistía en que era un trabajo difícil. Seguro, le pagaban por follar o ser
follado, pero era mucho más que eso.

Tenía que tener química con las personas, llevarse bien, ser sexy.
Necesitaba al menos algunas habilidades de actuación, porque
definitivamente, después de haber sido follado por tres horas, la última
cosa que querría hacer era lucir extasiado. Pero era el trabajo, así que él y
sus compañeros gemían y actuaban y seguían órdenes. Bueno, trataban.
Algunos de ellos eran mejores en eso que otros.

Jungkook miró su teléfono. ¿Por qué Mark no estaba contestando su


mensaje? ¿Debía escribirle otra vez? Dios, no, no estaba así de
desesperado. ¿Cierto?

No es como que estuviesen saliendo de verdad o algo.

Se conocieron hacía unas semanas atrás en Bottoms Up, el bar/club gay


local. Jungkook no tenía muchos enrolles, porque usualmente tenía
suficiente sexo en el trabajo, pero Mark tenía una grandiosa sonrisa y un
puto culo fantástico, así que tuvieron un rapidito en el baño. Intercambiaron
números, se escribieron, tuvieron sexo telefónico mutuamente
satisfactorio, y salieron unas cuantas veces.

El chico no sabía nada de su trabajo, obviamente.

Si los hombres no le reconocían, no les iba a decir. No era de su puta


incumbencia, especialmente ya que no estaba buscando nada serio de
todos modos.
Diablos, incluso si quisiera, no podría. No con ese trabajo. La única cosa
que parecía funcionar era encontrar a alguien en el negocio y que
estuviese dispuesto a compartir.

Nadie quería salir con una estrella porno, no importaba cuánto parecieran
estar bien con ello al principio. Después de cinco fallidas relaciones,
Jungkook debería saberlo.

No es que todas sus relaciones hubiesen sido súper serias, pero los cinco
chicos con los que había salido, rompieron las cosas con él por hacer
porno. Bueno, técnicamente en tres casos, él las terminó porque no quería
ceder a un ultimátum de tener que dejar de filmar sus vídeos. No se
llevaba bien con las demandas como esa.

Pero si Mark no sabía quién era y lo que hacía, ¿por qué carajos le estaba
ignorando? Casi tiró el teléfono cuando de pronto sonó en su mano. Jefe
llamando.

—Hola, Bear —dijo.

—Hola Rebel. Tengo un nuevo chico que necesita ser presentado, ¿estás
puesto para ello?

Bear no hacía bromas, lo cual apreciaba. Él era extremadamente amable,


pero profesional.

—Claro. ¿Cuándo y dónde estabas pensando?

—Brewer tuvo que cancelar una grabación porque tiene gripe, ¿así que
hay alguna probabilidad de que puedas hoy? Ya había reservado todo el
equipamiento y personal, y el nuevo chico está disponible.

—No hay problema. ¿Cuál es el aspecto?


—Es un lindo jovencito. Tiene esa completa apariencia inocente que va
perfecto con tu sofocante sensualidad. Ve por dulce y honesta atracción.
No debería ser difícil, el chico es altamente follable. Mucho juego previo,
besos. Y hacer que te la chupe porque necesito saber si él puede pasar
hasta la garganta. Si no, tendremos que enseñarle.

Sonaba como una filmación perfecta, que le pagasen para que


básicamente se besuqueara con un lindo chico—. Si necesita lecciones,
deja que Brewer le enseñe. Nadie chupa pollas como él.

Bear rió—. Joder, sí.

—¿Entonces voy a ser estrictamente activo? ¿Necesito prepararme?

Si sabía de antemano que iba a ser pasivo, siempre adaptaba su dieta un


poco. Hacía la preparación un poco más fácil. No es que eso fuese a ser
una opción con tan corto aviso, pero se prepararía lo mejor que pudiera,
obviamente.

Bear hizo un sonido evasivo—. Pixie no está interesado en ser activo, lo


cual es bueno, porque estoy un poco bajo en pasivos puros. Dependiendo
en cómo lo haga, podría dejarlo que te haga rimming*, pero nada más que
eso.

El pelinegro sonrió—. ¿Pixie? ¿Quién coño escogió ese nombre?

—Yo lo hice. Lo juro por Dios, es el nombre perfecto para él. Espera a que
lo veas. Él es un pequeño diablillo, todo pueril y lindo.

—¿A qué hora?

—¿Medio día estaría bien?

Rimming: Estimular de manera oral el ano.


Jungkook tarareó su afirmación.

—Gracias, Rebel. Te debo una —dijo su jefe.

—¿Quieres decir que el pequeño chico no es tu regalo para mí? —bromeó.

Bear todavía estaba riendo mientras finalizaba la llamada.

Su estado de ánimo mejoró radicalmente. Definitivamente no había nada


como la idea de presentar a un lindo chico para iluminar su día.

Por eso jodidamente amaba ser Rebel.


Entrar a su papel de estrella porno siempre había sido algo sencillo,
siempre que pisaba el estudio dejaba de ser Jungkook y se convertía en
Rebel. Nadie conocía su verdadero nombre, excepto su jefe. No es que no
les tuviese confianza a sus compañeros, sino que prefería mantener su
vida personal fuera del trabajo.

Cuando entró al set pudo divisar a unos metros de distancia a un chico que
jamás había visto antes.

Bear no estaba mintiendo. Pixie o como rayos fuera su apodo, era la cosa
más linda que sus ojos habían apreciado. A simple vista podía saber que
era mucho menor que él, era delgado, pero un poquito tonificado, cabello
de un espléndido color azul, cara angular con una fuerte mandíbula,
hermosos ojos nublosos bajo oscuras cejas, y frondosos labios, que
estaba seguro, lucirían malditamente perfectos alrededor de su polla.
Yummy.

—Hola —dijo el pelinegro acercándose al chico—. Soy Rebel.

Podía jurar que había visto un rubor subir a sus mejillas. Y se preguntaba
dónde en el mundo Bear había encontrado a este adorable pícaro.

—Lo sé. Quiero decir, he visto tus videos. Tú eres... Sé quién eres.

Este era el por qué a Bear le gustaba emparejarlo con los nuevos. Algunos
de los más experimentados hombres podían ser realmente gilipollas, pero
él tenía paciencia infinita con los nervios y timidez.

—Bien. ¿Cuál es tu favorito?


Probablemente sería el trío que hizo con Brewer y Prez, quien dejó Ballsy
Boys hacía unas semanas atrás. Brewer y el azabache tenían una química
genial, y Prez, este masivo oso musculoso quien los folló hasta la mierda a
los dos. El trasero de Jungkook dolió por días después de eso, pero
maldición, resultó estupendo. Fue el vídeo más popular en el sitio los
últimos meses.

—El tuyo y de Johan.

El pelinegro levantó sus cejas y lanzo una rápida mirada sobre su hombro
para ver si Bear estaba escuchando. La grabación con Johan fue única,
porque Bear quería hacer algo más y fue por un ángulo altamente
romántico. Era todo lento, suave, un montón de besos y lánguido sexo.
Una sorprendente elección que le daba la indicación de las preferencias de
Pixie.

Cuando su mirada cruzó con la de su jefe, este último asintió para señalar
que lo escuchó. Bien. Esto le ayudaría a sacar buenos libretos para usar
bien al nuevo chico.

—Bear ha repasado contigo el libreto de hoy, ¿cierto?

El peliazul sacudió la cabeza en una afirmación.

—¿Y te preparaste de acuerdo con sus instrucciones?

Dio otro asentimiento. Más le valía estar usando un plug*, porque no


tendría tiempo para preparar y estirar su interior. Y con la polla de Rebel,
necesitaría preparación real.

—Comenzaremos con la entrevista. Trata de relajarte. Yo tomaré el


liderazgo, así que mantén tus ojos en mí y simplemente ten una

Plug: tapón anal.


conversación conmigo, ¿está bien?

El chico mordió su labio. Dios, él estaba nervioso.

—Ellos pueden editar cualquier cosa. Sigue mi ejemplo, y estarás bien.

Diez minutos después, los dos estaban sentados en un cómodo sofá,


ambos usando bóxers cortos. Usualmente, las pre escenas de las
entrevistas eran hechas estando desnudos, pero con los nuevos, al jefe le
gustaba comenzar más conservativamente.

Bear se sentó de piernas cruzadas en la silla en frente de ellos. Él siempre


hacía unas cuantas preguntas, y las cámaras grababan las múltiples
escenas de los actores al mismo tiempo.

El jefe asintió hacia el pelinegro para señalar que estaban comenzando el


rodaje.

—¡Rebel, te hemos encontrado a otro nuevo para que lo presentes! —dijo


Bear con una risa.

El azabache sonrió—. Me gusta presentar novatos —afirmó, mientras


comenzaba a arrastrar un dedo por el hombro de Pixie. El otro chico
tembló bajo su tacto, un sonrojo cubriendo su rostro—. Están tan ansiosos
por complacer y son tan honestos en sus reacciones. Digo, en serio, este
se sonroja... ¿Cuán jodidamente adorable es eso?

—¿Qué vas a hacer con él? —inquirió Bear.

—Me gustaría comenzar con trazar su cuerpo. Descubrir qué lo hace


temblar, qué lo hace gemir... ¿Es él un chico que se pone todo débil
cuando juego con sus pezones? O tal vez es realmente sensible alrededor
de sus orejas... Quiero chupar su lóbulo y descubrirlo —Pixie tembló otra
vez, ese exquisito rubor todavía manchando sus mejillas—.
Definitivamente voy a pasar mucho tiempo besándolo, porque, hola, ¿has
visto esos labios? Pero quizás Pixie tiene algunas ideas de lo que él quiere
también, ¿no?

El peliazul tomó una respiración profunda, y luego levantó sus ojos para
encontrase con los de Rebel—. Me preparé bien para esto, sabes —dijo
suavemente.

El azabache se inclinó un poco hacia delante—. ¿Lo hiciste?

—Vi cada video tuyo al menos dos veces. Todo en nombre de la


investigación, por supuesto.

El chico tenía sentido del humor. Genial.

—Mmm, puedo apreciar eso. ¿Qué aprendiste de mí?

El peliazul levantó su brazo y dejó su mano caer en los bíceps del mayor.
Su toque era suave, casi tierno—. Todos siempre alaban tu polla.

El contrario sonrió—. Me han dicho que es uno de mis mejores bienes.

Los labios de Pixie se curvaron en una sexy sonrisa—. Oh, es casi


malditamente perfecta, no me malinterpretes, pero personalmente, soy
parcial de tus manos.

—¿Mis manos? —La sorpresa en el rostro del azabache no era falsa. No


tenía idea de a dónde iba el chico con esto.

El peliazul dejó a su mano bajar por la piel pálida del brazo contrario,
entonces se estiró por la mano de Rebel y la levantó—. Tienes manos
hermosas. Largas. Agraciadas. No puedo esperar a sentirlas en mí, mirar
que me toques.

Maldición.
El pelinegro no tuvo que mirar a Bear por permiso. Él los dejaba hacer lo
que quisieran, siempre y cuando se apegaran al guión general.

—Ven aquí, diablillo. Vamos a ver si la realidad coincide con tus sueños.

El menor se arrastró hacia su regazo, descansando su cabeza contra el


hombro del pelinegro.

Rebel colocó sus dos manos sobre su pecho, cubriendo sus pezones—.
Mira mis manos. Creo que se ven bien en ti, ¿no? —comenzó a frotar sus
pezones con los pulgares, y el peliazul dejó escapar un tembloroso gemido
de sus labios—. ¿Dónde exactamente imaginaste mis manos, cuando nos
imaginaste jugando?

—En todas partes. Dios, quiero que me toques por todas partes —Había
una impaciencia en su voz que se sentía real. Interesante.

Mierda, presentar a Pixie iba a ser mucho más divertido de lo que había
imaginado.

Los dos bromearon durante unos cuantos minutos, y luego sin problemas
cambiaron a los besos. Se mantuvieron un tiempo jugando con la lengua
del otro hasta que el azabache llevó sus manos al elástico del bóxer del
chico.

—Corte —anunció Bear.

Ambos actores rompieron el beso.

—Lo estás haciendo bien —le animó Rebel.

Bear se acercó—. ¿Cómo lo llevas, Pixie?

El seguro y sexy chico de hacía unos minutos atrás desapareció, y se


sonrojó de nuevo bajo la mirada de su jefe. Claro, se necesitaba algún
tiempo para acostumbrarse a estar desnudo en el set, en su caso, casi
desnudo ya que estaba todavía con ropa interior, especialmente cuando
todos los demás menos tu pareja de rodaje estaban vestidos.

—Estoy bien... Sí, es bueno. Rebel es... agradable —balbuceó Pixie.

—¿Agradable? Que puto golpe a su ego —dijo Bear, dándole una nalgada
al pelinegro.

—Hey —protestó el actor—. Manos lejos de la mercancía, jefe. O te


demandaré por acoso sexual.

Joey, el primer camarógrafo, comenzó a reír—. Tú y ese pene tuyo son un


acoso sexual por sí solos. Puto infierno, Rebel, estás dándonos a todos un
complejo de inferioridad aquí.

El azabache le mostró el dedo medio y se giró hacia Pixie—. Momento de


la siguiente fase. Vamos a empezar en la misma posición que estábamos,
pero luego nos vamos a cambiar a tú chupándomela, ¿de acuerdo? Hazlo
con calma, sin prisa. El objetivo no es que me corra, sino hacer que luzca
sexy. Trata de hacer sonidos, porque a los espectadores les encanta
oírnos, pero no demasiado exagerado.

—Dice el tipo cuyo apodo es el Gemidor —se burló Joey.

—Viejo, mis gemidos son una forma de arte. La gente ha puesto mis
gemidos como tono de llamada. Desearías ser tan bueno en gemir... o en
follar, para el caso.

Fue el turno de Joey para mostrarle el dedo medio, pero luego sonrió. La
atmósfera en el set era siempre relajada, lo cual era otra razón por la que
Jungkook amaba lo que hacía.

—Si yo estoy demasiado cerca de llegar, te daré unos golpecitos —le dijo
a Pixie—. Esa es tu señal para reducir la velocidad, ¿de acuerdo? En
cualquier momento que quieras cambiar a rimming, está bien. Joey va a
estar muy cerca con la cámara para conseguir una buena toma, pero no
mires a la cámara. Concéntrese en lo que estás haciendo o en mis ojos.

Pixie lo miró con una expresión seria y asintió en respuesta.

—Hora de perder el plug —dijo el pelinegro suavemente—. Acuéstate. Lo


quitaré yo.

Jungkook no hizo un alboroto de ello, todo el mundo pretendió ver a otra


parte, así que segundos más tarde, el plug salió libre. Se deshizo de él
rápidamente y limpió sus manos con una toalla. Siempre había un montón
de ellas tiradas por ahí.

Pixie se volvió a poner su bóxer, lo cual era bueno, ya que necesitaban la


continuidad de escena.

Duraron una hora y media, con Bear consiguiendo casi todas las
posiciones que les había pedido hacer. Pixie era súper flexible y felizmente
dejó que lo follaran hasta ser un desastre de lloriqueos.

Con todo había sido una muy buena grabación, y Bear se veía feliz.

—Buen trabajo, Rebel. Tuvieron una gran química.

El azabache asintió—. Él es bueno. Ansioso.

Pixie se acercó con timidez, palmeando su cara con una toalla.

—Lo hiciste bien pequeño diablillo —El mayor lo felicitó.

Su cara se abrió en una gran sonrisa—. Gracias.

—¿Quién crees que sería una buena opción para él? —le preguntó Bear al
pelinegro—. ¿Estaba pensando en Campy?
El contrario asintió—. Sí. Brewer funcionaría también. Tank no. Ese tipo
puede follar por horas, y nuestro chico aquí no tiene la resistencia para eso
todavía.

El jefe sonrió—. Estoy de acuerdo. Tank no es para principiantes.

Jungkook caminó a las duchas con un Pixie callado a su lado. Se vistió


rápidamente después de un refrescante baño.

Cuando comprobó su teléfono, había un nuevo mensaje de texto. Parecía


que Mark le había considerado digno de otra cita.

Hurra.
Las clases matutinas de Taehyung pasaron lentamente. Sabía que
estudiar diseño de videojuegos iba a ser una gran cantidad de clases
técnicas acerca de codificación y de informática, y estaba de acuerdo con
eso, pero algunos de los profesores realmente podrían trabajar en sus
monótonas formas.

El calendario en su teléfono le recordaba que tenía una cita con su


asesora en veinte minutos, lo cual era más que suficiente tiempo para ir
caminando hacia el edificio de oficinas de la facultad. En su camino, hizo
una parada rápida en los dormitorios Randall Hall para terminar con algún
pobre diablo llamado Xiumin cuyo novio estaba harto de él. ¿Qué podía
decir? Eran unos frescos cien dólares, y él era muy bueno botando gente.
Estaba comercializando su conjunto de habilidades.

—¿Kim Taehyung? —Fue saludado cuando entró a la oficina de su


asesora sólo cinco minutos después de su tiempo programado para la
reunión.

—Sí, ese soy yo.

—Me alegra que hayas sido capaz de pasarte para conversar esta tarde.
Me di cuenta de que no has pagado el saldo de este semestre todavía, y
quería ver si necesitabas información de ayuda financiera.

Las entrañas del castaño se retorcieron, y se hundió en la silla frente a su


consejera, Irene.

—Se lo dije, no me gusta la idea de ponerle fin a la escuela con una deuda
enorme. ¿Cuánto tiempo tengo para pagar el saldo de este semestre?
—Hasta el 17 de abril. Si no pagas para entonces, serás expulsado de tus
clases.

—Lo resolveré —le aseguró.

Siempre había encontrado una forma de pagar cada semestre, de una


manera u otra. El semestre pasado fue cuando la idea de publicar el
anuncio de romper con la gente por dinero vino a él. Y eso le ayudó.
Estaba seguro de que iba a encontrar una manera de pagar este semestre
también.

—Si cambias de opinión, estaré feliz de darte más opciones de préstamos.

—Gracias.

Taehyung se lanzó la mochila sobre el hombro y salió de la oficina sin


mirar hacia atrás.

¿Qué coño es lo que iba a hacer?

Tenía algunos de los grandes en la cuenta de su otro trabajo, pero estaba


contando con que fueran para gastos de manutención. Iba a tener que
comenzar a rezar mucho para que la gente necesitara de él para hacer el
trabajo sucio de dejar a alguien por ellos si quería pasar desapercibido
este semestre.

Se dejó caer al lado de un árbol retorcido en el patio y enterró la cara en


sus manos.

—Tengo que dejar a esta chica, pero no me gusta el drama, ¿sabes? —


dijo un muchacho cerca del lugar donde se encontraba sentado el
castaño—. Sé que habrá discusión y preguntas acerca de por qué las
cosas no están funcionando. Es mi infierno.
Taehyung rió para sí mismo y sacudió la cabeza. Romper con alguien era
fácil; era mantener a una persona cerca donde estaba el truco. No pudo
hacer que sus padres no le abandonaran, no pudo encontrar una familia de
acogida que le conservara, y cuando supo para qué era su pene, no había
ocasión en el infierno de que fuera a darle la oportunidad a cualquier
hombre de dejarle.

—Sería fantástico si pudieses pagarle a alguien para romper con ella por ti
—El amigo del sujeto bromeó y ambos comenzaron a reír.

Empujando sus pies y pasando sus manos por los mechones de su cabello
rebelde otra vez, Taehyung giró en la dirección de los dos chicos con su
mejor sonrisa en el rostro para hacerles frente.

—Disculpa, pero parece que tienes un problema con el que puedo ayudar.

Ambos jóvenes compartieron una mirada confusa.

—No estamos tratando de comprar drogas —dijo uno de ellos, mirando al


castaño de arriba abajo.

«No soy un traficante de drogas, jódete mucho». Pensó Taehyung


mordiéndose la lengua para no contestar. En cambio, se obligó a sí mismo
a reír como aprecio al humor de un malentendido. Claro, él era un chico
desaliñado, con el cabello desordenado, sus jeans tenían agujeros y las
botas militares eran un elemento básico en su armario. No se parecía a la
idea de alguien de clase alta, pero no vendía drogas... Las consumía de
vez en cuando, pero no las vendía.

—No, yo ofrezco un servicio... Voy a dejarle saber a tu chica con suavidad


que la estás dejando, y todo por el bajo precio de cien dólares. La ruptura
es llevada a cabo por ti sin la molestia.

—No inventes.
—No invento —confirmó—. Sólo dame su nombre, una imagen sería
bueno, y dónde puedo encontrarla. Si hay algo específico que quieras que
diga puedo hacer eso, pero por lo demás puedo controlar la situación una
vez que esté allí.

—Sí, diablos sí —El chico sonrió y se estiró por su celular—. Puedo


enviarte el dinero por Venmo, ¿verdad?

—Por supuesto —concordó el castaño y le dio su información.

Taehyung respiró un pequeño suspiro de alivio. Iba a resolver el tema del


dinero; siempre lo hacía. Más importante, necesitaba mantener sus ojos en
la meta.

Al ser pasado de casa en casa, la constante era que todos estaban más
que felices de lanzarle una consola de videojuegos y le animaban a
quedarse fuera de su camino. Llegó a amar la creciente complejidad de los
juegos con el tiempo. Le encantaba resolver los enigmas en Resident Evil,
estaba intrigado con la profunda trama de The Last of Us, e incluso apreció
el arte de Journey.

Y para el tiempo que tenía dieciséis años, sabía sin una sombra de duda
que quería crear juegos. Quería aprender todo el detrás de escenas del
drama, la sangre, el sudor y las lágrimas que crearon el mundo en el que
quería envolverse. No había forma en el infierno que fuera a dejar que
unos cuantos miles de dólares se interpusieran entre él y su sueño.

Paseó por el campus, tomando el zumbido de energía que acompañaba


siempre el inicio de un semestre. Todos todavía estaban avivados y
seguros de que este iba a ser su mejor año. Animadamente agarraban a
sus amigos y discutían los planes futuros para las fiestas del fin de semana
y los trabajos estudiantiles que cambiarían sus vidas.

Una pequeña punzada de celos lo golpeó en el pecho. Tenía un montón de


entusiasmo por su futuro, fiestas y demás, pero lo que no tenía era amigos
para compartirlo.

Pero de igual forma existía una buena razón para mantener a la gente a
distancia, y el hecho de que fuera tan consciente de sí mismo debía
significar que estaba emocionalmente saludable, ¿cierto? Pero eso no le
impedía estar solo de vez en cuando. No le malinterpreten, había personas
con quienes pasaba el rato de vez en cuando, pero nadie a quien llamaría
para sacarle de la cárcel.

Taehyung se sacudió la melancolía mientras subía los escalones a su


clase de Historia Antigua.

Estaba bien así, si seguía solo nadie podía abandonarlo.

Cuando regresó a su apartamento después de sus clases de la tarde,


encontró cinco respuestas a su publicación de Reddit. Cha-Ching. Cuatro
de las solicitudes eran estándar "No lo/la lastimes, sólo hazle saber que se
acabó entre nosotros", y contestó cada una de vuelta para obtener más
información y para hacerles saber a dónde enviar sus pagos. Pero el
quinto mensaje le llamó la atención.

Mark:
Necesito dejar a este tipo que he estado viendo, y necesito que sea
humillante. Hay una canción, un baile y un traje por los que te pagaré cien
dólares extra. Pero necesito que este hombre se sienta como un idiota.

Taehyung presentía que él sería el que se iba a sentir como un idiota. Pero
por doscientos dólares, sería el mayor idiota del mundo.
Tae:
Hecho. Sólo necesito un nombre y dirección y tendrá que enviarme los
$200 por adelantado.
Taehyung suspiró un quejido mientras se ponía un puto traje de plátano.
Cuando Mark le había explicado exactamente lo que quería, le dijo que
serían trescientos dólares en lugar de doscientos, pensando que cambiaría
de opinión. Pero él estaba feliz de entregárselos, y ahora estaba vestido
como un plátano, preparándose para ir a la casa de un tipo y decirle que
había sido dejado. Uno pensaría que habría una manera más fácil de
hacer dinero. Desafortunadamente, un trabajo de estudiante con salario
mínimo no iba a ser suficiente.

Revisó la dirección que le envió Mark otra vez y se dirigió a romperle el


corazón a un pobre imbécil. Se ganó un número de miradas extrañas
mientras caminaba las pocas cuadras en su traje de plátano... Bueno, esto
era ridículo.

Cuando llegó al edificio correcto, tuvo la suerte de atrapar a alguien al salir


para no tener que timbrar para entrar. Se dirigió hacia el tercer piso y
encontró el número de apartamento que su cliente le había dado. Respiró
hondo, preparándose para el papel de pendejo que iba a hacer, y luego
levantó su mano para tocar. Segundos después, la puerta se abrió.

Taehyung dejó escapar un suspiro de sorpresa, sintió su estómago caer y


su cara enrojecer furiosamente, mientras se encontraba mirando a los
inconfundibles ojos profundamente negros de nada más y nada menos que
del Ballsy Boy Rebel. Demonios, él era aún más sexy en persona.

Su melena azabache estaba enmarañada con algunos mechones largos


cubriendo sus ojos. Sus pronunciados labios eran tentadores y mordibles,
y joder, sus anchos hombros y sus bien tonificados brazos carecían de
marcas de garras apasionadas. El castaño no podía decir que hubiera
notado sus manos antes, pero después del último video con el nuevo chico
de Ballsy, no pudo dejar de aferrarse a sus largos y delgados dedos.

Una sonrisa perezosa y coqueta se extendió por los labios de Taehyung


antes de que su cerebro reaccionara y le recordara que estaba en un
maldito traje de plátano.

«Al carajo con mi vida» Se dijo para sus adentros, queriendo que la tierra
lo tragara.

—Eh, ¿puedo ayudarte? —preguntó el pelinegro, su frente arrugada en


confusión.

—Esto es jodidamente vergonzoso —se lamentó, mirando el traje amarillo


brillante que llevaba puesto—. Esta es la cosa, Mark me envió aquí para
romper contigo. Hay una tonta canción y un baile que hace que el disfraz
sea mucho más relevante. Pero santa mierda, tú eres Rebel, ¿y quién
demonios se deshace de una estrella porno?

Los ojos del azabache cayeron en algo parecido a la decepción, según


pudo apreciar Taehyung.

—Qué pendejo —murmuró para sí mismo—. Gracias por hacérmelo saber


—Comenzó a cerrar la puerta, pero por impulso, la mano del castaño salió
volando para detenerla.

—Rebel, lo siento mucho. ¿Estuvieron juntos mucho tiempo? —¿Por qué


carajos siquiera estaba preguntando eso?

—No, apenas lo conocía. Lo cual es el por qué este teatro parece


particularmente mamón.

Taehyung asintió como si entendiera por lo que estaba pasando, cuando


en realidad, lo único que su cerebro parecía comprender era el hecho de
que estaba a una distancia de toque de Rebel. No es como que cada día
una oportunidad como esta caía en el regazo de una persona, y no había
manera en el infierno de que pudiera dejar pasar esto sin al menos tratar
de cumplir una de sus últimas fantasías. En el peor de los casos: le
rechazaría. Pero, en el mejor de los casos... Definitivamente claro que sí,
iba a por ello.

—Sí —concordó—. Sabes, si realmente quisieras desquitarte, podría


chupártela.

Ya está, lo había dicho.

Una lenta sonrisa se extendió por los tentadores labios que tanto deseaba
Taehyung, y la mirada del azabache volvió a revolotear sobre el disfraz del
castaño con diversión. En dos segundos y medio, había pasado de ser un
chico vulnerable a la estrella porno Rebel.

—¿Y cómo exactamente una mamada de un plátano se desquita con


Mark?

—Hombre, es una mamada. Trabaja conmigo aquí —le presionó, su voz


cayendo baja y coqueta mientras en su mente enviaba una plegaria al dios
de las pollas perfectas de estrellas porno para que le dejara tener una
probada.

—Claro, ¿por qué carajos no?

«¡Puta madre, sí!»

Taehyung no podía creer su suerte mientras entraba a la casa de su


estrella de porno favorita... aún vestido como una puta banana.

—¿Voy a quitarme el traje de plátano si te parece bien?

El azabache se rió a carcajadas y luego sacudió la cabeza como si no


pudiera creer lo que estaba pasando en ese instante.
—Por mucho que estuviera deseando follar con un plátano, eres
bienvenido a quitarte el disfraz si lo prefieres.

—Gracias.

Taehyung no perdió más tiempo quitándose el disfraz y dejándolo junto a


su puerta principal. Los ojos del pelinegro vagaron sobre él con un brillo
apreciativo mientras se paraba delante suyo con nada más que una
delgada camiseta blanca y un bóxer corto negro.

Rebel se lamió los labios y sonrió cuando sus ojos se encontraron de


nuevo—. No creí que fuera posible, pero en realidad eres más guapo sin el
traje de plátano.

—Cierra la boca y saca esa legendaria polla.

Las cejas del azabache se elevaron, pero no discutió mientras alcanzaba


la cremallera de sus jeans y lentamente la bajaba. El sonido de los dientes
de metal desbloqueándose para darle acceso a la misma polla con la que
se había masturbado cien veces al imaginarla envió un escalofrío por todo
su cuerpo. Rebel llegó a los confines de sus jeans, y su erección se liberó.

—Puto infierno —murmuró Taehyung, mientras caía de rodillas para


adorar ante el altar del dios de las pollas perfectas del porno, que le había
concedido esta recompensa.

Ahora que estaba cerca, se permitiría unos segundos para admirar. Era
raro ver una polla tan perfecta como esa. Sin esperar más, bajó los jeans y
la ropa interior de Rebel hasta los tobillos y se tomó un segundo para
apreciar la vista. La polla del pelinegro era pesada en su mano, el glande
era rojizo, tenía venas pronunciadas y palpitantes que quería memorizar
con su lengua.

Era un pensamiento un poco alucinante para el castaño darse cuenta por


primera vez de que estaba en presencia de un hombre que probablemente
había estado con más gente de la que él lo había hecho. Definitivamente le
daban ganas de hacer todo lo posible para impresionarlo.

—Estás limpio y todo eso, ¿verdad?

—Por supuesto —dijo el azabache, lanzándole una mirada a Taehyung


con ojos inyectados en fuego.

—Gracias a Dios, odio tener que chupar goma.

A Kim se le hizo agua la boca cuando sacó la lengua para probar por
primera vez la piel salada y caliente de Rebel. El pelinegro dejó salir un
silencioso jadeo que puso su sangre a hervir.

Envolvió el puño alrededor de la base de su polla y lo hizo rebotar unas


cuantas veces contra su lengua hasta que sintió una ráfaga de pre-semen
y robó otra respiración fuerte de los pulmones del actor. Envolvió sus
labios alrededor de la cabeza ancha y lengüeteó la hendidura mientras
chupaba.

—Eres un provocador.

Taehyung liberó su polla con un chasquido y le sonrió a Rebel—. No es


provocación, sólo estoy calentando. Me imagino que te la ha chupado el
mejor; necesito hacer una buena demostración aquí.

—No hay una forma equivocada de chupar pollas —le aseguró.

—Pero sin duda hay un camino correcto —bromeó antes de apretar su


agarre y darle una caricia larga y firme—. Por cierto, no me importa que
seas rudo, así que siéntete libre de agarrarme el pelo, follarme la boca, o
lo que te mueva.

Y luego abrió ancho los labios y los envolvió alrededor de esa tentadora
erección que lo estaba llamando.
«Joder, es grande»

Los labios del castaño estaban apretados alrededor de su circunferencia,


el miembro del azabache pesaba sobre su lengua. Sólo podía imaginar lo
bien que se sentiría golpeando en su trasero. Inhaló con fuerza un poco de
oxígeno a través de su nariz, no estaba seguro de cuándo tendría la
oportunidad de respirar de nuevo, y luego agarró a Rebel de las caderas y
lo arrastró hasta la parte posterior de su garganta.

—Tan bueno —gruñó el pelinegro, y sus dedos se enredaron en el cabello


de Taehyung, sosteniéndolo con su polla enterrada hasta la garganta del
castaño.

Cuando su agarre disminuyó una fracción, Kim fue capaz de retroceder y


aspirar otro poco de aire antes de tomarlo profundo de nuevo. Sus manos
comenzaron a vagar sobre la vasta extensión de la piel suave y tentadora
de Rebel mientras el puño en su cabello guiaba la velocidad de su boca
llevándolo profundamente una y otra vez dentro de él. Le lloraban los ojos
y le dolía la mandíbula, pero amaba cada puto segundo de ello.

El azabache extendió sus piernas mientras Taehyung llevaba una mano


dentro de sus muslos, hasta que palmeó sus bolas llenas, rotándolas y
tirando de ellas.

—Cristo, eso es bueno —jadeó el actor porno.

El castaño sonreiría de satisfacción, pero su boca estaba bastante llena,


así que en vez de eso gimió en apreciación.

Todo sobre chuparle la polla a Rebel era mejor de lo que jamás había
imaginado. Quería pasar el resto de su vida con ella en la garganta. No
necesitaba comer, beber o jodidamente respirar, sólo necesitaba ahogarse
con ella.
El agarre en el cabello de Kim se tensó, y las caderas del pelinegro
comenzaron a flexionarse, follando su garganta en largos y rápidos
empujones. La propia erección de Taehyung se sacudió y palpitó en los
confines de sus bóxers cortos, doliendo por liberación.

Otro estallido salino le golpeó la lengua. Rebel sacó un gemido, y todo su


cuerpo se inmovilizó antes de que su miembro comenzara a pulsar contra
la lengua del castaño, la boca de Taehyung se inundó con su grueso y
salado semen. Succionó su liberación, y luego chupó su polla limpia, sin
querer desperdiciar ni una gota.

—Entonces, ¿qué tanto estoy a la altura? —preguntó el castaño con


impaciencia, su voz sonando algo ronca.

El azabache se hundió contra la pared y se rió—. ¿Buscas un desglose de


puntos? —bromeó.

—Joder, sí, me siento como si hubiera competido en las olimpiadas de


mamadas. Necesito escuchar los comentarios de los jueces.

—Excelente técnica, uno de los mejores deepthroating que he tenido


alguna vez, y un desmontaje impresionante. Un sólido nueve punto ocho.

—¿Nueve punto ocho? —repitió con indignación.

—Siempre hay que dejar espacio para mejorar —le explicó con un guiño—
. Ahora, ¿quieres que te la chupe?

—En realidad, desde ese vídeo con el nuevo chico Ballsy, me muero por
saber cómo se sienten tus manos —admitió.

—Una paja será —concordó el chico, pateando sus jeans y dando un paso
al frente. Le quitó la ropa interior a Taehyung sin más necesidad de
conversación.
«Debería follar con estrellas porno más seguido. Saben cómo ir directo al
grano.» Pensó el castaño con emoción.

—Tú también tienes una buena polla —comentó Rebel mientras envolvía
la mano alrededor de la base de su miembro con un firme agarre.

Para Kim, chupársela le había excitado lo suficiente como para que esto
no llevara mucho tiempo. Agarró la parte delantera de la camisa del
pelinegro mientras el contrario chupaba y lamía su cuello, su mano tirando
con un propósito lento. En cada caricia hacia arriba hacía un giro y le hacía
jadear y sisear.

Taehyung movió sus caderas, su cabeza cayendo hacia atrás en un


gemido áspero. El azabache le acarició más fuerte, leyendo todas sus
señales no verbales. Joder, él era bueno.

Su piel se calentó y sus bolas se tensaron a medida que jadeaba una


mezcla incoherente de oraciones y maldiciones, su semilla derramándose
sobre el puño de Rebel. Agotado se derrumbó contra él mientras sus
piernas se volvieron gelatina y su cerebro se aplastó por la fuerza del
orgasmo.

Maldita sea, Taehyung sinceramente estaba arruinado para los hombres


normales.
Ese chico era lindo. No, borren eso. Era precioso. Absoluta y jodidamente
precioso.

Sus ojos era lo que más le llamaba la atención a Jungkook: tenía una
mirada intensa en un par de ojos azules que te perforaban, como si él
estuviese viendo mucho más de lo que le estabas mostrando.

Su cabello había estado algo peinado cuando llegó, pero después de que
el pelinegro le sostuviera la cabeza mientras le follaba la boca, tenía todo
el aspecto de estar recién fuera de la cama, y hacía que se viera realmente
adorable.

Jeon se limpió la mano con su camisa y luego se la sacó por la cabeza


para tirarla al suelo. La pondría en la cesta más tarde. No es como si el
chico plátano nunca lo hubiese visto desnudo de todos modos.

Y joder, acababa de darse cuenta de que ni siquiera sabía su nombre.


Santa madre de toda incomodidad. Maldita sea, se ganaba la vida follando
con tipos. Era mucho mejor que esto.

—¿Planeabas decirme tu nombre pronto o preferirías que te llame chico


plátano?

El castaño sonrió—. Taehyung. Mi nombre es Taehyung. Encantado de


conocerte... Jungkook.

Oh, Dios, lo había olvidado. Mark seguramente le debió haber dado su


verdadero nombre, el cual poca gente sabía. Maldita sea. Vivir bajo un
alias era mucho más difícil de lo que parecía.
—Sí, bueno, ¿te importaría llamarme Rebel? Trato de mantener mi nombre
personal, ya sabes, personal, y como ya sabes a qué me dedico...

Taehyung se encogió de hombros—. Claro. Probablemente lo habría


hecho de todos modos, ya que así es como pienso en ti.

—Piensas en mí muy seguido, ¿verdad?

Al contrario de lo que Jungkook pensó, el castaño no se sonrojó para


nada. En cambio, dibujó en su rostro una sonrisa arrogante.

—Digamos que he visto todos tus vídeos más de una vez.

Cuando el azabache comenzó en el negocio del porno, se ponía raro


cuando la gente decía cosas así. Porque cuando las personas decían que
habían visto todos sus vídeos, quería decir que se habían masturbado.
Tenía muchas fans femeninas también. Eso era un poco desconcertante al
principio, para ser honesto.

Ahora, estaba acostumbrado. Los hombres y las mujeres se le acercaban


todo el tiempo para decirle que le amaban, y lo apreciaba de todos los
géneros, como hombre de igualdad de oportunidades que era.

Taehyung se estiró y su camisa se alzó para darle un vistazo de su


estómago plano. No, aún Jeon no se hartaba de este chico.

Como si pudiera leerle la mente, el castaño le dijo:

—¿Quieres que pasemos el rato? Tengo una hierba estupenda.

—Claro, ¿por qué diablos no?

La hierba no era algo que Jungkook se permitía disfrutar a menudo. Las


drogas no se mezclaban bien con el negocio. Tenía que mantener su
cuerpo en buena forma, la cabeza despejada y en el juego. Pero no tenía
nada más planeado para hoy, y a pesar de la fabulosa mamada que
acababa de recibir, seguía enojado con Mark.

No podía creer que ese hijo de puta le hubiese dejado así. Enviar a alguien
con un disfraz de plátano. Puto imbécil. No tenía ninguna duda de que
había descubierto lo que hacía, porque esa era la única razón que se le
ocurría para que quisiera humillarle así. Pero puta madre, qué movimiento
cabrón de su parte.

Suponía que eso ponía el marcador en seis ex-novios, aunque en su


mente Mark no había llegado a ser su novio todavía. Mierda, le había
dejado antes de que llegasen a serlo y jodidamente le había pagado a
alguien para que lo hiciera. Un poco de levantamiento sonaba muy bien
ahora mismo.

—¿Crees que podríamos llevarlo más adentro que el pasillo? —preguntó


Taehyung.

El azabache rió—. ¿Quieres moverte... adentro?

El chico no perdió un segundo—. Di la palabra, hombre, y estaré dentro en


un santiamén.

—¿En un santiamén? Mierda, espero que dures más que eso. Además,
¿quién dice que alguna vez tendrás una oportunidad con este culo
fabuloso?

—Pensé que estábamos hablando de tu sala de estar —fingió estar


confundido.

—Claro que sí. Entra —Jeon se dirigió a su sala de estar, que parecía un
poco desordenada, pero no como una pocilga de cerdo—. ¿Quieres algo
de beber?
—¿Tienes algún refresco? El alcohol y la hierba no se mezclan bien para
mí.

—¿Coca o Sprite?

—Coca. Gracias.

El pelinegro tomó un refresco del refrigerador para cada uno, mientras


Taehyung se ponía cómodo en el sofá de Ikea. A Jungkook le encantaba
Ikea. Aparte del hecho de que era muy accesible, sus sofás tenían fundas
lavables. ¿Quieren saber lo útil que era después de un rapidito?

También trajo un pequeño frasco de vidrio para usar con sus cigarros.
Cuando entró a la sala, el castaño estaba ocupado haciendo dos porros
bonitos y gordos. Jeon puso las bebidas en la mesa de café —también
patrocinada por Ikea, muchas gracias— y se tumbó en el sofá al lado de
Taehyung.

En silencio, ambos encendieron sus cigarros y el pelinegro suspiró con


placer cuando llegó el primer zumbido. Mmm, perfecto. Tenía a un chico
sexy junto a él y un porro espeso. Maravilloso.

—Entonces, ¿qué haces? —preguntó Jungkook después de un minuto o


dos.

Taehyung bufó—. Me fumo un porro y paso el rato con Rebel de Ballsy


Boys.

Tal vez fuera la hierba, pero el azabache lo encontró extremadamente


divertido, y una risita no exactamente atractiva se le escapó de los labios—
. No, imbécil, ¿qué haces? En la vida, quiero decir. O para vivir. Lo que
sea. En general.

—Jesús, eres elocuente cuando estás drogado.


—No te olvides, dejado. Estoy drogado, sexualmente satisfecho después
de esa increíble mamada que me diste, pero aun así dejado.

—Vamos, no me digas que lamentas en serio a ese cabrón que rompió


contigo. ¿Quién demonios rompe con Rebel?

Jeon suspiró, de repente menos feliz—. Supongo que se enteró de mi


trabajo. Todos lo hacen, ya sabes, y siempre es un problema.

—A mí no me importa —dijo el castaño con confianza indiferente.

—¿Puedo ser grosero y señalar que no eres mi novio? —Una perspectiva


ligeramente diferente.

Taehyung se encogió de hombros—. Hipotéticamente hablando, si yo


fuera tu novio, todavía no me importaría.

El azabache levantó las cejas—. ¿Estarías de acuerdo con que tu novio se


cogiera a otros hombres?

—¿Por qué carajos no? En primer lugar, es tu trabajo, ¿verdad? No es


como si estuvieras engañándome. Estás haciendo lo que te pagan por
hacer, igual que a todos los demás, sólo que más divertido. Segundo, la
gente necesita relajarse con todo eso del novio. No es que salir con
alguien signifique que te vas a casar y vas a tener hijos. ¿Qué pasó con
pasar el rato y simplemente divertirse juntos sin toda esa presión del por
siempre?

Jungkook tomó otra calada profunda de su porro.

—Exactamente. Todo eso del pendejo de Mark se suponía que era eso:
diversión. Nos conocimos en Bottoms Up, por el amor de Dios. Nadie
conoce a su chico de "felices para siempre" en Bottoms Up. Todo lo que
quería era salir, divertirme, compartir sexo de vez en cuando. ¡Pero noooo,
él tuvo que ponerse todo angustiado conmigo y romper usando a un tipo
con un disfraz de plátano! Sin ofender.

—No me ofende. Fue un movimiento de la verga.

El pelinegro dejó salir otra risita de bebé... No precisamente masculina,


pero sí muy adorable.

—Verga... Eso es muy gracioso, porque su polla era realmente poco


impresionante.

Taehyung sonrió—. ¿Pequeña? —adivinó.

—Normal, pero un poco torcida... y su técnica apestaba. Tener el equipo


es una cosa, pero saber cómo usarlo es mucho más importante.

El castaño volvió a reír—. ¿Será que estás un poco malcriado? Haces esto
para vivir, sabes. Es como comparar un jugador de videojuegos serio con
un jugador de juegos para celular.

Jeon se encogió de hombros.

—Tal vez, pero me he follado a novatos que eran mucho mejores que él.
Maldición, preferiría diez veces follarme a un Fleshjack... O a un chico
plátano.

Demonios. ¿Pensar en follar le puso duro otra vez o tal vez era la hierba?
Suspiró satisfecho y se dejó caer de lado con la cabeza sobre el hombro
de Taehyung.

—Me gustas, Tae —le dijo—. ¿Puedo llamarte Tae? —Se acomodó más
sobre su hombro y pasó una mano alrededor de su cintura—. Mmmm...
Das buenas mamadas.

—Joder, eres de peso ligero, amigo. Un porro y te pones adorable y esa


mierda conmigo. Bueno, al menos eres un drogadicto feliz.

Jungkook lo miró por debajo de sus pestañas—. Feliz y caliente. ¿Quieres


darme otra mamada?
Jungkook echó un rápido vistazo alrededor del estudio para asegurarse de
que todo estaba puesto correctamente. Bear contrató a un nuevo
asistente, y aunque el chico tenía un puntaje alto en el factor lindo, no
había dominado completamente todos los detalles de su trabajo todavía.
Especialmente con un rodaje más complicado como el que se haría hoy,
los detalles importaban.

Como el hecho de que esto se suponía que debía ser un dormitorio, y aun
así había un calendario de oficina en la pared. El pelinegro se acercó para
sacarlo de su lugar y lo metió debajo de la cama king size, donde las
cámaras no lo captaban.

—Buena atrapada —comentó Joey.

—Sí, pero necesitamos algo más para evitar mirar un clavo vacío. Déjame
ver en la sala de utilería. Y no dejes que Campy salte a la cama, por el
amor de Dios, porque la va a estropear, y se ve perfecta ahora.

—¿Voy a joder qué? —preguntó Campy, uno de sus compañeros de


trabajo, caminando vestido con un traje de rayas azul oscuro. La boca del
azabache se abrió un poco. Era un hombre bronceado, guapo, con ojos de
cachorro que normalmente iba vestido con jeans rasgados y camisa, pero
esto lo hacía parecer... Adulto.

Jeon silbó entre dientes—. Te ves bien, hombre. Date la vuelta.

Campy sonrió, y giró fácilmente.

—Bien. Te ves casi respetable.


—Casi, ¿eh?

—Todavía está el hecho de que parece que te acaban de follar —bromeó


Joey. En serio, para ser heterosexual, el camarógrafo podía hacer chistes
muy ingeniosos.

Campy le mostró el dedo medio, y luego se giró hacia Jungkook otra vez—
. ¿Crees que esta corbata va con el traje? —señaló hacia una corbata azul
claro con un patrón de rayas blancas y azules oscuras diagonales.

El azabache frunció el ceño—. ¿Cómo diablos voy a saberlo? Nunca he


usado un traje en mi vida, hombre. ¿Cuál es la alternativa?

Campy buscó en el bolsillo del saco de su traje y sacó una corbata rosa
suave, sosteniéndola justo al lado de la otra.

—Me gusta más la rosa, en realidad —dijo Jungkook, entrecerrando los


ojos para verlo mejor—. Contrasta más.

—¿Ves? Por eso te pregunto. Tienes buen ojo para estas cosas, hombre.

Jeon se encogió de hombros. No estaba seguro de concordar con él, pero


tenía que admitir que le encantaba estar en el estudio durante un rodaje.
Bear le pidió que entrenara a otro novato en su primera sesión de fotos.
Había hecho una sesión de introducción él y otra discreta con Brewer, pero
ésta era grande. Bear estaba dirigiendo, así que le pidió que entrenara a
Heart específicamente.

Hablando del chico malo, ahí estaba. Heart usaba unos jeans que
colgaban tan bajos que se podía ver la mayoría de su bóxer azul brillante y
que se caerían a sus tobillos con tan sólo estornudar. Tenía una camiseta
blanca que llevaba en el cuello como una bufanda. Sus orejas estaban
decoradas con una sonora joya y un costoso par de lentes de sol estaba
sobre su cabello oscuro.
Heart era, en serio, el tipo más genial que había conocido en términos de
estilo, pero ahora mismo parecía un puto pandillero. Lo cual era
exactamente la idea, considerando el guión.

El chico le lanzó una sonrisa perezosa—. Qué onda, Rebel.

Hicieron un intrincado apretón de manos que sólo él podría hacer sin


parecer un completo idiota—. ¿Estás listo, sexy?

Heart era sexo en un palo. Todos los Ballsy Boys tenían algo, suponía.
Como Joey había señalado, Campy siempre parecía como si acabara de
ser bien follado. Tank tenía una vibra intensa y oscura que hacía que cada
pasivo en un radio de ochenta kilómetros quisiera doblarse y tomar lo que
sea que él estuviese sirviendo. Brewer era un total folla chicos que
claramente amaba tener sexo. Pixie era nuevo, pero ese chico estaba
dispuesto a todo. Él, bueno, suponía que tenía esta vibra sensual de la que
su jefe siempre estaba hablando.

—Bien, estás aquí —dijo Bear, acercándose a ellos—. Bonito traje,


Campy. Perfecto. Tú también, Heart. Me gusta la vibra. Necesito que
practiques tus frases con Rebel mientras filmamos la primera escena con
Campy. Asegúrate de conocerlas bien.

Heart asintió, todo serio ahora.

—Ven, vayamos al vestuario a practicar —llamó el azabache.

Heart le siguió, sosteniendo una copia arrugada de lo que asumía que era
el guión en su mano—. ¿Estás nervioso? —preguntó Jungkook.

—Sí. Más o menos. Es una gran filmación.

Jeon se dio la vuelta cuando llegaron al vestuario y le hizo un gesto para


que se sentara en uno de los bancos—. No, no lo es. Son cinco minutos de
charla, y luego pasas a follar. Conoces esa parte.
El chico sonrió mientras se sentaba—. Creo que lo tengo cubierto.

—Cuéntame la historia con tus propias palabras.

Heart respiró hondo—. Soy un punk al que atraparon destruyendo un


coche caro. El dueño rico quiere llamar a la policía, pero me han arrestado
dos veces antes, así que sería mi tercer strike. Estoy desesperado por no
ir a prisión, así que le ofrezco lo que sea para que no llame a la policía. Y
él decide dejarme pagar con sexo.

El pelinegro asintió. El chico tenía una buena comprensión del núcleo de la


escena.

—Campy es nuestro mejor actor. No dejes que la vibra relajada te engañe.


Será una persona diferente, así que prepárate para eso. Tu trabajo es ser
malcriado, bocazas, pero desesperado. Campy, Jeremy en el guión, tiene
todo el poder, así que tenlo en cuenta. Esta no es una escena tierna, no
hay reciprocidad. Te van a follar duro y largo en cada agujero.

Había una razón por la que era tan directo como podía serlo. Heart era
nuevo, así que necesitaba saber qué iba a pasar. Y Jungkook necesitaba
asegurarse de que pudiera tomar lo que sea que Campy le diera. Tener la
boca follada no era para todos, pero cuando Heart se la chupó en una de
las escenas que habían filmado juntos, había notado que el chico no tenía
un reflejo nauseoso, así que eso ayudaría.

—Estoy bien con el guión, hombre —dijo Heart, quitándole la preocupación


por él.

Ambos siguieron repasando líneas hasta que Bear entró para indicar que
estaba listo para la siguiente escena. La filmaron en dos tomas con dos
cámaras grabando desde ángulos diferentes. Jeon estaba orgulloso de
Heart cuando lo vio improvisando unas cuantas veces, perfectamente
dentro de su personaje. Campy estaba fabuloso como siempre. Santo
cielo, ese hombre sabía actuar. Le sorprendía que siguiera haciendo
porno.

Bear pidió tiempo fuera antes de que pasaran a la primera escena—. ¿Con
qué crees que deberían empezar? —le preguntó su jefe.

El azabache lo consideró antes de responder.

—Nada de besos, porque no encaja en la escena. Jeremy está enfadado


por lo de su coche, así que debería ser un polvo enfadado. Rudo, exigente.
Heart debe ser forzado a arrodillarse, Campy de pie...

Mientras hablaba, de repente tuvo una idea. Podrían ir mucho más lejos.
La idea ahora mismo era que Heart se la chupara a Campy y luego se lo
follaran de muchas maneras, pero podrían hacer más.

—Bear —dijo Jungkook, sus ojos negros iluminados—. ¿Y si nos


expandimos en esto? Empezamos con la escena planeada hasta ahora.
Pero, ¿y si añadimos a otro personaje? Pensé en algo como esto: Campy
se da cuenta de que todavía lo tiene bajo su poder, e invita a un amigo a
compartir la diversión. Podemos hacer que sea muy sucio, degradante.
Podríamos incluso añadir una DP.

Las comisuras de la boca de Bear se levantaron con una gran sonrisa—.


¡Eso es jodidamente genial! Tendremos que comprobar si Heart está
preparado para ello. Su contrato dice que está abierto, pero como es
nuevo, quiero asegurarme de que quiera hacerlo.

El pelinegro estaba bastante seguro de que lo estaría. Estaban hablando


de un chico salvaje. No lo conocía bien, pero por los fragmentos de sus
antecedentes había oído que no quedaba mucho que este chico no
hubiese hecho antes. Pero respetaba demasiado a Bear por preguntar
para asegurarse, y era una razón más por la que le agradaba su jefe.

—Si está dispuesto, ¿a quién se lo pedimos? —Bear quiso saber.


Los ojos de ambos se encontraron y sus bocas estallaron en sonrisas
idénticas—. Tank.

Resultaba que tenía razón. Heart estaba puesto, especialmente cuando


Bear le informó cuánto dinero extra le pagaría. Bear tenía una escala
salarial dependiendo de la mierda que estuviesen dispuestos a hacer, y la
DP era un bono gordo. Debería serlo, porque para la mayoría de la gente,
era muy incómodo. No tenía ningún problema con ello en lo particular, pero
se había vuelto muy bueno en la preparación, y sabía bien con quién hacer
DP y con quién no.

—¿Quieres que intente ver si Tank puede venir? —le preguntó a Bear.

—Sí, eso sería genial. Puedo empezar a filmar la primera escena de sexo.

Cinco minutos después, Jungkook tenía a Tank al teléfono; estaba más


que dispuesto a venir. Era fiable, no importaba lo poco sexy que sonara.
Nunca cancelaba un rodaje, nunca fallaba, hacía todo lo que le pedían y
más.

—¿Qué me pongo? —inquirió Tank, tan práctico como siempre.

Hmm. Buena pregunta, de hecho. Él podría usar un traje, también, pero no


gelificaría con su vibra. Se vería falso, especialmente cuando se quitara el
traje y se viera el cuerpo caliente y tatuado debajo. Ningún hombre de
negocios se veía así. No, él tenía algo más para dar.

La mente del pelinegro se aceleró. Estaba pensando en un jefe del crimen


de alto nivel. Inteligente. Malvado. Amenazador. La energía atravesó su
cuerpo cuando se le ocurrió el giro perfecto de la trama. Oh, esto iba a ser
tan bueno.

—¿Tienes una chaqueta de cuero? —preguntó—. ¿Jeans ajustados,


cinturón grande?
Para cuando Tank llegó, Campy y Heart habían terminado la primera
escena. Bear anunció un descanso de treinta minutos para que todos
pudiesen relajarse un poco, limpiarse e hidratarse.

Bear le dio un vistazo a Tank, y luego se giró hacia Jungkook—. Lo


esperaba con traje.

El pelinegro sacudió la cabeza—. No funcionaría. Nadie creería que Tank


tendría un trabajo donde usaría un traje. No, estaba pensando en hacerlo
un criminal. ¿Un prestamista, tal vez? Este personaje de Jeremy está en
deuda con él y, de repente, ve una manera de apaciguar a este tipo que le
está haciendo pasar un mal rato para pagar sus préstamos. Lo llama y
deja que Heart lo atienda también.

Los ojos de Bear se iluminaron—. Brillante. Me encanta. Tank, ¿estás listo


para esto?

Tank asintió—. Un paseo por el parque. ¿Cómo me llaman?

—Te llamaremos Donny —respondió—. ¡Oye, Campy!

Campy se acercó, aún vestido con su traje. Habían rodado la escena de la


mamada con él vestido, lo cual era perfecto porque enfatizaba esa vibra
degradante. Heart se acercó también. Debió de haberse lavado la cara,
porque no pudo ver nada de semen seco sobre su rostro. No le extraña la
verdad, esa cosa picaba como el infierno cuando estaba seca. Todos
preferían limpiarlo de inmediato.

Bear explicó en pocas frases cuál era la idea.


—Suena bien —Campy asintió.

—¿Heart? —preguntó el jefe.

Heart sonrió, luego se adelantó y extendió su mano hacia Tank—. Hola.


Soy Heart. Pensé en presentarme, viendo como tu polla va a estar
enterrada en mí más tarde.

Tank le disparó una de sus raras sonrisas y le dio la mano—. ¿Has hecho
DP antes?

Un destello de algo nubló los ojos de Heart antes de que lo alejase—. Sí.
Todo bien.

—Deja que Rebel te prepare —dijo Tank—. Es bueno en esa mierda.

Los ojos del azabache se ensancharon ante el cumplido inesperado de su


compañero. Había hecho un montón de escenas con él, pero era la
primera vez que le elogiaba.

—Empezaremos con Jeremy follándote —decidió Bear—. Él llama a


Donny mientras te folla, y cuando Donny llega, Jeremy se acaba de correr.
Donny toma el control, hace que se la chupes antes de follarte. Luego
pasamos a la DP. Nos tomaremos un descanso antes de cada cambio de
escena, ¿okay? Y estoy de acuerdo con Tank, Rebel. Nos tomaremos una
hora de descanso antes de la DP para que puedas preparar a Heart.

Jungkook observó mientras filmaban las escenas. Campy era perfecto,


como siempre. No adivinarías que era un buen chico si vieras lo que
estaba retratando en ese instante. Aun así, sus movimientos no eran tan
fuertes como podía, aunque lucía tosco. Sabía que Heart tenía mucho más
que soportar, y podía decir que estaba siendo cuidadoso.

Tank apareció y asumió su posición después de un breve descanso. Él


azotaba a Heart contra la pared. Un escalofrío bailó por la espina dorsal de
Jungkook. Tenía debilidad por el sexo contra la pared. Que le llamaran
estúpido, pero era tan malditamente sexy. En este caso, era perfecto.

Para cuando Bear pidió otro descanso, Heart lucía cansado. No era de
extrañar. Había dado dos mamadas y había sido follado durante casi dos
horas.

Jeon le arrojó una bata de baño.

—Vamos, sexy. Vamos a relajarte un poco y a prepararte para tu próxima


toma.

Tenían una sala de relajación, de hecho. Cumplía una doble función como
set de estudio como cuando necesitaban un look más hogareño, pero
había sofás y sillas para que pudieran pasar un rato entre escenas o
rodajes. Heart cayó en el sofá y el azabache le consiguió agua del
refrigerador.

—¿Cómo lo llevas? —preguntó, entregándole el agua.

El chico tomó hasta la mitad de la botella antes de responderle.

—Está bien. Un poco cansado.

—Adolorido —afirmó el pelinegro, sabiendo que tenía que estarlo—. Sé


que lo estás. Es normal.

El contrario dudó un momento antes de preguntar—. ¿Cuánto tiempo


llevas haciendo esto?

—¿Porno? Empecé cuando tenía 20 años, así que llegando a los 6 años.
Pero ya no hago tantas tomas como antes.

—¿Estás cansado de eso?


Jeon se encogió de hombros—. No cansado exactamente. Más selectivo.
Me gustan las escenas que son más que el bam bam estándar. Como lo
que estamos haciendo hoy. Esto es divertido, emocionante, y sé que a los
espectadores les encantará. Tienes una gran química con Campy y Tank,
y se traduce bien a cámara. Eres natural, chico.

Heart masticó una barra saludable, dándole una mirada pensativa—.


¿Tienes novio?

Jungkook no sabía por qué, pero sus pensamientos se dirigieron


inmediatamente a Taehyung. Era ridículo porque sólo habían salido una
vez y no se habían visto desde entonces. Sin embargo, él quería hacerlo.
Taehyung era malditamente sexy, relajado, y no parecía tener problemas
con su trabajo. Aun así, los novios no estaban ni de cerca de lo que eran.

—No —respondió—. Encontrar a alguien dispuesto a aceptarte tal como


eres y que no quiera cambiarte es difícil en este negocio.

—Es difícil en general —dijo, un destello de tristeza apareció en sus ojos


otra vez.

Jungkook siempre pensaba en las estrellas porno como oscuras o claras.


Pixie, por ejemplo, estaba definitivamente en el lado de la luz, y también lo
estaban Campy y Brewer. Tank estaba firmemente en el lado oscuro, y
parecía que tenía la compañía de Heart.

¿Él? Bueno él se consideraba en medio, como con todo lo demás. Él era el


intermediario, el compromiso. El amigo de todos, pero el todo de nadie. Lo
suficientemente bueno para follar, pero no lo suficiente para amar.

Los dos se quedaron un rato, ambos perdidos en sus pensamientos, antes


de que Jeon se diera cuenta de que tenía un trabajo que hacer—. Vamos a
prepararte, sexy.
Los ojos de Heart se centraron en él—. Oye, Rebel, ¿te importaría no
llamarme así? Sé que es con buena intención, pero me recuerda a alguien
en quien no quiero pensar, si me entiendes.

El corazón del pelinegro se hinchó con ternura. Definitivamente ese chico


pertenecía al lado oscuro—. Claro que sí. ¿Puedo llamarte dulzura,
entonces?

Él contrario asintió—. ¿Crees que soy dulce?

Por un segundo, Jungkook creyó que estaba bromeando. A pesar de su


vibra de malo, era blando en el fondo. ¿No se daba cuenta de eso él
mismo? La inseguridad en su cara le decía que no. Suponía que había una
diferencia entre sentirse sexy y sentirse dulce.

El azabache extendió su mano, y cuando él la agarró, lo levantó del sofá


cerca suyo y acuñó sus dos mejillas—. Eres precioso, hermoso. No bonito,
como Campy o ardiente como Tank, sino precioso, impresionantemente
hermoso. Hay algo en ti que atrae a la gente. Pero también tienes un gran
corazón. Eres un buen chico, dulzura. Un verdadero solecito. No dejes que
nadie te diga lo contrario.

Su sonrisa era agradecida y triste al mismo tiempo. Jeon no sabía qué le


pasó, pero apostaba a que no había sido nada bueno. Alguien le había
hecho un número real, y debajo de ese exterior duro, latía un corazón roto.
Taehyung todavía no podía creer que le hubiera chupado la polla al Ballsy
Boys Rebel.

Es más, parecía que el pelinegro estaría dispuesto a volver a pasar el rato


juntos siempre y cuando Kim pudiera mantener las cosas casuales. Bueno,
hola, casual era su segundo nombre.

Estaba jodidamente volando esa mañana a pesar de su falta de sueño y


sus ardientes ojos. No pudo dormir la noche anterior porque había sido
golpeado por una gran inspiración. Se refería a una idea de un millón de
dólares para un juego, y no podía permitirse cerrar los ojos hasta que
tuviera todos los detalles martillados y anotados para no olvidarlos luego.

Entró en la cafetería de camino a su clase matutina y gimió de frustración


ante la larga fila de estudiantes de ojos borrosos esperando su propia
dosis de cafeína. Revisó la hora en su teléfono y decidió que valdrá la
pena llegar unos minutos tarde a su primer turno si eso significaba tomar
café. Sin mencionar que tenía un trabajo que hacer. ¿Por qué no matar
dos pájaros de un tiro?

Volvió a meter su celular en el bolsillo, resistiendo el impulso de escribirle a


Rebel. No es que le gustara ni nada por el estilo. Solo era la novedad de la
cosa. ¿Con qué frecuencia tenías el número de teléfono de una estrella
porno a la que podías enviarle un mensaje si quisieras? No iba a abusar
de él ni nada, pero era jodidamente genial.

Tal vez fuera al club este fin de semana y buscara carne fresca. Siempre
disfrutaba de un pasivo mandón o de una mamada en el baño. Era joven,
sexy, y le encantaba follar, y no iba a disculparse con nadie por eso.
—Hey, Taehyung —Una voz familiar le sacó de sus pensamientos, y miró
por encima de su hombro para ver a un chico de cabellos rubios con el que
compartía muchas de sus clases. También se especializaba en
programación de computadoras, ¿y creía que se llama Jeno? ¿Jaemin?
Algo con una "J", estaba bastante seguro. Lo triste era que este
probablemente había sido el chico con el que más había hablado en los
últimos dos años.

—Hey, hombre.

—¡Jimin! —llamó otro tipo desde el otro lado de la cafetería.

Jimin, eso era.

—¿El semestre empieza bien? —preguntó el castaño, porque si iban a


estar en la fila, también podrían tener una pequeña charla.

—Sí —sonrió y miró nerviosamente al hombre que acaba de decir su


nombre—. Ese es mi novio, Tony, así que mejor me voy.

—¿Oh? —Taehyung buscó en su memoria cualquier mención previa del


aparente novio de Jimin... O el hecho de que el rubio fuera gay. Debió
haberlo mencionado, ¿verdad? Porque estaba admitiendo esto ahora
como si él debiera saber de qué estaba hablando.

Se sorprendió de que no se le hubiera quedado grabado en la cabeza que


Jimin era gay, porque en realidad el chico era muy guapo con unas
cuantas pecas casi invisibles en la nariz y unos ojos verdes claros
escondidos detrás de unas gafas de marco grueso. Su pelo rubio era un lío
de rizos en la parte superior de su cabeza, y sus labios eran rosados,
gruesos y acogedores. Era totalmente un lindo nerd al máximo. Pero era
obvio que decía en serio lo de su novio, así que por eso debió haber
archivado esa información en su mente de manera irrelevante.
Jimin se apresuró a acercarse a su novio, que parecía tener algún tipo de
problema en el culo ya que estaba frunciendo el ceño y tomando posición
antes de que el rubio llegase a él.

—¿Quién coño es ese? —le preguntó Tony a Jimin lo suficientemente


fuerte para que cualquiera en la cafetería lo hubiese escuchado, pero
Taehyung hizo lo mejor que puedo para ignorarlo.

—Un amigo de algunas de mis clases —respondió el rubiecito en un tono


más callado.

El otro hombre resopló y algo sobre el sonido condescendiente hizo que


los puños de Kim se apretaran. No conocía a ese tipo, pero claramente era
un gilipollas de primera clase.

—Supongo que no debería preocuparme de todos modos, no es como que


cualquier otro querría aguantar tu culo socialmente incómodo. Sabes, sería
bueno si por una vez pudiera llevarte a algún lugar con mis amigos sin que
seas raro y callado —se quejó Tony.

—Perdón —murmuró Jimin, y sonó tan resignado que Taehyung empezó a


preguntarse si debería ir allí y decirle algo al tal Tony sobre lo imbécil que
era.

—¿Perdón? Cierto. Ni siquiera sé por qué me molesto contigo. ¿Qué gano


con eso? Sexo no, eso es seguro. No eres más que un dolor en el trasero,
y me estoy cansando de cargar con tu peso muerto.

De acuerdo, eso fue todo.

El castaño se salió de la fila y se acercó a la mesa que Jimin y ese cabrón


estaban compartiendo. Con una sonrisa entre dientes que honestamente
era más un gruñido, golpeó sus manos contra la mesa y se inclinó cerca
de Tony.
—Oye, cara de culo, tal vez quieras bajar la voz. No creo que toda la
cafetería quiera oír lo poco que piensas de tu novio. Quien, por cierto, es
un chico inteligente, guapo y amistoso que puede conseguirse a alguien
cien veces mejor que tú.

Jimin jadeó, y la mandíbula y los hombros de Tony se tensaron.

—¿Y quién coño te crees que eres? —gruñó el hombre.

—Soy amigo de Jimin. Y yo soy el chico por el que tendrás que pasar si
planeas seguir hablándole así.

Tony se puso de pie, su silla raspando fuerte en el piso de baldosas, y toda


la cafetería se volvió mortalmente silenciosa. Kim estaba seguro de que
todo el mundo estaba esperando ver si iban a pelearse a puñetazos. El
hecho de que todos los ojos estuviesen sobre ellos parecía registrarse con
Tony porque miró a su alrededor y emitió un largo suspiro y luego se rió.
Su mirada se fijó en Jimin, que parecía un ciervo en medio de una
carretera.

—No vales la pena. Ha sido divertido, pero hemos terminado.

La cara del rubio palideció, y miró en silencio mientras Tony salía de la


cafetería sin mirar hacia atrás.

—Mierda, lo siento. No quise... Joder, él estaba siendo tan malditamente


cruel contigo —Taehyung tartamudeó una disculpa a medias.

Jimin se mordió el labio inferior y asintió, sus ojos llenos de triste


resignación.

—Dime qué puedo hacer para compensarte por esto —preguntó el castaño
desesperadamente.
El otro chico sacudió la cabeza y luego se puso de pie, con el café en la
mano.

—¿Qué clase tienes esta mañana? —preguntó.

El brusco comentario fuera de lugar desequilibró a Taehyung. Iba a


mencionar algo al respecto, pero una mirada a los ojos del rubio fue
suficiente muestra de que Jimin estaba desesperadamente tratando de
mantener la calma.

—Algoritmos y estudios de datos —respondió, sin hacer más comentarios


sobre su estúpido novio... o ex-novio, según fuera el caso.

—Genial, yo también —dijo con un asentimiento—. Toma tu café, para que


no lleguemos tarde.

La fila había disminuido, así que a Taehyung sólo le llevó dos minutos
pedir su café. Cuando atrapó el gafete de la barista mientras le daba su
café, dibujó una sonrisa amistosa en su rostro y se inclinó un poco sobre el
mostrador para no avergonzarla diciéndolo lo suficientemente fuerte para
que otros lo escucharan.

—Yeri, lo siento mucho, pero Sungjae quería que te dijera que se acabó.

La chica se veía conmocionada, su cara se cayó con decepción, y sus ojos


comenzaron a brillar con lágrimas sin derramar.

—¿Quiere terminar?

—Sí. Y si me preguntas, puedes conseguir a alguien mejor que un imbécil


que ni siquiera puede encararte para terminar.

Aparentemente, Taehyung era el anti-cupido esta mañana.


Taehyung se puso una camisa negra, junto con unos jeans ajustados del
mismo color. Estaba lo suficientemente seguro como para decir que esa
ropa le hacía lucir sexy como el carajo. Se posicionó frente al espejo y
desordenó un poco su cabello castaño, dándole un aspecto relajado. Por
último, le dio un rápido vistazo a su reflejo confirmando que su culo se veía
comestible, y sonrió en apreciación. Estaba oficialmente listo para ir al club
y anotar algún bombón desamparado.

Echó un vistazo a su teléfono y, por un segundo, consideró escribirle a


Rebel para ver qué hacía un viernes por la noche. Probablemente algo
épico. ¿Tal vez una orgía de estrellas porno fuera de cámara? O era
posible que llevara una vida totalmente normal cuando no estaba follando
como si fuese un deporte. Tal vez los viernes por la noche, Rebel era sólo
Jungkook, sentado en el sofá, viendo su programa favorito en Netflix.
Taehyung se preguntaba cuál era su programa favorito, y también qué
aspecto tendría en el sofá con sólo su ropa interior.

Casi pudo imaginarlo. Sus tonificados músculos a la vista, sus mechones


azabaches un tanto largos sujetados fuera de su rostro, su mano
casualmente en la parte delantera de sus bóxers de color negro...

El castaño sacudió el pensamiento fuera de su mente y guardó el celular


en su bolsillo. No necesitaba llamar a Rebel. Si el pelinegro quería volver a
enrollarse con él, bien podía mandarle un mensaje o llamarle. Y si no lo
hacía, había un millón de otros chicos dispuestos en el mundo a pasar una
noche con él, aunque aún no lo supieran.

Taehyung llegó en Uber a Bottoms Up, el club nocturno gay más cercano,
y evitó la larga fila gracias a la cercana y personal relación que tenía con el
portero.
El fuerte pulso de la música del club resonaba en su pecho mientras hacía
su camino a la barra por una bebida.

—Hola, bebé. No te he visto aquí en un tiempo —El camarero, estaba


bastante seguro de que su nombre era Minho, lo saludó con una sonrisa
coqueta.

El castaño le devolvió la sonrisa, pero no le ofreció una explicación. El


chico se lo había tomado bien cuando le dio un gentil "hasta aquí" después
de que se enrollaran hacía unos meses atrás, así que no iba a insultarlo
dándole una excusa poco convincente. Evitaba el club las noches que
sabía que Minho estaría ahí para asegurarse de que él no esperara que se
volviera a repetir.

No es que no le gustara repetirlo de vez en cuando. Podía ser divertido


conocer un poco el cuerpo de alguien. Pero poca gente era capaz de follar
con la misma persona de forma regular sin desarrollar sentimientos. Minho
había sido divertido, y a Taehyung no le habría importado una segunda
vez, pero el chico también era algo dulce y de ojos estrellados, y eso era
peligroso.

—¿Me das un ron con coca, por favor?

—Claro que sí.

Con la bebida en mano, se dio la vuelta y miró a la multitud, buscando a


alguien que pudiese interesarle por la noche.

Y luego sus ojos se detuvieron en una persona que realmente le llamaba la


atención.

Trató de luchar en contra de la sonrisa en sus labios y falló mientras le


daba un trago a su bebida e intentaba que los latidos de su corazón
permanecieran en calma.
Giró sus hombros y agregó una fanfarronería extra a su paso a medida
que se acercaba al grupo de hombres tan hermosos que deberían ser
ilegales.

En su mente, estaba tratando de decidir cómo jugar a esto. ¿Debería


quedarse cerca de ellos y esperar a que él le notase? ¿O podía ir por el
camino directo y salir a saludarlo? La decisión se tomó por él en cuestión
de segundos mientras Rebel giraba su cabeza y sus miradas se
encontraban. El pelinegro sonrió instantáneamente, sus ojos negros se
iluminaron en reconocimiento.

—¡Hey, es el chico plátano! —gritó por encima de la música del club y el


paso de Taehyung se tambaleó.

Su bendito crush acababa de llamarle chico plátano frente a un montón de


otras estrellas porno. Esto no era real, ¿verdad? ¿Era uno de esos sueños
incómodos de desnudez en clase? Porque él realmente había esperado
poder ser genial al menos unos segundos.

—¿El chico plátano? —preguntó el hombre al lado de Rebel.

Incluso en las luces intermitentes del club, el castaño lo reconoció al


instante. Sexy, juguetón y coqueto Brewer. Era apetitoso con su pelo rojo y
sus brazos cubiertos de tatuajes. Era el tipo de persona del que se podía
ver en sus escenas que realmente se estaba divirtiendo.

—No puedo creer que no les contara hombres; este chico apareció en mi
casa con un traje de plátano el otro día —explicó el azabache, y todos
empezaron a reír.

Por supuesto que sólo iba a contar la parte vergonzosa de la historia, no la


parte en que el castaño le había chupado la polla... Dos veces. Con toda
honestidad, Taehyung se había imaginado este momento muchas veces,
rodeado de toda la tripulación de Ballsy Boys, y ni una sola vez se imaginó
que se estarían riendo de él... O que todos estarían completamente
vestidos.

Como nada salió como él esperaba, lentamente comenzó a retroceder,


mientras parte de su dignidad seguía intacta. Pero sólo logró dar unos
pasos antes de que Rebel le tomase del brazo y le atrajera contra su
costado.

—Lo siento, no quería avergonzarte. Me sorprendió verte. Y tienes que


admitir que fue muy gracioso que estuvieras vestido como un plátano
cuando viniste a mi casa —dijo el pelinegro cerca de su oído, su aliento
caliente cosquilleando en el cuello de Taehyung y haciéndole temblar.

—Al menos podrías haberles dicho lo bueno que soy chupando pollas —
bromeó.

Rebel se encogió de hombros y luego miró de vuelta a todos sus amigos—


. También debería mencionar que este chico da buenas mamadas.

—¿Mejor que yo? —preguntó Brewer con fingida indignación.

Rebel observó entre el otro actor y Taehyung con una mirada de


contemplación—. Sí, mejor que tú. Lo siento, hombre.

El castaño sabía que probablemente estaba siendo amable, pero aun así
se sintió orgulloso. Miró a los demás y pudo captar a Tank girando los ojos
en dirección de Brewer, y de pronto se le ocurrió que de todos los chicos
allí, Tank y Brewer eran los únicos dos que nunca había visto en una
escena juntos.

Taehyung también observó a Pixie a un lado hablando con Campy, que


parecía un poco menos cómodo en el club que los demás. Y luego vio a
uno de los nuevos Ballsy Boys, Heart.

—Oh Dios mío, te mereces una medalla por las épicas embestidas que
recibiste en esa nueva escena DP de dos chicos tan grandes como Tank y
Campy, muy respetuoso —le halagó con una sonrisa sin poder evitarlo.

Heart pareció sorprendido por los elogios del castaño, y Kim se dio cuenta
de que podía ser de mala forma alocarse sobre las estrellas porno.

—Eh, gracias. Lo siento, todo esto es bastante nuevo. Es un poco raro


tener a alguien hablando sobre verme ser follado.

—Lo siento, no quise hacerlo raro.

—En absoluto, es bastante genial, y me alegro de que lo hayas disfrutado.


Tienes razón, Tank en particular no es una broma.

—Aw, no dejes que este gran oso te engañe —Brewer dijo en voz aguda,
acercándose a Tank y acariciando su pecho—. Sólo tienes que saber la
manera correcta de acariciarlo para que no se ponga gruñón.

En señal, un ruido sordo salió del pecho de Tank, pero por la mirada mortal
que le estaba dando a Brewer, Kim no creía que le divirtiera la situación.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no soy uno de tus juguetes, y no
me toques? —Tank dijo entre dientes, quitándose a Brewer de encima.

Para la sorpresa de Taehyung, el de cabellos rojos no parecía nada


desanimado por las represalias de Tank.

—Mi oso gruñón sólo necesita un buen abrazo, ¿no es así? —Brewer se
acarició la cabeza contra el bíceps del chico, mientras el contrario liberaba
un suspiro frustrado.

—¿Quieres bailar? —preguntó el pelinegro antes de que Taehyung


pudiese ver si Tank iba a aplastar a Brewer con su puño o no.

—Claro.
Taehyung era más bajo que él. No por mucho, tres centímetros tal vez,
pero era suficiente para que Jungkook se sintiera... cálido por dentro.

—Soy un asco bailando —le informó el castaño mientras ambos se


posicionaban en medio de docenas de cuerpos sudorosos, su boca estaba
cerca del oído del azabache, causándole escalofríos.

—Ya somos dos. Sólo pregunté para alejarme de Tank y Brewer. Lo juro
por Dios, esos dos me vuelven loco. El mayor pasatiempo de Brewer es
molestar a Tank y divertirse con eso, y Tank serviría felizmente la cabeza
de Brewer en bandeja.

Taehyung se rió, luego le agarró del cuello y le atrajo junto a su cuerpo—.


Tendremos que frotarnos, entonces, en vez de bailar.

Ese era un plan con el que Jeon podía estar de acuerdo.

El pelinegro rodeó con los brazos su cintura, mientras se acercaba aún


más, ambos cuerpos mezclándose de una manera que haría que les
arrestaran en la mitad de los países del mundo. Pero no ese. No en ese
club. Dios, Jungkook amaba ese lugar.

Los dos se balancearon al ritmo de la música, cada centímetro de sus


cuerpos presionado el uno contra el otro. Al principio, sus cabezas estaban
separadas, era un poco incómodo, pero luego el pelinegro se rindió ante el
profundo impulso de poner su mejilla contra el hombro del castaño. La
camisa que el menor llevaba puesta, la cual resaltaba tan perfectamente
sus ojos, era suave bajo el contacto de su piel, y no pudo resistirse a
enterrar su nariz contra ella.
Si le preguntaban a Jungkook, el cuerpo de Taehyung era perfecto.

Por otro lado, Kim tenía un pequeño fetiche con los bíceps. Era uno de
esos tics raros e inexplicables que todos tenían, y éste era el suyo. Cada
vez que veía a un hombre, miraba sus bíceps primero.

Bueno, tal vez no primero. Siempre apreciaba la cara y toda la apariencia


automáticamente, pero era lo primero que buscaba específicamente. Otros
querían asegurarse de que su hombre tuviese una sólida polla de veinte
centímetros o lo que fuera. A él, le gustaban los bíceps sólidos y
tonificados.

No del tipo Arnold-Schwarzenegger-en-sus-días-gloriosos, donde los


bíceps eran tan gruesos como su muslo. Pero odiaba los brazos delgados.
Le encantaba un conjunto de músculos perfectamente esculpidos y bien
desarrollados en la parte superior del brazo.

Su primer enamoramiento había sido con un niño —bueno, él tenía


diecisiete cuando Taehyung tenía catorce, así que un niño, todavía— y el
chico había estado ayudando a su papá en el depósito de chatarra todo el
verano. Era alto, bronceado de trabajar afuera, y siempre usaba esas
camisetas negras sin mangas. Golpeadoras de esposas, las llamaban, que
era un nombre estúpido para camisetas que se veían tan sexys en él que
al castaño se le caía la baba cada vez que lo veía. Sus brazos eran
perfectos. Absoluta y pura perfección. Marcados, pero no abultados.

Justo como los del azabache.

Los había visto antes, y estaban exactamente en su línea de visión ahora,


esos brazos perfectos y fuertes. Sus músculos se flexionaban y ondulaban
mientras le sujetaba con fuerza contra él. Tan. Malditamente. Sexy.

Las manos de Jungkook cayeron más y más abajo, hasta que encontraron
el trasero del castaño. Su firme y follable trasero.
Mmmm. Ayer había sido follado duro por una estrella porno invitada
llamada Dick —y santa mierda, se llamaba acertadamente porque era un
enorme pendejo— y ahora estaba de humor para una buena embestida.

¿Cuáles eran las probabilidades de que pudiera intentarlo con este dulce
culo?

Apretó suavemente el trasero del castaño, primero su nalga derecha, luego


la izquierda, y Taehyung soltó un delicioso gruñido justo al lado de su
oreja. Animado, Jeon lo sometió a la prueba del activo-o-pasivo que había
diseñado personalmente y que había probado en quién sabe cuántos
chicos. Arrastró su dedo por su hendidura, ni siquiera debajo de sus jeans,
sino justo por encima, y presionó suavemente cuando llegó a su agujero.
El menor se estremeció, luego involuntariamente abrió las piernas.

«Bingo».

Era pasivo o versátil, como él. Probablemente lo último. Pero no había


manera de que fuese un activo estricto. Los activos no abrían sus piernas
cuando les dabas un golpecito en su agujero. Los activos no gemían en tu
oído como Taehyung lo estaba haciendo ahora mismo cuando aumentaba
la presión ligeramente. Y los activos no susurraban "Por favor... oh, puto
infierno, más..." con una urgencia que dejaba claro que realmente les
gustaba lo que les estabas haciendo.

Ambos se estaban frotando con toda fuerza, sin pretensiones de bailar. De


repente, el castaño jaló el cabello de Jungkook y estampó sus bocas
juntas.

«Joder, sí. ¿Agresión controlada? Qué puta excitación» Jeon se dijo para
sus adentros, mientras intentaba seguir el ritmo de los labios del contrario.

La boca de Taehyung sabía a menta fresca. Y ese fue el último


pensamiento coherente que tuvo el azabache antes de que Kim
comenzara a follar su boca con la lengua, y puta madre, le gustaba. Le
encantaba. Lo necesitaba.

Su cabeza daba vueltas, y su polla estaba adolorida, y maldición, quería


follarlo contra la pared. Literalmente.

Jungkook arrancó su boca de la suya y lo miró con los ojos entrecerrados,


ambos pechos subiendo y bajando con respiraciones desesperadas
después de succionarse el oxígeno. Los ojos de Taehyung cayeron en su
boca, como si estuviera contemplando ir a por el segundo asalto. El
pelinegro no se opondría, pero tenía otra cosa en mente. Kim estaba tan
duro como él, así que estaba seguro de que el chico estaría dispuesto.

El azabache se inclinó y acercó su boca al oído de Taehyung. Sus dientes


atraparon el lóbulo de su oreja, y las manos del castaño agarraron sus
brazos, enterrándose casi dolorosamente.

Jungkook mordió suavemente su oreja y, oh, a alguien le gustaba eso.

Su aliento rozó el oído del de piel acanelada cuando le dijo:

—En serio, en serio, en serio, en serio quiero follarte. Preferiblemente


contra la pared, pero cualquier superficie servirá. ¿Te apuntas?

El castaño se estremeció—. Joder, sí. Si digo por favor, ¿creerás que soy
demasiado fácil?

Jeon sonrió—. No hay tal cosa como demasiado fácil. Me gustan los
hombres que aman el sexo.

El mayor se volvió a inclinar, y sus ojos se encontraron, las chispas


seguían volando.

—¿Por qué contra la pared? —preguntó Taehyung, su voz ligeramente


ronca.
—¿Alguna vez has tenido sexo en la pared?

El castaño sacudió la cabeza.

—Te espera una sorpresa, entonces. Déjame mostrarte, en vez de


explicarte.

Por un segundo, el menor le miró, pero luego asintió—. ¿Aquí?

—No. Demasiada gente mirando. No me importa cuando estoy trabajando,


pero esto es privado. ¿Quieres venir a casa conmigo?

—Sí.

Ambos salieron de la pista de baile y Jungkook se despidió del resto de los


chicos. Pudo ver a Tank y a Brewer peleando de nuevo y suspiró. Putos
idiotas. Campy y Pixie le vieron y se despidieron, así que sabía que
pondrían al corriente a los otros.

Ahora tenía algo mejor que hacer.


Apenas hablaron durante el viaje a la casa de Jungkook, Taehyung había
optado por ir con él porque no tenía auto. El del azabache no era
exactamente un Porsche, pero su Toyota era confiable. No era sexy, pero
estaba en un área de su vida donde le importaba una mierda siempre y
cuando funcionara.

En cuanto entraron al departamento, Jeon cerró la puerta de una patada y


en instantes estaba sobre el castaño. Nada de charla, nada de ofertas
amables de un trago. Lo necesitaba. Ahora. Y juzgando por la forma en la
que Taehyung atacaba de vuelta su boca, suponía que él sentía lo mismo.

Sus labios chocaban entre sí, calientes lenguas peleaban y seducían.


Dios, al pelinegro le encantaba que el chico diera tan bien como recibía.
Dejó que le follara la boca con su lengua dulce y resbaladiza antes de
devolverle el favor.

Las manos de Taehyung tiraron de la camisa del mayor y Jeon dio un paso
atrás para que pudiera quitársela. El azabache tocó a tientas los botones
de la camisa del contrario, y después de unos intentos fallidos por
deshacer los botones, decidió que realmente no tenía la paciencia para
ello y le dio un rasgón sólido, enviándolos a volar por todas partes.
Taehyung le lanzó una mirada que estaba entre querer matarlo y querer
ser follado desesperadamente. Según Jungkook eso último se podía
arreglar.

Sin esperar un segundo más sus manos viajaron hasta la cremallera del
pantalón que vestía el castaño, y segundos después, le había bajado sus
jeans y ropa interior. Gimió con aprecio ante su goteante erección y luego
hizo un trabajo corto con su propia ropa. No tenía tiempo para cosas lentas
ahora mismo. Su sangre estaba bombeando, sus oídos estaban rugiendo,
y tenía esa necesidad desesperada de poseer al chico que no sería
negada por mucho más tiempo.

Jadeando, ambos se miraron con ojos hambrientos, completamente


desnudos.

—¿Pared o dormitorio? —preguntó el pelinegro.

La boca de Taehyung se alzó con una sonrisa ladina—. Pared.


Muéstrame.

«Demonios, sí» Pensó el azabache con emoción.

—Date la vuelta, con las dos manos contra la pared.

Jungkook hurgó por un condón y lubricante en su billetera, y se lo puso en


segundos. Cuando levantó la vista, el castaño estaba de pie muy abierto
contra la pared, con las manos planas contra la superficie y su trasero
sobresaliendo en el ángulo perfecto, mirándole por encima de su hombro
con ojos impacientes.

De inmediato avanzó hacia él, exprimiendo la última gota de lubricante en


sus dedos. Todavía no habían hablado de historia y experiencia sexual,
pero algo le decía que Taehyung era todo menos un aficionado en eso.
Cuando llegó junto a él, mordisqueó su cuello, logrando que un escalofrío
recorriera el cuerpo del castaño, y luego le dio un golpecito en su agujero
con el dedo índice derecho. Taehyung se empujó hacia atrás en una clara
invitación.

Jungkook presionó suavemente, pero no fue necesario, porque el chico


empujó en su dedo con avidez hasta tenerlo dentro por completo.

—No es tu primer rodeo, ¿eh? —murmuró Jeon en su oído.


Taehyung se rió en un gemido—. Me encanta montar vaqueros. Ahora
apresúrate, carajo.

Jungkook amaba que fuera impaciente. Por supuesto que habían


momentos en los que le gustaba tomarse su tiempo, pero también habían
momentos como éste en los que no estaba de humor para juegos
preliminares. Sólo quería hundirse en ese culo absolutamente perfecto, y
no podía estar más feliz de que Taehyung y él estuviesen en la misma
página.

El pelinegro añadió un segundo dedo, retorciéndolo un poco hasta que el


castaño estuvo dilatado, mientras le rozaba las orejas y el cuello con sus
dientes. Taehyung no dejaba de jadear y de gemir.

Cuando el chico pudo tomar tres dedos con facilidad, Jeon supo que
estaba listo. Con hombres con los que nunca se había acostado antes,
siempre era cuidadoso por su tamaño. A él le habían abierto el trasero
varias veces y podía decir por experiencia que jodidamente dolía durante
días.

—¿Estás bien? —verificó de igual manera.

—Demonios, sí. Dame.

Con cuidado el azabache se alineó y Taehyung se empujó hacia atrás,


dejándole entrar con facilidad. Usualmente, trataba de ser superficial al
principio, pero algo en ese codicioso trasero le hacía desear deslizarse
lento, pero seguro hasta tocar fondo.

—Oh, maldición —gimió el menor—. Eres... Joder.

—¿Estás bien? —preguntó de nuevo.

—Perfecto. Ahora trabaja esa polla. No he estado tan lleno en mucho


tiempo, y joder, lo necesito.
La única desventaja de follar para vivir era que podía ser difícil para
Jungkook apagar su cerebro. Siempre estaba al tanto de dónde se
encontraban las cámaras, de sus movimientos y especialmente de su
pareja de rodaje. En el tipo de vídeos que hacían en Ballsy Boys, trataban
de encontrar actores que se cuidaran los unos a los otros. Eso significaba
estar sintonizado con las señales sutiles de otra persona.

En este momento, cada señal que Taehyung estaba emitiendo le gritaba


que entregara placer, por el amor a todo lo sagrado, que lo embistiera
hasta el puto infierno.

El castaño se empujó hacia atrás impacientemente, sus piernas bien


abiertas y sus manos contra la pared. Taehyung quería esto, le quería a él.

Y lo iba a conseguir. Cada puto centímetro. Hasta la última gota.

Jeon empezó a moverse lentamente, casi sin prisa, hasta que sintió cómo
encajaban ambos cuerpos. Y puta madre, encajaban bien. El trasero del
castaño le apretaba con fuerza, y cuando llegaba hasta el fondo con cada
estocada, no podía dejar de admirar como sus nalgas tenían la cantidad
perfecta de rebotes. Y los gemidos desesperados del chico sin duda eran
música para sus oídos. Jungkook jodidamente podría adorar esto.

Jeon retrocedió un poco y abrió las piernas un tanto más hasta que estuvo
en una posición perfecta. Sus manos rodeando a Taehyung, un brazo en
su pecho, el otro en su garganta.

—Prepárate —dijo simplemente, y entonces la diversión empezó de


verdad.

Jungkook se enterró en él, los gemidos de ambos combinados resonando


por el pasillo. Y el pelinegro se preguntaba si existía algún sonido más
bello que el ruido que hacía su polla cuando se estrellaba contra él. Tal vez
fuera el golpe húmedo de sus bolas contra esos muslos acanelados. O el
pequeño gruñido que el castaño soltaba cuando lo hacía de nuevo, sólo
que más fuerte y profundo.

—Maldita sea, eres tan jodidamente grande —gruñó Taehyung,


empujándose contra él descaradamente—. Tan jodidamente grueso. Es la
mejor maldita sensación del mundo.

Jeon se sentía de buen humor para embestir, y eso fue exactamente lo


que hizo. Jodidamente violó su trasero mientras Taehyung lo tomaba
absolutamente todo, le tomaba.

Su cerebro finalmente se apagó cuando empezó a sudar en todas partes.


Su corazón estaba acelerado, y los muy primeros familiares cosquilleos de
su orgasmo se estaban burlando de él. Y por una vez, no tenía que
contenerse.

Jungkook quería ver al menor cuando se corriera. Además, quería que lo


hiciera sobre él y mientras estaba enterrado en su trasero lo más profundo
que podía. Quería verlo desenredarse, sentir su esencia en él.

Salió del chico completamente—. Date la vuelta —le dijo, su voz ronca.
Taehyung obedeció sin vacilar, y eso agitó algo en lo más profundo del
azabache, como si supiera que él también lo cuidaría y le daría placer. Las
mejillas del castaño estaban sonrojadas, y su cuerpo estaba tan húmedo
como el suyo, con pequeñas gotas de sudor perlando en su frente.

Jungkook extendió los brazos—. Salta.

Taehyung frunció el ceño por un segundo, luego pareció que captaba lo


que le estaba proponiendo, y una gran sonrisa dividió su rostro. Entonces
saltó y Jeon lo atrapó. Envolvió sus piernas alrededor de su cintura, y el
mayor avanzó con cuidado hacia la pared hasta que Kim pudo apoyar su
peso en ella, ambas manos sobre sus hombros.
Con un suspiro de satisfacción, Jungkook se meneó hasta que su polla
encontró su agujero de nuevo. Esta vez, cuando se hundió en él, los ojos
de Taehyung se abultaron un poco. Sabía por qué, porque esa posición
era perfecta para los dos. Estaba más adentro de él que antes, y le
encantaba la sensación de aguantar su peso mientras lo follaba.

Pero para el castaño, era aún mejor. Estaba lleno al máximo, y Jeon
estaba apuntando a su próstata. Taehyung iba a explotar encima de él.

—¿Te gusta? —logró decir, aumentando su ritmo.

—Jodidamente me encanta —gimió—. Oh, por favor, más fuerte. Más


profundo. Maldita sea, Rebel, haz que me corra.

Él estaba casi lloriqueando, y Jungkook sonrió. Maldición, amaba follar.


Especialmente cuando alguien estaba así de apretado, así de jodidamente
sensible, y así de guapísimo.

Empujó con fuerza, lo que resultaba en ruidos obscenos que hacían que le
hormiguease la piel y se le apretasen las bolas. Estaba a punto de correrse
jodidamente fuerte.

Taehyung dejó caer la mano derecha de su hombro, en un intento de


buscar su propia erección. Estaba goteando contra el vientre plano del
azabache, era una sensación deliciosamente sucia.

—Pon tu mano en su sitio.

El castaño le lanzó una mirada oscura—. Necesito...

—Sé lo que necesitas. Confía en mí. Vuelve a poner la mano en su sitio.

Hizo lo que le dijo a regañadientes, sus ojos lanzando dagas filosas en


dirección a Jeon. Pero el pelinegro sabía lo que necesitaba. Fricción. Y
estaba a punto de dársela, porque él mismo estaba a un minuto de
explotar.

Dio un paso más hacia el frente, aplastando su cuerpo contra el de


Taehyung por delante y contra la pared por detrás. Sus manos empujaron
los muslos del chico hacia atrás, abriéndolo aún más para él, y comenzó a
frotar su cuerpo completamente con el suyo, la piel de ambos tocándose
en todas partes. El miembro de Taehyung ahora estaba atrapado entre sus
cuerpos, y el mayor empezó a mover su cuerpo en círculos para darle la
fricción que necesitaba.

¿Un orgasmo sin manos? La. Mejor. Cosa.

Lo estaba follando contra la pared, y al castaño le encantaba. Cerró los


ojos, su boca se abrió mientras un flujo constante de sonidos eróticos caía
de sus labios. Jungkook quería sentir esas palabras, comerlas. Tomó su
boca en un beso caliente, bebiendo codiciosamente cada gemido y
maullido del chico.

Los músculos de Kim se contrajeron y le mordió el labio con fuerza


mientras se liberaba, chorreando líquido caliente entre ambos cuerpos.

Tan. Jodidamente. Ardiente.

Jeon lo siguió besando, sintiendo el débil sabor a sangre en su boca —


Taehyung debió haberle cortado el labio— hasta que el castaño se volvió
líquido en sus brazos, completamente débil.

Sólo entonces se permitió a sí mismo correrse, dejando salir un gemido


profundo mientras descargaba en el preservativo. Su visión se volvió
blanca por un segundo mientras toda la tensión salía de su cuerpo.

«Ahhhhhh. Puta perfección»


Taehyung limpió su adolorido trasero cuidadosamente con un paño
húmedo. Nunca le habían follado así en su vida. El tamaño masivo de
Rebel habría sido suficiente por sí solo para infligir algo de dolor.
Agregando la fuerza de la follada que le dio... Iba a estar sentado un poco
torcido durante los próximos días.

Pero había valido la pena totalmente.

Se miró en el espejo y sonrió. Su cabello sobresalía en todas direcciones,


y sus párpados tenían una caída satisfecha y somnolienta en ellos.
Cualquiera que le mirase se daría cuenta de que acababa de ver a Dios, y
resultaba que la puerta al cielo estaba entre las piernas de una estrella
porno. ¿Quién lo diría?

Tiró el paño en la cesta de ropa cerca de la ducha y volvió a la habitación


de Rebel. El azabache estaba tendido en su cama, se veía más sexy de lo
que cualquier hombre tenía derecho. La luz de la luna filtrándose a través
de las cortinas proyectaba sombras sobre su piel. Su largo cabello caía
desordenado sobre su almohada, y la delgada sábana descansaba baja
sobre sus caderas, el contorno de su polla todavía claramente visible
debajo de ella.

Un pequeño escalofrío recorrió la columna vertebral de Taehyung. No


podía creer su suerte al azar de toparse con una estrella porno. Sin duda
alguna, esta sería una de esas experiencias que recordaría cuando tuviese
noventa años y estuviese en su lecho de muerte.

Los ojos de Rebel se abrieron y sonrió en su dirección.

—¿Tienes que irte ahora mismo o puedes quedarte un rato?


—Um...

El castaño se frotó la mano en la nuca. Debería irse. Esto ya era territorio


inexplorado para él. No solía hacer repeticiones. Por otro lado, el pelinegro
era genial, aunque no estuviesen follando. ¿Con qué frecuencia sucedía
eso? En su experiencia, nunca.

—¿No quieres quedarte? —preguntó, el más mínimo indicio de


inseguridad en su tono.

—No, no es eso. No suelo tontear con nadie más de una vez, a veces dos
como mucho. Y es un poco raro que de verdad quiera pasar el rato
contigo. No estoy muy seguro de qué hacer con eso.

—Tae, sé que sabes que soy una estrella porno. Sin ataduras es mi
segundo nombre.

—Ves, ahora sé tu segundo nombre, esto se está volviendo demasiado


serio —bromeó, y Rebel lanzó una almohada en su dirección. Taehyung se
quitó de en medio, y sin permitirse pensar demasiado, se metió a la cama
con él.

El azabache abrió los brazos y Kim colocó su cabeza contra su bíceps. Le


sorprendía que se sintiera algo... bien acurrucarse. Santa mierda, estaba
acurrucándose con un chico después de que hubiesen tenido sexo. Ay,
todo mal en esta situación. Por otro lado —como señaló Rebel— si un
artista de la ruptura y fóbico del compromiso como él, y una estrella del
porno no podían hacerlo casual, entonces, ¿quiénes podían?

—¿Es de mal gusto preguntar cómo te metiste en el porno? No es


exactamente un trabajo con el que sueñas cuando tienes cinco años,
¿verdad? —preguntó el castaño riendo.

—Eso es verdad. Cuando tenía cinco años, quería ser Iron Man, así que
las cosas han salido horriblemente mal —bromeó Rebel, y ambos
comenzaron a reír—. Supongo que hacer porno es una de esas cosas que
pasan cuando no prestas atención. Necesitaba dinero y me gusta el sexo,
así que pensé que era fácil. Eso fue hace casi seis años, y hasta ahora me
ha encantado cada maldito minuto.

—Eso tiene sentido. Pero, ¿estás feliz? ¿No eres como una trágica
película de toda una vida esperando que pase o algo así?

—Claro que sí. Me pagan por follar. Estoy bastante seguro de que esa es
la lotería de la vida. No estoy diciendo que voy a estar en el porno para
siempre, pero no puedo ver dejar la industria por completo, tampoco.
Supongo que sólo estoy viendo a dónde me lleva la vida.

—Mmm —tarareó el castaño para mostrar que todavía estaba


escuchando, demasiado relajado y cómodo para molestarse en formar otra
frase. Sabía que debería levantarse e irse a casa. Pero la cama de Rebel
era tan cálida y cómoda que cinco minutos más no harían daño.

Solo cinco minutos.

Taehyung despertó sobresaltado en una cama demasiado caliente. Su piel


estaba húmeda por el sudor, y se dio cuenta de que la causa era un
cuerpo caliente presionado cerca de él. Su corazón revoloteó
frenéticamente contra sus costillas mientras su cerebro, empañado por el
sueño, luchaba por el contexto de un hombre grande en la cama junto a él.
Parpadeó alrededor de la habitación, forzándose a respirar y luego miró
por encima de su hombro con precaución para ver en qué cama se
encontraba.
—Joder —gimió en silencio, dándose cuenta de que accidentalmente
había pasado la noche en casa de Rebel.

—¿Qué pasa? —murmuró el pelinegro contra su almohada.

—Nada, sólo llego tarde a clases —mintió mientras se levantaba de la


cama y echó un vistazo a la habitación para buscar su ropa.

—¿En sábado? —preguntó el azabache con la voz más clara esta vez.

—Uh... sí.

—¿Quieres que te lleve? —Finalmente el mayor abrió los ojos y observó


como Taehyung se ponía sus bóxers seguidos de sus jeans.

—No, pediré un Uber, pero gracias. Anoche fue divertido, ¿entonces nos
vemos?

—Sí, te lo dije, estoy bien sin ataduras, pero me gustaría salir más.

—Genial —asintió agarrando su camisa haciendo una mueca al darse


cuenta de que estaba destrozada.

―Puedes tomar una mía y luego me la devuelves ―ofreció el pelinegro,


observando la expresión incómoda del castaño.

Taehyung negó suavemente con la cabeza, se colocó su camisa que


dejaba casi todo su pecho descubierto y le dio a Rebel una última sonrisa
antes de salir corriendo.

Era un viaje corto de regreso a su casa desde la del pelinegro después de


todo, pero por alguna razón, la tranquilidad vacía de su apartamento esa
mañana era desconcertante. Agarró la mochila de su laptop y se dirigió al
sindicato de estudiantes para tratar de hacer algo de trabajo.
No podía deshacer de su mente la decepción en la expresión de Rebel
cuando salió corriendo esa mañana. Debió haber malinterpretado eso,
¿verdad? No había forma de que al azabache le importara que cortara y
huyera tan pronto como se despertó. Taehyung estaba seguro de que él
tenía muchas cosas que hacer hoy, amigos con los que salir, ir de
compras. Joder, lo que fuera, el pelinegro tenía una vida, y Taehyung no
tenía idea en qué consistía. Además, él también tenía trabajo que hacer.
No podía dejar que un poco de diversión con su estrella porno favorita le
desviase de sus metas.

—¿Estás trabajando en ese proyecto de codificación? —preguntó Jimin


por encima del hombro del castaño mientras este trabajaba en su laptop
en la sala de estudiantes.

—No, este es un proyecto personal. Tuve una idea para un juego, así que
pensé en tratar de poner algo de mi educación en práctica y ver qué sale.

—¿Oh? —Las cejas de Jimin se elevaron, y se inclinó más cerca con


interés—. ¿Qué juego es?

Taehyung dudó por un segundo antes de decidir que el rubio no era el tipo
de persona que tomaría su idea y le jodería—. Es un juego dentro de los
juegos de citas. Es un juego de ruptura. El jugador crea un avatar y va a
citas con personajes no jugables y luego tiene que deshacerse de ellos.
Consigues puntos por creatividad, tacto, cosas así.

Los ojos de Jimin se iluminaron—. Eso es brillante. Eso podría hacer


millones como un juego de celular.

—Con suerte —concordó con una risita—. El problema es que soy una
mierda en la parte artística. Si llego más lejos de lo que ya estoy, tendré
que traer a alguien más.

—Oh, bueno, sabes que mi especialidad es diseño gráfico. El aspecto


visual y el diseño mundial es mi fuerte.
—¿En serio?

Jimin se sonrojó y empujó sus lentes más arriba por el puente de su


nariz—. Sí, me encantaría trabajar contigo en esto... si quieres, claro.

—Absolutamente —El castaño acarició el asiento a su lado. Cuando Jimin


se sentó, empezó a explicarle en lo que había estado trabajando hasta
ahora y en lo que se estaba imaginando para seguir adelante.

Prácticamente Taehyung estaba rebotando de emoción. Antes estaba


entusiasmado con este proyecto, pero ahora parecía que esto podría pasar
de verdad, y eso estaba muy bien.

—Oye, escucha, siento que debería disculparme otra vez por lo de tu


novio.

—Ex-novio —corrigió Park—. Y está bien. Quiero decir, al principio, no


estaba bien. Fue... Tan inesperado. Planeaba proponerle matrimonio;
pensé que éramos felices.

El castaño asintió en simpatía mientras trataba de no estremecerse. ¿Iba


proponérsele? ¿Acaso Jimin pensaba que, con apenas veinte años, había
estado saliendo con el hombre con el que pasaría toda su vida? Jesús,
esos eran otros sesenta años, por lo menos. Y lo más importante: ¿A ese
puto sujeto? Dios, Jimin tenía un gusto terrible para los hombres.
Taehyung se estremeció internamente, pero se abstuvo de sumar sus dos
centavos.

—Lo siento, eso realmente apesta.

Se movió incómodo, tratando de recordar cómo se comportaban los


humanos normales en estas situaciones. Tal vez debería ofrecer algún tipo
de consuelo, ¿verdad? Torpemente estiró la mano y le dio una palmadita
en el hombro.
—Gracias. Ahora que estoy lejos de la situación, me estoy dando cuenta
de lo poco saludable que era, supongo. No debí dejar que me hablara de
la forma en que lo hizo.

El castaño asintió y soltó un respiro aliviado. Se alegraba de que al menos


el chico supiera que eso no era normal.

—Parecía un imbécil.

El rubio emitió una risa tranquila—. Sí, supongo que sí —concordó—.


Pero, no estaba totalmente equivocado... sobre lo aburrido en la cama y lo
socialmente incómodo.

—Oh —Taehyung puso su laptop a un lado mientras trataba de averiguar


cómo se suponía que debía responder. No podía imaginar que fuera algo
fácil de admitir lo que acababa de decir. ¿Se suponía que debía ofrecerle
un consejo? Ciertamente podía darle algunos consejos—. Conozco a un
montón de estrellas porno. Probablemente podría enrollarte para que
puedas repasar tus habilidades.

Conocer era una clara exageración, pero estaba seguro de que podía
hacer que Jimin lo hiciera si quería.

Sin quitar los ojos de la pantalla de su computadora, el chico arrugó su


nariz—. ¿Una estrella porno? ¿No es eso un poco asqueroso?

El castaño emitió una risa.

—Sin ofender, pero tal vez ese es el problema. Estás reprimido y todo eso.
No hay nada malo con el porno o las estrellas porno. El sexo es natural y
divertido. No hay nada por lo que sentirse raro. Olvídate de las estrellas
porno, encuentra a alguien con quien divertirte.

El rubio se encogió de hombros en silencio. Bueno, al menos Taehyung lo


había intentado.
—Bien, si quieres venir al club conmigo este fin de semana, eres
bienvenido. Siempre digo que la única forma de superar a un hombre es
debajo de otro —No es que supiese lo que se necesitaba para olvidar a
alguien. Eso significaría que debía estar emocionalmente involucrado, lo
cual, como ya se encontraba establecido, no estaba en su área.

Jimin hizo muecas—. Probablemente no este fin de semana, pero quizá en


unos meses o algo así. Y no creo que vaya a tener sexo con una estrella
porno. Nunca.

—Nunca digas nunca —se rió.

Jimin volvió a centrar su atención en su laptop, y la conversación pareció


haberse dado por terminada. Taehyung se alegraba de que hubiesen
aclarado las cosas para que pudiesen concentrarse en el proyecto, y tal
vez eventualmente, Jimin le dejaría ayudarlo con toda la cosa de lo
incómodo y malo en la cama.
Jungkook creía de todo corazón en el poder de la intuición. Sería difícil no
hacerlo, considerando la educación que tuvo. Su madre especialmente
abrazaba cualquier cosa y todo lo alternativo, desde hablar con los árboles
hasta las piedras de curación y la terapia con delfines. Todo estaba bien
en él, honestamente, aunque de niño hubiera apreciado un Tylenol de vez
en cuando en vez de un masaje curativo o acupuntura.

Una cosa que su mamá enfatizaba era que el subconsciente sabía cosas
que la mente aún no podía racionalizar. Les enseñó a su hermana y a él a
tomar en serio sus intuiciones, y era uno de los consejos que Jungkook
siempre había tratado de seguir.

Y en ese preciso momento, su subconsciente estaba gritando: "¡Diablos,


no!" sobre el tipo frente a él. Bear le había pedido que se sentase en una
entrevista con un posible nuevo Ballsy Boy, un hombre de un metro
ochenta que usaba "King" como apodo.

El pelinegro estaba bastante seguro de que era una referencia no


demasiado sutil al tamaño de su polla, porque el tipo llevaba una
herramienta seria ahí abajo. A todos los que se postulaban y eran
considerados candidatos serios por Bear se les pedía que enviasen un par
de desnudos y un vídeo de masturbación. Oye, eran un estudio porno, así
que revisar la mercancía era como que importante.

Jungkook vio su vídeo, que fue un poco imaginativo, pero impresionante


debido a su tamaño. Dicho esto, el tamaño no lo era todo en el porno,
como los pasivos puros estarían encantados de señalar. Claro, una polla
de veinticinco centímetros se veía muy bien en la pantalla, pero buena
suerte encontrando a pasivos dispuestos a ser follados por ella durante
dos o tres horas. De seguro lo harían una vez y luego amablemente
rechazarán el honor de una repetición.

Bear le disparó a King una sonrisa amistosa—. Indicaste en tu solicitud


que eres exclusivamente activo. ¿Es un límite difícil para ti, porque
siempre preferimos a los hombres que son versátiles?

—Sí, definitivamente. No acepto polla, sólo la reparto —King se recostó en


su silla, sus jeans apretados perfilando su entrepierna definitivamente
dura—. Y seamos honestos, con una polla como la mía, hacerla de pasivo
sería un desperdicio de mis talentos naturales, ¿cierto?

—Yo soy versátil —interfirió Jungkook, tal vez un poco más brusco de lo
necesario.

King le envió una sonrisa condescendiente—. Claro, pero por lo que puedo
decir, todavía hay una gran diferencia entre tú y yo...

El azabache mordió las palabras no tan maduras en su lengua y en su


lugar dijo:

—Bueno, como cualquier hombre gay te dirá, el tamaño por sí solo no es


suficiente. Tienes que saber cómo usarlo.

King sonrió—. Nunca he tenido ninguna queja.

De alguna manera, Jeon lo dudaba. Tenía la impresión de que este no era


un tipo que supiese cómo traer placer. Este era un tipo que sabía cómo
complacerse a sí mismo por encima de todo.

—Es bueno saberlo —dijo Bear sin compromiso—. Si te diéramos una


oportunidad, ¿con cuál de nuestros chicos harías una primera escena?

King se frotó la barbilla con la mano derecha—. Bueno, tu chico Brewer


tiene reputación de ser un maestro chupapollas, así que me gustaría ver
cómo intenta tragarme. Pero no me importaría tocarle el trasero a ese
dulce Pixie. Ese chico necesita ser tomado duro y profundo por una
monstruosa polla hasta que su pequeño culo apretado se desborde con mi
semen.

Si su objetivo era hablar sucio, estaba fallando, porque era más como algo
espeluznante y repugnante. Jungkook tuvo que reprimirse de temblores
con un caso gigantesco de escalofríos. Y en definitiva usar a Pixie fue un
movimiento tonto de su parte; por alguna razón, Bear era protector de ese
pequeño diablillo.

El pelinegro lo comprobó al ver que la sonrisa que su jefe había puesto en


su cara hasta ese momento vaciló.

—Te das cuenta de que incluso como activo, se requiere un poco de


reciprocidad —preguntó su jefe, con un tono claramente frío—. Nos gusta
ver a nuestros activos dando mamadas y haciendo rimming, por ejemplo.

La actitud arrogante de King se oscureció—. No soy gay. No me importa


metérsela en el culo a alguien, sobre todo si está tan bueno como Pixie,
pero no voy a lamer ningún trasero ni una mierda de esas.

La cara del Bear se oscureció aún más—. Ser gay o bisexual es una
especie de requisito para esta línea de trabajo —dijo secamente.

King se inclinó hacia adelante, sus ojos repentinamente fríos—. ¿Sí?


Pregúntale a tu chico Campy sobre eso, porque seguro como la mierda
que no es gay.

¿Campy? ¿De qué demonios estaba hablando ese pendejo? Jungkook


había hecho innumerables escenas con él, y había estado trabajando para
Ballsy durante al menos dos años. ¿Cómo podía ser que no le gustasen
los hombres? Podía que él no fuese gay, pero si no, seguro como el
infierno de que era bi. No había forma de que fuese heterosexual.
—Mira, King, o como sea que te llames, no voy a discutir asuntos privados
contigo. Si no estás dispuesto a tener relaciones sexuales satisfactorias
con otros chicos, no eres un buen candidato para nuestro estudio. Es tan
simple como eso. Si eres heterosexual, te aconsejo que pruebes suerte
con uno de los muchos, muchos estudios porno heterosexuales de la
ciudad. Estoy seguro de que uno de ellos te contratará, considerando tu
tamaño y tipo de cuerpo.

King abrió la boca como si quisiera decir algo y luego la volvió a cerrar. Al
azabache no le sorprendía. Bear era generalmente bastante relajado, pero
de vez en cuando, él tenía ese tono, esa voz autoritaria y profunda que
rezumaba dominación, y cuando lo hacía, sólo podías escuchar.

La entrevista terminó, y King se fue, lanzando dagas con los ojos.

—¿De qué demonios estaba hablando sobre Campy? —le preguntó Bear
tan pronto como el imbécil había salido del edificio.

—Honestamente no lo sé. ¿Importa eso?

Su jefe suspiró—. Tal vez.

—¿Crees que este tipo esté en contra de él?

—Podría estarlo. Cuanto más hablaba, más sonaron mis alarmas.

—Oh, sí, fue un capullo total —concordó Jungkook.

—Mira, ¿crees que podrías preguntarle a Campy? No para confrontarlo,


sino para comprobarlo, ¿por preocupación? Realmente no puedo
preguntar como su empleador.

—Bear, si resulta que es heterosexual, ¿vas a despedirlo?


Bear le dio una mueca de desaprobación—. Por supuesto que no. Qué
diablos me importa, siempre y cuando se desempeñe bien. Sólo quiero
saberlo para poder protegerlo si es necesario.

Eso tenía sentido. La información era poder—. Se lo preguntaré, pero


estoy bastante seguro de que sé la respuesta.

Ambos discutieron algunos rodajes, y para cuando el pelinegro salió del


estudio, era casi la hora de la cena. Ese hombre, King, le había dejado
muy irritado con su desagrado por el sexo gay. Puto pendejo. ¿Por qué
demonios estaba solicitando trabajo con Ballsy cuando creía que el sexo
gay era indigno de él? Probablemente porque no podía conseguir trabajo
con un estudio heterosexual. ¿Quizás porque se portó mal o algo así?
Contrariamente a lo que mucha gente pensaba, la mayoría de los estudios
bien pagados eran bastante estrictos en cuanto a quién contrataban. Había
suficiente gente dispuesta a hacer porno para ser selectiva, especialmente
porno heterosexual vainilla. Si actuabas como un gilipollas, te echaban. No
le sorprendería si eso era lo que había pasado con ese tipo.

Y ahora se estaba frustrando consigo mismo por gastar demasiado tiempo


y energía en ese idiota. Necesitaba un pequeño levantamiento de ánimo,
preferiblemente en forma de una buena follada. No tenía programada otra
sesión hasta la semana próxima, así que tenía que encontrar a alguien
dispuesto a divertirse un poco.

Agarró su teléfono y marcó un número antes de darse cuenta. Taehyung


respondió al segundo tono.

—Hey —dijo al otro lado de la línea.

—Hey, tú.

Hubo un silencio incómodo antes de que Jeon recordara que quien había
llamado había sido él y no el castaño, lo que significaba que tendría que
iniciar la conversación.
—¿Estás libre esta noche? —preguntó finalmente.

—¿Por qué?

—Porque tuve un día de mierda, y me encantaría terminar con una nota


alta. Contigo.

—Está bien —dijo Taehyung lentamente—. ¿Haciendo qué exactamente?

El azabache frunció un poco el ceño. ¿Malinterpretó sus señales


anteriores? Pensó que el chico estaba dispuesto a quedar con él de vez en
cuando.

Admitía que le había notado un poco raro después de que se hubiese


quedado a dormir, pero eso había sido una semana atrás. Seguro que ya
lo había superado.

Aun así, se arriesgó—. Bueno, pensé en parar por algo de comida, china
quizás, y podríamos ver una película o algo. Y después de eso, me
gustaría mucho follarte, si te parece bien.

Taehyung rió—. Bueno, ciertamente lo estás pidiendo amablemente.


Además, de pagar la cena.

Jungkook sonrió, la tensión en su estómago disminuyendo—. Pensé que


era lo menos que podía hacer a cambio.

—Básicamente, pagas por sexo con comida china.

El pelinegro rió otra vez—. Esa es una forma de verlo.

Pudo escuchar a través de su celular la sonrisa en la voz del castaño.

—No sé si eso me convierte en un acostón barato o en sólo estúpido. Mi


suposición es que consigues mucho más para que te follen que un pollo
sésamo con arroz blanco. Pero te veré en tu casa en, digamos, ¿una
hora?

—Oye, añadiré algunas galletas de la fortuna a mi oferta, ¿qué te parece?


—bromeó. Taehyung iba a ir, lo que significaba pasar un muy buen rato, lo
que significaba también que su humor acababa de mejorar rápidamente.
Además, estaba tan feliz de poder bromear sobre su trabajo. Parecía que
el chico no tenía ningún problema con eso.

Kim dejó escapar una risita demasiado bonita para los oídos de Jungkook.

—Oh, ¿por qué no empezaste con eso? Amigo, por galletas de la fortuna,
¡hasta te daré una mamada!
Los dedos de Taehyung volaron sobre las teclas de su computadora
mientras trabajaba para terminar su proyecto de codificación en el último
minuto. Lo habría hecho hace semanas, pero entre los frecuentes enrolles
con Rebel y el trabajo en su propio juego con Jimin, algunas de sus clases
se habían retrasado un poco.

Lo extraño era que no era sólo el sexo con Rebel lo que parecía estar
ocupando una gran parte de su tiempo. Los martes por la noche el
pelinegro lo invitaba a ver una película juntos. Al principio, el castaño
pensó que era sólo un código para follar. Pero no tardó mucho en darse
cuenta de que cuando el azabache quería follar, decía que eso era para lo
que estaba llamando. Y cuando decía que quería ver una película, era
mejor que creyera que se estaba guardando las manos para sí mismo, y
que en verdad iban a ver una película.

Era raro como el infierno, y Taehyung no sabía qué pensar de ello.


También era agradable. No es como que lo admitiese en voz alta, incluso
bajo amenaza de tortura. Pero saber que era verdad era suficiente para
que su estómago diese un brinco.

Escribió las últimas líneas de código y luego sacó los calambres de sus
manos. Diablos, necesitaba recordar no dejar esa mierda hasta el último
minuto otra vez.

Revisó la hora y se dio cuenta de que tenía que ir a clases. Cerró su laptop
y la guardó en su mochila junto con los cuadernos que llevaba a clases,
aunque nunca escribía notas a mano. Luego se puso ropa limpia y salió de
su departamento.
Al llegar a la facultad, se colocó en su asiento habitual en la parte de atrás
del salón sólo unos minutos después de que sonara la campana, más o
menos al mismo tiempo que normalmente lo hacía. Jimin le dio una mirada
a la que ya se había acostumbrado a esperar cada vez que llegaba tarde a
clases. Lo extraño era que le gustaba tener a alguien con quien contar
para algo. Incluso si la cosa con la que contaba era que se enfadase con
él.

Estaba tratando de escuchar a su monótono profesor cuando la pantalla de


su celular se iluminó mostrando: ¡Mensaje de Rebel!

Rebel:
Estoy caliente.

Tae:
Jaja, deja la presión. Estoy en clases, hombre.

Rebel:
Oh mierda, jaja, lo siento.

Rebel:
Supongo que sería grosero de mi parte enviarte una foto de mi épica
erección ahora mismo.

Tae:
Parece descortés no dejar que el pequeño salga a jugar.

Rebel:
¿¿¿¿¿Pequeño?????

Tae:
Jaja, me equivoqué, pequeño no. Mi trasero puede atestiguar eso. Ahora,
muéstrame.
El castaño esperó conteniendo el aliento, inseguro de si el chico realmente
le iba a enviar una foto de su polla mientras estaba en clases. Era un
movimiento valiente, y Rebel era el tipo de persona que lo haría.

Segundos después, apareció una imagen y Kim tuvo que reprimir una risa
ante su audacia. El azabache no estaba equivocado; esa erección parecía
particularmente épica, y Taehyung se vio un poco desanimado por estar en
clases y no poder ayudarlo a aprovecharla al máximo.

—Hombre, ¿estás viendo porno en clases? —susurró Jimin a un lado


suyo, estirando la cabeza para ver sobre el hombro del menor.

—¿Técnicamente? No estoy exactamente seguro —respondió el castaño


con una risita.

Tae:
¿Técnicamente es porno cuando me envías la foto de una polla?

Rebel:
La definición del diccionario es sí, porque la pornografía es cualquier
imagen o descripción explícita utilizada con un propósito sensual (dice
Google). Pero en un sentido coloquial, diría que no, porque no solemos
considerar el porno con fotos de penes, los consideramos "sexting."

Tae:
¿Es raro que esté más excitado por lo inteligente que suenas ahora que
por la foto de tu entrepierna?

Rebel:
No es por hacer esto raro, y sé que eres alérgico a las emociones y esa
mierda, pero significa mucho para mí escucharte decir eso.

Tae:
Síp, lo hiciste raro. Jaja.
Rebel:
Idiota.

Tae:
Te gusta mi culo, gilipollas.

Rebel:
Te gusta mi polla, bobo.

Tae:
Parece que estamos en un callejón sin salida. Quizás tu polla y mi trasero
puedan arreglar esto más tarde.

Rebel:
Cuenta con ello ;)

El castaño cerró la ventana del chat con una última mirada anhelante a la
foto y una vez más trató de concentrarse en la clase. Trató.

Taehyung levantó su puño contra la puerta y dio unos golpes rápidos. Miró
el papel arrugado en su otra mano y se estremeció por dentro. Empezó a
preguntarse si debería haber leído la nota que le dio su cliente antes.

La puerta se abrió y se preparó para lo que fuese que estuviese a punto de


enfrentar.

—¿Karen? —comprobó.

—Sí, ¿por qué?


—Ryan tiene un mensaje para ti. De verdad lo siento, estas son sus
palabras, no las mías —explicó antes de levantar la nota y leerla—. Diez
razones por las que te voy a dejar: Uno, nunca me la chu... —El castaño
se estremeció cuando las palabras salieron de sus labios. «Oh, maldición,
sí, debí haber leído esto de antemano» Pensó pidiéndole piedad a Dios
para salir vivo de ese lugar.

La chica jadeó, y su cara se tornó roja brillante.

—No creo que necesites oír el resto de esto —Kim comenzó a guardar el
papel en el bolsillo de sus jeans, pero Karen le detuvo.

—No, dime lo que dice —exigió.

Con extrema reticencia, sacó el papel y continuó leyendo—. Dos, tienes un


culo gordo... no en el buen sentido.

Ella apretó sus puños, sus ojos brillantes por la furia.

—Tres, ya me follé a todas tus amigas, así que ya no hay muchas razones
para quedarme.

Taehyung no vio venir su puño, pero crujió contra su nariz. Ni siquiera


podía decir que la culpaba. No había duda de que él también se habría
dado un puñetazo si la situación hubiera sido al revés.

—¡Joder! —gritó, agarrándose la nariz mientras la sangre le corría por los


dedos. La odiosa lista cayó en alguna parte y la puerta le dio un portazo en
la cara. Se sacó la camisa sobre la cabeza y la presionó contra su nariz
mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.

Ahí era cuando se daba cuenta de que no podía llamar a nadie para que le
llevase al hospital. Su corazón se hundió ante ese pensamiento.
Probablemente tenía la nariz rota e iba a tener que pedir un Uber al
hospital porque no tenía amigos. ¿Qué tan patético era?
Intentó torpemente limpiar un poco la sangre de su mano en la camiseta
arrugada contra su cara. Entonces sacó su teléfono y pidió un coche. El
conductor le miró mal cuando se dio cuenta de que estaba sin camiseta y
ensangrentado, pero no dijo nada por lo que Taehyung estaba agradecido.

Les llevó años llegar al hospital, porque eso era Los Ángeles, y el tráfico
era básicamente el décimo círculo del infierno. La hemorragia se hizo más
lenta cuando salió del auto, pero ya podía sentir que se le hinchaba la
cara. No había duda de que la chica le rompió la nariz. Debió haberle dado
la lista del diablo y haberse marchado.

Afortunadamente, la sala de emergencias estaba tranquila esa noche, así


que sólo terminó esperando con su camiseta pegada a la cara durante una
hora antes de que una enfermera le llevase a la parte de atrás.

—Estoy bastante seguro de que mi nariz está rota. ¿Necesitan tomar


radiografías o algo?

—En realidad no solemos hacer radiografías para una nariz rota. Si ha


habido un trauma reciente y la nariz está hinchada y sangrando, es
probable que esté rota. Entonces, lo que haremos es ponerte bajo
anestesia suave, y uno de nuestros cirujanos estará ahí para acomodarla y
entablillarla. Ahora, entiendo que viniste solo. ¿Hay alguien que pueda
recogerte? No podrás conducir después de la anestesia suave.

—Um... —repasó por su mente inútilmente, tratando de encontrar una


solución. Podría pedir otro Uber, pero dudaba que alguno apreciara su
trasero drogado.

Jimin sería una buena opción, el problema era que no tenía su número. La
única persona que se le ocurría tal vez considerada un amigo y cuyo
número también tenía era Rebel. Pero no era exactamente el tipo de
amigo al que tenía que estar llamando cuando necesitaba un favor.

—¿Puedo quedarme aquí y dormir? —pidió con desesperación.


La enfermera le dio una mirada escéptica—. No tenemos camas extras
para ofrecer en procedimientos ambulatorios.

—Demonios —suspiró. Parecía que iba a tener que morder la bala y llamar
a Rebel.

—¿Por qué no te sientas, haces algunas llamadas si es necesario, y el


doctor vendrá pronto para encargarse de ti?

Taehyung liberó un largo suspiro. Joder.


En cuanto Taehyung se encontró solo, llamó a Rebel antes de
acobardarse.

—Hola, bebé —saludó el azabache en tono juguetón—. ¿Ya muriendo por


tenerme dentro otra vez?

A pesar de la vergüenza y el dolor que actualmente le carcomían, el


estómago del castaño dio un brinco, su polla endureciéndose contra su
pierna ante el recuerdo de la erección de Rebel ensanchándole y
embistiéndole sin piedad.

—Uh... —Se aclaró la garganta y trató de conjurar palabras y frases


reales—. Esto es muy vergonzoso, pero necesito un favor, y no tenía a
nadie más a quien llamar.

—¿Está todo bien? —Su tono hizo un rápido giro de ciento ochenta y
ahora estaba lleno de preocupación.

—Más o menos. Estoy en el hospital y necesito que me lleven a casa en


una hora o dos.

—Oh por Dios, ¿qué pasó? ¿Es grave? ¿Qué hospital? —preguntó el
pelinegro.

Taehyung podía escuchar movimiento al otro lado de la línea y llaves


tintineando en el fondo. Muriendo de vergüenza por molestar a Rebel con
sus problemas, finalmente le dijo en qué hospital se encontraba y que era
sólo una lesión menor.

—Estaré allí en treinta minutos —Y entonces la llamada se cortó.


Kim guardó el teléfono en su bolsillo y se acostó en la rígida cama del
hospital. A pesar de lo vergonzoso que era tener que llamar a Rebel, era
muy dulce que el azabache estuviera tan dispuesto a dejar todo para venir
a recogerle.

Unos minutos más tarde la enfermera estaba de vuelta, con el médico esta
vez, y le estaban inyectando. No tenía ni idea del tiempo que tardaron en
arreglarle la nariz, pero sabía que no sentía ningún dolor como ellos.
Cuando terminaron, había una gran tablilla en la nariz de Taehyung, y las
drogas estaban empezando a desaparecer un poco.

—Heeeeeey —saludó a Rebel con voz tonta y excitada cuando lo vio


esperándole—. Eres realmente sexy.

El rostro del pelinegro ya de por sí cegadoramente guapo se iluminó con


una sonrisa, y el menor casi tuvo que proteger sus ojos de su perfección.

—Te dieron buenas drogas, ¿eh?

—Sí, no puedo sentir mi cara —concordó.

—Bien, déjame ver qué tenemos que hacer para que estés bien y luego te
llevaré a casa.

—Bueno —murmuró volviendo a la cama donde la enfermera le había


puesto a esperar hasta que pudiese ser dado de alta.

Mientras las drogas seguían desapareciendo, y la tranquilidad de la


habitación comenzaba a sentirse como una fuerza opresiva, le golpeó de
nuevo lo patético que fue tener que llamar a un folla-amigo para que le
recogiera en el hospital. Quién sabía qué planes tuvo que cancelar Rebel
para venir a recogerle. Probablemente el chico ahora pensaba que era un
perdedor sin amigos, lo que era totalmente cierto.
El azabache regresó unos minutos después con un puñado de papeles—.
Estás listo. Déjame ayudarte.

Se acercó a un lado de la cama y ayudó a Taehyung a levantarse. La


enfermera entró en la habitación con una silla de ruedas segundos
después e insistió en que el castaño fuese en ella hasta la salida.

—Oh espere, ¿no tiene una camisa? —Rebel le preguntó a la enfermera.

—Se ensangrentó toda —respondió Taehyung.

—Aguarda, hace un poco de frío —El mayor tomó su chaqueta y la puso


sobre los hombros de Taehyung, haciéndole sentir una extraña calidez
extendiéndose desde su pecho hasta las puntas de los dedos de sus
manos y pies. Esas drogas debían haber sido muy buenas.

—No hace frío; vivimos en LA —argumentó el castaño a medias. Afuera,


Rebel le abrió la puerta del auto por alguna razón, era lindo, pero raro
como el infierno.

—Entonces, ¿quién te golpeó? —preguntó en cuanto estuvo en el asiento


del conductor.

—Una chica por la que me pagaron para decirle que su novio la estaba
dejando. Me lo merecía.

Rebel hizo un ruido infeliz.

Aparte de las instrucciones que le dio el menor para ir a su casa, ninguno


de los dos mencionó una palabra durante el camino. Taehyung esperó a
que se detuviera frente a su edificio y le dejara salir, pero el pelinegro
insistió en encontrar un lugar para estacionar.

—Estoy bien, no tienes que acompañarme.


—Estás drogado y herido. Voy a entrar y asegurarme de que te acomodes.
Te prepararé una buena taza de té.

—No tengo té.

—¿En serio? ¿Por qué no tomas té?

—Eso es para viejos.

Rebel rió entre dientes—. Mi mamá siempre me hacía té cuando no me


sentía bien.

El corazón de Taehyung se apretó un poco por el cariño en el tono del


pelinegro cuando mencionó a su madre. De pronto preguntándose cómo
sería que alguien en el mundo se preocupase tanto por él. Alguien que se
preocupara por su comodidad y felicidad. Parecía que sería... agradable.

Pero eso era para otra gente, no para él. Tal vez fue un hijo de puta o un
gilipollas en una vida pasada. Tal vez había algo en su ADN que le hacía
indeseable. Cualquiera que fuese la razón, él era no querible, no deseado,
desechable. Todos en algún momento le dejaban. Así era la vida, y no
tenía sentido detenerse a pensar en ello.

—Realmente no tienes que subir. Tengo un apartamento de mierda. No se


parece en nada a tu casa —le dijo—. Además, obviamente no estoy
puesto para tontear.

—Me importa una mierda.

Taehyung sacudió la cabeza, pero no discutió más. Si seguían juntándose


sin follar, ¿en qué les convertía eso? ¿Amigos? ¿Algo más?

Ya en su apartamento, el castaño se estremeció por dentro, imaginando lo


que Rebel debía estar pensando mientras entraba en la única habitación
que contenía toda su vida. Normalmente, cuando Kim traía a un tipo ahí,
ambos estaban demasiado ocupados desnudándose para que le
preocupara lo que pensara el otro de su espacio vital. Y, más allá de eso,
no podía imaginarse que le importara lo que alguno de esos hombres
pensaran.

—Si no tienes té, ¿qué tal si te hago un poco de sopa o algo?

—¿Por qué estás haciendo esto? —Taehyung le miró con escepticismo.

—¿Qué? ¿Quieres algo más sustancial? Puedo hacer un sándwich.

—No, quiero decir, ¿por qué estás siendo tan amable?

Las cejas de Rebel se arrugaron, y las comisuras de sus labios se


fruncieron. Había una aguda tristeza en sus expresivos ojos negros que
caló en el interior del castaño y le hizo querer empujarlo lejos o meterse en
la cama y esconderse por una semana, cualquier cosa para alejarse de la
compasión.

—Somos amigos, ¿verdad? —preguntó el azabache.

—Has tenido tu polla en mi boca y en mi trasero.

—Entonces... ¿mejores amigos?

Taehyung quería reírse, pero los analgésicos estaban empezando a


desaparecer, y su nariz estaba comenzando a palpitar.

—No suelo ser amigo de los chicos con los que... ya sabes... —explicó
como por centésima vez desde que conocía a Rebel.

—¿Entonces de quién eres normalmente amigo?

La boca de Taehyung se abrió y luego se cerró como la de un tonto pez.


No estaba seguro de si el pelinegro estaba tratando de ser rudo, pero
maldición, si no, le atrapó.

—No tengo amigos —admitió con un poco de hostilidad en su tono. No


quería amigos y no los necesitaba.

—Somos amigos; enfréntalo. ¿Ahora, sopa? —Le rodeó de camino a la


cocina, dejándole sin palabras—. ¿Por qué no te acuestas en el sofá y
buscas algo para ver? Te traeré algo de comida, y te daré una dosis de los
analgésicos que te recetaron en urgencias, y podrás dormir evitando lo
peor del dolor.

Taehyung casi volvió a preguntarle por qué estaba haciendo eso, pero
decidió que cualquiera que fuese su motivación, se sentía bien que le
cuidaran para variar. Con el pecho lleno de calidez, se instaló en el sofá y
puso la segunda temporada de Stranger Things.

No pasó mucho tiempo antes de que Rebel le trajera un tazón de sopa,


una segunda dosis de analgésicos y un vaso de agua.

—Gracias.

—Ni lo menciones —El azabache minimizó y luego se sentó a su lado en


el sofá—. Genial, aún no he visto la segunda temporada.

—Podría dormirme después de comer —advirtió.

—Está bien, puedo irme o dormir en tu sofá. No te preocupes por mí.

Ambos cayeron en un silencio cómodo mientras Taehyung terminaba la


sopa que le había preparado Rebel. En poco tiempo, sus párpados se
volvieron pesados. Sintió que una manta le cubría y luego un beso rápido
le rozaba la frente antes de ser atraído por el sueño.
Jungkook se despertó en la oscuridad, le tomó un segundo averiguar
dónde estaba y qué sonidos extraños eran los que le habían despertado.
Cierto. Se encontraba en la casa de Taehyung, y era el castaño el que
hacía esos ruiditos raros. Pudo escuchar sus gemidos viajando a través de
la habitación, y no eran de los felices. Tenía dolor.

Taehyung se había dormido en el sofá, y después de una hora, lo había


llevado a su cama. No quería que se despertara con más dolor en su
cuerpo después de pasar una noche en ese incómodo sofá.

Ahora él mismo podía afirmar que el mueble era realmente muy incómodo,
porque después de unas horas de sueño intranquilo en esa cosa, su
espalda le estaba matando. Joder, a Taehyung le vendría bien un sofá
nuevo. Tendría que presentarle a Ikea, tal vez.

Buscó un interruptor de luz, porque sabía que había una pequeña lámpara
en la mesa lateral. ¿Por qué diablos estaba tan jodidamente oscuro ahí?
No podía ver una maldita cosa. Finalmente, sus dedos tocaron el
interruptor y encendió la lámpara.

Sería mejor que le consiguiese más analgésicos. El pelinegro se arrastró


del sofá, sus músculos rígidos anunciando en voz alta su incomodidad. Los
analgésicos estaban en el baño, los tomó y se dirigió a la cama de
Taehyung con un vaso de agua y el paquete de medicinas.

El castaño estaba acostado en la cama matrimonial de modo que le daba


la espalda, pero aun así, Jungkook pudo ver que sentía dolor. Estaba
gimiendo un poco en un sueño agitado, su cuerpo acurrucado en una
bolita pequeñita.
«Pobre nene» suspiró observando unos segundos como el chico se
removía entre las mantas. «Esa fue una enfadada mujer para golpearlo en
la cara con tanta fuerza»

El azabache encendió la lámpara junto a él antes de poner gentilmente su


mano sobre el hombro del menor.

—Oye, Tae... bebé, despierta.

El cuerpo de Taehyung se congeló antes de relajarse de nuevo. Jungkook


suponía que el chico necesitaría un segundo para recordar quién era o
algo así y que se encontraba en su casa.

—¿Qué pasa? —preguntó el castaño, su voz llena de sueño.

—Tienes dolor. Tengo la siguiente dosis de tus analgésicos para ti.

Taehyung se dio la vuelta con un gran quejido.

—Dios, mi cabeza me está matando. ¿Por qué carajos tomé ese trabajo?

Jeon le ayudó a sentarse, lanzándole una mirada de simpatía—. Ten —dijo


cuando Kim estuvo de alguna manera sentado y derecho, más bien como
si se hubiese caído contra la cabecera, y le dio el agua y una píldora.

—¿Estás drogándome para aprovecharte de mí? —bromeó Taehyung,


antes de tomar la pastilla y pasarla con agua.

El azabache sonrió—. Claro que sí, bebé. Porque no te has aguantado


mucho hasta ahora, y realmente disfruto follarme a un tipo con la nariz
rota.

Taehyung se hundió contra las almohadas con una leve sonrisa, luego se
tocó la nariz con cautela y se encogió—. ¿Crees que dejará una marca? Mi
nariz, quiero decir. ¿Seguirá torcida?
Jungkook se sentó cuidadosamente en la cama a su lado y le quitó un
mechón de cabello de su frente—. No lo sé, pero seguirás siendo
hermoso.

El castaño le envió una sonrisa—. Eres bueno con las palabras. Mucho
mejor que yo. Nunca sé qué decir. Apesto en todo esto de la amistad.

Aunque el chico estuviese sintiendo dolor, Jeon no quería mentirle—. Sí,


más o menos. No por las palabras, porque no las necesito, sino porque
siempre estás a la defensiva. Está bien pasar el rato, follar cuando nos
apetece, y ser amigos, ¿sabes? Esas cosas no son mutuamente
excluyentes, y tampoco es que esté buscando algo serio.

Taehyung parpadeó lentamente.

—Supongo —dijo.

—Vaya. Tu entusiasmo es abrumador. ¿Necesito recordarte que somos


los mejores amigos, considerando que he tenido mi polla en tu boca y en
tu trasero, como tan elocuentemente lo has dicho antes? Esperaba un
poco más de entusiasmo, bebé.

El pelinegro creía que lo mejor que podía hacer era mantenerlo ligero. No
sabía por qué Taehyung estaba tan asustado por todo eso de los amigos y
pasar el rato, pero ahora mismo, sólo quería asegurarse de que estuviese
bien. El menor todavía estaba muy pálido. A pesar de eso, sus labios se
curvaron en una sonrisa.

—Mejores amigos, ¿eh?

Jungkook asintió con la cabeza—. Mejores, hombre. Estoy a tu servicio.

La sonrisa del castaño se ensanchó—. ¿Sabías que las endorfinas


realmente ayudan contra el dolor?
El azabache sabía exactamente a dónde quería llegar con eso, pero él
quería ver que siguiera el juego.

—¿Endorfinas? ¿En serio? ¿No se liberan cuando haces algo placentero,


como... abrazar? ¿Estás diciendo que te gustaría un abrazo de mi parte?

—Para alguien que se hace llamar mi mejor amigo, eres muy malo leyendo
mis necesidades. No estaba hablando de abrazos.

—Oh. No estabas tratando de chantajearme emocionalmente para que te


dé una mamada a las cuatro de la mañana, ¿verdad? Porque eso no es
algo que los mejores amigos se hacen entre ellos, ¿cierto?

Taehyung hizo un puchero, su labio inferior sobresaliendo caído y triste. Se


veía tan lindo cuando hacía el puchero, como un pequeño bebito cuando
perdía su chupete, que Jungkook se apiadó de él. El nene tenía dolor,
después de todo.

—Está bien, está bien, lo haré. Rayos. Las cosas que hago para quedarme
en tu buena gracia.

Tampoco era como si a Jungkook le molestara en realidad.

Lentamente se metió en la cama, arrastrando las sábanas hacia abajo. El


castaño sólo llevaba bóxers, así que eso lo hacía todo más fácil. Entonces
la mano de Taehyung tocó su cabello negro, lo agarró sin mucha fuerza, y
el mayor levantó la vista.

—Rebel, no tienes que-

—Lo sé.

—Lo digo en serio. No quiero que te sientas...


Era dulce que a Taehyung le preocupara que pudiera sentirse presionado,
pero nadie tenía tiempo para eso. Simplemente arrastró hacia abajo los
bóxers del chico dejándolos a la mitad de sus muslos, observó su polla que
seguía estando en su mayor parte blanda. Eso era probablemente porque
no tuvo suficiente tiempo para considerar lo que estaba a punto de
suceder.

No era frecuente que Jungkook tuviese que empezar una mamada en un


miembro blando. Podía ser una cosa extraña en la cual pensar cuando
estaba chupándosela a alguien, pero usualmente, los chicos estaban duros
como una roca cuando trabajaba en ellos. Aunque debía admitir que era
una sensación maravillosa sentir a Taehyung ponerse duro en su boca.

Jeon comenzó succionando suavemente su glande, y su suposición era


que al castaño le encantaba, porque sus manos se enredaron en su
cabello para mantenerle la cabeza en ese lugar. Como si él estuviese
planeando ir a algún lado. Aun así, le gustaba como se sentía ese
pequeño gesto de posesividad.

Había una diferencia entre chupársela a alguien en cámara y hacerlo en


privado. En cámara, el objetivo solía ser alargarlo, porque querían que la
escena durara un poco. Claro, la mayoría de las estrellas porno podían
aguantar un tiempo, sí, había trucos para eso que se enseñaban entre
ellos, pero tampoco se lanzaban del todo. Hacían que pareciera sexy, en
primer lugar, pero no era necesariamente lo que haría que alguien se
corriera más rápido.

En privado, era diferente. Había dado mamadas que estuvieron dirigidas a


hacer que alguien se corriera realmente rápido porque él quería que
terminara y otras en las que era divertido jugar un poco.

En ese instante, eran las cuatro de la mañana, todavía estaba cansado, le


dolía la espalda por ese puto sofá, y Taehyung parecía que podría
desplomarse en cualquier momento.
El castaño estaba todo duro ahora, gimiendo suavemente. Jungkook lo
tomó hasta la garganta con facilidad, le dio buen uso a su lengua para un
poco de presión extra, y lo tragó. Las caderas del menor se desprendieron
del colchón, y su discreto gemido se convirtió en un leve gruñido.

El pelinegro mantuvo la presión, sólo ocasionalmente salía a tomar aire.


Taehyung estaba casi tirando de su pelo ahora, gimiendo
maravillosamente. Y luego se estremeció y se corrió en su garganta. Su
cuerpo se aflojó justo después. Jungkook lo lamió hasta limpiarlo, y cuando
le acomodó los bóxers, el menor ya estaba medio dormido.

—Mmmm... estuvomuybueno —murmuró Taehyung satisfecho.

—Me gano la vida haciendo esto, ¿recuerdas? —dijo medio en broma,


pero él ni siquiera respondió.

Jungkook le puso las sábanas encima y se sentó al borde de la cama. ¿De


verdad tenía que dormir en ese sofá lleno de bultos? Lo debatió durante
tres segundos antes de decidir que el castaño estaba desmayado y no se
daría cuenta de todos modos, y luego se acurrucó junto a él, sin llegar a
tocarle, sólo sus hombros rozándose. Bastó menos de un minuto para que
cayera dormido, con el cremoso sabor de Taehyung en su boca caliente.
Jungkook despertó inquieto, incluso aunque fuera su día libre. Ayer había
ayudado a organizar un rodaje complicado, así que había pasado todo el
día en el estudio. Bear le dijo que no quería verle el resto de la semana.
Eso significaba que se encontraba extrañamente aburrido un viernes por la
mañana.

Tal vez podría ir al gimnasio. Usualmente iba por lo menos tres veces a la
semana, y su último entrenamiento había sido hace dos días, pero
realmente no tenía ganas. Ayer había arrastrado algunas cosas pesadas, y
sus músculos ya estaban algo doloridos.

Un rápido vistazo alrededor de su apartamento confirmó que realmente no


necesitaba limpieza, y también estaba al día con la lavandería. En serio,
¿cuándo se había convertido en este comercial aburrido ambulante y
parlanchín para la vida de la clase media urbana? Bueno, aparte del hecho
de que ganaba dinero con el porno, por supuesto.

No, no quería hacer algo útil hoy. Quería hacer algo divertido. Necesitaba
hacer algo divertido, aunque sólo fuese para probarse a sí mismo que no
se había transformado completamente en este ordinario adulto
responsable. Rayos.

Algo divertido. ¿Pero qué? ¿Y con quién? Tan pronto como lo pensaba,
sabía con quién quería salir. Tenía que encontrar una buena razón, porque
si lo llamaba para pedirle que se quedara un día entero, sabía que él no lo
haría. Se resistiría, sospecharía. Jungkook no sabía por qué el chico
seguía haciendo eso, pero sabía que lo hacía.

Necesitaba encontrar una excusa. ¿Y si él...? Sí, eso debería funcionar.


Hizo algunas llamadas rápidas y tuvo todo listo en menos de quince
minutos. Sus amigos de Ballsy realmente eran los mejores, incluso cuando
no tenían idea de por qué estaba haciendo esto.

Era hora de la última llamada. Se rió cuando vio la foto que eligió para su
contacto: un plátano. Taehyung nunca se libraría de esa asociación.

—Hey —respondió, sonando un poco somnoliento.

—Buenos días, solecito. ¿Estabas despierto o te desperté?

El castaño bostezó en voz alta—. Estaba... algo despierto.

—Bueno, es hora de levantarse y brillar, chico plátano. Algunos de los


muchachos y yo vamos a salir hoy, y pensé que querrías venir.

El menor estaba callado por un segundo, y luego dejó salir una risita
sexy—. ¿Estará involucrado el venirse?

—Joder, tú y tu sucia mente. No todo es sobre sexo, ¿sabes?

—¿Me estás pidiendo que salga con un puñado de estrellas porno, pero
quieres mantenerlo "apto para todo el público"? Definitivamente no va a
pasar.

Jungkook suspiró. En realidad, Taehyung tenía razón en eso. Se sabía que


los chicos y él se ponían un poco... tocones de vez en cuando—. Okay,
habrá, al menos para ti, ¿de acuerdo?

—¿Me estás sobornando con sexo?

—Bebé, hay estrellas porno. ¿Por qué necesitarías un soborno?

—Está bien, está bien, está bien —dijo con una risa salpicada por toda su
voz—. ¿Dónde te veo?
El pelinegro había planeado pasar por él, pero tal vez fuera mejor así.
Menos compromiso para el chico—. ¿Conoces Wonderland Arcade?

—¿Estás bromeando? Yo vivía allí cuando era niño. El único lugar feliz
que he tenido.

El castaño se quedó callado después de esa revelación inesperada, sin


duda porque reveló un poco más de lo que pretendía. Jeon creía que la
mejor estrategia sería fingir que no se había dado cuenta.

—Increíble. Nos reuniremos allí al mediodía.

Casi contuvo la respiración, sabiendo que Taehyung estaba a un segundo


de ignorarle.

—Okay, nos vemos allí —dijo, y el azabache por fin exhaló.

Cuando llegó un poco después del mediodía —llegar exactamente a


tiempo era casi imposible con el tráfico impredecible que había en esa
ciudad— Taehyung ya estaba allí. Vestido con shorts desteñidos, una
camiseta blanca ajustada y un par de Converse viejos, de igual forma, para
los ojos de Jungkook lucía comestible.

Estaba hablando con Brewer y Campy, y mientras se acercaba, Pixie y


Heart también llegaban. Tank no venía, por supuesto. No hacía muchas
cosas sociales, especialmente cuando sabía que Brewer iba a estar
presente.

Todos hicieron la ronda habitual de abrazos y palmadas en la espalda, y


formalmente presentó al castaño a los demás. El pelinegro se dio cuenta
de que el chico estaba un poco abrumado, pero se defendía mientras
comían unos hotdogs del mejor vendedor de hotdogs de LA. Incluso se las
arreglaba para mantener una conversación más o menos inteligente con
Campy, que resultaba ser un gran jugador como el propio Taehyung.
¿Quién lo diría?
—¿Cuál es tu juego favorito? —Campy intentó arrastrar a Jungkook a la
conversación.

El azabache se rascó la barbilla—. ¿Emm, Angry Birds? —bromeó—. No


he jugado videojuegos desde el instituto, de verdad. E incluso entonces, no
era realmente lo mío. Pero me encantan estos juegos de arcade.

Campy murmuró algo de que era un pagano, significara lo que significara,


pero Taehyung simplemente se reía de él.

—Todavía no has encontrado el juego adecuado —dijo con confianza.

Se abrieron camino dentro de la sala de juegos, y sus ojos se sintieron


atraídos por una enorme máquina de pinball a la antigua usanza—. Ahora,
ese es un juego que me encanta —dijo Jungkook con profunda
satisfacción—. ¿Te apuntas?

El castaño asintió—. Adelante.

A Jeon le iba bastante bien en su primer intento, pero cuando le tocó a


Tae, lo dominó por completo. Lo observó mientras jugaba, completamente
concentrado en lo que hacían las pelotas. Incluso susurraba ánimos que
se convertían en porras más fuertes a medida que avanzaba el juego.
Maldición, era bueno en eso.

—¿Es tu novio? —le preguntó Pixie a Jeon en voz baja.

El pelinegro ni siquiera lo había notado parado a su lado, estaba


totalmente absorto observando a Taehyung.

—No —dijo rápidamente—. Somos amigos con derechos, más o menos.

—Es sexy —observó Pixie—. Dejaría que me follara totalmente.


La cabeza de Jungkook se disparó hacia un lado, y sus ojos se
encontraron con los de Pixie, que estaba sonriéndole.

—Sólo amigos con derechos, ¿eh? Sigue diciéndote eso.

—Es complicado —dijo a la defensiva.

—Siempre lo es —Fue la respuesta de Pixie. Había demasiada sabiduría y


tristeza en su voz, considerando lo joven que era.

—Eres nuevo en esto, bebé, pero tener una relación es difícil cuando
haces porno. La mayoría de los hombres tienen un gran problema con que
su novio tenga sexo con otros, aunque sea por trabajo.

—Sí, me lo imagino. Por otra parte, tener una relación es difícil incluso
cuando no estás haciendo porno, ¿sabes? —Sus hermosos ojos nublados
se pusieron tristes.

Jungkook quería abrazarlo, pero en vez de eso le frotó un poco el cuello.


El contrario dejó salir un pequeño suspiro. Él era táctil, un diablillo.
¿Siquiera se daba cuenta de lo mucho que le gustaba que lo tocaran?
Incluso con ese pequeño gesto de rascarle el cuello, se acercaba más a él,
como para asegurarle de que tenía pleno acceso.

Taehyung levantó las manos y emitió un fuerte aplauso—. ¡Rompí mi


récord!

Jungkook soltó a Pixie y se acercó para ver su puntuación. Sus ojos se


agrandaron—. ¿Ese es tu puntaje? No batiste tu propio récord, batiste el
récord en esta maldita máquina.

El castaño se dio la vuelta y de repente se abalanzó hacia él para


envolverlo en un abrazo de oso, dándole un beso largo en los labios—.
¡Claro que sí, pastelito!
¿Pastelito? ¿Qué alienígena se había apoderado del cuerpo y mente de
Taehyung?

El castaño dejó salir una risa alegre y bonita y le soltó para chocar los
cinco con los demás.

—Ni siquiera me voy a molestar después de eso —dijo Campy riendo.

—Vamos, te dejaré que me patees el trasero en este Pac-Man retro que


tienen —dijo Taehyung.

—Y es un muy buen trasero —reconoció Brewer, lamiéndose los labios.

Jungkook le dio una palmada en la cabeza al estilo de Leroy Jethro Gibbs


—Le encantaba NCIS*—. Si él era el severo Gibbs, eso convertiría a
Brewer en el tonto y playboy DiNozzo, y maldición, le encajaba a la
perfección.

—¿Están peleando por mi culo ahora? —preguntó Taehyung, girándose y


agitando su trasero—. Sigan adelante, esto hace maravillas para mi ego.

—No hay nada malo con tu ego —refunfuñó el pelinegro.

—Nada malo con tu culo tampoco —respondió Brewer.

—¿El mío o el de él? —El castaño quiso saber.

Brewer fingió pensar en ello—. Bueno, Rebel tiene un buen trasero, pero
ya lo he parchado. Siempre estoy interesado en carne fresca.

Por alguna razón, su incesante coqueteo de repente irritó al azabache. Era


irracional, porque no tenía derechos exclusivos sobre Taehyung. Diablos,

NCIS: Serie televisiva de criminología.


ni siquiera habían mencionado la palabra exclusivo. Podía adivinar lo
rápido que iba a correr cuando dijera la palabra de bandera roja.

Aun así, quería que Brewer dejara de hacerlo, porque él era muy sexy, y
tenía todos esos tatuajes geniales, y era el perfecto y feliz folla chicos para
el castaño, ¿y si Taehyung decidía que le gustaba más? Jungkook se
quedó sin aliento, su cabeza sin el suficiente oxígeno para pensar, y en
todo ese tiempo Brewer le estaba estudiando con una mirada que decía
que él sabía lo que pasaba por su mente. Sabía que esto estaba jugando
con su cabeza, y lo estaba disfrutando.

—Voy a proponerle una escena contigo y Tank a Bear —dijo el azabache y


vio con satisfacción como Brewer palideció.

Taehyung le envió una sonrisa arrogante y se fue con Campy.

—Sólo amigos con derechos, ¿eh? —Pixie repitió su comentario anterior, y


Jungkook no sabía si debía golpearlo o abrazarlo.
Holgazanear en la cama un domingo por la mañana nunca estaba
completo sin sus Ballsy Boys.

Taehyung dudó un segundo antes de hacer clic en el sitio porque le


preocupaba que fuese raro que Rebel tuviera un nuevo vídeo. Sabía que el
pelinegro ya no hacía escenas a menudo, así que, si había una nueva,
probablemente significaba que la filmó desde que habían comenzado a
verse. Y en teoría eso no le molestaba, era su trabajo después de todo,
pero no sabía si le asustaría verlo.

Salir con todos los chicos el fin de semana pasado en la sala de juegos
había sido una pasada y fue totalmente surrealista. Siempre se imaginó
que probablemente no quería conocer a estrellas porno en la vida real, el
principio de ver cómo se hacía el delicioso. Pero esos chicos eran
geniales, especialmente Campy. Sabía sus cosas sobre videojuegos, e
incluso le había preguntado si quería salir y jugar alguna vez.

El castaño soltó una risita al recordar la expresión de Rebel cuando


escuchó por casualidad la última parte, cuando Campy preguntó si ambos
podrían jugar alguna vez. Taehyung juraba que la cabeza del azabache
parecía a punto de explotar.

Esperen... ¿Él estaba celoso?

El pensamiento le inmovilizó por unos segundos. Eso no podía de ninguna


manera estar bien. ¿De qué tendría que estar celoso Rebel? Ellos no
estaban juntos. Eran amigos, amigos con derechos, lo que fuera. Pero
ninguno de esos pensamientos incoherentes le llevó a una conclusión
sobre si era raro ver porno cuando se acostaba con el chico que la hacía.
Maldita sea, sólo porque estaba teniendo una polla Premium de estrella
porno no significaba que iba a dejar de ver su sitio de porno favorito en una
relajante mañana de fin de semana. Definitivamente era un no rotundo.

Sin esperar más, hizo clic en el enlace en su barra de favoritos y, por


supuesto, había una nueva escena de Rebel con Heart.

La miniatura los tenía a los dos acostados juntos en una cama sólo en
bóxers. Taehyung los miró fijamente durante unos segundos, esperando
sentir una llamarada de celos, pero verdaderamente todo lo que pudo
sentir fue excitación como el infierno... y honestamente un poco de
curiosidad de comparar la actuación de Rebel con lo que él era estando en
privado.

Hizo clic en el vídeo y se reclinó contra su almohada para ver. Comenzó


como la mayoría de los vídeos de Ballsy Boys, con unos minutos de
coqueteo y bromas entre los dos chicos y el director fuera de pantalla.

—Heart, me dijiste que estabas deseando trabajar con Rebel. ¿Estás


nervioso?

Heart se sonrojó un poco y miró al pelinegro—. No, creo que puedo


manejarlo —respondió y le dio un guiño juguetón a Rebel.

—Bien, entonces no prometo ser gentil —bromeó el azabache.

Taehyung sonrió, mirando a su hombre en su elemento, claramente


divirtiéndose. Alto... ¿Su hombre? No, Rebel no era su hombre. Era solo
un chico con el que estaba tonteando, nada más.

La charla terminó y los actores comenzaron a trabajar, se besaban y


tocaban. Aun así, el castaño no sentía celos. Sin embargo, desearía estar
allí para unirse a ellos.
Cuando los dos chicos en pantalla empezaron a meterse en lo de ellos,
Taehyung se dio cuenta de que el gemido de Rebel era diferente, más
exagerado que la forma en que gemía en privado. Y, por alguna razón, eso
le hizo sentir un poco engreído. Sabía algo sobre Rebel que la mayoría de
la gente no conocía. Seguro, millones de personas lo habían visto follar y
ser follado, pero muy pocas sabían cómo sonaba realmente cuando estaba
abrumado por la lujuria.

Kim comenzó a acariciarse al ver Heart tomar a Rebel hasta la garganta,


se le hacía agua la boca. El placer en la cara del chico era jodidamente
hermoso.

De repente su teléfono sonó en su mesita de noche, y casi decidió


ignorarlo, pero tan poca gente le llamaba que era casi seguro que fuese
Rebel. Puso el vídeo en pausa y tomó su celular.

—¿Hola?

—Hola, bebé. ¿Interrumpo algo? Suenas sin aliento.

—Um... —¿Era raro que se estuviera masturbando viendo un vídeo suyo?


Diablos, su barómetro de lo que estaba jodido sexualmente no estaba
exactamente bien ajustado, él sería el primero en admitirlo.

—Oh, mierda, ¿tienes a alguien? Bueno, esto se puso incómodo... Te


dejaré ir y te llamaré más tarde.

—Rebel, espera. No tengo a nadie en casa, estaba viendo... algo.

—¿Algo? —Taehyung pudo escuchar la burla en su tono—. ¿Estabas


viendo uno de mis videos y masturbándote?

—Sí, lo estaba. ¿Estás contento ahora?

—Mucho. ¿Qué vídeo era?


—El nuevo contigo y con Heart.

Hubo una larga pausa al otro lado de la línea, y el castaño comenzó a


preguntarse si debería haber mentido.

—¿Eso es raro? —inquirió Rebel con cautela—. Quiero decir... sabes que
lo filmé hace como dos semanas, ¿verdad?

—Sí, me lo imaginaba. ¿Por qué iba a ser raro? Es tu trabajo.

—Cierto, pero no sabía si te sentirías... no sé, ¿celoso o algo así?

—Honestamente, pensé que podría, pero una vez que empecé a verlo,
todo lo que sentí fue excitación. Te ves muy sexy.

—Sabes, podría estar allí en cinco minutos.

—¿Entonces por qué seguimos hablando por teléfono?

El azabache rió entre dientes, y luego la llamada se cortó.


Taehyung miró el vídeo congelado por última vez y admiró el rubor de la
excitación en las mejillas de Rebel y la forma en que sus labios se abrían
al gemir. Entonces se obligó a cerrar su laptop, porque si el pelinegro
estaba en camino, no quería desperdiciar un buen orgasmo
masturbándose solo.

Como fue prometido, llamaron a su puerta seis minutos después. El


castaño abrió la puerta. Unos diminutos bóxers siendo la única prenda que
cubría su cuerpo.

—Mmmm, hey sexy —le saludó Rebel, sin ocultar su lenta lectura sobre la
anatomía del chico casi desnudo, sus ojos persistentes en el bulto de su
ropa interior y en sus suaves nalgas redondas prisioneras en la tela
ajustada.

—Hola. Estoy comenzando a preguntarme si esto es una especie de


sueño de coma, porque no hay forma de que esto sea la vida real en la
que pueda estar viendo a mi estrella porno favorita recibir una mamada un
segundo y tenerlo en mi puerta al siguiente.

—Debes haber hecho algo muy bueno en una vida pasada —dijo el
azabache con una expresión tan seria que Taehyung no pudo evitar reírse.

—Debo haber sido la Madre Teresa —concordó mientras se hacía a un


lado para dejarlo entrar.

Rebel tomó camino hacia la cama, deshaciéndose de su ropa al azar.

—Qué manera de hacer que un hombre se sienta fácil —bromeó el


castaño.
—Supuse que íbamos a tener un domingo perezoso en la cama, ¿me
equivoco?

El menor sonrió ante la inocencia en la expresión del pelinegro mientras se


sumergía entre las sábanas y se instalaba como si fuera dueño del lugar.

—Eso es exactamente lo que estamos haciendo —estuvo de acuerdo


Taehyung, siguiendo su ejemplo.

—¿Cómo pasas normalmente los domingos en la cama? ¿O tengo que


preguntarlo? —Rebel meneó sus cejas.

—Suelo alternar entre Netflix y porno.

—Me apunto.

—¿Netflix o porno?

—Sorpréndeme —sugirió el azabache.

Taehyung abrió su laptop, y el vídeo de Rebel con Heart que estaba


viendo seguía puesto.

—¿Alguna vez miras tus propios vídeos?

—No, termino criticándolos demasiado. Pero veo los vídeos de los otros
chicos.

Sólo por diversión, el castaño volvió al sitio principal y eligió otra subida
reciente, esta vez con Pixie y Brewer. Puso la laptop entre ambos y se
acomodó para ver cómo los dos hombres coqueteaban y conversaban, y
luego Pixie se subió al regazo de Brewer y ambos comenzaron a besarse y
a frotarse entre ellos. Kim sintió como Rebel se movía a su lado, y miró de
reojo hacia él para encontrarlo con la mano en la parte delantera de sus
bóxers, acariciando perezosamente su creciente erección.
—Mmmm —tarareó el castaño, luego se sacó sus bóxers y los pateó lejos.

De nuevo en la pantalla, Brewer estaba de rodillas chupando la polla de


Pixie con sorbos ruidosos y sucios gemidos. Taehyung envolvió su mano
alrededor de su miembro y comenzó a acariciarse lentamente, abriendo
bien las piernas y flexionando los músculos para hacer un buen
espectáculo para Rebel.

Podía sentir sus ojos clavados en él, y le ponía demasiado caliente. El olor
a sudor y pre-semen llenaba el aire mientras ambos yacían lado a lado
masturbándose en su cama. El brazo del pelinegro rozó contra el suyo,
mientras presionaba su muslo contra el de Taehyung.

El castaño no sabía si Rebel pensaba lo mismo, pero el clip que se


reproducía en su laptop no era más que ruido de fondo, ya que no podía
apartar los ojos de la erección del azabache a medida que se hacía más
dura y más firme en su agarre. El pelinegro flexionaba su cadera y follaba
su puño.

Taehyung estaba acabado. Con un profundo gemido, se corrió en su


mano, unos pocos chorros abriéndose paso por su sendero feliz y su
ombligo.

―Tae... ―gimió Rebel sin aliento.

―¿Sí?

―¿Puedo correrme sobre ti?

Taehyung asintió y de inmediato el chico se incorporó, arrodillándose


sobre él. Con unos tirones rápidos, su semen cubrió el estómago del
menor, ambas liberaciones mezclándose.

Cuando no le quedó nada, el pelinegro se inclinó y probó el semen que


descansaba sobre el estómago del chico. Se arrastró por la cama hasta
que los dos estuvieron cara a cara, y luego abrió la boca para mostrarle al
castaño la liberación de ambos en su lengua. Sin esperar un segundo,
Taehyung lo agarró del pelo y lo jaló hacia él, metiéndole la lengua en su
boca para probarlo. Rebel gimió sobre sus labios mientras compartían un
beso sucio que les dejó con los labios pegajosos, sonrisas sucias y
satisfechas.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —preguntó el mayor cuando ambos


volvieron a estar uno al lado del otro.

—Claro.

—¿Alguna vez te gusta ser activo? Te califiqué como versátil cuando nos
conocimos, pero desde que hemos estado follando, no has dicho nada
sobre querer cambiarlo.

—Oh, sí, soy versátil, pero normalmente depende un poco de con quién
esté. Usualmente no dejo que tipos al azar me follen, así que supongo que
he estado complaciéndome contigo desde que eres tan malditamente
bueno —admitió el castaño.

—Oh —Rebel exhaló, por la expresión en su rostro, Taehyung podía decir


que su respuesta lo sorprendió.

—Quiero follarte, pero no creí que hubiera mucha prisa.

—No hay prisa en absoluto —concordó el azabache, rodando sobre su


costado, de frente hacía el menor, y colocando el brazo bajo su cabeza
como apoyo.

—Bien —asintió Taehyung, acercándose un poco más a Rebel—. ¿Qué es


lo que más te gusta hacer en la cama?

—¿En cámara o fuera? —aclaró el pelinegro.


—Fuera. Cuando puedes hacer lo que quieras, ¿qué te gusta hacer?

—Rimming —respondió sin dudarlo.

—¿En serio? No que te la chupen o... no sé, ¿algo realmente pervertido?

—No me malinterpretes, eso también es genial. Pero hay algo en tener a


un hombre de rodillas, temblando, esperando, desesperado. Amo correr mi
lengua de arriba abajo por su hendidura hasta que esté lista para darme la
bienvenida. Lamer y follar su culo con mi lengua hasta que esté suplicando
por mi polla.

—Maldición, eso es jodidamente sexy.

—Mmmm. ¿Vas a dejar que te coma el trasero?

—Cuando quieras. Pero no hasta que tenga unos minutos de


recuperación. ¿Qué tal un poco de Netflix mientras tanto?

—Funciona para mí.


—Y Jungkook, no quiero verte aparecer solo, ¿me oyes, cariño? Búscate
una cita sexy. Vamos a bailar toda la noche, y tu papá y yo queremos que
te diviertas.

El pelinegro suspiró, reprimiendo una mueca mientras su mamá le


saludaba en FaceTime una vez más para terminar la llamada. Cerró la
pantalla con un movimiento cansado. Su madre tenía buenas intenciones,
pero al carajo su vida por tener padres que no sólo le aceptaban
plenamente como gay, sino que también apoyaban de todo corazón su
carrera elegida. Eran raritos, los dos.

Esperen, eso no salió bien. Amaba a sus padres, no le malinterpreten. Era


una especie de producto raro en la comunidad gay: padres que aceptaban
y amaban, a los que no les importaba una mierda con quién salía, follaba o
amaba, siempre y cuando fuera consensuado y seguro. Sí, ese era el
discurso exacto que le dio su madre cuando salió del closet.

No es que no lo supieran antes, aunque Jungkook creía que era un gran


secreto. Resultaba que su madre había empezado a sospechar cuando él
tenía unos ocho años. Él sabía que no enloquecerían, sus padres eran los
clásicos hippies de los setenta, pero aun así necesitó reunir su coraje
durante meses antes de decírselos.

Su padre le dio una palmadita en la espalda y le dijo que le amaba sin


importar qué. Bendito fuera su corazón. Su mamá le dio un abrazo masivo
y luego le dio un sermón sobre el sexo gay seguro. A juzgar por el nivel de
detalle, ella había investigado un poco. Jungkook tenía trece años. Con
razón terminó en el porno.
Espíritus libres como lo eran sus padres, se casaron muy jóvenes, ambos
tenían diecinueve años. A los veintiún años, su mamá tuvo a su hermana
mayor Dahyun, y dos años después él nació. En fin, sus padres eran
geniales, en serio, aunque a veces le avergonzaran.

Y ahora se estaban preparando para celebrar su vigésimo noveno


aniversario de bodas. Se suponía que iban a dar una fiesta en el vigésimo
quinto, pero su mamá tenía cáncer de mama, así que querían esperar para
celebrar hasta que se le diera el visto bueno. Había sido declarada libre de
cáncer, así que estaban planeando la madre de todas las fiestas. Eso
significaba toneladas de comida y bebida, baile toda la noche, y no le
sorprendería que aparecieran strippers. Además, por supuesto, hierba.
Vivían en Colorado, para aclarar.

Y se suponía que tenía que llevar una cita. Que se jodiera su vida por
milésima vez.

Sólo podía preguntarle a una persona. Bueno, técnicamente, podría


preguntarle a una de sus co-estrellas de Ballsy Boys, pero no era tan
estúpido. Su madre no tenía filtro ni sentido de lo que era apropiado.
Jungkook podía jurar que ella le pediría a Brewer consejos sobre cómo
chupar pollas, y ni siquiera quería mencionar su extraña obsesión con
Tank. Era... súper incómodo.

Una cosa era saber que su mamá veía porno gay, pero otra muy distinta
era que estaba viendo a los tipos que se follaba. O le follaban a él, la
misma diferencia. Gracias al carajo que al menos tenía el sentido común
de no ver sus vídeos.

Pero sí, ¿esa cita? Tendría que tragarse un poco de orgullo y preguntarle a
Taehyung. Su chico plátano era la única persona que conocía que estaba
lo suficientemente loco y seguro de sí mismo como para sobrevivir a
conocer a su familia.

Esperen... ¿qué?
¿Su chico plátano?

¿Pero qué carajos?

Oh, Dios.

Se negó a pensar en lo que eso significaba, y en vez de eso buscó su


número en los contactos y lo llamó.

—Hola, ¿extrañaste mi grandioso trasero? —bromeó Taehyung mientras


contestaba.

Jungkook dio un mal intento de risa—. Siempre.

¿En serio? ¿Siempre?

El castaño se rió—. Lo dice el chico que se folla a los culos más deseables
del mundo.

—Es sólo sexo —dijo en voz baja—. Es mi trabajo. Es divertido, claro, pero
no es lo mismo que...

«Que contigo», quiso añadir, porque referirse a él como su chico plátano y


admitir que siempre pensaba en él no era lo suficientemente sentimental.
Santo cielo, tenía que dejar de hablar. De verdad.

—Lo sé —concordó Taehyung, luego dudó—. ¿Estás bien?

El azabache suspiró—. Sí. No. No lo sé.

El menor esperó un momento y preguntó:

—¿Quieres hablar de ello?


Su primer instinto fue, por supuesto, decir que no. Pero antes de darse
cuenta, se encontraba abriéndose.

—Son mis padres. Celebrarán su vigésimo noveno aniversario el próximo


fin de semana y quieren que vaya.

—Por supuesto, quieren que vayas. ¿Qué hay de malo en eso? ¿No son
agradables? ¿Tienen algún problema con que seas gay o con lo que
haces?

—No, no es eso. Son geniales con todo eso, de verdad, y también lo es mi


hermana, Dahyun. Está casada con un dentista, por el amor de Dios, el
tipo más aburrido que hayas conocido, pero la ama hasta los huesos, y por
alguna extraña razón ella tiene estrellas en sus ojos cuando está con él.
No, es más que todos están tan... felices. Son estables, felices y
comprometidos, y no sé por qué te digo esto cuando todo lo que quería era
pedirte una cita.

Hubo mucho silencio al otro lado de la línea—. ¿Quieres invitarme a salir?


—Taehyung repitió lentamente.

Fue entonces cuando Jungkook se dio cuenta de que la conexión en su


cabeza entre la fiesta y la cita nunca se había convertido en palabras
reales—. Por el aniversario de bodas —añadió rápidamente—. Mis padres.
En Colorado.

—Hombre, me siento como si estuviera en un programa de juegos,


tratando de adivinar una palabra, pero me quedo corto de vocales. Usa
oraciones enteras, Rebel, porque lo que dices no tiene mucho sentido.

—Quería preguntarte si querías ser mi acompañante en la fiesta de


aniversario de mis padres, que es el próximo fin de semana en Colorado
—dijo, agradecido de que su cerebro finalmente estaba moviéndose a la
marcha correcta.
Taehyung estuvo callado durante mucho tiempo—. Rebel, no estoy seguro
de esto... Conocer a los padres, es un compromiso serio, tío.

—No lo es. No te estoy proponiendo matrimonio, por el amor de Dios. Sólo


necesito una cita para esta fiesta para no parecer un perdedor total.
Además, ya sabes, podríamos divertirnos juntos. Hay comida, bebida y
marihuana, y tendremos una habitación de hotel donde podemos pasar el
rato si es demasiado para ti.

En una escala del uno al diez, Jungkook ahora era patético. Si el chico no
estaba de acuerdo pronto, ya se podía ver a sí mismo empezando a rogar,
y podía asegurar que se pondría feo. Dios, ¿qué carajos le pasaba? Él
solía ser relajado, desapegado. Por alguna razón, Taehyung estaba
jodiendo con todo eso. Era como si su cerebro tuviera un cortocircuito en lo
que al castaño se refería y saliera a la luz la más estúpida versión de él.

—Pasar el rato. ¿Es ese el código para el sexo?

Jeon sonrió, porque ahora podía escuchar la risa en la voz de Taehyung.


Gracias al carajo. Estaba empezando a acercarse.

—Sí. Te follaré de todas las maneras posibles, lo que quieras. Lo juro,


haré un puto baile erótico, si eso es lo que quieres.

—Tu culo, eso es lo que quiero. Mi polla en tu trasero.

—Trato hecho —dijo, sin dudar ni un segundo. ¿Era broma? Que le


follaran rara vez era una tarea para él y especialmente no lo sería por nada
del mundo con Taehyung. No podía esperar.

—Será mejor que me pagues con sexo, y luego todavía seguirás


debiéndome —dijo el castaño.

—Lo que tú quieras, bebé.


Bebé.

Santo infierno.

Que le mataran. Ahora.


Taehyung no debió haber aceptado un viaje de quince horas a una reunión
familiar con su folla-amigo. Eso era demasiado íntimo, era muy de novios.
Entonces, ¿por qué demonios había aceptado? ¿Y por qué se sentía un
poco emocionado?

Agarró su bolsa, llena de ropa para una semana, y la arrojó sobre su


hombro. Revisó la hora, Rebel debería estar afuera esperando, así que
cerró la puerta y bajó.

Como se lo imaginaba, el pelinegro estaba esperando en su coche parado


justo fuera de su edificio. Tiró la bolsa en el asiento trasero y se subió al
auto.

Rebel le saludó inclinándose sobre la consola central. Sin pensarlo,


Taehyung le dio un beso rápido en los labios, y luego se congeló, su
estómago saltando.

Eso no había sido un beso de "vamos a lo que vamos", ese fue uno de "es
un placer verte, novio". Y lo que le dio miedo al castaño fue que se había
sentido tan natural. Retrocedió y dibujó una sonrisa en su rostro. El
azabache parecía tan sorprendido e inseguro como él.

—Oye, escucha, sé que te dije que me llamaras Rebel, pero creo que
podría ser raro frente a mi familia.

—Oh, sí, supongo que tiene sentido. Entonces... ¿debería llamarte


Jungkook?

Su verdadero nombre en los labios del menor se sentía extraño, pero de


alguna manera también un poco emocionante. Podía imaginarse a sí
mismo diciéndolo roncamente mientras el pelinegro le embestía por detrás.

Los ojos de Jungkook se ensancharon una fracción, y el más mínimo


indicio de rubor se elevó en sus mejillas.

—Sí, ¿está bien? —preguntó, su tono enérgico fuera de lugar con su


tímida expresión.

—Sí, está bien.

Un silencio incómodo se instaló entre ambos por unos segundos antes de


que una sonrisa genuina regresara a la cara de Rebel.

—Adivina qué pasaremos de camino por nuestro viaje.

—¿Qué?

—Las Vegas —El azabache movió las cejas y Taehyung hizo un puño de
victoria.

—Vamos a parar, ¿verdad?

—Joder, sí, vamos a parar —concordó—. Son sólo cinco horas hasta Las
Vegas. Así que iremos allí y pasaremos la noche, luego podemos dividir el
resto del viaje de once horas desde allá.

—Funciona para mí, hagámoslo.

—Gracias de nuevo por venir —dijo Jungkook, la insinuación de


vulnerabilidad se filtró de nuevo en su expresión.

—Gracias no requeridas, sólo el sexo que prometiste.

—Oh sí, definitivamente vamos a hacer eso. Y siéntete libre de


entretenerte durante la primera parte de nuestro viaje dándome una
mamada de carretera, si el espíritu te mueve.

—Lo tendré en cuenta.

Mientras salían del estacionamiento, Rebel eligió una lista de reproducción


y el castaño se relajó en el asiento del pasajero.

Incluso cuando estaban fuera de la ciudad, el tráfico se detenía. Los dos


se entretuvieron cantando junto con la radio, apuntando señales de tráfico
al azar o cualquier cosa que les hiciera reír, hablando de nada y de todo.

—Háblame de la pérdida de tu virginidad —propuso Taehyung con una


sonrisa malvada dirigida a Jungkook, que echó la cabeza hacia atrás y se
rió de su pregunta.

—Oh tío, esta es una historia muy incómoda. Salí con un chico, Justin, en
mi primer año de preparatoria. No era el amor de mi vida ni nada de eso,
pero era sexy y uno de los pocos otros chicos abiertamente gay. De todos
modos, habíamos estado saliendo por unos meses y habíamos hecho todo
lo demás, así que pensamos que era hora de ir a donde ninguno de los
dos había ido antes. Discutimos durante más de una semana sobre cuál
de los dos sería el pasivo. Los dos estábamos nerviosos sobre quién lo
sería. Terminamos aceptando tirar una moneda por ello, yo tiré la moneda
y salió cruz...

Taehyung se rió de la forma en que el pelinegro contaba la historia—. Aw,


pobre bebé —se burló.

—Oh, sí, sólo espera. Con los detalles importantes decididos, hicimos un
plan para que él viniera a mi casa después de la escuela cuando supe que
tendríamos la casa para nosotros solos. Nos desvestimos torpemente,
como si no estuviéramos bien entrenados para desnudarnos. Una vez que
estuvimos desnudos, las cosas se pusieron peor. Habíamos visto porno
para descubrir la técnica, y como estoy seguro de que te habrás podido
dar cuenta de que hay una cosa que falta en la educación pornográfica.
—Oh, por Dios, pobrecito —jadeó el castaño, adivinando a dónde iba esa
historia, y haciendo un terrible trabajo al sofocar su risa detrás de su
genuina simpatía.

—Sí, no preparación, no lubricante, sólo me doblé, y él fue directo a ello.


Sentí como si me estuvieran partiendo el culo en dos. Afortunadamente, no
era el chico más dotado de todos los tiempos, pero aun así no fue
increíble. Después de unos treinta segundos, le dije que se detuviera y me
dijo, "Dame un segundo". Cuando no se detuvo, me enojé, lo empujé y le
di un puñetazo en la mandíbula.

—Oh por Dios, ¿cómo puede ser una historia real?

—Lo sé, es una locura, ¿verdad? Pero esa no es la parte vergonzosa.


Aparentemente, mi mamá llegó a casa en algún momento y nos escuchó.
Después de que Justin se fue, me sentó y me habló sobre el lubricante y la
preparación para, citando sus palabras: el juego anal.

—Sí, eso es incómodo —concordó, tratando de recuperar el aliento por lo


duro que le hizo reír esa historia.

—Ella es una gran madre. Mis padres son increíbles. No estaba seguro de
cómo se lo tomarían cuando empecé a hacer porno, pero les pareció bien.

El buen humor de Taehyung se puso sobrio mientras la plática se desviaba


a sus padres.

—¿Qué hay de tu familia? No los has mencionado antes.

—Crecí en un hogar adoptivo —respondió el castaño con un


distanciamiento frío.

Comprensión se apreciaba en el rostro del azabache—. ¿Qué les pasó a


tus padres?
—Quién sabe, y a quién le importa —espetó—. No estaban cerca cuando
era niño. Cuando estaban en casa, dormían mucho y se peleaban todo el
tiempo. En retrospectiva, probablemente eran drogadictos. Cuando tenía
seis años, mi madre me dejó en una comisaría. Dijo que volvería
enseguida. Esa fue la última vez que la vi. Reboté en diferentes hogares
de acogida hasta que envejecí para salir del sistema.

—Lo siento.

La lástima en la expresión de Rebel era suficiente para que Taehyung


quisiera golpear algo.

—No lo sientas. Estuve bien por mi cuenta. No necesito depender de nadie


más que de mí mismo, y estoy bien con eso. No necesito que me mimen.

—Lo entiendo —le aseguró el pelinegro—. ¿Qué hay de tu primera vez?

La tensión en los hombros del castaño se relajó. Bendito fuera Rebel por el
cambio de tema.
Hogar adoptivo.

Jungkook ni siquiera podía imaginarlo. Es decir, maldecía a sus padres a


veces, especialmente a su madre. Habían padres que eran demasiado
comprensivos, así lo había descubierto. Pero no los cambiaría por nada, y
no podía imaginarse cómo habría sido su vida sin ellos, quién habría sido
sin esa base de amor y apoyo.

No era psiquiatra, pero incluso la poca información que Taehyung le había


dado sobre su pasado explicaba muchas cosas. No era de extrañar que le
costase construir amistades y relaciones. Aparentemente, nadie se había
quedado lo suficiente para hacerle saber lo que significaban esas palabras.

Suponía que entonces tendría que enseñarle.

El pensamiento calentó su corazón. Le gustaba, ese chico


emocionalmente cerrado, que era tan sexy, salvaje y libre. Y ahora el
extraño impulso que había tenido de ser su amigo era aún más fuerte, al
menos hasta que ese constante cansancio en sus ojos desapareciera.

—A este paso, nunca llegaremos a Las Vegas esta noche —dijo el


castaño. Se había animado de nuevo después de entretener a Jungkook
con la historia de su primera vez, convenciendo a un tipo con el que estaba
flechado de que sí, lo había hecho docenas de veces, mientras rezaba
para no joder su primera vez como activo.

El pelinegro observó el interminable atasco de tráfico que tenían por


delante. El tráfico era una maldición eterna en LA, pero parecía incluso
peor que de costumbre. Llevaban dos horas en el coche y ni siquiera
habían llegado a Azusa.
—Debe haber algún tipo de accidente —comentó.

—Siempre hay algún tipo de accidente.

—Cierto. Un accidente mayor, entonces. Más grande de lo normal.

Taehyung sonrió—. ¿Sabes qué otra cosa es más grande de lo normal?

El azabache emitió un quejido—. ¿En serio? ¿Estás haciendo un chiste


sucio de una posible pila?

Mala elección de palabras. La sonrisa del castaño se ensanchó—. Apuesto


a que podríamos crear una gran pila.

—Me rindo. Estás decidido a convertir todo en sexo, ¿no?

Taehyung le lanzó una mirada inocente—. ¿Sexo? ¿Quién habla de sexo?


Ni siquiera mencioné el sexo.

El tráfico había estado completamente paralizado durante minutos, lo que


significaba que Jungkook podía enviarle una larga mirada. No creía que
fuera muy efectivo porque el chico seguía sonriéndole.

Después de unos minutos sin movimiento, Jeon suspiró—. ¿Quieres salir


de la autopista y ver si podemos comer algo en alguna parte? Esto parece
bastante inútil.

El menor asintió, luego apuntó a una señal, unos cien metros más
adelante—. Hay un centro comercial aquí. No estoy seguro de lo grande
que es, pero normalmente si hay un centro comercial, hay algo para
comer, ¿verdad?

Les llevó diez minutos llegar a la siguiente salida, y ambos suspiraron


aliviados al bajar. El centro comercial resultó ser pequeño, pero había un
par de opciones de restaurantes, así que funcionaba.
Cuando salieron después de comer una deliciosa hamburguesa, había un
chico al teléfono en su camino—. Te lo ruego, Changbin, tienes que venir.
¡Me lo prometiste! —suplicó—. Voy a ser el hazmerreír si aparezco yo
solo.

Aparentemente, Changbin decidió colgar, porque el muchacho observó su


teléfono con un gesto de enojo—. Pendejo hijo de puta —murmuró.

Era lindo, un adorable chico con una cara pálida, cabello naranja que se
peinaba en un cuidadoso desorden, y un cuerpo delgado. También era
obviamente gay. Es decir, el radar gay de Jungkook estaba sonando como
una maldita alerta meteorológica.

—¿Estás bien? —preguntó el pelinegro.

El chico levantó la vista desde su teléfono. Sus ojos se abrieron un poco


cuando los vio a él y a Taehyung, pero no se avergonzó.

—Sí. No. No es nada serio, déjame ponerlo de esa manera. Nadie se está
muriendo, al menos no literalmente.

La curiosidad de Jungkook se había despertado, no podía evitarlo—. ¿Te


dejaron plantado? —acertó—. Lo siento, escuchamos por casualidad lo
último.

Sacudió su cabeza, obviamente todavía frustrado—. Sí. Para una fiesta de


Paint and Sip, ¿puedes imaginarlo?

—¿Una qué? —Taehyung hizo la misma pregunta que estaba en los labios
de Jeon.

—Una pintura y un trago. Es donde te enseñan a pintar un estúpido cuadro


en dos horas, mientras te sirven alcohol para que no te des cuenta de lo
malo que es tu cuadro.
—Suena... fascinante —murmuró el castaño.

De hecho, sonaba estúpido como la mierda, pero a Jungkook le gustaba


más su versión.

—No lo es —dijo el chico—. Es la cosa más tonta y estúpida de la historia,


y he hecho cosas raras en mi vida.

—Entonces, ¿por qué hacerlo? —preguntó el azabache.

El pelinaranja suspiró—. Es la despedida de soltera de mi sangrona prima.


Puso lo desesperado en amas de casa desesperadas, y quería esto para
su fiesta de soltera. Así que, por supuesto, sus igualmente tontas amigas
Barbies lo hicieron. Y como yo soy el gay simbólico y no puedo ir a la boda
por el trabajo, fui lo suficientemente suertudo de que me invitaran. El chico
con el que salgo últimamente, Changbin, se suponía que vendría, pero me
canceló. Así que ahora tengo que enfrentarme a este horrible festival de
perras yo solo, y no hay suficiente licor en el mundo para hacer esto
divertido, créeme. Sobre todo cuando aparezca solo, porque me van a
comer vivo después de asegurarles que traería una cita.

Durante su explicación el muchacho se irritó más y más. Jungkook decidió


que le agradaba de verdad. Le echó un vistazo a Taehyung. Los ojos de
ambos se encontraron, y el castaño asintió. Estaban totalmente de
acuerdo.

—Hola —dijo el pelinegro, extendiendo su mano—. Soy Jungkook y este


es Taehyung. Estaremos honrados de acompañarte a esta ilustre fiesta.

Los ojos del chico se ensancharon—. Me están jodiendo, ¿verdad?

El pelinaranja tomó la mano de Jeon por reflejo, y la estrechó.

—No, vamos muy en serio. Somos divertidos, no tenemos otro lugar donde
estar ahora mismo, y si lo digo yo mismo, podrías hacer algo peor que
aparecerte con nosotros dos.

Una gran sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho, mientras estrechaba


la mano del castaño con mucha más emoción—. Puta madre, sí, por favor.
Soy Kihyun.

—Entonces, ¿quieres que nos hagamos pasar por un trío o qué? —


preguntó Taehyung.

—Diablos, sí —respondió el chico—. No puedo imaginar nada mejor que


eso para molestar a mi engreída prima. Su nombre es Mina, por cierto.

Jungkook frotó sus manos mentalmente. Esto iba a ser muy divertido—.
Dame la versión rápida de ti.

—Tengo veintitrés años, soy asistente de maestro en tercer grado y casi


termino con mi licenciatura en educación para poder convertirme en
maestro. Soy hijo único y dos estupendos padres divorciados y ambos se
volvieron a casar con nuevas familias, así que muchos medios hermanos.
Déjame ver... Mis pasatiempos son el ballet, que he hecho desde que tenía
siete años, el diseño y la decoración de zapatos. Soy gay como un
unicornio, demándenme.

Kihyun era un alegre, pequeño y burbujeante chico. Jeon estaba tan


contento de que pudieran ayudarlo a salvar las apariencias... y divertirse
en el proceso.

Taehyung le dio el resumen de ambos, aunque omitió la parte de "adulta"


en la "carrera de actor" del pelinegro. Dos minutos más tarde, entraron en
un gran espacio, lleno de docenas de mesas, todas con mini-platos
montados, sosteniendo un lienzo negro.

—¡Kihyun! —Una mujer rubia saludó al pelinaranja. Parecía como si


hubiera vomitado algo rosado por todas partes, y el abrazo demasiado
fuerte que le dio al chico le informó a Jungkook que esta debía ser una
Mina malhumorada. Entonces la mujer les vio por encima del hombro de
su primo y su rostro se transformó en una mirada casi cómica de
confusión—. ¿Quiénes son?

Kihyun dio un paso atrás y tomó las manos de ambos chicos—. Mina,
cariño, estos son mis hombres. Este hermoso espécimen es Taehyung, y
este otro bombón es Jungkook.

En verdad, era bueno que los ojos de Mina estuviesen firmemente


pegados de alguna manera, porque por la forma en que saltaban, el
azabache casi temía de presenciar uno rodando sobre el suelo en
cualquier momento. Era obvio que ella no lo veía venir.

—¿Estás con... —Tragó con algo de dificultad—... dos chicos?

Kihyun le envió una mirada adorable a Jungkook, y luego hizo lo mismo


con Taehyung—. Lo estoy.

—Este pequeño es demasiado para un solo hombre —dijo el pelinegro con


una sonrisa sexy dirigida a la mujer—. Encantado de conocerte, Mina.
Felicidades por tus próximas nupcias.

La chica abrió y cerró la boca varias veces antes de volver a encontrar su


voz—. Sí. Gracias. ¿Gracias por venir? —La última parte salió como
pregunta, y Jeon tuvo que suprimir una sonrisa ante lo nerviosa que se
encontraba. La misión estaba cumplida, con apenas dos minutos dentro.
Maravilloso.
Kihyun se había referido a las amigas de su prima como Barbies, y pronto
descubrieron que era una descripción adecuada. Las mujeres no hacían
mucho por Jungkook de todos modos, pero diablos, esa explosión
flagrante de todas las cosas falsas era algo completamente distinto. Era
como la versión de Jersey Shore de Los Ángeles, y no era bonito ni
entretenido.

Ni siquiera se molestó en tratar de recordar ninguno de sus nombres,


porque las Candys, Tiffanys y Heathers se mezclaban todas juntas
después de cinco de ellas. Taehyung era tan divertido como él, y los dos
vigilaban de cerca al pelinaranja para asegurarse de que nadie lo
molestara.

El instructor les dio un breve y dulce discurso inspirador sobre cómo


cualquiera podía pintar. Sin embargo, no mencionó el grado de calidad, así
que Jeon no estaba convencido de que él no fuera a apestar mucho en
eso.

La pintura que les enseñó era una escena de playa áspera con olas
rolando y un perro jugando en la arena. Jungkook sinceramente esperaba
algo un poco más cultural, pero lo aceptaba. Sería feliz si alguien podía
reconocer que era una playa cuando su obra estuviese terminada. Puntos
extra por el perro.

Debía decir que añadir alcohol a un evento como ese era una gran idea.
Absolutamente fantástica, de hecho. Había una razón por la que lo
llamaban coraje líquido, y después de tres copas de vino, creía que su
pintura era fabulosa.

—¿No es la playa más bonita del mundo?


Taehyung sonrió mientras estudiaba el dibujo del pelinegro con ojos
sospechosamente claros.

—Seguro que lo es. La mejor playa que he visto en mi vida.

El azabache asintió con satisfacción. Sabía que había una razón por la que
le gustaba lo suficiente el castaño como para llevarlo a casa a conocer a
sus padres. De repente frunció el ceño. Bueno, no de esa manera. No
exactamente. Además, no podía decirle eso a Taehyung porque se
asustaría y se distanciaría de él. Tenía que mantenerlo ligero.

Jungkook extendió la mano y agarró el cuello de su camisa, luego tiró de él


para darle un beso mojado. Dios, sus labios sabían tan bien. Siempre lo
hacían.

—No aguantas mucho —Kim sonrió después de que rompió el beso—.


Tres vasos de vino y estás como tres hojas en el viento.

El pelinegro asintió—. Un vaso por cada hoja —dijo solemnemente.

La sonrisa de Taehyung se ensanchó y le besó de nuevo.

—Empiezo a sentirme excluido —dijo Kihyun. Ambos deshicieron el


contacto de sus labios, y el chico les miró con un adorable puchero.

—No podemos tener eso —concordó Jeon. Luego lo agarró de la mano y


lo jaló hacia él. Era tan pequeño que cayó en su regazo fácilmente, y luego
la boca del azabache estaba sobre él.

—Mmm —murmuró el pelinaranja con una mirada de ensueño cuando


finalizaron el beso—. Besas tan bien.

—¿Mejor que yo? —preguntó Taehyung, antes de levantar a Kihyun del


regazo de Jungkook y ponerlo de pie, procediendo a devorar su boca.
No fue hasta que el pelinegro los vio que empezó a preguntarse si había
sido raro que besara a Kihyun. ¿Debería haberlo consultado con
Taehyung? Nunca dijeron que eran exclusivos, y estaba bastante seguro
de que incluso mencionar esa palabra llevaría al chico a un estado de
pánico, pero, ¿debería haberlo preguntado de todos modos? El castaño
estaba besando al pelinaranja como si se estuviera muriendo de hambre,
¿pero era porque estaba celoso o enojado con él?

Oh, maldición, Jungkook había bebido demasiado vino para pensar.

—¿Necesitan una habitación? —dijo una de las Barbies. Taehyung y


Kihyun rompieron el beso y comenzaron a reír. El castaño envió al chico
de vuelta a su caballete con una nalgada en el trasero.

Jeon terminó su pintura, mientras hacía un pequeño trabajo con su cuarta


copa de vino. ¿O era la quinta? No estaba seguro.

—Eso no se ve tan mal —Una voz femenina le asustó. Jungkook tardó


unos segundos en pensar a través del mareo por el alcohol. Mina.

—Gracias —dijo, decidiendo tomarlo como un cumplido.

—Me alegra mucho ver a mi primo tan feliz con ustedes dos.

Eso era muy alegre para una frase, pero el azabache decidió seguirle la
corriente.

—Gracias. Me hace feliz. Nos. A los dos.

—¿Así que ustedes tres están realmente juntos? —preguntó, bajando la


voz.

Jungkook parpadeó un par de veces porque la chica se le acercó más y


eso le asustaba. Se inclinó lo más atrás que pudo en la silla, pero había
una mesa detrás de él, así que no pudo ir mucho más lejos.
—Emm, ¿sí?

La mano manicurada y con barniz rosa de la mujer voló hacia él,


arrastrándose desde su mejilla hasta su... No supo dónde terminaba su
movimiento, en algún lugar de su pecho. Estaba bastante seguro de que,
incluso en su estado de ebriedad, se suponía que debía ser sexy, pero
para él era espeluznante como el demonio. ¿No recibió ella el
memorándum de que gay significaba no estar interesado en las mujeres, al
menos no sexualmente?

—¿Cómo funciona eso, con tres chicos, quiero decir? ¿Cómo


mantenerlo... igualmente satisfactorio para todas las partes involucradas?

Estaba bromeando, ¿verdad? Ella en serio no acababa de preguntarle


sobre sus actividades sexuales con su primo, ¿o sí? Oh, ella lo iba a
conseguir ahora.

—Oh, cariño, hay todo tipo de formas. Hemos hecho un trío de sesenta y
nueve, lo que es fabuloso, pero también existe la opción clásica de usar su
agujero para una polla y su boca para otra. Ya sea la de Tae o la mía,
porque somos chicos equitativos de oportunidades, con otros chicos al
menos.

Mina dio un paso atrás, pero él se inclinó hacia adelante porque apenas
estaba empezando.

—Cielos, niña, hay todo tipo de cosas deliciosas que nos hacemos el uno
al otro. El rimming es una de mis favoritas.

El castaño intervino, colocando una mano sobre el hombro de Jungkook—.


Es un experto en eso —le susurró falsamente a la mujer—. Su lengua en
mi trasero, es cielo puro.

—No tan bueno como su polla en mi culo —dijo Kihyun, estacionándose en


el regazo del pelinegro. El chico frotó su trasero un poco, y Jungkook dejó
salir un alegre gemido. Era un pequeño provocador, pero a Jeon no le
importaba. Especialmente no cuando veía a Mina aún más pálida.

El azabache mordisqueó un poco la oreja del chico, para beneficio de


Mina, obviamente—. Uno de estos días, convenceremos a nuestro
pequeño bebé de que tome nuestros miembros al mismo tiempo.

Kihyun dejó salir un pequeño gemido frotándose otra vez sobre el regazo
de Jeon—. No puedo esperar.

Bueno, tampoco Jungkook. Su polla no había recibido el memo de que


todo eso era un juego para traumar a la prima sangrona del chico.

—Todo eso es... fascinante —dijo Mina, y luego abandonó toda pretensión
y se largó de ahí casi corriendo.

—Que te vaya bien —exclamó Taehyung—. Es hora de llevarte a un hotel,


Re- Jungkook. Necesitas dormir.

El pelinegro suspiró. Probablemente el castaño tenía razón en que era


mejor irse antes de que sus inhibiciones desaparecieran por completo, y
empezara a follarse a alguien ahí y ahora.

—¿Podemos al menos llevarnos a este diablillo? —sugirió.

Kihyun se bajó de su regazo y le besó suavemente—. En cualquier otro


momento, hubiera ido felizmente, pero estás ebrio. Pregúntame de nuevo
cuando estés sobrio, ¿de acuerdo? Puedo apreciar un buen sándwich de
hombre.

El azabache hizo un puchero, enviándole a Taehyung una mirada


suplicante—. De verdad estoy caliente, y quiero follar algo.

Kim le tomó por los bíceps y tiró de él para ponerlo de pie, luego colocó su
brazo alrededor de Jungkook para mantenerlo firme porque estaba
titubeando un poco. ¿Quizás fueron seis copas de vino?

—Lo único que te follarás esta noche será tu propia mano, aunque dudo
que seas capaz de hacerlo. Vamos, Señor Ligero. Hay un Marriott justo al
lado del centro comercial. Conseguiremos una habitación allí.

Kihyun los acompañó al hotel, ya que el castaño necesitaba ambas manos


para mantener a Jeon firme y no podía llevar las pinturas. Taehyung
consiguió una habitación, y diez minutos después, estaban dentro del
dormitorio más aburrido de la historia. Kim dejó a Jungkook suavemente
sobre la cama king size y procedió a quitarle los zapatos.

—Muchas gracias, chicos. Me dieron la mejor noche que he tenido en


mucho tiempo —dijo Kihyun—. Eres un acto de clase, Jungkook. Un puto
aficionado cuando se trata de beber, pero un acto de clase. Diviértanse en
su viaje a Las Vegas.

El pelinegro estaba roncando antes de que el chico siquiera saliera de la


habitación.
Al vivir en Los Ángeles toda su vida adulta, cualquiera pensaría que
Taehyung ya había estado en Las Vegas. Pero parecía el tipo de lugar
para ir con un amigo, emborracharse, volverse loco, y hacer recuerdos. Ir
solo hubiera sido patético. Por esa razón estaba un poco avergonzado por
lo asombrado que se encontraba cuando llegaron a la pista.

—Esto es una locura —El castaño miró alrededor de todos los edificios
enormes y toda la gente en las calles—. Nunca he estado aquí.

—Me alegro de que hayamos parado entonces —Rebel puso un brazo


sobre su hombro, y ambos se dirigieron al hotel. El pelinegro había tenido
la previsión de reservar con anticipación.

—Mierda, este dormitorio es increíble. Esto debe haber costado una


fortuna.

Jungkook se encogió de hombros y tiró su maleta al lado del sofá—. Gano


mucho y no gasto mucho, así que pensé en derrochar un poco.

Taehyung tragó el bulto que se formaba en su garganta. No había forma


de que pudiese pagarle a Rebel por todo eso. Apenas ganaba lo suficiente
para sobrevivir, y lo último que quería hacer era estar en deuda con
alguien. El azabache le estaba observando cuidadosamente como si
pudiera decir cuánto estaba luchando por aceptar el gesto, esperando a
ver si enloquecía.

—Supongo que tendré que encontrar alguna forma de pagarte —se burló,
sacudiendo su trasero en dirección al pelinegro para aligerar el ambiente.
Los hombros de Jeon se relajaron, y una sonrisa fácil se extendió por sus
labios—. No tienes que pagarme, pero sabes que no rechazaré ese lindo
culo.

Jungkook le dio una nalgada rápida y Taehyung gritó sorprendido,


enderezándose y frotando la carne abusada.

El azabache se acercó a la ventana, y el menor se unió a él para ver la


vista. La habitación tenía vista a la piscina llena de gente y a todas las
luces de la ciudad. Incluso se podía ver la Torre Eiffel.

—Entonces, una noche en Las Vegas, ¿cuál es el plan? —preguntó Kim,


emocionado por salir y meterse en problemas. No podía pensar en nadie
con quien preferiría estar en la Ciudad del Pecado que con Rebel. El chico
era salvaje, y le encantaba.

—Estoy pensando en ir a un casino un rato, porque estamos en Las


Vegas, así que básicamente es ley que necesitamos perder algo de dinero
apostando. Luego cenaremos y beberemos, club de strippers y a la piscina
esta noche.

—No empaqué mi traje de baño.

—Yo tampoco —dijo el azabache con un guiño—. Ahora voy a darme una
ducha fría muy rápido, porque ya me estoy derritiendo con este calor y
luego podemos empezar esta noche—. ¿Vienes?

—Claro que sí.

El castaño se desnudó donde estaba parado y siguió a Jungkook al baño.


Después de la ducha fría más caliente de su vida, ambos se vistieron con
ropa fresca y salieron a la calle de nuevo.

El casino de abajo era exactamente lo que Taehyung se hubiera


imaginado si le hubieran pedido que imaginara cómo era un casino de Las
Vegas. Era brillante con todo tipo de luces parpadeantes y máquinas
sonando. Había camareras con faldas cortas y chalecos negros sobre
camisas blancas, que ofrecían bebidas de cortesía para mantener a la
gente jugando y siempre poniendo dinero en las máquinas.

—¿Cuál es tu juego? —preguntó el pelinegro.

—Ni idea. ¿Blackjack quizás?

—Muy bien, vamos a intentarlo.

Resultó que el Blackjack no era su juego. Taehyung perdió cien dólares


antes de decidirse a probar las máquinas, donde perdió más dinero aún.
Se estremeció en su interior sabiendo cuánto tiempo y esfuerzo le llevaba
hacer ese dinero.

—Okay, hasta aquí llego. Aparentemente, tengo mala suerte, y ahora soy
unos cientos dólares más pobre. Yo digo que pasemos a la parte de la
cena y las bebidas de la noche.

—Estoy bien con eso. Me vendría bien un gran pedazo de carne y un trago
fuerte —concordó Jungkook.

—Si querías algo tieso, todo lo que tenías que hacer era pedirlo —le
provocó, inclinándose y moviendo la lengua a lo largo de la orilla de su
oreja. Para su satisfacción, Rebel tembló y emitió un gemido silencioso.

—Nunca pensé que conocería a un chico que pudiera igualar mi apetito


sexual, pero maldición, eres un cabrón caliente.

—Lo tomaré como un cumplido —se rió Taehyung.

—Bien, fue con esa intención —Rebel arrojó un brazo por encima de su
hombro y le guió afuera.
El menor parpadeó un par de veces, sorprendido al ver que el sol ya se
había puesto. La gente tenía razón cuando decía que el tiempo pasaba de
forma diferente dentro de un casino. Sintió que había entrado en otra
dimensión. Y si el desnudarse era algo para ver de día, era increíble de
noche, todo iluminado.

Mientras caminaban por la calle, Rebel le contó sobre la convención porno


en la que él y los chicos estuvieron el año pasado en Las Vegas y todos
los problemas en los que se metió Brewer.

—Espera, ¿él no sabía que el tipo era un prostituto? —se rió el castaño al
final de la historia.

—No, se le ofrecen a donde quiera que vaya. No tenía razón para pensar
que este tipo estaba trabajándolo. Oh Dios mío, Tank nunca le ha dejado
superar eso.

—¿En qué clase de travesuras te metiste? —preguntó, golpeando su


hombro contra el del pelinegro.

—Ninguna, en realidad. Con los chicos y en el estudio, me siento como si


tuviera que dar ejemplo, ser un modelo a seguir, supongo. Creo que es
porque he estado con Bear y Ballsy Boys desde el principio, así que se
siente como si fuera mi bebé tanto como es para Bear. He estado en Las
Vegas, pero nunca me he soltado porque tenía que asegurarme de ser un
buen chico.

—Suena como si tuviéramos que compensar eso esta noche. Bebidas y


luego libertinaje —declaró—. Quién sabe, tal vez hasta consigamos un
prostituto.

—No, gracias —rió Jungkook—. Estoy perfectamente feliz con este lindo
trasero en este momento.
Le agarró el culo a Taehyung, y el castaño se puso tenso por un segundo.
No porque tuviese algún problema con el afecto público o algo así, sino
porque eso había sonado exclusivo y de pareja.

—¿Por qué no lo estarías? Es un culo fantástico —bromeó para ocultar su


incomodidad.

Por suerte, llegaron al restaurante antes de que Taehyung pudiese


alcanzar niveles épicos de evasión incómoda.

—Cuéntame más sobre el título en el que estás trabajando. Es diseño de


videojuegos, ¿verdad?

—Sí —Se aclaró la garganta y tomó su vaso de agua mientras esperaban


los filetes que acababan de pedir—. Algunas personas piensan que es
como un sueño bobo, porque no es una industria en la que sea fácil entrar.
Quiero decir, todos los chicos de fraternidad piensan que quieren jugar
videojuegos para ganarse la vida, ¿cierto?

—Pero, no eres cualquier otro chico de fraternidad —señaló Jungkook—.


¿Qué te atrae de eso?

—Supongo que es el reto de combinar los aspectos técnicos de la


codificación con la creatividad de contar una historia a través de imágenes,
el desarrollo de personajes, el diseño de niveles, etcétera. Es muy
complejo, pero también parece tan gratificante tener esta historia en la
cabeza que quieres contar, y ser capaz de convertirla en algo que millones
de personas puedan experimentar. Sé que probablemente parece raro...

—Para nada, creo que es increíble. Sé que no es exactamente lo mismo,


pero es similar con el porno, el aspecto detrás de la cámara de todos
modos. Bear me ha dejado trabajar con él desde ese punto de vista, y
tener esta idea y poder verla cobrar vida, es realmente surrealista.

—Sí, exactamente —estuvo de acuerdo.


El azabache le sonrió, y Taehyung sintió un cálido revoloteo en su pecho.
Era como si realmente Jeon le entendiera. Nunca había tenido eso antes.
Si hubiera sabido que le sentiría tan bien tener un amigo, tal vez lo hubiera
intentado hace mucho tiempo.

Trató de luchar contra la extraña urgencia de inclinarse sobre la mesa y


besarlo sólo porque sí, pero afortunadamente, esa loca idea se interrumpió
cuando la camarera apareció para dejar las bebidas que habían ordenado.
Después de un montón de tragos y un trozo gigante de carne, ambos se
sentían un poco risueños y listos para ir al club de strippers. Otra cosa que
Taehyung nunca había hecho antes, porque se sentía demasiado patético
hacerlo solo. Si ibas a un club de strippers con amigos, te estabas
divirtiendo. Si ibas solo, eras un pervertido con la mano en los pantalones.

—¿Hunk Mansion? —se rió el castaño del nombre del club cuando
llegaron.

—Sí, y habrá trozos de carne en abundancia, te lo aseguro.

—Bien, necesito ver algunos chicos desnudos.

Rebel le pegó en el trasero otra vez, y Taehyung casi se cayó de la risa.


¿Qué tan loco era que la estrella porno con la que tenía un flechazo desde
lejos hacía unos meses fuera ahora el mejor amigo que había tenido?
Sintió que no debería ser tan fácil soltarse así y divertirse con el pelinegro,
pero estaba tan loco como él, así que no juzgaba. Era tan... liberador.

Dentro de Hunk Mansion los dos se sentaron cerca de uno de los


escenarios con una buena vista de un lindo chico trabajando el tubo. Y
sólo le llevó un minuto a un camarero, que estaba en ropa interior brillante
y una dosis saludable de aceite que destellaba en sus músculos, venir y
tomar la orden de bebidas de ambos.

—¿Van a subir sus buenos traseros ahí arriba en media hora cuando la
noche de aficionados comience? —El camarero les preguntó a Rebel y a
Taehyung con una sonrisa coqueta para cada uno de ellos.

—¿Qué? —El castaño se sorprendió.


—Noche de aficionados —dijo de nuevo el camarero—. Sólo te inscribes
en la barra, y luego tienes la oportunidad de ir allí y sacudir tu máquina de
hacer dinero por algo de efectivo.

—Oh, por Dios, tenemos que hacer esto —exclamó el azabache en tono
vertiginoso, agarrándole el brazo al menor con entusiasmo—. Vamos a
inscribirnos ahora mismo.

—Claro, por qué no —concordó—. Pero será mejor que haga mi trago
doble, así estoy lo suficientemente borracho para hacer esto en media
hora —Kim agregó para el camarero.

Taehyung guardó el lugar de ambos mientras Jungkook iba y les inscribía


a los dos para quitarse la ropa delante de un grupo de extraños. El castaño
suponía que para el chico esto no era gran cosa, su trabajo era algo
similar. No es que él fuera exactamente tímido tampoco. Le preocupaba
más bailar como un tonto o congelarse cuando viera un montón de ojos
sobre él o peor aún, sufrir la humillación de no recibir ninguna propina.

Jeon regresó unos minutos después, al igual que el camarero con las
bebidas. El joven que estaba bailando en el escenario frente a ellos saltó
hacia abajo y se dirigió en su dirección.

—Perdona si esto es súper grosero, pero ¿eres Rebel? —preguntó con


corazones y estrellas en los ojos.

El azabache le dio una sonrisa encantadora—. Lo soy, encantado de


conocerte.

—¡Esto es genial! Mis amigos no van a creer que te conocí. ¿Quieres,


umm, un baile erótico? —ofreció con revoloteantes pestañas y un pequeño
rubor.

—Um...
Jungkook miró al castaño como si estuviera pidiendo permiso, y Taehyung
se erizó un poco.

—Hombre, no soy tu novio, haz lo que quieras.

Había demasiado veneno en su tono para su propio gusto, pero la


implicación de que él debería tener voz en quién tocaba a Rebel le
apretaba el pecho y hacía que le sudaran las palmas de las manos.

—Claro, me encantaría un baile erótico.

—Dios mío, esto es genial. Puedes llamarme Minhyuk, por cierto.

Minhyuk no perdió tiempo sentándose a horcajadas sobre el pelinegro y


trabajando sus caderas en fascinantes círculos. Sus manos estaban por
todo el pecho de Jungkook y peinando su cabello.

Un destello de algo caliente y posesivo quemó en las entrañas de


Taehyung mientras Rebel le sonría al chico y subía sus manos por la parte
de atrás de sus muslos para acunar su trasero. Aparentemente, Minhyuk
no iba a hacer cumplir la regla de no tocar a los bailarines que estaba en la
entrada.

De pronto el chico se inclinó cerca y susurró algo en el oído del azabache


haciendo que Jungkook sonriera y sacudiera su cabeza negando
suavemente.

Taehyung se moría por saber qué había preguntado. Tal vez estaba
preguntando si Rebel y él estaban juntos o si tenía novio.

El castaño se tragó la bilis en su garganta. ¿Y a él qué carajos le


importaba de todos modos? Jungkook podía cogerse a quien quisiera. Era
una estrella porno. Se acostaba con gente y eso no le molestaba. Y no era
su novio.
Cuando un anuncio cortó la música, avisando que la noche de aficionados
estaba a punto de comenzar y que todos los que se habían inscrito debían
reclamar un escenario, Taehyung se levantó y toco a Minhyuk en el
hombro.

—Lo siento, chico, Rebel y yo estamos inscritos para bailar.

—Oh —La cara del muchacho cayó mientras se bajaba del regazo del
pelinegro—. Si cambias de opinión, aquí está mi número —Metió un trozo
de papel en el bolsillo de Jeon y el castaño tuvo que reprimir un gruñido.

—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, notando claramente la tensión que


vibraba en él.

—Estoy genial, subamos allí y hagamos algo de dinero.


Taehyung y Jungkook subieron al escenario más cercano, e
inmediatamente, tenían unas cuantas despedidas de soltera y una horda
de hombres reunidos alrededor para verlos.

—Esto es un poco intimidante —le susurró a Rebel.

—Relájate y diviértete —sugirió el pelinegro mientras se sacaba la camisa


por la cabeza y la lanzaba al público.

El castaño se encogió de hombros y siguió el ejemplo, y luego empezaron


a bailar con la música. Con la sensación extraña, caliente y territorial que
aún persistía en él, buscó a Rebel y empezó a frotarse como si estuviera
reclamando algo frente a todo el club. Le pasó la lengua por el cuello, y
escuchó una ovación entre la pequeña multitud que habían amontonado.

Las caderas de Rebel trabajaban en tiempo perfecto con el ritmo, y no


vaciló mientras hacía el trabajo rápido de desabrochar los pantalones de
Taehyung. Luego se puso en cuclillas, tirando de los jeans del chico con él,
y después sacudió el trasero para las damas directamente detrás de él.

Se escuchó otra porra y el dinero empezó a aterrizar en el escenario. Kim


terminó de quitarse los pantalones y los pateó para tener espacio para
moverse, pero sin perderlos. Luego ayudó a Jungkook a quitarse sus
jeans, mucho menos elegante que como lo había hecho Jeon para él, pero
consiguiendo el objetivo.

El castaño dio un vistazo a la multitud y atrapó a Minhyuk al lado del


escenario observándolos, y por pura mezquindad, agarró a Jungkook por
la nunca para darle un beso mojado, metió la lengua en su boca, lo agarro
por el trasero y presionó sus cuerpos juntos mientras se movían al ritmo de
la música. Silbidos y gritos sugestivos se escucharon en el público.

—No estoy seguro de que debamos hacer un show de porno en vivo —


bromeó el pelinegro, dándole un beso rápido más antes de alejarse.

Sólo en bóxers, bailaron hacia el borde del escenario y se encontraron con


toneladas de manos, tratando de meterles dinero en la ropa interior y
robando un rápido agarre de sus traseros y bultos cuando podían. Para
cuando la canción terminó y debían dejarle el escenario a los siguientes
chicos que querían una oportunidad, habían recuperado por lo menos tres
veces lo que Taehyung había perdido en el casino.

—Okay, eso fue divertido —admitió el castaño, poniéndose los pantalones.

—Claro que sí —concordó Rebel.

Las camisas de ambos ya no estaban, por lo que no les quedaba más


remedio que continuar la noche desnudos de la cintura para arriba.
Salieron del club después de unas copas más.

—Entonces, ah, ¿qué te preguntó Minhyuk? —inquirió Taehyung cuando


volvían al hotel, ambos más que un poco achispados.

—¿Qué? —Jungkook frunció las cejas, sus ojos entrecerrados.

—Cuando te estaba haciendo el baile erótico, ¿te preguntó algo?

—Oh —El pelinegro asintió—. Sí, lo siento, lo olvidé. Me preguntó si quería


que nos encontráramos después de su turno. Dije que no, gracias.

—Oh —Una caliente llamarada golpeó el estómago del castaño otra vez—.
¿Querías hacerlo? Si sólo dijiste que no por mi culpa, puedes llamarlo.
—Me estoy divirtiendo contigo, ¿por qué saldría a enrollarme con alguien
más cuando estoy disfrutando lo que estamos haciendo?

—Supongo —concordó.

—Ahora, vamos a ver si nadamos. Estoy todo caliente y sudoroso. Me


encantaría saltar a la piscina.

Se dirigieron por el vestíbulo y volvieron a la piscina, que, para sorpresa de


Taehyung, estaba completamente vacía.

Rebel miró hacia un lado y luego hacia el otro antes de quitarse los
zapatos y luego bajarse los pantalones y la ropa interior. Le dio una
sonrisa coqueta al menor y le lanzó un guiño por encima del hombro antes
de hacer una bala de cañón en la piscina. El castaño se apresuró a seguir
su ejemplo, añadiendo un giro a su salto sólo para mostrarle un poco.

—Presumido —acusó Jungkook cuando Taehyung salió a la superficie del


agua.

—No te pongas celoso —se burló y luego le echó agua en la cara.

—Oh, vas a caer.

El azabache se lanzó hacia él, los dos peleando y tratando de mojarse el


uno al otro. Hasta que ambos se dieron cuenta de que sus cuerpos
desnudos se rozaban y el hecho de que sus miembros estaban muy
interesados en la acción.

—Lástima que no tengamos lubricante aquí abajo —lamentó Taehyung,


envolviendo con su mano el eje de Jungkook y dando unos cuantos tirones
lentos bajo el agua. La cabeza del pelinegro cayó hacia atrás, y sus labios
se separaron en un gemido silencioso.
—Mmm, supongo que tendremos que encontrar otra forma de
entretenernos. O sólo provocarnos hasta que volvamos a la habitación. Un
poco de acción límite siempre es divertido —dijo Jeon, pellizcándole los
pezones y luego mordisqueando a lo largo de su mandíbula.

—Siempre he sido demasiado impaciente para quedarme en el límite, tal


vez tengas que enseñarme.

—No voy a decir que no a eso.

Los labios de Jungkook encontraron los de Taehyung, y el menor apoyó al


pelinegro contra el lado de la piscina. Las piernas de Jeon se envolvieron
alrededor de su cintura, las manos del castaño viajando hacia el trasero
del chico, Jungkook seguía jugando con sus pezones mientras sus lenguas
se enredaban en un baile de provocación.

Taehyung gimió en la boca de Rebel cuando flexionó sus caderas,


frotando su entrepierna contra la suya.

—Eres tan sexy —murmuró el pelinegro contra sus labios.

Una garganta se aclaró detrás de ellos, y rápidamente se separaron.

—¿Qué tenemos aquí? —Un guardia de seguridad de aspecto severo se


paró sobre ambos al borde de la piscina—. Ustedes dos se dan cuenta de
que la indecencia pública es un crimen, incluso en Las Vegas, ¿no?

—Oh mierda —murmuró Taehyung, seguro que ese tipo grande con un
palo en el culo no iba a ser fácil para ellos.

—Lo sentimos, señor. Nos dejamos llevar un poco —se disculpó Jungkook
con una sonrisa encantadora.

El guardia lo miró fijamente, y de repente su expresión cambió—. Espera,


¿no eres...?
La sonrisa del azabache se iluminó. Maldición, ¿todos en esa ciudad
sabían quién era Rebel?

—¿Supongo que es un fan? —preguntó Jeon, enderezándose un poco.

—Sí, se podría decir que sí —El guardia se sonrojó. Luego miró alrededor
como si se asegurara de que no había nadie más allí—. Escuchen, los
dejaré ir con una advertencia, pero no pueden hacer esto de nuevo.
Todavía hay reglas aquí, y es mi trabajo asegurarme de que se cumplan.

—Entendemos —le aseguró Jungkook.

Luego sacó su duro y húmedo cuerpo de la piscina y se paró ante el


guardia de seguridad totalmente desnudo con una media erección como si
no tuviera una preocupación en el mundo. Los ojos del hombre se
ensancharon al asimilar el cuerpo de Rebel. El pobre ni siquiera recibió
ninguna advertencia antes de que el pelinegro soltara la bestia sobre él.

—¿Crees que... um... podría conseguir un autógrafo? —tartamudeó.

—Claro, hombre —Jeon le dio una palmada en el hombro—. ¿Tienes un


bolígrafo? Como puedes ver, no tengo exactamente un lugar para llevar
uno en este momento.

—Oh, sí.

Sacó un bolígrafo y un bloc de papel. Rebel escribió algo y lo firmó con


una floritura.

—Aquí tienes, y gracias por ser genial. Ahora, si no te importa, iremos a


nuestra habitación antes de que tengamos más problemas aquí.

Jungkook le guiñó un ojo y el hombre tembló un poco. Taehyung tuvo que


ahogar su risa hasta que el guardia por fin se marchó, luego salió de la
piscina, y ambos se apresuraron a vestirse.
—Bueno, esta fue una noche para los libros de historia —bromeó el
azabache mientras subían en el ascensor hasta la habitación—. Y aún no
ha terminado. Te prometí que te enseñaría las formas de limitarse, lo que
significa que aún nos queda una larga noche por delante.
Considerando lo temprano que tenían que estar en el camino para llegar a
Colorado esa noche, deberían haberse ido a la cama antes. No, deberían
haberse ido a dormir más temprano. Se fueron a la cama. Pero no
exactamente a dormir.

Resultó que Taehyung era malo para limitarse, así que Jungkook tuvo que
enseñarle otra vez. Y otra vez. Y luego el castaño tuvo que probarle que
había aprendido, así que lo llevó al borde de la locura antes de que
finalmente le dejara correrse.

El azabache suspiró al ver sus ojos pequeños y rojos en el espejo. Su


cabello negro era un desastre al que no se iba a acercar hasta que pudiera
ducharse y lavarlo apropiadamente. Debía esperar hasta que llegaran a
Colorado. Por el momento, lo ató en un moño descuidado. Eso tendría que
servir.

Taehyung entró al baño, su aspecto no era mucho mejor.

—Joder —murmuró—. Es muy temprano para levantarse.

Se veía adorable con el cabello erizado en todas las direcciones, y


Jungkook no pudo resistir el impulso de tomarlo de la mano y jalarlo hacia
él para un beso matutino. El menor protestó un poco, probablemente
porque aún no se habían cepillado los dientes, pero a Jeon no le
importaba. Como si un poco de aliento matutino fuera a molestarle.

—Buenos días, solecito —El pelinegro se burló de él cuando terminó de


besarlo.
Lo acercó para abrazarlo, su erección matutina rozando el estómago de
Jungkook. No sabía si era porque el chico todavía estaba medio dormido o
qué, pero le devolvió el abrazo con más entusiasmo que de costumbre, e
incluso se acurrucó un poco.

El azabache le acarició el cuello con su nariz—. ¿Quieres que me


encargue de eso por ti? —inquirió, metiendo la mano entre ellos para frotar
su dura entrepierna.

—Mmm. ¿Lo harías? —preguntó—. No tienes que hacerlo, pero...

Jungkook se puso sobre sus rodillas, y liberó la erección del castaño de


sus apretados bóxers.

—Con gusto.

Le llevó menos de dos minutos antes de que Taehyung se corriera con un


profundo suspiro. Había estropeado su moño, por supuesto, pero había
valido la pena.

—Te ves como la mierda —dijo el menor cuando le observó bien.

—Vaya, ese sí que es un tipo de agradecimiento —Jeon se levantó,


lamiendo los últimos restos de la esencia en sus labios.

—Lo siento —murmuró, y luego le lanzó una de sus sonrisas


geométricas—. Gracias por la mamada. Te ves como la mierda.

—¿Te has mirado en el espejo? —mencionó indignado—. No te ves


mucho mejor, amigo.

Taehyung se giró para examinarse en el espejo—. Todavía me veo el


doble de bien que tú.
Jungkook le dio una nalgada—. Haz que te revisen los ojos, hombre. Nadie
se ve el doble de bien que yo, ni siquiera en mi peor día. Ahora, ponte algo
de ropa para que podamos bajar a desayunar, porque necesito un poco de
cafeína.

El castaño se detuvo en sus movimientos—. Pensé que podríamos ir a


algún lugar a tomar café y desayunar sándwiches poco saludables.

El azabache entró en la habitación, tomó una camiseta y unos jeans


limpios de su bolsa de fin de semana—. No, reservé un desayuno
completo para los dos con la habitación. Supuse que necesitaríamos el
combustible para todo un día de conducción.

Comenzó a vestirse rápido y no se dio cuenta hasta que se puso los


calcetines que Taehyung no había respondido. Levantó la vista y lo vio
observándole con una extraña mirada en su rostro. No era ira. ¿Más bien...
pánico?

—No puedo permitirme desayunar aquí —dijo—. Necesito ese dinero para
la matrícula. Fue una estupidez de mi parte jugar con él, y tuve suerte de
recuperarlo con lo del striptease —comenzó a hacer un movimiento como
si quisiera meter las manos en los bolsillos, pero aparentemente se dio
cuenta de que no llevaba pantalones, así que terminó con los puños
cerrados.

—Está bien —concordó con suavidad, sintiendo que tenía que andar con
cuidado—. Te dije que este hotel era mi regalo. Eso incluye el desayuno.

Taehyung no parecía más tranquilo—. ¿Cuánto cuesta el desayuno?

Jungkook se encogió de hombros—. No lo sé. Normalmente son entre


quince y veinte dólares en hoteles como este.

El castaño se relajó un poco—. No está tan mal —musitó—. Un café y un


sándwich de desayuno ya te cuestan casi ocho dólares.
—Veinte dólares cada uno. Sin incluir propina —añadió el azabache.
Podría haberle mentido, pero eso sólo terminaría mordiéndole el trasero.

—Por tanto dinero, será mejor que sirvan caviar o algo así —murmuró.

—Probablemente sea un desayuno buffet —supuso—. Tal vez con algunas


opciones frescas, como waffles, panqueques o pueden tener una barra de
omelets.

Finalmente, Taehyung comenzó a ponerse algo de ropa—. Ni siquiera sé


qué es eso.

Estaba empezando a hundirse en que esta era una experiencia totalmente


nueva para él. Jungkook viajaba regularmente a los eventos de Ballsy
Boys, y aunque no siempre se hospedaban en los hoteles más caros,
habían superado la fase de moteles baratos. Cuando los clientes les
traían, por ejemplo, para una sesión de fotos, tenían que alojarlos en
hoteles respetables. Como resultado, se había hospedado en hoteles
como ese en todo el país e incluso en Europa. Taehyung no, y eso
probablemente lo estaba avergonzando.

—Es como un área donde puedes juntar ingredientes frescos para una
omelet, o señalarlos, y ellos cocinarán un omelet hecho a la medida para ti.

—Oh.

Esa palabra estaba llena de emoción, era casi tangible en la habitación.


Jungkook lo observó fijamente ¿Qué podía hacer? ¿Lo ignoraba para
evitar que se sintiera aún más incómodo? ¿O se dirigía a él para tratar de
quitarle la vergüenza? Se decidió por lo segundo, pero siguió optando por
un enfoque indirecto.

—Antes de que empezara a trabajar para Ballsy Boys, nunca me había


quedado en nada más caro que un Motel. Mis padres eran muy buenos
acampando, así que todas las vacaciones familiares se hacían en tiendas
de campaña. Usábamos los moteles más baratos que mi mamá
encontraba para cosas como viajes a Disney, o cuando visitaba a la familia
en las grandes ciudades. La primera vez que Bear reservó un Marriott para
mí, me sorprendió. Nunca había visto un baño tan grande, y seguro que
nunca había tenido una cama tan grande para mí solo. Y ese desayuno...
tío, me llené la cara completamente. Lo entiendo, Tae. Esto también era
nuevo para mí hace unos años.

Kim suspiró—. Estoy luchando por mantener mi cabeza por encima del
agua, financieramente. No puedo permitirme cosas como esta, pero me
siento como una mierda por dejarte pagar por ello.

El pelinegro caminó hacia él, acechándolo como a un pequeño ciervo


asustadizo.

—Lo entiendo, pero no hay necesidad de sentirse culpable. Puedo


permitírmelo. Vengo de una larga y orgullosa tradición de gente frugal, así
que he invertido mis ganancias porno sabiamente. Confía en mí, una
noche aquí no hará mella en mis ahorros. Y nos hemos divertido, ¿no es
así?

Cuando el chico no huyó, Jeon lo acercó lentamente y lo abrazó con


fuerza. Taehyung lo permitió, pero su cuerpo estaba tenso. Jungkook tal
vez necesitaba distraerlo un poco. El sexo solía funcionar con él, así que
llevó las manos hacia sus nalgas y les dio un ligero apretón.

—No me digas que no te divertiste con nuestras clases de limitación.

—Eso no fue divertido. Fue ardiente como el infierno, pero te odié por unos
minutos —se quejó.

—Nuestro striptease, entonces. Fue divertido, ¿verdad? ¿O nadar


desnudos en la piscina?
—Tuvimos suerte de que ese guardia fuera fan tuyo —refunfuñó, pero su
voz sonaba menos alterada.

—Todos los que me han visto son admiradores —bromeó—. Una vez que
han visto mi polla, están enganchados.

El pelinegro sintió como la cara de Taehyung se abría en una sonrisa


contra su mejilla—. No olvides tus fuertes y sexys manos.

Jungkook apretó las manos alrededor de sus nalgas otra vez, pero con
más fuerza para demostrar la exactitud de su declaración—. Por supuesto
que sí. Luego está mi boca...

Taehyung tarareó—. Esa sí se sintió muy bien envuelta alrededor de mi


polla hace unos minutos.

—Entonces creo que podemos establecer con seguridad que no te gusto


por mi dinero, ¿verdad?

Taehyung se congeló por un segundo y luego se relajó de nuevo—. No, no


es por eso —dijo en voz baja.

Le permitió al pelinegro abrazarlo por un minuto más o menos, antes de


alejarse—. Gracias —musitó.

Jungkook lo observó con una sensación de calor en su abdomen—. De


nada.
Se detuvieron en la tranquila parada de camiones en medio de la nada, ya
fuera en Utah o Colorado... Taehyung no estaba seguro en ese momento.
Cuando el auto se detuvo, saltó del asiento del pasajero, su vejiga llena
hasta reventar. Rebel estaba unos segundos detrás de él en el baño, que
se encontraba excepcionalmente limpio para una parada de camiones.

Terminaron y volvieron a la puerta para seguir su camino, cuando algo le


llamó la atención al castaño mientras pasaba por un retrete con la puerta
abierta.

—Hoooola —Agarró el brazo del azabache para detenerlo.

Jungkook siguió su mirada, y al mismo tiempo, se miraron el uno al otro. El


menor se imaginaba que su expresión reflejaba la del pelinegro; un poco
tonta y muy sucia.

—Oh, definitivamente vamos hacer esto.

—Entra ahí, quiero chupártela —Taehyung lo empujó hacia un cubículo y


Jeon fue sin protestar.

El azabache se bajó la cremallera y liberó su ya dura y adolorida erección.


Su pulso se aceleró por lo jodidamente sucio que estaba lo que iban a
hacer. Y tal vez porque nunca pensó que conocería a un chico tan
espontáneo y divertido como el castaño.

Agarró la base de su polla y la inclinó hacia el agujero crudamente hecho,


cinta adhesiva alrededor de los bordes. Sentía una extraña emoción al no
poder ver lo que estaba pasando al otro lado del muro, mientras esperaba
la boca de Taehyung.
El chico no se hizo el tímido ni el provocador. Un abrasador par de labios
se envolvieron alrededor de la punta de su miembro y se deslizaron a la
base, envolviéndolo en una húmeda succión. Jungkook cerró su puño y lo
golpeó ligeramente contra la frágil pared de plástico, tratando de evitar
correrse demasiado rápido.

La lengua del castaño le acarició firmemente alrededor de su extensión,


sin perder ni un solo latido en el descenso y ascenso. Su aliento se disipó
rápidamente, y sus dedos se flexionaron, queriendo ser enterrados en la
espesa maraña del cabello de Taehyung.

—Joder —jadeó mientras Kim presionaba su lengua contra la hendidura de


su glande.

Su cuerpo tembló cuando sus terminaciones nerviosas cobraron vida. Sus


caderas presionando fuerte contra la pared, queriendo estar más profundo
dentro del calor de la garganta del menor. La lengua del castaño seguía
revoloteando contra casi toda la parte inferior de su longitud.

—Sí, joder, bebé —gritó al borde del colapso.

El asalto de los labios y de la lengua de Taehyung continuó mientras


Jungkook se vaciaba en su garganta. Cuando finalmente el castaño lo
liberó, un escalofrío recorrió su cuerpo, y se recostó contra el cubículo para
mantener el equilibrio.

—Eso fue muy caliente —dijo Taehyung desde el otro lado de la pared.

—Eh, estuvo bien —fingió una voz aburrida.

—¡Oye! —protestó, y ambos comenzaron a reír.

Jeon guardó su miembro en los bóxers y abrochó sus pantalones. Cuando


salió del cubículo, Taehyung estaba ahí esperando para besarle. El
pelinegro gimió mientras el menor metía la lengua en su boca, su propio
sabor persistente en los labios rojizos del castaño.

—Eres divertido —dijo Taehyung cuando rompieron el contacto.

Rebel sonrió, sus dedos provocando al castaño a lo largo del milímetro de


piel acanelada expuesta entre su camisa y jeans.

—Será mejor que nos vayamos. Le prometí a mi mamá que llegaríamos a


tiempo para la cena, y aún nos quedan dos horas.

Kim asintió. Jungkook se sacudió la neblina del orgasmo y se dirigió


devuelta al auto seguido por el menor.

El último tramo del viaje pasó volando mientras apreciaban las


impresionantes montañas en la distancia, y navegaban por los caminos
abiertos. Taehyung abrió su ventanilla y respiró el aire fresco y limpio que
faltaba en Los Ángeles.

Pero a medida que cada kilómetro caía detrás de ellos y se acercaban a la


casa de los padres de Rebel, se encontró con su estómago retorciéndose
en nudos más apretados.

No es que pensara que los padres del azabache tendrían un problema con
él. Era un hombre adulto. No necesitaba la aprobación de otros adultos
que ni siquiera conocía.

Excepto que... ¿tal vez sería bueno que sus padres le aprobaran? Y ahí
yacía la causa del sudor frío que corría por su espalda. No sabía para qué
quería que le aprobaran, pero sí quería.

Lo más cerca que estuvo de la aprobación paterna fue con una señora
mayor que le acogió durante un año cuando tenía doce.
Se llamaba Chae, y cuando le pusieron con ella pensó que era una broma.
¿Qué quería una viuda de sesenta y cinco años con demasiado perfume
de un niño de doce años que ya había sido rechazado por dos futuros
padres adoptivos y echado de otros dos hogares de acogida por pelear?

Todavía recordaba el primer día que llegó a la casa de la mujer. Entró en


su sala de estar y decidió que no podía durar una semana con ella. Tenía
demasiadas figuras de vidrio y chucherías, había una cesta de tejido al
lado de un sillón reclinable, y toda la casa olía a col cocida. Esa no era una
persona preparada para lidiar con un niño con su nivel de problemas, o
eso creía.

Chae tardó exactamente dos días en ponerle en su lugar.

La segunda noche, le atrapó intentando escapar después de acostarse. Le


sentó, le miró a los ojos y le dijo algo que nunca olvidaría. «Sé que la vida
te ha dado una mano de mierda, pero eso no significa que puedas tratar a
los demás como si estuvieran por debajo de ti. Mientras estés bajo mi
techo, me respetarás y respetarás mis reglas. Si lo consigues, tendrás un
futuro mucho más brillante por delante».

Nunca nadie había sido tan franco con él, pero las palabras no fueron lo
que le sorprendió. Fue la forma en que le miró, como si realmente le
importara lo que le pasara.

No fue fácil navegar desde allí, pero lo intentó, y Chae y él cayeron en una
rutina cómoda juntos. Ella fue para Taehyung más mamá de lo que había
sido su madre de sangre, y hasta el día de hoy sabía que ella era la razón
por la que no terminó en la cárcel o algo peor. Se dirigía por un mal
camino, y ella le enderezó.

Cuando tenía trece años, Chae murió de un ataque al corazón mientras él


estaba en la escuela, y le trasladaron a una nueva familia de acogida. Ésta
tenía demasiados hijos adoptivos y sin suficientes mierdas para dar.
Estuvo allí hasta que la esposa atrapó a su esposo tratando de
escabullirse en la cama de Taehyung una noche, y luego le echaron otra
vez. Así era la vida de un niño adoptivo.

—Estás muy callado —dijo Rebel, sorprendiéndole fuera de sus recuerdos.

El castaño se aclaró la garganta y trató de ser sigiloso mientras limpiaba


un poco la humedad de su mejilla. Era totalmente por el viento en su ojo.
Por supuesto.

—Estoy bien —Su voz se quebró un poco al final, y aguantó la respiración


para ver si el azabache lo iba a mencionar y presionar el tema. Lo loco era
que, si le presionaba, posiblemente Taehyung le contaría todo. Le contaría
sobre Chae y todas las casas de acogida de mierda donde había manos
errantes y palabras duras en el peor de los casos, y la indiferencia en el
mejor. Le contaría de las peleas en las que se metió por toda la rabia que
tenía dentro de él y porque a los niños pendejos les gustaba meterse con
los de afuera. Incluso podría decirle lo cansado que estaba de mantener el
mundo a distancia.

Pero, Jungkook no presionó. Le dio una palmadita tranquilizadora en la


rodilla y le dejó caer de nuevo en el silencio.

Cuando llegaron a la entrada de una casa grande y blanca de dos pisos


con un césped bien cuidado, el castaño se había medio convencido una
vez más de que no importaba lo que los padres de Jeon pensaran de él.

Salieron del auto, y Taehyung se tomó un segundo para apreciar las líneas
cautivadoras del cuerpo de Rebel mientras él extendía los brazos sobre su
cabeza, exponiendo un poco su definido abdomen que hizo que se le
hiciera agua la boca.

«Cabeza en el juego». Se recordó.

Jungkook le guiñó un ojo cuando le descubrió mirándolo fijamente, y le


sacudió la cabeza con una sonrisa.
—¿Listo? —comprobó el pelinegro.

—Como nunca lo estaré.

—Tae, es una cena con unos hippies viejos, no un pelotón de fusilamiento.


Sobrevivirás, te lo prometo.

La puerta principal de la casa se abrió antes de que llegaran a ella, y una


mujer de mediana edad con largo cabello rubio salió corriendo y atacó a
Rebel en un abrazo.

—¡Oof! —Jeon la atrapó con una sonrisa y le abrazó la espalda—. Sabes,


mamá, podrías saludarme como una persona normal con un abrazo
educado una vez que haya entrado en la casa.

—La gente normal es tan aburrida —replicó—. Y extraño demasiado a mi


hijo como para esperar treinta segundos a que entre en la casa.

—Yo también te extrañé, mamá —Le dio un beso en la parte superior de


su cabeza, y una extraña sensación de vacío floreció en el pecho de
Taehyung, haciéndole casi difícil el respirar.

Un hombre, seguramente el padre del azabache, también apareció en la


puerta.

—¿No pudiste mantener a tu esposa bajo control? —le dijo Rebel.

—Lleva todo el día paseándose delante de la puerta. No había forma de


controlarla.

—Dios mío, qué grosero de mi parte, trajiste a un joven contigo, y aquí


estoy actuando como un caso perdido —La mujer se giró hacia el castaño
con una sonrisa—. Soy Sohee, y tú debes ser Tae.
—En realidad, soy Han. ¿Quién es Tae? —preguntó, mirando por encima
de su hombro a Rebel, la expresión de Taehyung tan seria y confusa como
podía manejar.

La cara de Sohee palideció, e inmediatamente el castaño se sintió mal por


la broma.

—Está siendo un imbécil, mamá —Jungkook le aseguró, Taehyung le


ofreció una sonrisa tímida en disculpa.

—Pensé que una broma podría romper el hielo.

—Vas a encajar muy bien aquí —declaró la mujer.

Sohee les llevó hacia la casa, y el padre de Rebel, Joe, saludó a Kim con
un fuerte apretón de manos. Taehyung pudo ver a qué se refería el
pelinegro cuando dijo que eran hippies viejos. Se parecían más o menos a
una pareja de mediana edad, pero había algo en ellos que insinuaba una
juventud salvaje y despreocupada. Su madre especialmente, todavía
parecía que tenía a un niño con flores tratando de abrirse paso.

Dentro de la casa le presentaron a la hermana de Rebel, Dahyun, y a su


esposo, Doug. Sohee les dijo que se sentaran porque la cena estaba lista
y esperando.

—¿Cómo se conocieron Jungkook y tú? —preguntó Dahyun mientras se


sentaba al lado del castaño en la mesa.

—Uh... —Taehyung miró a Rebel por un poco de ayuda, pero el azabache


se rió y se llevó un poco de comida a la boca.

—No te avergüences, no puede ser tan malo. Sé que no trabajas con


Kook, así que ¿dónde se conocieron?
Kim ladeó su cabeza y atrapó la atención de Rebel con la pregunta
silenciosa.

—Ella sabe que no trabajas en Ballsy Boys, porque es una espectadora


ávida —explicó el pelinegro—. Pero no ve mis vídeos, por supuesto.

—Por supuesto —concordó el menor sarcásticamente—. Bueno, nos


conocimos cuando un sujeto con quien Reb- Jungkook estaba saliendo me
contrató para hacer el trabajo sucio de dejarlo. Lo reconocí tan pronto
como abrió la puerta, y estuve un poco abrumado, para ser honesto, y el
resto es historia.

—Te faltó mencionar que llevabas un traje de plátano —Jungkook alias El


Traidor, soltó con una sonrisita malvada.

El castaño se sonrojó un poco y lo fulminó con la mirada—. Dije, el resto


es historia —repitió indignado. Pero al contrario de lo que pensó, nadie se
burlaba de él, solo sonreían suavemente observándolos a ambos con ojos
brillantes de emoción.

—Es como una comedia romántica; me encanta —declaró Dahyun con un


suspiro.

—Pero no es romántico, no —alegó Taehyung rápidamente—. Jungkook y


yo sólo somos amigos.
Jungkook se dio cuenta de la mirada rápida que pasó entre sus padres.
Los dos tenían toda esa comunicación sin palabras como un arte.

Sólo amigos.

El pelinegro sabía lo que estaban pensando: No hay forma de que estos


dos sean sólo amigos. Y tenían razón, porque no lo eran. Y hacía unas
semanas, se hubiera molestado porque Taehyung dijera algo como eso,
probablemente, pero desde que le dijo que había estado en una casa de
acogida, algo encajó. No le temía a los compromisos porque quería jugar
en el campo o porque no estaba listo para establecerse o algo así.

Estaba asustado.

Tenía un miedo mortal de ser rechazado, otra vez. Y tenía sentido para él
mantener a la gente a raya, porque si no dejaba entrar a nadie, no podrían
hacerle daño. Jeon lo entendía. Pero no significaba que tuviera que
gustarle.

—Amigos con muchos beneficios especiales —dijo, guiñándole el ojo al


castaño para asegurarse de que supiera que estaba bromeando.

—Oh, Dios —Doug dejó escapar un gimoteo lastimero—. Aquí vamos de


nuevo con las referencias de sexo. ¿Es mucho pedir una comida sin hablar
de sexo?

Dahyun le envió una sonrisa cegadora—. Cuando volvamos a casa


podemos hablar de tratamientos de conducto y extracciones de muelas del
juicio, pero me gusta hablar de sexo, bebé.
El azabache sonrió. Doug era un buen hombre, pero era un poco seco y
polvoriento. Todavía no estaba seguro de lo que su hermana, antes
salvaje, veía en él, pero obviamente eran felices juntos. Aun así, Jeon no
podía evitar sacudir un poco su cadena.

—¿Qué quieres decir con sexo? No estaba hablando de sexo. Estaba


hablando de él conectándome con algo de buena hierba.

—Y no olvides las salchichas —Taehyung siguió el juego—. Le he


presentado las mejores salchichas de la historia.

—Encontramos un nuevo proveedor aquí —dijo la mamá de Jungkook, y


su hijo estaba bastante seguro de que no se refería a las salchichas—. Un
cultivo todo orgánico en casa de una operación familiar y es lo mejor.

Las cejas del castaño se elevaron.

«Sí, Tae, mi mamá habla de hierba. Bienvenido a la loca realidad que es la


casa de mis padres». Pensó Jungkook con humor.

—Es verdad —añadió el señor Jeon—. No agregan ningún aditivo, y lo


hace tan puro. La mejor hierba que he probado.

Doug parecía que estaba a punto de golpear su cabeza contra la mesa,


pero Dahyun le dio una palmadita en el hombro.

—Es legal aquí, cariño.

—Como si eso los hubiera detenido —murmuró.

—Hizo maravillas con mi dolor durante todo el tratamiento contra el cáncer


—musitó Sohee, su tono un poco más agudo ahora. A ella le gustaba
Doug lo suficiente, pero no toleraba las críticas sobre las decisiones que
ella y su esposo tomaban. Y con razón.
—Entonces, Tae, ¿qué haces? —preguntó la hermana del pelinegro, como
siempre destacando en disolver la tensión.

—Estoy trabajando en mi licenciatura en diseño de videojuegos.

Lo dijo como si esperara críticas por esa elección, pero eso no iba a pasar.
No en esa casa.

—¿Quieres desarrollar juegos como Call of Duty? —El papá de Jungkook


quiso saber.

Los ojos del castaño se abrieron un poco ante el interés.

El azabache no se sorprendió. Su padre era el mayor lector que había


conocido, y leía libros sobre todos los temas conocidos por el hombre.
Estaba seguro de que aunque nunca hubiese jugado un videojuego en su
vida, podía decirle los nombres de al menos diez juegos populares.
Diablos, su padre probablemente sabía más que él del tema.

—Por ejemplo —dijo Taehyung—. Personalmente, no soy el mayor


fanático de los juegos de disparos en primera persona, pero tanto la
complejidad como el diseño de ese juego son innegables.

—¿Qué clase de juegos te gustaría desarrollar? —preguntó el hombre


mayor. Kim arrastró una mano a través de su cabello.

—Estoy trabajando en un juego para celular ahora mismo con un amigo.


Es una buena manera de empezar para nosotros, porque aún no tenemos
mucha experiencia. Los juegos para celular son mucho más fáciles de
desarrollar que los juegos complejos para consolas o juegos MMORPG.
Eso requiere años de experiencia y muchas más habilidades de las que
poseo ahora mismo.

—Tienes que empezar por algún lado —concordó—. Apuesto que la gente
que desarrolló World of Warcraft o Elder Scrolls comenzó en pequeño
también. No crearon juegos como ese de la noche a la mañana.

Los ojos del castaño se iluminaron—. ¿Juegas, Joe?

A Jungkook le encantó cómo el chico se saltó toda la parte formal de


"señor" y fue directo a lo informal. A su padre le encantaba, ya que era el
hombre más relajado y casual que jamás hubiera conocido.

—Dios, no, hijo. Ni siquiera tengo una computadora. Sohee tiene una
laptop para hacer todo lo que hay que hacer en línea, como pagar cuentas
y lo que no.

—Y ver porno —La mamá del pelinegro añadió sin expresión, haciendo
que Taehyung casi se atragantase con su comida—. Dios mío, ese chico
nuevo que encontraste es lindo.

—¿Cuál, Pixie o Heart? —preguntó el azabache con la boca llena,


vigilando al castaño mientras valientemente trataba de recuperarse de
toser un poco de comida, con los ojos llorosos.

—Pixie. Heart no es lindo. Es jodidamente sexy, pero no lindo.

Jungkook tragó rápidamente—. Cierto. Ambos son grandes adiciones, y


me encanta trabajar con ellos también.

—Sohee, estábamos hablando de juegos. No te distraigas todo el tiempo


con chicos sexys —la reprendió su esposo.

La cara de la mujer se iluminó y sus ojos brillaron—. ¡Pero es tan divertido


hablar de ellos!

El papá de Jungkook emitió un suspiro pasivo-agresivo, antes de volver a


centrar su atención en Taehyung—. ¿Pero ese es tu objetivo, trabajar para
diseñar un gran juego?
Hubo algo en los ojos del castaño, como si no pudiera creer que el señor
Jeon estuviese interesado en él. El pelinegro podría haberle dicho que lo
estaría, porque su papá estaba interesado en todo el mundo. Era una
persona sociable, siempre entusiasta de conocer mejor a la gente.
Suponía que había heredado eso de él, porque era más o menos igual.

—No lo sé, en realidad. Por ahora, estoy emocionado por trabajar en este
juego con Jimin, porque trabajamos bien juntos y nos complementamos.

—¿Cómo ha ido tu trabajo? —Sohee le preguntó a Jungkook, como si


tuviera un trabajo normal.

—Ese vídeo con Campy, Heart y Tank fue im-pre-sio-nan-te —comentó


Dahyun—. ¡Joder, fue malditamente caliente!

—¿En serio? —inquirió Doug, más resignado que loco—. ¿Más charla
sobre porno?

—Me parece recordar que cosechaste los beneficios de esa escena en


particular —afirmó la hermana del azabache—. Tuvimos una buena...

Doug la empujó hacia él y la besó, probablemente la manera más efectiva


de callarla.

—Estoy de acuerdo con Dahyun. Ese vídeo estuvo muy bueno —dijo su
mamá.

A Jungkook le encantaría decir que esto era anormal, por la forma en que
se comportaban con el porno, específicamente con el porno gay, pero no
lo era. Así era como funcionaba su familia. Estaba bastante seguro de que
Taehyung podría soportarlo, una vez que dejara de sentirse raro.

—A Reb- Jungkook se le ocurrió la idea de ese rodaje —mencionó el


castaño, y el orgullo en su voz era inconfundible. Al pelinegro le hacía
cosas extrañas por dentro, oírle expresar admiración por lo que hacía. No
sólo no tenía ningún problema con que él filmara porno y trabajara en esa
industria, sino que estaba orgulloso de lo que hacía. Era un concepto tan
extraño para él después de haber tenido tantos novios y enrolles
potenciales que rompieron con él por su trabajo, que le hizo sentir cálido y
confuso por dentro.

—Bear tenía la idea básica del intercambio entre Campy y Heart —dijo
Jungkook, no queriendo reclamar falsa gloria.

Taehyung le lanzó una mirada que le llegó hasta las bolas. Al azabache le
daban ganas de arrastrarlo a una habitación, bajarle los pantalones y
arrodillarse ante él. Le encantaba cuando el chico se ponía mandón.

—Cállate —protestó—. Esa idea fue tuya, y lo sabes.

—¿Kook trabajando en el porno no es un problema para ti? —preguntó


Sohee. El pelinegro aguantó la respiración mientras esperaba que
Taehyung respondiera a eso.

—Para nada —afirmó—. Es muy, muy bueno en eso, y me encanta verlo.


Soy tan fan del porno gay como cualquiera, así que no, por mí está bien.

Jeon exhaló. Mientras, su hermana Dahyun y Taehyung comenzaban una


acalorada discusión sobre el mejor video porno gay jamás hecho, los ojos
de su mamá se encontraron con los suyos. Ella le sonrió. El castaño no
había visto a través de su pregunta trampa. Si Jungkook y él hubiesen sido
sólo amigos, como Taehyung decía, el hecho de que el pelinegro estaba
en el porno ni siquiera habría sido un problema. No respondió a esa
pregunta como si fuera sólo un amigo. La contestó como un novio, y su
mamá y él lo sabían.
Después de la cena, ambos regresaron a su habitación de hotel en el otro
lado de la ciudad. Los pensamientos de Taehyung estaban girando
alrededor de toda la noche. No sabía lo que esperaba después de que
Rebel le dijera lo genial que eran sus padres, pero no esperaba que fueran
así. ¿Cómo debió haber sido crecer en un hogar tan obviamente lleno de
amor y apoyo?

El castaño miró a Jungkook. Las luces de la calle jugaban con sus rasgos
mientras conducía, dándole un aspecto extrañamente etéreo. Kim no
estaba seguro de merecer haber conocido a alguien tan increíble como él,
pero iba a apreciarlo mientras tuviera el privilegio. Sólo esperaba que
eventualmente, cuando el pelinegro se fuera de su vida, todavía pensara
en él de vez en cuando. La idea de que el azabache le olvidara hizo que le
doliera el estómago.

—¿Qué te pareció mi familia? ¿Te asustaron? —preguntó Rebel mientras


entraban en el estacionamiento del hotel.

—No, parecen realmente geniales. Gracias por invitarme, esto ha sido muy
divertido.

—Aún no ha terminado. Todavía tienes que estar sujeto a toda mi familia


mañana.

—Creo que sobreviviré —le aseguró con una risita pequeñita.

Una vez registrados, subieron sus maletas a la habitación y ambos se


dejaron caer en la cama.

—Oh hombre, estoy agotado —dijo Jeon, puntuándolo con un fuerte


bostezo para ilustrar su punto.

—No dormimos mucho anoche —concordó imitando al pelinegro con un


bostezo.

Jungkook inclinó su cabeza hacia adelante y hacia atrás e hizo rodar sus
hombros unas cuantas veces antes de tirar de su camisa y lanzarla a un
lado.

—¿Tienes los hombros rígidos? —preguntó Taehyung.

—Un poco. Creo que es de todo ese tiempo en el auto.

—Acuéstese boca abajo —instruyó.

—Oooh, ¿esto va a ser pervertido? —preguntó con esperanza.

—¿Estabas a punto de quedarte dormido hace dos segundos, y ahora


estás lo suficientemente despierto para tontear?

—Siempre estoy dispuesto a tontear.

—Siento decepcionarte, pero voy a darte un masaje en los hombros.

—Eso es lo opuesto a decepcionante.

El castaño se puso a horcajadas sobre el trasero de Rebel y empezó a


trabajar los músculos de su hombro con las manos. Jungkook dejó salir un
profundo gemido de placer mientras el chico seguía trabajando un
complicado nudo detrás de su omóplato.

—Mantén esos ruidos altos y esto podría volverse perverso después de


todo.

—Haz lo que quieras conmigo, pero no dejes de frotar —El pelinegro gimió
en la almohada.

—Oye, ¿sabes qué se sentiría aún mejor en tus músculos? Un baño


caliente.

—Sólo si hay suficiente espacio para los dos ahí dentro.

Taehyung se bajó de la cama y revisó el baño.

—Definitivamente hay espacio para los dos —llamó.

En menos de un segundo, los brazos de Jungkook rodeaban su cintura por


detrás.

—Yo pongo el agua, tú desnúdate.

El castaño se desnudó, dejando su ropa en una pila justo afuera del baño.
Y tan pronto como la bañera se llenaba de agua caliente y un chorrito de
algo que hizo burbujas con aroma floral, se adentró a ella y abrió las
piernas para que el azabache se sentara frente a él. Un escalofrío de
placer se cernió sobre Taehyung mientras la piel de los dos resbalaba y se
deslizaban una contra la otra.

El menor reanudó el masaje de hombros, y no se molestó en ocultar la


forma en que los sonidos de placer de Jeon le afectaban.

Después de unos minutos, Rebel se derritió contra él, haciéndole difícil


frotar sus hombros. Así que Taehyung dejó que sus brazos le rodearan la
cintura, y que sus dedos subieran y bajaran por su pecho y estómago
delineando cada centímetro de los músculos duros bajo su toque. El
castaño lamió unas gotitas de agua en el cuello de Jungkook, y un
profundo estruendo de satisfacción vino de lo profundo del pecho del
azabache.

Kim deslizó su mano más abajo y encontró su gruesa erección esperando


por atención. Lo provocó un poco, arrastrando el dedo índice desde la
punta de su polla hasta sus bolas y luego acunándolas en su mano.

Jungkook aspiró mientras el menor acariciaba sus testículos en la palma


de su mano, sin ninguna prisa por acabar con él. Estaba más contento de
jugar y disfrutar del cuerpo caliente y húmedo en sus brazos. Sólo tomó
unos minutos para que un calor característico se instalara en el vientre del
pelinegro y su cuerpo empezara a temblar contra el de Taehyung. El
castaño se retiró, y Jeon liberó un gruñido frustrado.

—No te enojes, sólo estoy probando lo mucho que me enseñaste en Las


Vegas —dijo, refiriéndose a su lección de la noche anterior.

El castaño nunca había sido uno de la gratificación retrasada, pero tenía


que admitir que Jungkook tenía razón acerca de cuan más duro podía
correrse si lo aguantaba un poco primero. Cuando sintió al azabache
relajarse un poco, su orgasmo ya no estaba justo al borde, envolvió la
mano alrededor de la base de su polla y le dio una caricia lenta por toda su
extensión. Taehyung repitió el movimiento sin prisa hasta que Rebel se
retorcía contra su mano, su nombre cayendo una y otra vez de los labios
del chico en partes iguales suplicando y maldiciendo.

—¿Quieres correrte? —preguntó con voz provocadora, y Jungkook gruñó


en respuesta flexionando las caderas.

Taehyung apretó el puño y tiró más rápido mientras estiraba la otra mano
para jugar con sus bolas.

—Joder, Tae, tan bueno.

La cabeza del pelinegro se cayó contra el hombro del menor, dándole


acceso perfecto al punto de pulso en su cuello. Kim mordió, no lo
suficientemente fuerte como para dejar una marca, pero lo suficientemente
fuerte como para hacer gritar al mayor. Su polla pulsaba en las manos del
castaño. Jungkook se estremeció y finalmente se corrió con un suspiro
lleno de profunda satisfacción.

Taehyung besó la piel rojiza de su cuello donde sus dientes lo habían


magullado un poco antes.

—No sé tú, pero yo estoy listo para perder la puta conciencia —declaró el
menor.

—Mmmm, vamos a la cama —concordó Rebel.

Salieron de la bañera y se quitaron la toalla antes de arrastrarse juntos


entre las sábanas. La noche anterior, Taehyung estaba demasiado
cansado como para pensar en compartir la cama con el azabache. Pero
tan pronto como se acostaron, Jungkook rodó hacia él y le abrazó. Todo el
cuerpo del castaño se tensó.

—Lo siento —dijo el pelinegro, inmediatamente retrocediendo y


haciéndose a un lado para darle un poco de espacio para respirar.

—Lo siento, no soy mucho de acurrucarme —se disculpó.

—Está bien, bebé —Jeon presionó un beso rápido en su mejilla y luego


retrocedió de nuevo—. Descansa un poco. Tienes un clan de locos que
enfrentar mañana, y vas a necesitar tu fuerza.

Taehyung se paró frente al espejo abotonando su camisa y luego trató en


vano de suavizar cada arruga.

—Relájate, bebé —Jungkook apareció detrás de él y le dio un beso rápido


en la nuca.

El de piel canela se estremeció ante la intimidad del gesto, y su corazón


comenzó a latir erráticamente.

—Estoy relajado —argumentó.

—No, no lo estás. Pero está bien, porque es lindo que estés tan nervioso.

Rebel puso una mano en su hombro y le giró para encararlo. Le tocó el


cuello, le arregló unos mechones de cabello rebelde, y luego le sonrió. Y el
ya estruendoso corazón del castaño apenas podía soportarlo. Eso era
demasiado. Era demasiado arriesgado.

—Gracias —dijo, aclarando su garganta y dando un paso atrás.

La cara de Jungkook cayó por un segundo antes de que se recuperara con


una sonrisa forzada—. Ni lo menciones; para eso están los amigos. Ahora,
pongámonos en marcha, así no nos perderemos toda la diversión.

Viajaron en silencio hasta la casa de sus padres, y cuando llegaron allí, al


menor le sorprendió ver cuántos autos se alineaban en la calle.

—No bromeabas acerca de que esto era algo grande.

—Mis padres no hacen nada a medias.

Taehyung respiró profundo, ambos salieron del coche y se dirigieron a la


puerta principal.

Dentro, era un borrón de apretones de manos y abrazos de familiares


demasiado entusiastas que no se daban cuenta de que ni siquiera sabían
quién era. Pero era cálido y feliz de una manera que nunca antes
Taehyung había experimentado. Y era imposible no perderse un poco en
el momento.
Era tan malditamente guapo.

Jungkook sabía que había bebido demasiado, también por la altitud, así
que sin duda, estaba nublando su juicio. Y estaba cansado y caliente como
la mierda, así que probablemente eso tampoco ayudaba.

Pero maldición, solo podía mirar a Taehyung. Mirar a ese chico perfecto,
haciendo que su estómago se revolviera y sus manos se humedecieran. El
castaño estaba bailando con su prima Sarah en el solárium, que se había
transformado en una pista de baile improvisada para la ocasión, y estaba
siendo el caballero perfecto para la nerviosa chica de catorce años que
sabía que él era gay, pero que de todos modos pensaba que era súper
caliente.

Jeon no podía culparla. La camisa azul que llevaba puesta el menor hacía
que resaltaran su mirada. Cada vez que reía, tenía esas arruguitas
alrededor de sus ojos que eran tan lindas, y ni hablar de su sonrisa
particularmente geométrica, Jungkook tenía que suspirar un poco siempre
que lo observaba. Su cuerpo estaba perfectamente delineado en la camisa
apretada, y el azabache no podía quitar los ojos de su trasero y brazos
mientras hacía girar a Sarah. Taehyung no sabía bailar una mierda, pero lo
estaba intentando por ella, y maldición si eso no lo hacía aún más
adorable.

¿Qué demonios le estaba haciendo? Eso era más que sólo la bebida y la
altitud y estar cansado del viaje por carretera.

—Lo tienes mal, hermano mío —dijo Dahyun, dejándose caer en una silla
a su lado.
Con esfuerzo, quitó los ojos de la obra de arte en la pista de baile—. ¿Qué
quieres decir?

—Tu Tae. Estás ido por él.

Jungkook resopló—. No es mío en absoluto, y no vamos en serio. Te lo


dije, sólo somos amigos.

—Los amigos no se miran el uno al otro como tú lo miraste ahora. O la


forma en que él te mira cuando no lo estás observando.

Toda su bravuconería se le escapó, y suspiró mientras se recostaba en la


silla—. No sé qué siento por él. Nunca me he sentido así. Es
desconcertante.

Dahyun sonrió y puso su brazo en el hombro de su hermano—. Lo sé,


Kukencio.

El pelinegro sonrió por el uso de su apodo—. ¿Era así para ti cuando


conociste a Doug?

—Dios, no. Me aburrió durante los primeros meses que lo conocí. Pero
después de un tiempo, me di cuenta de que me gustaba esa sensación.

—¿Te gusta aburrirte? —Frunció el ceño.

—Amo a mamá y a papá, pero no son exactamente normales, sin


ofenderlos. La forma en que nos criaron fue perfecta en muchos sentidos,
pero después de toda la mudanza que hacíamos y el cambio constante,
ansiaba desesperadamente la estabilidad. Doug es eso para mí. Es
predecible, seguro, confiable, y lo que al principio me pareció aburrido
ahora es exactamente lo que necesito.

—Yo no soy así —dijo, todavía frunciendo el ceño mientras trataba de


procesar lo que eso significaba para él. ¿Quería aburrirse? Diablos, no.
—Lo sé, Kukencio. Te pareces más a mamá de lo que crees. Como ella,
eres un espíritu libre y te importa un carajo lo que piensen los demás.

—Nunca lo hice. Hasta... —Tragó, su garganta de repente estaba


obstruida—. No es fácil, ya sabes, con mi trabajo. Tae es súper genial al
respecto. Era un fan, en realidad, antes de que nos conociéramos en la
vida real. Nunca me ha pedido que renuncie o que considere hacer otra
cosa.

Dahyun arrugó su nariz mientras trataba de seguir su razonamiento—. Eso


es bueno, aun así, haces que suene como... Oh, Dios. Quieres que te lo
pida.

—Es estúpido, ¿verdad? Pero si realmente yo le gustara, ¿no me pediría


que deje de hacer porno?

Ella le sacudió la cabeza, sus ojos eran suaves y amables—. Cariño, está
condenado si lo hace y condenado si no lo hace. Si te pide que renuncies,
siempre será él quien te retenga de alguna manera. Y si no lo hace, te
preguntas si le importa lo suficiente. No puedes pedirle que asuma esa
responsabilidad. Si dejas el porno o no, debería ser tu decisión, no la de él.

—Ni siquiera sé si él quiere que lo haga. Le tiene fobia al compromiso.


Cada vez que insinúo que somos más, se resiste.

Su hermana sonrió—. ¿Incluso peor que tú? No creí que eso fuera posible.

—Bueno, créeme. Tengo que caminar sobre cáscaras de huevo aquí,


porque si me muevo demasiado rápido, él saldrá de este lugar más rápido
de lo que puedes decir Usain Bolt.

—¿Qué quieres, cariño? ¿Quieres renunciar?

De repente, había lágrimas en sus ojos que no podía explicar—. Creo que
sí, pero me encanta trabajar allí. No por el sexo, aunque me gusta esa
parte, pero los chicos, son como una familia, ¿sabes? Odiaría perderme
eso.

Dahyun le acercó y Jungkook puso la cabeza sobre su hombro—. ¿No hay


algo más que puedas hacer por los Ballsy Boys además de ser actor? ¿No
necesita tu jefe una mano derecha o algo así?

La necesitaba, en realidad, y ya lo era. Con toda honestidad, había estado


haciendo menos grabaciones que antes, y Bear le había estado usando
más y más para otras cosas. Todavía se dedicaba a los novatos, pero
también le tenía asesorando con respecto a ideas para rodajes,
ayudándole mientras filmaba y entrenando a los nuevos chicos a través de
sus rodajes. No pagaba tanto como las grabaciones en términos de pago
por hora, pero hacía más horas, así que sumaba casi la misma cantidad.

Además, realmente lo disfrutaba, tal vez tanto como estar en rodajes. Era
creativo, y le encantaba que Bear escuchara sus sugerencias y que le
tomara en serio. Como esa idea que tuvo para el rodaje con Heart y
Brewer, introduciendo a Tank, a Bear le encantó lo que se le ocurrió y le
dio un porcentaje de las ganancias de ese vídeo.

Una idea burbujeó en su cabeza. El estudio iba muy bien y su jefe estaba
cada vez más ocupado. ¿Y si le proponía que quería ser su mano derecha
de verdad? Como, ¿tiempo completo? Ciertamente había suficiente
trabajo, y el estudio definitivamente se beneficiaría si Bear pudiera
concentrarse en lo que mejor sabía hacer. ¿Estaría abierto a eso?

Una ola de emoción le atravesó y sonrió. Tenía algo ahí. Si Bear decía que
sí, eso podría significar que Taehyung y él... estaba indeciso de terminar
ese pensamiento. Incluso si dejaba de filmar porno por su propia decisión,
eso no significaba que el castaño le quisiera. Había sido bastante claro
sobre no querer una relación. Diablos, tuvo que sobornarlo con sexo para
que viniera hasta ahí.
Su sonrisa se ensanchó. Tal vez esa fuera su mejor estrategia. Persuadiría
a Taehyung con gran sexo hasta que el chico se diera cuenta de que le
gustaba tanto como a Jungkook le gustaba él.
La canción terminó, Sarah se sonrojó y tartamudeó un "gracias" apenas
audible para Taehyung.

—Fue un placer —le aseguró el castaño. Ella parecía una niña dulce.

Toda la familia de Rebel era realmente genial, en realidad. Era raro como
el infierno de una manera agradable. El calor y el amor que llenaban la
casa le estaban causando un extraño dolor en el pecho. Y cada vez que
miraba al pelinegro, aparentemente en medio de una conversación seria
con su hermana, el dolor se hacía más profundo, más pleno.

Tragó contra el bulto grueso de su garganta. Tenía el inexplicable impulso


de acercarse a Jungkook y deslizar su mano en la suya. Pero, ¿por qué
demonios haría eso? Tomarse de la mano con alguien no era algo que
hubiera querido hacer nunca. Se burlaba mentalmente de la gente que se
tomaba de las manos. ¿No sabían que estaban en camino hacia la
angustia? Nadie se quedaba para siempre. Si había algo que la vida le
había enseñado, era eso.

No, no necesitaba tomar la mano de él. Necesitaba disfrutar todo el sexo


caliente y divertirse mientras durase.

—Tae, ¿te importaría darme una mano rápida en la cocina? —la mamá de
Rebel, Sohee, le preguntó, tocando suavemente su hombro.

—Por supuesto.

—Así que, tú y Jungkook parecen cercanos —comentó la mujer una vez


que estaban en la cocina.
El castaño se tambaleó por un segundo, tratando de pensar en cómo
responder cuando ella se volvió hacia el refrigerador y comenzó a sacar
algunas bandejas de postres. ¿Qué significaba "cerca"? ¿Eso iba a ser un
discurso de no lastimar a mi hijo? ¿Era el discurso de cuándo es la boda?
¿O sólo estaba conversando?

—¿Supongo? —finalmente respondió con obvia incertidumbre en su tono.

—Relájate, no estoy tratando de interrogarte —le aseguró riendo—. Kook


es un buen chico. Siempre fue un buen chico. No me malinterpretes, él fue
un mocoso malcriado cuando fue joven. Pero siempre fue cariñoso y
generoso. Sé que también se ha convertido en un buen hombre. Me gusta
ver la sonrisa en su cara cuando te mira. Y me gusta que parezca que lo
aceptas por lo que es y por lo que hace.

Sus palabras golpearon el dolor en el pecho de Taehyung, intensificándolo.


¿Qué era eso?

—No me importa a qué se dedica Jungkook. Y es un hombre muy bueno


—concordó.

Sin avisar, los brazos de la mujer le envolvieron, y se congeló. Era una


estupidez, pero cuando era pequeño y rebotaba en las casas de acogida,
siempre se había preguntado qué se sentía ser abrazado por una madre.
Parecía que iba a ser tan cálido y reconfortante. A veces, cerraba los ojos
con fuerza y trataba de imaginarlo, trataba de conjurar cuál podría ser la
sensación. Nunca se había acercado a lo que sintió en ese instante al
tener a Sohee abrazándole fuerte. Podía sentir el amor que tenía por
Rebel saliendo de ella. Lo amaba tanto que casi podía creer que se
preocupa por él por extensión.

Cuando la mujer le soltó, había un ardor detrás de los ojos de Taehyung y


un nudo aún más grande que el anterior en su garganta. Sabía que venir
ahí con el pelinegro sería peligroso. Le hacía anhelar las cosas que
aprendió de niño no eran para él.
La mamá de Jeon le dio dos de las bandejas de comida e inclinó la cabeza
hacia la sala de estar. El castaño forzó a sus emociones bajo control y la
siguió.

—¿Estás bien? —preguntó Rebel después de que hubiese puesto los


postres donde Sohee le señaló.

—Por supuesto —mintió.

Jungkook lo miró con los ojos entrecerrados y luego tomó su brazo


guiándolo hacia las escaleras. Lo llevó a un dormitorio justo en la cima de
los escalones que sin duda le pertenecía cuando era niño. Había algunos
trofeos deportivos polvorientos en un estante y carteles en la pared. Sus
padres habían mantenido su habitación como él la dejó. Otra ola de
emoción invadió a Taehyung.

—Puedo decir que estás enloqueciendo; ¿qué está pasando? —preguntó


el azabache de nuevo ahora que estaban solos.

—Esto es demasiado, eso es todo.

Las cejas de Rebel se fruncieron—. ¿Quieres irte? Podemos volver al hotel


si quieres.

—No, vinimos por el aniversario de tus padres. No nos lo vamos a perder.


Te dije en el camino hacia aquí que no necesito ser mimado —se quejó—.
Soy bueno estando solo. Un día, te habrás ido, y seré sólo yo de nuevo, y
estaré jodidamente bien.

El castaño hizo una mueca mientras las palabras salían de sus labios.
Eran demasiado duras, pero también eran como un escudo, protegiendo
su corazón de Jungkook.

Sin dejarse intimidar por el arrebato del menor, el pelinegro lo abrazó y lo


empujó contra él. El de piel canela podía sentir su cuerpo vibrar ante el
toque del contrario, demasiadas emociones le abrumaban a la vez hasta
que comenzaron a derramarse como lágrimas frustradas.

—Ya no estás solo. Somos amigos, y no voy a ir a ninguna parte.

—Sí, lo harás —argumentó, disgustado por el instinto de esperanza que


las palabras de Jeon causaban en la boca de su estómago—. Te irás
como todo el mundo.

Taehyung intentó alejarlo, pero el azabache se aferró más fuerte a él.

—Sé que no voy a convencerte de que no voy a ir a ninguna parte, así que
supongo que tendré que mostrártelo. Y, mientras tanto, podemos seguir
haciendo lo que mejor sabemos hacer.

Rebel inclinó la barbilla del castaño hacia arriba para que su rostro ya no
estuviese enterrado contra su cuello, y sus labios suaves devoraron los de
Taehyung con una desesperación hambrienta.

Aliviado de estar de vuelta en una posición familiar, el menor separó sus


labios y enredó sus dedos en el cabello de Jeon, besándolo de vuelta con
urgencia. Jungkook gimió contra sus belfos y presionó su dura longitud
contra la suya.

—¿Deberíamos estar haciendo esto en tu habitación de la infancia?

—¿Crees que nunca he tonteado aquí? Tuve cantidad de acción en la


preparatoria, bebé.

El castaño se rió, tratando de imaginar una versión más joven de Rebel


cuando en realidad sólo era Jungkook—. ¿Ah, sí? ¿Así que no eras todo
acné y torpe? —se burló, empujándolo hacia atrás, en dirección a la cama.

—Pff, de ninguna manera, yo era un semental total. ¿Qué hay de ti? —El
pelinegro se sentó sobre el borde del colchón, le agarró de la cintura y tiró
de él hacia abajo, de forma que Taehyung quedó sentado a horcajadas en
su regazo.

—Era un solitario tímido, pero me acostaba en secreto con unos cuantos


atletas —alardeó.

—Eso suena un poco sexy —Jeon le quitó la camisa y corrió sus dedos a
lo largo de la piel acanelada del estómago de Taehyung, deteniéndose en
sus pequeños pezones y apretándolos ligeramente—. ¿Quieres jugar?

—Jungkook, tus padres están abajo. ¿Y si nos escuchan? —fingió una


protesta mientras le desabrochaba los pantalones.

—Supongo que tendremos que ser silenciosos —El azabache también


trabajó en sus pantalones, al mismo tiempo que le besaba y mordisqueaba
el cuello y las clavículas—. Te he visto mirándome en los vestuarios
después del gimnasio. Pero nadie en la escuela puede saberlo, ¿puedes
guardar un secreto?

—Soy muy bueno guardando secretos. De hecho, diría que es mi segunda


mejor habilidad, justo después de mis habilidades con la lengua.

—¿Es verdad lo que dicen? ¿Los chicos realmente la chupan mejor?

—Te lo mostraré, y puedes decidir por ti mismo.

—Muchachos, lamento interrumpir, pero vamos a cortar el pastel y Dahyun


quería dar un discurso —dijo la mamá de Rebel que estaba justo detrás de
ellos viendo el espectáculo sin inmutarse.

Jungkook se estremeció, y Taehyung reprimió una risita nerviosa.

—Vamos para allá. Y, mamá podrías tocar la puerta la próxima vez, esto
es, umm... vergonzoso —pidió sonrojado.
—No se tarden —musitó Sohee, restándole importancia a la vergüenza de
su hijo para luego salir de la habitación.

—Supongo que esto tendrá que esperar hasta más tarde —añadió el
pelinegro dándole un último beso en los labios a Taehyung.

—Mmm, lo espero con ansias.

El castaño le subió los pantalones a Rebel, y se bajó de su regazo.

Le tendió la mano al azabache para ayudarlo a levantarse, y él la tomó,


pero no la soltó inmediatamente. Un pequeño cosquilleo de reconocimiento
ante el placer del contacto inocente recorrió la espina dorsal de Taehyung.
Tiró de su mano hacia atrás rápidamente, y Rebel le dio una sonrisa de
disculpa.

—Me alegro de que se hayan podido unir a nosotros —dijo la mamá de


Jungkook con una risita cómplice cuando regresaron a la sala de estar,
donde todos se encontraban congregados esperando los discursos y el
pastel.

—Lo siento —Kim murmuró.

Dahyun se paró con una copa de champán en la mano y se enfrentó a la


sala llena de gente.

—Gracias a todos por venir hoy a celebrar el aniversario de mis padres.


Quiero decir unas palabras sobre mis padres antes de cortar el pastel. Al
crecer, pensé que eran extremadamente raros. En vez de McDonalds y
Mac y Cheese, comíamos hamburguesas de col rizada. En lugar de
vacaciones familiares a Disney World, íbamos a retiros de meditación.
Pero a pesar de toda la rareza, siempre supe que teníamos algo especial.
Podía y aún puedo ver el amor de ambos cada vez que se miran. En la
mayoría de las cosas, he querido una vida diferente a la que ustedes dos
construyeron juntos, pero en el amor, ustedes son mis modelos absolutos
—dijo la chica con un tono algo melancólico—. Tal vez no sabían que
Jungkook y yo siempre podíamos ver las pequeñas cosas que hacían para
mostrar su amor, pero cada una de ellas quedó impresa en mí, y creo que
también en mi hermano. Porque el amor no se trata de grandes gestos y
de ser perfecto, se trata de dejar lo último del jugo de naranja orgánico
porque sabes que tu esposa querrá un poco cuando se despierte, o
dejarse notas con dibujos sucios garabateados en ellas, o tomar la mano
de tu esposa cuando se entera de que tiene cáncer de mama y luego estar
junto a ella todos los días de su recuperación. Ustedes dos son la
encarnación del amor, y yo estoy tan bendecida de haber aprendido de
ustedes a cómo amar.

La mano del pelinegro se flexionó contra la de Taehyung, y el menor se dio


cuenta de que se encontraban tomados de la mano de nuevo, y no estaba
seguro de cómo o cuándo había ocurrido eso. La vista de Jungkook estaba
fija en su hermana, y había una mirada ligeramente vidriosa en sus ojos.

De pronto, el pelinegro giró la cabeza hacia su dirección como si pudiera


sentir su mirada sobre él y le dio una sonrisa ladeada. El intestino del
castaño se apretó en una mezcla de miedo y... no estaba seguro de cuál
era exactamente la otra emoción. Todo lo que sabía era que se sentía
cálido, le hacía querer estar tan cerca de Jungkook como fuese
humanamente posible, y eso intensificaba su miedo diez veces más.

El discurso de Dahyun llegó a su fin y volvió a la realidad. Sacó su mano


de la del azabache y aplaudió junto con el resto del grupo, sólo para que
pareciera que tenía una excusa válida para soltarse.

El corazón le palpitaba en los oídos. Necesitaba controlarse. Se estaba


acercando demasiado al borde, y necesitaba corregir el rumbo. Y sólo
sabía hacerlo de una manera.

—¿Cuándo podemos volver al hotel? —susurró, dejando que la sugerencia


goteara en su tono juguetón.
—Pastel y luego nos iremos.
—Desnúdate y ponte sobre tus rodillas en la cama —gruñó Taehyung
contra la boca de Rebel mientras se besaban y lamían los labios
desesperadamente.

Kim se tragó el gemido de aprobación del pelinegro, antes de que este


retrocediera para obedecer. Cuando Jeon le dio la espalda, lo detuvo con
una firme nalgada en su trasero.

—No puedo esperar a tener este apretado culo.

—Yo también, bebé. No tienes ni idea.

El castaño dio un paso atrás y se quitó la camisa por encima de la cabeza,


manteniendo los ojos en azabache mientras él se quitaba la ropa.

No se acostumbraba a lo perfecto que lucía. Es decir, era una estrella


porno, así que por supuesto que estaba completamente dotado. Pero,
perfecta polla aparte, su cuerpo era todo lo que Taehyung se imaginaría si
le pidieran que describiera a su hombre ideal. Jungkook estaba en forma,
sus músculos no eran exagerados, su piel blanca era toda una obra de
arte adornada con pequeños lunares por todos lados, sus muslos eran
increíblemente fuertes. Kim adoraba la sensación de su propio cuerpo
desnudo rozando contra el del pelinegro, y necesitaba sentirlo otra vez en
ese preciso instante.

No prestó atención a dónde cayó su ropa cuando se deshizo de ella. Y


Rebel parecía sentirse de la misma manera cuando lanzó sus pantalones
al piso y mandó a volar su ropa interior por encima de su hombro.
El azabache no perdió el tiempo y se puso de rodillas sobre la cama,
apoyando las manos contra el colchón y arqueando la espalda.

Taehyung envolvió su mano alrededor de su polla y le dio unos cuantos


tirones perezosos, recogiendo el pre-semen que goteaba con su pulgar. Se
relamió los labios mientras se colocaba detrás de Jeon, incapaz de apartar
la vista de su redondo y poderoso trasero. Sabía exactamente cómo se
veía cuando era follado. Pero, no sabía cómo se sentía su interior, y no
podía esperar para averiguarlo.

Separó las nalgas del pelinegro con una mano y levantó su resbaladizo
pulgar hacia su apretado pliegue. Jungkook abrió las piernas un poco más
y se inclinó hacia adelante.

El agujero de Rebel se relajó fácilmente bajo los pequeños círculos que


hacía con el pulgar. La pequeña cantidad de pre-semen que el castaño
usó se secó rápidamente, así que escupió en la grieta de su trasero y
esparció su saliva con los dedos. Jeon gimió ante su toque.

—Dios, eres jodidamente sucio; me encanta —gruñó, mientras Taehyung


usaba la nueva humedad para trabajar dos dedos dentro.

—Sé que sí.

El de piel canela se inclinó y pasó su lengua por la columna vertebral de


Rebel mientras lo preparaba con sus dedos. Las manos de Jungkook
agarraron en puños las sábanas, y su aliento salió entrecortado.

—Eres muy sexy —El castaño le mordisqueó la nuca y el contrario gimió—


. ¿Estás listo para mí?

—Joder, sí.

El menor sacó sus dedos y buscó en su bolsa para agarrar unos condones
y lubricante. La saliva podía ser suficiente para follar con los dedos, pero
no iba a tratar de entrar en él sin lubricante. Se colocó el preservativo y
luego tomó una generosa cantidad del aceite en su mano y lo esparció
sobre su miembro. Distribuyó lo que quedaba alrededor del agujero de
Jungkook y limpió su mano en el borde de la sábana.

Rebel gimió mientras se alineaba y presionaba lentamente hacia adentro.


Había poca resistencia mientras el pelinegro se relajaba expertamente
para tomarlo. Sus suaves músculos internos le recibieron calientes y
apretados al rededor de su polla.

Los dedos de Taehyung se apoderaron de sus caderas, lo suficientemente


fuerte como para dejar moretones. El pensamiento de esa piel blanca
marcada envió un escalofrío a su espina dorsal y directo a su entrepierna
mientras se imaginaba a miles de espectadores viendo un vídeo de Rebel
y notando manchas moradas en forma de dedos en su cintura y muslos,
preguntándose de dónde las había sacado. Kim podía imaginarse a sí
mismo viendo el vídeo y tratando de no correrse demasiado rápido,
recordando ese momento, embistiendo a Jeon por detrás mientras gemía y
le suplicaba que se lo diera más fuerte.

Taehyung se inclinó sobre Jungkook y le chupó el cuello, desesperado por


dejar marcas por todas partes mientras sus caderas se movían hacia
adelante y se arrastraban una y otra vez.

—Tae, ungh, joder —divagó combinaciones aleatorias de palabras y


súplicas mientras se encontraba con cada uno de sus empujes—. Más
fuerte, más fuerte, por favor.

El castaño envolvió su mano alrededor de la garganta del azabache por


detrás, sin obstruir sus vías respiratorias, pero lo suficientemente fuerte
como para sentir la vibración de cada palabra y el jadeo que escapaba de
los labios del chico. Y luego lo folló más fuerte, hasta que se derrumbó
sobre la cama. Lo siguió, cayendo encima de él, pero haciendo todo lo
posible para no perderse nada.
—Tan bien, Jungkook, te sientes tan bien —No se dio cuenta de su error
hasta que las palabras salieron de sus labios, pero no parecía que le diera
a Rebel ninguna pausa mientras gritaba, frotándose contra la cama a la
vez que Taehyung golpeaba ese esponjoso lugar de placer dentro de él.

El trasero de Jungkook se apretó tan fuerte alrededor de él que su visión


se nubló por un segundo mientras perdía el aliento. Kim se agarró a sus
firmes y cinceladas nalgas por apoyo y empujó profundamente,
corriéndose con un ronco gemido. Cuando sus piernas temblaron
demasiado como para sostenerse más tiempo, se derrumbó encima del
azabache, que parecía tan agotado como él.

—Puta mierda, eres un maldito dios —murmuró el pelinegro en un tono


cansado y saciado.

Orgullo se hinchó en el pecho del castaño, junto con otra emoción que no
podía nombrar. Se alejó de Jungkook para poder acostarse a su lado sin
aplastarlo.

—Bueno, mira las herramientas con las que tuve que trabajar —señaló,
dándole a su trasero una sonora nalgada, mientras los dos sonreían.
Jungkook esperó hasta que Bear terminara de agradecerle a Brewer y
Pixie por su actuación estelar en el rodaje que acababan de filmar. El
pelinegro había visto la escena y podía decir que sería una muy popular.

Ballsy ya tenía cientos de solicitudes para ver más de Pixie, unas cuantas
demandando que Tank lo follara. Jeon podía adivinar por qué, la diferencia
en sus personalidades y tipos de cuerpo hacía un interesante contraste.
Además, Tank era un dominante tan obvio y Pixie un sumiso tan completo
que también cumplía ese estereotipo. Sin embargo, hasta el momento,
Bear había estado reacio a poner a esos dos juntos.

Se notaba que Brewer lo había pasado muy bien. Abrazó a Pixie, luego le
dio una nalgada juguetonamente antes de dirigirse al vestuario para tomar
una ducha y vestirse. Era gracioso, pero tan pronto como se fue, Pixie se
transformó en el chico tímido que era cuando el azabache lo conoció. Miró
a Bear bajo sus pestañas, retorciéndose las manos. Era casi como si
tuviera que luchar contra el impulso de cubrirse, lo que no tenía sentido
porque todos lo habían visto encantados.

El chico le dio a su jefe un despido incómodo mientras casi corría a los


vestuarios, y Bear seguía mirándolo hasta que se perdió de vista,
frunciendo el ceño.

—¿Algo está mal? —preguntó Jeon, acercándose.

Su jefe se sobresaltó como si lo hubiese electrocutado, luego giró la


cabeza hacia el pelinegro—. No lo sé —miró hacia los vestidores, luego
hacia él nuevamente—. ¿Crees que a Pixie le gusta?
—¿Trabajar para nosotros? Para Ballsy Boys, quiero decir —rápidamente
dijo para cubrir su error—. Creo que sí. Le encanta ser follado, eso está
claro.

—Sí —concordó Bear, con los ojos una vez más dirigiéndose hacia los
vestuarios—. Cada vez que trato de hacer una pequeña charla, se queda
callado.

—Es tímido —declaró—. Y todavía no creo que esté completamente


acostumbrado a estar desnudo alrededor de nosotros.

Bear pareció darse una sacudida mental—. De todos modos, dijiste que
querías hablar conmigo. ¿Qué pasa, muchacho?

Jungkook hizo un gesto señalando hacia su oficina—. ¿Podemos hablar en


privado?

El hombre frunció el ceño—. No me va a gustar esta conversación,


¿verdad?

El estómago del pelinegro se apretó mientras lo seguía a su oficina. ¿Qué


pasaría si su jefe no creí que fuese lo suficientemente bueno para eso?

Bear le señaló para que tomara asiento, y Jungkook se dejó caer en una
de las sillas antes de darse cuenta. La mayoría de las veces, el hombre
era bastante relajado, pero tenía ese borde dominante que aparecía cada
tanto que hacía que todos quisieran obedecer.

—Háblame, Rebel —dijo, su tono serio, pero amable.

—Quiero renunciar —soltó, comenzando de la manera incorrecta—.


Espera, no, eso no es lo que quise decir —suspiró, frustrado consigo
mismo por joder todo, a pesar de que había ensayado exactamente lo que
quería decir. Bear todavía esperaba pacientemente a que pusiera su
cerebro en el engranaje correcto—. Me encanta trabajar para ti, para
Ballsy Boys. Estoy orgulloso de lo que hacemos aquí. Al mismo tiempo,
creo que es hora de seguir adelante. Esperaba que estuvieras interesado
en tomarme como asistente. Tiempo completo. O al menos, suficientes
horas para poder dejar de filmar.

La cara de Bear se abrió en una sonrisa—. ¿Eso es? Puta madre, Rebel,
pensé que ibas a decirme que te cambiarías a otro estudio. Eso hubiera
roto mi puto corazón.

—Nunca haría eso. Este es mi... me encanta trabajar aquí, Bear. Lo sabes.
Estos muchachos, son mis amigos. Más como, familia. No quiero irme,
pero yo... —suspiró—. Conocí a alguien. Él es... es especial para mí, y
tengo que ponerlo primero.

—¿Él te lo pidió? —preguntó su jefe.

El pelinegro negó con la cabeza—. No. Ni siquiera lo discutimos. Sabe lo


que hago, obviamente, pero nunca me pidió que renunciara. Pero quiero
hacerlo.

La sonrisa de Bear ahora era mucho más suave, casi paternal—. Estás
enamorado.

El corazón de Jungkook se saltó un latido. ¿Lo estaba? Era todo tan


jodidamente confuso y complicado, y lo más importante era que sabía que
Taehyung no querría escucharlo. Si incluso mencionaba la palabra "amor",
se asustaría por completo o correría hacia las colinas. O tal vez ambos.

Jeon suspiró.

—Es complicado.

—Siempre lo es, muchacho. Es por eso que hay millones de canciones e


innumerables libros y películas. El amor es complicado.
Antes de darse cuenta, se encontraba preguntando—. ¿Has estado
enamorado?

Los ojos de Bear se entristecieron—. Una vez. Él... —Hizo una pausa, sus
ojos se entristecieron aún más—. Se enfermó y falleció. Pero eso fue años
atrás.

—¿Lo harías de nuevo, sabiendo lo que sabes ahora? —Era una pregunta
terriblemente personal, pero a Bear no parecía importarle.

—Honestamente, no sé. Por mí, probablemente. Lo amé con todo mi


corazón, y no hubiera querido perderme nuestro tiempo juntos, por breve
que fuera. Pero no se lo desearía a mi peor enemigo, tener que ver morir a
alguien que amas. Es el sentimiento más horrible e indefenso, porque todo
lo que puedes hacer es mirar.

Se quedaron sentados allí por unos momentos, pero el silencio era


extrañamente reconfortante.

—¿Crees que hay un lugar para mí como tu asistente? —finalmente el


azabache volvió al tema sobre el que quería hablar con él—. ¿O crees que
no estoy listo? ¿O me falta el talento?

Odiaba sonar tan vacilante e inseguro, pero necesitaba que él fuera


honesto. Si no tenía nada que hacer incluso intentando eso, necesitaba
que se lo dijera directamente a la cara. Eso rompería su puto corazón,
pero al menos lo sabría.

Gentilmente, su jefe sacudió la cabeza—. Rebel, ya eres mi mano


derecha. Apenas has hecho filmes estos últimos meses, excepto con
chicos nuevos y uno con Heart. La verdad es que debería haber hablado
contigo sobre la transición a un rol más formal como asistente de director
creativo, pero simplemente he estado muy ocupado. Estamos creciendo
como locos, y te necesito de tiempo completo.
Algo cálido se instaló en su corazón, y tuvo que contener la emoción—.
¿Crees que tengo el talento para hacer esto?

—Tienes más talento para eso que yo. En serio. Tal vez yo sea mejor en el
aspecto comercial y en los detalles técnicos, al menos por ahora, pero tú
tienes una gran visión y creatividad. ¿Viste cuántas vistas obtuvimos en
ese vídeo con Campy, Heart y Tank? Explotó, hombre, y eso fue todo por
ti. Me encanta que quieras subir a bordo para esto a tiempo completo.
Considérate contratado.

El rostro de Jungkook se iluminó, y probablemente estaba irradiando luz


como un árbol de Navidad—. ¿De verdad?

Bear se inclinó y puso una mano en su hombro—. Muchacho, no es


caridad. No te estoy contratando por la bondad de mi corazón o algo así.
Mi mayor temor en estos últimos meses ha sido que una compañía rival te
arrebatara.

La boca del pelinegro cayó ligeramente abierta—. Pero... ¿Por qué nunca
dijiste nada?

El hombre le apretó el hombro antes de soltarlo y se reclinó en su silla—.


Parte de esto fue porque estaba demasiado ocupado y no hice el tiempo.
Pero parte de eso también se debía a que no quería que te sintieras
agradecido conmigo. Si te hubiera preguntado, podrías haber dicho que sí
por obligación, y quería que eligieras esto por pasión, porque era lo que
realmente querías.

¿Por qué los ojos de Jungkook se volvieron llorosos de repente?—. Esto


es lo que quiero. Me encanta Ballsy Boys, y no quiero nada más que ser
parte de eso en el futuro. Gracias por darme esta oportunidad —Su voz se
quebró de una manera embarazosa, pero Bear le sonrió.

Cuando se recompuso un poco, su jefe le preguntó:


—Entonces, ahora que estás oficialmente contratado, dime qué ideas
tienes para los filmes.

Sin dudarlo, se abrió y compartió esa loca idea que tuvo para un vídeo con
Tank y Brewer.
Jimin y Taehyung se encontraban descansando sobre la cama en el
apartamento del castaño, estaban trabajando en su juego cuando el
teléfono de Kim sonó en su mesita de noche. Como nadie le llamaba
aparte de Rebel, el sonido inmediatamente le trajo una sonrisa a la cara.

Jimin lo observó y le dio una mirada cómplice—. ¿Novio? —preguntó


mientras el menor alcanzaba su teléfono.

La nariz de Taehyung se arrugó y sacudió la cabeza rápidamente.


«¿Novio? No, joder, no»

—¿Qué pasa, semental? —saludó.

—Hola, bebé. ¿Puedo pasar por tu casa? —preguntó el pelinegro al otro


lado de la línea.

—Lo siento, ya tengo un hombre en mi cama en este momento —bromeó,


lanzándole un guiño al rubio e intentando no reírse de su rostro
horrorizado.

—Oh, ¿en serio? —preguntó Jungkook, sonando un poco decepcionado.

—Sí, pero no de la forma en que estás pensando. Mi... uh... amigo, Jimin
está aquí.

Le hizo sentir raro llamar amigo a alguien, había pasado gran parte de su
vida manteniendo a todos a una distancia mínima de cincuenta pies. Pero
no podía negar que, mientras más tiempo pasaban trabajando Jimin y él,
más se había apegado al chico como persona. Era algo asqueroso. Tal
vez necesitaba terapia.
—Aww, tienes un amigo. Me encanta eso.

—Cállate —refunfuñó—. Ahora, ¿qué pasa? ¿Es esto una llamada para
sexo o qué?

—No, tengo algunas noticias —El pelinegro sonaba nervioso, lo que de


inmediato despertó el interés del castaño.

—Pásate, Jimin y yo casi terminamos. ¿Tal vez los tres podemos ir a


buscar algo para cenar? —Entonces le asaltó una idea, así que se deslizó
fuera de la cama y caminó hacia la sala bajando la voz para que el rubio
no le escuchara—. En realidad, este pobre amigo necesita
desesperadamente algo de diversión, ¿conoces a alguien que quisieras
llevar para presentárselo?

Rebel resopló una risita atrapando su intención al instante—. Estoy seguro


de que puedo convencer a uno de los chicos. ¿Quieres encontrarte en
algún lugar? Te puedo decir mis noticias más tarde cuando estemos solos.

—Oh, sí, está bien.

Hicieron un plan para reunirse y Taehyung finalmente colgó.

—Como que eso sonaba a un novio —señaló Jimin tan pronto como
regresó a su cama.

—No, sólo un amigo con quien follo —corrigió—. ¿Estás listo para ir por
algo de comer con él? Es genial, creo que te agradará.

—¿Oh? Um, claro —El chico empujó sus lentes por el puente de su nariz.

Jimin y Taehyung terminaron su trabajo por el día y se dirigieron al bar y


grill que sugirió Rebel, a sólo unas cuadras de distancia. Dentro, el
estómago del castaño dio un vuelco extraño cuando vio a Jungkook junto a
la barra sonriendo y hablando con la cita a ciegas sorpresa de su amigo. El
pelinegro había traído a Heart, no era exactamente a quien Kim hubiera
elegido para el tímido y nerd Jimin, pero serviría. No había forma de que el
rubio no tuviera una erección por la estrella porno tatuada.

La mirada del azabache atrapó la de Taehyung, y se enderezó para


saludarlos.

—Oh, por Dios —siseó Jimin mientras agarraba a su amigo del brazo—.
¿Estás jodidamente bromeando conmigo? Pensé que estabas bromeando
sobre la cosa de la estrella porno.

—¿Por qué estaría bromeando? —preguntó—. Espera, ¿pensé que el


porno era tan sucio? ¿Cómo los reconoces? —lo desafió.

Las mejillas del chico se tiñeron de rojo brillante, y miró a su alrededor


como si estuviera tratando de encontrar una ruta de escape.

—Oh, Dios mío, soy un hombre vivo; por supuesto que veo porno.

—Si puedes mirar porno, puedes pasar el rato con estrellas porno. No
seas quisquilloso —Puso un brazo sobre su hombro y lo guió en dirección
a Rebel y Heart.

—Hola —El pelinegro se estiró por Taehyung, antes de notarlo y meter sus
manos en los bolsillos. El gesto de alguna manera puso al castaño feliz y
nervioso.

Kim presentó a Jimin, y notó el rubor en las mejillas del rubio profundizarse
cuando Heart le dio una sonrisa amistosa y extendió su mano para
estrecharla. Taehyung se mordió el interior de la mejilla para no reírse de
su incomodidad, y Rebel le lanzó un guiño como si estuviesen
compartiendo una especie de broma interna.

La camarera vino para llevarlos a una mesa, y la mano de Jungkook


encontró la parte baja de su espalda mientras se dirigían hacia el lugar que
la camarera les había señalado. Un escalofrío recorrió la columna del
castaño. Quería arrastrar al pelinegro al baño y chupar su polla. U obligarle
a salir al coche para que le follara en el asiento trasero. Demonios.

—Por cierto, después de que hayamos terminado aquí, te comeré el


trasero como postre —susurró Jeon en su oído, y el agujero de Taehyung
pulsó en apreciación.

Jimin estaba callado durante la cena, sólo hablando cuando Rebel o Heart
le hacían una pregunta. Kim empezó a sentirme un poco mal por darle una
especie de cita a ciegas sin decírselo. Quizás no estaba listo para salir
nuevamente después de su separación. O tal vez hablaba en serio cuando
dijo que no tenía sexo casual. En cualquier caso, le debía una disculpa
cuando estuviesen solos. Sin embargo, Heart parecía ser un chico genial.
Se pasaba la comida contando chistes e historias, coqueteando con el
camarero, y básicamente entreteniendo a cualquiera dentro de un radio de
tres metros de esa mesa.

Y el azabache prácticamente estaba brillando sobre cualquier noticia que


tuviera para decirle. Tendía a sonreír mucho en general, pero esa noche,
era como si la felicidad y la luz se derramaran de él. Jeon le seguía
tocando debajo de la mesa. Eran toques inocentes, un roce en la rodilla o
el antebrazo, pero le estaban poniendo tan caliente que Taehyung sentía
que estaba a punto de volverse loco.

Cuando terminaron de comer, el único objetivo del castaño era salir para
poder estar a solas con Rebel.

—No vives lejos de aquí, ¿verdad, Jimin? —verificó mientras terminaban


de pagar la cuenta y luego se dirigían hacia la puerta.

—Sólo a unas cuadras al este, no tendré problemas para llegar a casa —le
aseguró.

—Oh oye, también vivo por ahí. ¿Te importa si camino contigo? —Heart
preguntó, y el rubio parecía sorprendido.

—Um... sí... quiero decir, si vives por ahí de todos modos, realmente no
puedo detenerte —Park se rió con obvia incomodidad.

—Genial. Te veo más tarde, Rebel —dijo Heart, estrechando la mano del
pelinegro y dándole una palmadita en la espalda.

Taehyung se subió en el coche de Jungkook.

—¿Crees que hicimos un emparejamiento amoroso? —preguntó el


azabache, mirando por última vez las siluetas en retirada de los dos
chicos.

—Seré feliz con una conexión lujuriosa. El pobre Jimin lo necesita.

—Sí, Heart obviamente no carece en la sección de sexo, pero tengo la


sensación de que podría tener un amigo, así que con suerte ambos
encontrarán lo que necesitan.

—Está bien, dejemos de preocuparnos por la vida sexual de nuestros


amigos y volvamos a centrarnos en la nuestra —sugirió.

—Buen pensamiento —Rebel salió del estacionamiento, y manejó la corta


distancia hacia el apartamento del castaño.
Tan pronto como estuvieron devuelta en el apartamento de Taehyung,
Jungkook estaba sobre él con sus manos y boca. Sus dedos se
apoderaron de la cintura del castaño, haciendo círculos sobre la piel de su
estómago con los pulgares, causándole cosquillas al menor. Taehyung
inclinó su cabeza para dejar expuesto su cuello, el pelinegro no perdió
tiempo y depósito un beso suave sobre sus clavículas, seguido de una
mordidita que seguramente dejaría una marca, pasó su lengua por la piel
que comenzaba a irritarse y continuó con un camino de besos por su
cuello hasta llegar a su mandíbula y posteriormente devorarle los labios de
nuevo, forzando la lengua en su boca.

Taehyung dejó escapar un gemido obsceno. Con manos codiciosas, tomó


el botón de los pantalones de Jeon, pero Rebel le dio un manotazo y luego
lo empujó sobre la cama.

—Te lo dije, quiero mi lengua en ese trasero.

El agujero del menor se contrajo, su polla palpitaba mientras un gemido


escapaba de sus labios. Se quitó la camisa a la misma vez que Jungkook
le quitaba los pantalones. Su aliento se detuvo cuando la mirada
hambrienta del azabache recorrió su cuerpo desnudo, los ojos de Jeon
medio cerrados y su lengua recorriendo su labio inferior.

—Voltéate, bebé —dijo Rebel, y el castaño no perdió el tiempo


obedeciendo.

Se acomodó en el colchón, dobló sus brazos alrededor de una almohada y


extendió las piernas lo suficiente para que el pelinegro se arrastrara entre
ellas. Un escalofrío de anticipación recorrió su espalda cuando sintió que la
cama se hundía detrás de él.
Obviamente, ya le habían hecho esto antes. Pero desde que Rebel le
había dicho que el rimming era su cosa favorita y la manera sucia en que
lo había descrito, digamos que había estado esperando experimentarlo de
primera mano.

Las manos grandes del azabache se apoyaron en su trasero, amasando y


extendiendo sus nalgas. Se estremeció cuando el aire frío golpeó su
entrada. Su agujero se contrajo ante la sensación, y Jungkook dejó
escapar un gemido en apreciación.

Una de las manos del pelinegro desapareció, y el menor escuchó el sonido


de una succión descuidada. Segundos después, Rebel pasó un dedo
húmedo por su hendidura, rozando brevemente su agujero y haciendo que
Taehyung se estremeciera. El castaño se presionó ligeramente sobre sus
rodillas, buscando más fricción, y la palma de Jeon cayó con fuerza contra
su trasero.

—¿Sabes que tienes un fantástico culo rebotador? —comentó Rebel—.


Tiene un buen rebote. Y cuando te estoy follando... oh, es tan perfecto.

La almohadilla áspera del dedo de Jungkook trazó el anillo de Taehyung


lentamente, enloqueciéndolo. El castaño flexionó sus caderas, arrastrando
su goteante polla contra las sábanas frías. Rebel siguió acariciando su
agujero haciendo que el chico se hallara al borde de la desesperación.

—Por favor —jadeó.

Jungkook agarró sus caderas y las empujó hacia arriba hasta que estuvo
de rodillas, su cara todavía sobre la almohada. Y luego el aliento caliente
del pelinegro rozó a lo largo de su agujero, el miembro de Taehyung
pulsaba adolorido al perder la fricción de la cama.

La punta de la lengua de Rebel golpeó contra su apretado canal, y el


menor gimió en la almohada. Su piel temblaba y el calor irradiaba por todo
su vientre. Quería sentir la deliciosa polla de Jungkook estirándolo. Pero
realmente quería también que su lengua le chupara y le follara.

—Oh, por Dios, ¿sabes qué sería caliente? —balbuceó.

—¿Ah?

—Un molde de dildo de tu polla, entonces podrías follarme con él mientras


me lames.

Rebel se detuvo por un segundo y luego soltó una risita, su aliento


causándole cosquillas en sus sensibles terminaciones nerviosas.

—Eres un diablillo pervertido. Esa debe ser la razón por la que somos tan
buenos juntos.

Luego volvió a zambullirse, esta vez arrastrando todo el plano de su


lengua desde el inicio de las nalgas del castaño hasta su agujero. Lamió y
mordisqueó alrededor de su anillo, el orificio del menor se apretó,
desesperado por ser llenado. El azabache golpeó en su entrada con la
lengua otra vez, pero cuando Taehyung se encontró relajado para él,
empujó dentro.

—Puta mierda —gimió, apretando los puños alrededor de la almohada.

La lengua de Jungkook entraba y salía, comiendo su culo como si fuera su


postre favorito. Cuando su gran mano se envolvió alrededor de la polla del
castaño, Taehyung no podía respirar. El placer estaba tan cerca de la
superficie, un solo movimiento le haría añicos. Jeon gimió y lamió más
dentro de él mientras le masturbaba fuerte y rápido.

—Oh Dios, tan bueno —jadeó el menor—. Voy a... oh, joder.

Su trasero se apretó fuertemente alrededor de la lengua de Rebel.


Taehyung gritó el nombre del pelinegro una y otra vez en su almohada, y
no solo su nombre porno, también algunos Jungkook se le escaparon de
los labios sin poder evitarlo. Sus piernas temblaron cuando lo último de su
placer se agotó, y colapsó contra las sábanas.

El azabache se subió a la cama justo a su lado y tomó al castaño en sus


brazos, acomodándolo sobre su regazo. Jeon realmente amaba
acurrucarse, y si Taehyung era sincero, suponía que no lo odiaba.

—Joder, eso estuvo bien —tarareó contra el cuello de Jungkook.

Todo su cuerpo se sentía cálido y tintineante cuando el pelinegro le acercó


más. El menor suspiró de satisfacción y, distraídamente, pasó los dedos
por la piel expuesta del estómago de Rebel delineando sus músculos,
donde su camisa estaba arriba. El aroma de Jeon le rodeaba
deliciosamente mientras le hacía señas para que tomara una siesta
acurrucado contra él. Eso sacó a Taehyung de su bruma post orgasmo
como una bofetada fría.

—Oh, oye, ¿cuál es tu gran noticia por la que estabas todo entusiasmado?
—preguntó, luchando por algo para fundamentar sus emociones que eran
demasiado grandes en ese momento.

Observó como una sonrisa se extendió lentamente sobre los labios del
azabache. Su brazo se apretó alrededor del menor, y sus dedos trazaron
pequeños círculos en su cadera.

—Renuncié al porno.

—¿¡Qué!? —gritó, saliendo de su regazo y alejándose un poco para


examinarle la cara, esperando a que comenzara a reírse en cualquier
momento diciéndole "te engañé"—. Tú no dejaste el porno. Dime que estás
bromeando.

Jungkook le miró con una expresión de sorpresa, como si no entendiera su


reacción, y luego una tristeza resignada se asentó en sus ojos.
—No renuncié, pero ya no haré más escenas. Me estoy moviendo detrás
de la cámara.

El estómago del castaño se apretó, y luchó por desenredarse de las


sábanas mientras salía de la cama.

—¿Qué carajos, Rebel? O... joder... ¿ya no eres Rebel? ¿Ahora tengo que
llamarte Jungkook? —preguntó mientras caminaba por el pie de la cama
en toda su gloria desnuda. Estaba seguro de que ahora se veía loco, pero
se sentía un poco loco, así que suponía que encajaba.

—Me has llamado Jungkook antes —murmuró en voz baja.

Taehyung se detuvo en seco y giró para enfrentar al pelinegro—. ¿De eso


se trata? —El corazón le latía salvajemente en el pecho, como un pájaro
en una jaula demasiado pequeña—. ¿Esto es una especie de gesto?
Estuvimos de acuerdo en que esto no era serio. La primera vez que
follamos, ambos dijimos que no estábamos buscando nada serio. Pensé
que estábamos en la misma página.

Jungkook se pasó una mano por los mechones de cabello rebelde y


sacudió su cabeza hacia él—. No creo haber dicho alguna vez que no
estaba buscando algo serio. Dije que no creía que alguna vez encontraría
a alguien que estuviera bien con mi trabajo, y que fuera capaz de ser
casual. No esperaba...

—No, no y no, ah-ah —El castaño alzó sus manos y sacudió la cabeza,
retrocediendo rápidamente—. No puedo hacer esto. Es demasiado,
simplemente... no puedo.

Taehyung agarró el primer par de pantalones y la camisa que encontró y


se los puso apresuradamente, evitando mirarlo. No podía soportar ver sus
emociones escritas por todo su rostro. Nada de esto era como se suponía
que debía ser. De todos modos, lo que el pelinegro pensara que sentía por
él no duraría. Tarde o temprano, Taehyung lo terminaría decepcionando, lo
ahuyentaría con sus problemas, estaba seguro que en algún momento
terminaría haciendo lo que sea que hacía que le volvía desagradable.

Tan pronto como estuvo vestido salió por la puerta sin mirar atrás ni
pensar en el hecho de que iba a dejar solo a Jungkook en su propio
apartamento.
Jungkook había esperado toda una semana, pero ni rastro de Taehyung.
Estaba empezando a preguntarse si iba a ser el séptimo chico en la fila de
sus relaciones fracasadas. Y en ese caso, sería aún más irónico debido a
su insistencia en que ni siquiera estaban saliendo en primer lugar.

Sólo amigos. Amigos con derechos. Folla-amigos. No sabía cuántos


términos había usado el castaño para describir lo que eran, pero ninguno
de ellos era novios ni nada parecido a una relación seria.

Después de lo poco que le explicó acerca de sus antecedentes, Jeon


entendía de dónde venía. Más o menos. Entendía que tenía un trauma
debido a que nadie le había querido, nadie se había quedado el tiempo
suficiente. El azabache no sabía nada de psicología aparte del libro
ocasional de autoayuda que leía, pero no necesitaba ser un genio para
descubrirlo.

Su pregunta era si alguna vez Taehyung lo superaría. Jungkook era un


chico bastante paciente por naturaleza, pero necesitaba saber si tenían
una oportunidad juntos. Si el menor no podía superar este miedo a ser
rechazado nuevamente, no sabía por cuánto tiempo podía seguir él
haciendo esto.

Le extrañaba. De verdad, de verdad le extrañaba. No sólo el sexo, aunque


admitiría fácilmente que su propia mano era una triste sustituta para
Taehyung, sino la amistad. La relación. Porque sabía que a pesar de todas
sus protestas, estaban en una relación. Todavía lo estaban, en lo que a
Jungkook refería. Sólo necesitaba mantener ese pequeño detalle oculto
del castaño, porque se asustaría con seguridad.
El pelinegro no estaba listo para renunciar a él por el momento. ¿Cómo
podía, cuando su corazón estaba completamente involucrado? Necesitaba
encontrar la forma de convencer a Taehyung de que lo que tenían era real,
fuera lo que fuera. El chico necesitaba sentirse seguro y sin amenazas, lo
que significaba que Jungkook debía mantener sus sentimientos suaves
bajo control.

Sexo. El sexo siempre les había funcionado, ¿verdad?

Jeon iba a hacer una llamada sexual pasada de moda, a ver cómo
respondía.

¿Debería llamarlo o enviarle un mensaje? Llamar era más conflictivo y le


daba menos tiempo para pensarlo. Eso podría significar que diría no más
rápido. Tal vez enviar un mensaje era mejor. ¿Podría tratar de... atraerlo?

En cuestión de minutos, el azabache tenía la cámara de su teléfono


configurada en un mini trípode en su habitación. Revisó la iluminación para
asegurarse de que fuera lo suficientemente liviana como para ver, pero no
tan brillante que matase la vibra sexy que estaba buscando. Sí, eso
debería funcionar.

Presionó grabar y se dejó caer hacia atrás en su cama. Su polla ya estaba


dura, arrojó un poco de lubricante en su mano y la acarició lentamente,
deleitándose con la sensación resbaladiza. Dejó que sus piernas se
abrieran, luego las empujó para que la cámara mostrara todo.

A pesar de estar completamente acostumbrado a tener sexo en cámara,


esto era un poco incómodo. Aparte de su vídeo Fleshjack, no había hecho
ningún vídeo en solitario. En el sitio de Ballsy Boys tenían chicos que
habían hecho de la masturbación un arte. Demonios, incluso tenían un
chico que era tan flexible que podía chupar su propia polla. Jungkook
debía decir que, después de ver eso, consideró seriamente tomar clases
de yoga.
Las filmaciones en solitario no eran lo suyo, suponía. Prefería jugar con un
compañero. Sin embargo, tenía que hacer que funcionara, así que
lentamente acarició su miembro y jugó con sus bolas.

—Mmmm —gimió suavemente—. Eso se siente bien. No me he


masturbado en un día, y estoy tan jodidamente caliente...

Frotó el pulgar sobre el glande de su erección, donde había brotado una


gota de pre-semen.

—¿Sabes lo que estoy imaginando en este momento? Tú, Tae. Me estoy


imaginando tus ojos azules, que se vuelven mucho más oscuros cuando te
estoy follando. Tu cabello que es todo desordenado y desaliñado después
de haberte jalado hacia mi polla. Tus brazos cuando me abrazan mientras
me follas. Te veo en mi mente cuando te desesperas, justo antes de que te
corras. Obtienes este fuego en tus ojos, esta determinación. Tan
jodidamente sexy.

Cada observación era la verdad, excepto que estaba dejando de lado tanto
al mismo tiempo. La forma en que se le revolvía el estómago cuando
Taehyung le sonreía. La forma en que se sentían sus manos cuando
exploraban su cuerpo. Lo dulce que sabían sus labios, su boca, su lengua.
Lo feliz que estaba cuando se encontraban juntos en la cama, incluso
cuando estaban durmiendo. El pelinegro tenía tanto que decir, y sin
embargo, tanto que debía contener.

Jeon abrió más las piernas, dejó que su mano izquierda bajara más, para
encontrar su agujero. Empujó con facilidad, cortesía de mucha práctica.
Otro suave gemido se escapó de sus labios mientras su cuerpo recordaba
lo bien que se había sentido tener a Taehyung penetrándolo, llenándolo.
Dios, lo extrañaba.

Con acciones lentas y deliberadas, se llevó hasta el borde, preparando su


culo hasta que estuviese estirado y listo. Luego se dio la vuelta y se colocó
en cuatro, con el trasero hacia la cámara, mirando por encima del hombro
con su característica expresión apasionada—. ¿Quieres venir? Estaré aquí
esperando... listo para tu polla.

Editó el vídeo un poco para que comenzara y terminara en el momento


preciso y se lo envió a Taehyung sin darse tiempo a reconsiderarlo. Era un
riesgo, seguro, pero sobre todo uno emocional. Una de las ventajas de ser
una estrella porno era que no le preocupaba enviar vídeos como ese.
Antes que nada, confiaba en que el castaño no lo hiciera público, pero
incluso si lo hiciera, a quién le importaba. Había cientos de vídeos suyos,
desnudo, follando, haciendo lo que fuera. Eso era suave y dócil en
comparación con lo que había hecho en otras ocasiones.

Ahora todo lo que podía hacer era esperar para ver si su cebo atraía la
atención del menor.

Cuando el chico no respondió después de quince minutos, el estómago de


Jungkook se hundió. Maldita sea, estaba tan seguro de que no podría
resistir una llamada sexual. ¿Ahora qué? El pelinegro estaba a punto de
volver a ponerse la ropa cuando sonó el timbre.

Su corazón saltó y rápidamente se puso unos shorts. ¿Era Taehyung?

Abrió la puerta de un tirón, y allí estaba, sus mejillas levemente rojas y su


cabello castaño hecho un desastre glorioso. Se miraron por unos
segundos antes de que el menor lo empujara dentro y cerrara la puerta
detrás de él.

Taehyung le miró nuevamente como si estuviera tratando de encontrar


algo en su rostro, en sus ojos. Jungkook no sabía lo que estaba buscando,
y todo lo que podía hacer era sonreír porque el castaño estaba ahí. Mordió
el anzuelo, y estaba ahí, y maldita sea, lo deseaba.

La mano derecha de Kim salió disparada y encontró el cabello de


Jungkook. Lo atrajo hacia él, no muy gentil, pero voluntariamente Jeon se
dejó arrastrar. Una mirada más, los ojos de Taehyung perforando los
suyos, y luego el menor estrelló sus bocas juntas.

Los labios del castaño estaban salados, como si recientemente hubiese


comido papas fritas, el azabache cavó en profundidad, lamiendo y
chupando hasta que había explorado cada parte de su boca. Había
extrañado ese sabor, sus labios suaves, esa lengua adictiva.

Las manos de Taehyung se deslizaron hacia la pretina de los shorts de


Jeon, luego los tiró hacia abajo. Acunó su trasero, sus grandes manos
extendiendo sus nalgas posesivamente, moldeando, frotando, pellizcando.
Jungkook gimió en su boca. La pequeña sesión que hizo para él le había
dejado increíblemente caliente, así que realmente esperaba que Taehyung
hubiese venido a follar.

La mano derecha del de piel canela se hundió entre sus nalgas,


encontrando su agujero con facilidad. El azabache todavía estaba muy
abierto y resbaladizo por el lubricante, así que el menor deslizó su dedo
dentro. Taehyung tarareó su aprobación en los labios de Jungkook,
mientras todavía le follaba la boca con la lengua.

Su otra mano se movió entre ellos para abrir sus propios pantalones. Con
movimientos rápidos dejó caer su pantalón y su bóxer. Su erección
húmeda se frotó contra la de Jungkook y los zumbidos de placer corrieron
a través de toda la columna del pelinegro.

El castaño rompió el beso, los dos estaban jadeando. Le dio la vuelta con
manos fuertes a Jeon y lo empujó hacia abajo hasta que entendió la
indirecta. El mayor puso sus manos en la pared, extendió las piernas y
arqueó la espalda para crear el ángulo perfecto. La mano de Taehyung
agarró su garganta con la presión suficiente para sentirlo, y luego entró en
él con una rápida estocada.

Jungkook gritó, tanto por placer como por sorpresa. De alguna manera,
esperaba que el chico fuera más lento, más cuidadoso, aunque le
encantaba que no lo fuera. El menor se retiró y volvió a embestir hacia
adentro, y otro gemido bajo salió de los labios del pelinegro.

Kim le follaba duro, crudo, con empujes grandes y profundos que le


obligaban a apoyarse contra la pared para proporcionar suficiente fuerza
contraria. La mano de Taehyung se quedó en su garganta, la otra se
hundió en su cadera, probablemente dejando moretones. Santo infierno,
se sentía tan bien. Tan profundo, tan cerca.

El castaño gruñía cada vez que empujaba. Jungkook inhaló


profundamente, su aroma lo envolvió. Y luego el menor cambió su posición
ligeramente, haciendo que sus movimientos golpearan su próstata, Jeon
dejó de pensar en absoluto.

Taehyung lo folló implacablemente, sin siquiera detenerse cuando el


pelinegro explotó por toda la pared, hasta que él se corrió con un fuerte
gemido. Entonces Jungkook se dio cuenta completamente de que no
estaba usando condón, porque la liberación caliente del castaño
quemando su interior era una experiencia completamente nueva.

Jeon dejó caer su cabeza sobre sus manos con los ojos cerrados,
chocando contra la pared, incapaz de soportar su peso. Su aliento salió en
respiraciones cortas mientras el semen goteaba de su trasero.

Cuando abrió los ojos y se giró débilmente, medio colgando de la pared,


fue justo a tiempo para ver a Taehyung subirse la bragueta. El castaño se
inclinó para darle un último beso húmedo, dejando una mordidita suave en
su labio inferior al separarse, y luego salió por la puerta.

Esa había sido la follada más caliente que Jungkook jamás hubiese tenido.
Y durante todo el encuentro, nunca dijeron una palabra.
Acababa de follar con Jungkook sin condón.

¿Qué carajos estaba pensando? No estaba pensando, ese era el


problema. No había estado pensando en absoluto cuando se trataba de él.
Una y otra vez, había dejado que su polla tomara las decisiones, y aunque
eso generalmente no era un problema para Taehyung, parecía meterse en
un montón de problemas en lo que concernía al pelinegro.

—Tae, espera —llamó Jungkook desde su puerta, deteniendo su avance


por el pasillo—. Trae tu culo de vuelta aquí.

Una parte de él quería pararle el dedo medio y seguir caminando. Jeon


había sido quien le atrajo hacia ahí para una follada rápida, ahora iba a
tratar de hablar de sus sentimientos o de alguna mierda otra vez. El menor
no sabía qué era lo que le hizo girar y volver a su casa, aparte del hecho
de que obviamente había perdido su mente en lo que se refería a Rebel.

Entró de vuelta en su vestíbulo y cerró la puerta detrás de él. La tensión


irradiaba entre ellos, vibrando y palpitando en el aire.

—¿Quieres fumar un poco de hierba? —preguntó el azabache, buscando


cualquier cosa para aliviar esa incomodidad sin precedentes entre los dos.

—Claro —Jungkook le señaló la sala de estar y se dirigió a la cocina, para


conseguir bebidas o refrigerios.

El castaño enrolló un porro y dio una fumada mientras lo esperaba. Y


mientras lo hacía, comenzó a pensar en lo jodidas que estaban las cosas
entre ambos. En un abrir y cerrar de ojos, esta cosa que tenían había
pasado del mejor sexo y la mayor diversión que había experimentado, a un
incómodo puto desastre...

—Jodiste todo —acusó a Jungkook cuando regresó con dos sodas.

El mayor le levantó una ceja en cuestión y extendió una mano para que le
pasara el porro.

—¿Cómo piensas que yo jodí todo? —preguntó después de dar una


fumada y devolvérselo.

—Porque todo era perfecto hasta que decidiste dejar el porno y declarar
tus sentimientos por mí o lo que sea.

—No declaré nada —respondió—. Te dije que estaba dejando el porno,


eso fue todo. Eres el que enloqueció y sacó todo fuera de proporción.

—¿Estás diciendo que no tienes sentimientos por mí, más que sólo como
amigos con derechos?

Jungkook abrió su boca y luego la cerró de nuevo, sus ojos se llenaron


silenciosamente de súplica—. No, no estoy diciendo eso —murmuró
después de varios segundos tensos.

—Esto es una completa mierda. No puedes cambiar las reglas a mitad del
juego —se quejó el castaño, su pecho casi demasiado apretado para
respirar—. Ahora has ido y arruinado lo mejor... —Se calló y negó con la
cabeza ante sus manos temblorosas y su voz tensa.

—Nada tiene que ser arruinado. ¿No puedes dar a esto una oportunidad
entre nosotros? Sé que tienes miedo...

—No sabes una mierda. ¿Qué? ¿Sólo porque te dije que estaba en un
hogar adoptivo, ahora crees que sabes toda la historia de mi vida?
—Dime entonces. Quiero saber la historia de tu vida —La voz del pelinegro
era suplicante, casi desesperada, y a Taehyung sólo le daban ganas de
gritarle.

Quería golpear algo, aunque aprendió la lección demasiadas veces de que


la violencia no era la manera correcta de hacer las cosas mejor. Apretó los
puños, deseando que el temblor se detuviera.

—No quiero decírtelo. ¿No lo entiendes? —arremetió.

Alejarse ahora para salvarlos a ambos de un corazón roto más tarde, eso
era lo mejor que podían hacer. Era mejor para los dos. Incluso si parecía
que su corazón estaba sangrando en su pecho.

—No te creo —desafió Jungkook, mirándole fijamente—. Puedes hacer


una rabieta todo lo que quieras, pero cuando hayas terminado, voy a estar
esperando aquí para que te des cuenta de que lo que tenemos es mucho
más que sólo una buena follada.

—No puedo lidiar con esto —Se paró bruscamente. Las paredes parecían
cerrarse más y más. Necesitaba salir de ahí.

—Escucha, me voy a Nueva York en dos días con todos los chicos.
Estamos nominados para un premio, y es un gran asunto. ¿Por qué no te
tomas un día para calmarte y luego vienes conmigo? Podemos explorar
New York y divertirnos como lo hicimos en Las Vegas.

—No creo que sea una buena idea.

Jungkook lucía como si Taehyung pateara a su cachorro, y eso hizo sentir


al menor como mierda de perro.

—Si cambias de opinión, la oferta sigue en pie.

—Sí, lo pensaré. Será mejor que vaya a casa.


—Sí —asintió y le siguió a la puerta de entrada para verle salir—. Por
cierto, todos los chicos del estudio y yo tomamos PrEP, así que no te
preocupes por lo del condón.

—Gracias al carajo por eso al menos —dijo con un suspiro de alivio.


Taehyung dio un paso hacia adelante para darle un beso de despedida,
pero se detuvo en el último segundo, retrocedió y se inclinó por un
incómodo asentimiento antes de retirarse por la puerta.

De vuelta en casa, el castaño se arrastró en la cama y puso las mantas


sobre su cabeza. Se había prometido a sí mismo que no se dejaría apegar
a nadie nunca más después de que Chae falleció. Y aquí estaba, medio
enamorado de un hombre precioso, aventurero y perfecto que, con el
tiempo, le rompería el corazón.

¿A quién estaba engañando? Su estúpido corazón estaba más que medio


enamorado de Jungkook.

Tal vez si se escondía ahí bajo sus cobijas, nunca tendría que enfrentar
eso, y no tendría que admitir ante el pelinegro ni ante sí mismo que no
quedaba nada de su corazón que proteger, ya que estaba totalmente en
las manos de Jungkook.

La única solución era cortar. No iba a ir a New York. No le engañarían con


otra llamada sexual. Se pondría fríamente distante. Y eventualmente, le
superaría, y Jeon le superaría a él, y ambos estarían mejor lejos.
A Jungkook no le gustaba volar. Simplemente no le gustaba estar
encerrado con demasiada locura, y en un avión, siempre había demasiado
loco. Joder, gracias a Dios que al menos Brewer y Campy habían obtenido
asientos en su misma fila, lo que significaba que estaban unos al lado del
otro, en lugar de unos tipos malolientes.

Los tres se conocían lo suficiente como para conversar un poco. Después


de que la charla terminara, Jeon escuchaba música, Campy estaba en su
teléfono, como de costumbre, jugando algún juego, y Brewer estaba
leyendo un libro del que Jungkook ni siquiera podía pronunciar el título.
¿Algo sobre bioquímica? No tenía idea de por qué quería leer algo así,
pero si eso era lo que le gustaba, le parecía bien.

Tank, Bear, y Pixie estaban a unas pocas filas detrás de ellos, también
sentados juntos. Jeon tuvo que sonreír un poco cuando miró hacia atrás
unos minutos antes, porque la visión del lindo aspecto inocente de Pixie
entre el gruñón Tank y su jefe Bear era... interesante. No es que Tank lo
estuviese pasando mal ni nada. No, no había sido más que amable con el
pequeño diablillo tímido. Se reservaba todo su malhumor para Brewer, al
parecer. Eso, por supuesto, hizo que la idea que Jungkook tuvo para una
sesión con los dos fuese aún más épica, y a Bear le encantaba. Ahora,
todo lo que tenía que hacer era convencer a esos dos de cooperar. Decir
que era un desafío era la maldita subestimación del año.

Rebel vio a Bear hacer un esfuerzo para involucrar a Pixie en una


conversación, por lo que se quitó algunas de sus preocupaciones sobre
que el chico se sintiera excluido. Le sorprendía que su jefe incluso quisiera
traerlo, pero insistió en que Pixie era ahora parte del grupo central.
También lo era Heart, pero aparentemente tenía otras obligaciones y no
podía hacer este viaje. Jungkook se preguntaba qué tenía que hacer que
fuese más importante que un viaje gratis a New York.

Justo como se preguntaba qué era más importante para Taehyung que ir
con él. Racionalmente, sabía que era demasiado, demasiado pronto para
el castaño. Era un alma herida, su chico plátano, demasiado lastimado por
la gente que lo dejó en el pasado para atreverse a entregarse a otra
persona. Lo entendía, pero joder, dolía.

Ese era un momento de orgullo para Jungkook, ganaran o no, lo quería


junto a él. Quería compartir eso con Taehyung como uno de los muchos
momentos hermosos que podrían vivir. Creía que necesitaría aún más
paciencia para esperar hasta que estuviese listo. Si es que alguna vez lo
estaría. ¿En qué momento decidió que ya no podía esperar para que el
chico comenzara a confiar en sí mismo, confiar en él y en ambos? No lo
sabía, pero incluso el pensamiento hacía que fuese difícil respirar. Nunca
pensó que estaría en esta posición, pero la idea de pasar la vida sin
Taehyung era tan dolorosa, físicamente dolía. Suponía que era por eso
que lo llamaban un corazón roto.

Jeon se quedó dormido con la música relajándolo, hasta que Campy lo


sacudió suavemente.

—Mira —dijo, señalando por la ventana. El avión se inclinó para girar, y


Manhattan se mostró en todo su esplendor. Era un día muy soleado,
aunque supuestamente frío en la ciudad, y el sol se reflejaba en los
edificios icónicos que podía identificar fácilmente. No era su primera vez
ahí, pero cada vez, esta ciudad le dejaba un poco sin aliento. Campy les
dijo a Brewer y a él que era su primera vez en New York, así que tuvieron
que prometerle que harían al menos un poco de turismo.

—Es impresionante, incluso desde el cielo —dijo Brewer, inclinándose


sobre Jungkook y Campy para echar un vistazo.

Cuando llegaron al aeropuerto se unieron a Bear, Pixie y Tank mientras se


dirigían a los carritos de equipaje. Capturaron algunas miradas curiosas,
pero los diversos disfraces sutiles que llevaban puestos hasta ahora
parecían hacer su truco. Brewer y Campy llevaban gorras de béisbol, y
Jungkook se había teñido el cabello de rubio —una verdadera rareza, y
una por la que Taehyung indudablemente perseguiría su trasero— y lo
llevaba recogido en un moño. No era su mejor aspecto, pero le hacía ver
completamente diferente. El cabello de Pixie no tenía estilo, lo que
curiosamente cambiaba por completo su apariencia. Bear era más o
menos él mismo, pero como rara vez estaba frente a la cámara, las
personas no lo reconocerán a menos que fuesen fanáticos empedernidos.

El único que no podía evitar destacarse era Tank. Su cuerpo era


demasiado alto y ancho como para perderlo, especialmente con esa
mirada oscura que siempre lucía y los tatuajes asomando por debajo de su
camisa. El hombre era demasiado intimidante para lograr un disfraz, pero
en el lado positivo, generalmente demasiado intimidante para que alguien
se le acercara, incluso para los fanáticos.

Afortunadamente, sus maletas llegaron rápidamente y un conductor los


estaba esperando con un letrero discreto. Bear aprendió por ensayo y error
que colocar "Ballsy Boys" en un cartel no era la idea más inteligente en
una gran ciudad como New York, y tampoco usaba sus nombres porno.
Tenían bastantes fanáticos, tanto hombres homosexuales y mujeres, y
después de dos incidentes donde fueron prácticamente aplastados, Bear
les dijo que usaran nombres falsos para el viaje tanto como pudieran, junto
con los disfraces antes mencionados.

El equipaje se cargó rápidamente en un pequeño autobús, y los chicos se


arrastraron dentro y buscaron un lugar para sentarse. Jungkook dejó que
Campy se sentara cerca de la ventana, para que pudiese mirar la ciudad
durante el traslado al hotel.

Tan pronto como comenzaron a conducir, Jeon revisó su teléfono en busca


de mensajes. Nada. Suspiró. ¿De verdad había esperado algo más?

Brewer suavemente golpeó su hombro con el suyo—. ¿Nada de tu chico?


Negó con la cabeza—. No. Ni siquiera estoy seguro de si todavía es mi
chico a este punto, para ser honesto.

Todo el mundo se calló, y lo que debería ser intimidante, el abrirse así, se


sintió seguro. Esos eran los hombres que le conocían mejor que nadie.
Como hermanos, si no fuera por el hecho de que los había follado a todos
y cada uno de ellos, con la excepción de Bear.

—¿Es por el porno? —preguntó Campy, alejándose de la impresionante


vista y mirando hacia él.

—No. Sorprendentemente, eso nunca ha sido un problema para él. Es la


relación en general. Ha sido herido en el pasado, y es difícil para él
comprometerse. Me parece que pedirle que viniera conmigo para esto fue
demasiado.

La mano de Brewer encontró el hombro de Jungkook y le dio un leve


apretón—. Tal vez todo lo que necesita es tiempo.

—Sí, tal vez —escuchó la incredulidad en su propia voz.

—No te des por vencido con él —le pidió Brewer—. A veces a las
personas se les ha dicho un cierto mensaje tantas veces que lo han
internalizado hasta el punto en que se ha convertido en su verdad. Se
necesita una repetición de un mensaje diferente para romper esa vieja
convicción. Sigue diciéndole y mostrándole que lo amas hasta que
empiece a creerlo.

El consejo era tan fuera de lugar para el despreocupado Brewer que Jeon
parpadeó un par de veces. Sin embargo, era perfecto, porque era
exactamente lo que sucedió con Taehyung. Lo habían dejado tantas veces
que su convicción era que él también lo dejaría en algún momento.
Necesitaba seguir mostrándole que no lo haría. No importaba cuánto
tiempo le tomara, no podía darse por vencido. Taehyung le amaba,
simplemente no podía admitirlo todavía.
Trató de sacudirse el ánimo en el que se encontraba mientras se dirigían
lentamente al hotel, que estaba justo en el centro de Manhattan, a una
manzana o dos de distancia de Times Square. La ceremonia real del día
siguiente era en otro hotel, pero las reservaciones ya estaban agotadas
cuando Bear decidió que todos irían, así que se quedaron a unas pocas
cuadras de distancia. La nariz de Campy estaba casi pegada a la ventana
cuando Brewer y Rebel trataban de señalarle puntos de referencia. Era
como un niño en una tienda de dulces, y su entusiasmo definitivamente
mejoraba el estado de ánimo del rubio.

Bear les dijo que estuviesen listos la mañana siguiente, cuando se


esperaba que llegasen a la hora del desayuno a las ocho en punto.

—Y chicos, no tomen en exceso esta noche. Mañana es un día de trabajo,


y necesito que luzcan brillantes y nítidos.

Todos asintieron en concordancia, ya que les dijo eso de antemano. Un


viaje como ese sonaba mucho más divertido de lo que realmente era. Ser
una estrella porno era un trabajo bastante duro en su mayor parte.

—¿Quién comparte con quién? —preguntó Campy.

Hmm. Jungkook nunca pensó en eso. Eran seis y tres habitaciones.

—No voy a compartir habitación con él —dijeron Tank y Brewer casi al


mismo tiempo, señalándose el uno al otro.

Bear dejó escapar un suspiro exasperado—. Los dos necesitan crecer ya


al carajo. Esto se está haciendo bastante viejo.

—Compartiré con Tank —ofreció Jeon para mantener la paz. No le


importaba, y honestamente, lo prefería a él sobre Campy y Brewer. Brewer
era un coqueteo total, y se habían enrollado en más de una ocasión.
Campy y él habían hecho docenas de sesiones juntos, y todos estaban
muy familiarizados el uno con el otro. No importaba cuál fuese la situación
actual de Taehyung, no iba a joderlo acercándose demasiado con ninguno
de los muchachos. Tank era seguro, al menos para él.

—Tomaré a Brewer —dijo rápidamente Campy.

Eso dejaba a Pixie y a Bear, y oh, joder, Rebel debería haberse dado
cuenta de que sería incómodo para el pequeño diablillo estar a solas con
el jefe. ¿Por qué no se ofreció a compartir la habitación con Bear en su
lugar? Eso hubiera estado bien para él.

Bear arrastró los pies, obviamente muy incómodo con toda la situación. No
era de extrañar; simplemente se las ingenió para compartir una habitación
con alguien a quien probablemente preferiría mantener alejado, teniendo
en cuenta cómo era un nuevo empleado y todo eso.

—Puedo... —empezó el rubio, pero Pixie le interrumpió rápidamente.

—Está bien. No me importa.

Bien entonces. Jungkook no sabía cómo interpretar el rubor que le


manchaba las mejillas, pero se inclinó por bastante incómodo. Su jefe le
lanzó a Pixie una mirada como si al chico le hubiesen brotado alas de
ángel de repente, luego se aclaró la garganta.

—Entonces eso está arreglado. Mañana los veré a todos a las ocho.
Taehyung miró por enésima vez el mensaje de texto que había recibido el
día anterior.

Rebel:
Sé que te he asustado, y lo siento por eso. Pero no lamento haber roto
nuestro acuerdo y haber desarrollado sentimientos por ti. Si cambias de
opinión sobre Nueva York, la oferta sigue en pie.

Su estómago se apretaba y un nudo crecía en su garganta cada vez que


leía las palabras. ¿Jungkook lamentaba haberle asustado? Pero no
lamentaba tener sentimientos por él. Ni siquiera sabía cómo procesar eso.
¿Qué clase de sentimientos tenía? Y seguramente la oferta para intentar
resolver las cosas debía tener una fecha de vencimiento. Si lo dejaba
durante seis meses y luego trataba de hablar de cosas, seguramente ya
habría encontrado a alguien que no fuese un caso perdido como él.

Un golpe en su puerta lo sobresaltó hasta que recordó que se suponía que


Jimin iría a su apartamento para darle los toques finales al juego móvil que
estaban desarrollando juntos. Rápidamente guardó su teléfono
bruscamente en el bolsillo de sus jeans y abrió la puerta.

—Hola.

—Hola —respondió Jimin, entrando en su apartamento con un poco más


de confianza que las últimas veces que había estado ahí. Podría tomar
algún tiempo, pero eventualmente, el chico se sentiría cómodo alrededor
de él. No sabía por qué eso le importaba, pero lo hacía. Park le parecía el
tipo de persona que no había tenido muchos amigos en la vida, y
Taehyung podía relacionarse con eso.
—Me sorprende que no fueras a New York con tu hombre —dijo Jimin
mientras se instalaban en el sofá con sus laptops y las notas repartidas a
su alrededor.

—Rebel no es mi hombre —bromeó, sus propias palabras doliendo como


un cuchillo afilado en la boca de su estómago—. ¿Y cómo sabías sobre
New York?

Un rubor recorrió el cuello de Jimin y sus mejillas—. He estado


escribiéndome con Heart un poco. Él no pudo ir a New York, y estaba
descontento por eso.

Una sonrisa torció los labios del castaño. Tan miserable como se sentía en
ese momento, estaba feliz de que Jungkook hubiese hecho la cita para
presentarle a Heart. Quién sabía, tal vez esos dos se enamorarían y
vivirían felices para siempre. Kim no sabía por qué de repente podía
pensar esas palabras sin poner los ojos en blanco, pero ahí estaba
haciéndolo.

—Creo que jodí las cosas con Rebel —admitió.

—¿Qué pasó?

—Me dijo que estaba dejando el rodaje de escenas y que a partir de ahora
sólo hará trabajo detrás de cámara, y me asusté un poco.

—¿Por qué? —La confusión en la cara de Jimin casi le hizo reír.

—Porque se sintió como una especie de gesto, y tal vez lo fue. No sé, dice
que tiene sentimientos por mí, y ni siquiera sé realmente lo que eso
significa —Le costaba explicarlo.

—Espera, déjame ver si estoy entendiendo esto. ¿Te asustaste porque


pensaste que Rebel se estaba tomando la relación más en serio que tú?
—Sí, esa es una manera más fácil de expresarlo.

—¿No tienes ningún sentimiento por él? —preguntó su amigo, inclinando


la cabeza hacia un lado.

—¿Qué significa eso? —se quejó—. ¿Cuáles son estos sentimientos a los
que todos siguen refiriéndose?

—Significa que te gusta para algo más que sexo; te gusta estar cerca de él
y te gusta como persona. Significa que puedes ver un futuro junto a él.

Oh.

—Sí, tal vez algo de eso.

El corazón del castaño se aceleraba a medida que pensaba en los últimos


meses y todo el tiempo no sexual que Rebel y él habían pasado juntos. Si
era sincero consigo mismo, había algunas perplejidades cuando pensaba
en el tiempo que pasaban viendo Netflix, hablando sobre el viaje de treinta
horas por carretera, la diversión que tuvieron en Las Vegas... y luego
cuando pensaba en cómo se sintió al ver a Jungkook con su familia...

—Creo que tengo sentimientos por él —admitió en un susurro que estaba


confesando una enfermedad—. Joder. ¿Ahora qué hago?

—Dile cómo te sientes.

—Pero fui todo un idiota. No sólo cuando me asusté con él, sino que lo he
estado alejando todo este tiempo mientras se ha estado enamorando de
mí. No lo merezco, pero si voy a tratar de arreglar las cosas, no puedo
simplemente llamarlo y decirle que quiero ser su novio o algo así.

—Ve a Nueva York —sugirió Jimin—. Puedo averiguar por Heart dónde se
están quedando, y puedes ir a decirle cómo te sientes. ¿Tal vez incluso
considerar la palabra amor?
El corazón de Taehyung saltó a su garganta—. Ya veremos sobre la última
parte.

—¿Pero irás a Nueva York?

—Sí, no creo que tenga otra opción. Necesito tener a Reb- Jungkook de
vuelta.

Jimin sacó su teléfono y presionó algunos botones—. Hola, Heart, necesito


un favor.

Después de que su amigo le proporcionara la información sobre dónde se


estaban quedando los chicos en Nueva York y dónde se celebraba la
ceremonia de premiación, Taehyung reservó el vuelo más temprano que
pudo y pasó una noche inquieta ensayando mentalmente lo que podía
decirle a Jungkook para que las cosas estuvieran bien entre ambos.

Cuando salió del avión, le temblaban las manos y sentía que estaba al
borde de un ataque de pánico masivo. ¿Qué haría si ponía todo en la frase
y luego Jeon le decía que había cambiado de opinión? ¿O qué pasaría si
había malinterpretado todo y Jungkook no le quería de la forma en que él
lo hacía? Hacerle una proposición de sexo cuando él era un extraño para
Taehyung había sido mucho más fácil que pedirle ahora que fuese su
novio.

Llamó un taxi y le dijo la dirección del hotel al que debía ir, y luego se
sentó y trató de disfrutar de las vistas de una ciudad en la que nunca había
estado. Pero todo el tiempo, lo único que podía hacer era contar los
kilómetros disolviéndose a medida que se acercaba a su hombre.
Lo único que Heart no sabía era el número de la habitación, así que
cuando llegó al hotel se detuvo en la recepción.

—Hola, se supone que debo reunirme con mis amigos, pero me olvidé de
obtener su número de habitación. ¿Sabrías en qué habitaciones se alojan
los Ballsy Boys? —preguntó con una sonrisa encantadora.

—Tendré que llamar y asegurarme de que está bien decírtelo. Han habido
algunos admiradores tratando de obtener acceso después de que
escucharon que se estaban quedando aquí.

El castaño asintió con comprensión y esperó a que llamara a sus


habitaciones. Quería que su llegada fuese una sorpresa, pero suponía que
todavía lo sería de alguna manera.

—Nadie responde —dijo el recepcionista en tono de disculpa luego de un


minuto de intentar llamar.

—Oh, mierda. ¿Qué hora es?

Sacó su teléfono y se dio cuenta de que probablemente los chicos ya


estaban en la ceremonia de premiación. Se fue de nuevo, tomando un taxi
y con la esperanza de poder encontrar a Jeon allí.

Cuando salió del taxi en el hotel donde estaban llevando a cabo la entrega
de premios, el castaño se dio cuenta de que iba a llamar la atención tan
pronto como entrara, con su ropa casual y llevando una mochila con sus
cosas en ella. Pero no le importaba. Lo único que le importaba era llegar a
Jungkook.

Adentro no era exactamente lo que esperaba, ya que las personas se


mezclaban mientras se servían los alimentos y las bebidas. Parecía más
una fiesta que una ceremonia de premiación como la que estaba
imaginando. Y, después de todo, no estaba realmente mal vestido,
teniendo en cuenta que algunas de las estrellas presentes estaban
prácticamente desnudas.

Sólo le tomó un segundo para que su mirada diera con Jungkook a través
del gran salón de baile del hotel. Se abrió paso entre la multitud, lanzando
disculpas poco entusiastas a aquellos que parecían particularmente
ofendidos. Se detuvo frente a él, y en el momento en que esos ojos negros
se encontraron con los suyos, cada palabra que practicó durante las
últimas veinticuatro horas se le escaparon de la mente, y se quedó
mirándolo boquiabierto como un completo imbécil.

—Tae, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó, su expresión pareciendo


luchar entre preocupado y feliz de verle.

—Necesitaba hablar contigo.

—Bien, hablemos —concordó.

—¿Podríamos ir a un lugar privado por un minuto?

Jungkook miró por encima de su hombro a todos sus amigos, pareciendo


darse cuenta por primera vez de que todos los ojos estaban sobre ellos.
Su mano encontró la espalda baja del castaño, y le llevó fuera de la sala
de convenciones, a un pasillo tranquilo.

—De acuerdo, hablemos —Jeon alentó tan pronto como estuvieron solos.

Taehyung respiró hondo, luchando desesperadamente por sus


pensamientos dispersos. Sabía exactamente lo que quería decir, pero
ahora estaba perdido.

—Definitivamente me van los rubios —bromeó y Jungkook sonrió—. Fui un


idiota.

—Continúa.
—He mantenido a la gente lejos durante toda mi vida, porque tenía miedo
de lastimarme. Me funcionó en su mayor parte. Pero, tenías que ir y joder
todo haciendo que me enamorara de ti. Nunca he tenido relaciones, pero
contigo, creo... creo que quiero intentarlo.

—¿Quieres ser mi novio? —preguntó el mayor con un leve toque burlón en


su voz.

—Sí, quiero. Quiero ser exclusivo y comprometido y toda esa mierda.

—Tienes tal manera con las palabras.

—Oye, no puedes burlarte de mí; soy tu novio —se quejó, acercándose a


Jungkook y colocando las manos alrededor de su cuello. Necesitaba
tocarlo. Necesitaba sentir que esto era real.

—Esa no es una regla en absoluto; puedo burlarme por completo de mi


novio —El rubio abrió los brazos y le abrazó por la cintura, y todo lo que
Taehyung pudo hacer fue derretirse contra su pecho, disfrutando de su
calor y olor distintivo.

—Te a... —Intentó decirle lo que Jimin le sugirió, pero la palabra se


atragantó en su garganta. No creía haberlo dicho en voz alta antes. Sus
padres nunca le dijeron que le amaron por lo que podía recordar—. Lo
siento, eso es difícil.

—Está bien —La mano de Jungkook recorrió su espalda suavemente—.


Vamos a llegar a eso. Y cuando estés listo para decirlo, puedo decirte que
también lo hago.

El corazón del castaño saltó en su garganta, y asintió—. Vaya, esto se


está poniendo pesado. Siento que necesitamos un rapidito o algo para
hacer esto más fácil.
—No vamos a usar el sexo para escondernos de nuestros sentimientos
ahora. Claramente lo seguiremos haciendo un montón de veces, porque el
sexo es increíble contigo, pero está bien que las cosas se pongan
pesadas. ¿Vale?

—Está bien —concordó antes de agarrar a Jeon de la nuca y atraerlo


hacia sus labios para compartir un profundo beso.

Joder, había extrañado esto. Ambos lo habían hecho.

—Rebel, siento reventar esta burbuja de amor, pero te perderás los


anuncios de los premios —dijo Brewer detrás de ellos.

Jungkook presionó algunos besos más en los labios de Taehyung antes de


soltarle y luego entrelazar sus dedos para llevarle de vuelta a la habitación
llena de gente.
«Me ama. Tae me ama»

Era todo en lo que Jungkook podía pensar cuando se abrían paso, juntos,
las manos de ambos unidas. Su corazón estaba haciendo un baile extraño
dentro de su pecho, como un baile de la divina comedia, sólo que mejor.

«Me ama»

El castaño no podía decirlo todavía, pero el hecho de que volara desde


Los Ángeles para decirle que quería estar con él ya expresaba lo
suficiente. Es decir, eso debió haberle costado una buena parte de sus
ahorros, y por lo que podía deducir, para empezar, él no tenía mucho
guardado. Era la mejor declaración de amor que podría haber soñado
recibir de él.

Las palabras vendrían, de eso estaba seguro. Tomaría tiempo, pero un


día, Taehyung tendría el valor de decirlo. Y cuando lo hiciera, Jeon estaría
listo con las suyas.

Se unieron a los otros chicos, y todos les sonrieron con felicidad, sabiendo
lo mucho que significaba para el rubio tener a Taehyung con él.

—Están acercándose a nuestra categoría —susurró Bear, y Jungkook se


concentró en lo que estaba sucediendo en el pequeño escenario que
habían establecido en el frente de ese enorme salón de baile del hotel.

Los Premios Porno anuales eran algo grande, incluso si la mayoría de las
categorías estaban dirigidas más o menos exclusivamente a pornografía
directa. El porno gay estaba creciendo rápidamente en popularidad, a
medida que las mujeres lo descubrían. Tendían a encontrarlo mucho más
atractivo que el porno heterosexual. Dah. Si Jungkook fuese una mujer
heterosexual, preferiría ver a dos chicos que a un hombre y a una mujer.
Porque suponía que las tetas realmente no eran tan interesantes si no te
atraían las mujeres.

—¡Para anunciar al ganador en nuestra próxima categoría, démosle la


bienvenida a Big Boss!

Jungkook sonrió mientras aplaudía al hombre alto que entraba al


escenario. Big Boss era como el abuelo del porno gay, una de las primeras
estrellas del género. Hacía mucho que se había retirado, disfrutando de la
vida con sus tres parejas. Sí, tres parejas: el hombre estaba en un cuarteto
real. Bien por él. Jeon había visto un documental sobre él y sus hombres, y
en verdad, estaban todos locamente enamorados el uno del otro.

—Estoy más que satisfecho de anunciar al ganador en la siguiente


categoría: Mejor Producción de Porno Gay —dijo Big Boss con su
profunda voz baja—. Estoy realmente orgulloso de ver desarrollar este
género, y he disfrutado las producciones de alta calidad que se han
lanzado este año. Hemos recorrido un largo camino desde los vídeos
borrosos hechos en sótanos, y no podría estar más orgulloso. El ganador
de la Mejor Producción de Porno Gay de este año es...

Jungkook apretó la mano de Taehyung cuando Big Boss abrió el sobre en


su mano y lentamente sacó la tarjeta. El rostro del hombre se abrió en una
gran sonrisa, y el rubio aguantó la respiración.

—¡Ballsy Boys con Extortion! ¡Felicitaciones!

Ganaron. Santa madre de todos, ganaron. Y no sólo eso, ganaron con el


vídeo que Jeon había ayudado a producir. La adrenalina inundó sus venas,
y se dio la vuelta para besar al castaño con tanta fuerza que el menor se
tambaleó hacia atrás para luego aferrarse a él. Antes de que Jungkook
pudiese romper el beso, Brewer le apartó de él. Todos se abrazaron y
dejaron escapar más que unos pocos gritos indignos.
Bear se dirigió al frente, y los chicos unieron sus brazos mientras lo veían
aceptar el premio, su rostro lucía radiante de una manera que nunca
habían visto antes. Entonces Big Boss retrocedió, y Bear tomó el
micrófono.

—Muchas gracias a los organizadores y miembros de los Premios Porno


por reconocer nuestro arduo trabajo para crear algo hermoso de lo que
estamos verdaderamente orgullosos. Como dijo Big Boss, hemos recorrido
un largo camino en el porno gay, y estoy agradecido de que nuestro deseo
de producir porno de alta calidad haya sido valorado por esta organización.
Estoy excepcionalmente orgulloso de que Extortion haya ganado, pero
sería deshonesto si acepto este premio como si fuera sólo un logro mío.
Ante todo, esta historia fue el concepto creativo de mi asistente de director
creativo, Rebel, quien desarrolló mi idea y la hizo diez veces mejor.

Taehyung le envió una mirada orgullosa que llegó muy dentro del rubio. El
castaño estaba muy orgulloso de él, y eso le hacía sentir como si pudiera
volar. Le veía a él, a su verdadero yo, a Rebel y a Jungkook, y le amaba.

—Pero el vídeo no hubiera sido tan bueno sin la excelente actuación y el


arduo trabajo de Campy, Heart y Tank. Por lo tanto, le dedico este premio
a mis Ballsy Boys.

Su jefe sostuvo el premio y los chicos le animaron, silbando su aprobación.


Cuando Bear llegó al grupo con el premio, siguió otra ronda de abrazos,
porras y besos. Demonios, incluso Tank y Brewer se abrazaron, antes de
que se dieran cuenta de lo que estaban haciendo y se separaran con una
mirada ceñuda para compensarlo.

La fiesta posterior era exactamente lo que se esperaría de un evento como


este, con strippers masculinos y femeninos con una competencia de baile
de vuelta, un desfile drag queen, y una exposición de cuero y fetichismo en
uno de los otros salones de baile, incluyendo todo tipo de eventos.
—Eso se ve bien —dijo el castaño, y antes de que Jeon pudiese darse
cuenta, le había arrastrado a la exposición.

—Disculpa, estabas bromeando acerca de ese consolador de mi polla,


¿verdad? —verificó.

Taehyung rió—. De alguna manera, creo que un consolador será lo más


suave que encontraremos aquí.

Tenía razón. En serio, Jungkook era una puta estrella porno, pero parte de
lo que mostraban ahí le había empalado y le revolvía el estómago de una
manera incómoda.

—¿Qué diablos es eso? —susurró el menor, apuntando hacia un gran


artilugio que parecía un dispositivo de tortura, con grandes correas de
cuero y púas en todas partes. Antes de que el rubio pudiese decir algo, el
vendedor le había visto, y sus ojos se iluminaron en reconocimiento. Oh,
joder.

—¡Rebel! —dijo entusiasmado y se apresuró a estrechar su mano—.


¡Estoy tan feliz de conocerte en persona! ¡Soy tu mayor fan!

—Es un placer conocerte también —Entrecerró los ojos para leer su


gafete—. Donald.

—¿Puede interesarte una demostración de uno de nuestros productos?


Tengo grandes anillos y barras espaciadoras, así como nuevas bolas
chinas, las mejores en el mercado. Y, por supuesto, tenemos una amplia
gama de productos de cuero para su placer, desde látigos y sogas hasta
todo tipo de ataduras.

Taehyung estaba luchando duro por reprimir su risa, Jungkook podía sentir
su cuerpo temblar con el esfuerzo. El chico sabía lo que sentía por esa
mierda. Es decir, por cada uno, pero ese tipo de cosas era un gran no para
él. Le gustaba el sexo en todas las posiciones, y no le importaba un poco
de brusquedad, pero aparte de eso, era lo más vainilla posible.

—No soy realmente un tipo aventurero, hablando sexualmente —Trató de


desalentar a Donald educadamente, pero el hombre no se movió.

—Psh, tonterías. Una estrella porno gay como tú, por supuesto, te gusta
un poco de fetichismo.

El castaño le dio a Jeon un golpecito en la espalda—. Tienes toda la razón,


Donald. Rebel debería vivir un poco, experimentar, ¿cierto?

El hombre asintió con entusiasmo y comenzó un largo discurso sobre lo


que fuera que estuviese tratando de venderle. Taehyung se alejó de ellos,
y Jungkook sabía que se estaba riendo fuerte, el maldito insolente.

Le devolvería esto. Seguro que sí.

—Sabes qué —le dijo con dulzura al vendedor—, tomaré una mordaza con
pelota y un par de esposas, por favor.

—¡Excelente! —Donald emitió y rápidamente los agarró para el rubio—.


¡Prométeme darnos un saludo en un vídeo si te gustan!

Taehyung se dio la vuelta para mirarle, luciendo claramente menos


divertido ahora.

—Lo haré después de que los haya probado a fondo.

El castaño entonó los ojos—. No te atreverías —siseó.

Jungkook movió las cejas—. Sigue provocándome y lo descubrirás.

Caminaron por el resto de la exposición, pero Kim estaba mucho menos


seguro, y el mayor no pudo reprimir una sonrisa. A pesar de su osadía, era
tan reacio a esa mierda pervertida como él. Aun así, ver todos los juguetes
sexuales tenían a Jeon duro como una puta roca, y tan pronto como
llegaron al final de la exposición, arrastró a Taehyung a un pasillo más o
menos vacío.

—Qué...

La boca de Jungkook estaba sobre la suya antes de que pudiese siquiera


pronunciar otra palabra, y en segundos, lo tenía gimiendo sobre sus labios,
aferrándose a su cuello y acercándose más y más a él. El rubio lo empujó
contra la pared y profundizó el beso, presionándose contra el castaño en
todas partes. La bolsa cayó de su mano al piso. Sus fuertes brazos
buscaron la parte trasera de los muslos de Taehyung para levantar su
peso, el castaño no perdió tiempo y envolvió sus piernas alrededor de su
cintura.

—Mmm —Jungkook gimió arrastrando su boca finalmente lejos de la


suya—. Te extrañé. Extrañé esto.

Los ojos azules del menor encontraron los suyos, respiraciones rápidas
pasando por sus labios hinchados—. También yo —dijo, y el rubio sabía
que eso era tan bueno como otra declaración de amor.

—¿Quieres regresar al hotel? Si vamos ahora, podemos tener un rapidito


antes de que aparezca Tank.

Taehyung asintió de inmediato. De la mano, caminaron de regreso al


vestíbulo. En uno de los salones, encontraron a Tank, y el mayor le dio un
golpecito en el hombro.

—¿Por favor, nos das al menos una hora? —preguntó, su compañero le


recompensó con una de sus sonrisas raras mientras asentía—. Gracias.
Aquí, puedes usar esto en Brewer la próxima vez que te moleste.

El chico miró en la bolsa de plástico que traía y se rió aún más fuerte. Era
realmente un hombre hermoso cuando sonreía así.
—Gracias, Tank.

Tank les dio un par de horas antes de entrar a la habitación, y para ese
momento, ambos estaban saciados, ya quedándose dormidos en los
brazos del otro. Este era el mejor día en la vida de Jungkook.

Le amaba. Tae le amaba.


Taehyung se tensó cuando despertó con un cuerpo pegado al suyo. Era un
hábito que sería difícil de romper. Pero tendría que acostumbrarse a
compartir una cama porque estaba bastante seguro de que eso era lo que
hacían los novios. Novio. Todavía no podía creer que era el novio de
alguien, y era suyo. No sólo alguien, un hombre sexy, inteligente y
sorprendente como Jungkook.

Se dio la vuelta y lo vio mirándole a través de ojos soñolientos, medio


cerrados. Una sonrisa inclinó las comisuras de los labios de Jeon, y el
corazón de Taehyung se saltó algunos latidos. Estiró su mano y pasó las
puntas de sus dedos por los labios del rubio y su mandíbula.

—¿Dormiste bien? —preguntó Jungkook.

—Hubiera dormido mejor si Tank no roncara tan fuerte.

—Escuché eso —dijo Tank desde la cama contigua—. Tienes suerte de


que incluso haya aceptado dejar que te quedaras en nuestra habitación.

—Es gruñón cuando se acaba de despertar —le susurró el menor a su


novio, y ambos rieron.

—Siempre es gruñón. Deberías verlo después de filmar una escena,


pensarías que follar tan duro lo suavizaría, pero no parece ayudar.

—Aún puedo oírte —refunfuñó Tank nuevamente, y Jungkook y Taehyung


comenzaron a reír como chicas adolescentes en una pijamada.

Para cuando se recuperaron, Kim podía escuchar su estómago


comenzando a gruñir, pero había una cosa que estaba pesando en su
mente la noche anterior, mientras se estaba quedando dormido, que
necesitaba para obtener una respuesta.

—¿Quieres ver ese desayuno continental antes de tener que tomar


nuestro vuelo en unas pocas horas?

El rubio y él habían tendido una discusión antes de ir a la cama cuando


insistió en cubrir el costo de cambiar su vuelo, así podía viajar con ellos.
Jungkook le había dicho que tendría que acostumbrarse a que compartiera
su dinero con él si eran una pareja. Per ni pensarlo. No lo permitiría.
Suponía que ese sería un argumento para otro día.

—En un minuto, primero tengo que preguntarte algo.

—¿Sí, qué pasa?

—¿Por qué querías dejar de filmar escenas? ¿Fue sólo porque pensaste
que tendrías que hacerlo para que fuéramos en serio?

—De alguna manera fue por ti, pero no porque pensara que me darías un
ultimátum o algo así.

—¿Entonces por qué?

—Porque no quería hacerlo más cuando tenía a alguien como tú en casa.


Además, no es como si fuera a hacerlo para siempre. Ya había reducido el
número de escenas y estaba haciendo más del trabajo creativo; puedo ver
un futuro detrás de la cámara. Esto es lo que quiero, y enamorarme de ti
me dio un pequeño impulso para finalmente ir tras ello.

Taehyung dejó escapar un suspiro que no se había dado cuenta de que


estaba sosteniendo, y luego presionó sus labios contra el mentón de
Jungkook.

—Eso es todo lo que necesitaba saber. Nunca te haría elegir. Quiero que
hagas lo que te hace feliz, siempre.

—Y es por eso que te elegí.

Las palabras de su novio enviaron un escalofrío por su espina dorsal. No


entendía cómo Jeon podía sentirse así con él, pero haría lo que estuviese
a su alcance para ganárselo.

—¿Desayuno?

El rubio asintió y se estiró, bostezando fuertemente.

El menor se levantó usando solo los bóxers con los que se había ido a
dormir, y Jungkook le dio un duro azote en el trasero.

—¿Pueden los dos dejar de coquetear o al menos empezar a follar, así


tengo algo interesante que ver? —se quejó Tank.

—Nunca he follado con una audiencia, podría ser divertido —bromeó el


castaño.

—Lo siento, nene, estoy retirado. Sólo estaré follando a puerta cerrada a
partir de ahora... aunque aún haré excepciones por las piscinas en Las
Vegas y hoyos de gloria —Jeon le guiñó un ojo y el estómago de
Taehyung tembló.

Esto era amor, ¿cierto? Porque seguro como el infierno que se sentía
como amor.
—¿Quieres el asiento de la ventana o prefieres el pasillo? —preguntó
Jungkook mientras tomaba el bolso de su novio y lo colocaba en el
compartimento superior.

—Pasillo por favor. Nunca superé ese maldito episodio de Twilight Zone
con la criatura en el ala del avión.

—Oh sí, eso fue extraño. Gracias por el recordatorio, ahora también voy a
tener que evitar mirar por la ventana.

Los dos se acomodaron en sus asientos y también todos los demás Ballsy
Boys reclamaron sus sitios a su alrededor. Brewer y Tank terminaron en
una discusión sobre un reposabrazos que casi llegó a los golpes antes de
que Bear los separara y se sentara entre ellos.

—¿Alguna vez piensas que esos dos deberían follar sea cuál sea su
problema? —Taehyung le susurró al rubio, y Jeon soltó una carcajada.

El vuelo transcurrió sin incidentes y cuando aterrizaron y empezaron a


descender, el castaño se encontró estirando su mano para entrelazar sus
dedos con los de Jungkook. Tal vez tomarse de las manos no era tan inútil
como siempre había pensado. Era bueno tener una pequeña conexión
física sin más motivo que el placer del contacto.

—¿Tienes algo que necesites hacer esta noche o puedo llevarte a una
apropiada cita ahora que eres mi novio? —preguntó Jeon mientras le
acercaba para mordisquear a lo largo del punto de pulso en su cuello,
causando que el calor ardiera en la boca del estómago del menor y un
calor agradable se estableciera en su pecho.

—Una cita suena bien —Su voz salió un poco temblorosa, y estaba seguro
de que Jungkook lo había notado, pero no lo puso en evidencia.

—Estupendo. Te dejaré en casa para que te duches, te cambies, y lo que


sea. Luego te recogeré en unas pocas horas, porque, bebé, voy a darte
vino y cena.

—¿Luego me harás el sesenta y nueve?

—Ya veremos cómo va la noche —Le guiñó un ojo y le besó los labios—.
No me gustaría que pienses que soy fácil, haciéndolo en la primera cita y
todo.

—No te atrevas a provocarme. Antes de ayer por la tarde, no he tenido


más que mi mano durante días —se quejó.

—Pobrecito —se burló de él.

Tardaron unos cuarenta minutos en llegar al apartamento del castaño


desde el aeropuerto, lo cual no estaba mal teniendo en cuenta el tráfico de
LA. Taehyung se inclinó sobre la consola central del auto para darle a su
novio un último beso de despedida, su pulso se disparó con cada pequeño
contacto. Esperaba que el amor no siempre fuera así de asqueroso.
Estaba sonriendo demasiado para su propio gusto... pero tal vez no lo
odiaba tanto.
Taehyung se avergonzaba del tiempo que le llevó decidir qué vestiría en
su cita de esta noche. Para ser justos, esta era su primera cita, y no quería
ser un idiota que se sobrevestía, pero tampoco quería ser un idiota que se
veía informal. Terminó por ponerse una camisa polo verde esmeralda y un
bonito par de jeans que se amoldaban bien a sus piernas. Y luego pasó un
poco de tiempo extra peinando los rizos de su cabello.

Cuando Jungkook tocó en su apartamento, el estómago le revoloteó con


nerviosa emoción. Con una respiración profunda, abrió la puerta e intentó
no saltar encima de su novio parado en la entrada luciendo sexy con una
camiseta roja ajustada que se adhería a sus músculos de todas las
maneras correctas, y un par de jeans gastados, que el castaño juraba que
podía ver la protuberancia de su polla si la atrapaba justo en el ángulo
correcto. Y luego estaba la forma en que le sonreía... Era un poco
demasiado y exactamente de la manera en que siempre esperó que
alguien le mirara.

—¿Listo para irnos? —preguntó Jeon mientras le observaba de arriba


abajo y luego se humedecía los labios.

—Sigue mirándome así, y no iremos a ningún lado excepto a mi cama.

—No puede pasar eso —El rubio le agarró del brazo y le sacó de su
apartamento, cerrando la puerta detrás de él—. Ahí, ahora estamos a
salvo del sexo interrumpiendo nuestra primera cita.

—Aguafiestas —se quejó.

Jungkook le llevó a un restaurante de mariscos al centro de la ciudad en el


que nunca había estado, debido a que estaba enormemente fuera de su
rango de precios. Pero su novio le hizo señas cuando dijo que ese lugar
era demasiado caro.

—Déjame hacer algo lindo; tengo suficiente dinero. Puedes pagar la


próxima vez y llevarme a donde quieras.

—Hola y bienvenidos —Un lindo anfitrión les recibió cuando ingresaron.


Los ojos del chico se posaron en sus manos unidas, y les sonrió a ambos,
sin molestarse en ocultar la seria vibra de me encantaría ser la carne en su
sándwich de bocadillo.

Y, al igual que con el bailarín de Las Vegas, una extraña y ardiente onda
de celos le recorrió las venas al castaño. Su agarre en la mano de
Jungkook se tensó mientras eran conducidos a su mesa, y antes de irse, el
lindo joven repasó al rubio con una mirada sensual.

—Por favor, avísame si necesitas algo.

—Gracias, lo haremos —respondió Jeon cortésmente mientras el menor


contenía un gruñido.

—¿Cuál era el problema con ese chico? Es obvio que estamos juntos —se
quejó tan pronto como se fue.

—¿Eh? —Jungkook ladeó la cabeza con confusión, y luego la compresión


apareció en sus ojos—. ¿Estabas celoso de que él estuviera
coqueteando?

—Pff, no —se burló, estirándose por el menú para ocultar su rostro


sonrojado antes de que pudiera delatarle.

—Totalmente lo estabas. Eso es tan lindo; me encanta.


—No es lindo —discutió—. Y, ni siquiera tiene sentido. ¿Por qué estoy
celoso de los strippers y los anfitriones, pero puedo masturbarme con
vídeos tuyos follando y siendo follado?

—¿Estabas celoso cuando tuve ese baile erótico en Las Vegas?

—Ese no es el punto.

—Tienes razón. Lo siento, pero me gusta escuchar que estás un poco


celoso. Me gusta que no te moleste que haga porno, pero creo que una
parte de mí necesitaba saber que no estarías bien conmigo enrollándome
con quien sea.

Sólo la idea de Jungkook con un chico al azar en un club, en su


departamento, en cualquier lugar que no fuera el estudio, le hacía hervir la
sangre—. Sí, realmente nada bien con eso en absoluto. Pero, todavía no
entiendo por qué el porno no me molesta. El porno todavía es jodidamente
caliente.

—Porque el porno no es lo mismo que el sexo que estoy eligiendo tener.


Es decir, disfruté hacer porno, pero no había emoción ni nada allí, era mi
trabajo. ¿Tiene sentido?

—Lo tiene. Sólo para ser claros, ser novios significa que ahora somos
exclusivos, ¿verdad? —comprobó, manteniendo su tono cuidadosamente
regulado, así no parecía demasiado necesitado.

—Más vale, porque estoy bastante seguro de que romperé los dedos de
cualquier chico que se atreva a tocarte. Definitivamente no quiero a
ninguno de nosotros con nadie más.

—Bien —suspiró de alivio.

El camarero apareció, ambos ordenaron y luego cayeron en una


conversación cómoda mientras esperaban.
—¿Puedo preguntarte algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza?
—inquirió Jeon, un poco nervioso.

—Por supuesto.

—¿Alguna vez pensaste en buscar a tus padres?

Taehyung se congeló con su vaso de agua hasta la mitad del camino a sus
labios.

—¿Por qué habría de hacer eso?

—¿Para obtener algunas respuestas y tal vez algún cierre?

Su mano se sacudió un poco cuando dejó el vaso de nuevo sobre la mesa.

—No sé si es una buena idea.

—¿Por qué no? —presionó Jungkook.

—Porque no quiero —respondió.

—Esa no es una razón.

—No puedo creer que tengamos esta conversación —Negó con la cabeza
y movió sus cubiertos inútilmente—. No veo qué lograría el buscarlos. ¿Se
supone que deba tomarme el tiempo de mi vida en buscar personas que
probablemente tengan un grupo de niños nuevos a los que nunca
quisieron abandonar?

La expresión del rubio se suavizó e inmediatamente se levantó para


acercarse a su lado de la mesa. Se sentó junto a él y le rodeó con un
brazo. Taehyung no se dio cuenta de que estaba temblando hasta que
comenzó a calmarse con su toque.
—Escúchame, nada de lo que hiciste hizo que te abandonaran. Incluso si
tuvieron hijos después de ti que decidieron conservar, eso no es un reflejo
tuyo. ¿Lo entiendes?

Asintió con la cabeza—. Tengo miedo.

—Lo sé. No te presionaré para que hagas algo que no quieras hacer. Pero
si quieres encontrarlos para tratar de tener un cierre, me encantaría
ayudarte y estaré contigo todo el camino. Es tu decisión. ¿Okay?

—Okay. Gracias —le besó el hombro y luego Jungkook se levantó para


volver a su lado de la mesa—. No soy un experto en citas ni nada, pero ¿lo
estamos haciendo mal? Dudo que las discusiones sobre las inseguridades
y los argumentos acerca de los demonios emocionales sean en la primera
cita habitual.

—Tienes razón. Vamos a retroceder un poco —concordó Jeon—.


Entonces, dime Taemin, ¿qué haces para ganarte la vida?

—¿Estás fingiendo que eres una persona que olvidó mi nombre? Porque
eso es peor que lo otro —se rió.

—Tienes razón; esto es un fracaso de una primera cita. Sin embargo, la


compañía es buena —Jungkook golpeó su rodilla contra la suya debajo de
la mesa y el castaño sonrió.

—Sí, la compañía es buena —concordó.


—Tengo que irme; se supone que debo encontrarme con Jimin esta
mañana, y ya estoy retrasado —insistió el castaño mientras Jungkook
intentaba llevarle a la cama por segunda vez. La primera vez no se
molestó en resistir ya que estaba tan interesado en un poco de diversión
matutina como su novio. Pero ahora que ambos se habían corrido y habían
tenido algunos toques de hierba, Taehyung estaba muy retrasado.

—Sólo un rapidito más —Jeon intentó tentarle, arrastrando sus labios


calientes sobre su nuca mientras el menor se sentaba al borde de la cama,
colocando los pies en el suelo frío.

Se levantó y agarró un par de jeans del piso. Y cuando se inclinó para


ponérselos, sintió un golpe rápido contra sus nalgas.

—¡Oye! —protestó, poniéndose de pie rápidamente y girándose para


enfrentar a Jungkook con sólo una pierna dentro del pantalón.

Su hombre le sonrió con un brillo juguetón en los ojos. El estómago de


Taehyung se volcó, y su corazón se sobresaltó. «Te amo». Las palabras
estaban en la punta de su lengua, pero no podían pasar de sus labios.

«Todos se van, de una forma u otra, todos se van», susurró la voz


maliciosa en el fondo de su mente.

—Vuelve a la cama —dijo el rubio con voz áspera y ronca.

Un escalofrío recorrió la espalda de Kim, y estaba muy tentado de soltar


los putos pantalones y arrastrarse entre las sábanas con él. De pronto su
teléfono vibró en la cómoda, recordándole que Jimin le estaba esperando.
—Kookie, voy increíblemente tarde.

Volvió a vestirse para salir por la puerta y una lenta sonrisa se dibujó en
los labios de Jungkook.

—Me llamaste Kookie.

—Oh, lo siento, ¿es raro? —preguntó, deteniendo su esfuerzo por ponerse


los malditos pantalones para examinar su expresión más de cerca—.
Nunca he usado un nombre cariñoso, ¿no funcionó?

—No, me gustó.

Taehyung buscó la camisa más cercana, y no fue hasta que se la estaba


poniendo que se dio cuenta de que era la camisa de su novio, no la suya.

—Oh, lo siento —empezó a quitársela, pero Jeon llamó para detenerlo.

—Póntela.

El castaño tragó un nudo en su garganta y asintió. Se inclinó sobre la


cama y presionó sus labios rápidamente en los de Jeon y se retiró antes
de que el rubio pudiera agarrarle y convencerle de que se quedara en
casa.

—Cierra cuando te vayas y envíeme un mensaje más tarde —dijo


Taehyung por encima de su hombro mientras salía por la puerta.

Corrió el kilómetro por el campus hasta la unión estudiantil.

—Siento llegar tarde —Le pidió disculpas a Jimin cuando se detuvo frente
a él sin aliento.

Su mejor amigo levantó la vista de su laptop luciendo levemente molesto y


un poco divertido mientras observaba su aspecto desaliñado.
—¿Lo tomo a que las cosas fueron bien con Rebel?

Kim se deslizó en la silla frente a Jimin y sacó su laptop, sin molestarse en


esconder su sonrisa.

—Estamos saliendo, ¿supongo? —Tenía la palabra novio en su lengua,


pero se sentía extraño decirle a alguien que no fuera Jungkook.

—Bien —Park asintió—. Entonces, nuestro juego está terminado; ¿Estás


listo para hablar del marketing?

El castaño sonrió ante el incómodo y rápido cambio de su configuración


mental del chisme al trabajo de su mejor amigo.

Resultaba que Jimin había hecho su investigación. Le envió una lista con
viñetas con varios artículos adjuntos que explicaban por qué era probable
que el plan que describió tuviera éxito si se ejecutaba correctamente.

—¿Cuándo tuviste tiempo para encontrar todo esto?

Jimin se encogió de hombros y empujó sus lentes por el puente de su


nariz—. Me gusta investigar cosas.

Su tono era de disculpa, como si esperara que él lo molestara por eso. Su


ex debía haber hecho verdaderamente un juego con su autoestima.

—Eso es realmente genial y extremadamente útil.

—Gracias.

Después de unas horas, Jimin y él tuvieron un plan sólido para prepararse


para el lanzamiento de su juego.

—No puedo creer lo bien que esto se está uniendo —Taehyung negó con
la cabeza y sonrío. Había una ingravidez en su pecho. Esto realmente
podría funcionar.

—No quiero cantar victoria, pero tengo un buen presentimiento sobre esto.

—¿Qué dices si tenemos a los chicos reunidos con nosotros en el


almuerzo para celebrar? —sugirió.

Park se sonrojó y mordió su pulgar—. Um... sí, claro.

Taehyung sacó su teléfono y llamó a Jungkook.

—Hola, sexy —respondió. El castaño podía escuchar el sonido de gemidos


en el fondo, y sonrió. No sabía si alguna vez superaría lo bueno que era
que su novio estuviese en el negocio del porno.

—Hola, no sé cómo luce tu día, pero Jimin y yo pensamos que sería genial
encontrarnos contigo y con Heart para almorzar.

—Oh, rayos, el almuerzo no funcionará, pero ¿por qué no pasan tú y tu


amigo por mi casa esta tarde? Invitaré a todos los muchachos y pediré
pizza.

—Genial, nos vemos luego.

Jimin y Taehyung se presentaron en la casa de Jungkook alrededor de las


siete. Park parecía un gato nervioso que buscaba un lugar donde
esconderse cuando entraron en la sala llena de media docena de hombres
preciosos.
—Hola, bebé —Jeon presionó un rápido beso en los labios del castaño, y
Taehyung pudo sentir cada conjunto de ojos en la habitación sobre ellos.

—Así que, finalmente novios, ¿eh? —preguntó Pixie con una sonrisa, sus
ojos parpadeando entre los dos.

—Uh... um... ah —tartamudeó.

Jungkook y él habían hablado sobre eso y aceptaron que eran exclusivos,


y que iban en serio. Lo cual equivalía a novios, Kim entendía. Entonces,
¿por qué se le hacía tan malditamente incómodo decir eso en voz alta?

—Lo que Tae está tratando de decir es "por supuesto, estamos saliendo
exclusivamente, lo que muchos llamarían novios. Me siento incómodo con
el término, pero tengo tanta suerte de tener a un hombre sexy como Rebel
para llamarlo mio" —le dijo, abrazado al castaño por los hombros.

—Sí, lo que dijo él —murmuró, esperando no parecer tan estúpido como


se sentía en ese momento.

—¿Vienes a ayudarme a tomar bebidas para todos?

Taehyung siguió a Jungkook hasta su cocina, donde el rubio le empujó


contra un mostrador y le besó duro y obsceno, sus manos apretando el
trasero del menor. Los dedos del castaño se curvaron en el cabello de su
novio mientras trataba de seguir el ritmo del beso.

—Lo siento si Pixie te hizo sentir incómodo o si estuve fuera de lugar con
mi respuesta —dijo Jeon cuando se detuvieron para tomar aire.

—Está bien. Simplemente me estoy acostumbrando a todo esto.

—Tómate todo el tiempo que necesites para adaptarte, simplemente no


me apartes —Jungkook dejó un beso suave en la punta de su nariz, y
Taehyung asintió sonriendo bonito.
El rubio le dio otro beso rápido, para posteriormente dar un paso atrás y
volverse hacia el refrigerador, luego comenzó a darle unas cervezas para
llevar a la sala de estar.

De vuelta con el grupo, Jimin se había puesto cómodo en el sofá entre


Heart y Pixie, jugando un videojuego. Brewer y Campy estaban inmersos
en una conversación sobre los procesos de enfermedades, y Bear estaba
a un lado, robando miradas a Pixie que seguramente esperaba que nadie
notara.

—¿Esta noche no está Tank? —preguntó el castaño mientras pasaba las


bebidas que había traído.

—Ese pendejo antisocial piensa que es demasiado bueno para pasar el


rato con nosotros —le dijo Brewer—. O supongo que debería decir que
piensa que es demasiado bueno para pasar el rato conmigo, porque si yo
no estuviera aquí, les garantizo que él sí estaría —explicó el chico con un
toque borde en su tono.

—¿Cuál es su problema contigo?

—¿Es un imbécil? —adivinó Brewer—. Jodidamente no lo sé. Me echó un


vistazo y me odió a primera vista. Al carajo con él, no me importa.

Algo sobre la forma en que Brewer lo decía le hacía pensar a Taehyung


que sí le importaba, al menos un poco. Pero no se iba a meter en medio de
algo de lo que no sabía nada.

Después de que llegara la pizza, terminaron jugando un juego de Cards


Against Humanity y riéndose hasta que Pixie casi se atragantó con un
bocado de la corteza. Bear frotó y acarició la espalda de Pixie
protectoramente de una manera que Taehyung se preguntaba si algo
estaba pasando allí. ¿Quién diría que salir con estrellas porno sería como
una telenovela?
No fue hasta la medianoche que todos comenzaron a irse, y ayudó a
Jungkook a limpiar.

—Te quedarás a pasar la noche, ¿verdad?

El castaño dudó por un segundo, por costumbre más que nada, antes de
aceptar. Y luego ambos se desnudaron y se acostaron juntos en la cama
en una maraña de extremidades, los jadeos bajitos de Taehyung y los
chasquidos de sus besos como música de fondo.
Taehyung se despertó sobresaltado con la sensación de tener un cuerpo
medio acostado encima suyo, y se removió hasta salir de debajo de él con
el corazón palpitando contra su caja torácica.

—No te vayas —se quejó Jungkook en un tono somnoliento.

Parte de su tensión se alivió con el sonido de su voz, pero su pulso seguía


martilleando, por lo que le era imposible recostarse. Se levantó de la cama
y se dirigió hacia la cocina para tomar un trago de agua. Con el vaso en la
mano, se acercó a la ventana de la cocina y contempló la noche oscura,
mientras bebía el líquido y contaba los latidos de su corazón para tener
algo en qué concentrarse. En estos momentos desearía estar en casa, así
podría tomar un tazón para volver a dormir.

—¿Algo mal?

La voz de su novio le sobresaltó.

—No, siempre acecho desnudo la cocina oscura en medio de la noche.

—Ajá —dijo Jeon con una ceja arqueada. Su cabello estaba recogido en
un moño desordenado, y tenía líneas de sueño en su mejilla izquierda.

Taehyung volvió a la ventana y bebió el agua. Los fuertes brazos de


Jungkook le rodearon la cintura por detrás, y sus labios encontraron su
hombro y luego el costado de su cuello.

—Háblame, bebé —le pidió, acariciando la nariz contra su nuca.


El castaño respiró profundamente, endureciendo sus nervios para admitirle
algo de lo que nunca pensó que hablaría con alguien. No pensó que
alguna vez tendría que explicárselo a alguien, porque no esperaba tener
un hombre en su vida con el que elegiría compartir una cama con
regularidad. Pero quería compartir una cama con Jungkook, lo que
significaba que el chico tenía que entender por qué era una lucha para él.

—No soy bueno compartiendo una cama, porque al crecer en el sistema,


rebotando en diferentes casas con niños y padres adoptivos que no
conocía, mi mayor temor era que me despertara con alguien más en mi
cama, si sabes a qué me refiero.

Los brazos del rubio se tensaron alrededor de él, y su aliento se hinchó


entre los omóplatos del castaño, su frente contra la nuca de su novio—.
¿Alguien...? —preguntó después de unos segundos.

—No. Había un tipo que era un poco mañoso, pero nada más serio que
algunos abrazos o cosquillas no deseados. Escuché historias, sin
embargo, de otros niños, y es una de esas cosas no habladas que todos
saben que debes cuidar. Entonces, cuando me levanto y no estoy solo en
la cama, a veces me olvido de que no soy un niño indefenso de trece años
en un hogar adoptivo.

—Lo siento mucho. Sé que soy un durmiente bastante pegajoso; ¿quieres


que trate de darte más espacio? Podría comprar una cama más grande.
Haré cualquier cosa para asegurarme de no asustarte cuando estés
durmiendo.

La garganta de Taehyung se tensó por la vulnerabilidad desnuda en el


tono de Jungkook. Sabía que realmente haría cualquier cosa para
asegurarse de que estuviese feliz y cómodo.

—Jodidamente te amo —dijo sin pensarlo, y tan pronto como las palabras
salieron, una risa aliviada las siguió. Eso no había sido tan difícil.
Jeon se inmovilizó contra él y guardó silencio el tiempo suficiente para
empezar a ponerle nervioso. Pero luego sus fuertes manos estaban sobre
sus caderas, haciéndole girar para enfrentarlo. Tomó el vaso en su mano,
lo puso en la encimera, y luego le sostuvo el rostro.

—Yo jodidamente te amo de vuelta, chico plátano.

Sus bocas chocaron en un borrón de labios y lenguas.

—Volvamos a la cama —sugirió cuando la dura polla de Jungkook


presionó contra la suya.

—Está bien, pero tengo que advertirte, no voy a follarte; voy a hacerte el
dulce amor.

—Asqueroso —se rió y le empujó el hombro a su novio—. Una carrera —


declaró y luego corrió hacia la habitación antes de que el rubio pudiese
responder.

Jungkook lo atrapó antes de que llegara a la cama y le cargó como si


fuese una princesa de Disney para luego dejarse caer sobre el colchón con
el castaño en brazos en un montón de risas y toques.

—Gracias por darme una oportunidad —susurró Jeon contra sus labios
mientras sus risas se desvanecían.

—Gracias por darme tiempo para hacerme a la idea de que alguien sea
una presencia estable en mi vida.

—Siempre te daré lo que necesites, siempre y cuando no huyas.

—No voy a ir a ningún lado, lo prometo.

Los brazos de Jungkook se apretaron alrededor de él, y lo empujó contra


su pecho. Taehyung respiró profundamente, atrayendo su esencia hacia
sus pulmones y manteniéndola allí todo el tiempo que pudo. Jungkook no
le dejaría. En lo profundo de sus entrañas, sabía que él estaba ahí para
quedarse.

Y con ese pensamiento reconfortante, volvió a dormir.

La próxima vez que se despertó, el sol brillaba a través de la rendija entre


las cortinas, y Jeon estaba una vez más sobre él. Esta vez, el castaño no
entró en pánico, pero estaba seguro de que habrían muchas más noches
de pánico antes de que superase esto para siempre.

Pasó sus dedos por el cabello de Jungkook, dándole un pequeño masaje


en su cuero cabelludo. La idea de que el rubio le dejara como todos los
demás era como un golpe en el estómago. Le daba mucho miedo dejar
que alguien tuviese tanto poder sobre él. Si Jungkook quisiera, podría
destruirle por completo. E incluso sabiendo que no lo haría, todavía era
aterrador.

Quizás su novio tenía razón. Tal vez necesitaba un cierre.

—Buenos días, precioso —murmuró Jeon, parpadeando despierto con una


sonrisa.

—Creo que necesito encontrar a mis padres.

El mayor retrocedió, sus cejas fruncidas en confusión.

—¿Primero podemos tomar café?

—Por supuesto, bobo, no quise decir hoy. Sólo quise decir que creo que
tienes razón; necesito el cierre ¿Me ayudarás a encontrarlos?

—Cualquier cosa por ti. Eso es lo que haces cuando amas a alguien.
El estómago del castaño dio una voltereta ante sus palabras. Lo de anoche
no había sido un sueño, realmente le había dicho a Jungkook que le
amaba. Y se había sentido tan malditamente bien.

—Te amo —puso a prueba las palabras bajo la fría luz del día, y el rubio
parecía irradiar luz del sol desde su alma.

—Asqueroso —le imitó antes de rodar sobre Taehyung y besarle hasta


dejarle sin aliento.
Le tomó al detective privado que contrató menos de un día para encontrar
a la madre de Taehyung. Todo lo que necesitó fue el nombre y apellido de
su madre y su fecha de nacimiento, además de la fecha de nacimiento del
castaño. Kim Sullie vivía a sólo ciento sesenta kilómetros de Taehyung, al
noreste de San Diego. No sabía cómo su novio tomaría esta noticia. Lo
peor era que ella de hecho se había vuelto a casar y tenía nuevos hijos.
Otros hijos, cualquiera que fuese el término políticamente correcto.

Jungkook estaba feliz de que el detective privado le hubiese llamado al


trabajo, así tenía un poco de tiempo para considerar cómo quería llevar
esto a Taehyung. No había forma de que lo hiciera por teléfono. Esto era
algo que tenía que escuchar en persona.

Los dos acordaron reunirse en la casa de Jeon con comida china, y


cuando el castaño tocó el timbre, su novio lo arrastró adentro para darle un
beso completo con lengua incluida y mordiditas juguetonas. Apenas logró
bajar la comida que compró antes de que la boca de Jungkook estuviese
sobre la suya, y pasaron unos minutos disfrutando el sabor del otro, justo
allí en el pasillo.

—Hola —dijo el rubio estúpidamente cuando finalmente se había saciado.

—Hola —respondió y le devolvió la sonrisa tonta. Seguramente el nuevo


estado de relación que tenían requeriría un poco de tiempo de adaptación
para los dos.

Taehyung puso la comida sobre la mesa mientras Jeon buscaba platos,


cubiertos y refrescos. Había una familiaridad fácil en este proceso que le
hacía sentir bien por dentro. Podía verlos a ambos haciendo juntos cosas
como esta durante... por un largo tiempo. ¿Quizás para siempre?
Sonrió. Sería mejor que no le contara eso a Taehyung. Podría darle un
ataque al corazón. Había llegado lejos, su chico plátano, pero las palabras
como por siempre lo enviarían a un ataque de histeria.

—¿Cómo estuvo el trabajo? —preguntó después de que estuviesen


sentados a la mesa, disfrutando del delicioso pollo naranja.

—Bien. Tuvimos entrevistas con cinco chicos para posibles nuevas


contrataciones. Tres pueden quedar bien, creo que serán grandes
adiciones.

Taehyung sonrió—. ¿Necesitas tres hombres para reemplazarte?

—Tae, tú lo sabes —se rió. Entonces su rostro se puso serio—. Bebé, el


detective privado llamó.

La mano del castaño se detuvo a medio camino de su boca, y se congeló


por uno o dos segundos, antes de bajarla. Sus ojos se encontraron con los
de Jungkook, y el rubio sabía que no tenía palabras.

—Encontró a tu mamá. Dijo que está viva y está bien. Trabaja como
camarera a tiempo completo en un restaurante.

Taehyung tragó—. ¿Está... sana? No recuerdo mucho a mis padres, pero


creo que eran drogadictos. Recuerdo agujas, de alguna manera.

Esa pequeña porción de información le hacía desear a Jungkook abrazarlo


y nunca dejarlo ir—. Sí, lo está, por lo que él pudo decir. Tiene un trabajo
estable, y... —Dudó. ¿Cómo diría esto? No quería lastimarlo—. Ella tiene
una familia, bebé. Un nuevo esposo y dos niñas, de ocho y seis años. Le
va bien, parece.

—¿La vio? —preguntó el castaño, hablando lentamente.

—Sí. Está cerca de San Diego.


—¿Tengo hermanas?

Asintió con la cabeza—. Sí. dos. Medias hermanas. Se volvió a casar.

—¿Se divorció de mi padre?

Y ahora venía la parte realmente desgarradora—. No, bebé. Tu padre


falleció hace años.

Taehyung tragó de nuevo, y sus manos se cerraron en puños—. ¿Sabe la


causa de la muerte?

—Sobredosis de droga. Fue encontrado muerto en una casa de drogas


conocida, según el detective privado. Nadie reclamó el cuerpo, por lo que
fue incinerado por la ciudad.

—Oh.

Jungkook esperó a que Taehyung dijera más, pero sus ojos se nublaron.
No sabía si estaba pensando y necesitaba tiempo o si no podía procesar.
Desearía saber qué hacer. Quería hacerlo sentir mejor, de alguna manera,
pero no tenía idea de cómo.

—¿Alguna vez te conté sobre Chae? —dijo el menor de repente.

Jeon estaba bastante seguro de que era una pregunta retórica ya que
ambos sabían que no le había dicho una mierda, pero le respondió de
todos modos—. No. ¿Quién era?

El rubio no tenía idea de qué iba a decir, pero cuando su novio habló, no
era la respuesta que estaba esperando.

—Fue la única madre que tuve.

Esta vez, Jungkook guardó silencio, y escuchó mientras Taehyung


compartía una desgarradora historia de encontrar amor parental, sólo para
perderlo con la misma rapidez.

—Después de su muerte, tuve dos familias adoptivas más, y después de


eso, fueron las casas de grupo hasta que me retiré del sistema. Nadie me
quería más. Era demasiado mayor y tenía demasiada reputación por ser
difícil. Chae, fue la única que me amó incondicionalmente.

Jeon limpió las lágrimas de sus propias mejillas, sin avergonzarse en lo


más mínimo de ver cuánto le afectaba su dolor—. Y yo —agregó
suavemente.

—Y tú —repitió. El castaño respiró profundamente, luego exhaló


lentamente—. ¿Crees que ella querrá verme, mi madre biológica?

—La pregunta es, ¿tú quieres verla? ¿Quieres saber qué pasó, por qué te
abandonó?

—¿Qué pasa si me rechaza de nuevo?

Jungkook quería asegurarle que eso no iba a suceder, pero no pudo.


Había gente seriamente jodida en este mundo, y no tenía idea de si su
madre era una de ellas. Ya había abandonado a su hijo una vez. ¿Quién
carajos sabía si lo haría de nuevo?

—Si lo hace, al menos lo sabrás. Nunca más tendrás que preguntarte 'qué
pasaría si' de nuevo. Y pase lo que pase, yo estaré aquí.

Taehyung levantó sus bonitos ojos azules para encontrarse con los de su
novio—. Lo sé. Sé que estarás allí. Es aterrador como el carajo, todo esto,
pero hagámoslo. Quiero conocer a mi madre.
El detective privado le dio un número de teléfono, pero Taehyung y
Jungkook decidieron no llamar. El menor quería simplemente ir y enfrentar
a su madre, y él estaba de acuerdo con eso. Tenían su dirección y la de la
cafetería donde trabajaba, así que unos días más tarde, en un sábado
soleado y brillante, hicieron el viaje al sur.

El castaño no dijo mucho mientras conducía, pero se acercaba de vez en


cuando para poner su mano sobre la pierna de Jeon, así que el mayor
sabía que sólo estaba tratando de procesarlo todo. Lo entendía. No todos
los días se conocía a la mujer que te dejó en una estación de policía
cuando tenías seis años.

Honestamente, Jungkook trató de imaginarse en su lugar, pero no pudo. Ni


siquiera pudo imaginar a sus padres haciendo algo como eso. Dios, a
veces estaban locos, pero le amaban con todo lo que tenían, a Dahyun
también. Hasta que conoció a Taehyung, nunca lo había apreciado del
todo, o eso creía.

—¿Quieres probar primero en el restaurante? —le preguntó al castaño


cuando se acercaron.

Asintió—. Sí. Parece más seguro que aparecer en su casa sin avisar,
especialmente con mis... mis hermanas. Son jóvenes, y no quiero que
tengan que presenciarlo si sale mal.

Taehyung era tan suave debajo de ese exterior frío y espinoso.

—Está bien, bebé.


Diez minutos más tarde, se detuvieron en el estacionamiento de un
restaurante antiguo. Era justo después de las dos, así que se habían
perdido la hora del almuerzo, y parecía que era relativamente tranquilo. Ni
siquiera sabían si Sullie estaba trabajando, pero sólo había una forma de
averiguarlo.

—¿Estás listo? —preguntó el rubio.

—Dios, no, pero vamos —respondió, con el rostro pálido.

Jungkook quería agarrar su mano mientras caminaban hacia la entrada,


pero se contuvo. Taehyung siempre había sido un poco reacio a las
demostraciones de afecto en público, y tal vez no quería que lo primero
que su madre viera fuera que era gay. Por lo que sabían, podría ser una
perra homofóbica. Pero justo antes de abrir la puerta, el castaño tomó su
mano y entrelazó sus dedos con los suyos. Jeon presionó un rápido beso
en su mejilla.

—Estoy aquí, no importa qué.

—Lo sé —dijo, y sus ojos le mostraron que lo decía en serio. A Jungkook


le llenaba de alegría que su chico plátano estuviese empezando a creer
que iba en serio cuando decía que le amaba.

De la mano, entraron al restaurante, una joven rubia se les acercó de


inmediato.

—Hola —les saludó con una sonrisa amistosa—. ¿Para dos?

El mayor miró al castaño, pero los ojos del chico recorrían el restaurante.

—Nos preguntamos si Kim Sullie está trabajando —inquirió Jeon.

La muchacha les miró con curiosidad por un segundo, pero luego asintió—
. Sí. Esperen un segundo, y la traeré para ustedes.
El agarre de Taehyung en la mano del rubio se volvió bastante doloroso,
pero Jungkook no dijo una palabra. Algunos moretones parecían un
pequeñísimo precio a pagar por estar allí para él.

Medio minuto después, una mujer de unos cuarenta y tantos años


caminaba hacia ellos. Su rostro era amable y franco, pero con líneas
profundas y cansadas que mostraban una vida difícil. Tenía el cabello
castaño oscuro, atado en una linda coleta, y su uniforme azul pálido se
colgaba alrededor de su esbelto cuerpo. Tan pronto como Jeon vio sus
ojos, supo quién era, porque era como mirar a Taehyung.

—Hola —dijo con una sonrisa amistosa, primero mirando a Jungkook—.


¿Livy dijo que me estaban buscando?

Los ojos de la mujer viajaron a Taehyung, y se congeló. Todavía estaba a


unos seis metros de ambos, pero se detuvo en el acto.

—Oh, Dios mío —Ella susurró.

A Sullie le tomó unos segundos dar tres pasos vacilantes en dirección a


ellos, y todo ese tiempo, el castaño no pronunció una palabra.
Simplemente la miraba, de la misma manera en que ella lo estaba
mirando.

Lágrimas llenaron los ojos de la mujer, esos mismos ojos azules que tanto
amaba Jungkook. Su voz se rompió cuando habló.

—¿Tae?
—¿Tae?

La boca de Taehyung se puso seca, y la única respuesta que pudo ofrecer


fue un asentimiento lento.

La mano de Sullie voló para cubrir su boca, y sus hombros comenzaron a


temblar, lágrimas cayendo por su rostro. El castaño apretó la mano de
Jungkook aún más fuerte, y lo vio estremecerse por el rabillo del ojo. Se
obligó a soltar su agarre una fracción.

—Sullie, ¿esperábamos que tuvieras unos minutos para hablar? O, si no


ahora, ¿tal vez después de que termine tu turno? —preguntó Jeon con voz
firme, y Taehyung juraba que podría besarlo ahí mismo.

—Puedo tomar un descanso —dijo una vez que logró controlarse—.


Tomen asiento en esa mesa y les traeré un café.

Cuando se alejó, el menor liberó un aliento que no se había dado cuenta


de que estaba conteniendo.

—¿Cómo estás? —preguntó el rubio, frotando círculos tranquilizadores


sobre su espalda.

—Bien, hasta ahora.

Su novio le condujo a la mesa que la mujer les había señalado


anteriormente, y ambos se sentaron. Ella regresó unos minutos más tarde
con una jarra de café, y parecía que se había arreglado un poco mejor y se
había secado los ojos.
—No puedo creer que estés aquí —dijo.

—Ya somos dos —finalmente Taehyung logró decir palabras—. Necesito


saber por qué.

Sullie asintió con una expresión resignada—. Fui una mamá de mierda,
muchacho, no hay dos maneras de decirlo. Jun me embarazó cuando sólo
teníamos diecisiete años, ni siquiera salimos de la preparatoria. Mis padres
se enojaron, me dijeron que tenía que abortar. Cuando me negué, me
echaron. Lamento muchas cosas en mi vida, pero no me arrepiento de esa
elección.

El castaño tragó el nudo en su garganta y asintió. Su pierna rebotaba


debajo de la mesa, y Jungkook se estiró debajo para poner una mano
sobre su rodilla.

—Entonces ¿por qué no simplemente darme en adopción de inmediato?


¿Por qué conservarme hasta que tuviera seis años y luego abandonarme?
¿Fui malo? ¿Imposible de amar? ¿Desechable?

—Dios, no. Quería hacer lo mejor para ti. Y al principio, todo parecía estar
bien. No íbamos a vivir la mejor vida ni nada, pero Jun consiguió un trabajo
decente, y éramos una familia. Solíamos llevarte a pequeñas salidas
divertidas todos los domingos. Íbamos al zoológico, al parque, a la galería.
Tus pequeños ojos se iluminaron cuando viste todos los colores y las luces
de todos esos juegos en el salón de juegos.

—No recuerdo nada de eso —admitió.

—No, supongo que no lo harías. Bueno, en cualquier caso, las cosas no se


quedaron así para siempre, estoy segura de que lo sabes bien. Al principio
no vi las señales, pero cuando empezamos a escasear los alquileres y las
compras cada mes, uní las piezas. Estaba tan enojada con Jun por
mezclarme con drogas, pero cuando lo confronté, lo hizo sonar divertido,
como un pequeño escape. Era una madre de diecinueve años que no tenía
amigos, un trabajo agotador y un marido del que se rumoreaba dormía con
la mitad de las chicas de la cuadra. Un pequeño indulto sonaba muy
agradable.

—Mientras tanto, tu hijo estaba sentado solo en su habitación


preguntándose si sus padres volverían a casa, y si lo hacían, en qué
estado estarían. Nunca supe si recordarías alimentarme o dejarme
sentado en mi propia orina por un día y medio.

Jungkook tomó una respiración sorprendida a su lado, pero Sullie no


parecía sorprendida por su arrebato.

—Es por eso que tuve que hacer lo que hice. Estaba demasiado hundida
en ese punto. Seguía diciéndome a mí misma que iba a estar limpia y a
actuar bien, pero cada día que pasaba, sentía que era un fracaso para ti.
No lo planeé antes de tiempo. Me desperté esa mañana particularmente
lúcida y enferma de mi estómago cuando entré en tu habitación y me di
cuenta del flaco y sucio niño en el que dejé que te convirtieras. Decidí que
iba a llevarte a la tienda de comestibles y conseguir lo que quisieras y que
cambiaría las cosas. Sabía que necesitabas algo mejor que lo que te
estaba dando —Sus ojos se encontraban nublados otra vez—. Estábamos
sentados en un semáforo cuando noté la estación de policía más adelante.
Y de repente, supe que era lo único correcto que podía hacer. Sabía que
tenía que haber una mejor familia para ti, alguien que pudiera hacer lo
correcto para ti.

Taehyung se aclaró la garganta y asintió de nuevo. Trató de limpiar


subrepticiamente la humedad en la esquina de sus ojos, y si su novio y o
su madre lo notaron, fueron lo suficientemente educados para no decirlo.

—¿Cuándo fuiste a rehabilitación? —preguntó.

—Fui a rehabilitación esa misma semana, pero tuve recaídas varias veces
en los siguientes ocho años. Cuando Jun murió, esa fue sólo la llamada de
atención que necesitaba. Tendré once años sobria el próximo mes.
—Eso es mucho tiempo —murmuró, su pierna comenzó a rebotar de
nuevo debajo de la mesa—. ¿Sabes que nunca fui adoptado? Tuve
algunas familias de acogida y luego viví en una casa de grupo hasta que
crecí fuera del sistema.

—No lo sabía —La mujer bajó su cabeza, y el castaño la escuchó


sollozar—. Lo siento mucho. Quería buscarte, pero estaba tan segura de
que habías sido adoptado por una maravillosa familia. Y temía que me
odiaras. Si soy honesta, era más lo último. Fui egoísta. No podía soportar
la idea de mirarte a los ojos y ver nada más que odio.

—Dejé de odiarte hace mucho tiempo —admitió—. Chae me dijo este


dicho budista que aferrarse a la ira es como beber veneno y esperar que
alguien más muera.

Su madre no preguntó quién era Chae, y Taehyung no se molestó en


iluminarla.

—Sé que no merezco una segunda oportunidad para estar en tu vida, pero
me encantaría tener la oportunidad de conocerte.

Kim se mordió el interior de su mejilla y meneó la cabeza sin


comprometerse.

La respiración de Jungkook le acarició la mejilla cuando se inclinó sobre


él—. Si necesitas tiempo para procesar, está bien. Podemos irnos y hacer
planes para hablar con ella nuevamente en el futuro —susurró en
sugerencia.

Taehyung miró a Sullie para ver su reacción a la exhibición abierta de su


novio. No parecía aturdida por eso, así que al menos ese era un punto a
su favor.

—Ahora tienes un nuevo esposo e hijas. No quiero entrometerme.


—No lo harías. Saben de ti. Tengo tu foto de bebé en mi chimenea, justo al
lado de mis chicas.

Esas palabras rompieron la presa, y las lágrimas no tenían más remedio


que fluir libremente por las mejillas del castaño. Se giró y enterró su rostro
en el hombro de Jungkook, permitiendo que sollozos silenciosos
destrozaran su cuerpo. Ambos esperaron en silencio hasta que logró
reponerse.

—Me gustaría intercambiar números y volver a encontrarnos —logró decir


después de unos minutos.

Su madre sacó un bolígrafo de su delantal y escribió su número en una


servilleta, luego lo deslizó sobre la mesa hacia él—. ¿Puedes simplemente
decirme, tienes una buena vida?

Taehyung miró a Jungkook, y su corazón se hinchó hasta casi reventar.


Pensó en sus nuevos amigos y en la licenciatura que pronto terminaría.

—Sí, es realmente buena.

Sullie sonrió y se limpió las lágrimas—. Bien, bien. Ahora, será mejor que
vuelva al trabajo. Llámame cuando quieras. No puedo esperar a que
conozcas a mis niñas.

—Eso me gustaría —concordó antes de darle un breve abrazo a su madre


y despedirse de ella.

—¿Qué dices de ir a una habitación de hotel por la noche? Creo que hacer
el amor bajo el agua caliente de la ducha estaría bien —susurró Jungkook
mientras ambos salían del restaurante y se dirigían hacia el auto.

—Eso suena perfecto, bebé. Absolutamente perfecto.


Seis meses después.

Jungkook se despertó con Taehyung desnudo en sus brazos, medio


cubriéndolo, y sonrió. Había llegado tan lejos, su chico plátano. Aún tenía
pánico a veces cuando se despertaba en medio de la noche y le sentía
cerca de él, pero cada vez era menos frecuente. Recientemente, había
comenzado a buscar su cuerpo cuando estaba dormido. Solía ser Jeon
quien lo buscaba, pero ahora el castaño ansiaba el contacto tanto como él.

Dios, Taehyung era tan hermoso. Incluso con los ojos cerrados, sus ojos
eran —o eso creía Jungkook porque amaba todo— su parte favorita de él.
Aunque también tenía que decir que su trasero era bastante hermoso y
perfecto y esponjosito y... y bueno lo amaba demasiado.

Su conjetura era que lo follaba tal vez tres de cada cuatro veces, pero de
vez en cuando, el castaño se ponía de este humor agresivo y le follaba
hasta la mierda. El día anterior, fue porque él estaba celebrando, y tenía
toda esa energía de la que necesitaba deshacerse. Jungkook se ofreció
voluntariamente como un objeto para su estado de ánimo. Digamos que
había sido mutuamente satisfactorio y dejémoslo así. Su trasero aún
notaba un poco de su... entusiasmo.

Se inclinó y besó suavemente los labios de su novio. Taehyung dejó


escapar un pequeño gemido tranquilo, y luego sus hermosos ojos
parpadearon y se abrieron. Una lenta sonrisa se extendió por su rostro
cuando le vio.

—Hola, Kookie —dijo, su voz espesa por el sueño.

Todavía había adrenalina cuando le llamaba así. Jungkook había tenido


que esforzarse para lograr que su chico plátano confiara y se abriera con
él, pero había valido totalmente la pena.

—Buen día, bebé —le dijo y lo besó de nuevo, sólo porque quería.

—¿Es hora? —preguntó.

—Nah. Te desperté un poco temprano.

Su sonrisa se ensanchó—. ¿Estás de humor para un poco más de


celebración?

—No si involucra mi trasero, bebé. Esa fue una seria embestida que hiciste
—El menor se veía positivamente satisfecho, y el rubio sonrió—.
Sintiéndonos bien con nosotros mismos, ¿verdad?

Su sonrisa se transformó en otra cosa, algo mucho más profundo—. Sí, lo


estoy. Me siento realmente bien. Por primera vez puedo recordar, que
estoy feliz.

La expresión en el rostro de Taehyung hizo que a Jungkook le dieran


ganas de llorar de gratitud.

—No tienes idea de lo feliz que me hace eso, bebé —dijo.

Se miraron el uno al otro con probablemente idénticas sonrisas tontas en


sus caras antes de que el castaño agarrara la cabeza de su novio y le
diera un beso sólido en los labios.

—Está bien, basta con la mierda cursi. ¿Qué tal una mamada de
celebración por despertarme?

Jungkook arrastró una mano desde el pecho del castaño hacia abajo y
buscó su polla, que estaba dura como una roca—. Pareces muy despierto
para mí.
El de piel canela parpadeó, haciendo un puchero—. ¿Por favor? ¿Porque
soy súper inteligente e increíble?

Lo era, sin duda. Se iba a graduar hoy, obteniendo el título por el que
había trabajado tanto. Y Jungkook no podría estar más orgulloso de él.

Este año que pasó, no había sido fácil para Taehyung. Su relación
requería que él aprendiera mucho y se confrontara con un pasado que
nunca se había dado cuenta de que tenía. Y conocer a su madre y a sus
hermanas tampoco fue un paseo por el parque. Aún no eran cercanos,
pero estaban en contacto, y él lo estaba intentando. Eso era todo lo que
cualquiera podía pedir después de lo que pasó, y Jeon no creí que Sullie
siquiera hubiera esperado tanto.

—Eres súper inteligente e increíble, pero no estoy seguro de cómo se


relaciona eso con una mamada —le dijo.

—Hombre, es una mamada. Trabaja conmigo aquí.

Ambos se rieron de esas palabras familiares. Sería imposible para él


olvidar cómo conoció a su chico plátano. Jungkook siguió sonriendo hasta
que lo tomó, porque a pesar de lo que algunas personas pensaban, no se
podía sonreír con una polla en la boca. Les retaba a que lo intentasen.

Se fue por lo rápido y sucio, y Taehyung se estaba corriendo en su


garganta en menos de tres minutos. No se había olvidado de sus
habilidades, aparentemente.

—Mmmm —suspiró—. Eres muy bueno en eso.

El rubio se arrastró hacia arriba y Taehyung le dio un beso descuidado,


lamiendo su boca por los últimos restos de su liberación. Cuando terminó,
acunó la mejilla de su novio.

—Te amo.
El corazón de Jeon saltó, como siempre lo hacía cuando su bebé decía
esas palabras. Todavía eran raras, y por lo tanto eran tan valiosas para él.

—También te amo.

El castaño le miró como si estuviera esperando algo, y Jungkook arrugó su


nariz.

—¿Vas a preguntar o planeabas esperar hasta esta noche? —dijo


Taehyung con una misteriosa sonrisa.

—¿Preguntar qué?

Su sonrisa se agrandó—. Pedirme que me mude contigo.

La boca del mayor se abrió—. ¿Cómo…?

Gentilmente sacudió su cabeza—. ¿De verdad pensaste que no me daría


cuenta de lo astuto que has estado al animarme a traer más ropa? ¿Mis
libros de estudio? Amor, me hiciste instalar mi PlayStation aquí porque me
dijiste que tu televisión era mucho más grande, y sería más divertido para
mí jugar aquí. Casi todas mis cosas están aquí, excepto por mis muebles y
mis cosas de cocina, que de todos modos no uso.

Oh, mierda. Aparentemente, no había sido tan sigiloso y sutil como


esperaba. Se aclaró la garganta—. ¿Cómo sabías que hoy quería
preguntarte?

—Vi una factura de tu compañía de seguros. Me has agregado a tu seguro


de arrendatario, a partir de hoy. Eres tan malditamente bueno en cosas
como esa, por cierto. Debajo de esa estrella porno salvaje late el corazón
de un hombre fiable, bebé.

Jungkook suspiró, admitiendo la derrota. La buena noticia era que


Taehyung no parecía enojado. Más como, expectante, de hecho. Como si
todavía quisiera que dijera las palabras reales. Y luego Jeon se dio cuenta.
Lo quería. Necesitaba que dijera las palabras porque no creería que era
real hasta que le escuchara decirlo.

Respiró profundamente—. Te amo, Tae. Demasiado. Y me encantaría que


te mudes conmigo. Quiero ir a dormir cada noche contigo en mis brazos,
sabiendo que estarás allí mañana y pasado mañana. Quiero pasar todas
las mañanas levantándome así. Quiero amarte lo mejor que pueda, si me
lo permites.

El rubio se quedó sin aliento, y todo ese tiempo, el menor le había estado
mirando con una expresión suave.

—¿Me estás pidiendo que me mude o me estás pidiendo algo más?


Porque eso sonó bastante romántico para mí, un poco exagerado para una
solicitud de mudanza, realmente. Más como una propuesta.

El corazón de Jungkook se detuvo. Simplemente se detuvo. El castaño no


estaba enojado, y tampoco asustado, pero había algo en sus ojos que
nunca había visto antes. Algo suave y amoroso y... confiado.

—¿Te estaba pidiendo que te mudes conmigo? —preguntó, su voz apenas


audible.

Taehyung le besó suavemente en los labios.

—Sí.

The end.
Joven lindo superficial, engreído, inmaduro, chico fácil, payaso. Elige el
que quieras, todos ellos aplican para Brewer. El mundo es su buffet de
culos y todos están en el menú. Tank nunca ha odiado a nadie como odia
a Brewer. Pero cuando Rebel les empareja para hacer una escena, tiene
que admitir que está deseando desahogar toda su irritación en su... bueno,
ya sabes. El problema consiste en que la escena se convierte en toda una
relación falsa, y no está seguro de que vayan a salir de eso sin algo de
derramamiento de sangre.

En lo que a Brewer refiere, Tank es el culo más aburrido y arrogante que


jamás ha conocido. El hombre no sabe cómo divertirse, ni siquiera cuando
está haciendo una escena. Y si hay un motivo para sonreír, es trabajar con
él, ¿cierto? Mucha más razón para ocultarle su verdadera personalidad
porque se burlaría de él. Pero cuando ambos tienen que fingir que de
verdad se agradan, algo inesperado sucede. Entre más tiempo pasan
juntos, más ve un lado diferente de él... y se atreve a mostrar un lado
diferente de sí mismo. ¿Qué diablos está pasando?

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