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—Me niego abuelo, no quiero ir—Se quejaba un pelinegro al teléfono— Porque

estoy bien con mis amigos y me niego a coronarme.

— ¡¿No te das cuenta de nada?! —Regañaba HeeChul colero— Jeon JungKook, te


ordeno volver a casa ya mismo.

—Bien, iré, iré—Se quejaba el chico— Ya rey HeeChul, su hijo irá allá.

—Hijo, sabes que te quiero y por eso te di libertad—Suspiraba el hombre— Pero es


hora que asumas tu verdadera responsabilidad como príncipe heredero y vengas a
tomar sucesión de mi lugar.

—Pero es que no quiero, quiero ser normal—Reclamaba cansado— Soy feliz como
estoy, sin lacayos, cabalgatas o cenas obligadas...

—JungKook, ¿No crees que eso hubiera hecho feliz a la abuela Hani? —Musitaba
mientras JungKook sentía la opresión en su pecho— Ella siempre quiso que tú
fueras un sucesor, luego de lo de tus padres...

—Lo sé, abuelo pero... ¿Soy el único que está por la línea sucesora?

—Oficialmente eres el heredero legitimo—Escuchó la emoción en la voz de


HeeChul— Desde que eres mayor de edad, eres ya casi el Rey. Por
favor JungKook es tu país...

—Lo sé, parto en la mañana entonces—Se resignaba el chico— Espero que en el


jet dejen ir con mascotas, mi gato Bokshil vendrá conmigo.

—Sí, bueno... nos vemos hijo—Despedía el hombre— Sabes que te quiero,


¿Verdad?

—Lo sé, siempre ha sido como mi padre—Comentaba el chico acariciando a su


gato— Nos vemos, ya mejor te dejo que tengo que hacer las maletas.
El chico colgó la llamada y lanzó su móvil en la cama, miró hacia las calles del
departamento en el que vivía y suspiró. Desde que empezó su carrera
universitaria en negocios internacionales, había rogado a HeeChul una vida más
universitaria. Y a duras penas el hombre accedió, pero eso sí, un guardia real le
vigilaría relativamente cerca.

¿Vaya libertad no? Pero JungKook se había sentido libre de qué comer, beber y
con quien convivir. Había hecho muchos amigos, entre ellos JiMin. Un peli
naranja muy entusiasta, ecologista y siempre le apoyaba en todo. Suspiró y
marcó a su amigo, lo invitaría ya que de todas maneras el Jet privado real era
muy amplio para ambos y el gato.

—Bueno mi Bokshil, iremos a una casa más amplia—El gato maullaba, al menos
uno sería feliz allá— Al menos tendrás más espacio para jugar, quien sabe mi
anterior cuarto era bastante más amplio que este departamento.

Luego de unos minutos, escuchó el timbre y sonrió. JiMin estaba allí.

—No te pases, ¿Cómo que viajaremos al centro del país? —Indagaba sonriente el
más bajo.

—Sí, bueno JiMin ya tengo autorizado decirte... o al menos merezco tener el


derecho—Empezaba a ponerse nervioso— S-Soy el príncipe JungKook, heredero
del trono.

— ¡¿Qué?! —Miró con estupefacción— Espero no estés bromeando niño del mal...

—JiMin, no. En serio es verdad—Sonreía el chico nervioso— Pues... ¿Aceptas mi


invitación?

—Claro que sí, iré a hacer las maletas y vendré para dormir acá—Se levantaba y
dirigía a la puerta— Vengo en un rato, mientras haz tu equipaje y emociónate.
¡Rey JungKook!

JiMin salía sonriendo del lugar, mientras JungKook negaba fastidiado con la
cabeza y sacaba sus maletas. Sabía que no sería necesario, así que solo haría la
más pequeña.
Odiaba tener que ser el heredero legítimo al trono, no quería gobernar toda una
vida. Quería disfrutar de la vida, recorrer el mundo y conocer el amor con alguien
que le quiera por quién es y no por su posición noble. Pero la última proclama de
la abuela Hani antes de fallecer, fue su deseo de ver a su nieto como el rey de
Hanyang y su abuelo HeeChul quería honrar a su esposa con aquello.

JungKook no podía objetar, también porque tenía ventajas eso de ser noble.
Como el que podía viajar en Jet privado, comprar todo lo que quisiera sin límites
y su favorita ventaja de todas, convencer a su abuelo de mejorar al país. Sólo
esperaba no tener que lidiar con mucho en cuanto llegara allá.

Mientras que en Hanyang, un castaño caminaba por los pasillos del palacio con
seguridad y una sonrisa arrogante. Mientras HeeChul viraba los ojos y suspiraba,
era Kim TaeHyung, conde de Hwaseong.

— ¿Qué pasa ahora TaeHyung? —Suspiraba el hombre.

—Nada, sólo vine de visita— Admiraba las flores de los jarrones— He oído que su
nieto es ya mayor de edad, el chico para el trono.

—Así es, ¿Hay algún problema con eso? —Indagaba curioso.

—Ninguno, por alguna razón se me ha citado en la audiencia real—Torcía la


boca— Así que, ¿Vamos su alteza?

HeeChul asintió y siguió al chico hasta la sala de asamblea, donde les esperaban
los parlamentarios con una sonrisa cortés. Se sentaron a escuchar la proclama
de ley.

—Bienvenido su majestad, conde Kim—Hablaba el presidente de la asamblea—


Como sabemos, el joven JungKook es mayor de edad ya y heredero al trono.

Ambos hombres asentían, mientras TaeHyung miraba curioso la situación.


—Bien, hay noticias muy maravillosas para el conde y quizá desafortunadas para
usted—Avisaba el líder— El conde TaeHyung es también candidato a gobernar,
pero si el príncipe se niega a hacerlo.

— ¿Qué? ¿Yo heredero? —Hablaba por primera vez Kim— Es extraño, no tengo
ninguna relación sanguínea con la familia Jeon.

—Así es, sin embargo su tátara abuelo fue el primo segundo del rey—Informaba
serio— Por eso es la condición de que puede ser si y solo si el príncipe se niega.
El rey nos informó que llegará mañana al palacio, así que se hará una fiesta en
su honor. Allí el príncipe decidirá su destino, joven TaeHyung.

TaeHyung miraba molesto al parlamento, odiaba estar atado a la decisión de un


mocoso caprichoso. Odiaba mucho al príncipe Jungkook. Asintió con la cabeza y
recuperó su voz, tratando de no sonar molesto.

— ¿Para qué se me trajo aquí entonces? —Miraba a todos— Me han hecho hacer
un día de viaje en automóvil, cuando bien pudieron mandarme la proclama al
castillo.

—Oh bueno, lamentamos eso conde Kim—Hablaba otro sujeto del parlamento—
Se le trajo aquí también para el baile, la proclama y para que sea el ayudante del
rey en su coronación. Una gran tarea.

—Bien, entonces me retiro. Me encuentro agotado—Informaba sin expresión—


Con su permiso majestad.

Cuando el Kim se había retirado, HeeChul miraba al parlamento serio. Era hora
de sacar todo al parlamento.

—Bien, ¿A qué trajeron a Kim? —Miraba serio— Dudo que solo a lo que se le ha
dicho.

—Muy bien pensado majestad, le trajimos para la cláusula de la ley— El hombre


enseñaba un viejo papel— Aquí marca que el joven Jeon se debe casar, usted lo
sabe por su situación con la reina Hani.
—Ya veo de que va esto, ¿TaeHyung será el marido?

—No, será la opción si JungKook no puede casarse—Avisaba el hombre— Y


también se Jungkook rechaza esta condición y la corona.

El rey asintió y salió del parlamento, ya se encargaría de ver las intenciones de


todo eso.

A la vez que TaeHyung era acomodado en una habitación de huéspedes en el


palacio, mientras miraba hacia el balcón con molestia.

—Ya me las pagarás, principito de mierda—Susurraba furioso.

Y no es que le interesara la estúpida corona, no. Sino que por un caprichoso


niñato se le había interrumpido de su tranquila vida, también porque por
cualquier deseo de ese príncipe su vida se vería afectada.

Si algo odiaba TaeHyung era no tener el control completo de su vida, y con la


noticia de la coronación y su posible destino, el control de su calmada vida estaba
viéndose afectado.
El príncipe pelinegro miraba a la par de su amigo el cielo, estaban a menos de
quince minutos de llegar a la capital de Hanyang. JiMin iba peinando su cabello
con una mano mientras acariciaba con otra mano al gato del menor Bokshil.

—Ya quiero llegar, estar en un jet es genial—Admiraba el peli naranja— Pero es


aburrido y contamina mucho.

—No te preocupes, cuando lleguemos pedía te dieran buena habitación—Sonreía


JungKook suspirando— Hace tres años que no estoy en casa, debe haber
cambiado mucho.

— ¿Cambian decoración seguido? —El príncipe asintió— Vaya, eso es tener


dinero. Bueno, eso explica que uses ropas muy caras...

—No es eso, se supone son por si viene alguien de visita real y...

—Aburrido...—Canturreaba abrochándose el cinturón.

—Lo es, por eso hui de casa. —Alzaba los hombros— Pero mi abuela y abuelo...
mejor dicho, mis padres, quieren que sea sucesor.

—Oh tu abuela es la hermosa Hani-ssi—Admiraba JiMin— Ahora veo todo,


siempre te me hacías parecido.

—Bueno... ¿Qué planeas hacer cuando lleguemos?

—Conocer contigo el castillo—Sentía el aterrizaje— Parece locura pero no


recuerdo mucho. Prefiero mi departamento.

—Igual era grande—Puntualizaba JiMin— Vaya, ya llegamos.

El pelinegro miró por la ventana del aeropuerto real, suspiró y tomó a su gato.
Salió del Jet junto a JiMin, el cual miraba sonriente y emocionado todo.
—Príncipe, el rey HeeChul me ha pedido que viniera por usted—Sonreía amable
un hombre— Me llamo Jung HoSeok.

—Soy JiMin, el amigo real—Saludaba mientras caminaba a la par de Jungkook.

—Sí, ¿Dónde está mi abuelo?

—El rey ha tenido juntas desde la mañana—Hablaba mientras conducía— Si


quiere su alteza y su amigo, pueden llamarme J-Hope o Hobi.

—Hobi suena mejor—Señalaba JungKook— ¿Llegamos?

—Así es, subiré las cosas a sus habitaciones—Sonreía amable— Ahora, puede dar
un vistazo al palacio.

JiMin miró a su amigo mientras HoSeok se retiraba del lugar. JungKook miró a
su amigo e hizo un además con su manos, mientras avanzaban al interior del
castillo.

—Vaya, es enorme...—Admiraba los pasillos JiMin— ¿En dónde dormiremos?

—Me han dicho que en el ala este, ya que una de las habitaciones está ocupada—
Se adentraban a la cocina— ¿Quieres algo de comer? Yo muero de hambre.

—Sería genial comer pizza—Sonreía el peli naranja.

—Pizza es genial— Miraba al cocinero— ¿Es posible que sea pizza?

—Lo que ordene majestad— Sonreía el hombre— Me alegro que haya vuelto.

—Vaya pero que nieto tan intranquilo tengo, ¿No crees MinGyu? —Escucharon
una voz.

—A-Alteza...—Susurró JiMin— Y-Yo... J-JiMin...

—Tranquilo, soy una persona normal—Sonreía HeeChul— Bienvenido, JiMin.


JungKook nos ha hablado de ti.
—Sí, bueno... somos buenos amigos—Hablaba JiMin sonriente— Un placer rey
HeeChul.

—Bueno, te dejo con mi abuelo un momento—Hablaba JungKook— Iré por unas


cosas a mi habitación, igual si no puedes pedir que te lleven a la tuya. Mándame
un mensaje.

El pelinegro salió de la cocina y suspiró mirando el castillo, quería ir a su


habitación a desempacar o a ver como se había decorado. Caminaba
tranquilamente mientras miraba los viejos cuadros familiares, tantas caras
desconocidas pero significativas...

TaeHyung estaba aburrido, luego de correr un poco y leer se sentía fatigado.


Odiaba estar en ese lugar, pues no se sentía emocionado y divertido. Más bien
aburrido y odiando más y más al príncipe Jungkook.

—Supongo que tendré que encerrarme en la habitación—Susurró dirigiéndose a


las escaleras.

Pero una figura en el pasillo interrumpió su plan, miró con atención al chico. No
lo había visto el día anterior en el lugar, quizá por el tamaño del castillo. Pero no
pudo evitar fijarse en lo delicado y hermoso que era aquel chico.

Incluso aunque estaba con una mirada algo cómica, parecía estar en su mundo.
TaeHyung sonrió ladino, mientras miraba con más detalle al chico. Vio como dos
mucamas se acercaban a él.

—Príncipe JungKook, hemos hecho su alcoba—Hablaba una castaña— Puede


dirigirse allí si así desea.

—Muchas gracias, en seguida iré—Comentó sin dejar de ver los cuadros—


Pueden retirarse.
TaeHyung se dio cuenta de que aquel hermoso chico era el príncipe dueño de sus
jaquecas. Otro motivo más por el que odiaba estar allí. Lo que no sabía, es que
JungKook ya lo conocía. TaeHyung siempre había sido el primer amor del chico,
desde que lo vio en la fiesta número dieciséis que tuvo. Cuando el castaño tenía
ya 18 cumplidos.

—Si cierras la boca no parecerás ido—Soltó de pronto, asustando al pelinegro.

—Nadie ha pedido tu opinión—Se quejó frunciendo el ceño.

—No, pero era un amable consejo de mi parte—Miraba engreído.

—Eres tan...—Apretaba los puños— Mira tú...

—TaeHyung, conde Kim TaeHyung—Se presentaba reverenciado— Principito.

—Ya te he dicho que no me digas así—Avanzaba escaleras arriba— Odio eso, eres
despreciable.

TaeHyung subía por las escaleras laterales a la par de Kook, y el menor bajó
furioso las escaleras.

—Déjame en paz.

JungKook salió a la cocina nuevamente y HeeChul lo miró con extrañeza, igual


que JiMin, el cual comía helado al lado del rey. JungKook los miró y suspiró para
sentarse al lado de JiMin y robar helado, mientras HeeChul miraba nervioso la
escena. Era ahora o nunca.

—JungKook, quiero que hablemos en privado—Llamaba su atención— Sígueme al


despacho, volvemos ahora JiMin-ah.

El de cabellos naranjas asintió mientras seguía comiendo e indicando como


quería la pizza al chef, JungKook sonrió y avanzó con su abuelo al viejo despacho
familiar. Al entrar, HeeChul tomó una mirada seria e indicó al menor tomar
asiento.
—Bien, ¿Qué pasa abuelo?

—Como sabrás, eres elegido legítimamente para gobernar aquí—JungKook


asintió— Bien, hay algo así como una condición.

— ¿Qué es esa condición? Me estás asustando.

—Es que contraigas nupcias—JungKook palideció— Tienes que casarte para


tomar mi lugar.

—P-Pero es una injusticia, ¿Qué pasa si me niego?

—Le cederán el trono a Kim TaeHyung, el conde de Hwaseong— JungKook


palideció más, ¿Se lo darían a ese engreído? — Y entonces serás libre.

—Yo... tengo que pensar todo. Pero no quiero que ese idiota gobierne—HeeChul le
miró extrañado— Iré a mi habitación, con permiso abuelo.

JungKook salió del despacho sin decir más. Se sentía enfermo, cansado y muy
molesto. Cuando vio a JiMin comiendo pizza suspiró, se sentó a su lado y empezó
a comer en silencio.

—¿Malas noticias? —Habló JiMin de pronto.

—Las peores del mundo—Suspiró cansado—. Realmente no quiero hablar de ello,


¿Comemos?

El peli naranja asintió en silencio, respetaba las decisiones de su amigo. Y,


cuando estuviera listo para contar sus penas, sabía que lo haría sin más.

HeeChul suspiraba frustrado mientras veía la imagen de su esposa y su hijo con


su nuera. ¿Estaría haciendo las cosas bien?
Sus pensamientos se vieron irrumpidos por el sonido de la puerta, alzó la vista y
movió la cabeza de lado a lado.

—Adelante—Sentenció.

TaeHyung entraba al lugar con elegancia, mientras paseaba su seria mirada por
el lugar. HeeChul miró con interés aquello.

—Vine a decirle que no cuenten conmigo para entrenar o lo que sea al príncipe.

—Pues... En realidad ahora no estoy seguro ya TaeHyung—El chico lo miró


curioso—. En fin. ¿Te interesa en verdad gobernar la nación?

—Siendo sinceros su majestad, ni un poco— Hablaba tranquilo—. Pero supongo


que soy mejor candidato que su propio nieto.

—¿Qué te hace decir eso? —Frunció el ceño—. ¿Qué sabes de mi nieto que yo no?

—Con todo respeto, ha pasado fuera de aquí mucho tiempo—Se aclaraba la


garganta— además de que dudo mucho que lea diarios locales o vea las noticias.

—¿Tú lo haces? ¿Es eso toda tu objeción?

—Lo hago en efecto— Se levantaba del lugar— Como ya dije, no me interesa el


trono. Pero si no hay nadie además de JungKook... Supongo debo arriesgarme.

—¿Por qué eres así? —Miraba con tristeza— Dudo mucho que Taeyeon y
BaekHyun te criaran de esa manera.

—Mi tío Kai siempre fue mejor, supongo que por eso—Recordaba sus días
felices—. Además, no hay nada ni nadie que me alienten a cambiar.

—Tu tío Kai no era la mejor persona, tus padres sin embargo...

—No vine para hablar de mi pasado, así que con su permiso.


TaeHyung se retiraba dejando a HeeChul melancólico. Si tan solo ese chico
volviera a ser el dulce chico que había sido en el pasado. El mayor siempre había
creído que el pequeño Kim y su nieto podrían ser una buena pareja.

Pero desde hace mucho que el castaño era frío, arrogante y diferente. Él más que
nadie deseaba que las cosas no salieran de control con ambos chicos en el
palacio.
—Te lo juro Jackson estoy muy harto de ese niñato— Se quejaba el castaño
mientras masajeaba sus cienes— Es tan caprichoso y tan idiota…
—Ya, no digas eso del príncipe JungKook—Regañaba el mayor— Eres un conde,
además… ¿Qué hay de malo en que le ayudes a ser mejor persona?
—No es eso en sí, es que él es…—Lanzaba un puñetazo al escritorio donde
estaba— Es tan irritante y tan… ni siquiera sé porque la asamblea lo quiere de
rey, ¡Es un universitario inmaduro!
—Debo suponer entonces que… ¿Eres más maduro? —TaeHyung lo fulminó con
la mirada— Hombre, es que eso es lo más idiota que te he oído decir.
—No es idiota, simplemente que… no soporto la idea de que ese niño me mande—
Lanzaba un bufido— Pero tengo que soportar esto… es que simplemente esto es
absurdo.
—Te volverás más viejo si haces más de esos gestos—Se burlaba Jackson— De
igual manera, no debes expresarte así.
—Contigo no se puede… —Se levantaba del escritorio— Hoy se supone es el baile
real, ¿Correcto?
Jackson asintió dudoso.
—Su primo NamJoon vendrá al baile también—Habló sonriente— Mark me lo dijo
ayer esta mañana que hablamos.
—Bien, ¿Cómo van las cosas con BamBam? —Indagaba curioso, hace mucho que
no sabía de aquellos dos.
—Vaya que vives en tu mundo amigo—Reía el rubio.
—No lo entiendo, ¿Qué sucede?
—Hace mucho que no estamos juntos—Sonreía— Él ahora es feliz, con un chico
llamado YuGyeom. Yo estoy con Mark.
—Pero creí que Mark y tú…
—Sí, nos odiábamos. Pero cuando terminé a BamBam…—Suspiraba
enamoradizo— Él me ayudo, bueno no es como si llevara mucho con BamBam…
—Creí que seguían juntos—Se disculpaba— Lamento haber sido inoportuno.
—No te preocupes TaeHyung, al menos ya no estás tenso—Reía como loco—
Bueno, iré a avisar de la llegada de NamJoon. Permiso.
TaeHyung asintió mientras veía como Jackson salía de la habitación. Soltó un
bufido molesto y en su mente la imagen de aquel irritante príncipe llegaba de
pronto. Jeon JungKook era el príncipe más desesperante.
—Supongo debo ayudarle…—Analizó de pronto— Aunque no se sí…
Sintió una opresión cálida en el pecho, esto no debía ser así. No después de sus
encuentros con aquel mocoso. Salió de su habitación con pasos tranquilos.
Mientras que JungKook estaba con JiMin viendo algunos postres para la cena,
mientras que analizaba su situación. Tener que casarse y ser rey… todo se había
puesto de cabeza para el chico, no es que no le gustara su reino. Lo amaba con
su corazón, pero el tener que contraer nupcias para incluso poder gobernar aquel
prospero lugar…
—JungKook, ¿Estás bien? —Escuchó la voz de JiMin.
—JiMin… yo en realidad no—Soltaba un suspiro— No estoy seguro de que
quiero…
—Oh podríamos pedir algo de comida frita entonces…
—No es eso, es más bien sobre el reino—Miraba a todos lados y se acercaba a
JiMin— No sé si soy el mejor para gobernar.
—No digas eso JungKook, eres el mejor para hacerlo—Sonreía animado—. Siendo
sincero, sé lo mucho que te preocupas por el reino. Siempre pensé que eras una
especie de entusiasta que amaba al país pero ahora… comprendo todo.
—Es que me puse a pensar en todo esto y no sé si quiero hacerlo—Soltaba
nervioso el chico— No sé si en verdad quiero ser rey o solo es por lo que quieren
de mí.
—Creo que deberías pensarlo, además tiene ventajas este lugar—Reía divertido.
—Eso es cierto, que hagan mis comidas favoritas…—Ambos chicos reían
divertidos.
—¿Estará mal pedir algo de leche chocolatada?
—No lo creo, mejor pidamos un chocolate caliente—Reía el príncipe alegre— Y
unos emparedados, suena excelente.
—¡Viva el príncipe! —Sonreía emocionado JiMin.
Sin saber que cierto conde los había escuchado desde la puerta de la cocina.
TaeHyung rodó los ojos con molestia y lanzó una mirada molesta al príncipe
Jungkook. Salió del lugar sin querer seguir escuchando aquella plática, era tan
molesto que el chico pensara de esa manera y solo quisiera ser príncipe por ello.
Aunque no se había quedado lo suficiente para ver como JungKook dejaba de reír
y miraba serio a JiMin.
—Quiero gobernar para mejorar al país, así que supongo esa es mi meta—Soltaba
un suspiro— También quisiera ayudar pero creo que no estoy del todo
preparado…
—Ya sabrás que hacer en su debido tiempo—Tomaba algo de helado— Además
quizá en tu boda haya sorpresas. No sé.
—Tienes razón…—Reía nervioso para luego pedir la cena.
Luego de esos instantes en la cocina, fueron informados los mejores amigos por
un guardia, que sería esa noche una fiesta para el príncipe. Su bienvenida oficial
a casa. JiMin estaba emocionado, así que tomó a su mejor amigo de la mano y se
fueron a cambiar, esa noche prometía mucho.
La noche caía y con ella la gente empezaba a llegar, el palacio se había decorado
con flores desde la entrada, una larga alfombra roja también se combinaba con la
decoración. Limosinas y muchos autos deportivos lujosos empezaban a llegar al
patio frontal, donde los encargados del estacionamiento eran muchos.
—¡El duque de Hondae! —Informaba el anunciador real— ¡Kim NamJoon!
Un chico alto de cabellos cafés salía del auto con una sonrisa galante, mientras
suspiraba al ver el castillo. Sabía que allí estaba su primo, esperaba que no
estuviera muy molesto.
—¡El noble SeokJin! —Informaba el chico— ¡Y su hermano pequeño Ren!
—Vamos pequeño Ren, es hora de entrar—Informaba el mayor.
—Sí, Hyung—Se emocionaba el pequeño de cuatro años.
El de cabellos rubios salía con un pequeño vestido de manera adorable, con un
trajecito de militar inglés sin el casco enorme, con un peinado muy tierno.
Haciendo juego con el traje azul de su hermano mayor. El pequeño Ren miraba
con curiosidad el castillo. Entraban con una sonrisa, pues Jin se encargaría de
cuidar a Jungkook y a su hermano al mismo tiempo, sería emocionante.
Más gente seguía entrando, mientras en el interior del castillo se preparaban para
la entrada del rey HeeChul y el príncipe Jungkook. Como una tradición real,
JungKook tenía que bailar con todos los solteros disponibles y nobles, incluyendo
al molesto de Kim TaeHyung. JungKook esperaba conocer al que fuese como su
príncipe azul.
—Ya viene el rey—Informaba un chico sonriente— Preparen las cosas, repito. El
rey ya viene, posiciones.
—¡Ya viene el rey! —Susurró una dama de llaves— Todos derechos y sirvan bien a
todos.
—Ya viene entrando—Avisaba HoSeok— Águila en vuelo.
HeeChul avanzaba con tranquilidad, con su amplia capa roja por detrás y una
corona de oro sencilla. Miraba el recibidor ordenado y con sus flores azules
preferidas, además de unas blancas que a Hani le encantaban. El chico que
organizaba todo se reverenció y HeeChul se acercó a él.
—Sé ya que es un atuendo hermoso—Sonreía el hombre— ¿Han llegado los
invitados HoSeok?
—Su majestad va tarde—Informaba divertido.
—Un rey jamás llega tarde—Acomodaba su cabello— Los demás simplemente
llegan antes.
HoSeok asintió con una sonrisa y avisó al anunciador la llegada del rey.
— ¡Su majestad el rey HeeChul de Hanyang! —Las puertas se abrían para dejar
entrar al hombre.
—Bienvenidos amigos míos, es un placer recibirles esta noche—Sonreía con
caballerosidad— Disfruten de la velada.
Champán, vinos muy caros y comidas internacionales era el festín ofrecido en la
fiesta, HeeChul era informado de la entrada de JungKook. Ya que JiMin estaba
esperando a su mejor amigo debajo, junto al resto de invitados.
HoSeok hizo un ademán de entrada al anunciante y este asintió, para luego
poner un pequeño golpe en el piso. Silenciando a los invitados.
—Bien, como saben ha venido mi nieto JungKook—Sonreía el rey— Vamos a
celebrar y brindar por JungKook mi adorado nieto.
— ¡Presentando a su alteza real el príncipe Jeon Jungkook príncipe de Hanyang!
—Alzaba la voz el presentador.
Luego las puertas se abrían para dar paso al príncipe JungKook, el cual lucía un
traje blanco con detalles en color rojo y dorado. El chico sonreía amable y bajaba
las escaleras, para detenerse en medio de estas y saludar a los invitados.
— ¡Mi nieto JungKook! —Sonreía emocionado HeeChul.
El chico bajó y el baile se inauguró, JungKook reía al verse bailando con chicas y
chicos. Unos más extremos que otros.
—Vaya alteza, baila más que bien—Halagaba el hombre— En verdad que lo hace.
—Gracias, aunque yo no entiendo muy bien el baile de este estilo…
El hombre sonreía y otro más se acercaba con una sonrisa para luego tomar al
chico y bailar.
—Uno, dos, tres… uno, dos, tres…—Susurraba el chico mirando al piso y bajando
y subiendo la mano de Jungkook con mucha energía.
JungKook miraba a JiMin, el cual se reía con diversión al lado de HoSeok y Jin.
El pequeño Ren dormía en brazos del mayor.
—Un, dos, tres…—Alzaba la mirada para sonreír al príncipe.
JungKook amablemente saludaba al chico y reía sin querer en realidad hacerlo.
Era incómodo el baile. La gente miraba aquello y hablaba del príncipe, se les
hacía muy atractivo pero se veía tan tierno…
Habían llevado el pastel de JungKook y el castaño, junto a JiMin picoteaban las
flores de crema batida.
—Eso no es bueno príncipe…
—Sí, no es muy higiénico…
—Lo siento yo… ¡YuGyeom! ¡BamBam! —Sonreía abrazándolos.
—Cuánto tiempo—Sonreía el más alto— BamBam quería venir antes pero el
duque…
—Lo bueno es que están aquí—Sonreía emocionado, girándose a JiMin— JiMin,
ellos son mis mejores amigos en la infancia…
Los chicos hablaban emocionados, conociéndose, luego SeokJin se unía a ellos
con una sonrisa. HeeChul miraba la escena con una sonrisa, quería que su nieto
disfrutara de la velada. JungKook caminaba y reía con los tres chicos hasta que
chocó con alguien, pisándole sin querer.
—Lo siento…
—Descuide príncipe—Miraba con una sonrisa muy sarcástica TaeHyung— Con
su permiso.
TaeHyung se alejaba hacia otro chico alto, el cual curiosamente hablaba con
SeokJin. JungKook miró la escena con un suspiro, hasta que una chica tocó su
hombro y le invitó a bailar.
—Bien, sacaré mis mejores pasos—Sonreía.
La chica sonreía y empezaba a hacer pasos de porrista, se abría de piernas
haciendo que JungKook tomara posiciones incomodas agachándose para no
soltar a la chica.
—Vaya ese príncipe es muy guapo—Comentaban varios a su alrededor— Que
lástima que baile con esa chica…
—Está bailando o… ¿Invocando a satanás con un ritual? —Miraba JiMin con
risas.
—No lo sé. Es muy raro aquel baile—Opinaba Jin— Pobre de mí JungKookie.
—Lo peor es que no hay más con quien pueda bailar—Opinaba YuGyeom.
TaeHyung alzó la vista de su copa de champán y vio la incomodidad pero a su
vez, la caballerosidad en el príncipe. Casi lo conmueve. Casi.
Decidió hacer un acto de caridad hacía el príncipe y se aproximó con elegancia
hacia donde el chico bailaba, tocó el hombro de la chica y encaró a JungKook.
—Creo que es mi turno con su majestad—Informaba a la chica, la cual se
alejaba— ¿Me permite la pieza?
JungKook asintió y TaeHyung pasó una mano por la cintura del chico y con la
otra guiaba a JungKook en un elegante baile. JiMin y HeeChul miraban la escena
emocionados, aquellos dos se veían jodidamente bien juntos.
—En verdad te agradezco Conde TaeHyung—Hablaba sincero el chico.
—No es nada príncipe Jeon, era obligación mía hacerlo—Le daba una vuelta al
chico— Aunque me pisaras.
—Oh lamento eso, en verdad—Sonreía agradecido— Me alegro que mi torpeza no
altere su destreza.
—Claro, puedes pisarme cuando quieras—Ironizaba.
Fuera de su discusión, los amigos del príncipe miraban la escena con un suspiro.
Ambos estaban en el centro de la pista, resaltando entre los demás. Y es que
TaeHyung tenía un traje negro con azul marino y adornos dorados, como si
hubieran combinado los trajes en algún espacio mágico.
—Hacen una hermosa pareja…—Susurraba Jin.
—Sí…—Comentó NamJoon de pronto cerca de él, muy cerca.
—Awww…—Suspiraban todos con ternura ante la escena.
Su baile era elegante y con pasos perfectos, sincronía perfecta y esos chicos con
rostro perfecto. Sus cuerpos en las vueltas se unían, haciendo que ambos se
miraran a los ojos profundamente. JungKook sabía que este recuerdo estaría
mucho tiempo en su mente.
JungKook estaba aburrido, sentado en la gran sala de su habitación comiendo
algunas cosas. No tenía idea de donde estaban los demás, solo JiMin el cual
comía palomitas a su lado.
—Príncipe JungKook—Llamaban al menor.
—Jin-Hyung… ¿Pasa algo? —Miraba curioso.
—Lo siento, vengo a decir que el tío del conde TaeHyung está aquí—Sonreía
abiertamente.
— ¿El tío de TaeHyung? —Miró con mucha curiosidad— ¿Quién es y porqué debo
saber esto?
—Él es el causante de que Tae sea así realmente—Suspiraba cansado— El duque
tercero Jookhyung es muy… ambicioso, sinceramente a Tae lo conozco desde que
era niño, como a ti. Pero no sé…
— ¿Qué no sabes? —Indagó curioso JiMin.
—TaeHyung es una persona amable y con sentimientos muy puros—JungKook lo
miró sin creer— Y me duele como cambió desde un momento para otro, es decir
sus padres… JongSuk y ShinHye eran amables.
—No sabía que no tuviera padres…—Analizó JungKook— Pero realmente no le
entiendo, creo que no lo haré.
Jin sonrió, porque él, JiMin y todos se dieron cuenta de aquella chispa que había
entre ambos. Sólo que no lo diría, esperaba que ambos se dieran cuenta.
—Igual creo que deberás casarte, ¿No? —Preguntaba curioso JiMin— O eso es lo
que escuché, no sé.
—Se me hace absurdo, mi abuelo quiere que lo haga en treinta días…—Caminaba
de un lado a otro, no notando la presencia de HeeChul— Esto es una trampa, que
sea así es mi única elección… ¿Por qué?
—JungKook, sinceramente eso lo hice yo—Admitió HeeChul, causando que le
miraran con sorpresa— Hani y yo solo éramos amigos, en aquellos días yo estaba
enamorado de una chica llamada Hara, pero nuestros padres nos
comprometieron… al inicio solo le tenía cariño, pero con el tiempo logramos
amarnos. Tu padre, MinHo es fruto de aquel amor.
—Pero yo no quiero eso abuelo—Suspiraba JungKook melancólico, causando que
JiMin se sintiera un tanto triste— Mis padres, Suzy y MinHo se amaban y yo
quería eso…
De pronto las palabras de su padre se le vinieron a la mente, causándole un golpe
de realidad.
—El valor no es la ausencia del miedo, sino el conocimiento de algo más
importante…—Musitó de pronto, encarando a su abuelo y a los presentes— Sé
que es mi destino esto, así que espero cambie todo al reinar.
—Así se habla amigo—Aplaudía JiMin.
JungKook soltó un suspiro, deseando realmente poder encontrar el amor muy
pronto.

En otra habitación, TaeHyung, NamJoon, Jackson y YuGyeom estaban sentados


mientras jugaban cartas con el tío de los dos primeros, Jookhyung el cual era un
anciano cascarrabias que miraba atento a los chicos.
—TaeHyung, tú deberías ser el Rey— Animaba con una sonrisa traviesa— Eres
mayor, responsable y más cercano a tu nación que ese príncipe.
—Eso es cierto, pero… ¿Cómo le haremos?
—Fácil, es como en las apuestas—Sonreía mientras mostraba sus cartas—
Sabotaje y luego ganar el juego.
—Lo es, pero jugaste sucio y eso es malo—Se quejaba serio.
— ¿Quién dijo que no lo hice? —NamJoon y Jackson solo miraban negando
frustrados, mientras YuGyeom solo ignoraba al hombre.
Igual es hora de reunirnos con el rey y príncipe.

HeeChul acomodaba los últimos detalles de algunas construcciones nuevas,


mientras miraba con atención a todo. HoSeok se acercó con una sonrisa y
suspiró.
—El joven TaeHyung y su… compañía le están a punto de llegar—Informaba
mientras HeeChul se levantaba— Así que hay que recibir su visita de hoy.
—Lo sé, él no se queda aquí por nada del mundo—Informaba mientras se
acercaba a JungKook, quien le esperaba con un traje de lana en tonos pastel y se
acomodaba el cabello— El duque tercero no se debe quedar, así que HoSeok vigila
por favor.
—Es increíble que el parlamento invite a quien quiera aquí, es inaceptable.
—No lo hicieron ellos—Sentenciaba HeeChul— Yo lo hice realmente.
— ¿Qué? ¿Por qué? —Se quejaba el menor— Si ya odio al sobrino por lo imbécil
que es… ¡Imagina al tío!
—Si hay complot, quiero al menos que sea bajo mi vigilancia— Informaba
sentándose.
Mientras que muy cerca de ellos, el conde de Hanyang TaeHyung y su compañía
bajaban del auto con pesadez, escuchando las quejas del tío de Kim.
—Deberían ser más cuidadosos—Reclamaba a HoSeok— Casi es una burla que
nos reciban así.
—Por favor el rey HeeChul…
—Nada, mejor avancemos antes de que me ponga de malas.
HoSeok suspiró, mirando como TaeHyung y el resto solo bajaban la cabeza
avergonzados. Jin ya le había dicho que no eran en realidad iguales, pero él se
aseguraría de proteger a JungKook. Dentro del palacio, JungKook no parecía
estar igualmente tranquilo.
—No seré amable, porque seguro es grosero, arrogante y egocentrista…
—Calma JungKook, ¿A caso lo conoces? —Indagó HeeChul curioso.
—N-No necesito ser genio—Argumentaba nervioso— Además, ¿Por qué TaeHyung
quiere el trono ahora? A ese que le pasa…
—Como sea debemos ser amables—Argumentaba serio HeeChul— Recuerda
nuestra diplomacia.
—Presentando al conde de Hanyang TaeHyung y a su tío, el conde tercero
Jookhyung—Escuchaban la voz de un chico pelinegro— A continuación, el rey
HeeChul y el príncipe JungKook.
JungKook miró con sorpresa la seriedad de TaeHyung al lado de su tío, aquel
hombre no le daba confianza. TaeHyung se reverenció y se posó frente a HeeChul.
—Gracias por el recibimiento—Se quejaba Jookhyung— Es agradable verle
majestad.
—Muchas gracias por invitarme al palacio nuevamente—Agradecía TaeHyung con
diplomacia.
—No es nada, debo presentarle a mi nieto—Sonreía mirando como JungKook
evadía a todos, mirando a otro lado.
—Alteza Jeon—Saludaba cortés TaeHyung.
—JungKook, saluda al invitado. ¿Quieres? —Indagaba HeeChul curioso.
JungKook trataba de regular su furia, mirando a un jarrón que parecía ser más
importante que TaeHyung. Soltó un suspiro pesado y encaró al mayor con una
sonrisa falsa y muy sarcástica. Se colocó derecho y se acercó a TaeHyung.
—Conde de Hanyang, Kim TaeHyung—Le tomó de las manos con delicadeza—
Deje le muestro mis respetos.
Y ante la sonrisa victoriosa de TaeHyung y la mirada de los presentes, JungKook
alzó la rodilla con velocidad y certeza. Dando en el medio de las piernas de Kim.
HoSeok abrió la boca asombrado, BamBam no pudo evitar reírse y HeeChul miró
alarmado a JungKook.
Viendo como este último daba la media vuelta y con una sonrisa se iba del lugar,
dejando al chico en el suelo retorciéndose de dolor.
—A-Así debe saludar…—Murmuró con dolor Kim.
—I-Iré por algo para el dolor—Hablaba nervioso HeeChul.
HoSeok se acercaba a Jookhyung nervioso, mientras BamBam y Jin llevaban a
TaeHyung a otra parte.
—Y ahora nuestro príncipe baila flamenco— Se burlaba Jookhyung— Y así
quieren que nos gobierne…
—Fue un accidente—Defendía HoSeok.
—Ajá, un accidente.

HeeChul caminaba furioso hacia la habitación de JungKook, al llegar le encontró


con JiMin hablando como si nada de lo que hizo hubiera pasado. Se acercó con
enojo y se paró frente al menor.
—Se puede saber… ¿Por qué has hecho aquello? —Exigía el rey— ¿Qué pasó
afuera?
—Lo siento, es que… antes incluso del baile…
—Vamos Kook, dile al rey lo que pasó.
—Bien, antes de que vinieran incluso al baile le vi—HeeChul miró sin entender—
Vi al conde Kim TaeHyung antes de esto.
—Creo que todos hemos visto como bailaron aquella vez—Interponía JiMin
sonriente.
—Bueno… creí que estaban coquetos esa vez— Hablaba HeeChul algo curioso.
—Quizá coqueteamos un poco en el baile—Admitía JungKook— Pero es tan
odioso que… me siento tan estúpido ahora…
—Como rey, saben chicos que no puedo tolerar estas cosas—Hablaba serio, para
sentarse al lado de JiMin y mirar a su nieto— Como tu abuelo y con la
experiencia de mi linda Hani… entiendo.
—Su esposa… ¿También le pateo las bolas? —Indagaba JiMin con confianza.
—Hani era una persona muy enérgica… —Soltó un pequeño aplauso— Si vienen
conmigo les enseñaré algo.
Ambos chicos sr levantaron con sus helados a la mano, curiosos y sonrientes.
—Será mejor vengan sin helado—Sonreía avanzando.
—Oh, bueno vamos JiMinie—Sugería JungKook.
Ambos chicos salieron del lugar, dejando los helados en la mini nevera que tenía
aquella habitación de JungKook.
—Bueno, sabes que tu vieja habitación…—Los guiaba por un corredor enorme—
Será la de JiMin improvisada, ¿correcto?
—Sí, así es.
—Han terminado la tuya, tenían que haberla terminado hace unos días…—Abría
una puerta— Pero he pedido que la hagan más… moderna.
—Oh pero no era necesario—Apuntaba nervioso— Con la red de internet en todo
el palacio me hace feliz… también a JiMin.
—Sí, creo que es fantástico…
—No, quiero que tengas lo mejor y… aprendí que el primo del duque solo sirve en
arte—Reía nervioso— También YeSung aportó con la tecnología del lugar.
—Oh entonces debe haber cosas asombrosas—Admiraba.
Cuando las puertas de la habitación fueron abiertas a la par, una sala en colores
azules, dorados y beige se mostraba. Con el toque tradicional del palacio, pero
con cosas muy modernas como una pantalla enorme y sofás de última moda.
—Esto es…—Jungkook abría la boca con sorpresa— Es increíble… abuelo…
—Vaya, esto es más que en mis sueños—Puntualizaba JiMin.
—¡Overwatch! Es fantástico—Se paseaba por la sala— ¡Abuelo HeeChul esto es
maravilloso!
—Me alegra que te guste—Lo tomaba de la mano e invitaba a JiMin a avanzar—
Les mostraré más.
Abría una segunda puerta a la habitación del menor, la cual estaba decorada de
azul y con una cama que se veía como de película. JungKook sonrió y se lanzó a
esta junto a JiMin. Mirando también un castillo azul para su gato Bokshil.
—Parece ser que les ha gustado la habitación—Sonreía, viendo como HoSeok se
acercaba de pronto.
JiMin y JungKook miraban como HoSeok parecía decirle algo importante al
mayor, ya que este solo asentía y miraba a los chicos.
—Iremos en un momento HoSeok—Encaraba a los chicos— JungKook, la lista de
posibles candidatos.
—Candidatos… ¿A qué?
—Oh sí JiMinie…—Sonreía nervioso— Voy a casarme…
—¿Con quién? —Miró con sorpresa.
—Bueno… veremos en la sala a los candidatos y candidatas—Sonreía nervioso—
Aunque creo que será un chico el elegido.
JiMin solo asintió con nerviosismo, dejándose guiar por HoSeok y HeeChul hasta
la sala de proyecciones personal de Jungkook, la cual estaba en otra habitación.
—Varón Kim Hyungjoong…—Presentaba HoSeok—. Edad treinta y un años…
—No, no me gusta—Hablaba HeeChul— Tiene el vicio del juego.
—Sí, igual está viejo para JungKook—Se quejaba JiMin.
—Bien, el príncipe Kwon JiYong—Señalaba HoSeok la foto de un chico de
cabellos rojos.
—¡Sí! ¡Claro que sí acepto! —Gritoneaba JungKook emocionado.
—También lo aceptaría sinceramente—Admitía JiMin.
—Oh, él no es elegible ya que hereda trono—Hablaba HoSeok— Además de estar
ya con Choi SeungHyun.
—Entonces… ¿Por qué lo pusiste?
—Es que no pude resistirme, es perfecto—Admitía BamBam de la nada.
—Oh, lo preparó BamBam—Miró con sorpresa HeeChul a HoSeok.
—Sí, él quiso ayudarme.
Mostraban una foto de un joven muy bien parecido, el cual tenía cabellos
castaños.
—Él es Lee TaeMin, no es de la realeza pero es de buena familia—Puntualizaba
BamBam
—No creo que quiera a otro bailarín—Señalaba HoSeok— Es guapo pero…
—Siguiente…—Dijeron JiMin y Kook a la vez.
Y no es que tuvieran algo contra el chico, simplemente querían ver más opciones.
—Igual ponlo en todas las invitaciones—Sonreía HeeChul— Es un bailarín nato.
Mostraban la foto de un sujeto de cejas pobladas y de cincuenta años.
—Muy viejo—Se quejaba HeeChul.
La foto de un niño de doce años, llamado Park JiSung. Luego de otro sujeto más
grande.
—Él es demasiado joven—Se quejaba JungKook— Y el otro…
—Son demasiados arrestos para YunHo.
—Necesitamos a alguien que gobierne con JungKook, que no pierda noción de las
cosas—Empezaba a hablar HeeChul con cansancio— Atractivo, con título, listo y
nada arrogante. Debe mostrar compasión y que le guste a JungKook.
Las fotos pasaban hasta que dieron en cierto chico.
—Como ese joven—Señalaba JiMin a JungKook.
—Sí, alguien parecido a ese joven—Admiraba HeeChul.
—Han SangHyuk, el duque de Daejeon. —Hablaba HoSeok— Fotógrafo, noble y
con un perfil intachable.
—Oh, es… lindo—Miraba JungKook detenidamente.
—Se ve decente para ti amigo—Sonreía JiMin.
—Perfecto, HoSeok, BamBam—Llamaba HeeChul— Programen una cita en la
playa con Hyuk.
Los dos hombres asentían con tranquilidad. Mientras JiMin y JungKook miraban
tranquilos aquella foto. Quizá podía surgir algo con aquel chico.
En una playa cercana al palacio, se veía a dos chicos caminar tranquilamente por
el lugar, seguidos de sus respectivas familias.
—SangHyuk, es un soñador, fotógrafo y noble chico el cual está teniendo una
agradable cita con nuestro príncipe JungKook—Narraba una periodista local a su
cámara— Además de que hace poco se unió a la real fuerza aérea. Todo un
partido a gobernar al lado de Jungkook, parece que la cita va de maravilla.
HoSeok y BamBam vigilaban el lugar como halcones, mientras JungKook
platicaba alegre con el chico. HeeChul miraba con una sonrisa por fuera, aunque
por dentro se sentía incómodo. Sabía bien que su nieto estaba interesado en otro
hombre, TaeHyung, para ser más exactos.
—Los enamorados tienen el clima perfecto, junto a los familiares más cercanos
detrás suyo. Siguiendo el protocolo—Sonreía la periodista viendo como HeeChul
hablaba de algo con HoSeok— Es el momento más perfecto de todos.
JungKook y SangHyuk, saludaban a los reporteros que les perseguían mientras
caminaban tranquilos. En eso, el menor dio un traspié a punto de caerse pero las
manos del chico le sostuvieron con velocidad inmediata.
—¿Estás bien? —Indagaba el chico preocupado.
—Sí, aunque…—Empezaba a reír poniéndose de pie— Es muy cómico esto de
caerse…
HeeChul al ver aquella escena, aló la vista hacia los padres de SangHyuk, los
cuales sonreían ante aquello. En un acto involuntario, tomó la palabra.
—¿Gustan ir a tomar el té con nosotros en aquella mesa? —Señalaba
tranquilamente— Vamos, dejemos a nuestros chicos.
Los padres del chico asintieron siguiendo al rey hacia aquella mesa. JungKook y
SangHyuk por su parte, reían mientras intercambiaban miradas y caminaban
muy juntos.
Aquel evento, era visto desde una habitación real por TaeHyung, el cual solo
sonrió ladino ante lo “estúpidos” que lucían. Suspiró y anticipó la llegada de ese
chico al palacio, vaya que sería más divertido molestar al tonto príncipe Jeon.
Los días pasaban y Jungkook se hacía cercano a SangHyuk, hasta se podría decir
que eran amigos. Y justo en esos momentos, jugaban a tenis con felicidad,
mientras JiMin y las mucamas veían la escena con una sonrisa alentadora. Todo
parecía ir muy bien.
De pronto, el menor cayó al tratar de pegarle a un tiro, haciendo que todos se
preocupen.
—Dejen que los tortolos se atiendan —Comentaba JiMin divertido.
Luego de aquel acto romántico a los ojos de JiMin, los chicos caminaron rumbo al
viejo roble real. Donde era tradición comprometerse, ambos mirando a los
reporteros tras ellos. Sin saber que otro miembro real también los veía desde las
sombras.
—Sabes JungKook… te tengo un regalo—Proclamaba SangHyuk sonriente—
Espero que te guste.
Le entregaba un rollo de cámara, el cual todos empezaban a ver ansioso.
JungKook con tranquilidad lo abrió, dejando ver una sortija de platino sencilla;
símbolo de compromiso.
—Sé que es algo extraño, pero esta sortija hizo que mis abuelos duraran juntos
57 años—JungKook lo miró con sorpresa en el rostro— Así que espero esto nos
pase a nosotros, es decir sé que las circunstancias…
—Ellos nos están grabando. —Señaló el menor— ¿Esperas que yo me lo coloque?
El chico sonrió al príncipe, colocando el fino anillo en su dedo. JungKook solo
miraba sonriente a su prometido, dando aviso a la prensa que estaba allí frente a
ellos de su compromiso. Logrando que todos los vieran ya como la pareja del año,
estaba sonriente y algo emocionado por aquello, sin saber que TaeHyung y su
odioso tío los miraban con el ceño fruncido.
—Esto es inaceptable—Reclamaba el tío de TaeHyung— Nadie se puede enamorar
tan pronto y por compromiso.
—Bueno el príncipe JungKook…
—Nada, de eso. Tu tarea es enamorarlo ahora—Sonrió con seriedad— Enséñale lo
que es el verdadero amor. Un amor lleno de energía y pasión.
—Y cambio su opinión de SangHyuk.
—Exacto, así en treinta días, el trono será tuyo—Sonreía con malicia— Serías
obviamente mejor rey que ese… niñato.
—Iré entonces…—Suspiró pesado el chico—Aunque no me convence meterme en
estas tonterías, ya soy noble.
—Tu padre esto quería, antes de morir su deseo era que estuvieras en el trono—
Argumentó mientras miraba la foto del padre de TaeHyung— Ahora ve, tienes un
príncipe que conquistar.
Pero, ¿Quién terminará conquistando a quién?

—Sí, sí… gracias. Cuento con usted— Se escuchaba a HoSeok mientras subía las
escaleras— ¡Oh alteza!
—HoSeok baje la voz…—Susurraba el menor entre su libro.
—Lo siento, es que SangHyuk ya despegó a su destino…—Miró con curiosidad a
su menor— ¿Por qué tanto misterio?
—Me escondo para que me dejen un rato libre…
HoSeok sólo atinó a asentir mientras se retiraba, dando paso a que TaeHyung se
animara a su primera fase del plan. Viendo como JungKook miraba su anillo, se
acercó silbando tranquilamente, llamando la atención del menor.
—Vaya, ¿Te arrepientes ya de tu decisión?
—No, solo admiro mi sortija—Contestaba de manera brusca, viendo como
TaeHyung se acercó a él demasiado cerca— Bueno… si… si me disculpas, tengo
que ver los detalles de mí boda.
Vio las escaleras gemelas de la que quería subir, así que se fue corriendo a
aquellas. Viendo como TaeHyung subía a su par del otro lado, estresándole y
poniéndole más nervioso.
—Disculpa pero… ¿Hay algo que quieras decirme? —Exigió saber el menor.
—No, yo no fui quien pisó a alguien con sus piesotes—se burlaba el mayor.
—¿Mis pies enormes? —Miró con molestia— Déjame te recuerdo que bailaste
conmigo, con todo y mis pies enormes.
—Sí, bailamos pero a nadie le interesa— Se acercó al menor finalmente, arriba en
el primer piso— Bailamos menos de un minuto según recuerdo.
—Fue…—Suspiraba mirando aquellos ojos del Kim— Más de un minuto el que
bailamos.
—Está bien, minuto y medio.
—Sí, todo un engaño—Se quejaba— Jamás me dijiste que me querías quitar mi
trono y me odiabas como yo lo hago…
—JungKook, eso es de malos modales—Miraba algo divertido— Para la próxima
te enseño mi árbol genealógico.
—Eso no es todo, sé lo que hacías aquella noche— Señalaba avanzando molesto.
—Bien, dímelo porque no sé.
Justo cuando el menor estaba a punto de hablar, escucharon el ruido de las
mucamas del menor. Haciendo que JungKook, en un acto desesperado, se
encerrara junto a TaeHyung en el cuarto de limpieza.
—El baile no me importa, pero ahora lo sé. Claro que sí— Reclamaba sintiendo la
cercanía de TaeHyung presente, haciendo sentir nervioso al chico— Se lo que
quieres hacer…
—Dime, ¿Qué demonios es? —Exclamaba muy cerca de los labios del menor.
—Yo…
De pronto la puerta fue abierta por una empleada del castillo, sorprendiendo a
ambos chicos en aquella posición comprometedora. Haciendo que ambos salieran
del lugar algo avergonzados.
Aquello no pasó por alto del saber de HeeChul, el cual estaba ahora analizando
aquella situación. Sabía que TaeHyung era una opción demasiado buena para su
nieto, conde de Hwaseong, graduado de honores de la mejor universidad del país,
altruista y hablaba cinco idiomas fluidamente. Vaya que era mejor que cualquiera
de las opciones, pero lamentablemente, JungKook ya estaba tomado.
Todo esto le parecía demasiado curioso al rey de Hanyang.

La mañana pintaba bien para aquel entrenamiento de JungKook en su tiro con


arco, era una tradición de Hanyang para todo el que heredara la corona y nadie
podía ser la excepción. Lamentablemente, JungKook no podía hacer aquello del
todo bien, siempre había un tiro que le salía peor que otro.
—Lo siento…—Pidió al jardinero que casi daba con la flecha.
—¡No hay problema su majestad! —Decía algo nervioso el hombre.
JungKook lo intentó nuevamente, preparando su tiro con delicadeza. La flecha
había salido disparada, dando a unos centímetros de donde TaeHyung leía un
libro de medicina con tranquilidad.
—Conde Kim, lo siento—Pidió avergonzado el chico.
—No hay problema, príncipe—Aclamaba tranquilo.
Cuando el menor siguió con su fatal entrenamiento, mientras cierto conde le veía
con tranquilidad y una sonrisa casi invisible en su rostro.
Horas más tarde, como era tradición igual, el futuro rey debía estar al lado del rey
actual para la presentación de auditorías del pueblo. Donde por ocasión especial,
los nobles presentes, TaeHyung y su odioso tío, estarían presentes; además claro
de JiMin, el cual hablaba con BamBam y Mark sobre alguna cosa.
Y es esos momentos, Jungkook estaba tras de HeeChul viéndole hacer su tarea
real con diplomacia. Al lado de la foto de la reina Hani.
—Descuide, enviaremos personal a revisar el pozo—Sonreía el rey— Es posible
que se arregle y salve su cosecha.
—Muchas gracias Rey mío—Sacaba una canasta llena de frutas de huerto— Es
para su mesa, muchas gracias Rey HeeChul, príncipe Jungkook.
HeeChul sonrió mientras un guardia tomaba las frutas y las dirigía a la cocina.
TaeHyung vio la expresión de Jungkook con admiración, se veía muy feliz de
estar allí. Aunque podía igual ser falsa. Vio a JiMin, el cual parecía anotar las
cosas o las personas de aquel evento.
—Aquí tiene, ellos te adoran…—Exclamaba JungKook entregando agua a
HeeChul.
—Es parte de gobernar, ser uno con el pueblo—Sonreía bebiendo un poco y
regresándoselo a Kook— Hay que ser justos y ver las resoluciones a pesar de las
dificultades que se presenten. Eso sí, ser humilde.
Varios ciudadanos después, estaban con el último el cual era un hombre llamado
WonYeok, el cual sonreía abiertamente.
—Bienvenido, le presento a mi nieto, el príncipe JungKook—El menor sonreía a
aquel hombre, el cual sonrió emocionado.
—Príncipe, gracias por recibirme—Sonrió el hombre, TaeHyung de pronto se vio
interesado en aquel sujeto.
El mayor alzó la vista a JungKook, viendo como este era muy amable con el
hombre.
—Un obsequio para su mesa—Extendió una canasta— Es mi favorita.
JungKook agradeció algo extrañado de lo último dicho, así que miró con
curiosidad la canasta y al hombre.
—Su majestad Jeon, ¿Le gusta a usted el omelet? —JungKook rio asintiendo.
—Está bien… ¿Puedo dar un vistazo? —El hombre asintió.
Destapó la canasta y una gallina salió de pronto, sorprendiendo a JungKook. Y ya
que amaba a los animales, quiso acariciarla un poco. Pero la gallina no cooperó,
ya que salió revoloteando por todo el lugar.
—Una gallina… ¡Se escapó! —Exclamó de pronto— ¡Voy por ella!
Todo se hizo un caos, JungKook perseguía a la gallina, el hombre reía al ver la
travesura de su gallina, TaeHyung miraba riendo la escena junto a su tío, JiMin
miraba preocupado el semblante serio de HeeChul y detuvo a JungKook.
—No debes hacerlo amigo—Exclamaba el más bajo preocupado.
—Demonios, de nuevo lo arruiné…—Exclamó algo decaído.
TaeHyung, quien escuchó aquello. Sintió cierta simpatía con el menor, debía ser
difícil adaptarse de ser un “ciudadano normal” a todos esos protocolos.
JungKook se fue a su habitación, a escribir aquel diario que Hani le había
regalado. El cual en principio fue de su propio padre, estaba un poco más
anímico, ya que cabalgaría para dar lista a la guardia real.
Aunque él no sabía estar a caballo…
Vio a HeeChul entrar junto a JiMin a su habitación, mientras el más bajo se
sentó en el sillón individual mirando a ambos familiares intercambiar miradas.
—Yo… no sé montar a caballo. —Sentenció JungKook avergonzado.
—Ni yo, en realidad… nadie más que Hani sabía—Reía HeeChul mientras Jin se
acercaba con Ren cargando, junto a un álbum entre sus manos.
—Aquí tienes Kookie, esto es secreto de la familia real—Sentenciaba Jin
sonriente.
—Nadie sabe, así que usamos este caballo y estos aparatos para que se vaya
derecho—Hablaba el rey mientras miraba a Jin— SeokJin te ayudará mañana
con esto, mientras NamJoon nos hizo favor de controlar a su tío.
—Y cuidar a mi pequeño hermano Ren—Sonrió el rubio.
JiMin vio con interés la sonrisa del mayor, le envidiaba sólo un poco. Tener un
romance en un palacio sonaba demasiado hermoso. Suspiró y miró a su mejor
amigo, mañana sería un día loco.
Mientras tanto, TaeHyung analizaba lo sucedido con JungKook. Se empezaba a
dar cuenta que quizá ese chico no era tan estúpido y engreído como se lo había
pensado. Quizá hasta Jackson y NamJoon tenían razón, Incluso YuGyeom; el
chico no tenía malas intenciones.
Finalmente la pesadilla de JungKook llegó, la cabalgata real de pase de lista era
en unos minutos. Se sentía con los nervios de punta mientras era escoltado por
los guardias reales hasta el inicio del recorrido, el cual debía hacerlo
absolutamente solo.
—El pase de lista real se hará a continuación—Escuchó a alguien decir.
El tío de TaeHyung miraba con complicidad a un hombre delgado, el cual miraba
a JungKook con una sonrisa.
—Usted me ha dicho que el caballo teme a las serpientes—Musitó mirando al
príncipe— Así que… creo que será divertido…
—Sí, ya lo creo—Sentenció aquel chico.
Aunque lo que no sabían era que cierto guardia pálido escuchó aquello, sería
mejor informar a HoSeok de inmediato.
TaeHyung miró con curiosidad a su tío, suspiró y giró su mirada al lado, donde
estaban SeokJin, JiMin y SangHyuk sonrientes, mirando a JungKook prepararse
para el evento. Con cortesía se presentó al prometido de JungKook.
—Hola, soy el conde Kim TaeHyung—Extendió su mano— Un placer conocerle,
caballero.
—Oh, usted es el que quiere adueñarse del trono—Musitó con tranquilidad—
Impresionante verlo apoyar al príncipe.
—Sí, no sé qué haces aquí—Siseó JiMin— Te odio por querer dañar a mi mejor
amigo.
—JiMin…—Regañó SeokJin.
—¡Atención dos pasos todos atrás! —Escucharon una orden—. ¡Su alteza real
inicia la ceremonia!
JungKook empezó a cabalgar nervioso, pero este no perdió su compostura en
ningún momento. Sonrió levemente y seguía con su tarea de pasar lista a los
presentes, todo iba muy bien. Pero no todo era bueno en ese día, ya que el
hombre quien hablaba con el tío de TaeHyung, mostró al caballo una serpiente, la
cual hizo que el pequeño caballo se asustara.
—Tranquilo amigo…—Siseó nervioso.
JiMin y SeokJin se asustaron, mirando a HoSeok y Mark con desesperación.
BamBam y YuGyeom miraron con terror como el caballo empezaba a moverse
más y más.
—Sálvelo por favor—Pidió SeokJin asustado— ¡Príncipe Kook!
El caballo se volvió loco, haciendo que HoSeok se acercara dispuesto a ayudarle.
—Príncipe Jeon…
—¡No! Está bien—Pedía alterado— Sólo dejen que se calme y…
El caballo no pareció entender, ya que perdió el control y el galope se hizo salvaje,
sacudiendo al príncipe muy brusco. Logrando que soltara un grito de espanto que
le dejó en vergüenza, luego el caballo corrió con el chico sin control.
TaeHyung miró la escena con angustia, aunque no quería al chico, realmente se
preocupó de que no le pasara nada. ¿Realmente no sentía nada?
Minutos después, cuando JungKook estuvo ya a salvo, gracias a la intervención
de Jackson, quien estaba por allí misteriosamente, el menor se escondió en el
establo. Mientras veía como paseaban a los pobres y hermosos caballos, no pudo
evitar sentirse mal consigo mismo, ya que al parecer jamás le saldrían las cosas.
—Soy un fracaso…—Susurró mirando las sillas de montar.
No pudo evitar sollozar con dolor ante aquello, se sentía tan frágil…
TaeHyung entró preocupado a ver al príncipe Jeon, pues no lo había visto desde
aquel incidente. Al verlo llorar, algo en su corazón le dio ardor y se acercó
lentamente al príncipe.
—No te escondas, así alimentas las críticas.
—Tú… ¿A qué vienes? —Susurró con lágrimas en los ojos— ¿Qué haces aquí?
—Yo solo… piénsalo, cabalgaste más salvaje que tarzán—Sonrió animando.
—No quiero más chistes malos ahora—Pidió con algo de molestia— ¿Podrías irte?
—JungKook… como lo siento—Sinceró preocupado, sin notar la presencia de
HoSeok allí— En verdad yo…
—No es cierto, deja de mentir. Te da gusto que fracase— Se alejó del chico
mientras lloraba— Déjame con mis penas y vete, por favor vete de aquí.
—JungKook…
—Príncipe Jeon, el rey le espera—informó HoSeok interrumpiendo— Debemos
irnos ahora, vamos.
JungKook asintió mientras se retiraba del lugar, TaeHyung quiso ir tras él, pero
la mano de HoSeok le impidió hacerlo.
—TaeHyung, ¿Me harás decepcionar de ti? —TaeHyung lo miró sin comprender—
O al general Min…
—Vaya cosas que pasan, ¿No les parece? —Interrumpió una voz.
—Tío…—Susurró TaeHyung.
—Quiero hablar con tu tío— TaeHyung se fue y HoSeok miró al hombre— Espero
que esos incidentes no pasen, el general Min y yo tenemos mucha inmunidad…
HoSeok se fue a la par de un chico pálido, el cual miró con seriedad al hombre.
Dejándole los pelos de punta, tal parece que esto no sería tan fácil con la llegada
de aquel chico.

TaeHyung acomodaba el postre que acababa de hacer, mientras HeeChul le


miraba con curiosidad al igual que SeokJin. El menor solo decoraba en silencio,
pensaba regalar aquello a JungKook para alegrarle un poco.
—TaeHyung… ¿Por qué estás en contra de que Kookie gobierne? —Indagó
SeokJin sorprendiendo a los presentes.
—Mi tío dice que debe conocer más al pueblo.
—¿Y tú conoces al pueblo? —Indagó HeeChul con curiosidad.
—Sí, he ido al colegio aquí, me educaron con historia Hanyang…—Suspiró y
terminaba de decorar su postre— Siendo franco su majestad, lord Jin… el
príncipe ha estado fuera mucho tiempo.
—Yo creo que es buen candidato—Contradijo SeokJin— Es noble, bondadoso,
inteligente y divertido.
—Lo sé, es cierto esto—Sonrió a los hombres— Pero, ¿Cómo gobernará el reino
que no conoce debido a su “libertad”?
—Touché…—Susurró HeeChul— Pregunta inteligente.
TaeHyung dejó a los hombres en la cocina, se retiró con su postre y miró a la
mucama del príncipe. Con un susurro le dio el postre y se fue a dormir, el día
siguiente sería muy divertido.
La reunión de los nobles para la fiesta de compromiso de JungKook se hizo
presente, con buenos postres y comidas. JungKook y SangHyuk miraban a todos
con una sonrisa. Jungkook se levantó a mirar a los invitados, debía saludarles.
Se acercó al Vizconde de Sang y a su esposa, dos ancianos que Jungkook se le
hacían muy agradables.
—Buenas tardes, ¿Cómo están sus nietos? —Miró a la pareja— JaeMin y
TaeYong.
—Bien, gracias por preguntar.
Luego de una breve plática, se acercó al noble KiHyun el cual le sonrió alegre.
—Hola, ¿Cómo está? Un gusto verle—Sonreía Jungkook— ¿Su cachorro cómo
está?
—Muy bien, en verdad… mire que usted lo vio…
El menor se despidió también de él y se acercó a dos viejos amigos suyos,
InSeong y Dawon.
—Oh buenas Sir In, hola Sir Dawon.
—¡Príncipe Jeon Hola! —Saludó InSeong.
Mientras los jóvenes hablaban, HeeChul, SeokJin y HoSeok miraban sonrientes
como parecía conocer a todos y era muy cortés. Ese era su mundo después de
todo.
—Parece que mi Kook lo hace muy bien—Sonreía HeeChul a los presentes—
Habla perfecto con los invitados.
Todos sonreían al ver al menor con su prometido y los invitados convivir, aunque
por alguna razón en la mente de los mayores e incluso la de JiMin, imaginaban
esa escena con alguien más. Cierto conde que no aparecía aún.

—JungKook… ¿A que no sabes quién llegó? —Susurró InSeong con diversión—


Te vas a sorprender…
—No sé, ¿Quién es? —Indagó demasiado curioso.
—El aspirante a rey con el despampanante Sir HongBin—Musitó con diversión,
JungKook alzó la vista y sintió un pinchazo en el corazón— No lo esperaba así.
—Oh, ese chico es su… ¿Novio? —Preguntó curioso.
—TaeHyung jamás tiene novios, solo… chicos—Sonreía con burla Dawon—
Siempre son muy atractivos…
—¿No le hablas?
—Sí, hemos conversado pero… lo odio—Musitó Jungkook aniñado— SangHyuk…
¿Vienes un segundo?
El chico, el cual platicaba con JiMin fue inmediatamente a la par del menor.
Mientras JiMin sonreía y se relajaba comiendo una bandeja de bocadillos.
—¿Pasa algo príncipe? —Miraba SangHyuk— ¿Necesitas algo cariño?
—No, solo… vamos a pasear. —Sonreía amable— ¿Quieres hacerlo?
El chico algo dudoso asintió y empezaron a avanzar entre los jardines reales,
hasta la entrada del laberinto al quiosco, el lugar favorito de JungKook.
—Sabes JungKook, hoy salió todo muy bien—Sonreía mostrándole la cámara—
En verdad que serán buenos recuerdos.
—Oh, eso en verdad me alegra demasiado.
—Espera, deja te tomo una foto—Sugería con su cámara— El sol en tu piel hace
que se vea brillante.
—Basta—Sonreía avergonzado el chico— No más fotos…
—Una más
—Son muchas fotos ya…
—Sólo una más JungKook…
—Son muy bonitas pero…—Sintió una presencia a su lado, la cual era TaeHyung
y su acompañante—Oh vaya, incómodo.
SangHyuk miró a los chicos frente a él y saludó con cortesía al apuesto chico
frente suyo.
—Hola, soy el noble SangHyuk—Ofrecía su mano.
—Mucho gusto, soy HongBin—Saludaba el chico al lado de TaeHyung— Alteza
JungKook.
—Mucho gusto—Musitó Jungkook y miró a TaeHyung— Ah, hola.
—Saben, HongBin comentaba que se ganó una gran beca a Inglaterra—Presumió
TaeHyung— Le llegó la notificación ayer.
—Oh felicidades—Sonreía SangHyuk— Es una espléndida noticia.
—Me avergüenza un poco…
—¿Por qué? —Miró TaeHyung a JungKook— Eres maravilloso y hay que
comentarlo.
—Sí, es magnífico en verdad, pero…—Miró a TaeHyung— SangHyuk tiene una
maestría ya en antropología en Oxford, así que…
—Eso es increíble…
—Fantástico, HongBin fue con cuerpos de paz—Sonrió TaeHyung engrandecido—
Una tarea muy noble a decir verdad.
—SangHyuk fue a África a investigar árboles antiguos—Sonreía mientras los dos
chicos ajenos a la discusión abrían la boca para opinar, pero no podían hacerlo
debido a la discusión de los nobles.
—Pues HongBin…
—Sabes, él quiere decir algo—Opinó burlón JungKook— ¿Qué decía Sir HongBin?
—Sí, SangHyuk… ellos van a jugar a mí casa es más grande que la tuya—
JungKook y TaeHyung se sonrojaron un poco— ¿Gusta ir por algo refrescante?
—Sí, si nos disculpan…—Se despedía el chico.
JungKook y TaeHyung se quedaron en silencio, muy incomodos de la presencia
del otro.
—Ustedes se ven muy geniales como pareja—Opinó TaeHyung.
—Ya lo sé, perfectos.
—Es una lástima que no te guste o lo ames.
—Así es pero…—Vio la sonrisa de TaeHyung y como se retiraba— Oh no, tú…
¡Espera!
Mientras ambos chicos desaparecían, suspiró mientras veía el espectáculo a su
frente. ¿Sería bueno dejarlos solos? Bueno, si él no tenía ese tipo de suerte, no
debía arruinárselo a su mejor amigo. Además que esos dos se veían bien juntos.

—Oye… ¡Ven acá! —Gritó JungKook al mayor persiguiéndole— Quiero informarte


que me siento muy atraída a SangHyuk.
JungKook caminaba muy rápido para alcanzar al mayor, ya que este caminaba
fuerte. Tanto así que casi se caía en ese momento.
—Oh de eso puedo darme cuenta.
—En verdad, él es…—Suspiraba ya cerca de Kim— Somos perfectos, el uno para
el otro. Me entiende…
—¿Él en verdad te entiende? —Miró TaeHyung, dándose finalmente la vuelta y
encarando a JungKook—Eso… eso en verdad es… wow… qué pasión se tienen.
Pero no te escuché decir nunca la palabra amor.
JungKook lo miró con diversión, sacando sus guantes blancos de sus manos y
dando la espalda a TaeHyung.
—Ya veo…—Avanzó un poco— ¡Estás muy celoso de SangHyuk!
TaeHyung le miró con sorpresa y sonrió, dos pueden jugar a eso.
—¿Por qué estar celoso de SangHyuk? —JungKook no se detenía así que soltó: —
Va a pasar toda la vida contigo, no estoy de ello celoso. En serio.
Supo que había dado en el clavo cuando JungKook miró al chico con molestia,
lanzando un golpe con el guante al pecho de Kim.
—Te odio demasiado.
—Y yo a ti— Opinó devolviendo el ligero golpe.
—Yo te odio más.
TaeHyung sonrió, tomando al menor de la cabeza y besándole los labios con
apuro. El beso a ambos les hizo sentir mariposas en el estómago y la sensación
de que debían pertenecerse, aquello aterró a JungKook el cual se separó
velozmente de TaeHyung con miedo.
—Estás loco… ¡No puedes besar a quien se casa! —Gritó girando en la fuente
frente a él— Oh, ya veo…
—¿Qué ves? Lo disfrutaste también—Opinó sonriente— ¿Te doy otro besito?
—Es que… ¡No! —Se giró a verlo furioso— ¡No me confundas o lo intentes!
—Ya veo, ¿Los besos míos te confunden?
—No, tú me quieres enamorar para así quedarte con todo—Siseó cerca del
mayor— Esas intenciones las sé, así que deja de…
—Podría hacerlo… —Tomó al príncipe de su cintura, mirándolo con galantería—
¿O puedo besarte de nuevo?
—Suéltame…—Se quejó tratando de salir del agarre— ¡Ya basta!
Ambos al intentar ganar, cayeron rotundamente a la fuente. JungKook se levantó
de inmediato y TaeHyung lo miró con preocupación.
—JungKook cuidado…
—Tengo una idea, ¿Por qué no te sumerges y cuento un millón?
El menor se retiró con furia del lugar, dirigiéndose a donde estaba HeeChul y
SangHyuk. El rey lo miró curioso.
—Deseo saber…
—No lo creo—Musitó el mojado chico.
Con furia el menor se adentró al palacio, dejando a los hombres curiosos.
—Vaya, es un chico travieso— Opinó SangHyuk.
—Con él nunca te aburrirás—Sonreía cortés.
El chico asintió mirando a donde se fue el menor, realmente se preguntaba ahora
si era correcto enamorarse de HongBin con ese dulce príncipe con él.
JiMin tenía muchos sueños en la vida, era un entusiasta del amor. Así que por
ello sabía que aquel “odio” de su mejor amigo y el conde, no era más que la vieja
frase… “Del odio al amor sólo hay un paso” al menos eso pensaba para ambos
chicos, de cierto modo se sentía algo triste de estar solo. Pero no podía hacer
nada al respecto.
Era el día de la independencia de Hanyang, JiMin, JungKook y todos en el palacio
estaban listos para el desfile, JiMin y Jin irían en el auto viejo de JungKook,
mientras este, iría con HeeChul en el carruaje real. Mientras veía como Jin se
aseguraba que el carro combinara con el resto de los adornos, se espantó al
sentir un toque en su hombro.
—Usted, ¿Quién es? —Exigió un hombre muy pálido serio— No le reconozco.
—Soy Park JiMin, mejor amigo del príncipe Jungkook—Señalaba sonriente— Ya
sabe, el futuro rey. Soy el amigo real, ¿Usted quién es?
—Soy Min YoonGi, seguridad especial—Sonreía ladino— Así que el chico lindo es
amigo del príncipe…
JiMin y el chico se miraron un instante, regalándose una sonrisa traviesa
comprometedora. YoonGi quedó cautivado por aquel chico de ojos felices, era un
chico muy apuesto y creía que el hecho de ser igual de directo que él le daba un
toque extra de genialidad a Park JiMin.
Además que su rostro aniñado se le hizo de lo más hermoso del mundo…
—Bien, debemos empezar el desfile—Se despedía el uniformado Min— Nos
andaremos viendo… quizá.
Cuando el pálido se fue, SeokJin se acercó con una sonrisa pícara al menor.
Mientras JiMin sonreía sonrojado y emocionado, avanzando al desfile.
HoSeok repartía algunas banderillas para el desfile con una sonrisa amable,
mientras veía la cara larga de cierto hombre mayor, al lado del famoso conde
Kim. Suspiró y ofreció banderas a ambos, TaeHyung la aceptó con diplomacia,
pero su tío no hizo lo mismo.
—No sostendré un banderín hasta que un rey tome posesión de la corona—
Sonreía mirando a HoSeok con burla— ¡El rey TaeHyung!
—Sí, bueno… entonces repartiré a los demás—Se excusaba marchándose.
TaeHyung miró a su tío con irritación, mientras negaba cansado con la cabeza.
Miró a su alrededor, todo parecía prometer un buen día para el príncipe
JungKook y para el desfile, vio el banderín entre sus manos. ¿Estaría haciendo lo
correcto con lo del trono?
Mientras veía como su tío desaprobaba todo, no pudo evitar pensar en el príncipe
Jeon. ¿Estaría bien después de lo acontecido el día anterior? Se sentía ya mal por
el chico, se notaba que se esforzaba por el reino… quizá hasta se le hacía aquello
atractivo. Sólo un poco atractivo.

JungKook se sentía nervioso y decaído, como las cosas iban y lo que había
pasado el día anterior en la cabalgata fallida. Tenía igual miedo de que ese día
importante para su país le sucediera algo, HoSeok, SeokJin y todos le miraban
siempre con apoyo, pero él se sentía siempre nervioso de esa mala suerte que
cargaba.
Aunque jamás le había pasado, siempre se había caracterizado por ser una
persona que todo le salía a la primera, sin embargo… ahora no sabía ya ni en que
o quien creer.
—JungKook…—Llamó HoSeok— ¿Sucede algo?
—No, nada. Sólo que…—Suspiró mirando a la gente— Me pregunto ahora, porque
todo me está saliendo mal. Quizá deba ser una premisa.
—No lo creo, BamBam y todos pensamos que es magnífico— Sinceraba, mientras
su mirada iba a TaeHyung, quien estaba al lado de su tío— Y presiento que no
seremos los únicos que piensen en esto.
—Yo no sé ya ni qué hacer—Suspiró rendido— Pero tengo que esforzarme en
mejorar todo.
—Así se habla—Escucharon una voz ajena.
—Abuelo HeeChul…
—Sí, bien. HoSeok, vamos ya. —Sonreía mirando a JungKook— No hay que
darles, espera a la gente en este día.
Mark y YuGyeom serían los encargados de transmitir en vivo aquel evento, por
petición de HeeChul. Jackson estaba con NamJoon y el pequeño Ren sentados
cerca de TaeHyung, esperando al igual que SangHyuk.
El carruaje empezó a avanzar, junto a los nervios incrementándose de JungKook.
JiMin y Jin miraban sonrientes desde atrás, disfrutando del buen clima y la
festividad.
—Hola, aquí Mark transmitiendo para el festival de independencia—Sonreía a la
cámara— Junto al guapo YuGyeom.
—Hola, ¡Aquí viene el desfile! —Sonreía mientras la cámara enfocaba el
carruaje— El Rey HeeChul y el príncipe JungKook.
—Vino gente de todo Hanyang, es increíble la decoración—El desfile avanzaba y la
gente aplaudía cantaba y gritaba—El noble Kim SeokJin fue el encargado de que
todo combine, junto al amigo del príncipe Park JiMin.
Enfocaban al príncipe y al rey, los cuales sonreían alegres. JungKook miraba
atento el desfile y saluda al pueblo, hasta que algo llamó su atención.
Un niño de dos años era molestado por otros más grandes, al igual que a su
alrededor había muchos niños con ropas algo gastadas; pero con emoción en sus
lindos ojitos. Aquello derritió el corazón del de cabellos oscuros, mientras veía
incluso un pequeño bebé llorar.
Al ver como estaban los niños, luego dar un vistazo a sus finas ropas. Aquel noble
corazón del que le caracterizaba actuó.
—¡Esperen y deténganse! —Gritó de pronto.
—¿Qué sucede? —Miró preocupado HeeChul
YoonGi acató la orden y detuvo a la milicia, JiMin miró con curiosidad al igual
que el resto de personas presentes.
—Ha detenido todo…—Susurró embelesado TaeHyung.
—Es estúpido y vulgar—Se quejó su tío a lado.
JungKook miró a HoSeok tranquilizándole, al igual que a HeeChul. Se paró del
carruaje y salió de este rumbo a los niños allí, mirando a todos con tranquilidad y
una sonrisa. Miró al pequeño de dos años y al bebé en brazos de una mujer
grande.
—Vaya, aquí alguien está llorando y se molestan—Comentó acercándose a la
mujer— Discúlpeme, ¿Quiénes son estos niños?
—Son huérfanos en su mayoría—Sonreía nerviosa— Cuidamos a los que
podemos.
JungKook miró al bebé en brazos de la mujer, le hizo un además y la mujer se lo
dio a cargar. Luego miró al pequeño de dos años y sonrió al resto de los niños.
—Comprándose a los huérfanos… qué asco—Musitaba el tío de TaeHyung
asqueado.
TaeHyung miró como JungKook miraba a los pequeños con una sonrisa.
—Deles una corona a los niños y tiaras a las niñas—Pedía a un vendedor— Yo las
pagaré, porque declaro que estos nenes hoy serán príncipes y princesas.
—Pero su majestad…
—Vamos a marchar niños, pónganse firmes—Sonreía y los adentraba al desfile—
Recuerden creerse altos y… ¡Divertirse!
Los niños sonreían emocionados y JungKook miraba al bebé entre sus brazos y al
pequeño de dos años a su lado. Esos dos pequeños le habían robado el corazón.
—Despreciable—Musitaba el tío de TaeHyung.
—Yo pienso que eso es muy lindo que marchen así—Musitaba TaeHyung con una
sonrisa— Aquellos niños en sus brazos…
— ¿Dijiste algo? —Habló de pronto Jackson.
—No nada—Sonreía al ver a JungKook desfilar con los niños.
JungKook caminó en todo el desfile cargando al bebé y con los niños huérfanos,
donde TaeHyung en todo el desfile miró con una sonrisa al menor, estaba
cayendo en el amor por JungKook.
YuGyeom y Mark miraban muy felices al chico príncipe, ya que el menor seguía
caminando sonriente con los niños. La gente miraba con aprobación aquel acto
gentil del chico.
—Vaya, esto nadie se lo esperó— Comentaba asombrado Mark— Es increíble esto
que hizo el príncipe.
—Sin duda de los mejores días de la independencia—Sonreía YuGyeom— Ahora
ya acabará el desfile.
Luego de aquel acto, la mente del menor no pudo no dejar de pensar en los
pequeños que tuvo en sus manos. Debía hacer algo por aquellos niños.

TaeHyung miraba los cuadros de los reyes antes a HeeChul, los cuales sonreían y
se les veía felices con sus parejas. Mientras en su mente, recordaba a JungKook
con los niños entre sus brazos y esa sonrisa sincera que tuvo al momento que
marchó con ellos.
Estaba demasiado impactado en ese momento de la decisión que tomó el menor
de marchar con los infantes, ya que jamás en serio jamás en su vida había
escuchado de ese acto de algún otro monarca. Menos con las personas con las
que fue criado.
—Realeza…—Susurró casi inaudible.
Tenía que admitir que siempre se le hizo tierno aquel chico de cabellos oscuros,
con su sonrisa y bondad desde pequeño. Quizá hasta por un momento lo pensó
con hijos propios, a ambos quizá.
Debía admitir que aquel chico tenía un corazón muy noble y puro, no como él,
que tenía un corazón que de seguro era oscuro y repulsivo… no notó la presencia
de cierto amigo de JungKook hasta que este estuvo a su frente.
—Conde TaeHyung—Musitó JiMin burlón— ¿Qué haces aquí viendo a la familia
de JungKook?
—Park JiMin—Habló con voz grave— No hacía nada, sólo miraba perdido en mis
pensamientos al margen real.
—Pues… sólo quiero decirte que dejes en paz la corona—Soltó de pronto,
sorprendiendo a Kim— Es decir, ¿Por qué el empeño en quererla?
—Yo…
—¿No es suficiente con saber que JungKook es buen rey? —Ambos chicos no
notaron la presencia de Min YoonGi tras suyo— JungKook tiene todo, hasta un
buen corazón…
—Lo sé, es por eso que creo que es genial—Sinceró a JiMin—. Es por eso que me
cautivó…
JiMin abrió la boca sorprendido, mientras TaeHyung carraspeó y se retiró
nervioso de allí. Había abierto demasiado la boca.
JiMin estaba aún es sorpresa, así que cuando YoonGi se acercó, salió de su
trance con un grito pequeño.
—JiMin… ¿Estás bien? —Preguntó el pálido.
—¡Sí! —Sonreía emocionado— Es sólo que… ¿No crees que el amor es
sorprendente? Bueno, debo ir con JungKook.
Y contra esa felicidad y palabras no pudo Min YoonGi, ya que era lo que creyó
desde el momento en el que conoció a Park JiMin. Aunque hace menos de dos
días se conocían… creía que JiMin era magnifico y refrescante. Eso explicaba por
qué era amigo de JungKook.
JungKook se había reunido con los encargados de los planes arquitectónicos del
reino, había decidido hacer un plan que aunque no quisieran se llevaría a cabo.
—Entonces, los niños estarán en mi palacio de invierno—Musitaba sonriente—
Hasta que reunamos fondos para un orfanato digno para ellos.
—Su majestad Jeon, no es correcto—Musitaba un hombre— El uso de hotel de
ese castillo genera ingresos a los magistrales…
—Perfecto, entonces ellos serán quienes donen lo que falta en el presupuesto—
Sonreía mirando el terror en los demás hombres— Caballeros, no tendré dos
palacios mientras que los niños están sin comer y sin una buena vida.
—Me parece una buena idea—Opinó SeokJin— Mientras más pronto donen, será
mejor para ustedes.
—Además, el rey HeeChul aprobó mi proyecto ya—Sonreía ladino el príncipe
Jeon— El proyecto se está ya pensando, el lord Kwon será el encargado de la
repartición del castillo.
—Pero su majestad, ¿Cuándo será la recaudación?
—Oh, esta está abierta desde ya—Mostró los bocetos—Estas son ideas para el
palacio y para el orfanato. Este proyecto es mío así que caballeros respeten esto.
—Quizá en alguna cena de beneficencia—Opinaba un hombre— Esos siempre
funcionan y son geniales.
—Bien, SeokJin sería el encargado de hacerlo—Miró Jungkook al mayor— Sólo si
estás de acuerdo.
—Sí, me parece genial hacerla—Sonreía mientras cerraba los bocetos— Creo que
está bien, fue una buena reunión.
—Ya lo creo, así que caballeros—Se levantó con tranquilidad— Hemos ya
entonces concluido esta reunión. Nos reuniremos en dos meses para el plan del
orfanato.
Con eso el menor dio por concluida aquella reunión, saliendo de aquella sala de
juntas y encontrándose con su mejor amigo JiMin. El cual se colgó extrañamente
sonriente de su brazo y empezaron a caminar de una manera cómica.
—¿Pasa algo JiMin?
—No, estoy bien—Sonreía el más bajo—Sólo estoy feliz.
JungKook no dijo más, seguía caminando a la par de su mejor amigo. Mientras
HoSeok se acercaba sonriente.
—Príncipe JungKook, hemos puesto las cosas para deslizarse. La rampa—Sonreía
mientras caminaba más— Nos vemos, ya está todo para esta noche.
JungKook asintió sonriente, mientras alzaba la mirada. Encontrándose con cierto
chico.
—TaeHyung…
—Hola príncipe.
JiMin y los demás presentes habían dejado a los dos chicos solos, los cuales se
miraban con algo de incomodidad. JungKook miró con tranquilidad a TaeHyung,
para luego respirar profundo para hablar.
—Tú… ¿Vendrás a mi despedida? —TaeHyung lo miró inquisitivo— Es una
pijamada, solo eso.
—No, no asistiré. Gracias por la invitación—Aclaraba serio— Por cierto,
felicidades por lo de la propuesta y proyecto.
—Gracias TaeHyung—Sonreía el príncipe mientras se alejaba un poco— Bueno,
tengo que ir con Jin, BamBam y JiMin, están esperando.
—Por supuesto, adiós.
JungKook se acercó a un emocionado JiMin con una pequeña sonrisa en el
rostro, la cual no pasó por alto ante el más bajo. Pronto se unió SeokJin a los
chicos junto al pequeño Ren, el cual miraba embelesado todo el lugar.
—Hyung, ¿Esta es mi fiesta? —Indagó curioso el pequeño.
—No cariño, es de JungKookie por su boda—Sonreía al príncipe— Por eso será la
fiesta.
—Oh vaya… —Musitó el pequeño niño con un mohín.
—Pronto haré que te hagan una fiesta—Proponía JungKook logrando una sonrisa
en Ren— Así que… ve a comer dulces.
Poco a poco arribaron al palacio algunos príncipes y nobles a la fiesta de
JungKook, los cuales sonreían y se acercaban ansiosos a la amplia gama de
dulces y comida que habían sido preparados para aquel evento.
JungKook y JiMin veían la mesa de regalos muy llena, sonrieron y asintieron
mientras veían a los presentes.
—Hola, muchas gracias por mis regalos de boda—Informaba el príncipe—Ahora,
yo tengo un regalo a todos… ¡Colchones para surfear!
De pronto el menor sintió un toque en su hombro, girándose vio a HeeChul
sonriente y se sintió nervioso.
—Colchones, no creí que lo harías…
—Yo lo siento, en serio pero…
—No se diga más, les enseñaré como se hace…—SeokJin sonrió con emoción y
JiMin se puso ansioso y emocionado— Les mostraré así que… permiso…
JungKook y el resto miró como HeeChul se colocaba en el balcón junto al tobogán
y tomaba un colchón, parándose en él y deslizándose tranquilo. Todos miraron
aquello con asombro, ya que el Rey parecía estar familiarizado con eso.
—¡Eso fue fabuloso! —Gritó emocionado Jungkook— En verdad que es increíble…
—Era el deporte favorito de Hani—Sonreía mirando a JungKook— Y ahora,
pues… soy el profesional aquí.
JungKook abrazó a HeeChul y la fiesta empezó a lo grande, incluso el pequeño
Ren convivía con algunos niños príncipes y nobles en un colchón saltando felices.
Vieron con asombro también a SeokJin subirse en el tobogán con un colchón y
como se peinaba sus cabellos hacia atrás. HeeChul sonreía y JungKook miraba
con asombro.
—Aun lado básicas—Musitó mientras se preparaba— Aquí vamos…
Cuando llegó a piso, todos aplaudieron y él se empezó a reír como loco. JiMin
aplaudía junto a JungKook y seguían con la diversión de los colchones, la noche
era joven y ellos debían divertirse, aunque a JungKook le hubiera gustado estar
con TaeHyung también.
El menor negó con la cabeza y suspiró sonriendo y lanzándose por el tobogán en
colchón, era la noche más genial de todas.

Luego de tanto juego, se habían sentado a cantar y bailar en la sala de


recreaciones real, donde en esos momentos HoSeok y JiMin bailaban con
maestría. JungKook miraba con una sonrisa, hasta que sintió una presencia a su
lado. TaeHyung estaba allí con un semblante serio mirando el espectáculo, hasta
que se giró en dirección a JungKook.
—TaeHyung… ¿Qué… cómo…? —Miraba con la boca abierta— Porque…
—Me invitaste, pude venir—Habló simplemente— Y veo que está muy… divertido
todo.
—Lo sé, son geniales bailando—Sonreía emocionado— Siempre ha bailado bien
JiMin.
TaeHyung y JungKook miraron a JiMin y HoSeok bailar, luego algo llamó su
atención aún más. El general Min veía embelesado a JiMin y vieron las miradas
pequeñas que se daban, sonrieron con complicidad y HeeChul vio aquello.
SeokJin se acercó y tocó el hombro de TaeHyung, el cual lo miró algo
sorprendido.
—Canta algo TaeHyung—Habló el mayor sonriente— Vamos, solo un poco…
—No, no muchas gracias—Negaba con cortesía— Mejor cante algo usted
SeokJin.
—Vamos TaeHyung, por favor—Escuchaba la voz de Jungkook y lo miró con algo
de sorpresa— Si quieres yo… yo podría cantar contigo…
—No, muchas gracias príncipe.
—Vamos, no seas aguafiestas—Se quejó JiMin— JungKook te hará segunda voz.
TaeHyung suspiró rendido y asintió, levantándose de su lugar y pasando frente a
todos. HeeChul, HoSeok, JiMin, YoonGi y el resto los miró con curiosidad.
Incluso estaban allí NamJoon, Jackson, BamBam, YuGyeom y Mark.
—Esta canción que escuchábamos cada día…—Cantaba TaeHyung mirando a
JungKook—Me hace llorar cada día. Me hace pensar en ti
—Porque suena como nuestra canción—Cantaron ambos a la par, mirándose a
los ojos profundamente—No importa que tanto trate de cubrir mis oídos. Gira a
mí alrededor…
—No quiero escucharla, lucho en contra, pero la escucho todos los días—
Empezaban a cantar con más sentimiento y mirándose aún—La letra que se
escuchaba como la historia de otros se convirtió en nuestra. La única cosa que
permanece son los días arruinados
—Escuchando esta canción en mi pequeño cuarto—Cantaba TaeHyung
finalizando, y JungKook haciendo un falsete muy asombroso a la vez—. Mientras
te llamo cuidadosamente otra vez…
Todos quedaron con la boca abierta ante aquel dueto, pues la canción era
perfecta y ellos dos cantando juntos lo hacían increíble. JungKook y TaeHyung se
miraban algo jadeantes debido a la canción, sonrieron y miraron al resto con esa
sonrisa. Luego de eso, siguieron comiendo y festejando con una sonrisa durante
toda la noche.
Aunque en sus corazones aquella canción y momento permanecería para
siempre.

El tío de TaeHyung al enterarse de aquello, citó a TaeHyung en su pequeño


palacio, con cara molesta y con un plan en mente.
—No puedo creer que mi sobrino sea tan…—Bufó con molestia— Tonto para
bailar y cantar en la fiesta de ese príncipe…
—No es eso, él es bueno y muy increíble—Admitía TaeHyung— Es el mejor
candidato a Rey que yo haya visto.
—Tú… ¿Vas a dejar que él reine? —Regañaba sobándose las sienes— Después de
todo lo que hemos hecho… ¡Después de tu padre!
—A mi padre no le metas en estas cosas—Puso serio su semblante y suspiró—
JungKook va a estar muy feliz, reinará bien y eso lo sé.
—Ya veo, te has enamorado el príncipe—Musitó con decepción— No puedo
creerlo, es estúpido y me has decepcionado…
—No tío, lo que pasa es que…
—Nada, contigo es mucha decepción en verdad…—Suspiró y lo miró serio—
¿Crees que dejaría a su novio ese por ti? Es absurdo por favor.
—Él no se interesa en mí y lo sé—Admitió con cierto dolor— Sólo… deja de
hacerle cosas malas… sabotaje.
—Lo amas, no puedo creerlo—Suspiró y sonrió— Bien, si eso te hace feliz… yo
solo quiero verte muy feliz TaeHyung.
—Muchas gracias tío.
—Ahora, ve con él—Animaba aún sonriente— Felicítalo y bueno, no haré más
cosas.
TaeHyung asintió sonriente, saliendo del lugar con una sonrisa sincera en su
rostro. Sentía que por primera vez podía iniciar las cosas bien con JungKook, ya
que desde la noche anterior y el beso… se dio cuenta de que JungKook era tan
valioso y generoso.
Sumando que el menor había hecho eso con los huérfanos y aún más, con el
parlamento y como transformó un castillo para los niños… JungKook estaba
calando muy profundamente en su corazón. Pero sabía que debía decirle adiós a
todo eso, debía irse antes de la boda.
Miró hacía el castillo de su tío con una sonrisa ladina, al menos ya estaba a salvo
JungKook. Pero estaba lejos de serlo.
El tío de Kim miraba por la ventana entre las cortinas como el chico se iba con
una sonrisa, su semblante era serio y un tanto furioso.
—No creas que pasará—Susurró el tío mirando a TaeHyung ya muy lejos de allí.
Tomó su móvil y sonrió ladino, sabía que su sobrino se iría ya pronto de Hanyang
y eso beneficiaría sus planes, no dejaría que el trono se fuera de sus manos tan
fácilmente.

JungKook practicaba su tiro con arco, esta vez con algo de fuego. Llevaba un
tiempo practicando, es más como todo el día. Pero simplemente no le salía ni una
sola vez aquello, suspiraba y en su mente se aparecía algo que lo desconcertaba
aún más.
Se recordaba de quince años, en un baile real y como miró a TaeHyung aquella
vez, así sin siquiera conocer su nombre, sintió su corazón acelerado y las mejillas
calientes. Recordaba como el mayor estaba en un traje color vino y un semblante
serio en su rostro, saludando a todos con caballerosidad.
Aquella vez recordaba, sólo pudo mirar a aquel misterioso chico. No supo bien
hasta que lo volvió a ver que su corazón no le había superado. A pesar de todo, se
sentía nervioso y con algo en el estómago al ver al conde TaeHyung, además de
que el beso que se habían dado solo hizo confirmar eso.
Sumando ahora también el hecho de que habían cantado juntos una canción tan
especial como aquella y la mirada que se dieron, como si nadie más existiera…
simplemente era muy increíble.
—JungKook cuidado— Escuchó a SangHyuk hablarle— Cariño creo que el arco…
JungKook miró con sorpresa como no había dado al blanco y luego volteó a ver a
su prometido. El traje de SangHyuk estaba ligeramente quemado y JiMin le
miraba con algo de curiosidad, sabía que su mejor amigo se había dado cuenta
que algo estaba mal.
JungKook se acercó a ver el traje de SangHyuk y trató de limpiarlo, luego vio que
TaeHyung se aproximaba y miró a JiMin con complicidad.
—JiMin, ¿Vienes un minuto? —JiMin asintió y se retiraron un poco— Ya viste,
¿No es así? Viene TaeHyung.
—Lo sé, tu dime a quien corremos y se hará—Señalaba ansioso— ¿TaeHyung o
SangHyuk?
—Quiero hablar con TaeHyung un momento, ¿Podría ser SangHyuk?
—Creí que no lo pedirías…—Vio como JiMin se acercaba a su prometido—
SangHyuk, enséñame a tu familia…
—¡Sí! En lo que practico—Sonreía agradecido JungKook— ¿Podrías hacerlo
SangHyuk?
El chico solo asintió y desapareció con JiMin, mientras TaeHyung se acercaba
mirando las flechas tiradas y a un Jungkook algo rendido.
—JungKook, deja te ayudo con esto—Señalaba el arco y flechas— Ahora,
¿Podrías?
JungKook asintió mientras se preparaba en posición para lanzar la flecha,
sintiendo a su lado a TaeHyung. Muy cerca de él.
—No, inclina más tu hombro para abajo—Señalaba acomodándole— ¿Lo ves? Tu
codo es el ancla, debe estar a la barbilla.
—Está bien, lo haré.
—Tú puedes...
JungKook se giró levemente y se vio demasiado cerca de TaeHyung, lanzó la
flecha y le dio en el blanco. Se emocionó y giró para dar las gracias al chico,
sintiendo la respiración del mayor en su rostro. Ambos se miraron con intensidad
y JungKook le sonrió.
—Muchas gracias, no creía hacerlo.
—Eres capaz de muchas cosas JungKook—Hablaba cerca del menor— Me alegra
que lo puedas hacer.
JungKook miró nuevamente a TaeHyung, paseando su mirada a los labios de este
y cerrando más la distancia. TaeHyung acarició su rostro y dio un pequeño beso
en la frente.
—Me he venido en verdad por una cosa— JungKook le miró con curiosidad— En
sí, he venido a despedirme de ti JungKook.
— ¿Despedirte? —Miró con tristeza— ¿Es que acaso ya te irás?
—Debo atender cosas de mi castillo y…—Suspiró alejándose ligeramente de
JungKook— Estoy a tiempo de despedirme dignamente de todo, así que…
—Nos vemos entonces…—Tendía la mano al mayor— Conde Kim TaeHyung.
—Sí, no creo que nos veamos—Sinceraba el chico— Esta es mi despedida Jeon
JungKook.
JungKook mordió sus labios con tristeza, asintiendo con desgano y mirando
aquellos ojos que le volvían loco. Tocó ligeramente la mano de TaeHyung y sonrió
con amargura.
—Entonces… adiós…—Vio como el chico se alejó de él y su agarre, dejándolo sólo
en el jardín— TaeTae…
SeokJin y JiMin veían las cosas para la boda, en especial la música, comida y lo
necesario para que fuera algo perfecto. Ambos sonreían al probar la comida y
pastelillos que se iban a entregar en la recepción, hasta que cierto chico
interrumpió aquella escena.
—Jin… Tu hermano Ren está buscándote—Hablaba NamJoon— ¿Lo traigo o aún
no?
—NamJoon, gracias por cuidarlo…—Sonreía acercándose al chico—. Claro, ya
quiero verlo. Además le daríamos dulces aquí.
NamJoon asintió marchándose, mientras JiMin miraba pícaro al mayor. SeokJin
atinó a sonrojarse y negar divertido con la cabeza, JiMin suspiró y miró a lo lejos
a cierto general, el cual estaba ordenando alguna cosa a la guardia real.
—Háblale, ponle la excusa que probaremos la música y baila con él—Opinaba
SeokJin— Se nota mucho que ambos se gustan.
—No lo digas así… yo… él…
—Oh vamos, sólo ve por él—Animaba mientras veía a NamJoon acercarse con
Ren— Y yo bailo con NamJoon para simular.
JiMin lo miró acusatorio y suspiró, acercándose a YoonGi, el cual le miró con una
sonrisa ladina.
—Quieres… ¿Quieres ayudarme con la música? —Miraba nervioso al piso—
Necesito una pareja de baile para ello y bueno…
—Sí, me encantaría—Argumentaba el general Min— ¿Vamos?
Ambos chicos llegaron con NamJoon, Ren y Jin, los cuales esperaban sonrientes.
Ren se quedó cerca de la mesa de bocadillos comiendo unos dulces y los mayores
se acercaron al centro de la enorme habitación.
Colocaron la música y se dejaron llevar por esta, bailando como si la pareja
contraria no existiera. Totalmente perdidos en su mundo.
NamJoon y Jin bailaban tranquilos, mientras sonreían y tenían un sonrojo en
sus mejillas muy evidente.
—Así que… esta será la pista musical—Susurró NamJoon— Es muy buena si me
dejas decirlo.
—Es permitido hacerlo—Sonreía SeokJin mirando a la pareja contraria— Y veo
que no somos los únicos que disfrutamos este baile.
—No, noble Jin… ¿Cuándo me dejarás estar contigo bien? —Indagó curioso
NamJoon— Estoy cautivado por ti…
—Hablaremos de eso después, sí quiero es obvio…—Opinaba sonrojado Jin y
miraba a Ren y a la pareja— Ahora es creo momento de esos dos, ¿No te parece
que es bonito?
NamJoon se giró para ver a la pareja contraria y después a SeokJin, el cual le
sonrió y se dieron un muy avergonzado beso. Finalmente se dejaban llevar por los
sentimientos, además, Jin sabía que NamJoon trataba muy bien a su pequeño
hermano Ren.
Mientras que la otra pareja, JiMin y YoonGi se dejaban guiar por aquella música
clásica que resonaba en el salón. Las manos del mayor se deslizaban por la
cintura de JiMin y sonreían embelesados.
—Usted general baila muy bien—Musitaba JiMin con una sonrisa— Demasiado
bien…
—Es mi deber hacer las cosas bien— Opinaba girando a JiMin y dejándolo cerca
de él— Como capitán y… hacer bien esto contigo JiMin.
—Oh General Min…
—Dime YoonGi…—Sonreía bailando— Con eso es más que suficiente.
JiMin sonrió y miraron a NamJoon y SeokJin, los cuales habían dejado de bailar
y estaban con Ren. Parecían una familia verdadera. Se despidieron y suspiraron,
debían seguir las demás actividades propias de ese día.

TaeHyung miraba viejas fotos propias en las que estaba con sus padres, las
escondía claro de su tío. Suspiraba mientras veía algunas en el castillo, cuando él
y Jungkook eran pequeños. Claro que en aquellos días no había una corona de
por medio entre ambos o alguna otra cosa que les fuera de impedimento en su
vida.
Suspiraba mientras la imagen de cierto príncipe sonriente se le venía a la mente.
—JungKook…—Susurró mientras miraba por la ventana el anochecer.
Se recordaba de más joven, hace un par de años. Cuando no quería ser de la
realeza ni mucho menos, cuando quería simplemente estudiar más de lo que
hacía y vivir la vida al máximo. Pero siempre era un impedimento algo en su vida,
su tío.
Aquel hombre que nunca le dejaba hacer muchas cosas pero… debía ahora estar
un poco agradecido de que le hiciera caso y no molestase más a JungKook.
Debía admitir que en un inicio no soportaba al menor, se le hacía un crío mimado
y príncipe caprichoso. Sin embargo, a medida que avanzaban las cosas… vio
aquel corazón tan hermoso que el menor poseía y aquella belleza que se negaba a
ver antes, ahora se desvivía por el chico.
Sus lindos ojos brillantes cuando ayudaba a alguien eran únicos, además de esa
sonrisa tan sincera que regalaba siempre que hacía algo bueno o se sentía feliz.
También JungKook poseía aquel espíritu libre que a TaeHyung le fascinaba.
Aunque a veces ese espíritu libre era un poco terco, eso le gustaba aún más. Ya
que JungKook en serio no era nada malo y caprichoso, era en verdad amable y
muy diplomática su forma de ser. Digno Rey.
—TaeHyung…—Escuchó una voz llamarle— ¿Te irás en serio?
—JiMin…—Miró al chico y asintió— No creo poder ver cuando él se case…
—¡Ve por él! —TaeHyung le miró con extrañeza— Vamos, será la última noche…
¿No sería genial que ambos la pasaran juntos?
—Yo… ¿Qué propones que haga?
JiMin sonrió y se acercó al conde Kim, susurrándole un plan que a él le parecía
perfecto.
—Entonces, espéralo afuera de su habitación y yo voy por él—Opinaba
sonriente— Si no, lanza piedras a la ventana… ya sabes…
TaeHyung sonrió y asintió, mientras un emocionado JiMin salió corriendo de allí.
Vaya que iba a cometer una locura.

JungKook leía algunas cosas, se sentía un tanto decaído de la noticia de la


marcha de TaeHyung del lugar. Debía admitir que se había flechado de aquel
chico que juraba odiar. Quizá desde el primer beso. Pensó mientras suspiraba y
acomodaba las cosas para irse a dormir.
—¡JungKook! —Escuchó un grito— ¡Soy Park JiMin! ¡JungKook a tu ventana!
—JiMin, ¿Qué sucede?
JiMin lo tomó de los brazos y sonrió, señalando efusivamente la ventana.
—Tu príncipe azul arroja piedras—Musitaba JiMin emocionado.
—¡TaeHyung! ¡TaeHyung! —Susurraba el menor al verlo en el jardín— ¿Qué es lo
que haces?
TaeHyung le sonrió y suspiró mientras miraba a todos lados, luego a JungKook.
—¡Oh mi lindo Julieto, me pregunto si un paseo conmigo quiera dar!
—Si fuera con usted, sería un fracaso—Se burlaba JungKook sonriente, se metió
a su habitación y miró a JiMin— Oh mi dios…
—¿Qué dice?
—Quiere que nos fuguemos esta noche—Admitía sonriente— Y en verdad que
quiero ir…
—Hazlo, vamos…—Sonreía emocionado— ¿Quieres una sosa despedida de soltero
o una velada romántica con tu príncipe azul?
JungKook analizó aquello y sonrió divertido, tomó sus cosas y un abrigo. Lanzó el
abrigo a TaeHyung y empezó a salir por la ventana. TaeHyung sonreía complacido
al ver como JungKook había accedido a irse con él esa noche.
—Ya está… cielos…—Vio la cámara— Ojalá no me vean…
El menor trataba de ocultarse, sin saber que no sería visto para nada por
HoSeok, Mark y BamBam. Ya que estos estaban muy cómodamente jugando
póker, ignorando las cámaras por la concentración en aquel juego que les
encantaba.
—Esto es más romántico en los cuentos de hadas—Musitaba JungKook bajando
por la enredadera— Ni Rapunzel se arriesgó tanto a que lo pique un insecto.
TaeHyung reía ante las ocurrencias del menor, JiMin desde la ventana miraba
con diversión a su amigo colgando de la enredadera y aferrándose con una cara
muy graciosa a todo lo que veía.
—Demonios… ¡Se me atoró el pie! —Gritoneaba frustrado—Esto no es nada
lindo… ¡¿No hay hadas madrinas acaso?!
JungKook trataba de bajar como podía, mientras JiMin veía entretenido la lucha
de su amigo contra la enredadera. El conde abajo, sólo miraba con una sonrisa y
algo de preocupación. Era divertido, pero peligroso así que estaba al tanto.
El menor dio un traspié con su pie atorado y chocó de bruces son la pared,
dándose en la cara y causando carcajadas que JiMin trataba de silenciar con sus
manos en la boca.
—JiMin… ¡Cuando llegue verás! —Se quejaba dolorido— ¡Tú enano!
—Vamos Jungkook, fue cómico desde aquí arriba—Sonreía inocente.
JungKook renegaba con fingida molestia y resopló mientras seguía bajando,
TaeHyung se preparaba para recibirle. Nuevamente iba a caerse y esta vez, se
lanzó al suelo. Pero el mayor fue más rápido y extendió sus brazos para recibir la
caída de JungKook.
—¡Ah! —Gritó JungKook.
Cayó encima de TaeHyung, así que el mayor exclamó algo de dolor al haber sido
tacleado por un JungKook que iba a caer. Se miraron con una sonrisa divertida.
—Perdón… ¿Te dolió?
—No yo…—Lo miró con una sonrisa— Ya me acostumbré a esto contigo…
JungKook se levantó avergonzado, mirando a la ventana mientras JiMin le
levantaba los pulgares con una sonrisa enorme. Ambos chicos se miraron y
salieron corriendo del palacio, como prófugos o los amantes a escondidas de los
cuentos… dejando a JiMin saltando por toda la habitación. Estando muy
emocionado.
¡Había sido testigo de un escape estilo romeo y Julieta o Rapunzel!
Se tiró en la cama de JungKook con una sonrisilla, ya luego le sacaría las cosas a
Jungkook sobre qué pasó con ambos.

TaeHyung llevó al menor hacia los caballos, los cuales tomaron para huir.
Aunque el menor tenía algo de miedo, lo perdió al sentir luego el apoyo de
TaeHyung sobre él.
A los pocos minutos llegaron a una colina cerca de un pequeño lago, donde
ambos sabían que nadie pasaba a menudo. Lo cual era perfecto para aquella
velada que pasarían antes de no volverse a ver, eso último les dolió demasiado a
ambos.
Se detuvieron bajo un árbol de cerezos y empezaron a platicar mientras jugaban
guerra de pulgares, el juego favorito de JungKook.
—Dime un deseo tuyo entonces…—Comentó TaeHyung sonriente— Vamos, tu
mayor deseo.
—Tú dime un secreto, Kim.
—Eso no es lo mismo a lo mío…
—Casi, pero todos piensan en los deseos…—Musitaba casi ganando en la guerra
de pulgares—Nunca ven hacia tu interior.
—Bien, dime algo JungKook…—Lo miraba y después seguía jugando con él—
Algo sobre ti que nadie sepa.
—Bueno, a veces sueño en blanco y negro—Sonreía mientras atacaba el pulgar de
TaeHyung— Y me encanta el Kimchi fermentado.
—Yo cuando iba a la escuela fingía enfermedades en los exámenes—Comentaba
divertido— También me encanta poner chocolate a todo tipo de cereal, incluso el
de chocolate.
—Eso es normal, sobre el chocolate…—Sonreía ganándole casi al mayor— Creo
que sabe delicioso, pero prefiero colocar frutas.
TaeHyung reía mientras negaba divertido, luego miró el pulgar con el que jugaba
y sonrió ladino.
—Le temo a las medusas…—Soltó JungKook— No me gustan para nada.
—Yo debo confesarte algo muy importante JungKook—Soltó dejándose ganar por
el menor— Bueno, al menos para mí.
—Oh, ¿Qué es TaeHyung? —Lo miró con curiosidad— ¿Es algo malo?
—Nosotros… ya no hemos bailado desde aquella vez—Musitó de pronto— Fue
genial cuando lo hicimos aquella vez.
—Es la verdad, no es un secreto—Argumentó sonriente el menor.
—El secreto aquí es que…—JungKook lo miró riendo un poco— Aun lo deseo…
mucho…
Se miraron a los ojos, dejándose llevar por sus corazones. Se acercaron hasta que
la distancia en ambos fue nula, para finalmente darse aquel ansiado beso. Ambos
lo deseaban, vaya que lo hacían.
Los labios del mayor iban lentos, disfrutando del sabor y textura de los de
JungKook. Al separarse, el mayor se levantó para tenderle la mano a JungKook y
poner música de su iPod. Tomó al menor de la cintura y le pegó a él, dejando sus
frentes juntas… dejándose llevar por la dulce melodía de una canción muy
famosa. “Last Dance” la cual, curiosamente sin que el otro supiera, era la canción
favorita de ambos.
JungKook colocó sus manos en el cuello de TaeHyung, aun con sus frentes
juntas y los ojos de ambos cerrados. Luego, las manos de ambos en un giro se
encontraron, justo en la parte más alta de la canción, quedando con las manos
entrelazadas y bailando más lento. Cuando la canción finalizó, ambos se
abrazaron y se quedaron hablando de muchas cosas, hasta que se quedaron
profundamente dormido en la manta que llevaban, abrazados y con un
sentimiento cálido en ellos.
La mañana pronto vino para los jóvenes enamorados, siendo el primero en
despertarse TaeHyung, el cual miraba embelesado a JungKook. Quien a los pocos
minutos, finalmente despertó con una sonrisa de genuina felicidad.
—Buenos días, JungKook—Susurraba TaeHyung abrazándole a su pecho.
—TaeHyung… ¿Cómo estás? —Miraba recibiendo la caricia de TaeHyung en sus
cabellos— ¿Estás bien?
—Todo está muy bien—Sonreía abrazándole— Nos hemos quedado toda la
noche…
—Sí… ¡No! Se hizo de día…—Se levantaba rápido— No puedo creerlo.
Empezaron a reír divertidos, hasta que algo llamó la atención de JungKook. Cerca
de donde estaban, en una lancha vieja, se veía algo extraño.
—Tae… ¿Qué es eso?
—No lo sé, es muy extraño…—Miraba con detenimiento— ¿Algún lanchero?
—Sí, con una cámara…—Musitaba viendo al camarógrafo—TaeHyung, eres un
asco.
JungKook se levantó muy rápido y tomó al caballo que había usado la noche
anterior. TaeHyung le siguió desesperado.
—No JungKook… cariño…
—Eres el ser más insoportable y traicionero—Musitó molesto JungKook— No
quiero volver a verte en mi vida.
—JungKook por favor debes creer que no fui yo…—Suplicaba dolido— Yo jamás
te haría daño de esa manera.
—No me importa saberlo, me marcho.
—JungKook…—Musitó tarde, ya que el menor se había marchado.
TaeHyung se sentía con un nudo en la garganta ante las palabras que le había
dicho JungKook. Recordaba la noche anterior mientras acariciaba al caballo
frente a él, no pudiendo evitar algunas traicioneras lágrimas se deslizaban por
sus mejillas.
Eran el reflejo de su corazón aún más roto que antes. Había creído que podía
soportar el que el menor se casara con SangHyuk, incluso cuando defendió a
JungKook de su tío. Pero ahora su corazón dolía, quemaba; como lava ardiente
recorriendo su ser.
Y es que en poco tiempo, JungKook se había vuelto su todo y ahora era nada,
nada más que un bello recuerdo de un amor que no podía ser. Ahora gracias a
aquello jamás vería a JungKook y con más razón este se casaría con SangHyuk…
si tan sólo no le hubiera hecho caso a su tío…
Su tío…
Ahora empezaba a tener todo sentido para el chico, aquel hombre era
seguramente el causante de todo eso. No podía creerlo, pensar que le pidió que le
dejara tranquilo al príncipe… sin embargo parecía que en los planes de su tío
estaba sabotear siempre a JungKook.
¿Tanto así ansiaba la corona aquel hombre?
Negó frustrado con la cabeza, debía reclamar a su tío. Porque el recuperar a
JungKook era muy tarde. Sólo esperaba que el menor fuera feliz a partir de
ahora, porque él ya iba a perder la felicidad con la boda de ese día.

JungKook llegó al palacio, viendo a JiMin y HeeChul hablando serios. JungKook


miró con vergüenza a HeeChul y después vio como Jin se acercaba junto a
HoSeok para enseñarle el vídeo donde salía con TaeHyung.
—Yo… puedo…
—No entiendo nada, ¿Quieres a TaeHyung? —Indagaba HeeChul— ¿Se quieren
mutuamente?
—No, caí en una trampa suya…—Sollozaba— Soy tan tonto, creí que él y yo…
JiMin y SeokJin se miraron con interrogante en su semblante, pues ambos
sabían que el mayor estaba muy enamorado de JungKook. Aunque en cambio el
tío… ambos se miraron asintiendo, seguro era por ese sujeto.
—JungKook, sé que es muy difícil para ti esto—Musitaba HeeChul— También sé
que le tomaste cariño a tu prometido… pero me niego a creer que lo ames.
—Pero tú sabes que… —Se abrazaba afligido— Yo lo único que quiero es que el
reino…
—Sí, lo haces por el reino querido—Acariciaba los cabellos del menor— Sé que
probablemente estás mal y que estás enamorado de TaeHyung, lo sé porque
desde pequeños lo mostrabas.
JungKook le miró sin creer, mientras HeeChul le regalaba una sonrisa pequeña y
acariciaba sus cabellos.
—Pero me traicionó… yo creí que ayer…—Se limpiaba las lágrimas— Creí que
sería diferente todo…
—La pregunta es… ¿Aún habrá boda?
JungKook analizó las palabras de HeeChul, mientras veía de pronto a su
prometido entrar a la habitación con el semblante serio.

—SangHyuk… de verdad lo siento…—Pedía tras el chico— Te prometo que nada


de eso pasó…
—No es eso, es el hecho de que fuiste—Musitaba molesto— No entiendes
JungKook, en mi país soy muy codiciado…
JiMin miraba por la ventana negando con desaprobación, igual que SeokJin e
incluso HoSeok.
—Yo… tengo muchos hombres y mujeres tras de mí JungKook—El menor bajaba
la mirada avergonzado— Pero hoy… voy a desposarte a ti sobre todos ello… ¿Es
difícil pensar en ello? Yo… JungKook
—SangHyuk…
El chico besó al príncipe con hambre, empezando inmediatamente una batalla de
lenguas que no surtió algún sentimiento en el contrario. JiMin miró con la boca
abierta y volteó a ver a SeokJin y HoSeok, luego se sorprendió de ver al mismo
HeeChul mirando la escena sorprendido.
Ambos jóvenes se separaron abruptamente, mientras el resto negaba desde la
ventana. Cada quien con una idea en mente, pero una persona en común.
TaeHyung.
—Y bien… ¿Te ha gustado JungKook? —Indagó curioso SangHyuk— ¿Lo hizo?
—En verdad que quisiera decir que sí lo hizo—Se excusaba— Pero es que… se
supone que debes sentir algo… como mariposas o un sentimiento que recorra tu
ser y te haga feliz…
—Y nosotros…
—Es que entre nosotros no hay… ¡Química!
—Pues es muy cierto—JungKook le miró con interrogante y el chico negó
excusándose— Fue un beso muy placentero.
—Sí, mucho.
—Pero creo que ambos sabemos que…—Suspiraba y miraba a JungKook— No
hay esa magia que ambos sabemos debería haber.
—No, no la hay. —Se giraba para bajar la mirada— Si no lo quieres hacer está
bien, ya yo me inventaré algo para zafar esto.
SangHyuk miró a JungKook decaído, él sabía que aquel chico era muy bueno y
sus intenciones siempre habían sido buenas. Suspiró pesadamente y se acercó al
menor para demostrar su apoyo.
—JungKook… yo acepté cuando tú me elegiste—Sinceraba y JungKook lo miraba
asintiendo— No te angusties por ello, yo… tú y yo hoy diremos que sí y mañana
seremos esposos… será otro día.
—SangHyuk… yo…. Muchas gracias en verdad—Agradecía dando un beso en la
mejilla— En verdad muchas gracias.
Ambos chicos se abrazaron, haciendo negar a quienes los miraban desde la
ventana. Ya que todos sabían que en realidad el menor estaba totalmente
enamorado de TaeHyung y probablemente esa boda causaría desgracia en más de
un corazón.

JungKook miraba su habitación por última vez, viendo como JiMin estaba afuera
con un chico muy pálido y sonriente. Sentía un poco de celos al ver a su amigo
sin angustias, pero luego negó con la cabeza y soltó un suspiro. Iba a casarse en
menos de dos horas, así que debía ser positivo con eso.
—Príncipe Jeon, se le está haciendo algo tarde—Musitaba Mark— Debe ir a
arreglarse, me dijeron que se teñirá el cabello y el peluquero real le espera.
—Ya lo ha dicho el Rey HeeChul antes—Musitaba sonriente— Un rey jamás llega
tarde, los demás siempre lo hacen antes.
Mark asintió y avanzó junto a JungKook hacia donde le esperaban para
prepararlo para la boda. De pronto Jungkook lo miró con curiosidad.
—Mark… ¿Estás con Jackson no es así?
—Sí, estoy con él desde hace un tiempo—Sonreía algo avergonzado— Bueno, en
sí bastante su majestad… ¿Por qué la pregunta?
—Es que… me entró curiosidad de saber—Admitía mientras miraba al estilista—
Y bueno, es que no parecía que dejara a BamBam y de pronto…
—La vida a veces te pone con alguien incorrecto—Musitaba mientras ambos veían
como a lo lejos YuGyeom y BamBam se tomaban de la mano— Para luego
acomodarte con la persona que está hecha para ti. Es decir, yo sentía que lo mío
con Jackson era imposible.
—Eso fue… ¿Fue porque estaba con BamBam?
—No sólo eso príncipe, sino que sentí que jugaba conmigo—Reía negando con la
cabeza— Pero luego entiendes que a veces no es eso, sino otras personas que se
interponen. En ese tiempo BamBam ya estaba con YuGyeom.
—Bueno, ahora a los cuatro se les ve felices.
—Pues es así príncipe—Sonreía amable Mark— Cuando encuentras a la persona
correcta, a su lado estás feliz. Vea a SeokJin y NamJoon o las veces que el
general Min se ve con su amigo JiMin.
JungKook asintió analizando aquellas palabras, luego vio al estilista real con una
sonrisa. El cual tenía todo preparado, incluso un traje perfectamente alzado en
un empaque fino y tres ayudantes para toda la tarea de arreglar al príncipe.
—Bien mi estimado príncipe Jeon, es hora de que se transforme—Animaba el
estilista— Le haré verse como una obra de arte… aunque claro, es muy poco lo
que se haría para eso.
—Muchas gracias… —Sonreía mirando todas las cosas— ¿Con qué se va a
empezar?
—Ya verá, usted sólo confíe en mí y verá que pasa.
JungKook asintió mientras se relajaba y miraba como le empezaban a teñir el
cabello de castaño, luego le empezaban a poner demasiados productos en la piel
de su cuerpo y cara, para que se viera más vital y saludable. O al menos esas
eran las palabras que había usado el estilista.
Pero en la mente del pequeño Jeon estaba TaeHyung… ¿Iría a la boda?

Con el conde TaeHyung, estaba su tío buscando como loco alguna cosa. Mientras
el chico solo miraba aburrido la escena.
—No encuentro mis guantes elegantes…—Musitaba el hombre— ¡Rachel mis
guantes!
TaeHyung solo bufó algo aburrido.
—Sabe tío, creo que no iré a esa boda—Musitaba decidido— Creo que es lo mejor
que puedo hacer.
—Muchacho, ¿Otra vez con esas cosas? —Musitaba arrogante— Vamos a
divertirnos un rato, en dos semanas esa corona será tuya.
—Eso no será, será esposo de SangHyuk—Objetaba mirando rendido a su tío—
Hoy se hará eso.
—¡Cierto! En fin, la boda va a ser un verdadero desastre—Se colocaba finalmente
los guantes— Será divertido y quizá me gane el botón del traje…
TaeHyung rodaba los ojos mientras veía a su tío marcharse, se levantó de aquel
viejo sofá. Dirigiéndose al espejo de cuerpo completo, mirando su traje con
desinterés.
Aquel consistía en todo de color negro de una marca que el adoraba Gucci, salvo
algunas joyas que colocó en las solapas del cuello y un dije que hace muchos
años le había regalado su padre.
Aunque se suponía que debía usarlo en su boda con el amor de su vida, sin
embargo decidió colocarlo aquel día, en el que en sí perdería al amor de su vida.
Suspiró pesadamente mientras negaba al verse en tal situación y la imagen del
chico al lado de SangHyuk le llegaba a su pensamiento, sintiéndose como un
estúpido en esos momentos… lo bueno es que no era tan masoquista y no iría a
ver como JungKook le daba el sí a otra persona.
Se puso a pensar en cómo se vería el chico en esos momentos, ¿Estaría bien o
con el corazón herido como el suyo?
Y respondiendo a aquello sin que el mayor lo supiera, JungKook se miraba en el
espejo de su habitación mientras veía como los estilistas recogían todo lo que
habían utilizado para arreglarle.
—Es… increíble—Susurró mirándose.
El traje era blanco, salvo la orilla cerca del pecho y la corbata, que más bien le
colocaron un moño negro, además de un botón negro que contrastaba en el traje.
Le habían maquillado para que se viera natural, pero con los ojos resaltando
debido a una fina capa de delineador difuminado.
Miró a JiMin, con un traje en color negro muy sencillo. Aunque casualmente notó
que llevaba un pañuelo exactamente igual al del general Min. También vio a
SeokJin ir muy similar a NamJoon, salvo por su corbata rosa.
—JungKook… Ya es hora—Musitó HoSeok entrando a la habitación.
—Sí, yo ya voy—Hablaba mirándose por última vez en el espejo.
Se veía como alguien que se iba a casar, aquel traje elegante, el cabello… todo
contrastaba, salvo aquella mirada que no irradiaba amor. Sino más bien una
profunda tristeza, una tristeza que era de aquel que fue separado del verdadero
amor.
Con un suspiro grande, salió del lugar a su boda. Era uno de los peores días de
su vida sin duda alguna.
TaeHyung estaba sentado en un mullido y viejo sofá, se sentía algo decaído al
saber que aquel hombre por el que su corazón latía estaba a nada de contraer
nupcias. Pensaba en aquellos ojos brillantes y sonrisa cautivadora, mientras
hablaba aquella noche de sus gustos.
Se sentía fatal, aquel sin duda era de los peores días de su vida. Resopló mientras
veía como su móvil no dejaba de sonar, tratando de ignorarlo pero era demasiado
ruidoso y en cierto punto, molesto.
Tomó con resignación el dispositivo entre sus manos y abrió los mensajes que
tenía recibidos, virando los ojos al ver que eran nada más y nada menos que de
Park JiMin. El mejor amigo de JungKook.
Abrió los mensajes y vio como el chico pedía urgentemente hablar con él,
logrando que una incertidumbre y presentimiento se le vinieran a Kim de pronto.
Buscó el número de JiMin y marcó angustiado, esperando que nada malo le
pasara a JungKook. Después de dos timbres JiMin pareció contestar.
—¿TaeHyung?
—Ya marqué, yo... —Carraspeó con el sentimiento de un ardor recorrer su pecho.
Quemando como lava— ¿Pasó algo con JungKook?
—Sí, algo muy grave.
Esas palabras fueron como un balde de agua fría para TaeHyung. Sintió su
corazón reprimirse y la garganta seca; de pronto todo su mundo se concentró en
eso. En JungKook.
—¿Qué le ha pasado...?
—Pasa que está a nada de desposar al hombre equivocado —TaeHyung miró con
recelo su móvil, jactándose de aquellas palabras— Necesitas venir, si lo amas... si
tú en verdad lo haces...
—JiMin, Basta. —Sentenció con molestia en su voz— JungKook no quiere verme,
yo respetaré aquella petición.
—Es que no entiendes, está aquí tu tío —TaeHyung solo viró los ojos y sacó el aire
de sus pulmones de golpe— ¿Y si intenta algo?
—Mi tío no le hará nada a JungKook.
—En eso se equivoca joven—Escuchó una tercera voz interponerse— Su tío si le
hará algo hoy al príncipe.
TaeHyung alejó el móvil de su oreja, para mirar con sorpresa y curiosidad a
Rachel. La cual se alisaba sus vestimentas nerviosa ante la mirada de Kim, alzó
su visa la señora y soltó un suspiro algo largo.
—Su tío lo mencionó...
—Yo... JiMin...—Habló TaeHyung al móvil —Iré en seguida...
Colgó sin esperar respuesta del otro chico, mirando a Rachel con prisa.
—Dijo que no permitiría que usted no gobierne...—Soltó de pronto— Y hoy en la
boda puede que haga...
—Debo irme ya... —Musitó preocupado —Nos vemos Rachel.
El chico salió corriendo en búsqueda de algún transporte a irse. Necesitaba llegar
antes que su tío cometiera una locura.

JiMin caminaba ansioso por el lugar, mirando algo molesto a HeeChul. JungKook
había estado arreglándose desde hacía minutos, y eso le dejaba con tiempo libre
al lado de ese aclamado rey.
Miró a su majestad HeeChul y se mordió el labio con indecisión, pensando en qué
podría hacer él para intervenir con aquello. Este comportamiento, junto a su
movimiento constante de cuerpo, llamó la atención de HeeChul.
Y es que aquel chico se caracterizaba por ser tranquilo y un poco extrovertido a
veces. Pero eso sí, siempre muy seguro de sí mismo.
HeeChul algo fastidiado del comportamiento que estaba presentando JiMin, se
acercó a este con aquella elegancia natural tan suya, para también ver como
SeokJin y BamBam hacían lo mismo.
—JiMin-Ah, ¿Estás bien? —Indagó HeeChul con curiosidad.
JiMin detuvo abruptamente sus movimientos, mirando un poco ansioso al rey.
Soltó una negación y bajó los hombros en señal de derrota.
—No, no estoy bien...—Susurró entre dientes—. Sinceramente creo que la boda
no se debería hacer...
Y fue allí donde HeeChul se dio cuenta de cómo o que tan nervioso estaba el
menor.
—Lo que pasa... es que ya no se hacer más para detener algo—Sinceraba— He
intentado hacer algo para esto, pero no hace caso o bueno la verdad es que...
HeeChul le tomó de los hombros, haciendo que JiMin le mirara con sorpresa y los
labios se volvieran una perfecta O.
—A ver, vamos por partes—Pedía tranquilo, mientras miraba a JiMin intrigado —
¿Qué es lo que tú quieres evitar y aún más importante que eso... ¿Qué has
intentado o hecho?
—Yo... verá...
Se sentía muy nervioso, como un crío que se le encontró tomando galletas de un
frasco cuando la madre decía que no. O como un adolescente pillado en un
momento donde hace alguna travesura de rebeldía. Sentía aquel mismo
sentimiento picante en el pecho y sudoración en las manos, mientras resoplaba y
miraba con timidez al adulto frente a él.
—Yo fui el culpable su majestad...—Soltó cerrando sus ojos fuertemente.
—El culpable... ¿De qué acto? —Indagó demasiado extrañado— JiMin-ah no
entiendo nada...
—Que yo fui quien hizo que TaeHyung y Jungkook se fueran a ese lugar...—Soltó
finalmente, sintiendo como un peso imaginario se escapaba de sus hombros—
Yo... Ayude a TaeHyung a que JungKook fuera, además de que convencí a mi
mejor amigo que irse con TaeHyung era una buena idea...
—JiMin-ah...
—Y es que ambos se ven tan bien su majestad...—Hablaba sin escuchar al mayor,
soltando todo aquello que por miedo ocultó y no podía más con eso—Es que debe
comprender que para mí y muchos de aquí, ellos... Ellos son como la pareja
perfecta.
—Sí, verás JiMin...
—Y en verdad lo siento, pero hoy no puedo ocultarle esto. Sé que se casa mi
amigo...—Bajaba la mirada algo triste —Pero en verdad porque sé cómo es y lo
quiero, conozco que no será feliz con SangHyuk. Ambos no se pertenecen...
Porque TaeHyung y JungKook se ven tan bien juntos que yo lo hice sin pensar.
—Lo sé muy bien JiMin —El menor le miró con los ojos abiertos de sorpresa— Sé
que mi JungKook y TaeHyung son la pareja perfecta.
—Pero entonces... ¿Por qué usted...? —Abría la boca desconcertante — ¿Por qué
no hizo algo?
—Ellos se deben dar cuenta —Miraba a su nieto salir y hacer seña a JiMin — Ve
con él, espero que se dé cuenta a tiempo.
JiMin sólo atinó a asentir sin más, retirándose y dejando a un melancólico
HeeChul en camino a aquella boda.

TaeHyung se sentía desesperado, realmente desesperado, ya que no había


encontrado medio de transporte cerca del castillo de su tío. Salvo aquella vieja
bicicleta que era de su propio padre.
Analizó unos momentos si era segura, además si era la mejor idea usarla. Pero al
verse de pronto corto de tiempo no le importó, simplemente tomó aquella bicicleta
y se acomodó para salir pedaleando con velocidad.
—Demonios...—Musitaba frustrado —Debo darme prisa... Necesito llegar a
tiempo...
El camino desde ese lugar a la iglesia era largo, cerca de 20 kilómetros de
distancia.
Se sentía ya fatigado, eso que no llegaba aún a medio camino. Seguía pedaleando
con una imagen en su mente: JungKook estando a punto de casarse con alguien
que no era él.
Y aunque le dijeran tonto por haberse dado cuenta antes, no le importaba. Sabía
que en realidad lo era.
Pero ya no quería eso más, no quería ni la corona, ni la aprobación de su tío o lo
"mejor" para JungKook. Quería una vez por su vida arriesgar todo, incluyendo su
corazón ardiente por JungKook, para poder impedir aquella boda que le estaba
matando el alma con la idea de no tener al menor más con él.
Ansiaba con todo su corazón que el menor le perdonara aunque fuese. De pronto
sus piernas no respondían bien, se sentía cansado y empezaba a sentirse
rendido.
Pero el destino parecía estar en su favor aquel día. Ya que vio a un viejo granjero
conocido por él, pastoreando encima de un caballo y con una sonrisa en sus
facciones cuando vio a TaeHyung cerca.
—Hola conde, ¡Me alegra verle!
—Hola DanYoo —Sonreía cansado— ¿Podría pedirte el favor más enorme de mi
vida?
El hombre le miró con comprensión y algo de preocupación. Asintiendo mientras
se detenía cerca de TaeHyung.
—Yo... Necesito que me preste su caballo. —Soltaba desesperado — Necesito
llegar con alguien... Por favor... Se está...
—No se preocupe Conde.
—¿Me lo prestaría en verdad DanYoo? —Aquel granjero asintió con una sonrisa
radiante, mientras se bajaba del caballo y se acercaba a TaeHyung — Muchas
gracias, en verdad que muchas gracias...
—No es nada TaeHyung...—Sonreía con amabilidad y señalaba el caballo— Solo
te pediré un pequeño... Es muy pequeño favor a cambio.
TaeHyung miró con interrogante a aquel sujeto, pero al saberse aun con menos
tiempo. Asintió muchas veces y salió disparado al caballo.
—¿Cuál es su petición?
—Quiero que usted sea siempre muy feliz...—Miró al chico y después al cielo— A
partir de ahora vienen cosas buenas...
—¿Cómo lo sabe?
—Usted ha cambiado, para bien.
TaeHyung se quedó mudo. Asintiendo al recordar a JungKook con una sonrisa,
salió cabalgando rápidamente del lugar. Con solo una idea en mente, o más bien,
con una persona dando motivación para seguir con dicha travesía.
Jeon JungKook. Su príncipe caprichoso, su príncipe amable y bondadoso.
La persona que más ama en este mundo.

JiMin miraba a su mejor amigo mientras se encaminaban a la boda de JungKook.


Mientras que el menor sonreía pero sabía que la sonrisa en su mejor amigo era
falsa, ya que era obvio que el menor quería a TaeHyung. Se le hacía estúpido, ya
que ambos se atraían y eso era muy obvio, pero tal parecía que ambos eran
ciegos para darse cuenta...
—JiMin... ¿Sucede algo? —Indagó el príncipe— ¿Está todo bien?
—Sí, bueno... ¿Estás seguro de casarte con SangHyuk?
—¿Por qué la pregunta?
—Sólo... pregunto—Miraba hacia la iglesia— Pero bueno, no importa...
Miró a su alrededor y se sorprendió al ver a HongBin mirándose con SangHyuk
intensamente; tal parecía que había algo allí. Nuevamente se alineó en la entrada
de la iglesia, mirando a YoonGi junto a SeokJin y NamJoon. Esperando a que el
príncipe hiciera su entrada. Suspiró y escuchando la marcha nupcial, dada por el
coro del país más reconocido.
Empezó entonces a caminar a pasos muy lentos, mirando de vez en cuando
ligeramente hacia la entrada.
Aunque era algo imposible debido al largo pasillo que debía recorrer. Sabía bien
que detrás de él, JungKook caminaba a tientas a la boda más loca que pudo
pensar alguna vez. La boda con una persona que JungKook no amaba.
Cuando se vio delante del cura, dio la media vuelta y se dirigió a su lugar, el cual,
curiosamente era al lado de ese sexy general. Min YoonGi.
Vio a JungKook llegar, acompañado de HeeChul, el cual miraba atento a todas
partes. Quizá también estaba buscando a TaeHyung o algo que evitara esa
locura. Ya que recordaba como en una de esas pláticas con aquel rey, este le
había confesado que deseó siempre que fuera TaeHyung la pareja de Kook.
Aunque ahora eso se veía imposible, ya que al parecer el menor iba muy en serio
en aquello de casarse con SangHyuk.
—No...—Susurró inaudible, para luego ver como YoonGi le miró con el ceño
fruncido.
Miró nuevamente a la entrada, deseando que aquel tonto de TaeHyung llegara
finalmente. Aunque igual tenía fe en HongBin, y en que este irrumpiera con
aquella boda.
Los minutos pasaban, viendo como terminaba el ritual inicial de casamiento,
para luego llegar a la parte que más le ponía los nervios de punta. Aquella donde
siempre lloraba y se emocionaba, pero esta vez no. Esta vez, sólo deseaba que
algo le interrumpiera todo y que su mejor amigo no cometiera alguna locura como
aquella.
Al ver la misma expresión que tenía en HeeChul y SeokJin, supo que no era el
único. Vio igual como el mismo Jungkook se veía algo decaído cada vez que
miraba a los invitados, como deseando que de igual manera alguien le rescate.
—Jeon JungKook, ¿Acepta a SangHyuk como esposo para amarlo y respetarlo en
las buenas y en las malas...—JiMin se llevó su mano a la boca con ansiedad—.
Hasta que la muerte los separe, en todo momento y ser felices?
—Yo...
Todos estaban en silencio, esperando la ansiada respuesta del menor, con sus
corazones latiendo a mil por hora. JiMin, SeokJin y HeeChul, perdiendo las
esperanzas. Inclusive el mismo JungKook.
—Yo me opongo—Escucharon una voz gruesa de pronto.
—Yo me opongo—Escucharon una voz gruesa de pronto.
Los novios y los invitados voltearon al mismo tiempo hacia la entrada de la
iglesia, unos con sorpresa, otros sonrientes. JiMin, SeokJin, HeeChul y HoSeok.
Además de otros con obviedad en sus miradas.
Pues era nada común ver al serio y elegante conde, Kim TaeHyung, correr y
detener un evento tan diplomático como el que se estaba celebrando. No se podía
haber pedido más de este chico, ya que llevaba una vestimenta que le hacía
sobresalir entre el resto. Incluso del novio del príncipe.
TaeHyung miró a JungKook, ignorado a todos a su alrededor.
—TaeHyung...—Susurró JungKook.
El mayor, viendo el desconcierto en la cara del menor. Además de que se había
quedado estático por la sorpresa en su lugar, avanzó con paso sereno hacia
donde el menor se encontraba. Hacia aquel altar.
No pudo evitar ver a la corte, su tío le miraba como esperando a que hiciera algo
malo hacia el menor. TaeHyung negó con la cabeza, suspirando y dirigiéndose a
SangHyuk y JungKook con más prisa.
Incluso sintió miradas de los padrinos de boda, los cuales sonreían ligeramente
por su llegada. Incluso el serio general Min, estaba sonriendo muy cerca de
JiMin.
TaeHyung sintió la garganta seca, acompañada esa sensación con la de un
corazón latiendo a mil por hora y una angustia a que fuese rechazado aún más.
Pero quería o sentía que podía tener esperanza de estar con JungKook, pero con
las cosas que habían pasado últimamente, ya no estaba del todo seguro.
Pero por primera vez sentía que era lo correcto, que interrumpir aquello estaba
bien. Que ofrecer su corazón al menor en bandeja de plata estaba bien, porque
era lo que realmente quería hacer en mucho tiempo.
—JungKook yo...—Miraba al menor.
Cada paso que daba era como una tortura y una salvación a su vez, haciendo que
su corazón se sintiera más y más oprimido.
Vulnerable.
Finalmente, se posó frente a JungKook. Mirándole con aquella adoración que le
tomó, como si el menor fuera la maravilla más perfecta creada jamás.
—JungKook, por favor no te cases—Soltó y miró al estrado— Yo... Te cedo mi
inclinación a la corona.
Una exclamación de sorpresa se hizo en todos los invitados, haciendo que
JungKook mirara nervioso cada vez más al mayor.
TaeHyung miró a SangHyuk, el cual miraba a HongBin de vez en cuando. Suspiró
y vio ahora a JungKook, el cual tenía la mirada baja, esperando que algo más le
dijera alguien.
SangHyuk miró a TaeHyung y JungKook, luego asintió retirándose. Sentándose
junto a HongBin, el cual le miraba con adoración y algo de tristeza.
TaeHyung miró a JungKook una vez más, carraspeando y llamando así su
atención.
—No te cases porque...—Pasó nervioso su lengua por los labios—Porque yo te
amo.
JungKook lo miró con la boca abierta, al igual que el resto de los presentes. Ya
que en su mayoría de los de ese lugar, jamás habían visto al chico de aquella
manera.

—Esto es verdaderamente ridículo —Soltó el tío de TaeHyung de pronto —No


digas estupideces TaeHyung.
Luego de minutos en silencio, aquel hombre lo había roto con ese comentario.
TaeHyung miró a su tío con molestia, para también ver a HeeChul y al anciano
del parlamento poner atención a este. SangHyuk y HongBin del mismo modo
prestaban atención a todo.
—Es obvio que el príncipe JungKook no está capacitado para el trono—Hablaba
el hombre— Sin embargo, sé que mi sobrino sí. Siempre ha estado más preparado
que el príncipe…
—Yo declino, ya lo he dicho. El príncipe JungKook es capaz de gobernar, tiene
carisma, visión, sentido de justicia...—Se giró para ver al menor— Nos llevará
hasta el siglo veintiuno. Además, se vería muy lindo en las estampillas...
—¿Se vería muy lindo en las estampillas? —Imitó su tío con molestia, mirando
con furia a TaeHyung y JungKook —¡Tú también te verías bien en las estampillas!
¡Te verías muy lindo!
HoSeok y Jackson, quienes estaban cerca del tío de TaeHyung. Viraron los ojos
con resignación, preparándose junto a Mark y BamBam para encarcelar a ese
sujeto. YuGyeom solo miraba la escena con HeeChul al cuidado.
—Creo que si TaeHyung quiere declinar, debe respetar esa decisión —Habló de
pronto HeeChul— Él al igual que yo, vio aquello en JungKook que yo sé que es
capaz de entregar al pueblo. Además de que será buen gobernante.
—No, me rehúso a seguir escuchando este tipo de estupideces—Se quejaba el
hombre—TaeHyung... ¡Piensa en tu padre y su deseo! ¡Piensa en mí y estos años
criándote para gobernar el país!
—Te dije que no quiero gobernar ya, que Jungkook es mejor opción—Miró al
parlamento—. Él es el correcto, yo lo sé y no porque lo quiera. Sino porque
evidentemente lo ha demostrado cada día, con acciones tan nobles como lo del
albergue.
Los hombres miraron a JungKook, el cual miraba aun con sorpresa las palabras
de TaeHyung. Vio como el tío se acercaba a él furioso, pero también como
TaeHyung tomaba del brazo a su tío y le sacaba del lugar.
Lo cual hizo que HoSeok y Mark los siguieran en silencio. Viendo el enojo de
TaeHyung hacerse cada vez más y más grande.
—Suelta, niño malcriado, malagradecido... ¡Suelta mi brazo! —Se quejaba el
hombre una vez fuera de todo eso, junto al chico— TaeHyung, ¿Estás loco
verdad? Ese príncipe te lavó el cerebro... Y como idiota te enamoras de él.
—Sí, soy un idiota tío. Lo admito—Miraba el chico con recelo— Soy un idiota
porque te hice caso, no por amar a JungKook. Amarlo me hizo darme cuenta de
que estaba siendo muy mentiroso con mis sentimientos y mi actuar...
—Esas son tonterías, además...—Miró hacia la puerta donde estaba la boda—
¿Crees que ese chico te ama a ti? Por favor, se casará con SangHyuk. Tú te
quedarás sin nada.
—Prefiero eso, lo prefiero a seguir escuchando un minuto más esto—Se quejaba
TaeHyung, mirando a la puerta —Ya pueden llevárselo.
El hombre se sorprendió al ver como HoSeok y Mark salían de pronto, tomándolo
por el brazo y poniéndole esposas. Todo porque TaeHyung se había dado cuenta
de la presencia de aquellos dos, debido a su crianza en técnica de defensa.
—Queda arrestado por intentar usurpar el trono —Habló HoSeok, para luego
dirigirse a TaeHyung —Ya ve por él muchacho.
TaeHyung asintió y volvió a abrir aquella puerta de madera vieja. Nuevamente
nervioso.

JungKook al ver como salía TaeHyung hecho una furia con su tío, además de
HoSeok y Mark saliendo a su vez. Miró a sus invitados y parlamento, suspiró y se
colocó en medio, listo para hablar.
—Yo... primero que nada, gracias SangHyuk por acceder a esto—El chico le
sonrió amable—Pero creo que declino mi oferta de contraer nupcias contigo.
Todos los presentes abrieron la boca de sorpresa. Pero JiMin, SeokJin y HeeChul
celebraron a su manera aquello. Sonriendo y en el caso de los menores, tomando
la mano de sus enamorados.
—En verdad creo que debo ser franco en que quiero gobernar...—Miró con una
sonrisa al parlamento — Si no, ¿Por qué estaría en traje de novio este día?
Las risas no se hicieron esperar, logrando que JungKook se sintiera más en
confianza y con más determinación.
Y es que sentía su corazón a flor de piel, nervioso de que le rechazaran en el trono
y nervioso a su vez por TaeHyung. Ya que estaba durando afuera, al igual que
HoSeok y Mark. Deseaba que a nadie le pasara algo malo ese día, pues quería
felicidad para todos.
—Yo sé que seré un buen rey, tengo visión y me gusta ayudar a que todo esté en
orden—Miraba a HeeChul con una sonrisa— También les pido al parlamento, me
consideren para rey.
—Voy a hablar ahora —Escucharon a HeeChul— Sé bien que esa ley existe hace
muchos años. La implementaron conmigo y casi con mi hijo, sin embargo, creo
que sería un error muy grande que fuera aún vigente.
El presidente del parlamento analizaba las palabras de ambos hombres, mientras
veía como JungKook se veía nervioso y dispuesto a cualquier cosa.
—Mi nieto les ha demostrado carácter, porte y todo lo necesario para ser rey—
Opinaba muy sincero, viendo como muchos asentían—. También que aceptó
casarse sólo para que el reino tuviera un buen rey. ¿No les es el más motivo
sincero para creer en JungKook?
JungKook miraba a SangHyuk, el cual devolvía el gesto con una mirada de apoyo
y sostenía la mano de HongBin. Miró hacia JiMin, el cual estaba pegado al
general Min YoonGi sonriente, del mismo modo SeokJin estaba con NamJoon y
su pequeño Ren.
—Sé que puede gobernar. —Hablaba HeeChul— Sólo dejen que les demuestre y
anule la ley.
—Bien, creo que más de uno en el parlamento nos dimos cuenta de que en efecto
JungKook está más que listo para gobernar aquí —Musitaba el anciano— Así
que, aprobamos la petición de que gobierne y anularemos la ley. Ya que en
verdad ha demostrado ese cariño por el pueblo.
Todos sonrieron alegres, JungKook no cabía en la felicidad. Aunque le faltaba
algo...
Miró hacia la puerta con nerviosismo, viendo como esta se abría lentamente y un
rubio entraba sin hacer ruido. Devolviendo la mirada al menor.
TaeHyung abrió la puerta cuando los aplausos se hacían muy fuertes, viendo una
sonrisa en el rostro de JungKook. Se acercó nuevamente y vio como las miradas
se posaban en él y JungKook, haciéndole sentir nervioso.
Caminó lentamente, con el corazón palpitante y con un ardor en este que le hacía
sentirse agobiado. Seguía con su mirada posada en JungKook, luego le vio sin su
futuro esposo.
Miro a todos lados, encontrando a SangHyuk con otro chico y a JungKook fuera
del altar. Se acercó justo a tiempo, para escuchar al menor hablando muy alto.
—Y para no desperdiciar esto de la boda—Miró a JiMin y SeokJin— Case por
favor a estos cuatro chicos. Se merecen esta celebración...
—JungKook... Pero tú... —JiMin estaba sonrojado— ¿Qué dices? A penas conozco
a YoonGi...
—Yo no le veo problemas a eso, JiMin. —Musitaba el general con una sonrisa de
suficiencia— Yo sí quiero hacerlo, ¿Qué tú no?
JiMin miró a JungKook un momento, viendo como este sonreía y asentía
emocionado. Luego, posó su mirada en la de Min YoonGi, perdiéndose en sus ojos
y sintiendo su corazón cálido.
Analizó un poco las cosas, viendo como hasta HeeChul asentía sonriente ante la
idea. Se giró a YoonGi y sonrió.
—Sabe de antemano mi general que quiero hacerlo— Sonreía emocionado,
tomando la mano de YoonGi— Vamos a cometer esta locura YoonGi, vamos a
casarnos.
El general Min asintió y se colocó con JiMin cerca del altar, viendo ahora a
SeokJin y NamJoon verse con nerviosismo y al pequeño Ren. Aquel pequeño
estaba muy indiferente a lo que estaba pasando, ya que jugaba con una flor que
se le fue entregada por NamJoon.
SeokJin miró a NamJoon y luego a JungKook. Estaba muy nervioso y a la vez
emocionado, pero no iba a hacer las cosas por impulso.
—NamJoon, yo tengo que cuidar a mi hermano —Musitó serio, ya que sabía que
debía ser sincero— Y sé que será incómodo para ti saber que si esto pasa...
vivirás con una "Familia" donde ni siquiera sé si podrás tolerar. Yo debo ver por
mi pequeño Ren antes que por mí.
—Por favor, creo que es obvio que adoro a Ren— Objetaba NamJoon mirando al
pequeño sonriente— Y quiero intentar tener todo contigo desde este presente
hasta el futuro lejano...
SeokJin miró a NamJoon con la boca abierta.
—¡Sólo cásense y ya! —Escucharon la voz de Jackson—. Todos sabemos que lo
quieren hacer.
SeokJin y todos rieron antes aquello, para luego ver como el mayor asentía a
NamJoon con una sonrisa. Logrando que todos aplaudieran y que JungKook
sonriera por aquello.
JungKook de pronto, sintió un toque muy gentil en su cintura, que le hizo girar
de ver a los futuros esposos. Se encontró con TaeHyung, quien le miraba con
adoración y nerviosismo.
—JungKook... Yo te dije que te amo y... —Lamió sus labios— Me pregunto ahora
si tú haces lo mismo.
El menor lo miró con una sonrisa, tomándole de la mano y ruborizándose. Aquel
día fue de los más felices en la vida del castaño.
El día de la coronación llegó, HeeChul sonreía mientras veía como las cosas
empezaban a ser colocadas en su lugar para el evento. Las flores más hermosas y
cuidadas, hechas adornos enormes, eran colocadas estratégicamente en toda la
sala, creando un ambiente tipo bosque mágico y a la vez, no perdía ese toque de
elegancia que distinguía a las familias reales.
El ambiente era muy tranquilo, incluso el pequeño Ren ahora jugaba con un par
de cosas que le había regalado HeeChul, junto a un sonriente JiMin.
—Deberíamos servir canapés de camarón—Hablaba SeokJin— Son deliciosos y a
todos los presentes les gustan.
—Lo sé, pero al príncipe le gustan también las cosas dulces.
—No sólo a él YuGyeom—Objetaba Mark—Pero, los canapés serán, igual que
tarta de chocolate.
SeokJin estaba junto a Mark y YuGyeom planificando algunas cosas para el
banquete y fiesta posterior al evento. HoSeok, BamBam, Jackson y YoonGi
estaban en la planificación de la seguridad del lugar, ya que después de todo era
algo indispensable a pesar de que era un reino muy tranquilo.
Todo parecía ir en perfecto orden, todo estaba en su lugar y eso para HeeChul era
magnifico.
—Su alteza, ¿Dónde está mi amigo JungKook? —Escuchó a JiMin de pronto— No
lo he visto...
—Ahora que lo mencionas, supongo que está arriba—Señalaba el hombre— En la
habitación que era de sus padres, que ahora es suya.
JiMin asintió, cargó al pequeño Ren y se lo llevó al patio para jugar. Ya dejaría a
su amigo tener su espacio en esos momentos, ya que después de todo ese día
debía ser algo especial y el menor debía estar concentrado.
Lejos de todo ese ajetreo, se encontraba JungKook en el lugar de audiencias
reales. Miraba con curiosidad desde el trono los cuadros a su alrededor, sin evitar
una sonrisa emocionada y de total felicidad. Pero de pronto, una presencia ajena
le hizo mirar hacia la entrada.
—TaeHyung...
—Futuro rey JungKook—Sonreía el chico acercándose— Me preguntaba si tenía
oportunidad de una audiencia con usted.
—Esta... ¿La solicita ahora? —Miraba con una sonrisa traviesa— ¿Quiere ahora
que se haga?
—Sí, necesito una audiencia—Sonreía frente al chico— ¿Podría atenderme su
majestad?
JungKook rodó los ojos con una risilla alegre, levantándose firme y mirando
travieso a TaeHyung.
—Muy bien, ex conde Kim—Musitaba frente al chico— Le escucho.
—Oh, pero no vine precisamente a hablar—Sonreía feliz— Vengo a darle un
regalo su majestad.
— ¿Ah sí? ¿De qué se trata?
TaeHyung lo tomó de la cintura con una mano, con la otra la subió hasta la
mejilla izquierda de JungKook acariciado suavemente esta. JungKook miró con
un brillo de emoción en sus ojos, mientras las distancias se acortaban y unían
sus labios en un beso suave.
Aquel gesto derritió algo en el corazón de ambos, luego de unos mimos más y de
sonrisas entre besos, se separaron lento. Ambos se miraron y sonrieron.
—Me alegra mucho que te coronen hoy.
—Muchas gracias TaeTae—Sonreía el menor alegre— En verdad me haces feliz.
—A mí también me haces muy feliz— Miraba al chico y sonreía— Mi lindo esposo.
Porque sí, ese día de la boda fracasada, JungKook terminó casándose. Aunque no
precisamente con SangHyuk.

El menor lo miró con una sonrisa, tomándole de la mano y ruborizándose.


TaeHyung le miró expectante, sin entender aún que pasaba.
—Yo también lo hago Conde Kim—Musitó sorprendiendo al mayor— También te
amo.
TaeHyung no cabía en la felicidad que recibió en su corazón al escuchar a
JungKook musitar aquellas palabras. Se acercó y miró a JungKook a los ojos,
luego a todos los presentes.
—JungKook, sé que es pronto—Se lamió ligeramente los labios— Pero ya que
están todos, un cura, un banquete y ambos de traje... ¿Te casarías conmigo
cariño?
—Creo que...—Miraba a sus amigos y a los presentes— Esta boda pasó a ser
triple.
Todos abrieron la boca, sorprendidos de que aceptara y de ese modo. Ambos
jóvenes se acercaron al altar, al lado de sus amigos y sonrieron prestando
atención a la nueva e improvisada boda triple.
—Park JiMin, ¿Acepta usted a YoonGi entonces como marido...?
—Sí, sí quiero—Gritoneaba el chico emocionado.
—Min YoonGi, ¿Usted igual acepta...?
—No estaría aquí sino— Sonrió ladino el general.
JungKook soltó una sonrisa divertida ante aquella pareja tan peculiar, se le
hacían divertidos.
—SeokJin, ¿Acepta entonces usted a Kim NamJoon como esposo?
—Yo claro que lo hago—Miró a NamJoon— Acepto a NamJoon como mí esposo.
—Usted NamJoon, ¿Acepta a Kim SeokJin como su esposo?
—Sí, quiero.
De pronto escucharon un llanto venir de los invitados, giraron sus cabezas y
vieron a Jackson llorar en el hombro de Mark emocionado. Pues a pesar de ser
rudo, el chico amaba las bodas. Jungkook empezó a reír con diversión ante aquel
panorama y luego prestó atención a la parte en la que iban ellos.
—Conde Kim TaeHyung, ¿Acepta usted a su majestad Jeon JungKook...—El
mayor relamió sus labios mirando con atención— Como marido para amarlo y
respetarle?
—Sí, acepto a su majestad.
—Y usted su alteza, ¿Acepta al conde TaeHyung como marido?
—Yo...—Sonrió y miró emocionado a TaeHyung— Claro que acepto a TaeTae.
Ambos chicos se miraron con una sonrisa de adoración, perdiéndose en su
mundo. Hasta que las palabras que quisieron escuchar siempre resonaron en el
lugar.
—Por el poder que me concede la corte—Musitaba el hombre— Los declaro a
todos casados. Pueden ya besarse.
JungKook se lanzó a los brazos de TaeHyung, siendo él quien robara el beso esta
vez al mayor. JiMin y YoonGi se besaron con emoción y hambre, mientras que
SeokJin y NamJoon eran más tímidos en aquel gesto.
Pero sin duda alguna, aquel día fue el más feliz en la vida de JungKook.

Las trompetas se hicieron sonar, callando a los invitados. JiMin estaba al lado de
YoonGi sonriente, SeokJin estaba cargando a Ren y recargado en el pecho de
NamJoon. Mark, BamBam y Jackson estaban en un costado mirando
emocionados el evento, YuGyeom, HoSeok y TaeHyung miraban con una sonrisa
las escaleras.
HeeChul salió de estas primero, con la corona imperial y una sonrisa enorme,
bajando las escaleras y luciendo su capa roja en el proceso. Una vez abajo, el
hombre se colocó a un lado del trono real, esperando a JungKook.
—Su alteza real, Jeon JungKook—Escucharon de pronto.
TaeHyung sonrió al escuchar el nombre de su esposo, mirando las escaleras con
emoción. JiMin, Jackson y los demás, miraban con una sonrisa aquella escena,
se notaba el amor de ambos en se tipo de gestos.
JungKook salió de la puerta, luciendo un traje de rey y una capa rojo un tanto
más pequeña que la de HeeChul. Sonrió a los invitados y con diplomacia y
elegancia, caminó hasta las escaleras. Bajando de estas con tranquilidad y
emoción muy evidente en su rostro.
Ya en la parte de abajo, avanzó hasta el trono real y tomó asiento. Miró a
TaeHyung y sonrió ligeramente, viendo como su esposo le devolvía el gesto y
enviaba su apoyo a través de la mirada.
—Hoy estamos presentes para la venida de un nuevo rey—Habló HeeChul— Jeon
JungKook, Jura ante el reino y la corono gobernar con maestría, diplomacia y con
su corazón.
—Juro gobernar como lo hicieron mis antepasados— Recitaba con seriedad—
Juro hacer próspero y mejor el reino, gobernando y tomando las decisiones que
sean necesarias y correctas.
El rey se puso frente a JungKook, sacándose la corona y sonriendo al chico. Se la
colocó con tranquilidad en la cabeza, para luego darle un cetro y un mundo
pequeño bañados en oro.
—Por el poder que me concede como Rey—Aclamaba HeeChul— Proclamo hoy, a
Jeon JungKook de Hanyang. Como rey legitimo del bello reino de Hanyang.
Se hizo a un lado, dejando a JungKook con aquellos artefactos y una sonrisa
alegre. La música clásica resonó en el lugar, para luego dar paso a aplausos de
felicidad y regocijo. JungKook sonrió y se acercó a TaeHyung sonriente.
—Mi bello rey, ¡Soy un hombre muy afortunado! —Musitó emocionado—
Felicidades amor mío.
—Muchas gracias, Rey consorte—Sonreía el chico— Me haces muy feliz
TaeHyung.
El chico besó castamente a JungKook, para luego dar una reverencia y sonreírle.
— ¿Me permite esta pieza de baile?
—No me lo perdería por nada—Sonreía tomando la mano de su marido— Vamos
a bailar TaeHyung.
JungKook asintió y TaeHyung pasó una mano por la cintura del chico y con la
otra guiaba a JungKook en un elegante baile. JiMin y HeeChul miraban la escena
emocionados, aquellos dos se veían jodidamente bien juntos.
De pronto ambos jóvenes se recordaron en una escena similar, pero en aquella
ocasión discutiendo como críos.
"—En verdad te agradezco Conde TaeHyung—Hablaba sincero el chico.
—No es nada príncipe Jeon, era obligación mía hacerlo—Le daba una vuelta al
chico— Aunque me pisaras.
—Oh lamento eso, en verdad—Sonreía agradecido— Me alegro que mi torpeza no
altere su destreza.
—Claro, puedes pisarme cuando quieras—Ironizaba."
Ambos chicos rieron al recordar aquello y JungKook se pegó más al cuerpo de
TaeHyung.
—Entonces... ¿Puedo pisarte ahora? —Reía sonriente.
—Su majestad, usted puede pisarme cuando quiera—Reía el mayor— También
podemos hacer algo mejor que pisarnos al bailar.
—Y, ¿Qué propone TaeHyung?
—Propongo esto—Musitó besándole.
Y ambos entendieron de pronto que todo eso que pasaron, desde su primer
encuentro hasta su pasado. Había sido para unirles. Que a pesar de sus bobas
peleas de un inicio, ambos estaban ahora más unidos que nunca. En una
relación que era muy divertida y única.
Además que tenían toda una vida juntos ahora.
Sobre los hijos, bueno, a pesar de no poder tenerlos, sabían bien que pronto
tendrían unos hermosos que adoptar. Pues sabía que el corazón de JungKook era
tan grande como para aceptarlos como suyos sinceramente.

Fin.
Las fiestas en el enrome palacio siempre se le habían hecho al pequeño JungKook
muy aburridas, a sus cortos diez años, no entendía muy bien el motivo de que
fueran llenas de gala y con muchas etiquetas que debía seguir. Pero lo que más le
enfadaba o lo que más discutía con HeeChul, era el hecho de que debía aprender
a comer con más de diez cubiertos diferentes.
¿No era más sencillo con solo tres principales?
Había muchas cosas que a su corta edad aun no entendía, sin embargo... le
agradaban los regalos que por ejemplo en su cumpleaños le obsequiaban y el
convivir con su abuelo un poco más de lo que lo hacía normalmente.
—JungKook—hablando de su amado abuelo, el menor sonrió y le encaró—. Ven a
saludar a los invitados de hoy.
—Ya voy, un momento por favor.
Acomodó su traje, para después, con una imitación a la forma de caminar del rey
HeeChul, avanzar hacia los invitados que le estaban esperando. Mientras una
sonrisa que sabía que a su abuelo le gustaba que diera a todos, se dibujaba en su
rostro.
Miró primero al rey HeeChul, para después darse la vuelta y encarar a los recién
llegados. Sorprendiéndose cuando, un chico de quizá un par de años más grande
estaba frente a él con una sonrisa que podía iluminar toda la habitación.
—JungKook, él es el conde Kim TaeHyung—Presentaba HeeChul con
tranquilidad— TaeHyung, él es mi nieto, el príncipe JungKook.
Ambos se miraron con una sonrisa, mientras se tomaban de la mano. Un sonrojo
decoró las mejillas de ambos, causando que el rey los mirara con curiosidad.
—Bueno, JungKook...—Llamó el mayor con autoridad, haciendo que ambos
chicos soltaran sus manos— ¿Por qué no llevas a jugar al conde a los videojuegos
mientras los adultos hablamos?
—Yo... abuelo creo que...—Miró con un sonrojo al mayor, quien asentía
levemente—Sí, lo llevaré entonces. ¿Vienes conde?
—Sí, ya lo creo—Sonreía mientras se apartaban de los mayores—Gracias por la
invitación a jugar, no me gustan mucho esas reuniones.
JungKook se sorprendió por aquello, mientras se sentía con más cosas en común
con el chico. Ambos pronto se la pasaron jugando un poco con los juegos
favoritos del pequeño príncipe, llevándose muy bien y notando que les gustaban
muchas cosas en común.
Aunque eso no duró para siempre como ambos les hubiera gustado que pasara,
ya que el mayor tuvo que irse del palacio. Con la promesa de volver a reunirse
pronto y seguir con la pequeña amistad que ambos habían construido en ese
corto lapso de tiempo.
Pero no sucedió así.
Luego de eso no supo de aquel niño en un buen periodo de tiempo, cinco años
para ser precisos.
Y era de nuevo en un evento como el que recordaba de niño, mientras comía algo
de manera aburrida y veía a todas esas personas pomposas jactarse con una
copa de champaña, que le vio de nueva cuenta.
Ahora se veía diferente, ya no había rastros del niño que había sido su amigo de
una tarde. Parecía que la adolescencia le había pegado para dejar a un joven
adulto atractivo, quien estaba con un señor que el chico no había visto en las
reuniones de su abuelo.
Sintió su corazón acelerándose, mientras el chico que no recordaba su nombre,
pero si esos brillantes ojos, se acercaba a él con paso lento. Hasta quedar de
frente, con su presencia y su atractivo hechizantes.
—Príncipe Jeon—Escuchó su voz grave, mucho más que lo que podía imaginar—
Feliz cumpleaños.
—Muchas gracias—Musitó en un modo más similar a un susurro— Cuánto
tiempo sin vernos...
Vio como el gesto del muchacho no cambiaba al verse reconocido, sin embargo,
una sonrisa ladina adornó sus labios y asintió.
—Mucho tiempo, aunque debo decir que le sentó bien la edad—Murmuró
mientras hacía una pequeña reverencia al menor de ambos—Bueno, debo irme ya
que me han tomado con anterioridad sobre mis estudios.
—Oh, es una desgracia—Torció el gesto, mientras sentía su corazón latiendo
rápido ante la idea loca que cruzaba por su mente—Por otra parte, podemos
quedar para... ya sabe... hablar.
—Bueno, es su cumpleaños—Miró a su tío de soslayo, soltando un suspiro—
Supongo que unos minutos más no me vendrán mal ni a usted, mi príncipe.
Ambos jóvenes se fueron al balcón donde JungKook solía tomar aire cuando se
sentía abrumado de todo lo elegante de las fiestas, mientras el frío del exterior les
daba en el rostro. Se encaminaron hasta donde estaban las flores del rey HeeChul
y se quedaron allí, de pie mirándose sin decir nada.
—Yo...—Empezaba el conde mientras apretaba el dobladillo de su traje— Lamento
no haber venido más, pero pasé por muchas cosas.
—No te preocupes—Sonreía nervioso JungKook, sintiendo el latir de su corazón—
Aunque me alegra mucho verte y saber que estás bien.
TaeHyung iba a decir algo más, cuando miró hacia la fiesta y notó a su tío
buscándolo. Suspiró y cambió a su semblante serio de nuevo, acercándose al
menor hasta estar a pocos centímetros de su rostro.
—Feliz cumpleaños—Besó la mejilla del príncipe mientras se marchaba—Tómalo
como algo que no debe pasar.
JungKook no había entendido aquello bien, pero su corazón se había acelerado y
sentía su cara roja por el acto de aquel chico. ¿Eso era lo que se consideraba un
primer amor?
Si era así, quizá desde antes se hubiera enamorado del chico que acababa de
marcharse.

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